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Cristo

Obra de Cristo por El Greco.

Este artículo trata fundamentalmente de Jesús desde el punto de vista cristiano.

Para información sobre Jesús como personaje histórico, véase Jesús de

Nazaret.

Cristo (del griego Χριστός, "ho Christos") es el título oficial dado a Jesús de Nazaret

(Belén, h. 6 a. C. - Jerusalén, h. 30 d. C.), que vino a usarse como nombre. En el Libro

de Juan 1:41 y 4:25 este título es relacionado con el de Mesías, "llamado el Cristo". El

título Mesías fue utilizado en el Libro de Daniel 9:25-26, o la profecía acerca de las

"Sesenta Semanas". El término hebreo es (Māšîaḥ) "mashiach" y significa

"ungido".1 Este término es empleado para el Señor Jesús en el Salmo 2:2, donde se

habla de los reyes y príncipes consultando contra Yahveh y contra su "Ungido", siendo

éste el significado del término "el Cristo".

En los Evangelios es casi siempre "el Cristo", y con frecuencia en las Epístolas, excepto

en aquellos lugares en los que se diga Jesucristo o Cristo Jesús, que tiene más

claramente el carácter de nombre. Se refiere al Señor como Hombre, como ungido con

el Espíritu Santo. Es también conocido por Jesús o Jesucristo. El nombre Jesús, es una

forma griega (lo mismo que Josué) del hebreo Yeshúa (o Yehoshua), que significa la

salvación esta en Yahveh. La palabra ungir --del lat. "ungere"--, significa, elegir a

alguien para un puesto o para un cargo de oficios muy notables: para ser consagrado

como Sumo Sacerdote o Rey.2 En la religión judía, Cristo es el ungido—del latín

"ungere"—2

La concepción hebrea del ungido o entronizado proviene de una antigua creencia que

establece que untar a una persona u olear un objeto con aceite otorga cualidades

extraordinarias, incluso sobrenaturales. En el Israel de la antigüedad, la costumbre de

ungir a una persona otorgaba la potestad para ejercer algún cargo importante. El término

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Cristo no sólo se utilizaba con los sacerdotes3 que eran mediadores entre Dios y la

humanidad, sino también con los reyes teocráticos4 que eran representantes de Dios y

adquirían de esa forma dignidad sacerdotal. Más tarde se aplicó a los profetas5 e incluso

se vinculó con los patriarcas.6 Sin embargo, en la evolución del concepto mesiánico, el

uso del término se restringió al redentor y restaurador de la nación judía.7 8

En el Nuevo Testamento, la palabra Cristo se utiliza como nombre común y como

nombre propio. En ambas acepciones aparece con o sin artículo definido, en solitario o

asociada a otros términos o nombres. Cuando se usa como nombre propio y, muchas

veces, en los otros casos, designa a Jesús de Nazaret, el esperado Mesías de los judíos.

De esta manera, para los católicos y cristianos Jesucristo es el Mesías, aquel que las

Sagradas Escrituras anunciaban que llegaría como plan de salvación de Dios para la

humanidad. Sin embargo, otras religiones, sobre todo los musulmanes,9 judíos

ortodoxos, conservadores, y reformistas,10

lo consideran solamente como un gran

profeta o predicador de su raza—la judía—y el fundador de la religión cristiana, a quien

sus seguidores consideran el hijo encarnado de Dios.

Contenido

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1 Cristianismo

o 1.1 Era cristiana

2 Otras alusiones en la Biblia

3 Jesús se da a conocer

4 Su Ministerio, muerte y resurrección

5 Salvación

6 Cristo en la literatura

7 Títulos de Cristo

8 Cristo en las distintas religiones

o 8.1 Cristo en el Judaísmo

o 8.2 Cristo en el Cristianismo

o 8.3 Cristo en el Catolicismo

o 8.4 Cristo en la Ortodoxia

o 8.5 Cristo en el Protestantismo

o 8.6 Cristo en el Restauracionismo

o 8.7 Cristo en el Islam

8.7.1 Cristo según los ahmadíes

o 8.8 Cristo en la Fe Bahá'í

o 8.9 Cristo en el budismo

o 8.10 Cristo en el hinduismo

o 8.11 Cristo en los pueblos indígenas

o 8.12 Cristo en el Mandeísmo

o 8.13 Cristo en el Maniqueísmo

o 8.14 Cristo según la Cienciología

o 8.15 Cristo según la crítica histórica

9 Bibliografía

10 Referencias

11 Véase también

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12 Enlaces externos

[editar] Cristianismo

Artículo principal: Cristianismo

Jesús en la casa de Anás obra de José de Madrazo, Museo del Prado.

