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COMENTARIO A LOS PARÁGRAFOS 11 & 14, CAPÍTULO IV, DE LA ISAGOGÉ.

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Comentario a al pargrafo 14, captulo IV

ACERCA DE LA DIFERENCIA. COMENTARIO A LOS PARGRAFOS 11 & 14, CAPTULO IV, DE LA ISAGOG.Marcos Jasminoy

UCA Estudiante [email protected]

Al tratar la de Porfirio se suele mencionar al menos dos temas que suscitan distintas problemticas y opiniones. Por un lado sobre los influjos de Aristteles y Platn, y su confrontacin; por otro, si el carcter exclusivamente lgico que Porfirio pretende darle a la obra es logrado sin residuos ontolgicos o no. Este trabajo no se dedicar a resolver definitivamente estos planteos, sino recorrer el tratamiento porfiriano del tema lgico de la diferencia y decir algunas palabras al respecto de los mismos. La es un texto si no eminentemente aristotlico, aunque sea un tratado dedicado a la mejor comprensin de un texto de Aristteles como lo es , siguiendo por ello muchas particularidades no slo de su pensamiento sino tambin de su manera de proceder. Pero la influencia de la doctrina platnica, a travs de tamiz plotiniano es tambin notoria. Y esto va ms all de entrar en la cuestin de si Porfirio intenta conciliar a ambos pensadores o no. Es un tratado, o para ser ms precisos, un tratado de carcter introductorio, valga decir, una introduccin, desde un punto de vista predominantemente lgico. Es as que Porfirio se abstendr de hablar de la naturaleza de los universales, tanto de si subsisten o son puros y simples pensamientos, como de si son subsistentes corpreos o incorpreos, como tambin de si estn separados o si son subsistentes en las cosas sensibles y dependen de ella. Ahora bien, estamos convencidos de que ciertas tesis de corte netamente ontolgico se dejan traslucir a travs de este tratado, y en esta lnea sospechamos que en los pargrafos 11 y 14 del captulo IV dedicado a la diferencia ( ) Porfirio manifiesta adrede o no una genial intuicin propia o no metafsica. Analizaremos el camino lgico (con sus aperturas metafsicas) que sigue Porfirio en este captulo hasta culminar en los pargrafos 11 y 14, a travs del cual se irn revelando diferentes problemticas. En el comienzo del susodicho captulo, Porfirio dice que tratar de la diferencia en tres sentidos: uno amplio, donde la diferencia est dada por alteridad de s o de otro; otro estricto, en el que se distingue por un accidente inseparable; y otro estrictsimo, en el cual la diferencia es especfica. Luego afirmar que tanto el sentido amplio como el estricto hacen distinto y que de estas diferencias se forman slo las alteridades y los cambios en su modo de ser o estar. Por el contrario, de las diferencias estrictsimas dice que hacen otro, y las llama diferencias especficas porque de ellas surgen las divisiones de los gneros en especies, y se establecen las definiciones que se construyen a partir del gnero y de las diferencias de esta clase. Si bien no encontramos an una tesis metafsica, el vocabulario se va aproximando a ella y de a poco la empieza a articularse de forma tal que permita una apertura a algo ms que enunciados lgicos.A continuacin ensaya otra clasificacin de las diferencias entre separables e inseparables. Estas ltimas pueden ser a su vez por s, que se recogen en la definicin de la sustancia y hacen otro, adems de no admitir el ms y el menos; o por accidente, que no se recogen en la mentada definicin, hacen distinto en vez de otro y aceptan intensidad mayor o menor. O, como l mismo aclarar, las diferencias que completan la definicin de cada cosa, y el ser de cada cosa, que es uno y el mismo, no pueden ser susceptibles de intensidad. Pero ac ya tenemos dos tesis de carcter ontolgico. Una, que las diferencias completan no slo la definicin (la traduccin literal sera razn) sino tambin el mismo ser de las cosas, es decir, son parte constitutiva del ser; no sera muy descabellado pensar que aqu los trminos definicin y esencia se equiparan. Y otra, que el ser de cada cosa es uno y el mismo, tesis que podra interpretarse desde dilogos de Platn como el , o desde el neoplatonismo de Plotino. Pero nos abstendremos de ello.En seguida dividir a las diferencias inseparables por s en divisivas y constitutivas, las unas a tenor de las cuales dividimos los gneros en especies y la otras a tenor de las cuales lo dividido se hace especie. Una diferencia divisiva de un gnero x ser la constitutiva de su especie y. Ambas, la divisiva y la constitutiva se consideran bajo el nombre comn de especfica. Luego vendr una serie de pargrafos en los que Porfirio intentar definir a la diferencia especfica. Primero la definir como aquello por lo que la especie sobrepasa al gnero, y por eso afirmar que el gnero tiene en potencia todas las diferencias de lo que est por debajo suyo, y en acto ninguna. Lo curioso es la salvedad que hace despus: Y de esta manera, ni del no ser surge algo ni los contrarios estn a la vez en lo mismo. Estas palabras de tono metafsico podran estar respondiendo a la clasificacin del pargrafo 2 del primer captulo, descartando la posibilidad de que los universales no existan por s o, en sus palabras, sean simples y puros pensamientos. Una segunda definicin ser: diferencia es lo que se predica respecto de cmo es de varias cosas que difieren en la especie, precisando a continuacin que la pregunta por el qu se refiere a la especie. Antes de las dos definiciones que faltan, Porfirio incursionar, en el pargrafo 11, nuevamente en terreno metafsico. Afirmar categricamente, dira uno que las cosas estn compuestas de o tienen una composicin anloga a la de materia y forma. Utilizar para ilustrar tal afirmacin hilemrfica un ejemplo que consta en el mismsimo libro V de aristotlica, y luego dir que el gnero es anlogo a la materia y la diferencia a la forma, es decir, que el gnero es indeterminado y la diferencia es configuradora. Es curioso que, a primera vista, en este punto se aleje tanto de la metafsica platnica y parezca acercarse ms al hilemorfismo aristotlico. Es que, segn sabemos por las doctrinas no escritas de Platn, la configuracin o determinacin era ms bien una propiedad del Uno, que vendra a ser el principio formal, mientras que el principio material era la Dada indefinida, que a su vez originaba las multiplicidades. En Aristteles, en cambio, el principio de individuacin ser el material (la materia prima), mientras que la forma llevar la esencia; aunque, claro, esto se da siempre para lo entes fsicos. Quiz se podra entender mejor esta tesis desde Plotino. El Uno, primer principio, es completamente indeterminado, de hecho no puede decirse siquiera que es, podra considerrselo como sustrato o si se quiere principio material de la realidad, de todo lo que s es. El ser le corresponde primeramente al principio formal que conocemos como y que tambin introduce, como indica su nombre, la inteligencia a la realidad. De esta manera, la analoga cierra un poco ms.Pero si se nos permite ahondar aqu un poco ms en la filosofa antigua, podramos reinterpretar la doctrina platnica valindonos de un texto de Heidegger, La doctrina de Platn acerca de la verdad, en el que profundiza sobre la relacin entre el Bien (el Uno) y verdad. Parte de una definicin de Bien que es la siguiente: significa, pensado griegamente, lo que es capaz de algo y capacita para algo. Las ideas, sostiene, son lo siente de todo lo siente, lo entitativo de todo lo entitativo. De esta manera, lo entitativo de toda idea, es decir, la idea de todas las ideas, es lo que hace ser apto. La esencia de cada idea ya reside en un posibilitar y capacitar para el lucir, el cual concede una visin de la evidencia. Por ello la idea de las ideas es lo capacitante pura y simplemente: . ste hace lucir a todo lo luminoso y por eso es l mismo lo que propiamente aparece luciendo, lo luminossimo en su lucir. Por ello Platn nombra al tambin lo aparecentsimo (luminossimo) de lo siente. Analicemos esto bajo la luz de las dos definiciones de diferencia que provee Porfirio a continuacin, y que a la vez nos van allanando el camino para el pargrafo 14. Ya hemos definido a la diferencia por su relacin al gnero y por su manera de predicar; ahora se har por su capacidad y por lo que se distingue. Segn una definicin, diferencia es lo que es capaz por naturaleza de separar lo que est bajo el mismo gnero, y la otra, aquello por lo cual se distingue cada cosa [cada especie]. Es interesante notar que una de las notas definitorias (por no decir esenciales) tanto de la idea de Bien platnica como de la diferencia aristotlico-porfiriana es la capacidad para. O, con lenguaje aristotlico ms tcnico, es potencialidad.

