ΑΘΗΝΑΖΕ ταυτολογιαι 1-16

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ΑΘΗΝΑΖΕ Τ Α Υ Τ Ο Λ Ο Γ Ι Α Ι 1 - 16 Η ΦΙΛΙΚΗ ΕΤΑΙΡΕΙΑ 1

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Transcript of ΑΘΗΝΑΖΕ ταυτολογιαι 1-16

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  • 3. El procedimiento para trabajar con las frases de es el siguiente: Leemos las frases de la pgina de la izquierda (frases griegas). Si tenemos alguna duda sobre el sentido de alguna frase, lo consultamos en la pgina de la derecha (traduccin espaola). Volvemos a leer, en voz alta y prestando atencin slo a la pgina en griego. Repetimos esto unas cinco o seis veces, hasta estar completamente seguros de entender perfectamente toda la serie. Tapamos ahora con un papel la pgina de la izquerda. Vamos leyendo mentalmente cada frase espaola y a continuacin la decimos en voz alta en griego y despus la escribimos. Al terminar comprobamos nuestros errores. Volvemos a repetir la operacin unas cuantas veces ms hasta que nos salga perfecto. Cada cierto tiempo podemos hacer un repaso pidiendo a un amigo o familiar que nos vaya preguntando listas de frases. Puede resultar muy divertido y estimulante demostrarles cuntas frases somos capaces de acertar. Es importante tener en cuenta que las traducciones espaolas no son literales, porque de lo que se trata no es de traducir literalmente palabra por palabra, sino de que al ver u or la frase espaola, automticamente recordemos su equivalente griego -que no necesariamente emplea las mismas construcciones-. 3
  • 4. El trabajo con estas frases nos ayudar a adquirir de forma activa no solo vocabulario, sino tambin un enorme repertorio de expresiones griegas que, poco a poco y a base de la repeticin regular y constante -mejor dedicarle 30 minutos cada da que seis horas una vez a la semana- iremos asimilando y al final nos saldrn espontneamente. La experiencia en la aplicacin de esta metodologa en lenguas modernas demuestra que es especialmente til para estimular la competencia oral de forma autodidacta. Se suele aplicar en alumnos que no tienen ocasin de practicar la lengua en grupos, con hablantes nativos o de realizar cursos de inmersin en el pas de la lengua que estudian. Por ltimo, indicar que sera muy conveniente que el aprendiz realice sus propias grabaciones de las frases griegas prestando atencin en la lectura a la posicin de los acentos. No hace falta or estas grabaciones prestndoles completa atencin. De lo que se trata es de acostumbrarse al sonido de la lengua, por lo que lo importante con las audiciones no es tanto entender, sino escuchar una y otra vez, cuantas ms veces mejor, incluso cuando estamos realizando otras actividades -como conducir, pasear, cocinar, etc.-, para que poco a poco, y a base de la repeticin continua, las caractersticas fonticas de la lengua se nos vayan fijando en la memoria. Una versin en forma de tarjetas de audio las tienes en https://www.youtube.com/my_videos?o=U 4
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  • 6. 1 1 , . 2 . 3 4 . 5 . 6 . 7 , . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 , . 18 . 19 . 20 . 6
  • 7. 1 1 El trigo no es mucho, pero es suficiente. 2 Dicepolis excava el campo. 3 Dicepolis se queja y dice: Zeus! 4 El campesino saca una piedra del campo. 5 Dicepolis ama la casa. 6 El sol calienta y le agota. 7 Dicepolis se alegra, pues es libre. 8 Dicepolis se levanta y trabaja. 9 Dicepolis es ateniense. 10 El campesino trabaja en el campo. 11 Dicepolis levanta la piedra. 12 La piedra es grande. 13 El hombre camina hacia la casa. 14 La casa es hermosa. 15 El campesino cultiva la granja. 16 La granja es pequea. 17 Ya no descansa Dicepolis, sino que trabaja. 18 Poco despus el hombre se sienta bajo el rbol. 19 El campesino se cansa mucho. 20 El sol se pone. 7
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  • 9. 21 Dicepolis no vive en Atenas. 22 La granja produce trigo. 23 La vida es dura. 24 El trabajo es largo. 25 Mucho tiempo trabaja el campesino. 26 Dicepolis siempre trabaja, pues es incasable y fuerte. 27 Finalmente camina hacia la casa. 28 El hombre cultiva el campo. 29 Dicepolis trabaja mucho, as pues se queja muchas veces. 9
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  • 11. 2 1 El campesino sale de la casa. 2 El esclavo es vago. 3 Jantia duerme bajo el rbol. 4 Dicepolis llama al esclavo. 5 No trabaja el esclavo, si no est presente Dicepolis. 6 Por qu eres tan vago, Jantia? 7 Ahora el esclavo no se apresura, sino que camina despacio. 8 Al da siguiente el agricultor coge el yugo. 9 El esclavo vago no ayuda. 10 Ven aqu, Jantia! 11 No seas tan duro, amo! 12 Dicepolis conduce los bueyes. 13 Trabaja, maldito esclavo! 14 Dicepolis lleva los bueyes bajo el yugo. 15 El esclavo encaja el arado. 16 El amo mira hacia el arado. 17 El buey arrastra el arado. 11
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  • 13. 18 Dicepolis camina y Jantia le sigue detrs. 19 El agricultor aguijonea a los bueyes. 20 Demter multiplica la semilla. 21 Yo trabajo, y t qu haces? 22 Desde el amanecer trabaja el amo en el campo. 23 El amo pega al esclavo. 24 El sol quema, pues es medioda. 25 El rbol da sombra. 13
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  • 15. 3 1 El campesino siembra la semilla. 2 Pero, mira! los bueyes ya no arrastran el arado. 3 Una piedra grande impide el arado. 4 El esclavo no levanta la piedra. 5 Jantia dice: No es posible levantar la piedra, pues es grande. 6 Dicepolis: Esclavo tonto, no charles, sino levanta la piedra! 7 El campesino y el esclavo levantan juntos la piedra. 8 Pero la llevan apenas, pues es grande. 9 Mientras llevan la piedra, Jantia tropieza y deja caer la piedra. 10 La piedra cae al pie de Dicepolis. 11 Dicepolis: Canalla! por qu dejas caer la piedra? 12 El esclavo: No tengo la culpa, amo. 13 El campesino y el esclavo levanta de nuevo la piedra y la llevan. 15
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  • 17. 14 Entonces se acerca Filipo, el hijo de Dicepolis. 15 Dicepolis es el padre de Filipo. 16 Filipo es un nio grande y valiente. 17 El nio lleva al padre la comida. 18 El nio dice:Padre, ven aqu! No trabajes ya, sino come, pues traigo la comida! 19 Dicepolis deja el arado y come. 20 No es posible arar, pues muchas piedras impiden el arado. 21 Ni es posible levantar tantas piedras. 22 Dicepolis va a ir al campo. 23 En los rboles hay muchos frutos. 24 Los frutos estn maduros. 25 As pues, el agricultor va a cortar los frutos. 26 Las aceitunas estn maduras. 27 Los agricultores hacen el aceite de las aceitunas y el vino, de la vid. 28 Los esclavos vaguean, pero Filipo examina a los malos esclavos. 29 Los campesinos renen las aceitunas y la llevan a un saco. 17
