Las Dos Caras de Ira en La Iliada (Légein PDF)

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Menis y Kholos como dos formas de ira

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  • R E Fenero - junio 2013

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  • ISSN 1794-5291Revista Lgein N 16, enero - junio 2013: 7 - 26

    Recibido: diciembre 2012; aprobado: marzo 2013

    L I: (mnis)

    (khlos)

    Jeison Andrs SurezUniversidad del Valle

  • Andrs Surez

    Estudiante del Departamento de Filosofa de la Universidad del Valle. Su campo de inters es la Fenomenologa de Edmund Husserl y Marc Richir.

    Correo electrnico: [email protected]

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    Jeison Andrs SurezUniversidad del Valle

    REl tema general del texto consiste en la exposicin en favor de la caracterizacin realizada en la Ilada en torno al sentimiento de la ira. Delimitar, sealar y clasificar las dos formas de ira que convergen, se constituyen y exhiben en la figura de Aquiles es el primer objetivo hacia donde se orienta mi reflexin. Se trata en ltimas de aceptar plenamente la descripcin homrica de la ira como una pasin, estado de demencia, anublamiento o perplejidad momentnea de la conciencia moral que deriva en una especie de semi-locura parcial y pasajera que debe atribuir su aparicin o bien a causas fisiolgicas y psicolgicas, o bien a un agente externo, en ocasiones divino y sobrenatural como la (ate) con el fin de justificar sus acciones. Llamar a esta peculiaridad la conciencia de s como conciencia de otro. Mi objetivo secundario, no menos importante que el primero, consiste en plantear la cuestin de si el sentimiento, la emocin o la pasin que afecta a Aquiles y que constituye, entre otras cosas, el tema central de la Ilada es lo que nosotros denominamos vulgarmente ira, (mnis) para los griegos, o si es algo distinto, que solo sienten los dioses y hroes como Aquiles que se denomina (khlos).

    Palabras clave: Homero, ilada, ira, Troya, Aquiles.

    AThe overall theme of the text is the exposure in favor of the characterization in the Iliad concerning the feeling of anger. The first aim is to delimit, show and sort both forms of anger that converge, constituted and exhibit in Achilless figure. Accepting Homers description of anger as a passion, state of dementia, clouding or momentary bewilderment of the moral consciousness resulting in a kind of partial and passenger madness that must attribute his appearance rather to physiological and psychological causes or to an external agent ocasionally divine and supernatural as in order to justify their actions. I call this peculiarity self-consciousness as consciousness of other. The second aim is to propose the issue of whether the feeling, emotion, passion that affects Achilles is what we commonly call anger, for the Greeks, or whether is something different which only the gods and heros like Achilles feel that is called .Keywords: Homer, Iliad, Wrath, Troy, Achilles.

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    La ira del rey es mensajero de muerte;Mas el hombre sabio la evitar.

    Proverbios 16:14

    Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es ms pesada que ambas.

    Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Proverbios 27:3,4

    Para muchos estudiosos del mundo griego la mirada de asombro y la curiosidad con la que stos contemplaron la naturaleza es la base prstina para las primeras manifestaciones orales con las cuales intentaron los poetas explicar el mundo mediante mitos y leyendas. Aproximadamente hacia el 1580 a.C y durante la edad de bronce da comienzo el periodo histrico que los arquelogos denominan como heldico reciente, periodo que coincide con la hegemona de la ciudad de Micenas en la Arglida. La guerra de los micnicos, que buscaban el dominio absoluto de las rutas comerciales que conectaban el estrecho de Helesponto Dardanelos en la actualidad con el mar de Mrmara, contra los habitantes de la ciudad de Ilin, dio lugar a mitos y leyendas sobre la guerra, el amor, la ira, la venganza, el honor, el engao, la amistad o enemistad entre hombres y dioses. Dio lugar a toda una tradicin oral que se recoge y se ejemplifica ella misma en la narrativa potica de Homero1.

    En los anales de la poesa griega surgen con las epopeyas los personajes y hroes que generalmente conforman los versos de los cantos homricos. Hroes que poseen caractersticas humanas pero

    1 Si bien hay desacuerdo respecto de los eventos sucedidos en Troya, hay medianamente consenso en los siguientes aspectos: 1) que lo sucedido en Troya fue relevante en el lenguaje entero de los poemas homricos, y constituy los temas predilectos de las na-rraciones orales (L 1971: 68-98); 2) que las formas artsticas exclusivamente orales que se producen a partir de los eventos en Troya dan el contorno del ethos del verso ho-mrico que se caracteriza por su curiosa mezcla de peculiaridades elicas y jnicas tem-pranas y tardas (O 2002: 23); 3) que las primeras composiciones orales de epopeyas como la Ilada y la Odisea fueron puestas por escrito en un nuevo alfabeto griego aproxi-madamente entre el 700-650 a.C (H 1963: 115); 4) que las complicadas formas artsticas verbales de la poesa homrica dependen de mtodos orales de composicin (P 1971: xix) y del ingenio del rhapsidein para formular un grupo de palabras y expresar una idea esencial (P 1971: 272) que se agrupa alrededor de temas que resultan predilectos tales como la valenta del guerrero en combate, la descripcin de los ejrcitos, el saqueo de las ciudades y los beneicios del botn de la guerra, etc.