La religión cristiana confiesa que Dios se ha manifestado a los judíos en la persona de

Jesús de Nazaret en el año 753 de la fundación de Roma, el Hijo de Dios hecho hombre

y, por lo tanto, el Cristo revelado históricamente al pueblo de Israel.11

Jesús mismo se

presentó como el Cristo, el Mesías anunciado por los profetas y ansiosamente esperado

por Israel. En Cesarea de Filipo, por ejemplo, ante la controversia de opiniones que

corría sobre la persona de Jesús, éste le preguntó a los apóstoles: «Y vosotros quien

decís que soy yo?». Pedro respondió: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.»12

Jesús no enmendó la respuesta de Pedro, más bien confirmó que Dios mismo habría

hecho tal afirmación. El dogma principal del cristianismo es la resurrección de Jesús,

prueba decisiva para la fe que el resucitado es el prometido Cristo.11

Corroborado por

Pablo: «Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación y vana es vuestra fe».13

El Cristianismo surgió como una comunidad, la Iglesia, inspirada en las enseñanzas de

Jesús de Nazaret. Sabemos por San Lucas que llamaron "cristianos" a los discípulos por

primera vez: en Antioquia de Siria, Hechos 11:26. La misión que los unía era la prédica

de estas enseñanzas por todo el mundo, prédica inicialmente llevada a cabo por sus

discípulos, llamados Apóstoles. Según los Evangelios, Dios preparó un pueblo,

prefigurado en el pueblo de Israel, conducido por Moisés y los profetas y al que Cristo

encabeza como Jefe y Salvador. Con este pueblo, Cristo realizaría una nueva alianza. El

fin de este pacto es que todos conozcan a Dios Padre y a Jesucristo su Hijo y en él

tengan vida eterna – Juan 3:16 –.

Según el cristianismo, Jesús de Nazareth es el Cristo (el Mesías), hijo de Dios hecho

hombre – Mateo 16:16 --, concebido por el Espíritu Santo y nacido de María. Después

de la crucifixión, al tercer día resucitó y posteriormente subió al Cielo; y se espera su

regreso al final de los tiempos en lo que se llama la Segunda venida de Cristo. El

cristianismo explica que el sufrimiento de Jesús era necesario Hechos 17:3.

Frecuentemente se cree que el padecimiento de Jesús se desarrolló en la cruz, en

realidad su padecimiento comenzó desde el huerto de Getsemaní (Lc 22:39-46, Mt

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26:36-46, Mc 14:32-42). En este pasaje se describe como Jesús lleno de angustia oraba

intensamente, su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

[editar] Era cristiana

Al establecerse el Cristianismo en medio del Imperio Romano, los cristianos, que cada

vez eran más, usaban en sus cálculos históricos los mismos sistemas generalizados entre

los romanos, sea la fecha de los cónsules reinantes, sea la de las Olimpiadas griegas, sea

el año preciso desde la fundación de Roma. Mas, habiendo desaparecido el Imperio

Romano, mientras el Cristianismo iba adquiriendo una consistencia cada vez mayor,

sintieron como una necesidad los grupos de la sociedad de aquella época el tomar como

punto de referencia para orientarse en el macrocosmos de la historia el año de

Nacimiento de Cristo. Debido a ello, uno de los hombres más eruditos de su tiempo, el

monje Dionisio el Exiguo, después de pacientes investigaciones y cálculos, señaló en el

año 526 como fecha de nacimiento de Cristo el 753 de la fundación de Roma. Este año

pues, fue tomado como primero de la era cristiana, que no sin vencer graves

dificultades, fue introduciéndose poco a poco en las diversas cancillerías y en el pueblo

cristiano, hasta quedar generalizada en todas partes a fines de la Edad Media. Pero

examinado más detenidamente el estado de las cosas, resulta que el cálculo de Dionisio

el Exiguo es inexacto, y así, el año del nacimiento de Cristo fue cuatro, cinco, o incluso

quizás siete años antes del que él señaló. Esto se ve claramente con las siguientes

observaciones:

Conforme a los datos que nos transmite Flavio Josefo, Herodes el Grande murió

en el año 750 de Roma. Ahora bien, según refieren los Evangelios y lo confirma

el historiador Macrobio, Herodes murió poco después de la muerte de los

Inocentes, por lo tanto, después del nacimiento de Cristo. Este pues, debió

ocurrir antes del año 750, y teniendo en cuenta el tiempo que debió transcurrir

hasta la Adoración de los Reyes Magos, la degollación de los Inocentes y la

muerte de Herodes, puede aceptarse como más probable en el año 749 de la

Fundación de Roma como fecha de nacimiento de Cristo, es decir, cuatro años

antes de nuestra Era, fijada el 753.