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  • 19. 30 Filipo sube a un rbol alto, pues no ignora que los frutos estn maduros. 31 Cuando los frutos caen de los rboles, el campesino los recoge. 32 cuando Filipo est en el rbol, de repente resbala y cae al suelo. 33 El nio permanece inmvil y un miedo muy grande se apodera de su padre. 34 El padre corre y dice: Por qu te quedas ah? Qu te pasa? 35 Dicepolis corre a casa y llama a Mirrine. 36 Mirrine es la madre de Filipo. 37 Mirrine al hijo: Por qu no te levantas, hijo? 38 El nio no se levanta, sino que est mal. 39 La madre: Ests bien, Filipo? 40 Filipo: S, madre, estoy bien. 41 La madre besa al hijo. 42 Filipo y su madre caminan a casa, pues es hora de comer y descansar. 19
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  • 21. 4 1 Las ovejas estn en el corral. 2 Cada da Filipo da el heno a las ovejas. 3 Cada da Filipo ordea las ovejas. 4 El padre prensa las aceitunas y hace aceite. 5 Mirrine es la mujer de Dicepolis, Dicepolis es el marido de Mirrine. 6 Cuando sale el sol, la mujer y la hija caminan hacia la fuente. 7 Mirrine y Melita tienen la intencin de llevar los grandes cntaros hacia la fuente. 8 En la aldea hay muchas casas. 9 Las mujeres y los nios permanecen en la aldea. 10 Las casas pequeas son suficientes para los rsticos. 11 Los agricultores se alegran cuando vuelven a casa despus de los trabajos, y por eso aman las pequeas casas. 12 Con Mirrine caminan otras mujeres hacia la fuente. 21
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  • 23. 13 La plaza de la aldea no es grande como las plazas de las ciudades. 14 La plaza no es grande, pero, sin embargo, siempre est llena de gente. 15 Mirrine y la nia cruzan la plaza. 16 Desde la plaza los hombres marchan a los campos. 17 Junto a la fuente hay otras mujeres y llenan los cntaros. 18 Desde el amanecer las otras mujeres estn all. 19 Melita llama a otra chica: Hola, amiga! 20 Un mensajero dice que los atenienses organizan una fiesta. 21 En la fiesta los atenienses organizan bailes y competiciones. 22 El mensajero llega de la ciudad. 23 Las mujeres se acercan rpidamente al mensajero y escuchan. 24 Las mujeres quieren caminar a la ciudad y contemplar los bailes y las competiciones. 23
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  • 25. 25 Una mujer de nombre Fedra y la esclava se acercan a la fuente. 26 El ama va a ir a casa y se enfada con la esclava. 27 La esclava dice:Por Zeus! el amo es duro. 28 El amo se enfada con los esclavos todo el da. 29 Tanto miedo se apodera de los esclavos, que no se atreven a marchar. 30 Los esclavos descansan, el amo se enfada, mira al cielo y castiga a los esclavos. 31 Los esclavos dicen: No nos castigues! Pero no menos les castiga el amo. 32 Las esclavas dan agua y comida al amo. 33 El ama: Date prisa, esclava! Pues es hora de preparar la comida al amo. 34 Los malos esclavos no quieren hacer nada. 35 !Ay! El amo se enfada. 25
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  • 27. 36 S, el mensajero en verdad dice que los atenienses organizan una fiesta. 37 Melita quiere muchsimo ir a la ciudad y contemplar la fiesta. 38 Pues raramente va Melita a la ciudad. 39 No es difcil convencer al padre, sino fcil. 40 Melita tropieza en el camino y rompe el cntaro. 41 Melita A dnde corres? De dnde vienes? 42 El mar que est junto a Atenas es hermoso. 43 No es raro que la gente ame las regiones que estn junto al mar. 44 La amiga habla sobre la ciudad. 45 El los caminos del Pireo mucha gente sale de los barcos. 46 Por eso hay mucho ruido. 47 El mar baa las regiones que rodean a Atenas. 48 La regin que rodea Atenas es frtil, pues da aceite, vino e higos. 49 En Atenas el nmero de gente es grande, y grandes son los gritos. 27
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  • 29. 50 Cunto ruido hay en Atenas, Melita! 51 En la plaza hay muchas tiendas y en los caminos no lejos de la plaza hay muchos talleres. 52 En los talleres de nuestra ciudad los mismos hacen muchos trabajos. 53 Pues hacen puertas, camas, arados y mesas. 54 Muchas veces incluso construyen casas. 55 Si tienes tiempo, escucha todo lo relativo a la ciudad. 56 Mientras caminan, las chicas hablan entre s. 57 Cuando entran en la casa, Melita busca otro cntaro. 58 Va de nuevo hacia la fuente, pero en el camino se encuentra con Mirrine. 59 Date prisa, hija! Ve rpidamente hacia la fuente! 60 Melita se apresura mucho, pero una amiga la sigue y la llama. 29
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  • 31. 61 La nia rompe otro cntaro. Por eso llora y dice: Qu va a decir mi madre? 31
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  • 33. 5 1 Las chicas gritan: Nosotras vemos las ovejas de Filipo en el campo. 2 Qu veis? Dnde estn las ovejas? 3 A las chicas se acerca un joven llamado Fedro. 4 Fedro grita fuerte al esclavo. 5 Venga, ve de prisa! Condcelas de nuevo al redil! 6 Ya es hora de ir a casa. Id vosotras tambin a las casas! 7 Argos es un perro grande y fuerte. 8 El abuelo de Filipo est junto a la casa en el jardn. 9 Mirrina y Melita no estn en casa. 10 El perro, mientras vigila la casa, ve una liebre en el campo. 11 Argos se lanza sobre ella y corre monte arriba. 12 La liebre huye, s, pero el perro ladra y la persigue. 33
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  • 35. 13 Filipo ya no ve al perro. Por eso, corre a la cima del monte. 14 Finalmente Filipo se desanima. Pues, el perro est en alguna parte en los montes. 15 el abuelo coge un bastn y dice: No seas vago, nio. Venga, ven conmigo deprisa al monte. 16 Filipo grita al perro: Maldito perro, vuelve; pues la libre ya no est. 17 El nio llega primero al camino, pero su abuelo y otras personas van detrs. 18 Mientras en el redil las ovejas arman barullo, pues hay un lobo. 19 As pues, se apresuran al redil, ya que quieren saber qu les pasa a las ovejas 20 El perro llega, ladra salvajemente y se lanza contra el lobo, el lobo se gira y huye. 21 El perro sujeta al lobo con los dientes. 22 Mientras el perro retiene al lobo, el nio le lanza una piedra. 23 Despus coge un cuchillo y le golpea. 35