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    en un nivel muy superior, con frecuencia exageradas, cualidades moralmente ambiguas y excesivas. Todas estas caractersticas, que pertenecen en su mayora a guerreros como Aquiles y Hctor son puestas de manifiesto en la Ilada donde se relatan las principales gestas blicas que surgen entre los pueblos griegos a causa de la intervencin de los dioses.

    A diferencia de otros poetas, la epopeya homrica sugiere una peculiar concepcin acerca de la naturaleza de los hroes: ellos son superiores por sus hazaas, sus cualidades oratorias y la capacidad de defender, a pesar de los riesgos, todo su honor. La conducta de estos hroes en el mayor de los casos no es moralmente superior a la de los dems hombres. En el caso de Aquiles con frecuencia ocurre todo lo contrario; se cree superior a la humanidad entera y a los otros reyes porque a fuerza se ha convencido que su estirpe divina le da el derecho de hacer su voluntad:

    trida! Empezar combatindote por tu imprudencia, como me es permitido hacerlo [] Mas a ti, el hijo del artero Cronos, de dos cosas te ha dado una. Te concedi que fueras honrado como nadie por el cetro, y te neg la fortaleza que es el mayor de los poderes. Desgraciado! Crees que los aqueos son tan cobardes y dbiles como dices? Si tu corazn te incita a regresar, parte: delante tienes el camino y cerca del mar gran copia de naves que desde Micenas te siguieron; pero los dems melenudos aqueos se quedarn hasta que destruyamos la ciudad de Troya (Ilada IX/32-53)2.

    El hroe homrico destaca sobre todo por su capacidad para afrontar su destino y preferir una muerte gloriosa antes que una vida sin reconocimiento; es sensible a la gloria y sus gestas estn destinadas a preservar su fama en el futuro: pero no quisiera morir cobardemente y sin gloria, sino realizando algo grande que llegara a conocimiento de los venideros (Ilada XXII/303-306). En este sentido, la superioridad de un hroe sobre otro, de Aquiles sobre el rey o Hctor se hace evidente. Hctor, por ejemplo, es inferior a Aquiles porque teme a la

    2 En adelante, todas las citas de la Ilada son referentes a la traduccin de Luis Segal y Estalella. La primera parte de la cita, los nmeros que aparecen segn la representa-cin romana, hacen referencia a un canto especico. La segunda parte, aquella que se representa segn la forma arbiga, especiica el nmero del verso incluido en el canto.

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    muerte y en un momento dado olvida su destino. Sin embargo, el teucro es consciente de su porvenir al despedirse de Andrmaca y su sentido del honor le impulsa a regresar al combate (Ilada VI/486 y ss.). Sus victorias posteriores le hacen perder la conciencia de que su xito es pasajero, puesto que no escucha por dos veces o ms los consejos y la advertencia de Polidamante. Hctor se aferra a las esperanzas de expulsar a los aqueos y matar al rey de los mirmidones. Solo, despus de haber deliberado consigo mismo y haber resuelto enfrentarse a Aquiles reconoce su error y recuerda que no ha hecho caso de los consejos de Polidamante. Aquiles, en cambio, sabe que el destino de los seres humanos proviene del sufrimiento y la muerte.

    Indudablemente en este poema hay un inters por lo humano que emerge y se yergue sobre el fondo de una sociedad blica y primitiva3. Dicha preocupacin se manifiesta en la compasin ante el sufrimiento y la muerte que pueden padecer todos los hombres. Esta compasin se destaca cuando Aquiles recibe al rey Pramo en su tienda y se apiada del padre que ha llegado a escondidas al campamento enemigo para solicitar el rescate del cadver de su hijo amado (Ilada XXIV/503 y ss.).

    Este inters por lo humano preludia la tragedia clsica y el afn caracterstico de la cultura griega antigua por la explicacin racional que se logra a travs de las acciones que realizan los hroes llegados de la epopeya homrica; as es como percibimos que el arte de Homero se ejerci primero en un sentido puramente literario a travs de una eleccin constante de los rasgos esenciales. Y solo conserv el aspecto ms humano en todo lo que concerna a la imagen de sus hroes (R 1997:26).

    Qu es lo que hace tan humano a hroes como Hctor o Aquiles? En ambos casos, estos dos personajes expresan los sentimientos humanos ms esenciales, presentndolos de la forma ms desnuda posible: el primero expresa el cario por su esposa, el sentido de responsabilidad en la guerra y el deseo de esperanza de que el hijo sea superior en virtud a lo que fue el padre. El segundo, en cambio, nos muestra lo irracional de la ira, la clera como una pasin ambivalente, peligrosa, aunque noble; es expresin de grandeza a menudo mortal y trgicamente desviada, pero expresin de grandeza al fin y al cabo (Ilada XXIV/559 y

    3 (Cfr. V, 1982: 140).

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    ss.). En esto radica la verdadera importancia de los cantos heroicos y la gran hazaa de Homero: poner y prestar en calidad de cualidades las emociones o los gestos ms fundamentales (R 1997:26) a los hroes que son los protagonistas de la poesa pica.