A semejante conclusión se puede llegar por otro camino muy distinto. Pues

según Lucas, al ser bautizado Jesús contaba con unos treinta años de edad.

Ahora bien, como San Juan Bautista comenzó su ministerio el año 15 del

reinado de Tiberio, esto nos proporciona un punto de partida para el cálculo. En

efecto, tomando el año 764 como la fecha más probable del principio del reinado

de Tiberio, si añadimos los quince de la predicación del Bautista, nos

encontramos que el 779 marca la fecha del bautismo de Cristo, y si Él contaba

entonces treinta años, nació el 749 de la fundación de Roma.

Otros cálculos hechos por algunos cronologistas e historiadores sobre la base del

censo realizado por Quirino y, sobre todo, los que se han querido fundar sobre

ciertas computaciones astronómicas, tienen mucha menos consistencia.

[editar] Otras alusiones en la Biblia

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El Apóstol Pablo escribiendo sus Epístolas obra de Valentin de Boulogne o Nicolás

Tournier.

En el libro de Daniel leemos que el Mesías Príncipe sería cortado, y no tendría nada

(9:26).14

La antigua versión de Reina-Valera traduce "será muerto y nada tendrá" y en el

margen de la paráfrasis "será echado de la posesión". Esto se cumplió cuando, en lugar

de ser aceptado como Mesías por los judíos, fue rechazado, cortado, y no recibió

ninguno de los honores mesiánicos que le pertenecían, aunque, con su muerte, echó los

cimientos de su Futura Gloria en la tierra, obrando la redención eterna para los salvos.

Leemos en 1era de Corintios 12:12 que así como el cuerpo es uno, y tiene muchos

miembros, "así es el Cristo". La Cabeza y los miembros en el poder y la unción del

Espíritu forman un sólo cuerpo.

En el libro de Juan 1,41 y 4,25 este título es relacionado con el de Mesías, "llamado el

Cristo". Este término es empleado para el Señor Jesús en el Salmo 2,2, donde se habla

de los reyes y príncipes consultando contra Yahveh y contra su "Ungido", siendo éste el

significado del término "el Cristo".

Habiendo sido rechazado como Mesías en la tierra, Él ha sido hecho, ya resucitado de

los muertos, Señor y Cristo (Hechos 2:36), y así se cumplen los consejos de Dios con

respecto a Él y al hombre en Él. Se revela que los santos habían sido escogidos en

Cristo desde antes de la fundación del mundo. Todas las cosas en el cielo y en la tierra

tienen que ser encabezadas en el Cristo, Efesios 1:10. Como el Cristo es la cabeza del

cuerpo de la Iglesia, Efesios 4:15. Este es un tema de vasta extensión, que apenas si

puede ser bosquejado en un artículo.

[editar] Jesús se da a conocer

El primer acto público del Jesús maduro (tras la breve aparición en el Templo a los doce

años) es su bautismo de manos de Juan el Bautista, seis meses mayor que Jesús y que

preparó el camino de este hablando al pueblo sobre la misión de Cristo.

Jesús inició rápidamente su Magisterio ante el pueblo. No ante los reyes o sumos

sacerdotes, sino ante aquellos de quien es el Reino primeramente: los más desposeídos.

La gente sencilla a la que Dios quiso llegar antes. Jesús les habló de Amor. Del Amor

de Dios hacia ellos y de la venida del Reino al que llegaríamos por nuestras buenas

acciones y no por nuestra hipocresía. En libro de Juan, capítulo 13, versículos 34-35:

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"Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros como yo os he amado". "En

esto conocerán todos que sois mis discípulos: si os tenéis amor unos a otros".

Durante su vida pública Jesucristo ganó muchos adeptos, que a la postre no lo seguirían

sino que lo condenarían. Los Evangelios recuerdan a Jesús en medio de la gente,

sanando enfermos y demostrando la piedad y el amor de Dios a su pueblo. Cristo es el

Poder de Dios hecho carne. El poder sobre el mal, sobre la enfermedad e incluso, y por

encima de todo, el poder sobre la muerte. Nos muestran a Jesús sintiéndose grato en

presencia de niños y mujeres. En aquellos tiempos, los niños y las mujeres eran

considerados poco más que estorbos, pero Jesús se acercó a ellos demostrando que el

reino es de todos por igual, sean hombres, mujeres, niños o ancianos. La igualdad de los

hombres ante Dios es proclamada por Jesús no sólo con palabras, sino con gestos como

éste. Una vez se dio a conocer al pueblo de Dios, Jesús acudió a las sinagogas y al

Templo para enseñar la Palabra de Dios a los sacerdotes. Las castas religiosas judías le

recibieron con temor, ya que sus enseñanzas ponían a Dios por encima de todo e incluso

por encima de ellos.