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  • 37. 24 El lobo tiembla y cae al suelo. 25 Entonces llega el abuelo y ve al lobo yaciendo en el suelo. 26 As que el abuelo se asombra mucho y dice a Filipo: Bravo, nio! Eres valiente! 27 y al perro: Y t,, Argo, eres un nuen perro. 28 En la casa Mirrine ignora qu hacen. 29 Y cuando se entera de todo, se asombra y dice: Es que decs la verdad?. 30 Cuando Mirrine dice que Filipo ha matado al lobo, los hijos desean escuchar un cuento. 31 Mirrine quiere saber qu cuento desean escuchar sus hijos. 32 Filipo mira hacia Mirrine y le dice: Queremos or tu cuento ya, mam! 33 Quiere or sobre un lobo terrible y otra fiera. 34 Los muchachos valientes quieren escuchar cuentos sobre hombres valientes. 37
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  • 39. 35 Mientras la madre habla, de pronto el nio dice: Calla, madre! Escucha cmo alborotan el esclavo y nuestro perro! 36 Vuestro perro quiere morderme, pero yo grito fuerte, pues quiero que pare. 37 El perro ya no te persigue, llvatelo. 39
  • 40. 6 1 . . 2 , . 3 , . 4 . 5 . 6 . 7 , , . 8 . 9 . 10 , . 11 . 40
  • 41. 6 1 Creta es una isla. Su rey es Minos. 2 En el laberinto de Creta vive el Minotauro, una bestia terrible. 3 El Minotauro es un toro, pero no completo, pues la mitad es hombre. 4 Egeo reina en Atenas. 5 Minos quiere que Egeo suministre siete muchachos y siete muchachas. 6 Egeo enva cada ao al Minotauro a los muchachos y las muchachas. 7 Teseo, cuando se hace mayor, quiere ir a Atenas. 8 El joven quiere que el Minotauro no coma ms a sus compaeros. 9 Pues quiere ayudarles. 10 As pues, dice a Egeo: Querido pap, quiero viajar a Creta. 11 Pues me dan pena mis compaeros. 41
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  • 43. 12 Egeo tiene mucho miedo. 13 Finalmente enva a su hijo, pues le obedece. 14 Pero tan pronto como Teseo llega a Creta y sale de la nave, el rey y la reina lo reciben. 15 Los esclavos llevan a Teseo a la ciudad de Minos y lo vigilan en la crcel. 16 Llaman a la ciudad de Minos Cnoso. 17 Ariadna, cuando ver al muchacho, se enamora de l y quiere salvarlo. 18 Cuando se hace de noche, Ariadna suministra a Teseo el hilo y la espada. 19 Despus marcha a la nave. 20 Ya se hace de noche y Teseo espera el da. 21 Mam, dime Qu le pasa despus a Teseo? 22 El sol calienta mucho, pues ya medioda. 23 El amo grita fuerte y no deja hablar a Mirrine ni dormir al abuelo. 43
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  • 45. 24 El abuelo duerme en casa y no se levanta. 25 Dicepolis grita: Esclavos, sois vagos y no queris trabajar! 26 Pues no ignoro vuestro carcter. 27 el esclavo sigue al amo hacia al campo. 28 Calla, pap! Y vosotros, esclavos, no seis vagos ni descansis siempre! 29 Es que has dicho a padre lo del lobo, madre? 30 En absoluto, hijo. 31 al da siguiente viene Minos y lleva a Teseo al laberinto. 32 Los esclavos abren los portones del laberinto y entran. 33 Teseo entra; despus los esclavos cierran los portones y marchan. 34 En el laberinto hay mucha oscuridad. 35 Teseo gua a sus compaeros. 36 El la derecha tiene la espada y en la izquierda, el hilo. 45
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  • 47. 37 recorren mucho camino, pero de pronto huelen la respiracin del Minotauro y oyen el ruido de sus pies. 38 As pues, los compaeros se giran y lo ven. 39 La bestia muge. 40 As pues los compaeros lo oyen y se asustan mucho. 41 Teseo se lanza sobre la bestia. 42 Le sujeta de la cabeza, despus golpea el pecho y mata a la bestia. 43 Ella brama horriblemente y cae al suelo. 44 Los compaeros honran muchsimo a Teseo. 45 En los portones hay una tranca. 46 Los compaeros cortan la tranca. 47 As termina Mirrine el cuento. 47
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  • 49. 7 1 Filipo cuenta a Melita otro cuento sobre un hombre astuto de nombre Odiseo. 2 l toma Troya con Agamenn. 3 Despus, cuando navegan a sus hogares, cae en muchos peligros. 4 Ve fieras enormes y se topa con tormenta terrible. 5 Finalmente, una vez salen de las naves a la playa de cierta isla. 6 As pues, all afrontan un peligro enorme. 7 Pues hay muchas ovejas y muchas cabras en la isla. 8 As pues, Odiseo oye un ruido de ellas y ve humo cerca. 9 Odiseo quiere saber con doce compaeros quines hay en la isla. 10 En una cueva encuentra muchas ovejas y cabras, pero no ve a nadie. 49
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  • 51. 11 Los compaeros quieren conducir ovejas y cabras a la nave y zarpar cuanto antes. 12 Pero Odiseo le ordena permanecer dentro. 13 Mirrina al nio: A dnde corres? Dnde est el perro? 14 Filipo a ella: Una oveja huye a refugiarse en la torre. 15 La oveja se esconde en la oscuridad. 16 Dnde estn las lmparas? Pues all est oscuro. 17 Bscalas sobre las pieles. 18 El nio encuentra la lmpara y enciende fuego en ella. 19 El nio ve la oveja con el fuego de la lmpara y lo lleva al redil. 20 La oveja bala. 21 El cclope entra en la cueva, un gigante enorme y terrible. 22 Los hombres ven con los ojos. 23 El cclope tiene un ojo en la frente. 51
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  • 53. 24 As pues, el cclope es terrible. 25 Los aqueos se refugian en el interior de la cueva. 26 El cclope conduce los rebaos al interior de la cueva. 27 Despus coloca una piedra enorme en la entrada de la cueva. 28 El gigante no contesta nada a Odiseo. 29 Coge a dos extranjeros y los golpea contra el suelo. 30 Los cerebros fluyen de las cabezas y empapan el suelo. 31 Melita quiere saber como se salva Odiseo a si mismo y a sus compaeros. 32 Odiseo, un hombre de recursos y astuto, entrega el vino al gigante. 33 Y l al poco se emborracha y se duerme. 34 Odiseo encuentra un palo enorme y lo calienta en el fuego y lo introduce en el ojo del cclope. 35 El gigante salta inmediatamente y grita horriblemente. 53
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  • 55. 36 Ya no ve, pues est ciego. 37 Melita quiere saber qu pasa despus. 38 Es que los aqueos llegan a su patria? 39 Posidn, el dios del mar, no les deja llegar a su patria. 40 Pues es su enemigo. 41 A Odiseo no le es posible llevar a puerto sanos y salvos a sus compaeros. 42 Primero los aqueos huyen sanos y salvos de las piedras del cclope, despus llegan a la isla de los vientos. 43 Eolo da a Odiseo un odre. 44 Dentro estn los vientos. 45 As pues, se hacen a la mar pero siempre hay calma y no es posible navegar. 46 Mientras el general duerme, uno de los compaeros dice: 47 En el odre hay un tesoro, sin duda. 48 Los vientos producen una gran tempestad y muchos compaeros mueren. 55
