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ΕΙ sueno γ el Paraiso (Iren., Epid. 13) E1 relato biblico (Gen. 2,21) ha de situarse normalmente en el Paraiso. Alli vivia Adan y alli fué donde el Sefior le infundió el suefio de que salió Eva. Las noticias gnósticas son mucho menos explicitas. Dan la impresión de que les incomoda el suefio en el Paraiso, y prefieren colocarle junto con la plasis humana, en visperas de encumbrarle al hombre al Eden. Ten dria interés llevar por este camino la investigación. El tema de ' el sueno y el Paraiso ' me lo sugirió una corta linea de s. Ireneo, en la Epideixis. El Santo supone al primer hombre, dentro del Paraiso, igual que el relato biblico. Dios pues, mientras el hombre se paseaba por el Paraiso, trajo a su presencia todos los animales y le mandò poner nombres a todos. Y el nombre que impuso Adàn a cada ser viviente, ése fué .su nombre. Y quiso hacer ademàs una ayuda semejante al hombre. Asi dijo Dios : ' No es bueno que esté el hombre solo, hagàmosle una ayuda semejante a él'. Porque entre los otros seres vivientes no habia aj'uda adaptada y .semejante a Adàn. Dios mismo inspirò entonces un éxtasis a Adàn y lo adormeció. Cotno el suefio no existia en el Paraiso, fué inspirado sobre Adan por la voluntad de Dios, para realizar una obra a partir de otra obra...1. Hay un elemento curioso, que excede la noticia escrituraria y se da aqui corno algo sabido. En el Paraiso no habia suefio. Y por no haberlo fué menester le inspirara alguien ' positivamente '. Asi fué corno ' aquel suefio que no existia en el Paraiso bajó sobre Adàn por voluntad de Dios'. Anota U. Faldati: 'Così nel testo, che riesce alquanto oscuro'2. S. Ireneo no parece haber inventado tal elemento. Teófilo Antioqueno le omite. i Sera uno de tantos residuos de tradición rabinica, larvadamente insinuados en la Epideixis? El Paraiso, segun concepción talmudica, es el sitio donde se comunica Dios a los justos, y donde se consagran éstos a Su adoraciòn. El midrash a los Salmos (Ps. 11,7) dice de lo,s habitantes de él, que contemplan el rostro de Dios3. En la primera literatura cristiana abundan vestigios de la misma idea4. El propio s. Ireneo la apunta, poco antes (Epid. 12) : 1 Epid. 13. 2 S. Ireneo, Esposizione della Predicazione Apostolica, Roma 1923, p. 65,2 3 Cf. F. Weber, Jiidische Theologie, Leipzig 1897, p. 164 s. y 345. 4 Estudiamos algunos en : Orientalia Christiana periodica 29 (1963) 305 s.s.

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ΕΙ sueno γ el Paraiso

(Iren., Epid. 13)

E1 relato biblico (Gen. 2,21) ha de situarse normalmente en el Paraiso.

Alli vivia Adan y alli fué donde el Sefior le infundió el suefio de que salió Eva.

Las noticias gnósticas son mucho menos explicitas. Dan la impresión de que les incomoda el suefio en el Paraiso, y prefieren colocarle junto con la plasis humana, en visperas de encumbrarle al hombre al Eden. Ten

dria interés llevar por este camino la investigación. El tema de

' el sueno y el Paraiso

' me lo sugirió una corta linea de

s. Ireneo, en la Epideixis. El Santo supone al primer hombre, dentro del

Paraiso, igual que el relato biblico.

Dios pues, mientras el hombre se paseaba por el Paraiso, trajo a su

presencia todos los animales y le mandò poner nombres a todos. Y el nombre que impuso Adàn a cada ser viviente, ése fué .su nombre. Y quiso hacer ademàs una ayuda semejante al hombre. Asi dijo Dios :

' No es bueno que esté el hombre solo, hagàmosle una ayuda

semejante a él'. Porque entre los otros seres vivientes no habia

aj'uda adaptada y .semejante a Adàn. Dios mismo inspirò entonces un éxtasis a Adàn y lo adormeció. Cotno el suefio no existia en el

Paraiso, fué inspirado sobre Adan por la voluntad de Dios, para realizar una obra a partir de otra obra...1.