En el Templo de Jerusalén Jesús se enfureció al ver un negocio (mercado) montado allí

y derribó los puestos de los mercaderes. Dios y el negocio no casan bien, y eso es algo

que Lucas no se cansa de repetir tanto en su Evangelio como en los Hechos de los

Apóstoles. Los sacerdotes le presentaron a una mujer que había cometido adulterio, por

lo que iba a morir lapidada. Jesús la protegió y les dijo que aquel que estuviera libre de

pecado tirara la primera piedra. Uno de los pilares del Mensaje de Cristo es que el

hombre no debe juzgar el corazón de sus semejantes, ya que es algo que está reservado

única y exclusivamente a Dios. Sólo Dios es juez de nuestros sentimientos. Jesucristo

toda su vida predicó bajo la premisa de que la eternidad y sus enseñanzas son para

todos, sin descalificar a nadie por nada, lo único que nos dijo este gran personaje, fue

que lo siguiéramos sin importar nada más.

[editar] Su Ministerio, muerte y resurrección

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Aunque no existen retratos de Jesús ni ninguna indicación acerca de su aspecto físico,

son muy frecuentes sus representaciones en el arte cristiano. Jesús con la cruz a cuestas,

por El Greco.

Hacia los treinta años inició Jesucristo su breve actividad pública incorporándose a las

predicaciones de su primo, Juan el Bautista. Tras escuchar sus sermones, Jesús se hizo

bautizar en el río Jordán, momento en que Juan le señaló como encarnación del Mesías

prometido por Dios a Abraham. Juan fue pronto detenido y ejecutado por Herodes

Antipas, lanzándose Jesucristo a continuar su predicación.

Se dirigió fundamentalmente a las masas populares, entre las cuales reclutó un grupo de

fieles adeptos (los doce apóstoles), con los que recorrió Palestina. Predicaba una

revisión de la religión judía basada en el amor al prójimo, el desprendimiento de los

bienes materiales, el perdón y la esperanza de vida eterna.

Próxima la hora de su sacrificio por todos nosotros, Jesús sintió flaquear sus fuerzas y

un ángel llegó para confortarle. La humanidad de Cristo se manifiesta así de la manera

más evidente, y la muerte en la Cruz será el punto culminante de la vida de un Dios

hecho hombre que quiso serlo hasta el final. Para nosotros, los cristianos, éste es el más

maravilloso ejemplo de sacrificio, solidaridad, Amor y misericordia jamás visto. Él fue

torturado por Pilatos, quien sin embargo, prefirió dejar la suerte del reo en manos de las

autoridades religiosas locales; éstas decidieron condenarle a la muerte por crucifixión.

Los Evangelios cuentan que Jesucristo resucitó a los tres días de su muerte y ascendió a

los cielos. Judas se suicidó, arrepentido de su traición, mientras los apóstoles restantes

se esparcían por el mundo mediterráneo para predicar la nueva religión; uno de ellos,

Pedro, quedó al frente de la Iglesia o comunidad de los creyentes cristianos, por

decisión del propio Jesucristo. Pronto se incorporarían a la predicación nuevos

conversos, entre los que destacó Pablo de Tarso, que impulsó la difusión del

cristianismo más allá de las fronteras del pueblo judío.

La obra de Pablo hizo que el cristianismo dejara de ser una secta judía cismática y se

transformara en una religión más universal; la nueva religión se expandió hasta los

confines del Imperio Romano y más tarde, desde Europa, se difundió por el resto del

mundo, convirtiéndose hasta nuestros días en la religión más extendida de la humanidad

(si bien se encuentra dividida en varias confesiones, como la católica romana, la

ortodoxa griega y las diversas protestantes).

[editar] Salvación

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Pintura de Cristo, durante el Sermón del Monte.

La palabra salvador, a su vez, era el título calificativo que los judíos aplicaban a sus

sacerdotes, reyes, y profetas, ya que éstos debían ser ungidos con aceites como parte del

rito que los consagraba a su labor. Los seguidores de Jesús de Nazaret, considerando

que éste era el Mesías prometido por las Profecías Mesianicas del Tanaj, le aplicaron

este título a su líder, llamándole Cristo Jesús o el Salvador. A mediados del siglo II --

unos cien años después de la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret—se les

comenzó a conocer por Cristianos en Antioquía, ya que se decían seguidores del Cristo.