    Aquellos sentimientos o emociones que se ponen en juego (la clera, la ira, el amor, la ternura, la compasin) se reducen a formas puras e intensas que son puestas de manifiesto a travs de reacciones espontaneas, vivas y francas, irracionales si se prefiere, que por momentos no van acompaadas de anlisis ni de reflexin como tampoco de juicios de orden moral:

    As dijo. Abrieron las puertas quitando los cerrojos y a esto se debi la salvacin de las tropas [] estos, acosados por la sed y llenos de polvo, huan por el campo en derechura a la ciudad y a su alta muralla. Y Aquileo los persegua impetuosamente con la lanza, teniendo el corazn posedo de violenta rabia y deseando alcanzar la gloria (Ilada XXI/536-543)4

    Este fragmento del canto XXI nos muestra la facilidad con la que Homero es capaz de adjudicar a los hroes aquellas emociones, gestos o sentimientos que hacen ms humanos a los hombres. Logra, de igual forma, mediante sus versos decir o sugerir en pocas palabras lo que otros no alcanzan a decir en un tratado o en un ensayo; adems, logra acercar a esos hroes a los lectores y a su experiencia en cualquier poca y en cualquier lugar (R 1997: 28). Por qu entonces nos resulta tan humana y tan familiar la ira o la clera que padece Aquiles? Por qu tenemos la conviccin de que los impulsos no sistematizados ()5 y no racionales ()6 y los actos que resultan de ellos, tienden a ser excluidos del yo y adscritos a un origen ajeno? En fin, Qu clase de ira es la que padece Aquiles?

    4 (Cfr. Ilada VIII/346 y ss.; XII/464 y ss.; XX/418 y ss.; XXI/519 y ss). 5 Deinicin: Tener bilis, irritarse, enfadarse contra algo. Sinnimo: estar demente, estar furioso.6 Cuando hablamos de impulsos no racionales hacemos referencia a un tipo de situa-ciones en las que el sujeto acta motivado y mientras est bajo los efectos de un estado emocional intenso como es el caso de la ira.

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    1. L C A

    Ante todo qu es la ira? En el sentido ms general podemos decir que es un instrumento del cual se vale el sujeto para establecer una preliminar y bsica relacin con aquello que apetece por el padecimiento de tal sentimiento. La ira es el sentimiento por medio del cual el sujeto entra en relacin con el objeto de ese sentimiento, en este caso, el objeto de la ira. Esta primordial relacin hace posible el vnculo con la realidad y con el mundo porque la mayora de las veces el objeto de la ira son otros sujetos o cosas del mundo. Esta relacin individa al sujeto y lo ubica como el portador de la emocin afectiva frente al objeto de su ira. Es gracias a esta relacin afectiva del sujeto con el objeto, mediada por cualquier sentimiento, que el modo de relacin de cada quien con la realidad es particular e individual. Deducimos de esto que la ira en cuanto sentimiento es un instrumento del que dispone el sujeto que le permite relacionarse con objetos y consigo mismo. La ira, por tanto, es un estado del yo en la medida en que tal yo tiene el carcter de ser un sujeto que lleva a cabo acciones motivado por el padecimiento de un estado afectivo o emocional, que llamamos nosotros sentimiento, hacia un objeto particular que se constituye como el objeto de su sentimiento.

    Dijimos que el tema de la Ilada versa sobre la ira, un sentimiento o, por utilizar el trmino tradicional, una pasin. Si la ira es tal, es decir, un estado inmediato del yo, entonces, tener ira es estar afectado por un sentimiento solo en la medida en que un objeto la provoca. En el caso de la Ilada la ira es particular, es ira de un sujeto que est bajo los efectos de un estado emocional intenso. En Retorica libro II 1378 a 20-1378 b 10, Aristteles hace un anlisis de las pasiones y comienza con la descripcin del sentimiento de la ira, definindola del siguiente modo: admitamos que la ira es un apetito penoso de venganza por causa de un desprecio manifestado contra uno mismo o contra los que nos son prximos, sin que hubiera razn para tal desprecio. Si tenemos en cuenta esta definicin podramos decir que la ira es todo lo anterior y adems una emocin que se puede expresar con rabia, irritabilidad, resentimiento, furia y enojo. Una emocin que incluye efectos fsicos notorios como el aumento en el ritmo cardiaco, la manifestacin de la rabia en los ojos y el aumento del nivel de adrenalina en el cuerpo, caractersticas que a menudo encontramos en el hroe homrico: sus ojos brillaban como el fuego (Ilada XII/466 y ss.).

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    La ira es uno de los sentimientos predominantes, cognitiva y fisiolgicamente, cuando una persona toma conscientemente la decisin de actuar en respuesta a la actitud amenazante de una fuerza externa y ante la cual se siente amenazado. Se padece la ira con la pretensin no reflexiva de salvaguardar la identidad del yo de aquel objeto que lo amenaza.