  • 56. 49 50 . 51 , , . 52 . 56
  • 57. 49 Los compaeros no quieren ser prudentes. 50 Pues degollan y devoran las vacas del Sol. 51 As pues, todos los compaeros son imprudentes, pero Odiseo es prudente y no devora las vacas. 52 Slo se salva Odiseo. 57
  • 58. 8 1 , . 2 . 3 , . 4 , , . 5 . 6 , . 7 , ; 8 , , . 9 . 10 , , . 58
  • 59. 8 1 Cuando cae la tarde, Dicepolis vuelve al patio. 2 Encuentra all a su mujer y a Melita. 3 Estas conversan entre ellas sobre la fiesta, mientras tejen un manto. 4 Cuando ve a su marido, la mujer ya no teje el manto, sino que explica a su marido cmo ha matado el hijo al lobo. 5 El padre quiere honrar al mata lobos. 6 La mujer dice: Filipo quiere ver la fiesta, porque los atenienses organizan los bailes y las competiciones. 7 Marido Quieres llevarnos all?. 8 l contesta: pero es imposible, mujer. Pues si dejamos de trabajar, vamos a pasar hambre.. 9 Pues no somos ricos. 10 Con el trabajo los hombres, dice el poeta, se hacen ricos en ganado. 59
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  • 61. 11 Sea como queris, pero yo no tengo la culpa de nuestra desgracia. 12 La agricultura fortalece a los hombres; pues les da fuerza. 13 La agricultura viriliza y ejercita a los hombres; pues estos se levantan con el da. 14 As pues Dicepolis duerme echado en un divn de pieles y hojas. 15 Van a marchar maana a la cuidad. 16 Filipo va raramente al teatro, pues siempre se queda en la granja y se ocupa de las vides. 17 En el teatro las mujeres cuidan su aspecto y comprueban si algn otro las observa. 18 Viendo las competiciones y los bailes, los ciudadanos honran a Dioniso. 19 As pues el sueo se apodera de Filipo; el nio se duerme. 20 Hipias quiere saber qu hace Filipo. 61
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  • 63. 21 El dios dice al nio que deshonra a los que no trabajan. 22 El padre al nio asustado: nimo, nio, no temas! Ahora descansa y duerme. . 23 En el patio hay un altar. As pues all Dicepolis hace una libacin a Zeus. 24 Zeus es el padre de los dioses y de los hombres. 25 A Zeus suplica Dicepolis que salve a todos. 26 Despus el abuelo monta en el asno y se ponen en marcha hacia la ciudad. 27 Cuando llegan a lo alto del monte, ven abajo el Partenn. 28 Cuando entra en la ciudad, atan el asno a un rbol y descansan un poco. 29 Mirrine, asustada pro la nia, la coge de la mano. 30 Hay mucha gente en los caminos. 31 El abuelo se apoya en el bastn. 32 Polemarco no es rico, pero es bueno. 63
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  • 65. 33 Pues no tiene oro, pero s muchos hijos. 34 Pues engendra hijos muchas veces. 35 Para el hombre bueno todo el mundo es su patria. 36 El amigo apenas reconoce a Dicepolis, que viene tan raramente a la ciudad. 37 Dicepolis no tiene tiempo, al trabajar siempre en el campo. 38 El primer hijo ya es adolescente, es segundo es un muchacho. 39 Los chicos pasan el tiempo en la Acrpolis esperando la procesin. 40 Dicepolis no sabe cuntos hijos tiene Ctisipo. 41 El nombre del primer hijo de Polemarco es Nicbulos; el del segundo, Hiern; el del tercero, Melanipo; el del cuarto, Filtimo; el del quinto, Digoras. 42 Los hombres y las bestias aman a sus hijos. 43 Las madres no slo paren a sus hijos, sino que tambin los alimentan. 65
  • 66. 44 . 45 . 46 . , . 66
  • 67. 44 Los hijos raramente escuchan a sus madres. 45 Melita calla, pues para una chica el silencio conlleva el mayor adorno. 46 Ya es hora de marchar. Hasta pronto, amigo. 67
  • 68. 9 1 , . 2 , . 3 . 4 . 5 . 6 , . 7 , . 8 . 9 , . 10 . 68
  • 69. 9 1 Cuando llegan a la ciudad, descansan sentados en un prtico. 2 Un vendedor de embutidos avanza entre la multitud, empujando y voceando sus mercancas. 3 Los nios tienen muchsima hambre. 4 As pues, el padre se dirige al vendedor y compra los embutidos. 5 Los nios comen los embutidos y beben el vino. 6 Al cruzar los Propleos ven los nios el Partenn, el templo de Atenea. 7 En frente ven la figura de Atenea, que es enorme. 8 La figura lleva la lanza en su derecha, pues est armada. 9 El padre, guiando por delante a los nios, entra al templa, que es muy bello. 10 Los nios admiran todas las estatuas que adornan el templo. 69
  • 70. 11 . 12 . 13 , . 14 , , . 15 , . 16 , . 17 . 18 . 19 . 20 , . 21 , . 70
  • 71. 11 Todo est oscuro; pues dentro est muy oscuro. 12 Pero en la oscuridad la imagen de la diosa reluce por el oro. 13 Los nios ven una Victoria en su mano derecha y el escudo en la derecha. 14 As pues Filipo, levantando las manos, reza a la diosa virgen, hija de Zeus, protectora de la ciudad. 15 Los nios vuelven a donde sus progenitores, mientras todos se renen con intencin de ir al jardn sagrado. 16 El abuelo est furioso y quiere contemplar la procesin. 17 La procesin avanza. 18 El heraldo, avanzando, ordena a la multitud apartarse. 19 Avanzan una muchachas bellsimas con cestos repletos de racimos de uvas. 20 Siguen no slo ciudadanos, sino tambin metecos con cestos. 21 Vienen detrs unos muchachos excelentes y los servidores con las vctimas. 71
  • 72. 22 . 23 . 24 , . 25 , . 26 , , . 27 , . 28 , , , . 29 , . 72
  • 73. 22 Los servidores caminan en ltimo lugar. 23 El heraldo ordena callar al pueblo. 24 As pues el heraldo pregona: Callad, ciudadanos!. 25 El sacerdote suplica a Dioniso: Seor Dioniso, acepta el sacrificio y aumenta los racimos de las vides! 26 Cuando el sacerdote degella un buey, los servidores, que estn preparados, trocean el buey y lo reparten a los ciudadanos la carne de la vctima. 27 Los presentes disfrutan con el banquete y muchos ya borrachos lo celebran. 28 El abuelo quiere celebrarlo tambin l, pero Dicepolis (dice): Ya no era un muchacho, abuelo, sino un viejo. Por eso no te convienen las celebraciones. 29 Cuando Dicepolis y los dems llegan a las puertas, todos duermen en el suelo. 73
  • 74. 10 1 . 2 . 3 . 4 . 5 , . 6 , , . 7 . 8 ' . 9 , . 10 , . 74