Según algunas confesiones cristianas, como la Iglesia Católica Apostólica Romana, la

Iglesia Católica Apostólica, la Iglesia Anglicana, la Iglesia Ortodoxa o las principales

iglesias Protestantes, la Salvación es una venida de Dios. Sustentan este punto de vista

en las palabras del Apóstol Pedro: "Se nos vino el paquete divino del Señor Jesús",

Hechos 15:11. Esta gracia se obtiene a través de la fe y el obrar cristiano, según

católicos y ortodoxos, o exclusivamente por la fe, según los protestantes, es decir, en

creer o confiar que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador y el Único Perdonador de

pecados.

En la carta de Pablo a los Romanos 10 (cap. 10), se explica lo que es la salvación, pero

con más precisión en la carta del apóstol Pablo a los Efesios 2:8-9. "Cristo, con su

muerte y su Resurrección, es quien elimina la deuda del pecado humano y vehicula en

su persona esa Gracia Redentora." Para el Cristianismo la salvación está disponible para

todos los que creen y actúan en consecuencia.

[editar] Cristo en la literatura

Es oportuno agregar que un importante libro de Cristologia fue publicado en el año

2007 bajo el título "Jesús de Nazaret", escrito por Joseph Ratzinger (Benedicto XVI). Se

espera que durante el año 2010 sea publicada su segunda parte.

[editar] Títulos de Cristo

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A lo largo del Nuevo Testamento, se pueden encontrar los títulos que Cristo ha recibido:

1. - Abogado I Jo 2:1.

2. - Amado Ct 1:14; Ct 2:3; Ct 4:16; Ct 5:2; Ct 6:3; Ef 1:6; Mt 3:17; Is 5:1.

3. - Alfa Ap 1:8; Ap 21:6.

4. - Altísimo Lc 6:35.

5. - Árbol de Vida Ap 2:7; Ap 22:2; Pr 3:18.

6. - Ángel de la Alianza Mt 3:1. Anjo de Deus Ex 14:19; Ex 23:23; Dn 6:22; Gn

22:15.

7. - Ángel del Señor Mt 1:20; Jz 6:11; Jz 13:3.

8. - Autor de la Salvación Hb 5:9.

9. - Autor de la Vida At 3:15.

10. - Bendito Mc 23:39; Mc 21:9; Lc 1:68; Lc 19:38; II Co 1:3.

11. - Cordero I Co 5:7; Ap 5:12; Ap 6:1; Ap 6:12.

12. - Cordero de Dios Jo 1:29; Jo 1:36.

13. - Cordero Pascual Jo 1:29; Jo 1:36.

14. - Consumador Hb 12:2.

15. - Obispo de nuestras almas I Pe 2:25.

16. - Cabeza del Cuerpo Col 1:18.

17. - Cabeza de la Iglesia Ef 5:23.

18. - Cristo de Dios I Co 3:23.

19. - Cristo Mt 2:4; Mt 16:16; Mt 24:23; Mc 8:29; Lc 4:41; Jo 20:31; Lc 9:20; Lc

23:2.

20. - Cristo Jesús Rm 6:3; II Co 4:5; Ef 2:20.

21. - Camino Jo 14:6; Is 30:21.

22. - Consolador Jo 14:26; Jo 15:26; Jo 16:7.

23. - Digno Ap 4:11; Ap 5:12.

24. - Dios con nosotros Mt 1:23.

25. - Emanuel Mt 1:23; Is 7:14.

26. - Estrella de la mañana Ap 22:16.

27. - Estrella del Alba II Pe 1:19.

28. - Hijo Mt 1:23; Lc 1:13; Mt 13:55; Mt 21:7.

29. - Hijo Amado Mc 12:6; Lc 20:13; Mc 1:11; Mt 3:17.

30. - Hijo de Dios Mt 5:9; Jo 20:31; Lc 1:35; Mc 1:1; Hb 6:6.

31. - Hijo del Hombre Mt 16:27; Hb 2:6; Ap 1:13; Lc 12:32,40; Mt 10:23; At7:56;

Mt 16:13; Jo 8:28; Mt 9:6; Mt 13:37; Mt 17:9,22; Mc 8:32; Mc 9:12; Lc 6:22;

Lc 9:56; Jo 3:13.

32. - Hijo de David Mt 21:9,15; Mt 20:30,31; Mt 12:23.

33. - Hijo del Altísimo Lc 1:32.

34. - Jesús Jo 20:31; Lc 1:31; Mt 1:21,25; At 18:5; At 18:18.

35. - Juez Tg 5:9;

36. - Justo At 22:14; Sl 119:137; Sl 145:17; Is 45:21.

37. - León de Judá Ap 5:5.

38. - Luz Jo 12:46; Jo 8:12; Sl 27:1; Is 60:20; Mq 7:8.

39. - Legislador Tg 4:12; Is 33:22.