Heidegger remata el tema diciendo: La expresin la idea del bien, () es el nombre para aquella idea preeminente que, como idea de las ideas, permanece siendo lo que capacita a todo. Esta idea, que es la nica que puede llamarse el bien, queda porque en ella llega a su culminacin la esencia de la idea, y esto quiere decir, comienza a esenciar, de tal modo que aun la posibilidad de todas las otras ideas surge recin a partir de ella. Esto, expresado un poco burdamente en trminos aristotlicos, es lo que pareciera hacer Porfirio en el mentado pargrafo al utilizar la analoga de materia para el gnero. Y la diferencia puede ser entendida como forma fcilmente desde Platn si tomamos en cuenta que toda idea, para ser una y la misma, debe no-ser el resto; o en trminos porfirianos, toda especie se distingue de otra porque, si bien estn bajo el mismo gnero, estn separadas por la diferencia. Que una cosa se distinga de otra equivale a decir que no es la otra, y aqu se evidencia el carcter determinante y configurador de la diferencia.Y as llegamos finalmente al pargrafo 14, en el que se dice que la diferencia no es cualquier cosa de las que separan lo que est bajo el mismo gnero, sino precisamente lo que contribuye al ser y es parte de la esencia de la cosa. Ntese que la salvedad lgica de utilizar el trmino definicin en vez de esencia aqu es ignorada por completo. Pero lo que contribuye al ser lo hace de manera constitutiva, como se ve por paralelismo en el ejemplo que le sigue: ser capaz por naturaleza de navegar no es constitutivo de la sustancia ni parte de ella, sino slo una particularidad suya, es decir, no es una diferencia especfica. Pero aqu ya hay que destacar algunas cosas. Primero, que el ser se equipara a la sustancia, y esto es ya una posicin ontolgica claramente aristotlica; de hecho es posible que una de la tareas que se proponga Porfirio con la sea precisamente mostrar la preeminencia de la sustancia por sobre las otras categoras. Luego, la esencia es tambin equiparada a la sustancia, como se evidencia en el paralelismo establecido por parte de. En qu quedamos, entonces? Con qu se identifica la sustancia, con el ser o con la esencia? Lo ms probable es que Porfirio tampoco tenga del todo clara la distincin, pero de cualquier manera podramos decir que la sustancia tiene elementos de ambas cosas. Es que para ser precisos, en la realidad lo que existen son sustancias, y en la realidad el ser y su esencia no son cosas separadas sino que conforman la misma cosa, o en trminos porfirianos que ya hemos citados: el ser de cada cosa [] es uno y el mismo. Porfirio concluye que diferencias especficas son aquellas que hacen otra especie, y aquellas que se recogen en la esencia. En el pargrafo 5 haba dicho que las diferencias por s, que no son ms que las especficas, hacen otro y se recogen en la definicin de sustancia. Sucede entonces que la esencia es lo mismo que la definicin de la sustancia? S y no. Porfirio es muy cuidadoso, y por ms que en la traduccin castellana (se recogen) y en la latina de Boecio (accipiuntur) el verbo es el mismo, en griego tiene un pequeo matiz diferente: en el pargrafo 5 utiliza mientras que en el 14 prefiere . Cul sea el matiz, no importa; lo que debe destacarse es el esfuerzo que realiza Porfirio para no jugarse en las tesis ontolgicas. Y esto no es menor, pues aqu estaba en juego la naturaleza de los universales que explcitamente descart tratar en el pargrafo 2 del primer captulo. Pues, implcitamente ya ha refutado la tesis de que son puros y simples pensamientos, como ya hemos visto. As, es evidente que subsisten, pero, cmo corpreos o como incorpreos? Es claro que como corpreos no, pues ya hemos afirmado que la materia y la forma se dicen de los entes fsicos, y Porfirio se esmera, en el pargrafo 11 ya analizado, en mostrar que los universales son anlogos a esa composicin. De esta manera sabemos que son incorpreos. Separados de las cosas sensibles o en ellas? Platn o Aristteles? Si hubiera quedado explcito que la esencia es exactamente lo mismo que la definicin de la sustancia, se habra decidido por Aristteles. Pero como vimos en el prrafo anterior, esto no sucede. No obstante, esta indecisin puede revelar una tercera postura, a saber, que suceden ambas cosas, que estn separados de las cosas sensibles y al mismo tiempo estn en ellas. De hecho, si consideramos bien la postura platnica, las ideas, a pesar de su estatus objetivo e hiperuranio, tambin se encuentran en las cosas sensibles. No debemos olvidar que una de las causas de Porfirio para encarar esta obra introductoria es precisamente porque es til para dar definiciones, es decir, para plasmar en lenguaje humano la esencia de las cosas; por ello vale para nuestro trabajo volver a las ideas platnicas. Una relectura de textos platnico como la , el y sobre todo el , nos mostrar que el hombre no puede conocer directamente lo inteligible, dada su propia naturaleza sensible. Mejor dicho: el alma (pues en ella est el conocimiento) no puede captar en este mundo, al estar limitada por el cuerpo, la esencia de las cosas (la idea de modo pleno). De aqu se sigue que todo conocimiento ser imperfecto, ser una copia, una , ser una imagen. Entonces el hombre debe morir para que su alma acceda perfectamente a la realidad. Pero eso no es suficiente. El hombre debe seguir el camino de la verdad, debe amar la sabidura: el filsofo es aquel que desea padecer la muerte, que en definitiva se prepara para ella.