  • 75. 10 1 Dicepolis llega temprano al teatro. 2 El teatro est lleno de gente; as pues Dicepolis gua al abuelo hacia arriba y encuentra un asiento. 3 El trompetista ordena estar respetuosamente en silencio a los ciudadanos. 4 Cuando el trompetista toca la trompeta todo el pueblo calla respetuosamente. 5 Cinco coros de nios bailan en la orquesta, cantando en sus himnos las obras del dios. 6 Otros cinco coros de hombres compiten, todos muy bien s, pero uno mucho mejor. 7 El coro vencedor recibe la corona. 8 El deseo de la vida rstica se apodera de los campesinos, al permanecer tanto tiempo en la ciudad. 9 Dicepolis ya odia a los que viven en la ciudad y echa de menos la granja. 10 Cuando los ciudadanos quieren tramitar algo en otras ciudades, envan un mensajero. 75
  • 76. 11 . 12 . 13 , . 14 . 15 , . 16 , . 17 . 18 , , . 76
  • 77. 11 El buen ciudadano administra bien su propia ciudad y honra a sus padres. 12 Sin duda, hoy en la ciudad aparecen pocos hombres decentes. 13 Ya es hora de volver otra vez a casa y ya no es posible contemplar las tragedias. 14 Los campesinos tienen que llegar a casa antes de la noche. 15 Pues Jantia, con toda probabilidad, duerme y los bueyes pasan hambre. 16 En el camino unas personas se pelean y golpean a un pobre chico. 17 Uno de los hombres (dice) a Filipo: No te metas en asuntos ajenos y le pega. 18 Cuando su madre le echa agua por la cabeza, Filipo respira poco despus y se mueve, pero no ve nada al estar ciego. 77
  • 78. 11 1 , . 2 . 3 , . 4 , . 5 . 6 , . 7 , , . 8 . 9 , , . 10 . 78
  • 79. 11 1 Dicepolis, cuando supo que el nio estaba ciego, dijo: Hay que llevarle a alguna casa. 2 Hay que llevar al nio a donde algn mdico. 3 Cuando llegaron a la casa de su hermano, el padre llam a la puerta. 4 El hermano viene a la puerta, abre y dice: Hola, pero decidme qu os pasa. 5 Dicepolis cuenta a su hermano todo lo sucedido: El nio ha sufrido una desgracia. 6 El hermano los introduce en la habitacin de los hombres y a las mujeres, en la de las mujeres. 7 El hermano, al ver a las mujeres llorando, dice: Basta de lgrimas. Descansad y dormid, pues es tarde. 8 El pobre Filipo quiere morir al haberse quedado ciego. 9 Su madre le dice para consolarlo: nimo, nio! 10 As pues, la madre anima al nio. 79
  • 80. 11 . 12 . 13 . 14 . 15 , . 16 , . 17 , . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 , ; 80
  • 81. 11 Los dioses causan un gran sufrimiento a Filipo. 12 Los dioses te han causado un gran sufrimiento queriendo darte una gran leccin. 13 La diosa dio una hermosa voz a Homero, al ser ciego. 14 El mdico no quiere ver al nio; pues no le entregan dinero. 15 Dicepolis tiene el dinero de su hermano, no mucho pero suficiente. 16 El hermano le dice en respuesta: Si no te resulta suficiente mi dinero, unos amigos van a hacerme un prstamo. 17 Muchos jvenes reciben heridas en las batallas, pero los dioses les ayudan. 18 Escucha ahora la experiencia que tuvo Querefonte cuando era pequeo. 19 Querefonte, al encontrar cierta vez una cueva, no tom nada excepto su perro. 20 El perro era un animal grande y valiente. 21 Dicepolis al andar dejaba piedras tras l. 22 No digo la verdad, hermano? 81
  • 82. 23 ; . 24 . 25 , , , . 26 . 27 , . 28 . 29 . 30 . 31 , . 32 . 33 . 82
  • 83. 23 Contesta el hermano: Pues cmo no? Eso pas como dices. 24 En la cueva hay una sima en el suelo. A ella cay Querefonte. 25 El hermano de Dicepolis, al ser el mayor, fue el gua de los otros, pero Dicepolis fue el responsable de su salvacin. 26 Los otros no fueron capaces de encontrar la salida. 27 Al andar en crculos, no encontraron la salida. 28 Los compaeros encontraron a Querefonte y lo sacaron de la cueva. 29 Querefonte no vio nada, an habiendo salido a la luz, pues estaba ciego. 30 Entonces le sucedi a Querefonte una desgracia como nunca a ningn otro. 31 El padre lleg con Querefonte a templo de Asclepio y all vio muchos cosas asombrosas. 32 Al llegar a casa del mdico, Dicepolis llam a la puerta. 33 Un esclavo sale y los manda al carajo. 83
  • 84. 34 , . , . 35 . 36 . 37 , . 38 . 39 . 40 , . 41 . 84
  • 85. 34 Dicepolis, tras dar dos obolos: Toma, camarada. Llama al mdico, a ver si quiere recibir al nio. 35 El mdico no es capaz de asistir al nio, pues los ojos no estn daados. 36 El padre est muy triste al no tener mucho dinero, pues es pobre. 37 Le resulta imposible pagar el pasaje al capitn y no le es posible ir a Epidauro a pie. 38 El hermano tiene dinero en un arca. 39 Coge cinco dracmas del arca y se los da a Dicepolis. 40 As pues, Dicepolis ya no se preocupa y est muy agradecido a su hermano, que es tan bueno. 41 Para Dicepolis su hermano es el hombre ms querido. 85
  • 86. 12 1 . 2 . 3 , . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 , . 9 . 10 . 11 . 86
  • 87. 12 1 Zeus lanz el rayo a los compaeros. 2 Odiseo no muri, pues anda errante mucho tiempo agarrado al mstil. 3 Al final, al ver una isla que no distaba mucho, se acerco a nado y lleg a un lugar de la playa. 4 El en lugar llano no hay peas. 5 As pues, es posible ponerse a salvo del mar. 6 All un ro desemboca en el mar. 7 Junto a su desembocadura se refugia Odiseo del mar. 8 Lleg a la playa, donde descans mucho tiempo. 9 Despus quiere saber si los habitantes del lugar son hospitalarios o brbaros. 10 El miedo se apoder de Odiseo, al haber llegado a una tierra desconocida. 11 En la tierra muchos rboles forman un bosque. 87
  • 88. 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 , . 19 , . 20 , . 21 . 22 ; 23 , . 88
  • 89. 12 Se escondi en los arbustos del bosque. 13 All reina Alcinoo. 14 Nausicaa dispone de mucha ropa. 15 La ropa est sucia. As pues hay que marchar al ro y lavarla. 16 Los esclavos sacaron el carro y Nausicaa orden a las sirvientas seguirla. 17 Juegan al baln junto al ro las sirvientas. 18 Nausicaa lanz la pelota, pero no alcanz a la sirvienta. 19 Cuando la pelota cay al ro, las criadas gritaron. 20 Odiseo est desnudo, pues no tiene ropa. 21 Por eso coge una rama y oculta sus vergenzas. 22 Al ver a Nausicaa dijo Odiseo: Eres una chica mortal o una ninfa? 23 Si eres una chica humana, tus padres son afortunados. Pues al ver semejante flor, se alegran, sin duda, a menudo. 89
  • 90. 24 . 25 , , . 26 . 27 , . 28 . 29 , . 30 . 31 . 32 . 33 . 34 , . 90
  • 91. 24 Yo al menos no haba visto nada parecido a ti. 25 Pero, seora Apidate de mi! 26 Yo te suplico que me des comida y me lleves a la cuidad. 27 La muchacha se apiad de l y orden a las sirvientas que le dieran comida y trigo. 28 Odiseo se puso unas ropas bellsimas y devor la comida. 29 Nausicaa es amable con el extranjero y dice a las sirvientas: Ojal el extranjero fuera mi marido! 30 Alcinoo lo recibi con benevolencia y lo hosped en su casa. 31 Pues los extranjeros y los pobres son de Zeus. 32 El rey entreg muchos regalos a Odiseo. 33 Finalmente los marineros empujaron la nave al mar. 34 Nausicaa nunca va a olvidarse del extranjero, pero es imposible que la pobre se case con l. 91