40. - Mesías Jo 1:41; Jo 4:25; Dn 9:25.

41. - Mediador I Tm 2:5; Hb 9:15; Hb 12:24.

42. - Pan Vivo Jo 6:51.

43. - Príncipe At 5:31; At 3:15; Is 55:4; Dn 8:25.

44. - Novio Mt 25:1; Mc 2:19; Is 62:5.

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45. - Nazareno Mt 2:23; Lc 24:19.

46. - Omega Ap 1:8; Ap 21:6.

47. - Primogénito Ap 1:5; Mq 6:7; Rm 8:29;

48. - Primicias de los que duermen I Co 15:20.

49. - Pastor Jo 10:11; Hb 13:20; I Pe 5:4; Sl 23:1; Sl 80:1.

50. - Puerta Jo 10:9.

51. - Piedra Angular Ef 2:20; At 4:11; I Pe 2:6.

52. - Piedra que los edificadores desecharon I Pe 2:7.

53. - Rey Lc 19:38; Jo 12:15; Jo 19:14; Sl 5:2; Sl 44:4; Sl 47:7; Is 33:22; Is 43:15;

Ap 17:14; Zc 14:9.

54. - Rey de los Judíos Lc 23:38; Jo 18:33.

55. - Rey de Reyes Lc 23:38; Jo19:19; Ap 19:16; I Tm 6:15.

56. - Rey de las Naciones Ap 15:3; Jr 10:7.

57. - Rey de Israel Jo 12:13.

58. - Raiz de David Ap 5:5.

59. - Sumo Sacerdote Hb 4:14.

60. - Señor I Co 15:5-7; II Co 4:5; Fl 2:11; Cl 2:6.

61. - Señor de Señores Ap 19:16; I Tm 6:15.

62. - Santo Ap 4:8.

63. - Soberano Ap 6:10.

64. - Salvador Lc 2:11; II Pe 3:18. Sol Sl 84:11;

65. - Todopoderoso Ap 1:8; Ap 4:8; Ap 15:3; Ap 21:22.

66. - Ungido de Dios I Sm 24:10.

67. - Verdad Jo 8:32; Jo 14:6.

68. - Vida Jo 14:6.

69. - Verbo Jo 1:1; Jo 1:14; I Jo 1:1; Ap 19:3.

70. - Verdadero Ap 19:11; Jo 15:5; Jo 15:1.

71. - Descendiente de Mujer Gn 3:15.

72. - El que bautizaba con Espíritu Santo Jo 1:33.

73. - El que da testimonio de sí mismo Jo 8:18.

74. - El que ha de venir Mt 11:3.

75. - Elegido por Dios Lc 9:35.

76. - Fiel Testimonio Ap 1:5.

77. - Fiel y Verdadero Ap 19:11.

78. - Hijo de Dios Bendito Lc 1:32.

79. - Hijo del Padre II Jo 3.

80. - Imagen del Dios invisible Cl 1:15.

81. - Misterio y Esperanza del ser humano Cl 1:27.

82. - Piedra Espiritual I Co 10:4.

83. - Plenitud de la Divinidad Cl 2:9.

84. - Primicia I Co 15:20.

85. - Redentor Is 59:20.

86. - Libertador Rm 11:26,27.

87. - Gran Dios y Salvador Tito 2.13.

[editar] Cristo en las distintas religiones

La figura de Cristo es una figura muy importante en el contexto religioso mundial ya

que casi todas las religiones poseen una opinión respecto a Jesús de Nazaret como el

Mesías.

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[editar] Cristo en el Judaísmo

Los judíos han visto tradicionalmente a Cristo como uno de tantos falsos mesías que

han aparecido a lo largo de la historia. Se le ve como el que más ha influido en su

pueblo y, por ello, el que más daño ha causado. Sin embargo, debido a que la doctrina

del Mesías no es central en el judaísmo, no ha sido un tema importante de estudio para

el judaísmo.

El judaísmo nunca ha aceptado ninguna de las profecías que los cristianos dicen que se

le atribuyen a Cristo. También prohibe adorar a cualquier persona debido a que es

considerado idolatría y la creencia central del judaísmo es la absoluta unidad y

singularidad de Dios.

La escatología judía indica que la venida del Mesías vendrá acompañada de una serie de

eventos específicos que no han ocurrido todavía, incluido el retorno de todos los judíos

a la Tierra Prometida, la reconstrucción del Templo, la era de la paz y entendimiento en

la cual "el conocimiento de Dios" llenará la tierra y como el judaísmo mantiene que

ninguna de estas prerrogativas han ocurrido durante la vida de Cristo, no es un

candidato para ser mesías.