    Mientras la mayora de los que han experimentado la ira explican su despertar como el resultado de algo que les ha sucedido a ellos, como un hecho totalmente inexplicable que ha surgido por efecto de una pasin incontrolable, otros apuntan que una persona que padece la ira o que es irascible puede fcilmente estar equivocada debido a que la ira causa una prdida en la capacidad de auto-monitorearse y en la observacin objetiva de los hechos (Ilada IX/119 y ss.). Si esto es la ira, entonces, es necesario que el iracundo se encolerice contra un individuo concreto pero nunca contra el hombre en general, por ejemplo; y que sea por algo que le han hecho o iban a hacerle a l mismo o a los suyos. En este caso, el sentimiento de la ira le sigue un cierto placer nacido de la esperanza de vengarse.

    Esto parece suponer que el sentimiento de la ira, o lo que por tal solan entender en la Grecia antigua, al menos desde la definicin que nos brinda Aristteles, es semejante y se corresponde con la caracterizacin que tenemos de dicho sentimiento en la actualidad. Paradjicamente esta semejanza no sucede con todos los sentimientos. Recordemos, por ejemplo, cmo fue descrito por Platn en El banquete el sentimiento del amor mediante la relacin entre un varn adulto y un varn adolecente, representado en la figura de Scrates y Alcibades, y cmo la Modernidad, contrariamente, ilustr dicho sentimiento mediante la relacin de dos jvenes representados en personajes como Rafael de Valentn y Paulina, Matilde de la Mole y Julien Sorel o entre Fabricio del Dongo y Clelia Conti. Tambin, y en relacin con el sentimiento de la ira, han dicho algunos que los sentimientos, o que algunos de ellos, son una creacin cultural. En otras palabras, que aprendemos en nuestra cultura al menos algunos de los sentimientos que poseemos.

    Si esto es as, podemos suponer que la definicin aristotlica de la ira se corresponde con la moderna; es decir, que la ira en la Grecia antigua es el sentimiento de la ira segn es definida en la actualidad, o, mejor an, que la definicin de Aristteles en el libro II de Retrica es vlida

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    para lo que hoy caracterizamos, definimos y entendemos como ira. Digo que es una suposicin porque la tradicin judeo-cristiana nos ha convencido de considerar la ira como uno de los siete pecados capitales, una falta mortal, un vicio capital tan grave que a los que la padecen, es decir, a los iracundos, les est reservado nos ha dado a entender Dante el quinto crculo del infierno. Es la clera de Aquiles igual, o al menos semejante, a la ira que pueden padecer los hombres en general?

    Habamos dicho en prrafos anteriores que el poema de la Ilada, es ante todo, la epopeya de la clera. La ira aparece inmediatamente en el primer verso del primer canto como una pasin negativa portadora de desventuras. Se dice que ella caus infinitos males a los aqueos, arrastrando consigo la muerte de muchos hroes. Se dijo tambin, que toda pasin parece llevar a la ruina porque en el caso de la ira esta siempre va acompaada de tristeza (Retorica libro II 1378 a 20-1378 b 10). Pero en este caso particular de la Ilada, la ira amenaza con destruir por completo una gran colectividad, con hacer perder la guerra a todos los griegos aliados en contra de la gran y fortificada ciudad de Troya. No se trata entonces de una clera comn y corriente. De qu tipo de ira estamos hablando? Veamos: la palabra griega , por ejemplo, se usa como sustantivo y significa literalmente enojo, clera e ira, es sinnimo de resentimiento. se aplica como causa de la ira, ofensa grave, pero tambin significa resentimiento y clera. En cambio, la palabra griega (mnis), indica la reaccin a una ofensa profunda e injusta contra el honor pblico de un dios o un guerrero, es decir, un derecho inalienable de la persona sancionada por un ritual o por una costumbre vividos y sentidos como una ley religiosa. Esta es la ira de la que estamos hablando. Si hemos de conceder validez al argumento anterior, la mnis que padece Aquiles es, al menos en un principio, justa e incluso debida; es una respuesta no solo psicolgica sino tambin ticamente motivada y necesaria.

    Cul es, entonces, la causa de la mnis que padece nuestro hroe? Harto lo sabemos: el rapto de Briseida, su recompensa y botn de guerra, a manos del rey Agamenn. Es lo que impulsa a Aquiles a no combatir como aliado de los aqueos contra los troyanos: no he de combatir con estas manos por la joven [Helena], ni contigo ni con otro alguno, pues al fin me quitasteis lo que me disteis (Ilada I/297 y ss.). Esta declaracin es fulminante pero a la vez necesaria si tenemos en cuenta el tema principal del poema, el cual descansa por completo en la evolucin del

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    sentimiento de la ira que sucede en el corazn de nuestro adalid. Esta clera lo aparta del combate originando en el hroe dolor y pena por la prdida del bien amado. Pero es otra la ira que reconduce nuevamente al hroe a la lucha cuando muere su muy querido compaero Patroclo. La mnis de Aquiles en este primer momento surge a causa de la indignacin. Ella organiza la subjetividad heroica, junto con otras significaciones que expresa el trmino thymos, la respuesta colrica que se erige en defensa del honor, esto es, la aret del guerrero.