El carcter trascendente de las ideas no le quita la interioridad que pueden tener como esencia en la cosa sensible, sino que ms bien se la otorga: segn su naturaleza sensible y en este mundo sensible, la esencia ser interioridad, mientras que la objetividad de la idea se da en otro mundo, o mejor, en otro aspecto de la realidad. Las ideas objetivas no estn en el exterior, sino en otro nivel real, pero recibir una impresin desde el exterior, como sucede con los sentidos, implicar una idea interiorizada, una esencia. As, es vlido afirmar con Henri Bergson que la esencia no podra advertirse desde fuera, pues es interior por definicin, ni expresarse por smbolos, pues es inconmensurable por cualquier otra cosa. Pero no debemos aqu tratar de Platn y su gnoseologa, y menos de su doctrina del alma. Que eso slo sirva para ilustrar lo siguiente: podemos estar seguros de que los universales se hallan en cierta manera (no importa cul) en las cosas sensibles, pero esto nunca excluir el hecho de que puedan tener el fundamento de su ser y su verdad en un mundo como el de las ideas (que a su vez tendra su ser y su verdad en el principio que conocemos como Bien o Uno). Pero dada la imperfeccin de nuestro conocimiento nunca podremos afirmar esto ltimo tampoco, y deberemos permanecer racionalmente agnsticos. Platn o Aristteles? Aceptemos el juego de Porfirio y no nos decidamos concluyentemente por ninguno, ni siquiera por un Platn aristotelizado o un Aristteles en clave platnica. Y sobre la diferencia basta con esto.BibliografaPorfirio, Isagoge = , introduccin, traduccin y notas de Juan Jos Garca Norro y Rogelio Rovira; traduccin del griego al latn de Boecio. Edicin trilinge, Barcelona, Anthropos Editorial, 2003.H. Bergson, Introduccin a la metafsica, Mxico, Centro de Estudios Filosficos de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico 1960.