  • 92. 35 . 36 - - . 37 . 38 , . 39 , . 40 , . 41 . 42 . 43 . 44 . 45 . 92
  • 93. 35 Pues Odiseo ya tiene mujer. 36 Melita, al estar muy cansada -pues estuvo andando mucho el da anterior- no quiso bajar al Pireo. 37 Tras ponerse todos marcha al Pireo, bajaron por los muros largos. 38 El camino era recto, pero largo. 39 Filipo camina cogido de su padre, pero as y todo se cae al suelo. 40 Cuando el nio tropez se sentaron sin saber qu hacer, pero uno que conduca un carro detuvo el asno. 41 Ellos se sentaron en el carro y explicaron todo al hombre. 42 Al llegar encontraron una gran multitud en el puerto. 43 Mercaderes llevaban entre gritos sus cargamentos a todas partes. 44 Dicepolis vio muchas naves ancladas junto al malecn. 45 Finalmente, entraron en una taberna y, tras sentarse, pidieron vino. 93
  • 94. 46 . 47 . 48 . 49 , . 50 . 51 , . 52 53 . 54 55 ; 56 . 57 , , . 94
  • 95. 46 Al ver a un viejo marinero, le preguntaron si va a partir alguna nave a Epidauro. 47 Dicepolis pregunt al armador por cunto quiere llevarles. 48 Y l dijo: Por cinco dracmas. 49 Pides demasiado. dijo Dicepolis Slo me es posible dar tres dracmas, pues que no tengo ms. 50 Mirrina (dice) a su marido: Cuida bien al nio! 51 Adis! dijo Y volved sanos y salvos pronto! 52 Cfalo y algunos estaban lejos. 53 As pues, al ver desde lejos a Mirrina, la llamaron cuando se acercaba. 54 Poco despus se acerc Cfalo y cogindola de la mano le dijo: 55 Cmo es que no te acompaa tu marido? 56 Cfalo no vio a su amigo cuando estaba en la ciudad. 57 Una tal Ambrosia, que era ciega, tuvo una visin cuando dorma en el recinto de Asclepio. 95
  • 96. 58 , . 59 . 60 , . 61 . 96
  • 97. 58 No slo ciegos, sino que tambin haba cojos en el recinto. 59 Nadie excepto el dios era capaz de curar a Ambrosia. 60 Al da siguiente Ambrosia se levant y entreg un cerdo al sacerdote. 61 El cerdo era de plata. 97
  • 98. 13 1 , . 2 . 3 , . 4 , . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 , . 98
  • 99. 13 1 La nave es redonda y pequea, no rpida pero segura. 2 En la cubierta de la nave estn sentados Dicepolis y Filipo. 3 Los marineros, tras soltar las amarras, remaban despacio con la intencin de salir del puerto. 4 La nave era segura, pero no grande ni rpida. 5 En ella hay algunas ovejas y mucha madera. 6 Tras comprar madera en la ciudad, los mercaderes volvan a sus hogares. 7 El viento soplaba favorable. 8 As pues, todos cantaban canciones y disfrutaban del viaje. 9 Despus aparecan diez trieres en el mar. 10 Todos se alegraban vindolas avanzar por las olas. 11 Pero cuando el viento el viento se haca ms fuerte, el mar se encrespaba mucho. 99
  • 100. 12 . 13 . 14 , , . 15 . 16 . 17 . 18 , . 19 . 20 . 21 . 22 . 100
  • 101. 12 Los remeros golpeaban rpidamente el mar obedeciendo al cmitre. 13 Pues queran evitar la tormenta. 14 Un hombre, mirando mal a un mercader, deca que haba que lanzarlo a las olas por ser malvado. 15 Otro mercader viejo se levant ordenndole que se estuviera quieto. 16 Muchas ves los oradores hacen discursos no verdaderos, sino falsos. 17 El marinero estuvo presente en los combates. 18 Aquellos combates no slo dejaron un recuerdo de la virtud de los Atenienses, sino tambin de su valor. 19 Filipo escucha al anciano explicar claramente la causa de los hechos. 20 El marinero descubre la verdadera causa desde el principio al nio, que la desconoce. 21 La mayora confa muchas veces en los falsos discursos de los oradores e ignora los hechos verdaderos. 22 La fuerza de los persas pareca a todos invencible por su enorme nmero. 101
  • 102. 23 . 24 . 25 . 26 . 27 , . 28 , . 29 . 30 . 31 . 32 . 33 . 102
  • 103. 23 No era fcil luchar contra los persas. 24 Pues haba a su disposicin muchsima riqueza. 25 Nuestros padres resultaron nuestros maestros en que la virtud nunca retrocede ante el nmero y a la riqueza. 26 Los que lucharon en Salamina arriesgaron sus vidas. 27 Nuestros padres resultaron nuestros maestros y nosotros resultamos sus alumnos. 28 No slo corrieron riesgos en Salamina, sino tambin en las batallas posteriores. 29 Los atenienses siempre se atrevieron a correr riesgos por la salvacin de todos los griegos. 30 Los antepasados dispusieron una constitucin justa como madre de buenos ciudadanos. 31 Los antepasados consideraban que una constitucin justo es el verdadero alimento de los hombres. 32 Las constituciones de otros pueblos son diversas. 33 Los que viven el tirana son todos esclavos. 103
  • 104. 34 . 35 , . 36 . 37 . 38 , . 39 . 40 . 41 . 42 . 43 . 44 . 104
  • 105. 34 Los que viven en oligarqua consideran justo ser amos unos de otros. 35 La ley ordena qu debe hacer el ciudadano y qu no. 36 En Atenas los ciudadanos buscan la igualdad segn la ley. 37 Los tiranos no experimentan la libertad y la amistad. 38 El orgullo florece en las almas de los tiranos y produce el fruto de la obcecacin. 39 Los frutos de la obcecacin son las lgrimas y el dolor. 40 Los antepasados de los atenienses dejaron un recuerdo inmortal de su virtud. 41 Los que luchan resisten a los enemigos y afrontan los peligros de la guerra. 42 El batalla naval que tuvo lugar junto a Salamina los griego enfrentaron sus almas, unos pocos contra muchos. 43 Morir noblemente es mejor que vivir en la esclavitud. 44 Se mostr claramente la prueba de la virtud griega. 105
  • 106. 45 . 46 . 47 . 48 . 49 . 50 . 51 . 52 . 53 . 54 . 55 . 56 . 106
  • 107. 45 Las mil naves no eran suficientes para cruzar el ejercito de a pie de Asia a Europa. 46 Tan enorme era su numero. 47 An no estaba claro que los griegos eran capaces de luchar contra los persas con las trieres. 48 Los griegos resultaron mejores que los persas en fuerza y habilidad. 49 Todos los atenienses estaban en la flota. 50 As pues, no capturaron a nadie en la ciudad. 51 Pues la ciudad estaba vaca de hombres. 52 Los griegos superaron a los persas en habilidad y fuerza en los peligros navales. 53 Las ciudades necesitan ms virtud que multitud de poblacin. 54 Pues la multitud sin virtud no vale nada. 55 despus de la guerra los atenienses reconstruyeron la ciudad y las murallas. 56 El anciano va a relatar los hechos de principio a final. 107
  • 108. 14 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 , . 8 , . 9 . 10 . 108