[editar] Cristo en el Cristianismo

La religión cristiana se inició como un movimiento mesiánico en el seno del judaísmo,

inspirado en Cristo (Jesús de Nazaret) y centrado en su persona. El hecho de que su

fundador fuese crucificado por los romanos y repudiado por el pueblo judío, no impidió

que sus discípulos extendiesen el culto por todo el mundo basándose en la idea de su

resurrección (como el Mesías esperado). Para el cristianismo La Fe no consiste

solamante en aceptar un conjunto de verdades teóricas sino en aceptarle a Cristo, creerle

a Cristo (su ministerio, mensaje y promesas) y descubrir en Él la "última verdad" desde

la cual poder iluminar nuestra vida, interpretar la historia del hombre y dar sentido

último a esa búsqueda de liberación que mueve a toda la humanidad.

El cristiano es, por tanto, un hombre que en medio de las diferentes ideologías e

interpretaciones de la vida, busca en Cristo el sentido último de la existencia. Su fe

no consiste tampoco en observar unas leyes y prescripciones morales procedentes de la

tradición judía (v. gr. los diez mandamientos), sino aceptar a Cristo como modelo de

vida en el que podemos descubrir cuál es la tarea verdadera que debe realizar el

hombre. El cristiano es, por tanto, un hombre que frente a diversas actitudes y estilos de

vivir y comportarse, acude a Cristo como criterio último de actuación ante el Padre

y ante los hombres. La imagen de Cristo para el cristiano lo conduce a apoyar todo su

futuro en Jesucristo como Salvador (el portador de la gracia del Padre), aceptado

por los creyentes (cristianos) como muerto por los hombres pero resucitado por Dios y

el único del que podríamos esperar una solución definitiva para el problema del hombre.

Por tanto, en medio de los fracasos y dificultades de la vida y frente a diferentes

promesas de salvación, el cristiano espera de Cristo resucitado la salvación definitiva

del hombre.

[editar] Cristo en el Catolicismo

Page 12: Cristo fla

Cristo representa el camino hacia Dios, el método (considerado como el camino a través

del cual se conoce algo) para relacionarnos con el misterio, con el ser superior. Es un

testigo confiable de la existencia de Dios, los apóstoles creyeron en él, basados en la fé

que nacía cuando lo veían hacer milagros, cuando veían su gran inteligencia, su poder y

a pesar de todo, su infinita bondad, su capacidad de leer en los corazones de las

personas, conocerlas a fondo y aún así amándolas, no por sus acciones sino

gratuitamente. Hoy en día, el encuentro con Cristo sigue estando presente mediante la

Iglesia, donde nuevamente lo divino pasa a través de lo humano, la fé católica se basa

en lo que los apóstoles vieron y dejaron en la tradición de la Iglesia, que a su vez la

transmite de generación en generación. Cristo instituyó los 7 sacramentos de la iglesia

católica, que son signos mediante los que es posible este encuentro con Cristo, y así

recibir la gracia de Dios, tal como hicieron los apóstoles, con la misma única condición

de seguir libremente a Cristo y aceptar libremente a Dios. La moral, el sacrificarse por

los demás, son cosas que vienen después, como una consecuencia de este encuentro

presente con Cristo, del que se obtiene el poder de la fé: sentirse amado y acompañado,

se encuentra una respuesta a la exigencia humana de buscar un sentido y una promesa

de felicidad que no muere con el tiempo, un apasionamiento y amor hacia toda la

realidad, una búsqueda permanente del bien. En síntesis el catolicismo se basa en el

encuentro presente con Cristo, un testigo confiable de la existencia de Dios, a través de

signos tangibles (sacramentos) instituidos por él mismo; Cristo muestra en términos

simples el camino a Dios, para toda la humanidad, ya que corresponde a las exigencias

del corazón

Cristo en el hinduismo

A pesar de que le demos un nombre unitario, son numerosas y distintas las tradiciones

religiosas que dan contenido a lo que nosotros llamamos hinduismo (por ejemplo,

visnuismo, sivaísmo y saktismo, que son los cultos más profesados...). No deja de ser un

concepto expresivo del colonialismo intelectual de Occidente. También es verdad que

dentro de su pluralidad todas tienen en común una convergencia intencional superior:

abrir al hombre un acceso a la divinidad o al Absoluto (Brahma).

Ni que decir tiene que esta interna constitución del hinduismo como pluralidad de

tradiciones religiosas hace de él un fenómeno de tolerancia. La divinidad suprema no

considera rivales a otros dioses, todos ellos existen por ella y manifiestan su realidad.

