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PENICILINAS

Las penicilinas comparten un núcleo químico común (ácido 6-aminopenicilánico) que contiene un anillo

lactámico β esencial para su actividad biológica.

Acción y resistencia antimicrobianas

El paso inicial en la acción de la penicilina es la unión del fármaco a receptores (proteínas de unión

a penicilina). Las proteínas de los diferentes microorganismos varían en número y capacidad para un

fármaco determinado. Después de que las penicilinas se unen a los receptores, se inhibe la síntesis

del peptidoglucano debido al bloqueo de la transpeptidación. La acción bactericida fi nal consiste en

eliminar a un inhibidor de las enzimas autolíticas en la pared celular que activa las enzimas y conduce

a la lisis celular. Los microorganismos que producen lactamasas β (penicilinasas) son resistentes a

ciertas penicilinas porque rompen el anillo lactámico β e inactivan el fármaco. Sólo los patógenos

que sintetizan peptidoglucano en forma activa (en el proceso de multiplicación) son sensibles a los

antibióticos lactámicos β. Los microorganismos que no se multiplican o carecen de paredes celulares no

son sensibles.

La resistencia microbiana a las penicilinas se debe a cuatro factores: 1) producción de lactamasas

β, por ejemplo estafi lococos, gonococos, especies de Haemophilus y microorganismos coliformes,

incluidas bacterias productoras de lactamasas β de amplio espectro (ESBL); 2) ausencia de proteínas

de unión a penicilina o disminución de la afi nidad de los receptores de antibióticos lactámicos β (p. ej.,

neumococos resistentes, estafi lococos resistentes a meticilina, enterococos) o impermeabilidad de la

envoltura celular; 3) falta de activación de enzimas autolíticas en la pared celular (“tolerancia”, p. ej.,

estafi lococos, estreptococos del grupo B), y 4) formas defi cientes de pared celular (L) o micoplasmas

que no sintetizan peptidoglucanos.

1. Penicilinas naturales

Las penicilinas naturales incluyen penicilina G para administración parenteral (cristalina acuosa o

benzatínica G) u oral (penicilina G y penicilina fenoximetil [penicilina V]). Son más activas contra

patógenos grampositivos y sensibles a hidrólisis por lactamasas β. Se utilizan en: 1) infecciones por

neumococos sensibles y con sensibilidad moderada, de acuerdo con el sitio de infección (empero, en

la actualidad hasta 30 a 35% de las cepas muestra resistencia intermedia o elevada a la penicilina);

2) estreptococos (incluidos los estreptococos anaerobios); 3) meningococos; 4) estafi lococos que no

producen lactamasa β; 5) Treponema pallidum y otras espiroquetas; 6) Propionibacterium acnes y

otros bacilos grampositivos; 7) clostridios distintos de la especie diffi cile; 8) actinomicetos, y 9) casi

todos los anaerobios grampositivos. Véase el cuadro 30-4.

Farmacocinética y administración

La distribución extracelular de la penicilina es amplia después de su administración parenteral. Se

encuentran valores más bajos en ojos, próstata y sistema nervioso central. Sin embargo, cuando están

infl amadas las meninges y la dosifi cación es apropiada, penetran de manera adecuada en el líquido

cefalorraquídeo.

42Quimioterapéuticos

y antibióticos

B. Joseph Guglielmo, PharmD

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Como la penicilina benzatínica permite la liberación prolongada, se obtienen niveles continuos del

fármaco en sangre y tejidos.

La penicilina fenoximetil (penicilina V) es la penicilina oral de elección por su biodisponibilidad superior.

Aunque se elimina por vía renal, la mayor parte de la eliminación se lleva a cabo por secreción tubular.

Usos clínicos

Casi todas las infecciones por microorganismos sensibles responden a la penicilina G acuosa en

dosis diarias de uno a dos millones de unidades por vía intravenosa cada 4 a 6 h. En las infecciones

peligrosas (meningitis, endocarditis) se necesita una dosis mayor (18 a 24 millones de unidades por

vía intravenosa).

La penicilina V está indicada en infecciones menores, como faringitis estreptocócica y celulitis. La sífi lis

requiere inyecciones semanales de penicilina benzatínica, 2.4 millones de unidades intramusculares

durante una a tres semanas, según sea el estadio de la enfermedad (cuadro 30-10).

2. Penicilinas de amplio espectro

Las penicilinas de amplio espectro comprenden a las aminopenicilinas: ampicilina y amoxicilina, y

la ureidopenicilina piperacilina (disponible sólo en combinación con el inhibidor de la lactamasa β,

tazobactam). Los estafi lococos y otras lactamasas β pueden destruir a estos fármacos. Si bien este

grupo de penicilinas es más activo contra ciertos bacilos gramnegativos, su actividad contra las

bacterias grampositivas es bastante similar a la de las penicilinas naturales. Puesto que se dispone de

las combinaciones con inhibidores de la lactamasa β, como ampicilina con sulbactam y piperacilina-

tazobactam, ya no se comercializan en Estados Unidos la ticarcilina y la piperacilina.

Actividad antimicrobiana

La ampicilina y la amoxicilina son activas contra la mayor parte de las cepas de Proteus mirabilis,

Listeria y cepas de Haemophilus infl uenzae no productoras de lactamasa β, pero no contra la mayor

parte de los microorganismos gramnegativos. Ambos fármacos son efectivos contra neumococos

sensibles a penicilina y Enterococcus faecalis; no obstante, ya existe una cepa de E. faecalis resistente

a la ampicilina.

No se comercializan más la ticarcilina, la piperacilina y el lactámico β/inhibidor de la lactamasa β

ticarcilina-clavulanato. Sin embargo, puesto que se halla en el mercado la piperacilina-tazobactam, es

importante conocer el espectro de acción de la piperacilina.

La piperacilina es activa contra Pseudomonas aeruginosa y Klebsiella. De manera similar a la

ampicilina, la piperacilina es activa contra E. faecalis y neumococos. Las penicilinas de amplio espectro

inhiben a muchos anaerobios. La ampicilina y la amoxicilina carecen de actividad contra cepas de

Bacteroides fragilis que producen lactamasa β, en contraste con la piperacilina, que es activa contra

casi todas las cepas.

Farmacocinética y administración

La ampicilina puede suministrarse por vía oral o parenteral. La amoxicilina se prefi ere a la ampicilina

en el tratamiento oral de infecciones por su mejor biodisponibilidad oral y menor frecuencia de

dosifi cación. Ya se ha aprobado el uso de una tableta de amoxicilina de liberación prolongada una vez

al día para la faringitis estreptocócica en niños menores de 12 años.

La piperacilina (en combinación con el tazobactam) se administra por vía intravenosa y en las

infecciones por P. aeruginosa se necesita una dosis mayor (200 a 300 mg/kg/día).

En el cuadro 30-11 se resumen los ajustes posológicos necesarios en caso de problemas renales.

Usos clínicos

La amoxicilina se administra por vía oral en infecciones menores, como exacerbaciones de bronquitis

crónica, sinusitis u otitis. La ampicilina se emplea por vía intravenosa en neumonías, meningitis,

bacteriemia o endocarditis.

La amoxicilina también se utiliza para la profi laxis de endocarditis. Debido a los valores séricos y de

secreciones respiratorias más elevados, este medicamento es valioso en el tratamiento de neumococos

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sensibles y con sensibilidad moderada a la penicilina. En general, cuando las concentraciones de

amoxicilina son superiores a la concentración inhibidora mínima (MIC) para neumococos de sensibilidad

intermedia durante más de 40% del intervalo posológico (que puede lograrse con una dosis de 40

mg/kg/día en adultos), los índices de curación bacteriológica son óptimos. Se ha comprobado que un

curso ambulatorio de tres días con amoxicilina (80 a 90 mg/kg/día en dos dosis) es equivalente a los

antibacterianos parenterales en el tratamiento de la neumonía adquirida en la comunidad.

3. Penicilinas combinadas con inhibidores de la lactamasa β

La adición de inhibidores de la lactamasa β (ácido clavulánico, sulbactam, tazobactam) impide la

inactivación de la penicilina original por lactamasas β bacterianas. Los productos disponibles son:

amoxicilina, 250, 500 u 875 mg, más ácido clavulánico, 125 mg; amoxicilina, 1 g, más ácido

clavulánico, 62.5 mg; ampicilina, 1 g, más sulbactam, 0.5 g, y ampicilina, 3 g, más sulbactam, 1 g;

y piperacilina, 3 g, más tazobactam, 0.375 g, y piperacilina, 4 g, más tazobactam, 0.5 g. La primera

formulación se administra por vía oral y las demás por vía intravenosa. En general, los inhibidores

de la lactamasa β inactivan con efectividad a las lactamasas β producidas por Staphylococcus aureus,

H. infl uenzae, Moraxella catarrhalis y B. fragilis. En contraste, la efi cacia de los inhibidores de la

lactamasa β es variable e impredecible en las lactamasas β generadas por ciertos bacilos aerobios

gramnegativos, como Enterobacter. De los medicamentos parenterales disponibles, la piperacilina-

tazobactam tiene el espectro de actividad más amplio. Al igual que las preparaciones de ampicilina-

sulbactam, las de piperacilina-tazobactam son activas contra enterococos sensibles a la ampicilina. Su

actividad in vitro contra P. aeruginosa, Serratia y especies de Klebsiella es mayor que los preparados

de amoxicilina-ácido clavulánico o los de ampicilina-sulbactam. Si bien estos fármacos son activos en

ocasiones in vitro, su utilidad clínica es menor en el tratamiento de los microorganismos productores

de ESBL.

Las formulaciones de amoxicilina-ácido clavulánico, dado que son más costosas que la amoxicilina

sola y producen intolerancia digestiva, se limitan al tratamiento de los casos resistentes de sinusitis y

otitis y la profi laxis de infecciones por mordeduras de animales y seres humanos. Las preparaciones

de ampicilina-sulbactam y piperacilina-tazobactam se utilizan en el tratamiento de infecciones

polimicrobianas, como peritonitis por una víscera rota, osteomielitis en un paciente diabético u

osteomielitis traumática.

Como ya se describió, cuando se utiliza piperacilina-tazobactam en el tratamiento de las infecciones

por Pseudomonas, la dosis es de 200 a 300 mg/kg/día de piperacilina.

En presencia de cepas de Pseudomonas con escasa sensibilidad a piperacilina-tazobactam, el

tratamiento con estos fármacos puede acompañarse de un incremento de la mortalidad. Las

infecciones que no se deben a Pseudomonas pueden tratarse con dosis más bajas (100 a 200 mg/kg/

día).

4. Penicilinas antiestafi locócicas

La oxacilina, cloxacilina, dicloxacilina y nafcilina son hasta cierto punto resistentes a la destrucción

por lactamasas β producidas por estafi lococos. Son menos activas que las penicilinas naturales

contra las bacterias grampositivas no estafi locócicas. Sin embargo, son útiles en algunas infecciones

estreptocócicas como las de piel y tejidos blandos por estreptococos del grupo A.

Estos agentes se eliminan sobre todo de manera extrarrenal, por lo que no es necesario ajustar la

dosis en caso de nefropatía.

Efectos secundarios y adversos

Todas las penicilinas pueden inducir reacciones alérgicas variables, desde reacciones graves mediadas

por IgE, como anafi laxia y broncoespasmo, hasta reacciones sin mediación de IgE, como eritema

maculopapular. Asimismo, todas las penicilinas en dosis excesivas, en especial en caso de nefropatía,

se han relacionado con convulsiones.

De las penicilinas orales, la más productora de diarrea es la amoxicilina-clavulanato. La nafcilina a

grandes dosis genera en ocasiones leucopenia moderada. La oxacilina tiene una mayor frecuencia de

efectos hepatotóxicos que otros fármacos de esta misma clase. Las dosis elevadas de penicilina,

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en particular de piperacilina (con tazobactam), inhiben la agregación plaquetaria y causan

hipopotasiemia puesto que se fi ja al potasio en el riñón.

Hazir T et al. New Outpatient Short-Course Home Oral Therapy for Severe Pneumonia Study Group.

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matter? Clin Infect Dis. 2006 Jan 15;42(2):224–33. [PMID: 16355333]

Tam TH et al. Outcomes of bacteremia due to Pseudomonas aeruginosa with reduced susceptibility to

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Dis. 2008 Mar 15;46(6):862–7. [PMID: 18279040]

CEFALOSPORINAS

Las cefalosporinas, que se relacionan desde el punto de vista estructural con las penicilinas, consisten

en un anillo lactámico β unido a un anillo de dihidrotiazolina. Las sustituciones de grupos químicos les

confi eren propiedades farmacológicas y actividades antimicrobianas variables.

El mecanismo de acción de las cefalosporinas es análogo al de las penicilinas: 1) unión a proteínas

específi cas para penicilina, 2) inhibición de la síntesis de la pared celular y 3) activación de enzimas

autolíticas en la pared celular. La resistencia a las cefalosporinas se debe a penetración defi ciente

del medicamento en las bacterias, ausencia de proteínas de unión a penicilina o degradación por

lactamasas β.

Las cefalosporinas se han dividido en cuatro grandes grupos o “generaciones” (cuadro 30-5) de

acuerdo con su actividad antibacteriana: la primera generación de cefalosporinas es activa contra

microorganismos aerobios grampositivos y algunos microorganismos gramnegativos extrahospitalarios

(P. mirabilis, Escherichia coli, especies de Klebsiella); las de segunda generación tienen un espectro un

poco mayor contra bacterias gramnegativas y algunas son activas contra anaerobios gramnegativos;

y las de tercera generación son activas contra numerosas bacterias gramnegativas. No todas las

cefalosporinas se ajustan a este ordenamiento, y hay excepciones a la división de los fármacos en

clases específi cas. Sin embargo, esta clasifi cación generacional de cefalosporinas es útil para su

análisis. La cefepima se considera un fármaco de cuarta generación porque es más estable contra

la lactamasa β mediada por plásmidos y no tiene capacidad (o muy poca) para inducir lactamasas

β. La cefepima se compara de manera favorable con la ceftazidima en cuanto a su actividad en

gramnegativos. No obstante, su estabilidad contra la lactamasa β mediada por plásmidos proporciona

protección más adecuada para especies de Enterobacter y Citrobacter. La acción contra grampositivos

de la cefepima se aproxima a la de la cefotaxima o la ceftriaxona. Ninguno de los medicamentos

disponibles en la actualidad tiene actividad contra enterococos. El ceftobiprol, una cefalosporina

de quinta generación que aún no ha recibido aprobación, tiene actividad excepcional contra

Staphylococcus aureus y E. faecalis resistentes a la meticilina; además, su espectro de actividad

gramnegativa es similar al de la cefepima.

1. Cefalosporinas de primera generación

Actividad antimicrobiana

La actividad in vitro de estas cefalosporinas tiene cobertura para cocos grampositivos, incluidos

neumococos sensibles a penicilina, S. viridans, estreptococos hemolíticos del grupo A y S. aureus. Al

igual que las cefalosporinas de segunda, tercera y cuarta generaciones, no tienen actividad contra

enterococos ni estafi lococos resistentes a la meticilina. Su actividad contra H. infl uenzae es mala y

los estreptococos resistentes a la penicilina (con resistencia intermedia y alta) son resistentes a las

cefalosporinas de primera generación. Entre las bacterias gramnegativas suelen ser sensibles E. coli,

Klebsiella pneumoniae y P. mirabilis. Por lo regular son sensibles los cocos grampositivos anaerobios,

no así B. fragilis.

Farmacocinética y administración

A. ORAL

La cefalexina, cefradina y cefadroxilo se absorben por lo general en forma adecuada. En virtud de la

vida media más prolongada de este último, puede administrarse dos veces al día en lugar de cuatro.

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B. INTRAVENOSA

Es preferible la cefazolina porque su vida media más prolongada permite dosis menos frecuentes. La

dosis se debe ajustar en caso de nefropatía.

C. INTRAMUSCULAR

La cefazolina puede administrarse por vía intramuscular; empero, se prefi ere la vía intravenosa por su

dosifi cación a intervalos de 8 h.

Usos clínicos

Los fármacos orales se utilizan para el tratamiento de las infecciones urinarias y algunas veces

para infecciones leves de la piel y el tejido blando (p. ej., celulitis, abscesos del tejido blando). Sin

embargo, la mayor frecuencia de S. aureus extrahospitalario ha reducido su utilidad en algunas de

estas infecciones.

Las cefalosporinas intravenosas de primera generación son los fármacos de elección para la mayor

parte de la profi laxis quirúrgica. No obstante, los hospitales con un elevado índice de infecciones

posoperatorias del sitio quirúrgico por cepas resistentes a la meticilina deben anticipar el uso de otros

fármacos, como la vancomicina. Las cefalosporinas de segunda generación cefoxitina y cefotetán

poseen actividad extendida contra anaerobios y son mejores que los de primera generación como

profi laxis de las intervenciones colorrectales o histerectomía.