Hay un elemento curioso, que excede la noticia escrituraria y se da

aqui corno algo sabido. En el Paraiso no habia suefio. Y por no haberlo fué menester le inspirara alguien

' positivamente '. Asi fué corno

' aquel

suefio que no existia en el Paraiso bajó sobre Adàn por voluntad de Dios'. Anota U. Faldati: 'Così nel testo, che riesce alquanto oscuro'2.

S. Ireneo no parece haber inventado tal elemento. Teófilo Antioqueno le omite. i Sera uno de tantos residuos de tradición rabinica, larvadamente insinuados en la Epideixis?

El Paraiso, segun concepción talmudica, es el sitio donde se comunica Dios a los justos, y donde se consagran éstos a Su adoraciòn. El midrash a los Salmos (Ps. 11,7) dice de lo,s habitantes de él, que contemplan el rostro de Dios3. En la primera literatura cristiana abundan vestigios de la misma idea4. El propio s. Ireneo la apunta, poco antes (Epid. 12) :

1 Epid. 13. 2 S. Ireneo, Esposizione della Predicazione Apostolica, Roma 1923,

p. 65,2 3 Cf. F. Weber, Jiidische Theologie, Leipzig 1897, p. 164 s. y 345. 4 Estudiamos algunos en : Orientalia Christiana periodica 29 (1963) 305 s.s.

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EL SUENO Y EL PARAISO (iREN., EPXD. 13) 347

' E1 Paraiso era tan bello y agradable que el Verbo de Dios se paseaba

con frecuencia por él, entreteniéndose con el hombre, prefigurando el futuro, cuando habia de ser su compafiero de morada y conversar y convivir con

él, ensefiàndole la santidad'. Del Paraiso, lugar de conversación del hombre con el Verbo de Dios,

al Paraiso 'Tempio de Dios' solo habia un paso. Y le dieron ciertamente

algunos, desde la mas remota antigiiedad, descubriendo en la prescripción del Levitico 12,2-5 el misterio de la exaltación de Adàn al

' Tempio de

Dios '

(== Paraiso), a los 40 dias de su plasis5. El Tempio de Dios, lugar de conversación del hombre con el Verbo,

es incompatible con el suefio. El suefio no deeb entrar en el Paraiso. Pero s. Ireneo dice algo mas. Va mucho de que el Paraiso no sea

lugar conveniente al suefio, a que ' el suefio no exista (de hecho) en el

Paraiso'. La conversación de Adàn con el Verbo no era — segun el Gé nesis — continua. Era a lo mas — segun Ireneo (Epid. 12) — frecuente.

iPor qué suprimir el descanso?

No vale invocar la doctrina judia de quienes colocaron el pecado de

Adàn ,el primer dia de su creación, antes de que le Uegara la noche ".

La proposición de s. Ireneo es general sin limitación de tiempo. Tampoco cabe recurrir a ningùn sentido misterioso del suefio. La Escritura conoce

indudablemente varias clases de suefio7. Mas ni el término ni el contexto

de Epid. 13 autorizan otro significado que el habitual, en su aplicación a

un hombre sensible. En pugna con los gnósticos, Ireneo tiene marcada ten

dencia a urgir el sentido normal, fisico, de los fenómenos humanos. Tal le

ocurre notablemente con la muerte. El suefio no hace excepción. Y segun eso, tornamos al problema. iQué necesidad habia de que por

voluntad positiva de Dios le fuera inspirado el suefio a Adàn? iPor qué no existia ya en el Paraiso?

A fiarnos del libro etiòpico de Adàn8, el primer hombre vivia tan

lleno de dones divinos en el Paraiso, que no pudo emplearse en ejercicio

alguno terreno. El suefio corporal era incompatible con la vida celeste, a

que le solicitaban los dones. Dominados los sentidos por la vida del espiritu

(νοϋς), el hombre hacia vida de àngeles, y corno ellos velaba de con

tinuo a Dios.