  • 109. 14 1 El rey preparaba una flota enorme. 2 Los griegos, al enterarse de que Jerjes quera destruir Grecia, se reunieron en Corinto. 3 Jerjes tena un ejrcito mayor que todos los griegos. 4 Por tierra los montes se inclinan muchsimo hacia el mar. 5 Por mar hay un pequeo paso en medio de Eubea y el continente. 6 El paso es tan estrecho que es posible que cruce una nave. 7 los griegos enviaron a Lenidas con no muchos hoplitas. 8 No eran muchos lo hoplitas que estaban con Lenidas, sino slo siete mil. 9 El rey esperaba que los griegos huiran en breve. 10 As pues, mand a su ejrcito atacarlos. 109
  • 110. 11 , . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 , . 18 . 19 . 20 , . 21 . 110
  • 111. 11 los llamados inmortales fueron los soldados que ms valientemente lucharon, pero no salieron mejor parados de su ataque a los griegos. 12 La batalla se produjo en los desfiladeros. 13 Por eso no les fue posible a los Persas servirse de su superioridad numrica. 14 Se dice que el rey contempl la batalla desde un trono. 15 pero se levanto de un salto tres veces a causa del miedo por su ejrcito. 16 Al da siguiente un hombre vino y indic al rey, que no saba qu hacer, el sendero que llevaba a las Termpilas. 17 As pues, Jerjes envi a los inmortales por ah con intencin de sorprender a los griegos. 18 Pues sus soldados no lograron ninguna ventaja. 19 Lenidas se qued all con trescientos espartanos. 20 Los espartanos retrocedieron a los desfiladeros con intencin de luchar all contra los Persas. 21 Lucharon contra enemigos que les superaban muchas veces en nmero hasta que murieron todos. 111
  • 112. 22 . 23 , . 24 . 25 , 26 . 27 . 28 . 29 , . 30 . 31 . 32 . 33 . 112
  • 113. 22 Despus los griegos enterraron a los trescientos donde murieron. 23 Ahora se puede ver un len, un gran monumento con el nombre de Leonidas. 24 En el monumento hay una estela de piedra. 25 En la estala hay un epigrama, en el que los griegos escribieron esto: 26 Extranjero, anuncia a los lacedemonios que aqu yacemos por obedecer las rdenes de la patria. 27 Entonces los atenienses entablaron una batalla naval frente a Artemisio y vencieron. 28 Los brbaros superaron las Termpilas. 29 As pues, los griegos ya no presentaban resistencia, sino que retrocedieron y anclaron en Flero. 30 Dos hombres elevaban la voz y discutan entre ellos. 31 El que gua la nave se llama capitn. 32 El capitn se acerc enseguida a ellos y vio una gran discusin. 33 Todos los presentes se rean al ver a los hombres pegndose. 113
  • 114. 34 35 , . 36 . 37 . 38 , . 39 . 40 , . 41 , - , . 42 , . 43 , . 44 . 45 . 114
  • 115. 34 El capitn se acerc rapidamente y grit: 35 Desgraciados! me parece que estis locos, desde luego. 36 Uno: Este, el mayor canalla de los hombres, ha dicho a grito pelado que soy un ladrn y espia de los lacedemonios. 37 El otro: Sin duda no le ofendo al pegarle. 38 Callad, pues, amigos. Voy a mostraros a todos que es verdad lo que he dicho. 39 Le odio por todo lo que ha hecho. 40 Ni le ofendo, sino que acto con razn. 41 Este hombre, que realmente es un espia de los lacedemonios, conspira contra nosotros habitando en Atenas. 42 No siendo capaz de hablar correctamente en tico, habla en dorico de maravilla. 43 El mercader odia muchsimo a los lacede- monios, pero no ignora que los atenienses tienen un ejrcito menor. 44 Los atenienses tienen el dominio del mar por su habilidad marinerra. 45 El mercader es en verdad ateniense, pues sus padres nacieron atenienses. 115
  • 116. 46 . 47 . 48 - - . 49 ; 50 . 51 . 52 , . 53 , . 116
  • 117. 46 El otro insulta al padre del mercader diciendo muchas mentiras e insultos sobre l. 47 As pues, dice muchas injurias. 48 El abuelo, al ser realmente ciudadano, muri en Maratn junto a los que lucharon all. 49 Cmo va a ser raro que el mercader haya aprendido otros idiomas, tras navegar a otros muchos paises? 50 Tras cesar la discusin, los hombres se sentaron y estuvieron echados tranquilamente. 51 Dicepolis: Se est produciendo un gran cambio en esta ciudad. 52 Pues nuestros antepasados, buscando el bien comn, conservaron la concordia, pero nosotros, buscando la enemistad, no nos ocupamos de la salvacin. 53 Filipo: Anciano, cuntanos cmo sucedi la batalla naval de Salamina. 117
  • 118. 15 1 . 2 . 3 . 4 , - , . 5 , . 6 . 7 . 8 . 118
  • 119. 15 1 Temstocles, al ver a los atenienses en grandes dificultades, los convenci de subir a las naves y abandonar la ciudad. 2 Los atenienses, no queriendo ceder ante los persas, hicieron lo que l haba ordenado. 3 Temistocles, tras levantarse en la asamblea, dijo a los generales que se haban reunido en Salamina que haba que obligar a los persas a entablar batalla en los estrechos. 4 Un mensajero, que Temstocles haba enviado a Jerjes a escondidas, dijo que los griegos se preparaban para la huida. 5 El rey orden a los almirantes vigilar con sus naves las salidas de barcos, pues haba decido luchar en Salamina. 6 Jerjes quera destruir a los griegos cuanto antes. 7 Los remeros de los persas estuvieron remando toda la noche de un lugar para otro. 8 En los estrechos junto a Salamina las naves de los griegos avanzaban en orden. 119
  • 120. 9 . 10 , . 11 . 12 , , , . 13 . 14 , . 15 . 16 , . 17 , , . 18 , . 120
  • 121. 9 Los soldados cantaban a gritos el pen. 10 El ala derecha avanzaba en orden, el resto de las naves avanzaban en segundo lugar. 11 Los persas se asustaban al or el grito de los griegos. 12 Al mismo tiempo se poda or esto: Liberad, muchachos, los templos de los dioses patrios y las tumbas de los antepasados! 13 Las naves de los persas que intentaban huir cayeron sobre las que avanzaban al combate. 14 Los griegos, tras atacar las naves, daaron algunas y hundieron otras, de modo que el mar estaba lleno de naufragios. 15 Tambin eran muchsimos los muertos en el mar. 16 Jerjes observaba desde un lugar de la costa, ignorando qu traera la fortuna. 17 El rey, cuando se enter de la desgracia de su armada, se levant de trono y rasg sus vestiduras. 18 Al final, dudando qu hacer, huyo a Asia lamentndose. 121
  • 122. 19 , . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 , . 28 . 29 . 122