Las cefalosporinas de primera generación no penetran de manera adecuada en el líquido

cefalorraquídeo, son menos potentes que las de segunda y tercera generaciones y no pueden utilizarse

para el tratamiento de la meningitis.

2. Cefalosporinas de segunda generación

Las cefalosporinas de segunda generación son un grupo heterogéneo con diferencias individuales

notables en cuanto a actividad, farmacocinética y toxicidad. En general, son activas contra

microorganismos gramnegativos que inhiben a los fármacos de primera generación, pero tienen un

espectro más amplio contra gramnegativos. Por lo regular, Proteus y Klebsiella positivos al indol

(incluidas las cepas resistentes a las cefalosporinas de primera generación) son sensibles, al igual

que las cepas de M. catarrhalis y Neisseria. La cefuroxima es activa contra H. infl uenzae, incluidas

las cepas que producen lactamasa β, pero tiene poca actividad contra Serratia y B. fragilis. Por el

contrario, la cefoxitina y el cefotetán son activos contra numerosas cepas de B. fragilis y algunas

cepas de Serratia. Estos fármacos suelen ser menos activos contra microorganismos grampositivos que

las cefalosporinas de primera generación (una excepción es la cefuroxima). Los fármacos de segunda

generación no tienen actividad contra P. aeruginosa.

Farmacocinética y administración

A. ORAL

Sólo el cefaclor, la cefuroxima axetil y el cefprozilo pueden suministrarse por vía oral. La cefuroxima

axetil se desesterifi ca en cefuroxima después de absorberse; su vida media más prolongada permite

dosifi carla dos veces al día y la absorción aumenta cuando se toma con alimentos (lo que no sucede

con muchos otros antibióticos orales).

B. INTRAVENOSA E INTRAMUSCULAR

Debido a las diferencias en la vida media farmacológica y su unión a proteínas, los valores séricos

máximos y los intervalos posológicos varían en forma considerable en este grupo de medicamentos

(cuadro 30-6). Los fármacos con vidas medias más cortas (cefoxitina) requieren dosis más frecuentes

que los agentes con vidas medias más prolongadas (p. ej., cefuroxima). La dosis se debe ajustar en

caso de nefropatía.

Usos clínicos

Debido a su actividad contra H. infl uenzae y M. catarrhalis, productores de lactamasa β, en ocasiones

se utilizan cefprozilo y cefuroxima axetil para el tratamiento de sinusitis y otitis media en pacientes

que no responden a fármacos más establecidos.

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Gracias a su actividad contra B. fragilis, la cefoxitina y el cefotetán se pueden suministrar en el

tratamiento de infecciones anaerobias mixtas como peritonitis y diverticulitis. No obstante, puesto que

muchas cepas de B. fragilis y microorganismos intestinales gramnegativos son resistentes, es preferible

administrar otros medicamentos en el caso de una infección intraabdominal peligrosa. La cefoxitina

y el cefotetán son útiles en la profi laxis de las operaciones colorrectales, la histerectomía vaginal o

abdominal y la apendicectomía gracias a su actividad moderada a intensa contra B. fragilis.

3. Cefalosporinas de tercera y cuarta generaciones

Actividad antimicrobiana

La mayor parte de estos fármacos tiene actividad contra estafi lococos (cepas no resistentes a la

meticilina), pero menor que las cefalosporinas de primera generación. Sin embargo, la ceftazidima

posee actividad notablemente débil contra S. aureus y neumococos. Si bien es inactiva contra

los enterococos, la mayor parte de las cefalosporinas de tercera y cuarta generaciones inhibe a

casi todos los estreptococos (la ceftazidima es una excepción a esta regla). La ceftriaxona y la

cefotaxima proporcionan la protección antineumocócica más segura. Una ventaja importante de estas

cefalosporinas es su protección más amplia contra gramnegativos. Además de los microorganismos

que anulan a las demás cefalosporinas, siempre son activas contra Serratia marcescens, Providencia,

Haemophilus y Neisseria, incluidas las cepas que producen lactamasas β. La ceftazidima se distingue

del resto de los fármacos de tercera generación en que actúa contra P. aeruginosa. Acinetobacter,

Citrobacter, Enterobacter y las cepas de Pseudomonas distintas de la especie aeruginosa tienen

sensibilidad variable a las cefalosporinas de tercera generación, en tanto que Listeria siempre es

resistente. La actividad contra B. fragilis es variable. En contraste con los fármacos de tercera

generación, la cefepima (única cefalosporina de cuarta generación disponible en la actualidad) es

activa contra Enterobacter y Citrobacter, posee actividad comparable a la de la ceftazidima contra

P. aeruginosa y es similar a la ceftriaxona contra grampositivos.

La cefpodoxima proxetil, cefdinir, cefditorén pivoxil, cefi xima y ceftibutén (los únicos fármacos orales

de este grupo) son más activos que la cefuroxima axetil contra los patógenos gramnegativos. No

obstante, ninguno de estos fármacos es igual a las cefalosporinas parenterales de tercera generación

contra estos gérmenes. Todas las cefalosporinas de tercera y cuarta generaciones son activas contra

Streptococcus pyogenes. La cefpodoxima proxetil, el cefditorén pivoxil y el cefdinir tienen actividad

contra S. aureus sensible a meticilina, en tanto que el ceftibutén posee escasa actividad (ninguno

es activo contra cepas resistentes a la meticilina). El cefdinir, el cefditorén pivoxil y la cefpodoxima

proxetil son activos contra cepas de Streptococcus pneumoniae (los neumococos) sensibles a

penicilina, pero el ceftibutén ejerce una actividad marginal. Ninguna de las cefalosporinas orales es

segura en el tratamiento de S. pneumoniae con sensibilidad intermedia o resistente a la penicilina. Al

igual que otros integrantes de esta clase, dichos medicamentos no son efi caces contra enterococos ni

Listeria monocytogenes.

Farmacocinética y administración

Los agentes intravenosos se distribuyen en el líquido extracelular y alcanzan una concentración en el

líquido cefalorraquídeo que excede la necesaria para inhibir a los microorganismos patógenos sensibles.

La vida media de estos fármacos varía, por lo que las necesidades posológicas difi eren (cuadro

30-6). La ceftriaxona se elimina sobre todo por vía biliar y no se requiere ajuste posológico en caso de

nefropatía. Los demás fármacos se eliminan a través del riñón y la dosis se debe ajustar en caso

de problemas renales.

Usos clínicos

Debido a su penetración en el líquido cefalorraquídeo y su potente actividad in vitro, es posible utilizar

cefalosporinas de tercera generación intravenosas para el tratamiento de meningitis por neumococos,

meningococos, H. infl uenzae y bacilos entéricos gramnegativos sensibles. En pacientes de edad

mayor con meningitis es necesario combinar las cefalosporinas de tercera generación con ampicilina

o trimetoprim-sulfametoxazol en tanto se excluye L. monocytogenes como patógeno causal. Se ha

utilizado ceftazidima para el tratamiento de meningitis por Pseudomonas; la dosis debe estar en los

límites superiores de la posología recomendada, ya que las concentraciones de estos medicamentos

en líquido cefalorraquídeo sólo alcanzan 10 a 20% de los valores séricos. En sujetos neutropénicos

febriles suelen administrarse en forma empírica ceftazidima o cefepima. Está indicada la ceftriaxona en

gonorrea, chancroide y las formas más graves de la enfermedad de Lyme. En virtud de su vida media

prolongada y dosifi cación una vez al día, la ceftriaxona es una opción atractiva para el tratamiento

parenteral de pacientes externos con infecciones por microorganismos sensibles.

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La cefepima es útil para cepas resistentes a cefalosporinas de tercera generación, como Enterobacter

y Citrobacter. Si bien este fármaco tiene mayor espectro de actividad que otros medicamentos de

tercera generación, un metaanálisis demostró que su uso incrementó la mortalidad por cualquier

causa en comparación con otros lactámicos β. Aunque no se ha establecido con claridad el mecanismo

de este incremento, se ha sugerido la presencia de neurotoxicidad y efectos farmacodinámicos

inadecuados.

El cefdinir, cefditorén pivoxil y cefpodoxima proxetil son los mejores fármacos orales de tercera

generación para neumococos y S. aureus. Con anterioridad, la cefi xima sólo estaba disponible en

forma de suspensión oral, pero en Estados Unidos ya existen tabletas de 400 mg desde 2008. La

importancia de esta presentación radica en que es el único fármaco oral aprobado por los Centers for

Disease Control and Prevention (CDC) para tratar la gonorrea urogenital o rectal no complicada.

4. Efectos secundarios de las cefalosporinas

Alergia

Las cefalosporinas son sensibilizantes y provocan diversas reacciones de hipersensibilidad, entre ellas

anafi laxia, fi ebre, exantemas cutáneos, nefritis y anemia hemolítica. La frecuencia de alergia cruzada

a IgE entre cefalosporinas y penicilinas es de 5 a 10%. Las personas con antecedente de anafi laxia

con penicilinas no deben recibir cefalosporinas. Las alergias a una cefalosporina específi ca pueden

extenderse o no a toda esta clase de medicamentos.

Toxicidad

La ceftriaxona se ha vinculado con un síndrome de lodo biliar dependiente de la dosis y colelitiasis

por precipitación del agente cuando se excede su solubilidad en la bilis. La administración prolongada

de 2 g/día o más es un factor de riesgo para esta complicación. La cefepima tiene un mayor índice

de efectos neurotóxicos, en especial cuando se utilizan grandes dosis y existe una nefropatía

concomitante.

Noel GJ et al. A randomized, double-blind trial comparing ceftobiprole medocaril with vancomycin plus

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OTROS FÁRMACOS LACTÁMICOS β

Monobactámicos

El aztreonam es el único monobactámico comercializado y recibe su nombre en virtud de su

anillo lactámico β monocíclico resistente a numerosas lactamasas β. El aztreonam es activo contra

microorganismos gramnegativos (incluido Pseudomonas), pero no tiene actividad contra patógenos

grampositivos o anaerobios. El aztreonam es similar a la ceftazidima en cuanto a su actividad contra

gramnegativos. Los usos clínicos de este fármaco son limitados por la disponibilidad de cefalosporinas

de tercera generación con cobertura más amplia y mínima toxicidad. A pesar de la similitud estructural

del aztreonam con la penicilina, la reactividad cruzada es restringida; en consecuencia, puede utilizarse

en la mayoría de los pacientes con alergia a la penicilina mediada por IgE.

Carbapenémicos

Esta clase de fármacos se relaciona desde el punto de vista estructural con antibióticos lactámicos

β. El imipenem (primer medicamento de este tipo) tiene amplio espectro de actividad que incluye

a casi todos los bacilos gramnegativos (incluido P. aeruginosa) y microorganismos grampositivos y

anaerobios, con excepción de Burkholderia cepacia, Stenotrophomonas maltophilia y Enterococcus

faecium, así como S. aureus y S. epidermidis resistentes a la meticilina. La vida media del imipenem

es de 1 h. Es necesario ajustar la dosis en caso de nefropatía.

El meropenem y doripenem son similares al imipenem en cuanto a su espectro de actividad y

farmacología. Ambos generan con menos frecuencia convulsiones que el imipenem, aunque el riesgo

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con este último es bastante bajo si la dosis se ajusta en caso de nefropatía. Tanto el meropenem

como el doripenem producen menos náusea y vómito que el imipenem, una característica importante

cuando deben utilizarse dosis elevadas, como sucede en el tratamiento de las infecciones por

Pseudomonas en pacientes con fi brosis quística. La dosis común del meropenem es de 1 a 2 g

intravenosos cada 8 h. Es necesario ajustar la dosis en caso de nefropatía. El doripenem (500 mg

a 1 g por vía IV cada 8 h) se administra en el tratamiento de las infecciones intraabdominales y la

pielonefritis. A diferencia del meropenem, el doripenem no ha recibido autorización para el tratamiento

de las infecciones hospitalarias graves.

El ertapenem es similar a los demás carbapenémicos en cuanto a su actividad contra aerobios

grampositivos y anaerobios, pero es menos activo contra Pseudomonas y Acinetobacter. Dada su

vida media prolongada (4 h), se puede administrar una sola vez al día. La dosis regular es de 1 g

intravenoso cada 24 h y es necesario ajustar la dosis en caso de nefropatía.

Los carbapenémicos no deben suministrarse con regularidad como tratamiento de primera línea,

a menos que el patógeno sea resistente a múltiples fármacos y se conozca su sensibilidad a

estos medicamentos. En pacientes hospitalizados por tiempo prolongado con posible infección por

microorganismo resistente a múltiples fármacos, es razonable el uso empírico de los carbapenémicos.

(No se debe emplear el ertapenem cuando se sospecha la posibilidad de Pseudomonas y

Acinetobacter.) Pseudomonas puede desarrollar resistencia a los carbapenémicos con rapidez. Al

parecer, en pacientes neutropénicos febriles, el uso de imipenem o meropenem aislados es tan efi caz

como el tratamiento combinado. Asimismo, en ciertas infecciones polimicrobianas, como peritonitis e

infecciones pélvicas, los carbapenémicos son tan efi caces como la terapéutica combinada.

Los efectos adversos más frecuentes de los carbapenémicos son diarrea, reacciones en el sitio de

infusión y eritemas cutáneos. Las convulsiones, náusea y vómito son más frecuentes con el imipenem.

Los individuos alérgicos a las penicilinas también pueden serlo al imipenem y meropenem. Aunque los

estudios iniciales sugerían reactividad cruzada hasta de 50% entre penicilina e imipenem en sujetos

con reacciones mediadas por IgE confi rmadas ante penicilina, los datos más recientes señalan que es

mucho menor.

Doripenem (Doribax)—a new parenteral carbapenem. Med Letter Drugs Ther. 2008 Jan 28;50(1278):

5–7. [PMID: 18219262]

Edwards SJ et al. Systematic review comparing meropenem with imipenem plus cilastatin in the

treatment of severe infection. Curr Med Res Opin. 2005 May;21(5):785–94. [PMID: 15969878]

Lipsky BA et al. Ertapenem versus piperacillin/tazobactam for diabetic foot infections (SIDESTEP):

prospective, randomized, controlled, double-blinded, multicentre trial. Lancet. 2005 Nov

12;366(9498):1695–703. [PMID: 16291062]

Romano A et al. Brief communication: tolerability of meropenem in patients with IgE-mediated

hypersensitivity to penicillins. Ann Intern Med. 2007 Feb 20;146(4):266–9. [PMID: 17310050]

ERITROMICINAS (MACRÓLIDOS)

Los macrólidos son un grupo de compuestos relacionados en forma estrecha, distinguibles por un anillo

macrocíclico de lactona al que se unen varios azúcares.

Actividad antimicrobiana

Las eritromicinas inhiben la síntesis de proteínas por unión a la subunidad 50S de los ribosomas

bacterianos. Por lo general son bacteriostáticas y en ocasiones bactericidas en microorganismos

grampositivos, incluidos casi todos los estreptococos y corinebacterias. Como en el caso de las

penicilinas, en la actualidad es mayor la tasa de resistencia de S. pneumoniae (15 a 50%) a los

macrólidos e informes recientes indican un incremento de la resistencia de estreptococos del grupo

A en algunos centros. El neumococo resistente a la eritromicina también lo es a la azitromicina y

claritromicina. Chlamydia, Mycoplasma, Legionella y Campylobacter son sensibles.

Farmacocinética y administración

Los preparados para uso oral incluyen eritromicina base y las sales estearato, estolato y etilsuccinato.

Las eritromicinas se eliminan sobre todo por vía extrarrenal, por lo que no es necesario ajustar la

dosis en caso de problemas renales.

Se dispone de azitromicina para uso intravenoso, en particular para el tratamiento de la legionelosis.

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Usos clínicos

Los macrólidos son efi caces en el tratamiento de infecciones por Legionella, Mycoplasma, Ureaplasma,

Corynebacterium (incluida la difteria) y Chlamydia (infecciones oculares y respiratorias). Son

coadyuvantes útiles en la farmacoterapia de afecciones estreptocócicas y neumocócicas en pacientes

alérgicos a la penicilina. La eritromicina base oral se utiliza con neomicina en la profi laxis de

operaciones de colon. Cuando se administra en fase temprana, la eritromicina suele acortar el curso

de la enteritis por Campylobacter. Las eritromicinas son efi caces en ciertas especies de Bartonella

(angiomatosis bacilar) y Rhodococcus. Datos in vitro sugieren que los macrólidos tienen efecto

directo en la función de los neutrófi los y la producción de citocinas relacionadas con la infl amación;

por esta razón también se han valorado sus efectos antiinfl amatorios en enfermedades infecciosas.

El efecto antiinfl amatorio mejor demostrado de los macrólidos (azitromicina) es la prevención de las

exacerbaciones de la fi brosis quística. También se ha identifi cado una relación potencial entre las

infecciones por clamidias y la angiopatía coronaria y se presupone que el benefi cio de los macrólidos

fue secundario a su actividad contra las clamidias. Sin embargo, en otros estudios grandes ulteriores

no se ha observado tal benefi cio.