Tal solución, en consonancia perfecta con la doctrina de Filón y de muchos documentos hebreos9, se deja sentir hasta en las recomendaciones

de s. Ignacio a .s. Policarpo.

5 Cf. Gregoricmum 46 (1965) 96 ss. 6 Cf. L. Ginzrerg, Lcgends of the Jews, voi. V, ρ. 107, η. 97 y ρ. 112,

η. 104. 7 Tres distingue el

' Bereschit Rabba' in Gen. 2,19 (cf. Gen. 2,21;

Gen. 15,12; 1 Sam. 26,2: agregar Is. 29,10). 8 Versión de A. Dillmann, Dos chrìstl. Adambuch des Margentandes

(.Jahrb. d. bibl. Wissenschaft V, 1853) p. 14: ' Sie waren noch voli von den

Gnadengaben des Lichtreichs, sie hatten noch keinen Sinn fiir das irdische Wesen'. — Otro pasaje, seguramente corrompido, del mismo libro (ibid.

p. 35), en L. Troje, Adam md Zo'è, Heidelberg 1916, p. 59 η. 1. 9 Cf Orient. christ. period. 29 (1963) 326 .ss.

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348 ANTONIO ORBE, S. I.

Entrégate a eontinuas plegarias (προσευχαΐς αχόλαζε άδιαλείπτοις) — le escribe— ... està (siempre) vigilante en posesión del espiritu que no duerme (γρηγόρει άκοίμητον πνεϋμα κεκτημένος)10.

Filón habla de ' la mirada inextinguible y sin sueno, de la mente '11 por

la autèntica luz nacida de ella misma; y algo mas tarde, 'del ojo sin

sueno', de Dios12. Epicteto aplica el adjetivo άκοίμητον al daimon13.

S. Ignacio da un paso mas. El epiteto recae sobre el espiritu de que està poseido el verdadero Pastor de almas. Al igual que los

' vigilantes

'

(έγρήγοροι) llamados también ' los que nunca duermen '15, Policarpo ha

de estar siempre en vela, corno quien adquirió el espiritu sin sueno.

No otra filosofia se esconde en la clàusula de Ireneo. Al ser trasladado

Adàn al Jardin de delicias, recibió en don ' para cui ti vario y custodiarlo

'

el espiritu que no duerme, a fin de vivir corno los àngeles, en continua vela

y adoración a Dios.

La falta de sueno era indicio de divinidad ο de posesión divina. El

paganismo antiguo, igual que el judaismo y las primeras generaciones cristia

nas, la entendió aun en el arte. El crucificado de los 'ojos abiertos '

mani

festa sin mas su divinidad1G.

El sueno es indispensable a la salud de los mortales1T y reconoce por

causa el alimento material. Dios no ha menester descanso ni alimento. Es

'sin sueno' ( άΰπνος ), igual que es 'inmortai'18. Mientras los mortales, dominados por la materia, viven en sueno y requieren uno que les despierte e ilumine19.

Adàn, levantado al Paraiso, no perdio el barro de origen. Su vida ange lica y divina, sin sueno, atestiguaba sensiblemente su condición gratuita de

vida. Asi al menos, segiin s. Ireneo.

Tal mentalidad se dejó sentir màs tarde entre los propio.s monjes. El

hombre espiritual, lleno de Dios, ha de ser άϋπνος superior al suefio de

los sentidos 20.

U'A Policarpo I, 3. 11 Mut. nom. 5. 12 ibid. 40. 13 Meditacicmes I, 14,12. — Cf. Waldemar Deonna, Le Symholisme de

l'Oeil, Paris 1965, ρ. 134 ss. (L'oeil et la vigilance). 14

Categoria de àngeles muy socorrida en 1 Henoch. Los lugares pueden verse en W. Bousset - H. Gressmann, Die Religion des Judcntums, Tii

bingen 1926, p. 322 s. n. 2 ; J. Michl, art. Engel II (jiidisch), en : Real lexikon f. Ant. u. Christentum, Bd. V, col. 65.