M. Heidegger, La doctrina de Platn acerca de la verdad, traducido por Francisco Abalo Cea y Pablo Sandoval Villarroel, Santiago de Chile, Departamento de Filosofa de la Facultad de Filosofa y Humanidades de la Universidad de Chile, 2000. A consultar en la red: http://www.cybertesis.cl/tesis/uchile/2000/abalo_f/sources/abalo_f.pdfJ. J. Garca Norro, Dos interpretaciones recientes de la Isagoge de Porfirio, en los Anales del Seminario de Historia de la Filosofa, n18, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 2001; 143 a 150. Porfirio, Isagog, cap. I, 2.

Cap. I, 3.

Cap. I, 2.

Cap. IV, 1.

Cap. IV, 2.

Cap. IV, 3. Como no es el objetivo de este trabajo, no importa aqu la dudosa traduccin.

Cap. IV, 2.

Cap. IV, 3.

Cap. IV, 5.

Ibidem.

Ibidem.

Cap. IV, 6.

Ibidem.

Cfr. cap. IV, 7 y 8. Sobre los problemas lgicos para el llamado rbol de Porfirio que surgen a partir del pargrafo 7 no nos ocuparemos.

Cap. IV, 9.

Ibidem.

Ibidem.

Cap. IV, 10.

Cap. IV, 11.

Algo as parece opinar G. Girgenti, segn pudimos leer en un comentario de J. J. Garca Norro, Dos interpretaciones recientes de la Isagoge de Porfirio, p. 1.

M. Heidegger, La doctrina de Platn acerca de la verdad.

Ibidem, p. 21.

En realidad utiliza el trmino alemn das Seiende, lo siente, pero su definicin y delimitacin no incumben a este trabajo. Valga decir, sin ms, que se aplica a lo que est siendo (ente) y al estar siendo (ser) mismo.

Heidegger, ob. cit., p. 22.

Cap. IV, 12.

Cap. IV, 13.

Ibidem, p. 22.

Cap. IV, 14.

Ibidem.

Esto es lo que opina A. de Libera, segn el comentario ya citado de J.J. Garca Norro.

Cap. IV, 5.

Cap. IV, 14.

Cap. I, 1.

H. Bergson, Introduccin a la metafsica, p. 10.

Cap. IV, 15.