Efectos secundarios

Después de la administración oral o intravenosa pueden aparecer náusea, vómito y diarrea. Las

eritromicinas (en particular el estolato) suelen causar hepatitis colestásica aguda (fi ebre, ictericia,

deterioro de la función hepática), tal vez como reacción de hipersensibilidad. La hepatitis recurre

cuando se administra de nueva cuenta el medicamento. Cuando se administran dosis grandes de

eritromicina (4 g por día o más) se produce deterioro auditivo reversible, en especial en los pacientes

con problemas renales o hepáticos. Sin embargo, se ha publicado ototoxicidad con dosis altas de

todos los fármacos. La eritromicina intravenosa prolonga en ocasiones el intervalo QT y origina

taquicardias helicoidales, con mayor frecuencia en mujeres. Las eritromicinas (y la claritromicina)

pueden incrementar los efectos de los anticoagulantes orales, digoxina, teofi lina y ciclosporina, por

inhibición del citocromo P450. Algunas publicaciones indican incremento del riesgo de muerte

por acontecimientos cardiacos con la eritromicina, en particular en sujetos que reciben de manera

concomitante inhibidores del citocromo P450 3A4.

La estructura de los azálidos (azitromicina, claritromicina y otras) se relaciona en forma estrecha con

la de los macrólidos. Su actividad es similar a la de la eritromicina en casi todos los microorganismos

y un poco mayor in vitro que la de esta última en H. infl uenzae (azitromicina > claritromicina

> eritromicina). También son activas contra Chlamydia trachomatis, Ureaplasma urealyticum y

Haemophilus ducreyi. Además, estos fármacos tienen actividad in vitro contra varios patógenos poco

comunes, entre ellos micobacterias atípicas (Mycobacterium avium-intracellulare, Mycobacterium

chelonei, Mycobacterium fortuitum, Mycobacterium marinum), Toxoplasma gondii, Campylobacter

jejuni, Helicobacter pylori y Borrelia burgdorferi.

La azitromicina y la claritromicina son más estables en ácidos que la eritromicina, se concentran dentro

de las células y los tejidos y su vida media terminal es prolongada, hasta alcanzar una concentración

hística elevada que persiste durante varios días. Se presume que las elevadas concentraciones de

estos agentes superan la alta frecuencia de resistencia in vitro con neumococos (30%), pero las

observaciones clínicas han confi rmado que la resistencia in vitro se relaciona con fracaso clínico.

La azitromicina y claritromicina están aprobadas para el tratamiento de faringitis estreptocócicas,

infecciones no complicadas de la piel y exacerbaciones bacterianas agudas de bronquitis crónica.

Debido a su vida media prolongada, en el tratamiento oral de los pacientes externos con azitromicina

se administra una dosis al día por cinco días (500 mg el primer día y 250 mg los días 2 a 5). La

claritromicina suele administrarse en dosis de 250 a 500 mg por vía oral, dos veces al día, aunque

está aprobada una formulación de liberación extendida que se prescribe en dosis única diaria de

1 000 mg para la sinusitis aguda y las exacerbaciones agudas de bronquitis crónica. Los azálidos son

más costosos que la eritromicina; sin embargo, en virtud de su dosifi cación menos frecuente y mejor

tolerancia, son preferibles en ciertos pacientes.

Asimismo, la azitromicina está aprobada para el tratamiento de infecciones genitales por clamidias

en dosis única de 1 g; si bien es más costosa que el régimen farmacológico con doxiciclina durante

siete días (cuadro 42-1), la necesidad de tratamiento supervisado en forma adecuada determina que

en muchos sujetos sea preferible. La azitromicina también puede utilizarse para el tratamiento con

dosis única (1 g) de chancroide, y esta dosis es tan efi caz en la uretritis no gonocócica en varones

y la sífi lis en incubación, como la administración de doxiciclina durante siete días. Pese a que en la

farmacoterapia de la gonorrea se emplea una dosis de 2 g de azitromicina, su efi cacia es menor que la

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obtenida con ceftriaxona. Además, con esta dosis es frecuente la intolerancia digestiva. Una sola dosis

de azitromicina (20 mg/kg, dosis máxima de 1 g) es efi caz en el tratamiento del tracoma y reduce

en grado considerable esta enfermedad en las áreas endémicas. La dosis de 1 g de azitromicina

también es efi caz contra el cólera grave. El espectro de cobertura de los macrólidos (en particular su

amplitud atípica) proviene de su actividad en casos leves a moderados de neumonía adquirida en la

comunidad; empero, las cepas resistentes a la penicilina también suelen serlo a estos medicamentos.

Las dosis semanales de 1 200 mg de azitromicina son efectivas para prevenir las infecciones por

el complejo Mycobacterium avium en los pacientes con VIH y una dosis de 500 mg diarios es útil

para las infecciones pulmonares por el complejo M. avium en individuos sin VIH. La azitromicina

también es efi caz en el tratamiento de la disentería por Shigella resistente a fármacos múltiples y

Campylobacter. La azitromicina (500 mg semanales) es tan efi caz como la penicilina benzatínica en la

profi laxis de infecciones de vías respiratorias superiores en reclutas militares y es adecuada en dosis

de 250 mg al día para la profi laxis del paludismo (aunque inferior a la doxiciclina en Plasmodium

falciparum resistente a múltiples fármacos). Se ha utilizado claritromicina para la farmacoterapia de

infecciones por el complejo M. avium, por lo general combinada con otros fármacos (p. ej., rifabutina y

etambutol), y puede administrarse en forma diaria (500 mg dos veces al día) o tres veces a la semana

(1 000 mg) para el tratamiento intermitente. La claritromicina oral (500 mg dos veces al día por

seis meses), combinada con otros fármacos, es efi caz en la terapéutica de infecciones diseminadas

por M. chelonei. Este antibiótico también suele suministrarse en regímenes combinados para el

tratamiento de infecciones por H. pylori. Se han obtenido tasas de curación mayores a 80 a 90%

cuando se administra claritromicina con omeprazol y amoxicilina. El uso indiscriminado de macrólidos

ha propiciado el aumento de la resistencia bacteriana. Un estudio prospectivo aleatorio de voluntarios

sanos que recibieron tratamiento con azitromicina o claritromicina demostró la rápida proliferación de

estreptococos resistentes a macrólidos, los cuales persisten hasta seis meses después del tratamiento.

Más aún, se estableció que la claritromicina (pero no la azitromicina) también incrementa la proporción

del fenotipo resistente a macrólidos, lincosamidas y estreptogramina B (MLS).

Los efectos adversos de la azitromicina y claritromicina son similares a los de la eritromicina, pero las

molestias digestivas, que son los efectos secundarios principales, son menos comunes con los azálidos.

Se han notifi cado aumentos de enzimas hepáticas y toxicidad coclear reversible. El efecto de la

claritromicina en el sistema del citocromo P450 es similar al de la eritromicina. La azitromicina carece

de interacciones farmacológicas o en todo caso sólo son mínimas.

Malhotra-Kumar S et al. Effect of azithromycin and clarithromycin therapy on pharyngeal carriage of

macrolide-resistant streptococci in healthy volunteers: a randomized, double-blind, placebo-controlled

study. Lancet. 2007 Feb 10;369(9560):482–90. [PMID: 17292768]

Robenshtok E et al. Empiric antibiotic coverage of atypical pathogens for community acquired

pneumonia in hospitalized adults. Cochrane Database Syst Rev. 2008 Jan 23;(1):CD004418. [PMID:

18254049]

Cuadro 42-1. Costos aproximados de los antimicrobianos.

Fármaco Dosis diaria1

Costo por unidad

(en dólares EUA)2

Costo diario

del tratamiento

(en dólares EUA)3

PREPARACIONES INTRAVENOSAS

Aciclovir 15 mg/kg (herpes

mucocutáneo)

19.20/1 g 19.20

Aciclovir 30 mg/kg (herpes

del SNC)

19.20/1 g 38.40

Amikacina 15 mg/kg 6.00/0.5 g 12.00

Ampicilina 100 mg/kg 16.75/2 g 67.00

Ampicilina más

sulbactam

3 g c/8 h 11.00/3 g (IV) 33.00

Aztreonam 50 mg/kg 34.96/1 g 139.84

Anidulafungina 100 mg 216.00/100 mg 216.00

Caspofungina 50 mg 405.25 405.25

Cefazolina 50 mg/kg 1.75/1 g (IV) 5.25

Cefepima 500 mg/kg 20.33/1 g 60.99

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Fármaco Dosis diaria1

Costo por unidad

(en dólares EUA)2

Costo diario

del tratamiento

(en dólares EUA)3

Cefoxitina 80 mg/kg 10.80/1 g 32.40

Ceftazidima 50 mg/kg 12.60/1 g 37.80

Ceftriaxona 30 mg/kg 6.62/1 g 6.62

Cefuroxima 60 mg/kg 13.46/1.5 g 40.38

Ciprofl oxacina 0.8 mg 28.80/0.4 g 57.60

Clindamicina 2 400 mg 4.10/0.6 g 16.40

Daptomicina 4 mg/kg 222.80/500 mg 222.80

Fluconazol 0.2-0.4 g 21.00/0.2 g

40.83/0.4 g

21.00-40.83

Foscarnet 180 mg/kg (inducción)

90-120 mg/kg

(mantenimiento)

79.00 (24 mg/ml × 250

ml = 6 000 mg)

158.00

79.00-105.00

Ganciclovir 10 mg/kg 64.14/0.5 g 128.28

Gentamicina 5 mg/kg 0.86/80 mg 2.58

Imipenem 50 mg/kg 41.26/0.5 g 165.04

Meropenem 50 mg/kg 36.85/0.5 g 110.55-147.40

Metronidazol 1 500 mg 3.00/0.5 g 9.00

Micafungina 100 mg 112.20/50 mg 224.40

Nafcilina 100 mg/kg 16.75/2 g 67.00

Penicilina 12 millones de unidades 12.67/1 millón

de unidades

152.00

Piperacilina-

tazobactam

3.75 g c/6 a 8 h 19.69/3.375 g 78.76

Tigeciclina 50 mg c/12 h 60.67/50 mg 121.34

Tobramicina 5 mg/kg 2.35/80 mg 9.40

Trimetoprim-

sulfametoxazol

15 mg/kg TMP 16.08 (0.48 g TMP

en 30 ml)

32.16

Vancomicina 20-30 mg/kg 8.71/1 g 17.42

Voriconazol 200 mg c/12 h 121.63/200 mg 243.26

PREPARACIONES ORALES

Aciclovir 1 000 mg (tratamiento

del herpes)

0.97/0.2 g 4.85

Aciclovir 800 mg tres veces al

día (supresión de

herpes en paciente

inmunocomprometido)

4.20/0.8 g 12.60

Amoxicilina 20-30 mg/kg 0.43/0.5 g 1.29

Ampicilina 20-30 mg/kg 0.40/0.5 g 1.60

Amoxicilina, 0.5

g, más ácido

clavulánico,

0.125 g

30 mg/kg 3.80/0.5 g 7.60

Azitromicina 500 mg como dosis

de impregnación,

luego 250 mg/día

por cuatro días

7.80/0.25 g 15.60 dosis de

impregnación, 7.80

mantenimiento

Azitromicina 1 g como dosis única

para infección por

C. trachomatis

24.15/paquete de 1 g 24.15/paquete de 1 g

Cefaclor 20-30 mg/kg 3.90/0.5 g 11.70

Cefditorén 400 mg dos veces al día 3.12/200 mg 12.48

Cefpodoxima proxetil 400 mg 6.75/0.2 g 13.50

Cefprozilo (0.5 g) 15 mg/kg 8.90/0.5 g 17.80

Cefuroxima (0.5 g) 0.5 g dos veces al día 8.00/0.5 g 16.00

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CETÓLIDOS

La telitromicina (el único cetólido disponible) tiene estructura similar respecto de los macrólidos,

pero su espectro de actividad es más amplio. La telitromicina ofrece actividad contra neumococos

resistentes a la penicilina y los macrólidos, y es igual de efi caz que la azitromicina contra patógenos

atípicos y H. infl uenzae. La dosis es de 800 mg diarios por vía oral y no es necesario ajustar la

dosis en caso de insufi ciencia renal o hepática. Cuando se aprobó la telitromicina, su toxicidad en el

tracto gastrointestinal superior y los trastornos visuales (más frecuentes en mujeres que en varones)

eran los efectos secundarios más comunes; sin embargo, en fecha reciente se ha vinculado con

hepatotoxicidad grave que derivó en trasplante de hígado y muerte. La telitromicina también exacerba

la miastenia grave. La inhibición del citocromo P450 por la telitromicina se aproxima a la inducida por

Fármaco Dosis diaria1

Costo por unidad

(en dólares EUA)2

Costo diario

del tratamiento

(en dólares EUA)3

Cefalexina (0.5 g) 30 mg/kg 1.40/0.5 g 5.60

Ciprofl oxacina (0.5 g) 0.5-0.75 g dos

veces al día

5.40/0.5 g 10.80

Ciprofl oxacina (0.75 g) 5.63/0.75 g 11.26

Claritromicina (0.25 o 0.5 g) 250-500 mg dos

veces al día

4.52/0.5 g 9.04

Clindamicina (0.3 g) 15 mg/kg 1.20/150 mg 9.60

Doxiciclina (0.1 g) 3 mg/kg 1.35/0.1 g 2.70

Eritromicina (0.5 g) 30 mg/kg 0.29/0.5 g 0.87

Famciclovir (0.5 g) 500 mg tres

veces al día

12.84/0.5 g 38.50

Fluconazol (0.1 g) 0.1-0.2 g al día 8.75/0.1 g 8.75

Fluconazol (0.2 g) 14.32/0.2 g 14.32

Flucitosina (0.5 g) 150 mg/kg 12.39/0.5 g 247.80

Gemifl oxacina (0.32 g) 320 mg 27.12/320 mg 27.12

Itraconazol (0.1 g) 200-400 mg 9.28/0.1 g 18.56-37.12

Levofl oxacina (0.5 g) 0.5 g al día 14.70/0.5 g 14.70

Loracarbef (0.4 mg) 800 mg 4.70/0.2 g 18.80

Metronidazol (0.5 g) 20 mg/kg 0.20/0.5 g 0.60

Moxifl oxacina (0.4 g) 400 mg 15.10/0.4 g 15.10

Ofl oxacina (0.4 g) 400 mg dos

veces al día

6.00/0.4 g 12.00

Penicilina VK (0.5 g) 30 mg/kg 0.38/0.5 g 1.52

Telitromicina 800 mg 5.76/400 mg 11.52

Tetraciclina (0.5 g) 30 mg/kg 0.12/0.5 g 0.48

Trimetoprim-sulfametoxazol 5 mg/kg TMP 1.08/160 mg TMP

y 800 mg SMZ

2.16

Valaciclovir (0.5 g) 0.5-1 g tres

veces al día

7.15/0.5 g 21.45-42.90

Valganciclovir 450 mg 0.9 g dos veces al día 38.44/450 mg 153.76

Vancomicina 125 mg tres

veces al día

19.34/125 mg 58.02

Voriconazol 200 mg dos

veces al día

41.33/200 mg 82.66

1Las dosis se basan en un individuo de 70 kg con una función renal normal.

2Precio promedio de mayoreo para el farmacéutico (génerico clase AB cuando se encuentra disponible)

para la cantidad enumerada. Red Book Update, Vol. 28, No. 3, March 2009. El precio promedio de

mayoreo no siempre corresponde al costo de farmacia puesto que existen variaciones muy amplias de

contrato entre las instituciones.

3El costo diario para los antibióticos intravenosos incluye sólo el costo de adquisición y no los costos de

preparación y administración.

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la eritromicina y deben anticiparse incrementos en los niveles séricos de warfarina y otros fármacos

cuando se administran de manera simultánea. La hepatotoxicidad grave de este fármaco limita de

manera notoria su empleo en el tratamiento ambulatorio de vías respiratorias. Además, carece de

indicación manifi esta.

Clay KD et al. Brief communication: severe hepatotoxicity of telithromycin: three case reports and

literature review. Ann Intern Med. 2006 Mar 21;144(6):415–20. [PMID: 16481451]

Ross DB. The FDA and the case of Ketek. N Engl J Med. 2007 Apr 19;356(16):1601–4. [PMID:

17442902]

TETRACICLINAS

Las tetraciclinas son un grupo grande de medicamentos con estructuras químicas, actividad

antimicrobiana y propiedades farmacológicas básicas comunes.