13 Cf. 1 Henoch 39,12.13; 40,2 cf. 61,42 ('todos los que arriba en el cielo no duermen ') ; 71,7 (' los nunca durmientes, que custodian el trono de su gloria').

10 Véase A. Grillmeier, Der Logos am Krenz, Miinchen 1956, p. 87 et

passim ; W. Deonna, o. c., p. 140. 1? Cf. Aristóteles, De somn. 2,455 b 17-22. 18 Cf. Corpus Hermeticwn 1,15 ed. Nock-Festugière, p. 12,2. 19 Tema frecuente en la gnosis. Cf. Hipólito, Kef. V, 14,1; 17,8

(peratas). Ibid. V, 7, 30. 32 (naasenos). 20 Cf. R. Reitzenstein, Historia Monachorum 91.93 95 s. et passim;

L. Troje, Adam und Zoe 26, η. 1.

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EL SUENO Υ EI. PAEAISO (iREN., EPID. 13) 349

E1 mito del primer hombre, torpe corno gusano que se arrastra por el

barro, atestiguaba no sólo ante los gnósticos, sino ante los propios Arcon

tes, plasmadores de Adàn, que no era dios, ni siquiera espiritual. Si el suefio es impropio de Dios, también lo seràn los fenómenos similares a él. Y en ellos se conocerà si està uno lleno de Dios 21.

De ahi una duda. Siendo el suefio, impropio de Dios y aun del Paraiso, j còrno pudo El infundirselo a Adàn?.

S. Ireneo emplea una fòrmula algo diferente de la biblica : ' corno el

suefio no existia en el Paraiso, bajó sobre Adàn por voluntad de Dios'. El suefio que normalmente no hubiera caido sobre el primer hombre, cayó sobre él por voluntad positiva de Dios. Sin duda porque en si no era pe caminoso, y habia razón seria '

circunstancial '

para él. No era en si pecaminoso. El suefio provocado por Adàn, suspendiendo

por su cuenta la union ο contemplación divina, y cerrando los ojos para Dios, habria sido pecaminoso. Porque el Sefior habia puesto al primer hom bre en el Paraiso,

' positivamente

' para que llevase vida de àngeles, en vela

continua. La suspensión en la divina thecrria, llevada a cabo ' por voluntad

de Dios' y por altisimos fines, podia ser no solo licita sino aun meritoria. El mismo que exaltó a Adàn a un régimen de vida angélica, era duefio de retraerle por algun tiempo, del mismo.

S. Ireneo aduce el móvil de Dios : ' para realizar una obra a partir

de otra obra '22. El misterio de la monarquia y unicidad de Dios23 debia manifestarse en la monarquia y unicidad de origen del gènero humano. No fueran a pensar que un dios habia formado al hombre y otro a la mujer.

El estado de suefio se prestaba, por su indole material y humana, mucho mejor que el de vigilia (de indole angélica), para un acto corpòreo. Ademàs el origen de la mujer habia de indicar — por la relajación misma del hom bre en la union con Dios — el acto matrimoniai a que se ordenaba, tam bién él distractivo de Dios. Tanto el suefio corno el acto conyugal se oponen a la tensión caracteristica de la theoria divina. Y es naturai que el origen de la mujer, por la cual dejarà en su dia el hombre al propio Dios 24 suspen diendo la piegarla, tenga lugar — corno el acto — en suefio, relajando los sentidos.

Antonio Orre, S. i.

21 Véase El sueùo de Adòn entre los gnósticos del siglo II, en: Estudios Eclesiósticos, 41 (1966), p. 388.

22 Segun U. Faldati : '

affinchè un'opera scaturisse dall'opera '. L. m. Froidevaux :

' afin de réaliser une oeuvre tirée d'une autre oeuvre

' (pro

bablement έργον ίξ έργου comme au ν. 23). 23

Segun idea de s. Teófilo Ant., Ad Autol. II, 28. 2* Ci. 1 Cor 7, 5.

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