    Ahora bien, si tenemos en cuenta la caracterizacin que nos brinda Aristteles de las pasiones las causantes de que los hombres se hagan volubles y cambien en lo relativo a sus juicios (Retrica 1378 a 20) como son la ira, la compasin y el temor, es necesario toda vez que nos ayuda en nuestro objetivo de delimitar la definicin del concepto de la mnis recordemos los tres aspectos que son distintivos en lo que a la ira respecta: en qu estado se encuentran los iracundos, contra quienes suelen irritarse, y por qu asuntos. Los dos primeros aspectos no necesitan mucha explicacin: Aquiles est ofuscado, su honor, su honra y su dignidad han sido heridos; est irritado contra Agamenn atrida por causa de la falta que ste le ha cometido (Ilada I/293 y ss.). Por qu asuntos est indignado Aquiles contra Agamenn? Por el rapto de Briseida Cul es la justificacin de la mnis de Aquiles? Homero nos concede una explicacin. Aparece en el canto IX cuando convocados al gora, y reunidos por la noche, los jefes y reyes aqueos, ms exactamente Diomedes y Nstor, acuerdan con la aprobacin de Agamenn enviar una embajada (splica) a Aquiles para pedirle que regrese al combate, debido a que la derrota de los aqueos es inminente. La clera de Aquiles, segn este fragmento, es una respuesta justa y ticamente motivada; un impulso no reflexivo que surge por efecto del ultraje a la honra del guerrero y del hroe ya que la joven que los aqueos me adjudicaron como recompensa y que haba conquistado con mi lanza al tomar una bien amurallada ciudad, el rey Agamenn Atrida me la quit como si yo fuera un miserable advenedizo (Ilada XVI/55 y ss.).

    La ira en este caso, nos la presenta Homero como una pasin ambivalente. Peligrosa porque a causa de ella se pone en juego el destino de la guerra, pero tambin es una expresin de nobleza puesto que ella surge de la desdicha del hombre. Una persona incapaz de padecer la clera aparece como privada y exenta de una cuerda fundamental del ser humano; a diferencia de la envidia, por ejemplo, que es solo negativa,

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    la ira se entrelaza peligrosamente con la magnanimidad, es decir, con el alma superior. Dios y tambin el hombre, segn algunos, hecho a su imagen y semejanza debe a menudo enfurecerse, pero obviamente no es posible que lo roa la envidia. La ambivalencia de la clera y todos los aspectos que la caracterizan confluyen en la figura del hroe homrico, exactamente en la persona de Aquiles: l es un ser ardiente (transemocional) capaz de pasar del enternecimiento a la clera y de la rabia asesina a la piedad (Ilada XXIV/507-518, contrastar con: Ilada XXIV/559-571). Sus emociones, generalmente, responden a las grandes y particulares situaciones humanas: un ataque al honor, las demandas de afecto como tambin la de el fiel amigo, el mejor auriga, el ser ms querido en el mundo (Ilada XVIII/79 y ss.). Otro aspecto que cabe resaltar es que, como todas las pasiones, la ira est muy presente en la poesa griega. Es un tema, un objeto de la representacin potica y, sobre todo, un modo de vivir y describir el mundo por parte de los aedas7.

    2. R C

    En el canto XIX Aquiles, tras pactar con Agamenn y haber recuperado a Briseida, hace pblico el renunciamiento a la clera que tanto lo haba apartado del combate, decidiendo regresar a la batalla para vengar la muerte de Patroclo que fue asesinado en el combate a manos de Hctor: pero dejemos lo pasado, aunque afligidos, pues es preciso refrenar el furor en el pecho. Ir a buscar al matador del amigo querido, a Hctor; y yo recibir la muerte cuando dispongan Zeus y los dems dioses inmortales (Ilada XVIII/113-117; XIX/63-66). La ira, tal y como la definimos desde el termino griego mnis, se caracteriza, como habamos dicho anteriormente, por ser justa y debida, una respuesta psicolgica, ticamente motivada, necesaria pero impersonal.

    Pues bien, esta nueva forma de la ira, que lleva nuevamente a combate al hroe, salvaje e incontrolable, no puede ya adecuarse a la definicin del trmino de la mnis por cuanto es excesiva, desmesurada y peligrosa

    7 Respecto a este punto, Romilly airma que el verdadero logro de Homero consisti en construir la epopeya como una tragedia; no como una serie de hechos relativos a un acontecimiento histrico, sino como una sucesin de sentimientos que podran desa-rrollarse en muchos hombres y en muchas pocas (Cfr. R 1997: 30).

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    para los hombres y hasta para los propios dioses quienes pueden resultar afectados (Ilada XXII/5-11). No nace de la orgullosa reivindicacin del propio derecho-deber para consigo mismo como sucede con la mnis; est, en cambio, peligrosamente cercana a la locura, a la prdida de la razn porque es capaz de sacar al yo de s mismo. La ira es triste, dice Aristteles, porque enturbia la mirada y ofusca la visin gozosa de las cosas, la capacidad de gozarlas con ese libre abandono a la seduccin de vivir que es posible solo en la alegra, en fraterna comunin con otros. Este tipo de clera triste es la que padece Aquiles tras saber que ha muerto Patroclo en la lidia del combate; es una ira totalmente diferente de la mnis que denominaremos bajo el nombre de khlos.