Actividad antimicrobiana

Las tetraciclinas inhiben la síntesis de proteínas y son bacteriostáticas para muchas bacterias

grampositivas y gramnegativas. Inhiben con solidez el crecimiento de Mycoplasma, rickettsias,

Chlamydia, espiroquetas y algunos protozoarios (p. ej., amebas). Su actividad antineumocócica se

aproxima a la de los macrólidos; casi todas inhiben a H. infl uenzae. Las tetraciclinas también tienen

actividad moderada contra algunos enterococos resistentes a vancomicina. La doxiciclina y minociclina

pueden emplearse además para el tratamiento de infecciones estafi locócicas, incluidas las originadas

por muchas cepas resistentes a meticilina. Hay diferencias notables in vitro entre las tetraciclinas

en relación con los estafi lococos. El estafi lococo resistente a la tetraciclina conserva casi siempre su

sensibilidad a la doxiciclina y minociclina. La utilidad de las tetraciclinas en el tratamiento de las

infecciones por aerobios gramnegativos es mínima. Sin embargo, la minociclina es bastante confi able

contra S. maltophilia.

Farmacocinética y administración

La biodisponibilidad oral varía de acuerdo con el fármaco. La absorción se atenúa por productos

lácteos, geles de hidróxido de aluminio (antiácidos) y quelación con cationes divalentes, por ejemplo

Ca2+

o Fe2+

. La quelación es menos problemática con la doxiciclina y la minociclina en comparación

con la tetraciclina. En consecuencia, es necesario administrar la tetraciclina cuando menos 2 h antes

o después de recibir cationes multivalentes. La biodisponibilidad oral es moderada con las tetraciclinas

y mayor con doxiciclina y minociclina (95% o más). La liposolubilidad de estas dos últimas explica su

penetración en líquido cefalorraquídeo, próstata, lágrimas y saliva.

Las tetraciclinas se metabolizan sobre todo en el hígado y se excretan por la bilis. No es preciso

adecuar la dosis de la doxiciclina en caso de insufi ciencia renal, pero las demás tetraciclinas se deben

evitar o administrar a una dosis más reducida.

Se dispone de algunas tetraciclinas (doxiciclina, minociclina) de aplicación parenteral en dosis similares

a las orales, para sujetos incapaces de consumir fármacos orales.

Usos clínicos

Las tetraciclinas son los medicamentos de elección en infecciones por Chlamydia, Mycoplasma,

Rickettsia, Ehrlichia, microorganismos Vibrio y algunas espiroquetas. Las infecciones de transmisión

sexual en las que Chlamydia pueda desempeñar alguna función (endocervicitis, uretritis, proctitis y

epididimitis) deben tratarse con doxiciclina por siete a 14 días. La enfermedad infl amatoria pélvica

suele tratarse con doxiciclina y cefoxitina o cefotetán. También responden a la doxiciclina otras

infecciones por clamidias (psitacosis, linfogranuloma venéreo, tracoma) e infecciones de transmisión

sexual (granuloma inguinal). Otros usos incluyen el tratamiento de acné, infecciones respiratorias,

enfermedad de Lyme, fi ebre recidivante, brucelosis, muermo, tularemia (a menudo combinada con

estreptomicina), cólera, neumonía micoplásmica, actinomicosis, nocardiosis, paludismo, e infecciones

por M. marinum y especies de Pasteurella (de manera característica después de mordeduras de

animales), así como profi laxis del paludismo (incluido P. falciparum resistente a múltiples fármacos).

Se han empleado asimismo en combinación con otros fármacos en amebosis, paludismo por especies

falciparum y úlceras recurrentes por H. pylori. Debido a la actividad casi siempre adecuada de la

doxiciclina contra neumococos, H. infl uenzae y microorganismos Chlamydia, Legionella y Mycoplasma,

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debe ponderarse como posible tratamiento empírico de neumonías leves a moderadas en pacientes

externos. Las tetraciclinas se consideran cada vez más como una alternativa para el tratamiento de

infecciones de piel y tejidos blandos que se originan en la comunidad, por la presencia de S. aureus

resistente a meticilina. La minociclina y doxiciclina son mejores que la tetraciclina para tratar dicho

microorganismo.

La minociclina tiene la misma efi cacia que la doxiciclina en la terapéutica de uretritis y cervicitis no

gonocócicas.

Efectos secundarios

A. ALERGIA

Rara vez se presentan reacciones de hipersensibilidad con fi ebre o exantemas cutáneos.

B. EFECTOS SECUNDARIOS GASTROINTESTINALES

Son comunes la diarrea, náusea y anorexia. Debe evitarse la administración de tetraciclinas (en

particular doxiciclina y minociclina) al acostarse, debido al riesgo de erosión esofágica.

C. HUESOS Y DIENTES

Las tetraciclinas se unen al calcio depositado en huesos y dientes en crecimiento y causan

fl uorescencia, cambios de coloración, displasia del esmalte, deformación o inhibición del crecimiento.

Por consiguiente, no deben suministrarse tetraciclinas a mujeres embarazadas, madres lactantes o

niños menores de ocho años de edad.

D. DAÑO HEPÁTICO

Las tetraciclinas pueden deteriorar la función hepática e incluso causar necrosis del hígado, sobre todo

en casos de hepatopatía preexistente.

E. EFECTOS RENALES

La demeclociclina puede ocasionar diabetes insípida nefrógena y se ha utilizado para el tratamiento

de la secreción inapropiada de hormona antidiurética. Las tetraciclinas, en particular la tetraciclina,

pueden aumentar los niveles de nitrógeno ureico sanguíneo (BUN) debido a su actividad antianabólica.

F. OTROS

Las tetraciclinas (en especial la demeclociclina) inducen fotosensibilización, en particular en personas

de tez clara. La minociclina provoca reacciones vestibulares (mareo, vértigo, náusea, vómito) en 35 a

70% de los pacientes después de dosis diarias de 200 mg; se ha considerado asimismo como causa

de neumonitis por hipersensibilidad.

GLICILCICLINAS

La tigeciclina (un derivado de la tetraciclina) es un antibacteriano parenteral para el tratamiento de

infecciones nosocomiales. Tiene actividad contra casi todas las bacterias grampositivas, incluidos los

estafi lococos resistentes a meticilina y enterococos resistentes a vancomicina; asimismo, es activa

contra bacilos gramnegativos aerobios resistentes a múltiples fármacos, entre ellos Acinetobacter,

Enterobacter y Citrobacter. Sin embargo, carece de actividad (o tiene muy poca) contra especies

de Pseudomonas, y sólo ejerce acción limitada contra especies de Proteus. En contraste, posee

actividad anaerobia excelente contra B. fragilis y otros anaerobios grampositivos. Se administra

por vía intravenosa con dosis de carga de 100 mg y 50 mg de mantenimiento cada 12 h. Este

fármaco se distribuye en los compartimientos profundos con un gran volumen de distribución y una

concentración sérica reducida. En vista de la concentración sérica tan reducida de la tigeciclina, se

debe emplear con cautela en los sujetos con bacteriemia. Este compuesto se elimina sobre todo por

vía biliar y excreción fecal, con vida media de 30 a 40 h. Se recomienda ajustar las dosis a 25 mg

cada 12 h en pacientes con hepatopatía C en la clasifi cación de Child-Turcotte-Pugh. La tigeciclina

se acompaña de acciones indeseables similares a las de las tetraciclinas; son comunes los efectos

secundarios gastrointestinales superiores. Si bien se aprobó para infecciones complicadas de la piel y

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tejidos blandos e intraabdominales, es probable que en el futuro tenga una función en el tratamiento

de ciertos patógenos gramnegativos resistentes, incluidos los productores de lactamasa β de amplio

espectro (ESBL). Sin embargo, en la actualidad y tras considerar su concentración sérica atenuada, la

tigeciclina no debe utilizarse en los individuos sépticos.

Ruhe JJ et al. Tetracyclines as an oral treatment option for patients with community onset skin

and soft tissue infections caused by methicillin-resistant Staphylococcus aureus. Antimicrob Agents

Chemother. 2007 Sep;51(9):3298–303. [PMID: 17576834]

Slover CM et al. Tigecycline: a novel broad-spectrum antimicrobial. Ann Pharmacother. 2007

June;41(6):965–72. [PMID: 17519296]

Stein GE et al. Tigecycline: a critical analysis. Clin Infect Dis. 2006 Aug 15;43(4):518–24. [PMID:

16838243]

CLORANFENICOL

Actividad antimicrobiana

El cloranfenicol tiene actividad contra ciertas rickettsias. Se une a la subunidad 50S de los ribosomas

e inhibe la síntesis de proteínas. Si bien es activo contra S. pneumoniae, H. infl uenzae y Neisseria

meningitidis, se utiliza muy poco por su toxicidad y la disponibilidad de agentes alternativos.

Farmacocinética y administración

El cloranfenicol se distribuye con amplitud en los tejidos, incluidos los ojos y el líquido cefalorraquídeo;

se metaboliza en el hígado y menos de 10% se excreta por la orina sin modifi car. Por lo tanto, no

es necesario ajustar la dosis en presencia de afecciones renales. Este fármaco puede acumularse en

individuos con hepatopatía y es necesario vigilar sus concentraciones.

Usos clínicos

El cloranfenicol es una alternativa ocasional para tratamientos más estandarizados de: 1) infecciones

meningocócicas, por H. infl uenzae o neumocócicas del sistema nervioso central; 2) infecciones

anaerobias o mixtas del SNC, como absceso cerebral, y 3) infecciones por rickettsias en sustitución

de las tetraciclinas, sobre todo en mujeres embarazadas en quienes está contraindicado este último

fármaco.

Efectos secundarios

En dosis mayores de 50 mg/kg/día, el cloranfenicol suele inducir alteraciones reversibles de la

maduración de eritrocitos en el transcurso de una a dos semanas. En contraste, también se vincula

con anemia aplásica irreversible en 1:40 000 a 1:25 000 cursos terapéuticos.

AMINOGLUCÓSIDOS

Los aminoglucósidos son un grupo de bactericidas que comparten características químicas,

antimicrobianas, farmacológicas y tóxicas. En la actualidad, este grupo incluye la estreptomicina,

neomicina, kanamicina, amikacina, gentamicina, tobramicina, sisomicina, netilmicina, paromomicina y

espectinomicina. Todos estos fármacos inhiben la síntesis bacteriana de proteínas porque suprimen la

función de la subunidad 30S del ribosoma bacteriano. La resistencia depende de: 1) una defi ciencia

del receptor ribosómico (mutante cromosómico); 2) destrucción enzimática del medicamento

(resistencia transmisible notoria desde el punto de vista clínico con mediación de plásmidos) por

acetilación, fosforilación o adenilación, o 3) falta de permeabilidad a la molécula del fármaco o de su

transporte activo a través de membranas celulares. La resistencia puede ser cromosómica (p. ej., los

estreptococos suelen ser impermeables a los aminoglucósidos) o mediada por plásmidos (como en las

bacterias entéricas gramnegativas). Las bacterias anaerobias son resistentes a los aminoglucósidos

porque el transporte a través de la membrana celular es un proceso dependiente de oxígeno que

requiere energía.

Todos los aminoglucósidos pueden ser ototóxicos (toxicidad coclear y vestibular) y nefrotóxicos,

aunque en diferentes grados, y además se acumulan en caso de nefropatía, por lo que debe adecuarse

la dosis cuando existe disfunción renal (cuadro 30-7).

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Debido a su gran toxicidad y la disponibilidad de fármacos menos tóxicos (p. ej., cefalosporinas,

quinolonas, carbapenémicos, combinaciones de inhibidores de lactamasa β), en los últimos años se han

utilizado los aminoglucósidos con menos frecuencia. Por lo regular se administran para el tratamiento

de microorganismos gramnegativos resistentes sensibles sólo a los aminoglucósidos o en dosis bajas

combinados con fármacos lactámicos β o vancomicina por su efecto sinérgico (p. ej., enterococos,

Streptococcus viridans resistente a penicilina, endocarditis derecha por S. aureus, infección de

válvulas prostéticas por S. aureus y S. epidermidis). Aunque in vitro los aminoglucósidos muestran

actividad contra muchas bacterias grampositivas, nunca deben emplearse solos para el tratamiento

de infecciones por estos microorganismos, ya que la experiencia clínica al respecto es mínima y se

dispone de alternativas menos tóxicas. Los aminoglucósidos son inferiores a los lactámicos β para el

tratamiento de infecciones por Pseudomonas.

Propiedades generales de los aminoglucósidos

Debido a la similitud de los aminoglucósidos, sus propiedades se resumen de forma sinóptica.

A. ABSORCIÓN, DISTRIBUCIÓN, METABOLISMO Y EXCRECIÓN

Los aminoglucósidos no se absorben en el tubo digestivo. Después de su inyección parenteral, tienen

difusión limitada en ojos, próstata, bilis, sistema nervioso central y líquido cefalorraquídeo.

Su vida media en el suero es de 2 a 3 h en los pacientes con una función renal normal. Su excreción

se realiza casi por completo por fi ltración glomerular. Los aminoglucósidos se eliminan con facilidad por

hemodiálisis o hemofi ltración continua.

B. DOSIS Y EFECTO DE LA INSUFICIENCIA RENAL

En individuos con función renal normal que padecen infecciones por gramnegativos, la cantidad de

amikacina es de 15 mg/kg/día en dosis diaria única; la de gentamicina, tobramicina o netilmicina

es de 5 mg/kg por inyección una vez al día. Una dosis diaria grande de gentamicina, tobramicina,

netilmicina o amikacina es tan efi caz (y no más nefrotóxica) que las dosis habituales cada 8 a 12 h.

Cuando se administran dosis diarias únicas no se requieren valores máximos. Es posible que en

pacientes con composición corporal y función renal normales que reciben dosis diarias únicas no se

detecten las concentraciones mínimas de aminoglucósidos. Algunos clínicos recomiendan vigilar los

valores séricos 12 a 18 h después de la dosis y prolongar el intervalo cada 48 a 72 h en enfermos

con valores elevados de aminoglucósidos; otros sugieren conservar el intervalo posológico pero

disminuir la dosis. En los pacientes con nefropatía, sobrecarga de volumen u obesidad, la eliminación

o volumen de distribución del antibiótico se altera. En enfermos con función renal o composición

corporal anormales no se recomiendan dosis diarias únicas y se sugiere vigilar las concentraciones de

aminoglucósidos para guiar la dosifi cación. Con dosis más regulares son aconsejables valores máximos

mayores de 6 μg/ml en el tratamiento de infecciones graves por gramnegativos, incluida la neumonía.

Los valores mínimos superiores a 2 μg/ml se han acompañado de incidencia mayor de nefrotoxicidad.

En sujetos cuya composición corporal es normal deben seguirse los regímenes con dosis diarias

únicas como se indica en el cuadro 30-7. Se recomiendan dosis reducidas de gentamicina (1 mg/kg

cada 8 h) cuando se utiliza en forma sinérgica con lactámicos β o vancomicina en el tratamiento de

infecciones importantes por grampositivos (p. ej., endocarditis enterocócica). Si bien las normas del

Clinical and Laboratory Standards Institute (CLSI) consideran que las cepas de bacterias con una MIC

de 1 a 4 μg/ml son “sensibles”, se ha observado que la probabilidad de obtener un buen resultado con

aminoglucósidos en estas infecciones es mínima. El incremento de las dosis de estos fármacos para

mejorar las posibilidades de éxito terapéutico podría vincularse con mayor riesgo de ototoxicidad y

nefrotoxicidad.

C. EFECTOS SECUNDARIOS

Todos los aminoglucósidos pueden causar ototoxicidad y nefrotoxicidad. La ototoxicidad es casi

siempre irreversible y acumulativa; se presenta en forma de hipoacusia (daño coclear) y se observa

primero con tonos de alta frecuencia o con daño vestibular que se manifi esta por vértigo y ataxia. Al

parecer, la amikacina tiene mayor toxicidad coclear que la gentamicina, tobramicina o netilmicina. Los

efectos nefrotóxicos son más frecuentes que los ototóxicos y se acompañan por una concentración

sérica progresiva de creatinina, una eliminación reducida de ésta o ambas. Por lo general, los

efectos nefrotóxicos son reversibles y ocurren con la misma frecuencia con gentamicina, tobramicina,

amikacina y netilmicina.

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En dosis muy altas (casi siempre relacionadas con irrigación de un peritoneo infl amado) los

aminoglucósidos pueden ser neurotóxicos y tener un efecto parecido al del curare, con bloqueo

neuromuscular reversible que causa parálisis respiratoria.

1. Estreptomicina

La dosis habitual de estreptomicina es de 15 a 25 mg/kg/día (alrededor de 1 g/día) divididos en una

o dos aplicaciones intramusculares. También puede proporcionarse por vía intravenosa, si se administra

durante 30 a 60 min. La estreptomicina se vincula con todos los efectos secundarios característicos

de los aminoglucósidos; empero, tiene mayor toxicidad vestibular y quizá menor nefrotoxicidad en

comparación con la gentamicina.

La resistencia se desarrolla con tanta rapidez y se ha tornado tan amplia que este fármaco sólo tiene

unas cuantas indicaciones específi cas: peste y tularemia; endocarditis por E. faecalis o Streptococcus

viridans (junto con penicilina o vancomicina) en cepas sensibles a valores altos de estreptomicina, esto

es, ≤2 000 μg/ml (en estos casos puede sustituirse la gentamicina por estreptomicina); tuberculosis

activa cuando no es posible utilizar otros fármacos menos tóxicos, y brucelosis aguda (en combinación

con tetraciclina).