  • 123. 19 Los atenienses fueron mayormente causantes de la victoria, al suministrar la mayora de las naves y al mejor general. 20 La suerte concedi a los que murieron en Salamina el morir noblemente. 21 Esto es una parte importante del valor. 22 el poeta Simnides, al escribir un epigrama, dej una gran alabanza. 23 Los griegos consideraron que era justo mostrar su valor por la libertad. 24 Dejaron en Salamina un recuerdo inmortal de fama para la eternidad. 25 Golpearon con los remos en el mar a muchsimos hombres como atunes. 26 Al hur del tica a pie los persas sufrieron sed y hambre. 27 Muchsimos murieron intentando cruzar a pie sobre el hielo el ro Estrimn, que algn dios hel causando un invierno tardo. 28 El dios hel el ro con el fro. 29 Poco despus el sol abras y calent el hielo del ro con sus rayos. 123
  • 124. 30 . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 , . 38 , . 39 . 40 , . 124
  • 125. 30 Los persas murieron de manera terrible al caer al ro. 31 El resto de los persas al final llegaron poqusimos a su patria. 32 Los dioses castigaron a los persas, pues esclavizaron muchos pueblos. 33 Los persas gobernaban toda Asia hasta Egipto. 34 Lo que tengo son mis existencias. 35 Los tiranos no se contentan con los bienes presentes a causa de su avaricia, pues quieren tener ms. 36 Los reyes pervierten tanto los cuerpos como las mentes de los hombres. 37 Por eso no tienen amigos fieles, sino que son esclavos. 38 La soberbia produce tiranos, el mayor mal que hay para los hombres. 39 Jerjes march contra Grecia sin ningna causa justa; hasta ese punto, pues, despreciaba a los dioses. 40 Los griegos realizaban hazanas muy hermosas en todas sus actividades, tanto en pblica como en privado. 125
  • 126. 41 . 42 . 43 , . 44 , . 45 . 46 . 126
  • 127. 41 Los griegos vencieron a los persas, mostrando a todos que el valor vence a la soberbia. 42 Los griegos se enfrentaron a Jerjes odiando la esclavitud. 43 Pero los dioses decretaron la derrota para los persas y para los griegos, la victoria. 44 Como el capitn gobierna el barco, as en todo hombre la mente (gobierna) toda su persona. 45 Dios y gua es la mente en cada uno de nosotros. 46 Nosotros queremos llegar a ser dignos de nuestros antepasados. 127
  • 128. 16 1 . 2 , . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 128
  • 129. 16 1 Al dejar de hablar, el marinero estuvo echado en la cubierta. 2 No slo los atenienses sino tambin sus aliados lucharon gloriosamente. 3 El marinero dijo a Filipo que haba navegado a muchos lugares de la tierra en una nave de carga. 4 Con el comiezo del verano ayudaron a los jonios con cien naves. 5 Despus expulsaron a los persas del mar Egeo. 6 Los brbaros reunieron doscientas naves e intentaron invadir el mar Egeo. 7 No muchos aos despus ayudaron a los habitantes de Egipto. 8 el ro Nilo tiene siete desembocaduras, pues desemboca en el mar por siete corrientes. 9 El Nilo riega todas las regiones en verano. 10 All se producen muchas cosas sorprendentes. 129
  • 130. 11 , . 12 , . 13 , . 14 , , . 15 . 16 , . 17 , . 18 , . 19 ; 20 , , . 130
  • 131. 11 Las mujeres y los hombres hacen todo al revs del resto de los hombres, sirvindose de extraas costumbres. 12 Pues las mujeres van al mercado, no se quedan en casa. 13 Los reyes de los egipcios yacen en enormes monumentos que se llaman pirmides. 14 La Esfinge es una imagen enorme del rey que tiene rostro de mujer y cuerpo de leona. 15 En Egipto hay muchos animales exticos. 16 Los cocodrilos son pequensimos al nacer, pero crecen hasta convertirse en los seres vivos ms grandes. 17 Las avestruces no pueden volar, aunque son aves. 18 Las avestruces no vuelan, pero son capaces de correr ms rpido que los caballos. 19 No termin la guerra? 20 En absoluto, contest el marinero, pues hubo otras batallas. 131
  • 132. 21 . 22 . 23 . 24 , . 25 . 26 , . 27 . 28 . 29 . 30 . 31 . 132
  • 133. 21 La derrota de Egipto no pudo acabar con valor de los griegos, pues eran valientes. 22 Cimn muri asediando una ciudad. 23 Despus los atenienses hicieron una alianza con el Rey y estuvieron en paz. 24 El marinero lleg como mercenario a Escitia, entre otros paises, donde el fro es enorme en invierno. 25 En Escitia se hielan en invierno los ros y el mar. 26 El marinero no teme la muerte, sino que la acepta sin problemas. 27 el marinero, tras decir esto, caminaba hacia la proa. 28 El anciano vio muchsimo vagando ms que el mismsimo Odiseo. 29 Filipo estaba en silencio pensando en todo lo que haba odo por parte del marinero. 30 finalmente la nave llego al interior del puerto. 31 En Egina hay muchsimos tenderos y mercaderes. 133
  • 134. 32 . 33 . 34 . 35 , . 36 , . 37 . 38 . 39 . 40 . 41 . 42 . 43 . 134
  • 135. 32 Dicepolis desconoce la ciudad; as pues, permanece en la nave. 33 El Egina pocos pueden arar la tierra; hasta tal punto es pedregosa la ciudad. 34 Los eginetas no se llaman mirmidones porque pueden excavar la tierra como hormigas. 35 La tierra da pocos frutos, pues es imposible luchar contra la naturaleza. 36 La mayora de los eginetas viven del mar, navegando a muchos pases y llevando una vida de mercaderes. 37 As pues, la isla es toda un puerto comercial. 38 Los padres de Timasarco tenan muchos hijos y los alimentaban a duras penas. 39 Timasarco jugaba de nio con sus compaeros en los caminos de la isla. 40 Los hermanos eran once en total. 41 As pues, los nios aprendieron el oficio de la pesca y se hicieron pescadores. 42 Cuando Timasarco se hizo pescador era un nio de doce aos. 43 Todos los hermanos, pues, eran mayores que l. 135
  • 136. 44 , . 45 . 46 . 47 . 48 . 49 , . 50 . 51 . 52 . 53 . 54 . 136
  • 137. 44 A causa de una gran tormenta que se produjo la barca choc con las rocas tan violentamente que se hundi rapidamente y los hermanos se salvaron a duras penas. 45 Por eso se dedicaron al comercio. 46 El ms joven de los hermanos cultiva la hacienda del padre. 47 Hace ya veinte aos que Timasarco zarp llorando de Egina. 48 aco era el ms piadoso de todos los hombres. 49 No pocos griegos, sino casi todos conocen la historia de aco. 50 Incluso ahora hay carbn en las aguas del ro Asopo. 51 Una gran sequa oprima toda Greacia y las malas cosechas mataban a muchas personas. 52 Pues los campos no daban frutos. 53 No se producan frutos en los campos a causa de la sequa. 54 Los griegos no podan apaciguar a Zeus ni con splicas ni con sacrificios. 137
  • 138. 55 . 56 , . 57 . 138
  • 139. 55 Slo aco era capaz de logar el cese de la sequa por parte de su padre. 56 aco hizo su splica y al instante escucharon todos un trueno y las nubes, tras ocultar el cielo, descargaron mucha agua sobre la tierra. 57 Se dice que aco despus construy un gran templo en honor a Zeus panhelnico. 139