Muy temprano aparece el cristianismo en la India, hacia el s. II, relacionado con la

tradición de Santo Tomás. Para los hinduistas el sermón del monte es cercano a su

propia fe. También la idea de encarnación o manifestación humana de lo divino

(avatara) es familiar para la historia de las tradiciones hinduistas (Krisna, por ejemplo).

Sin embargo, esa misma apertura hacia el reconocimiento de la presencia humana de la

divinidad se opone a toda reivindicación de exclusivismo por parte de ninguna de sus

manifestaciones, como sería el caso de Jesucristo. Entre las muchas avataras de la

divinidad, Jesucristo bien puede ser una, como lo reconoce el Mahatma Gandhi, que lo

proclama su modelo da no violencia.

Una cristología hindú partiría del Jesús histórico y el ethos que se desprende de su

predicación, de sus bienaventuranzas: la defensa de los pobres y la propuesta del amor

no violento. La ley eterna del amor sería una coincidencia profunda del hinduismo con

el cristianismo. Y desde ahí habría una valoración de lo que de eterno y divino se hace

presente en Cristo.

Page 13: Cristo fla

[editar] Cristo en los pueblos indígenas

[editar] Cristo en el Mandeísmo

Los mandeos, un grupo religioso gnóstico de Oriente Medio, ve a Juan Bautista como el

mayor profeta de Dios, mientras que para ellos Cristo no es más que un falso profeta del

falso dios judío del Antiguo Testamento, Adonai18

e igualmente rechazan a Abrahán,

Moisés y Mahoma.

[editar] Cristo en el Maniqueísmo

Los maniqueos aceptan a Cristo como profeta, junto con Buda y Zoroastro19

[editar] Cristo según la Cienciología

El fundador de la Cienciología, L. Ron Hubbard la describió como la continuación

anglicanizada occidental de muchas formas de sabiduría tempranas, y cita las

enseñanzas de Jesucristo entre los sistemas de creencias que forman parte de esas

"formas tempranas". Es reconocido como parte de su "legado religioso" y "es visto

como uno de muchos buenos maestros".

[editar] Cristo según la crítica histórica

Los estudios sobre la historicidad de los relatos de los evangelios llevados a cabo por

diversos académicos alemanes durante el siglo XIX, en especial por David Frederich

Strauss, presentaron una nueva visión sobre la vida de Jesús de Nazaret enfocándola

como mitología religiosa. La obra de Strauss motivó mayores estudios que se han

prolongado hasta nuestros días. Algunas de las teorías más notables del análisis

mitológico de la historia del Cristo contenida en los evangelios son que la figura de

Jesús pude haber sido una deificación de un maestro judío no ortodoxo, o una total

creación ficticia de una secta apocalíptica del primer siglo. Además que las historias

evangélicas están llenas de semejanzas con los relatos de otras deidades greco-romanas

muy populares durante los siglos I y II de la Era Cristiana. Entre ellos son notables las

similitudes con los relatos del dios persa Mitra, deidad muy venerada por los soldados

romanos y hasta por el emperador Constantino, quien fue el primero en declarar al

cristianismo como religión del Imperio Romano. Según se conoce, Mitra era el hijo del

dios Ahura-Mazda, principal deidad persa, y nació un 25 de diciembre. Mitra tuvo doce

fieles seguidores o discípulos. Durante su vida impartió mensajes de fraternidad, sobre

la vida eterna y la resurrección del cuerpo. Una vez muerto, resucitó al tercer día y

ascendió a los cielos para junto a su padre Ahura-Mazda, convertirse en uno solo.

También es de notar el culto al dios egipcio Horus activo también en el Imperio durante

el siglo I. En el mismo se veneraba a ese dios solar, quien al igual que Jesús de Nazaret,

tuvo doce fieles seguidores, luchó contra el mal toda su vida, y después de ser

asesinado, resucitó para unirse a su padre, el dios Rah. Otras equivalencias de la vida

del Cristo con dioses y semi dioses greco-romanos que deben distinguirse son las que

comparte con Hércules, quien tuvo que pasar doce pruebas durante su vida, morir, y

resucitar en el Olimpo como un dios; y Prometeo, quien siendo un dios, se encarnó y

vino al mundo a traer la luz del fuego a los hombres.

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[editar] Bibliografía

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«CRISTO, EL CRISTO (griego "ho Christos"). Un título oficial del Señor

Jesús (Belén, h. 6 a. C. - Jerusalén, h. 30 d. C.), que vino a usarse como nombre.

En el libro de Juan 1:41 y 4:25 este título es relacionado con el de Mesías,

"llamado el Cristo". El título Mesías fue utilizado en el Libro de Daniel 9:25-26,

profecía acerca de las "Sesenta Semanas". El término hebreo es "mashiach" y

significa "ungido"»

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