2. Neomicina, kanamicina y paromomicina

Estos aminoglucósidos se relacionan en forma estrecha y tienen actividad y resistencia cruzada

completa similares. Se ha abandonado su uso sistémico por ototoxicidad y nefrotoxicidad.

La neomicina (a menudo en combinación con bacitracina y polimixina) es un componente de diversos

ungüentos y cremas de venta libre. Si bien dicha combinación farmacológica tiene cobertura para los

estafi lococos, estreptococos y bacterias gramnegativas más comunes, su efi cacia en aplicación tópica

es dudosa.

Durante la preparación para una operación electiva de intestino, una opción consiste en administrar

1 g de neomicina por vía oral cada 6 a 8 h el día anterior a la intervención (combinada con 1 g de

eritromicina) para reducir la fl ora intestinal. La neomicina o la kanamicina pueden precipitar reacciones

alérgicas cuando se aplican en forma tópica en la piel o los ojos.

La paromomicina, que se relaciona de manera estrecha con la neomicina y la kanamicina, se absorbe

mal por vía oral; suele utilizarse en especial para el tratamiento de amebosis intestinal asintomática,

y en dosis de 25 a 30 mg/kg/día divididos en tres tomas durante siete días para el tratamiento de

la giardiosis durante el embarazo. Una dosis oral de 500 mg tres o cuatro veces al día tiene efi cacia

marginal en la criptosporidiosis de pacientes con VIH/sida.

3. Amikacina

La amikacina es un derivado semisintético de la kanamicina. Tiene resistencia parcial a las enzimas

que inactivan la gentamicina y la tobramicina. Inhibe muchas bacterias entéricas gramnegativas

(incluidas muchas cepas resistentes a gentamicina de microorganismos Proteus, Enterobacter y

Serratia). Con la inyección de 500 mg de amikacina cada 12 h (15 mg/kg/día) se obtienen valores

séricos máximos de 10 a 30 μg/ml. Además del régimen farmacológico para infecciones importantes

por gramnegativos, la amikacina suele incluirse con otros fármacos para el tratamiento de los

complejos M. avium y M. fortuitum.

Al igual que todos los aminoglucósidos, la amikacina es nefrotóxica y ototóxica (en particular para la

porción auditiva del octavo par). En los pacientes con nefropatía es necesario vigilar la concentración

del fármaco.

4. Gentamicina

Con dosis de 5 mg/kg/día de este aminoglucósido se alcanzan concentraciones séricas adecuadas para

lograr un efecto bactericida contra casi todos los microorganismos gramnegativos. Los enterococos

a menudo son resistentes; sin embargo, la adición de la gentamicina a fármacos que actúan contra

la pared bacteriana (como penicilina o vancomicina) se relaciona con mejor acción bactericida contra

estos patógenos.

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Indicaciones, dosis y vías de administración

La gentamicina se emplea en infecciones graves por bacterias gramnegativas. La dosis habitual es

de 5 mg/kg/día por vía intravenosa una vez al día. En la endocarditis por S. viridans o E. faecalis se

combinan dosis sinérgicas más bajas de gentamicina (3 mg/kg/día) con penicilina o ampicilina. En el

tratamiento sinérgico de la endocarditis por S. viridans es tan efi caz una dosis diaria de 3 mg/kg como

las dosis diarias divididas. En caso de nefropatía la dosis debe adecuarse, como ya se describió.

5. Tobramicina

La actividad antibacteriana, efectos adversos y propiedades farmacológicas de la tobramicina son

similares a los de la gentamicina y además posee una resistencia cruzada parcial. Es más activa que

la gentamicina contra P. aeruginosa pero mucho menos activa cuando se utiliza de manera sinérgica

con penicilina contra la endocarditis enterocócica. La dosifi cación es igual que la de la gentamicina.

La tobramicina también se administra en aerosol (300 mg dos veces al día) en individuos con fi brosis

quística; mejora la función pulmonar y disminuye las colonias de Pseudomonas sin toxicidad y con

mínima selección de cepas resistentes.

La netilmicina comparte muchas características con la gentamicina y tobramicina y puede suministrarse

en dosis similares. Es menos ototóxica y nefrotóxica que los otros aminoglucósidos.

Drusano GL et al. Back to the future: using aminoglycosides again and how to dose them optimally.

Clin Infect Dis. 2007 Sep 15;45(6):753–60. [PMID: 17712761]

POLIMIXINAS

Las polimixinas (colistina y polimixina B) son polipéptidos básicos que ejercen acción bactericida

contra ciertos bacilos aerobios gramnegativos, incluido Pseudomonas. Debido a su distribución hística

defi ciente y toxicidad elevada (en especial nefrotoxicidad y neurotoxicidad), su uso sistémico se limita

a infecciones por microorganismos gramnegativos resistentes a múltiples fármacos que sólo son

sensibles a polimixinas. Se ha utilizado la colistina con frecuencia cada vez mayor en el tratamiento de

Acinetobacter baumanii y P. aeruginosa con resistencia múltiple. La colistina es más efi caz que otros

antibacterianos para el tratamiento de P. aeruginosa resistente a múltiples fármacos en pacientes con

cáncer. La experiencia más reciente sugiere que este fármaco se acompaña de menor nefrotoxicidad y

neurotoxicidad de la descrita con anterioridad. Es preciso ajustar la dosis en presencia de nefropatía.

Hachem RY et al. Colistin is effective in treatment of infections caused by multidrug-resistant

Pseudomonas aeruginosa in cancer patients. Antimicrob Agents Chemother. 2007 June;51(6):1905–11.

[PMID: 17387153]

Munoz-Price LS et al. Acinetobacter infection. N Engl J Med. 2008 Mar 20;358(12):1271–81. [PMID:

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Sarkar S et al. Resurgence of colistin use. Am J Health Syst Pharm. 2007 Dec 1;64(23):2462–6.

[PMID: 18029951]

FÁRMACOS ANTITUBERCULOSOS

En el tratamiento de la tuberculosis y otras infecciones micobacterianas surgen problemas especiales,

ya que los microorganismos son intracelulares, tienen periodos prolongados de inactividad metabólica

y tienden a desarrollar resistencia a cualquier medicamento. En consecuencia, para retrasar el

surgimiento de esta última se instituye tratamiento farmacológico combinado. Los agentes de primera

línea, que se emplean cada vez con mayor frecuencia en combinación para el tratamiento de todas las

tuberculosis, son isoniazida, etambutol, rifampicina y pirazinamida.

Véase en el capítulo 9 el análisis de estos fármacos.

FÁRMACOS ALTERNATIVOS PARA EL TRATAMIENTO DE LA TUBERCULOSIS

Los fármacos que se mencionan a continuación suelen considerarse sólo en casos de resistencia

farmacológica (clínica o de laboratorio) a los medicamentos de primera línea.

La capreomicina se administra por vía intramuscular en dosis de 15 a 30 mg/kg/día (dosis máxima,

1 g). Las toxicidades mayores incluyen ototoxicidad (vestibular y coclear) y nefrotoxicidad. Si es

necesario utilizarla en pacientes de edad avanzada, la dosis no debe ser mayor de 750 mg.

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La clofazimina es un colorante de la fenazina que se usa para el tratamiento de la lepra y tiene

actividad in vitro contra el complejo M. avium y M. tuberculosis. Se administra por vía oral en

dosis diaria única de 100 mg para el tratamiento de la enfermedad por el complejo M. avium. Aún

no se establece su efi cacia clínica en la farmacoterapia de la tuberculosis. Los efectos secundarios

comprenden náusea, vómito, dolor abdominal y decoloración de la piel.

La cicloserina es un bacteriostático que se prescribe en dosis de 15 a 20 mg/kg (sin exceder de

1 g) por vía oral. Se ha utilizado en regímenes farmacológicos repetidos y en el tratamiento primario

de M. tuberculosis muy resistente. Suele provocar diversas disfunciones del sistema nervioso central y

reacciones psicóticas.

La etionamida, al igual que la cicloserina, es bacteriostática y se administra por vía oral en dosis de

15 a 20 mg/kg (dosis máxima, 1 g). Se ha utilizado en farmacoterapia combinada, pero se tolera mal

con irritación gástrica intensa.

Las fl uoroquinolonas (ofl oxacina, levofl oxacina, ciprofl oxacina y moxifl oxacina) tienen actividad in

vitro contra M. tuberculosis con MIC de 0.25 a 2 μg/ml. Se ha demostrado que estos fármacos son

efectivos para el tratamiento de la tuberculosis en los pacientes que no pueden recibir isoniazida,

rifampicina y pirazinamida; sin embargo, en algunas series se ha descrito el surgimiento inmediato de

resistencia. Las dosis incluyen ciprofl oxacina, 750 mg por vía oral dos veces al día; ofl oxacina, 400 mg

orales dos veces al día; y levofl oxacina, 750 mg por vía oral una vez al día.

Dye C. Doomsday postponed? Preventing and reversing epidemics of drug-resistant tuberculosis. Nat

Rev Microbiol. 2009 Jan;7(1):81–7. [PMID: 19079354]

RIFAMICINAS

Además de su utilidad como fármaco de primera línea para el tratamiento de la tuberculosis, la

rifampicina se emplea como auxiliar en la farmacoterapia de infecciones por S. aureus. Cuando se usa

como monoterapia, se vincula con el rápido surgimiento de estafi lococos resistentes. Sin embargo, su

adición a otros antiestafi locócicos de primera línea mejora los resultados en el tratamiento de prótesis.

La rifaximina (un derivado de la rifamicina) no se absorbe, alcanza concentraciones muy altas en

heces y tiene amplio espectro de actividad antibacteriana que incluye microorganismos grampositivos

y gramnegativos aerobios y anaerobios. Su uso se ha aprobado en mujeres no embarazadas y

personas ≥12 años de edad para el tratamiento de diarrea del viajero no invasora (200 mg tres veces

al día por tres días); no debe utilizarse cuando hay fi ebre o diarrea sanguinolenta. Las rifamicinas

tienen de manera consistente una potente acción in vitro contra Clostridium diffi cile; algunos estudios

pequeños sugieren que la rifaximina es útil en este sentido, sobre todo en pacientes con enfermedad

recidivante. Otros posibles usos son profi laxis de la diarrea del viajero (200 mg/día) y tratamiento de

la encefalopatía hepática (400 mg dos veces al día). Se tolera bien y es segura.

Adachi JA et al. Rifaximin: a novel nonabsorbed rifamycin for gastrointestinal disorders. Clin Infect Dis.

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Garey KW et al. Rifamycin antibiotics for treatment of Clostridium diffi cile-associated diarrhea. Ann

Pharmacother. 2008 Jun;42(6):827–35. [PMID: 18430792]

Perlroth J et al. Adjunctive use of rifampin for the treatment of Staphylococcus aureus infections: a

systematic review of the literature. Arch Intern Med. 2008 Apr 28;168(8):805–19. [PMID: 18443255]

SULFONAMIDAS Y FÁRMACOS ANTIFOLATO

Actividad antimicrobiana

Las sulfonamidas son análogos estructurales del ácido p-aminobenzoico (PABA) y compiten con este

último para bloquear su conversión en ácido dihidrofólico. Inhiben a microorganismos que utilizan PABA

en la síntesis de folatos y pirimidinas. Las células animales y ciertos microorganismos resistentes

(p. ej., enterococos) utilizan folato exógeno y en consecuencia no se afectan con las sulfonamidas.

El trimetoprim y la pirimetamina son compuestos que inhiben la conversión del ácido dihidrofólico en

ácido tetrahidrofólico por bloqueo de la enzima reductasa de dihidrofolato. Estos dos fármacos suelen

utilizarse en combinación con otros medicamentos (casi siempre sulfonamidas) para prevenir o tratar

varias infecciones bacterianas y parasitarias. En dosis altas, todos inhiben la reductasa de dihidrofolato

en mamíferos; desde el punto de vista clínico, esto sólo es problemático en el caso de la pirimetamina.

Para no suprimir la médula ósea, este último fármaco se administra en forma concurrente con ácido

folínico (leucovorina).

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Las sulfonamidas rara vez se emplean solas en el tratamiento de una infección bacteriana; cuando se

combinan con otros fármacos, son útiles en la farmacoterapia de toxoplasmosis y neumocistosis.

La combinación de trimetoprim (una parte) con sulfametoxazol (cinco partes) es bactericida para

microorganismos gramnegativos como E. coli, Klebsiella, Enterobacter, Salmonella y Shigella, aunque

ha surgido resistencia considerable. Es activa asimismo contra muchas cepas de Serratia, Providencia,

S. maltophilia, B. cepacia (con anterioridad Pseudomonas cepacia) y Burkholderia pseudomallei, pero

no contra P. aeruginosa. No tiene actividad contra anaerobios y enterococos, pero inhibe la mayor

parte de Nocardia y S. aureus (incluido S. aureus resistente a la meticilina), y alrededor de 50% de

S. epidermidis, M. catarrhalis, H. infl uenzae, H. ducreyi, L. monocytogenes y algunas micobacterias

atípicas.

Farmacocinética y administración

El trimetoprim-sulfametoxazol se absorbe bien desde el tubo digestivo y se distribuye de manera

amplia en tejidos y líquidos, incluido el líquido cefalorraquídeo; alcanza niveles séricos similares con la

administración intravenosa u oral. Es necesario ajustar la dosis en caso de nefropatía (depuración de

creatinina ≤50 ml/min).

Usos clínicos

A continuación se resumen las indicaciones actuales para las sulfonamidas.

A. INFECCIÓN DE VÍAS URINARIAS

Las bacterias coliformes, que son la causa más común de infecciones de vías urinarias, se inhiben

en forma moderada con las sulfonamidas, aunque ha surgido resistencia amplia de E. coli. Un

curso terapéutico corto (tres días) con trimetoprim-sulfametoxazol de doble potencia oral (160 mg

de trimetoprim más 800 mg de sulfametoxazol) administrado dos veces al día es efi caz para el

tratamiento de infecciones de vías urinarias bajas en mujeres con síntomas de menos de una semana

de duración. Como el trimetoprim se concentra en la próstata, en la prostatitis aguda es efi caz

administrar una tableta de doble potencia de trimetoprim-sulfametoxazol, dos veces al día por 14 a 21

días. En la prostatitis crónica está indicada la farmacoterapia por seis a 12 semanas. Si se toma en

cuenta la tendencia a la resistencia, suele dudarse del uso sistemático de trimetoprim-sulfametoxazol

para el tratamiento empírico de infecciones de vías urinarias. En áreas en que la resistencia de E.

coli es mayor de 10 a 20% deben utilizarse fármacos alternativos para la farmacoterapia empírica.

En razón del número cada vez mayor de casos de S. aureus resistente a meticilina adquirido en la

comunidad, se ha recomendado el uso de trimetoprim-sulfametoxazol como medicamento de elección

para el tratamiento de dicha bacteria. Informes clínicos y experimentales han demostrado resultados

positivos y negativos con el uso de esta combinación. A pesar de los resultados negativos, el uso de

trimetoprim-sulfametoxazol es cada vez más frecuente, y se espera que su función en el tratamiento

de S. aureus se esclarezca por medio de ensayos clínicos controlados.

B. INFECCIONES PARASITARIAS

El trimetoprim-sulfametoxazol es efi caz para la profi laxis y tratamiento de neumonía por Pneumocystis

e infecciones por Cyclospora e Isospora belli. En la terapéutica de la neumonía por Pneumocystis se

administran 15 a 20 mg/kg/día de trimetoprim y 75 a 100 mg/kg/día de sulfametoxazol divididos

en tres o cuatro dosis por vía intravenosa u oral (de acuerdo con la gravedad de la enfermedad) durante

tres semanas. La dosis profi láctica es de 160 mg de trimetoprim más 800 mg de sulfametoxazol todos

los días o tres veces por semana. (Cuando se administra en forma diaria también es una profi laxis

efi caz para la encefalitis toxoplásmica.) Se ha tratado con éxito la infección por I. belli en presencia de

VIH/sida con 160 mg de trimetoprim más 800 mg de sulfametoxazol por vía oral cuatro veces al día

durante 10 días, seguidos de la administración dos veces al día durante tres semanas. La ciclosporosis

se trata con éxito con 160 mg de trimetoprim y 800 mg de sulfametoxazol dos veces al día por siete

a 10 días. También se administra sulfadiazina con pirimetamina para tratar y prevenir recurrencias de

toxoplasmosis.