    El trmino griego 8 como sustantivo significa bilis, hiel y connota, adems, clera, enojo, rencor, y hasta veneno de serpiente. Representa en el caso de Aquiles una clera privada que nace del dolor por la muerte del philots y que engendra al mismo tiempo el deseo de venganza que se sacia solo con la muerte. Sin duda, esta nueva forma de clera est estrechamente ligada al sentimiento de la venganza porque surge de la desesperacin de Aquiles al enterarse de la muerte de Patroclo. El dolor que padece el hroe es tan intenso que Homero presenta a un Aquiles que da muestra de la ms sincera amistad que puede engendrarse entre dos hombres cuando ste no acepta ninguna invitacin para saciar el deseo de comer a causa del inmenso pesar que se apodera de su ser (Ilada XVIII/22-35; 215-225; XIX/301-315 y ss.).

    La mnis y el khlos, pasiones ambas que convergen en la personalidad de Aquiles, no se expresan ni significan siempre del mismo modo, pues se hallan ntimamente condicionadas por los imaginarios sociales y las prcticas sociales que las legitiman. Es legal y justa para todos los aqueos, incluso para Agamenn, la mnis que padece Aquiles porque ella es la respuesta colrica que se erige en la defensa del honor que ha sido ultrajado. Recordemos como en el canto XIX Agamenn se retracta, aunque termina culpando a Zeus, la Parca y a Erinis, de la injuria que ha cometido contra la honra de Aquiles tras haber arrebatado el premio que le corresponda como recompensa9:

    8 Es importante tener en cuenta otros trminos en griego que tambin hacen referen-cia a la clera. Por ejemplo, : tener bilis, irritarse, estar demente, estar furioso; , , : colrico, irritado.9 (Cfr. D 1997: 15)

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    Muchas veces los aqueos me han dirigido las mismas palabras, increpndome por lo ocurrido, y yo no soy el culpable; sino Zeus, la Parca y Erinis que vaga en las tinieblas; los cuales hicieron padecer a mi alma, durante el gora, cruel ofuscacin el da en que le arrebate a Aquileo la recompensa. Mas qu poda hacer? la divinidad es quien lo dispone todo. Hija veneranda de Zeus es la perniciosa Ate, a todos tan funesta: sus pies son delicados y no los acerca al suelo, sino que anda sobre las cabezas de los hombres, a quienes causa dao, y se apodera de uno, por lo menos, de los que contienden (Ilada XIX/85-95).

    La aceptacin de la culpa por parte de Agamenn llega a tal punto que considera necesario colmar a Aquiles de dulces palabras y agradables presentes otorgndole, en pago de su falta, una de las tres hijas que aguardan en los frtiles campos de Argos y de Acaya: pero ya que falt y Zeus me hizo perder el juicio, quiero aplacarte y hacerte muchos regalos (Ilada XIX/137 y ss.). Pero no ocurre lo mismo con el khlos, que hace al corazn impaciente y poseedor de violenta rabia; a causa de l Aquiles ha perdido la piedad y ya ni siquiera conserva el pudor que tanto favorece a los hombres:

    por el contrario, oh dioses, queris favorecer al pernicioso Aquileo, el cual concibe pensamientos no razonables, tiene en su pecho un nimo inflexible y medita cosas feroces, como un len que, dejndose llevar por su gran fuerza y espritu soberbio, se encamina a los rebaos de los hombres para aderezarse un festn (Ilada XXIV/33 y ss.).

    Esta nueva forma de la ira es irracional, desmedida, incontrolable por cuanto lleva a Aquiles a cometer el ultraje ms grave de cuanto les pueda suceder a los mseros mortales: que los perros y las aves de rapia destrocen el cuerpo de quien ha muerto en el feroz combate. Incluso el mismsimo Apolo se ve en la necesidad de criticar lo irracional de la clera que padece Aquiles (Ilada XXIV/46 y ss.). Esta nueva furia que se asemeja a la bilis y a la hiel es salvaje, incontrolable, excesiva, desmesurada e indecorosa. Describe la desesperacin de Aquiles tras la muerte de Patroclo, del philots, generando as un cierto placer que nace de la venganza (Ilada XXIII/19-24) y le incita, incluso, a la antropofagia (Ilada XXII/344 y ss.). Ya nada pueden hacer los hombres para controlarle; puesto que todos le temen, el nico capaz de detenerle y obligarle a que entregue el cuerpo de Hctor es el dios Zeus (Ilada XXIV/104-120).

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    De la misma forma como Homero denuncia las crueles acciones que deben soportar los hombres por parte de aquellos que estn posedos por la ira o por la ate, tambin nos brinda, aunque en un caso lmite en la Ilada, un rasgo que es particularmente griego: el sentido de lo humano, la capacidad que tiene el hombre de elegir y de redimirse. Estoy hablando del discurso que el anciano jinete Fnix le profiere a Aquiles en el canto IX: pero, Aquileo, refrena tu nimo fogoso; no conviene que tengas un corazn despiadado; cuando los dioses mismos se dejan aplacar (Ilada IX/496-498). Esta exhortacin trae implcito el verdadero valor de las splicas como tambin una bien merecida enseanza sobre lo que es la equivocacin o el error que se figura en el relato de Meleagro, quien supo, despus de haber vencido las pasiones en su corazn, renunciar a la clera y salvar a los suyos.