C. OTRAS INFECCIONES BACTERIANAS

Las sulfonamidas son los fármacos de elección en infecciones por Nocardia. El trimetoprim-

sulfametoxazol se distribuye con amplitud en tejidos, penetra en el líquido cefalorraquídeo y se

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ha utilizado para el tratamiento de meningitis por bacilos gramnegativos, aunque en la actualidad

se prefi eren las cefalosporinas de tercera generación. Si bien en ocasiones se utiliza para tratar

infecciones de vías respiratorias en pacientes externos, el patrón creciente de resistencia de

S. pneumoniae ha reducido su utilidad.

El trimetoprim-sulfametoxazol también es efi caz en infecciones por Enterobacter, B. pseudomallei

(melioidosis), S. maltophilia o B. cepacia; en combinación con rifampicina para erradicar el estado

de portador nasofaríngeo de estafi lococos; en la profi laxis de la enfermedad meningocócica

cuando predominan cepas sensibles; para profi laxis antibacteriana en receptores de trasplantes de

órganos o pacientes con enfermedad granulomatosa crónica; en el tratamiento de meningitis por

L. monocytogenes; y tal vez en la terapéutica de la granulomatosis de Wegener pulmonar.

D. LEPRA

Se utilizan en forma amplia ciertas sulfonas (véase más adelante).

Efectos secundarios

Se observan reacciones adversas a las sulfonamidas (por lo general exantema o alteración

gastrointestinal menores) en 10 a 15% de los pacientes que no tienen VIH/sida; asimismo, hasta

en 50% de los enfermos con VIH/sida (de manera predominante exantema, fi ebre, neutropenia y

trombocitopenia, con frecuencia lo bastante graves para suspender el tratamiento). Estos fármacos

tienen efectos secundarios (consecutivos en parte a hipersensibilidad y en parte a toxicidad directa)

de tal magnitud que deben considerarse siempre que aparezcan síntomas o signos inexplicables en un

paciente que tal vez los recibió.

A. EFECTOS SECUNDARIOS SISTÉMICOS

Se han notifi cado casos de fi ebre, eritemas cutáneos, urticaria; náusea, vómito o diarrea; estomatitis,

conjuntivitis, artritis, meningitis aséptica, dermatitis exfoliativa; depresión de la médula ósea,

trombocitopenia, anemia hemolítica (en defi ciencia de G6PD) o anemia aplásica, granulocitopenia,

reacciones leucemoides; hepatitis, poliarteritis nudosa, vasculitis, síndrome de Stevens-Johnson;

hiperpotasiemia reversible y muchas otras. En virtud del riesgo del síndrome de Stevens-Johnson, los

pacientes con exantema consecutivo al uso de trimetoprim-sulfametoxazol ya no deben recibir este

medicamento. Los sujetos que informan reacción alérgica a las sulfonamidas tienen riesgo mayor de

alergia a la penicilina.

Los enfermos positivos a VIH que no toleran el trimetoprim-sulfametoxazol suelen desensibilizarse. Se

ha informado una tasa de éxito de 70% con la administración de 0.004 mg de trimetoprim más 0.02

mg de sulfametoxazol en suspensión oral y aumento de la dosis 10 veces cada hora hasta lograr una

dosis fi nal de 160 mg de trimetoprim más 500 mg de sulfametoxazol.

B. ALTERACIONES DE VÍAS URINARIAS

Las sulfonamidas antiguas eran relativamente insolubles y podían precipitarse en la orina. Las

sulfonamidas que se utilizan con amplitud en la actualidad (sulfametoxazol) son muy solubles y no

se justifi can las advertencias anteriores para forzar líquidos. Las sulfonamidas se han relacionado

con nefritis intersticial. Los sujetos con toxoplasmosis que reciben sulfadiazina en dosis altas están

predispuestos a la cristaluria.

Proctor RA. Role of folate antagonists in the treatment of methicillin-resistant Staphylococcus aureus

infection. Clin Infect Dis. 2008 Feb 15;46(4):584–93. [PMID: 18197761]

SULFONAS PARA EL TRATAMIENTO DE LA LEPRA

Varios fármacos relacionados de manera estrecha con las sulfonamidas (p. ej., dapsona) se han

empleado con efi cacia en el tratamiento prolongado de la lepra. A menudo es posible suprimir las

manifestaciones clínicas de la lepra lepromatosa y tuberculoide con la prolongación del tratamiento

durante varios años. Cuando menos 5 a 30% de los microorganismos Mycobacterium leprae son

resistentes a dapsona, de tal manera que se aconseja el tratamiento inicial combinado con rifampicina.

La dapsona, 100 mg diarios, es efi caz para el tratamiento de la neumonía leve a moderada por

Pneumocystis en presencia de sida, en combinación con trimetoprim, 15 a 20 mg/kg/día divididos en

cuatro dosis. En dosis de 50 a 100 mg diarios o 100 mg dos o tres veces a la semana es efi caz en la

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infección por Pneumocystis jiroveci (antes Pneumocystis carinii) y, combinada con pirimetamina, 50 mg

por semana, previene la encefalitis por Toxoplasma en individuos infectados con VIH.

Absorción, metabolismo y excreción

Todas las sulfonas se absorben bien en el intestino, se distribuyen en forma amplia en todos los

tejidos y tienden a retenerse en piel, músculo, hígado y riñones. La piel leprosa contiene 10 veces más

medicamento que la normal. Las sulfonas se excretan por la bilis y se resorben en el intestino, con

prolongación consecuente de los valores sanguíneos terapéuticos. La excreción urinaria es variable; el

fármaco se observa en orina sobre todo conjugado con ácido glucurónico.

Dosis y vías de administración

En la sección sobre lepra del capítulo 33 se incluyen las recomendaciones.

Efectos secundarios

Las sulfonas pueden ocasionar cualquiera de los efectos secundarios comentados en las sulfonamidas.

Son comunes anorexia, náusea y vómito. Es posible que ocurran hemólisis, metahemoglobinemia

o agranulocitosis. Antes de iniciar el tratamiento con dapsona es necesario determinar las

concentraciones de G6PD. Cuando no se toleran las sulfonas pueden sustituirse con clofazimina.

FÁRMACOS ESPECIALIZADOS CONTRA BACTERIAS

1. Bacitracina

Este polipéptido tiene actividad selectiva contra bacterias grampositivas. Debido a la nefrotoxicidad

grave que implica su administración sistémica, se ha limitado a la aplicación tópica en lesiones

superfi ciales, por lo general en combinación con polimixina o neomicina.

2. Mupirocina

La mupirocina (antes conocida como ácido seudomónico) es un antibiótico natural producido por

Pseudomonas fl uorescens; tiene actividad contra casi todos los cocos grampositivos, incluidos

S. aureus sensible y resistente a meticilina, y la mayor parte de los estreptococos (pero

no enterococos). Su uso tópico es efi caz para eliminar el estado de portador nasal de estafi lococos

en la mayoría de los pacientes hasta por tres meses después de su aplicación en las narinas dos

veces al día durante cinco días. Sin embargo, los microorganismos recurren (50% al fi nal del primer

año), y cuando se utiliza la mupirocina durante meses suelen surgir microorganismos resistentes.

A pesar del empleo intrahospitalario mínimo de este fármaco, se han observado índices altos de

resistencia en cepas de S. aureus resistentes a meticilina en pacientes quirúrgicos trasladados a la

unidad de cuidados intensivos. Estos hallazgos sugieren que el empleo de la mupirocina es limitado.

La aplicación durante cinco días al mes hasta por un año disminuye las colonias de estafi lococos, lo

que a su vez reduce el riesgo de infecciones estafi locócicas recurrentes de la piel. Estudios recientes

han demostrado la disminución de infecciones pulmonares posoperatorias por estafi lococos en sujetos

con colonias de estos microorganismos tratados con mupirocina. Se desconoce si es más efi caz que

el trimetoprim-sulfametoxazol o la dicloxacilina junto con rifampicina para erradicar estafi lococos en

portadores nasales. El otro uso importante de la mupirocina es el tratamiento de impétigo; es útil en

la enfermedad leve.

3. Clindamicina

La clindamicina tiene actividad contra microorganismos grampositivos, entre ellos S. pneumoniae,

Streptococcus viridans, estreptococos del grupo A y S. aureus, aunque se ha descrito resistencia en

todos ellos. Los neumococos o estafi lococos con mecanismo de resistencia basado en eliminación

suelen tratarse con efectividad con clindamicina. No obstante, también son resistentes a clindamicina

las cepas con resistencia a metilasa ribosómica (alrededor de 10% de las cepas). Son resistentes

asimismo los enterococos y casi todos los patógenos S. epidermidis. Sin embargo, la mayor parte

de las cepas de S. aureus resistentes a meticilina adquiridas en la comunidad (caMRSA) son hoy día

sensibles a la clindamicina. En los casos en que los aislados de caMRSA presentan resistencia a los

macrólidos, pero sensibilidad a la clindamicina, se recomienda efectuar una prueba microbiológica

adicional (prueba “D”) para confi rmar la efectividad de este último fármaco. Por lo general se

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administra una dosis de 0.15 a 0.3 g por vía oral cada 6 h. Se distribuye ampliamente en tejidos, pero

no en el líquido cefalorraquídeo. Su excreción principal no es renal. En la actualidad, la clindamicina

se recomienda como opción para la profi laxis contra endocarditis después de algunos procedimientos

dentales en los pacientes alérgicos a la amoxicilina. Puede suministrarse clindamicina, 300 mg por

vía oral dos veces al día por siete días, como alternativa al metronidazol para el tratamiento de las

vaginosis bacterianas. Asimismo, es efi caz la aplicación tópica de una crema vaginal al 2% una o dos

veces al día por siete días. La clindamicina tiene actividad contra casi todos los anaerobios, incluidos

Prevotella, Clostridium, Peptococcus, Peptostreptococcus y Fusobacterium. Sin embargo, hasta 25% de

las cepas de Bacteroides es resistente, por lo que debe tenerse en consideración alguna otra opción

en el caso de una infección grave por estos microorganismos. A menudo se utiliza para el tratamiento

de infecciones menos graves por anaerobios (p. ej., neumonía por aspiración, infecciones pélvicas

y abdominales), muchas veces combinada con otros fármacos (aminoglucósidos, cefalosporinas,

fl uoroquinolonas). Los individuos con infecciones hospitalarias deben recibir clindamicina, 600 a 900

mg (20 a 30 mg/kg/día) por vía intravenosa cada 8 h. También se ha utilizado en la osteomielitis

estafi locócica, especialmente en niños. Puesto que los modelos hísticos han demostrado que la

clindamicina reduce de manera considerable la producción de toxinas, conviene agregar clindamicina a

la penicilina en el tratamiento del choque tóxico por estreptococos del grupo A. En individuos alérgicos

a las sulfonamidas suele suministrarse en dosis altas (600 a 1 200 mg por vía intravenosa cada 6 h,

o 600 mg orales cada 6 h) junto con pirimetamina para el tratamiento de la toxoplasmosis del sistema

nervioso central, y al parecer es tan efi caz como la pirimetamina y la sulfadiazina. La clindamicina

combinada con primaquina es efi caz en la neumonía por Pneumocystis y de utilidad en combinación

con la quinina en el paludismo por especies falciparum. Si bien la clindamicina es útil para tratar el

absceso cerebral, no es efi caz en la meningitis.

Los efectos secundarios comunes son diarrea, náusea y exantemas cutáneos. La administración

de clindamicina y otros antibióticos se ha relacionado con colitis por antibióticos; ésta se debe a

una toxina necrosante producida por Clostridium diffi cile. Este microorganismo es resistente a los

antimicrobianos, cuya presencia lo selecciona y favorece tanto su crecimiento como la producción de

toxina. Es interesante señalar que la cepa hipervirulenta más reciente de C. diffi cile no se relaciona

con la clindamicina. En su lugar, las personas que han recibido fl uoroquinolonas tienen un riesgo

mayor. Clostridium diffi cile suele ser sensible al metronidazol o vancomicina por vía oral (véase más

adelante) y puede tratarse con estos fármacos.

4. Metronidazol

El metronidazol es un antiprotozoárico (cap. 35) que también es activo contra la mayor parte

de los bacilos anaerobios gramnegativos (p. ej., Bacteroides, Prevotella, Fusobacterium), además de

especies de Clostridium, pero posee actividad mínima contra numerosos anaerobios grampositivos

y microorganismos microaerofílicos. Se absorbe bien por vía oral y se distribuye con amplitud en los

tejidos. Penetra bien en el líquido cefalorraquídeo y alcanza concentraciones similares a las séricas.

El fármaco se metaboliza en el hígado, de modo que es necesario disminuir las dosis en casos de

insufi ciencia hepática o disfunción biliar graves.

El metronidazol se utiliza para el tratamiento de la amebosis y la giardiosis (cap. 35), así como en los

siguientes casos:

1. La vaginitis por Trichomonas vaginalis responde a una sola dosis de 2 g o 250 mg por vía oral

cada 8 h durante siete a 10 días. La vaginosis bacteriana responde a 500 mg cada 12 h durante

siete días. Asimismo, es efi caz la crema vaginal de metronidazol (0.75%) aplicada dos veces al día

por cinco días.

2. En infecciones anaerobias puede suministrarse metronidazol por vía oral o intravenosa, 500 mg

tres veces al día (30 mg/kg/día). En contraste con la clindamicina o las cefalosporinas de segunda

generación, el metronidazol tiene actividad contra la totalidad de las cepas de B. fragilis.

3. El metronidazol es menos costoso y posee igual efi cacia que la vancomicina oral para el

tratamiento de la colitis por C. diffi cile y constituye el fármaco de elección en los casos leves a

moderados. Se recomienda una dosis de 500 mg por vía oral cada 8 h. Cuando no es posible

administrar fármacos por vía oral, se puede intentar el metronidazol intravenoso a la misma dosis,

pero su efi cacia por esta vía no se ha comprobado y suele ser menos efectivo respecto de la vía

oral. Debido al surgimiento de enterococos resistentes a la vancomicina como patógenos importantes

y a la función de la vancomicina oral en la selección de estos microorganismos resistentes, en la

afectación por C. diffi cile debe utilizarse metronidazol como tratamiento de primera línea. Aunque el

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metronidazol y la vancomicina tienen la misma efectividad en el tratamiento de la enfermedad leve

a moderada por C. diffi cile, la vancomicina oral es superior al metronidazol en casos graves.

4. Preparación del colon antes de una operación intestinal.

5. Tratamiento de un absceso cerebral, a menudo en combinación con penicilina o cefalosporina de

tercera generación.

6. En combinación con claritromicina y omeprazol para el tratamiento de la infección por H. pylori.

Los efectos secundarios incluyen estomatitis, náusea y diarrea. El consumo de alcohol durante la

administración de metronidazol provoca en ocasiones reacción similar a la del disulfi ram. Con el uso

prolongado en dosis altas puede presentarse neuropatía periférica reversible. El metronidazol suele

reducir el metabolismo de la warfarina y es necesario ajustar las dosis de esta última. Asimismo, es

carcinógeno en ciertos modelos de animales y mutágeno para algunas bacterias, pero hasta la fecha

no se ha comprobado en el ser humano incidencia importante de afecciones malignas.

Jones JC et al. Mupirocin resistance in patients colonized with methicillin-resistant Staphylococcus

aureus in a surgical intensive care unit. Clin Infect Dis. 2007 Sep 1;45(5):541–7. [PMID: 17682986]

Patel M et al. Prevalence of inducible clindamycin resistance among community- and hospital-

associated Staphylococcus aureus isolates. J Clin Microbiol. 2006 Jul;44(7):2481–4. [PMID: 16825368]

Zar FA et al. A comparison of vancomycin and metronidazole for the treatment of Clostridium diffi cile-

associated diarrhea, stratifi ed by disease severity. Clin Infect Dis. 2007 Aug 1;45(3):302–7. [PMID:

17599306]

5. Vancomicina

Este medicamento es bactericida para casi todos los microorganismos grampositivos, en particular

estafi lococos y estreptococos, y bacteriostático en la mayor parte de los enterococos. Si bien la

vancomicina es activa contra estafi lococos, los destruye con mayor lentitud en comparación con la

nafcilina. Aunque la vancomicina conserva su actividad contra estafi lococos y estreptococos, han

surgido cepas de enterococos (en particular E. faecium) resistentes a este antibiótico. En pacientes que

reciben tratamiento prolongado con vancomicina se ha observado S. aureus con sensibilidad intermedia

y muy resistente. La vancomicina no se absorbe en el tubo digestivo. Sólo se administra por vía

oral para el tratamiento de enterocolitis vinculada con antibióticos. Para lograr un efecto sistémico

es necesario suministrarla por vía intravenosa (20 a 30 mg/kg/día divididos en dos o tres dosis). La

vancomicina se excreta sobre todo por los riñones. En caso de nefropatía, la vida media alcanza hasta

8 h. La vancomicina se elimina por hemodiálisis de fl ujo alto y hemofi ltración arteriovenosa continua,

por lo que es necesario aumentar la dosis. En los individuos con insufi ciencia renal, el intervalo

posológico depende de su concentración mínima. Cuando la concentración mínima desciende a 10 a 15

μg/ml es necesario repetir la dosis. Las normas más recientes sugieren utilizar dosis mayores cuando

la dosis mínima es mayor de 15 μg/ml en el tratamiento de la neumonía por S. aureus resistente

a la meticilina transmitida por el respirador. Sin embargo, no se ha comprobado que exista una

relación entre esta concentración mínima y la efi cacia. Las dosis mayores (≥4 g diarios) tienen efectos

nefrotóxicos leves.

Las indicaciones para la vancomicina parenteral incluyen las siguientes: 1) Infecciones estafi locócicas

graves en sujetos alérgicos a penicilina, infecciones por S. aureus y S. epidermidis resistentes a

meticilina, e infecciones graves (neumonía, meningitis) por S. pneumoniae con resistencia muy alta.

Ningún ensayo clínico ha sugerido que la vancomicina sea mejor que los fármacos alternativos, como

linezolida y daptomicina; en cambio, algunos ensayos sí han sugerido que es menos efi caz. El fracaso

de la vancomicina en el tratamiento de las infecciones graves por S. aureus resistente a la meticilina

se ha vinculado con las cepas que poseen una MIC de 2 μg/ml; en estos casos se recomienda utilizar

otro antimicrobiano. 2) Infecciones enterocócicas graves en pacientes alérgicos a la penicilina o por

enterococos resistentes a esta última. 3) Otras infecciones por grampositivos en enfermos alérgicos a

la penicilina, por ejemplo, endocarditis por Streptococcus viridans. 4) Profi laxis quirúrgica en enfermos

alérgicos a la penicilina. 5) Infecciones por grampositivos con resistencia a múltiples fármacos, es

decir, Corynebacterium jeikeium. 6) Profi laxis de endocarditis en individuos alérgicos a la penicilina. En

casos de enterocolitis vinculada con antibióticos se instituye tratamiento con vancomicina, 0.125 g por

vía oral cuatro veces al día. Se prefi ere este fármaco al metronidazol oral en el tratamiento de casos

graves por C. diffi cile.

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Algunas veces aparece trombofl ebitis después de la inyección intravenosa. Este medicamento rara

vez es ototóxico cuando se administra en forma concomitante con aminoglucósidos o eritromicinas

intravenosas en dosis altas; tiene potencial nefrotóxico si se utiliza con aminoglucósidos. Algunos

estudios sugieren que las dosis mayores de vancomicina pueden relacionarse con incremento de la

incidencia de nefrotoxicidad. La venoclisis rápida o en dosis altas (1 g o más) puede inducir hiperemia

difusa (“síndrome del hombre rojo”), que suele evitarse si se prolonga el tiempo de aplicación a 1 a 2

h, se reduce la dosis o se administra antes un antagonista de la histamina, como hidroxizina.

Deresinkski S. Counterpoint: Vancomycin and Staphylococcus aureus-an antibiotic enters obsolescence.

Clin Infect Dis. 2007 Jun 15;44(12):1543–8. [PMID: 17516396]

Lodise TP et al. Larger vancomycin doses (at least four grams per day) are associated with an

increased incidence of nephrotoxicity. Antimicrob Agents Chemother. 2008 Apr;52(4):1330–6. [PMID:

18227177]

Soriano A et al. Infl uence of vancomycin minimum inhibitory concentration on the treatment of

methicillin-resistant Staphylococcus aureus bacteremia. Clin Infect Dis. 2008 Jan 15;46(2):193–200.

[PMID: 18171250]

ESTREPTOGRAMINAS

La quinupristina/dalfopristina es una de las estreptograminas aprobadas y es una combinación de

dos derivados sintéticos de la pristinamicina (quinupristina y dalfopristina) en proporción de 30:70

que se administra por vía intravenosa. Es bactericida e inhibe la síntesis de proteínas al unirse a

los ribosomas bacterianos. Su aplicación clínica principal es el tratamiento de las infecciones por

grampositivos, en especial S. aureus y S. epidermidis resistentes a meticilina, y enterococos, incluido

E. faecium resistente a la vancomicina. La combinación no es muy activa contra E. faecalis. La dosis

recomendada es de 7.5 mg/kg/dosis intravenosa cada 8 h. Además de fl ebitis con la administración

periférica, los principales efectos secundarios son artralgias y mialgias que se resuelven tras suspender

el medicamento. La depuración es sobre todo hepática; las estreptograminas inhiben el sistema

del citocromo P450 e incrementan las concentraciones de ciclosporina y otros fármacos. Con el

advenimiento de la linezolida y la daptomicina, las indicaciones para este fármaco son muy limitadas.

OXAZOLIDINEDIONAS

Las oxazolidinedionas constituyen una clase de antibacterianos de los cuales el único medicamento

disponible es la linezolida, que es activa sobre todo contra patógenos grampositivos aerobios, incluidos

los neumococos resistentes a penicilina, estafi lococos y enterococos resistentes a meticilina (E. faecalis

y E. faecium sensible y resistente a vancomicina). La linezolida es bacteriostática para todos estos

patógenos. Sin embargo, se han reconocido enterococos resistentes a la linezolida y la vancomicina y

S. aureus resistente a la linezolida. La biodisponibilidad oral de la linezolida es completa, con valores

séricos casi idénticos a los observados con la administración intravenosa. El fármaco se elimina

sobre todo por mecanismos no renales. Su principal toxicidad es la supresión de médula ósea con

el tratamiento prolongado, en particular de la línea plaquetaria. Otros efectos secundarios incluyen

neuropatía y toxicidad mitocondrial con el empleo a largo plazo. La linezolida es un inhibidor leve de

la monoaminooxidasa; aunque el uso simultáneo de inhibidores selectivos de recaptación de serotonina

puede conducir al síndrome de serotonina, la mayoría de los pacientes puede recibir ambos fármacos

de manera segura. En el tratamiento de la neumonía por S. aureus resistente a meticilina, los estudios

sugieren mejor respuesta clínica con linezolida en comparación con la vancomicina. Sin embargo, es

necesario confi rmar estos hallazgos mediante estudios prospectivos controlados. Uno de los problemas

más inquietantes es la notifi cación cada vez más frecuente de enterococos y estafi lococos resistentes a

la linezolida, lo que refuerza el concepto de utilizar este fármaco con prudencia.

DAPTOMICINA

La daptomicina es un lipopéptido bactericida con un espectro de actividad similar al de la linezolida

o la quinupristina-dalfopristina. Este espectro comprende al estafi lococo resistente a la meticilina

y el enterococo resistente a la vancomicina; no obstante, las MIC son mucho menores para el

primero que para el segundo. La biodisponibilidad oral de la daptomicina es reducida, por lo que

sólo está disponible en presentación parenteral. Su vida media farmacológica prolongada permite la

administración una vez al día (4 mg/kg cada 24 h en infecciones cutáneas y tejidos blandos y 6 mg/kg

cada 24 h en el tratamiento de la bacteriemia y endocarditis derecha); es necesario adecuar la dosis

en caso de nefropatía. Se han suministrado hasta 10 mg/kg por día en el tratamiento de infecciones

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graves, en particular por enterococo. Su principal efecto secundario es la miopatía reversible

dependiente de la dosis que se observa luego de siete días de tratamiento. La daptomicina no puede

utilizarse en el tratamiento de infecciones de vías respiratorias porque se une al agente tensoactivo

pulmonar, lo que resulta en concentraciones mínimas del fármaco libre en las secreciones pulmonares.

Fowler VG Jr et al. S. aureus Endocarditis and Bacteremia Study Group. Daptomycin versus standard

therapy for bacteremia and endocarditis caused by Staphylococcus aureus. N Engl J Med. 2006 Aug

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Antimicrob Chemother. 2008 Nov;62(Suppl 3):iii15–23. [PMID: 18829721]

QUINOLONAS

Las quinolonas son análogos sintéticos del ácido nalidíxico con espectro de actividad bactericida muy

amplio. Estos fármacos suprimen la síntesis bacteriana de DNA por bloqueo de la enzima girasa de

DNA.

Las quinolonas iniciales (ácido nalidíxico, ácido oxolínico, cinoxacina) no alcanzaban concentraciones

antibacterianas sistémicas después de su administración oral, de modo que sólo eran útiles como

antisépticos urinarios. Los derivados de la fl uoroquinolona más recientes (ciprofl oxacina, levofl oxacina,

gemifl oxacina y moxifl oxacina) tienen actividad antibacteriana más potente, proporcionan valores

sanguíneos e hísticos útiles en clínica y su toxicidad es baja.

Actividad antimicrobiana

Se utilizan varias fl uoroquinolonas. Con algunas excepciones, su espectro de actividad es similar. En

general, estos medicamentos poseen actividad moderada a excelente contra Enterobacteriaceae, pero

también son activos contra otras bacterias gramnegativas, como Haemophilus, Neisseria, Moraxella,

Brucella, Legionella, Salmonella, Shigella, Campylobacter, Yersinia, Vibrio y Aeromonas. En la última

década aumentó de manera considerable la resistencia de E. coli, y algunos centros informan tasas

hasta de 20 a 30%. La ciprofl oxacina y levofl oxacina son los únicos fármacos con actividad contra

P. aeruginosa, pero la resistencia gradual de este microorganismo a las fl uoroquinolonas ha limitado

su aplicación. Ninguno de estos medicamentos posee actividad confi able contra S. maltophilia o

B. cepacia o contra algunos patógenos del aparato genital como Mycoplasma hominis, U. urealyticum

y Chlamydophila pneumoniae. M. tuberculosis es sensible a las quinolonas, al igual que M. fortuitum y

Mycobacterium kansasii.

Por lo regular, las fl uoroquinolonas son menos potentes contra microorganismos grampositivos respecto

de los gramnegativos. La gemifl oxacina, levofl oxacina y moxifl oxacina tienen mayor actividad en

grampositivos, incluidos neumococos y cepas de S. aureus y S. epidermidis, incluso en algunas cepas

resistentes a meticilina. Sin embargo, el surgimiento de cepas de estafi lococos resistentes ha limitado

el uso de estos medicamentos en la monoterapia de las infecciones que ocasionan. El empleo de

fl uoroquinolonas para el tratamiento de tuberculosis en Sudáfrica se ha vinculado con el surgimiento

de enfermedad invasiva por S. pneumoniae no sensible a la levofl oxacina. Las quinolonas antiguas

inhiben de manera moderada a los enterococos, incluidos E. faecalis, S. pneumoniae, estreptococo de

los grupos A, B y D y estreptococo viridans. T. pallidum y Nocardia son resistentes.

La moxifl oxacina posee actividad moderada contra numerosos anaerobios, como B. fragilis y los

anaerobios bucales, y se ha aprobado para el tratamiento de las infecciones intraabdominales. Sin

embargo, se han publicado índices cada vez mayores de resistencia anaeróbica.

Farmacocinética y administración

Las fl uoroquinolonas se absorben bien por vía oral, se distribuyen con amplitud en líquidos y tejidos

corporales, y se concentran dentro de las células. Unen algunos metales pesados; por consiguiente,

su absorción se inhibe cuando se administran con hierro, calcio y otros cationes multivalentes. La

biodisponibilidad oral de las fl uoroquinolonas es óptima cuando se administran 1 h antes o 2 h

después de los alimentos. Su vida media sérica varía de 4 h (ciprofl oxacina) a 12 h (moxifl oxacina).

Con la administración oral de 500 mg, el valor sérico máximo de la ciprofl oxacina es de 2.5 μg/ml,

que es inferior al de otras quinolonas (4 a 6 μg/ml); sin embargo, la potencia ligeramente mayor de

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la ciprofl oxacina in vitro en la mayor parte de los microorganismos gramnegativos compensa esta

característica. Varias fl uoroquinolonas pueden suministrarse por vía intravenosa y proporcionar valores

séricos altos que varían de 4 a 9 μg/ml (cuadro 30-8). Casi todas se eliminan por vías renal y no

renal mixtas. Como resultado, en presencia de nefropatía, se acumula una cantidad moderada. Las

excepciones son ofl oxacina y levofl oxacina, cuya eliminación es sobre todo renal.

Usos clínicos

Las infecciones de vías urinarias por microorganismos gramnegativos resistentes a trimetoprim-

sulfametoxazol han propiciado que las quinolonas se consideren medicamentos de elección en áreas

con resistencia de E. coli a trimetoprim-sulfametoxazol >10 a 20%.

Gracias a su penetración efi ciente en el tejido prostático, las quinolonas son efi caces en el tratamiento

de prostatitis bacteriana y constituyen una alternativa al trimetoprim-sulfametoxazol (las dosis en la

prostatitis son las mismas que en infecciones de vías urinarias, pero deben administrarse durante seis

a 12 semanas).

Las quinolonas se aprobaron para el tratamiento de ciertas infecciones de transmisión sexual. La

ofl oxacina, 300 mg orales dos veces al día por siete días, es tan efi caz como la doxiciclina, 100 mg

por vía oral dos veces al día por siete días, para el tratamiento de cervicitis, uretritis y proctitis por

C. trachomatis. Asimismo, es útil en la uretritis no gonocócica por U. urealyticum. La ciprofl oxacina no

es efi caz para el tratamiento de infecciones por clamidias ni de uretritis no gonocócicas. En general,

el uso de las quinolonas para el tratamiento de cualquier infección de transmisión sexual se limita por

su falta de efi cacia contra la sífi lis concurrente. La uretritis, cervicitis, faringitis y proctitis gonocócicas

pueden tratarse con dosis orales únicas de 500 mg de ciprofl oxacina o 400 mg de ofl oxacina oral; sin

embargo, debido a la prevalencia cada vez mayor de gonococos resistentes a quinolonas en Estados

Unidos, los CDC han dejado de recomendar el uso de estos fármacos para el tratamiento de gonorrea;

en su lugar aconsejan el empleo de ceftriaxona y algunas cefalosporinas orales para la farmacoterapia

de Neisseria gonorrhoeae.

La enfermedad infl amatoria pélvica se debe casi siempre a C. trachomatis, N. gonorrhoeae,

Enterobacteriaceae o anaerobios. Como resultado de la elevada tasa de N. gonorrhoeae resistente a

fl uoroquinolonas, los regímenes medicamentosos que incluyen estos fármacos se recomiendan como

farmacoterapia alternativa sólo en pacientes que no toleran la ceftriaxona, cefoxitina o cefotetán

parenterales. En pacientes ambulatorios puede utilizarse tratamiento oral con ofl oxacina, 400 mg dos

veces al día (o levofl oxacina, 500 mg una vez al día) por 14 días, con o sin metronidazol, 500 mg

orales dos veces al día por 14 días. La epididimitis en varones jóvenes (<35 años de edad) se debe

por lo general a Chlamydia y gonococos. Si bien la ceftriaxona intramuscular más doxiciclina oral

constituyen la farmacoterapia de elección para la epididimitis aguda ocasionada con mayor probabilidad

por microorganismos entéricos, o bien con resultados negativos en el cultivo de gonococos o la prueba

de amplifi cación de ácido nucleico, también se puede administrar levofl oxacina, 500 mg por vía oral

una vez al día (u ofl oxacina, 300 mg por vía oral dos veces al día) por 10 días. Las fl uoroquinolonas

se han empleado con éxito en la terapéutica de infecciones complicadas de piel y tejidos blandos, así

como de osteomielitis por microorganismos gramnegativos. La ciprofl oxacina, 500 a 750 mg por vía

oral dos veces al día cuando menos por seis semanas, es un tratamiento efi caz para la otitis externa

maligna.

Las quinolonas constituyen uno de los pocos fármacos orales activos contra Campylobacter, pero su

resistencia se ha incrementado. Además, tienen actividad contra los principales patógenos bacterianos

que se vinculan con diarrea (Salmonella, Shigella, E. coli toxígena); en consecuencia, se han

utilizado para el tratamiento de la diarrea del viajero y la diarrea aguda doméstica. La norfl oxacina,

ciprofl oxacina y ofl oxacina suelen ser efi caces para la erradicación del estado de portador crónico de

Salmonella cuando se continúa el tratamiento durante cuatro a seis semanas.

Se ha utilizado ciprofl oxacina para erradicar meningococos de portadores nasofaríngeos.

Las fl uoroquinolonas son efectivas para la profi laxis contra las infecciones por gramnegativos en el

paciente neutropénico y se ha utilizado ciprofl oxacina intravenosa combinada con algún lactámico β

para el tratamiento de la neutropenia febril.

La gemifl oxacina, levofl oxacina y moxifl oxacina se denominan en ocasiones “fl uoroquinolonas

respiratorias” por su actividad contra neumococo, incluidas las cepas resistentes a penicilinas y las

bacterias respiratorias atípicas. No obstante, su espectro tan amplio contra los aerobios gramnegativos

indica que se las debe reservar para el tratamiento de los casos resistentes o pacientes de alto riesgo,

como aquellos que sufren otras enfermedades o que han recibido algún lactámico β en fecha reciente.

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Una afección en la que está indicada la ciprofl oxacina para el tratamiento de infecciones de vías

respiratorias inferiores es la fi brosis quística, en la cual el patógeno predominante es P. aeruginosa. No

obstante, la tasa creciente de resistencia a la ciprofl oxacina ha limitado el uso de este fármaco para

dicha indicación.