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    Aquiles no renuncia al khlos porque no est afectado, como en el caso de la mnis, sino posedo. Esta posesin genera en l la sed de venganza. Motivado por el padecimiento de esta triste clera lo nico que apetece es la muerte de Hctor. Pero la posesin es tal que ni siquiera la muerte es suficiente para refrenar la ira. La deshonra y el ultraje del cadver tampoco lo son. No son suficientes simplemente porque la ira ha mutado en odio. El objeto de la ira, como khlos incluso como mnis se identificaban con referencia a una persona, Agamenn atrida y Hctor, respectivamente. Pero la ira vuelta odio tiene un referente con la persona y, adems, con la imagen de esa persona a la que desea destruir, la muerte de Hctor y la deshonra de Troya. El khlos que padece Aquiles le influye un deseo irrefrenable de destruccin. Volcado totalmente hacia el objeto del odio lo nico que tiene sentido para l es la aniquilacin del objeto estrictamente material e incluso de la imagen de tal objeto.

    La ira vuelta odio tiene un carcter en dos direcciones; es un sentimiento que va desde el sujeto hacia el objeto, ms exactamente,

    10 Tuve conocimiento de este tema por Jean-Michel Roy y su conferencia La conciencia de s como otro: revisitando la tradicin psicopatolgica, III Encuentro de Filosoa y Psiquiatra del IV Congreso Colombiano de Filosoa en la Universidad de Caldas.

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    desde el deseo a la accin, o inversamente, desde la inhibicin de la accin al puro deseo. En esta bidireccionalidad el yo es como sacado de su lugar, del s mismo, y llevado hacia el objeto del odio; es la peculiaridad de la conciencia de s como conciencia de otro. Solo por ello las acciones de Aquiles son irrefrenables y por tanto reprochables. Aquiles el poseso de ira y odio vive en la conciencia de la destruccin del objeto odiado de una manera ingenua, es decir, sin darse cuenta de ello, si ser reflexivo respecto de sus acciones. Aquiles poseso es mero pathos, l no reflexiona y por tanto no debe explicar por qu ha hecho lo que ha hecho. Un pathos, esta ira vuelta odio, que si bien se presenta como una pasin que raya en la demencia y que ocasiona la prdida de la conciencia moral, no es una afeccin que deba explicarse en relacin a un agente externo que no sea el sujeto que padece o el objeto que es la causa del padecimiento.

    La verdadera particularidad de la conciencia de s como conciencia de otro la encontramos en la figura de Agamenn, que contrariamente a Aquiles s debe dar cuenta de sus acciones, sean stas por motivo o no de la ira, acudiendo a un agente externo, con el aadido de que es divino y sobrenatural, que es la ate aquella capaz de apoderarse del juicio de los hombres. Quin otro sino Agamenn para decir que fue por culpa de la perniciosa ate que arrebat a Briseida de las manos de Aquiles, aun cuando parezca, al decir de Dodds, que es una dbil excusa. Slo un hombre como Agamenn puede explicar los impulsos no sistematizados y no racionales y los actos que resultan de ellos adscribiendo su origen a causas que no dependen de l. Denominaremos alienada a este tipo de conciencia.

    La conciencia alienada es una suerte de conciencia esquizofrnica en la que: 1) el sujeto no se aprehende como la fuente causal de las acciones; 2) el sujeto aprehende un elemento exterior a su cuerpo como la fuente causal de las acciones; 3) el sujeto aprehende sus acciones como involuntarias, es decir, como efectuadas por un agente externo que le obliga a hacer lo que quiere que haga. En la mayora de los casos en que un sujeto vive la conciencia de s como conciencia de otro en el modo de la conciencia alienada le omos decir muchas veces: no s lo que me pas, no era yo sino otro, perd la cabeza, me dej llevar por la ira, etc.

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    En el caso de Agamenn tenemos no slo una forma de conciencia alienada sino tambin una escisin del yo. Recordemos nuevamente la cita en la que acepta haber causado mal a otro pero ya que falt y Zeus me hizo perder el juicio, quiero aplacarte y hacerte muchos regalos (Ilada XIX/137 y ss.). Tenemos por un lado a Agamenn poseso por la ate, y por el otro, el Agamenn que reflexiona sobre las acciones cometidas por el yo poseso; tenemos, en efecto, un yo pasado y uno actual. Tengamos por ejemplo esta cita sin tener en consideracin las razones por las cuales el yo actual delibera sobre las acciones del yo pasado y concentrmonos exclusivamente en que slo es posible tal deliberacin del yo por efecto de un acto de reflexividad.

    Por medio de un acto de reflexin el yo actual juzga al yo pasado bajo la peculiaridad de que aquello que juzga son sus propias acciones. Tenemos entonces el yo que juzga y el juzgado, pertenecientes ambos a la misma identidad de la subjetividad posesa: quien juzga es una parte de un todo que llamamos yo y su contraparte es lo juzgado. En la cita anterior el yo actual califica negativamente las acciones del yo pasado. Pero sucede que por tratarse de Agamenn, en lugar del abierto repudio del yo que juzga sobre el juzgado, que sobreviene de inmediato en el acto de reflexin, lo que vemos es una conciencia alienada que trata de justificarse exponiendo que no fue l propiamente quien cometi tan indignas acciones. Vemos cmo la figura de Agamenn encarna la conciencia de s como conciencia de otro, como una enajenacin o extraamiento del yo que se mostr en la actuacin. Una conciencia alienada en la que el sujeto no reconoce al yo de la actuacin. Pero por ser Agamenn, el nuevo yo que se alza sobre la actualidad del acto reflexivo el mismo yo que promete compensar a Aquiles con regalos es un yo alucinado, como de mentiras, meramente provisional, un yo evocado porque la situacin as lo requiere. Agamenn no le interesa en lo ms mnimo la honra de Aquiles; lo que le importa es adular, aparentar y seducir con falsos sermones para convencer al de los pies ligeros de que de veras reconoce el error de su falta. Una falta que a fin de cuentas no es tan grave porque yo no soy el culpable; sino Zeus, la Parca y Erinis (Ilada XIX/85-95).

    En resumen, la conciencia alienada que promueve Agamenn nos ofrece un caso por medio del cual se puede efectuar un anlisis de un tipo muy particular de actuaciones y comportamientos en los cuales el yo juzga reflexivamente aunque esta palabra es mucho para lo

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    que hace Agamenn sobre las acciones de un yo pasado que tiene la peculiaridad de presentarse como un otro yo que es aprehendido como distinto del yo que en la actualidad del acto le juzga. La peculiaridad aumenta en la medida en que el yo tiene conciencia de s como conciencia de otro en un fenmeno de disociacin. Las acciones en el sentido de impulsos no racionales que ocasionan pena a Aquiles son llevadas a cabo por un yo extrao, un alguien simultaneo agenciado por la divinidad en un proceso de disociacin, aparentemente virtual porque no se tiene conciencia plena, que establece claramente una escisin del yo, permitiendo una distincin en el mismo acto de reflexin entre un yo que hace de sujeto y un yo que hace de objeto y al cual se le atribuyen los orgenes de las desventuras.

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    Son varios los aspectos que hemos pretendido resaltar o por lo menos mencionar a lo largo del ensayo: que la clera de Aquiles es el tema central de la Ilada y adems est narrada como smbolo de la guerra de Troya; que mnis y khlos son dos formas de la ira y ambas acontecen como respuesta a causas determinadas, que son ambas una respuesta no solo psicolgica sino tambin ticamente motivada, la primera es impersonal y justa, mientras la segunda que est ms cerca de la locura es excesiva, desmesurada e indecorosa; que, como dice Dodds, los impulsos no sistematizados, no racionales, y los actos que resultan de ellos, tienden a ser excluidos de la propia subjetividad pero adscritos a una causa externa; que los temas de la clera del hroe, el enfrentamiento con el trida y la eleccin de una vida breve y gloriosa constituan motivos tradicionales en la pica griega antigua; que la ira, al menos desde la definicin que nos brinda Aristteles, es una pasin capaz de hacer volubles a los hombres, un apetito penoso de venganza y en este sentido equiparable a la definicin actual de dicho trmino; que la clera est estrechamente ligada al sentimiento de la venganza. Finalmente, hemos visto que la reaccin colrica que despierta una injusticia, que para el caso de Aquiles es el rapto de Briseida y la muerte de Patroclo, es psicolgica y ticamente necesaria.

    Tambin fueron varios los aspectos que no se desarrollaron, pero se insinuaron, en el texto. Uno de ellos, el ms importante, tiene que ver con

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    lo que Dodds ha definido como los tipos de intervencin psquica en Homero, es decir, todas aquellas desviaciones respecto de la conducta humana normal cuyas causas no son inmediatamente percibidas, sea por la conciencia del propio sujeto, sea por la observacin de otros. En Los Griegos y lo Irracional se analizan dos trminos que tienen que ver con esta caracterizacin que propone Dodds; l se detiene a desarrollar la interpretacin de Homero de los elementos irracionales de la conducta humana como intervencin psquica, una injerencia en la vida humana por parte de agentes no humanos que ponen algo en el hombre, influyendo con ello en su comportamiento y en su conducta (Dodds 2001: 26). Tales trminos, que permiten adecuarse a dicha caracterizacin, son la ate y el menos (el valor o la valenta heroica). En ambos casos estas dos formas de intervencin divina permiten a los hombres, como tambin a los hroes, llevar a cabo con facilidad las proezas ms difciles. Especficamente, el menos es el acto de un dios que acrecienta o disminuye a voluntad la arete de un hombre, esto es, su potencia como luchador (Ilada XX/242; Jueces 14:6/15:14). En cambio, la ate para los griegos representa la tentacin divina; infatuacin que llev a Agamenn a resarcirse de la prdida de su amada favorita robndole a Aquiles la suya (Ilada XIX/86 y ss.). Ahora bien, algunas cuestiones que se desprenden de los argumentos que nos propone Dodds, y que estn evidentemente en relacin con el tema de la ira, solo quedan brevemente insinuadas por cuanto no hacen parte del objetivo principal del presente ensayo: Puede la ate, segn como se narra en el canto XIX, ser la culpable de la mnis de Aquiles? Es la clera una forma de intervencin psquica a la manera como Dodds caracteriza la ate y el menos? Por ltimo Cul es la importancia de la intervencin de los dioses en el desarrollo del sentimie nto de la ira que padece Aquiles?

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