Se ha suministrado ciprofl oxacina en combinación con otros fármacos para el tratamiento de

infecciones por el complejo M. avium; la ciprofl oxacina, levofl oxacina, ofl oxacina y moxifl oxacina suelen

ser efi caces en la terapéutica de la tuberculosis resistente a múltiples fármacos.

Efectos secundarios

Los efectos secundarios más notables de las quinolonas son náusea, vómito y diarrea. Algunas

veces se observa cefalea, mareo, convulsiones, insomnio, alteraciones de la función hepática y

eritema cutáneo, así como lesiones más graves como nefropatía aguda, hipoglucemia (en especial

con gatifl oxacina, que se ha retirado del mercado estadounidense) y anafi laxia. Como clase, las

fl uoroquinolonas prolongan el intervalo QT; se debate si esta alteración se relaciona en mayor grado

con alguna de ellas. Las quinolonas deben emplearse con cautela en sujetos que reciben antiarrítmicos

como amiodarona o personas con antecedentes de QT prolongado. En algunos sujetos que reciben

dosis fi jas de warfarina se ha observado prolongación del tiempo de protrombina y de la INR después

de la administración de ciprofl oxacina, pero esta interacción es impredecible y moderada. Algunas

publicaciones notifi can tendinitis y roturas tendinosas con fármacos de la quinolona. Los factores de

riesgo incluyen uso concomitante de corticoesteroides y edad >60 años. La FDA aprobó la colocación

de un aviso en la caja sobre el riesgo de tendinopatía. En pacientes que presentan síntomas

musculoesqueléticos mientras reciben fl uoroquinolonas debe suspenderse el tratamiento.

Van Bambeke F et al. Multidrug-resistant Streptococcus pneumoniae infections: current and future

therapeutic options. Drugs. 2007;67(16):2355–82. [PMID: 17983256]

Von Gottberg A et al. Group for Enteric, Respiratory and Meningeal Disease Surveillance in South Africa

(GERMS-SA). Emergence of levofl oxacin-non-susceptible Streptococcus pneumoniae and treatment for

multidrug-resistant tuberculosis in children in South Africa: a cohort observational surveillance study.

Lancet. 2008 Mar 29;371(9618):1108–13. [PMID: 18359074]

PENTAMIDINA Y ATOVACUONA

La pentamidina y la atovacuona son medicamentos antiprotozoáricos que se utilizan sobre todo para

el tratamiento de la neumonía por Pneumocystis. La pentamidina se analiza en los capítulos 31 y 35.

La atovacuona inhibe el transporte mitocondrial de electrones y tal vez el metabolismo del folato. Las

dosis sólidas se absorben mal y deben administrarse con alimentos para incrementar al máximo su

biodisponibilidad. La suspensión tiene absorción muy superior y es preferible sobre todo en individuos

de alto riesgo (con diarrea o absorción defi ciente). Su actividad es moderada para P. jiroveci. En

estudios clínicos comparativos de trimetoprim-sulfametoxazol y pentamidina para el tratamiento

de neumonía por Pneumocystis en el sida, la atovacuona (750 mg orales tres veces al día por tres

semanas) fue menos efi caz que ambos fármacos pero se toleró mejor. Se ha utilizado asimismo para

profi laxis en individuos con sida en dosis de 1 500 mg diarios. Los principales efectos secundarios son

exantema, náusea, vómito, diarrea, fi ebre y anormalidades de las pruebas funcionales hepáticas. El

uso de la atovacuona se limita a personas con infecciones por Pneumocystis leves a moderadas que no

responden a otros tratamientos o no los toleran.

ANTISÉPTICOS URINARIOS

Estos fármacos tienen actividad antimicrobiana en la orina, pero carecen de algún efecto antibacteriano

sistémico (o éste es muy leve). Su utilidad se limita al tratamiento y prevención de infecciones de vías

urinarias.

1. Nitrofurantoína

Este medicamento tiene actividad contra los patógenos urinarios grampositivos comunes E. faecalis

y Staphylococcus saprophyticus, aunque sólo inhibe alrededor de 50% de E. faecium. También debe

emplearse contra E. coli y Citrobacter, si bien su actividad contra Proteus, Serratia y Pseudomonas

es defi ciente. Después de la administración oral se absorbe casi la mitad de la dosis, pero las

concentraciones séricas son muy bajas y no se detectan valores hísticos. Las concentraciones urinarias

son de 200 a 400 μg/ml, bastante más altas que las MIC de microorganismos sensibles. Sin embargo,

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cuando existe nefropatía, casi siempre existe una concentración urinaria subterapéutica y el fármaco

se acumula en el suero. En vista de su concentración sérica reducida, su penetración mínima en los

tejidos y su eliminación renal, la nitrofurantoína se utiliza de manera exclusiva en el tratamiento o

profi laxis de la cistitis en pacientes con una función renal normal. No se puede suministrar para el

tratamiento de la pielonefritis o la prostatitis.

La dosis diaria promedio en infecciones de vías urinarias es de 100 mg por vía oral cuatro veces

al día, con alimentos. El preparado en macrocristales puede proporcionarse en dosis de 100 mg

dos veces al día. La dosis diaria única de 50 a 100 mg suele evitar infecciones recurrentes de vías

urinarias en mujeres.

La nitrofurantoína oral provoca náusea y vómito. Se tolera mejor la formulación cristalina que los

preparados anteriores. En pacientes con defi ciencia de G6PD es posible la anemia hemolítica. Otros

efectos secundarios son exantemas cutáneos y, rara vez, neuropatía periférica. Pueden presentarse

reacciones pulmonares de hipersensibilidad agudas y crónicas; con el uso prolongado se ha observado

fi brosis pulmonar.

2. Fosfomicina

La fosfomicina trometamina es un derivado del ácido fosfónico que tiene utilidad para el tratamiento

de infecciones no complicadas de vías urinarias. Su espectro de actividad incluye E. coli, E. faecalis y

otros patógenos urinarios gramnegativos aerobios, pero no P. aeruginosa. La fosfomicina se expende

en sobres de 3 g y puede servir para el tratamiento de los microorganismos mencionados con dosis

únicas. Al igual que la nitrofurantoína, no debe suministrarse en infecciones sistémicas. Sin embargo,

las concentraciones mayores en orina permiten utilizarla en bacteriurias no complicadas. En contraste,

la fosfomicina disódica para aplicación intravenosa está disponible en Europa, y podría ser de utilidad

en el tratamiento de infecciones más graves. Los efectos secundarios que se notifi can con mayor

frecuencia son diarrea, cefalea y náusea.

Falagas ME et al. Fosfomycin: use beyond urinary tract and gastrointestinal infections. Clin Infect Dis.

2008 Apr 1;46(7):1069–77. [PMID: 18444827]

ANTIMICÓTICOS

Rara vez se instituye tratamiento antimicótico empírico, excepto en pacientes neutropénicos febriles

y otros de alto riesgo. La farmacoterapia se reserva para situaciones en que se observan levaduras

o mohos en preparaciones de KOH o se piensa que los microorganismos aislados son patógenos. Se

dispone de pruebas de sensibilidad antimicótica estandarizadas para especies de Candida que predicen

el resultado clínico fi nal. En contraste, no suele haber pruebas de sensibilidad para la mayor parte de

los hongos; los resultados in vitro de estos patógenos predicen con menor exactitud los resultados

clínicos fi nales.

1. Anfotericina B

La anfotericina B inhibe in vitro varios microorganismos que provocan infecciones micóticas sistémicas

en el ser humano, entre ellos Aspergillus, Histoplasma, Cryptococcus, Coccidioides, Candida,

Blastomyces, Sporothrix y otros, y puede utilizarse para su tratamiento. Pseudallescheria boydii y

Fusarium son casi siempre resistentes a este fármaco.

No hay consenso sobre la forma en que debe administrarse la anfotericina B convencional ni en cuanto

a la dosis y duración del tratamiento. No se requiere una dosis de prueba, ya que es en extremo raro

que induzca anafi laxia. La dosis diaria de anfotericina B en casi todas las infecciones micóticas varía de

0.3 a 0.7 mg/kg, aunque las debidas a Aspergillus y Mucor suelen tratarse con 1 a 1.5 mg/kg diarios.

En la meningitis criptocócica y tal vez la candidosis sistémica es útil el tratamiento combinado con

fl ucitosina. La anfotericina B puede tener cierto benefi cio en la meningoencefalitis por Naegleria.

Asimismo, se ha utilizado en forma profi láctica para prevenir infecciones micóticas invasoras en

receptores de trasplante de médula ósea; empero, otros fármacos son menos tóxicos y pueden ser

más efi caces. Aún no se determina si en pacientes febriles que no responden a los antibióticos de

amplio espectro es mejor el uso profi láctico de antimicóticos que el tratamiento empírico temprano.

En enfermos con catéteres de Foley que sufren candiduria, las irrigaciones vesicales con anfotericina

B reducen el número de colonias; no obstante, la efi cacia de esta irrigación es marginal y rara vez se

erradica por tiempo prolongado la afección.

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Ni las nefropatías ni las hepatopatías modifi can la disposición farmacocinética de la anfotericina. El

fármaco se concentra en pulmones, hígado, bazo y riñones con penetración mínima en piel o tejido

adiposo; no se elimina con la hemodiálisis.

La administración intravenosa de anfotericina B suele causar escalofrío, fi ebre, vómito y dolor de

cabeza. Como regla, las venoclisis durante 1 a 2 h se toleran tan bien como las que se administran

en 4 a 6 h; sin embargo, los sujetos que presentan efectos secundarios relacionados con la venoclisis

se benefi cian cuando se reduce la velocidad de administración. Es posible incrementar la tolerancia al

reducir de manera temporal la dosis o mediante la premedicación con paracetamol y difenhidramina.

La adición de 25 mg de hidrocortisona a la venoclisis atenúa la incidencia de escalofrío y la

meperidina (25 a 50 mg) es efi caz para suprimirlo una vez que inicia. La administración intravenosa

central elimina la posibilidad de trombofl ebitis. Asimismo, son comunes las alteraciones electrolíticas

(hipopotasiemia, hipomagnesiemia, acidosis tubular renal distal). El daño renal se puede reducir con

sodio complementario. Por lo tanto, se recomienda administrar 0.5 a 1.0 L de solución salina al 0.9%

antes de la infusión de anfotericina B.

La nefrotoxicidad de la anfotericina condujo al desarrollo de productos de anfotericina B con base

lipídica. Los fármacos de uso más frecuente son el complejo lipídico de anfotericina B (ABLC) y

anfotericina B liposómica (L-AmB). La formación de complejos de anfotericina B con lípidos permite

administrar dosis más altas (3 a 6 mg/kg, de acuerdo con la preparación y la especie de hongo).

La dosis de 10 mg/kg/día de anfotericina liposómica no es mejor que la de 3 mg/kg/día para el

tratamiento de infecciones invasivas por hongos; sin embargo, la primera se relaciona con incremento

signifi cativo de nefrotoxicidad. Las formulaciones lipídicas son muy efectivas para el tratamiento de

leishmaniosis visceral. Los cursos cortos (cinco a 10 días) con dosis bajas (2 a 4 mg/kg al día, de

acuerdo con la preparación utilizada) son muy efectivos para erradicar el parásito, tal vez por la

distribución del fármaco en su principal sitio de invasión, el sistema reticuloendotelial.

Estos preparados se acompañan de menor nefrotoxicidad que la anfotericina B convencional.

La anfotericina liposómica es un poco menos nefrotóxica que la ABLC. Los efectos secundarios

relacionados con la venoclisis son variables; se tolera mejor la anfotericina liposómica. Esta última

es igual o mejor que la anfotericina B convencional en la neutropenia febril, sobre todo para prevenir

infecciones repentinas por Candida.

El costo de los productos lipídicos es mucho mayor que el de la anfotericina B convencional. La

disponibilidad de la anfotericina de base lipídica, equinocandinas y triazoles aportó opciones adicionales

para la prevención y terapéutica de las infecciones micóticas.

Cornely OA et al. Liposomal amphotericin B as initial therapy for invasive mold infections: a

randomized trial comparing a high-loading dose regimen with standard dosing (AmBiLoad Trial). Clin

Infect Dis. 2007 May 15;44(10):1289–97. [PMID: 17443465]

Mohr J et al. Current options in antifungal pharmacotherapy. Pharmacotherapy. 2008 May;28(5):614–

45. [PMID: 18447660]

Walsh TJ et al. Infectious Diseases Society of America. Treatment of aspergillosis: clinical practice

guidelines of the Infectious Diseases Society of America. Clin Infect Dis. 2008 Feb 1;46(3):327–60.

[PMID: 18177225]

2. Nistatina

La nistatina tiene un espectro amplio de actividad antimicótica, pero se utiliza casi de manera

exclusiva para el tratamiento de infecciones superfi ciales por Candida. Es muy tóxica para su

administración sistémica y no se absorbe bien en las mucosas ni en el tubo digestivo. Se dispone de

varios preparados, incluidos una suspensión oral (100 000 unidades/ml) y ungüentos, geles y cremas

(100 000 unidades/g). Para la candidosis bucal se prescribe una suspensión de 500 000 U como

enjuague que se repite cuatro veces al día cuando menos durante dos días después de la resolución

de la infección. Las infecciones de la piel se tratan con crema o ungüento, 100 000 unidades, aplicados

en el área afectada dos veces al día en tanto se resuelve la infección.

3. Flucitosina

La fl ucitosina inhibe algunas cepas de Candida, Cryptococcus, Aspergillus y otros hongos. Las dosis

orales de 3 a 8 g diarios (75 a 150 mg/kg/día) proporcionan valores terapéuticos en suero, orina y

líquido cefalorraquídeo. Cuando se utiliza como monoterapia surge a menudo resistencia, por lo que no

debe suministrarse como fármaco aislado, con excepción de la candiduria.

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En las nefropatías, la fl ucitosina se acumula hasta alcanzar una concentración tóxica y es necesario

ajustar la dosis. Los pacientes con VIH y una función renal normal no toleran la dosis de fl ucitosina

administrada con anterioridad (150 mg/kg/día, divididos en cuatro dosis) de manera que se

recomienda utilizar 75 a 100 mg/kg/día. El medicamento se elimina con efectividad mediante

hemodiálisis. Los efectos tóxicos incluyen depresión de la médula ósea, anormalidad de la función

hepática y náusea. La supresión de la médula ósea se debe a la conversión de fl ucitosina en

fl uorouracilo. Se ha demostrado que el uso combinado de fl ucitosina y anfotericina B es útil en la

meningitis criptocócica y tal vez la candidosis sistémica.

4. Natamicina

La natamicina es un fármaco antimicótico polieno efi caz para diferentes hongos in vitro. Cuando

se combina con medidas quirúrgicas apropiadas, suele ser útil la aplicación tópica de la suspensión

oftálmica al 5% en el tratamiento de la queratitis por Fusarium, Acremonium (Cephalosporium) u otros

hongos. Al parecer, la toxicidad consecutiva a la aplicación tópica es baja.

5. Terbinafi na

La terbinafi na (una alilamina) anula la función de la membrana de las células micóticas al bloquear la

síntesis de ergosterol. Está disponible en forma tópica y en tabletas de 250 mg para su administración

oral. En infecciones de las uñas de los pies se recomienda una dosis diaria de 250 mg durante 12

semanas y por seis semanas en infecciones ungueales de los dedos de las manos (la tasa de éxito

es de casi 70%). El tratamiento intermitente (una semana con él y tres sin medicamento) es tan

efi caz como la farmacoterapia continua por seis a 12 semanas. El fármaco también es activo contra

muchas cepas de Candida y Aspergillus, y se ha utilizado en combinación con otros antimicóticos

en la terapéutica de infecciones graves por estos patógenos. Casi todos los efectos secundarios son

leves (diarrea, dispepsia) o transitorios (alteración del gusto). Se han notifi cado casos raros de lesión

hepática grave.

6. Imidazoles y triazoles antimicóticos

Estos antimicóticos suprimen la síntesis de ergosterol, lo que resulta en inhibición de la actividad

enzimática relacionada con la membrana, el crecimiento de la pared celular y la replicación.

El clotrimazol administrado por vía oral en forma de trociscos de 10 mg cinco veces al día previene

y trata la candidosis bucal. Las tabletas vaginales de azol insertadas de forma diaria durante uno a

siete días son efi caces en la candidosis vaginal. Asimismo se dispone de preparados tópicos para el

tratamiento de dermatofi tos cutáneos.

El fl uconazol es un bis-triazol con actividad similar a la del cetoconazol; es hidrosoluble y puede

administrarse por vías oral e intravenosa. La absorción del fármaco después de la administración oral

no depende del pH. Penetra bien en el líquido cefalorraquídeo y los ojos. Se ha demostrado que es

bastante efi caz en el tratamiento de infecciones por Candida, Cryptococcus y Blastomyces. Candida

albicans, C. tropicalis y C. parapsilosus suelen ser sensibles al fl uconazol, pero muchas especies

de Candida (C. krusei, C. glabrata, etc.) son casi siempre resistentes. Se han observado cepas de

C. albicans resistentes a fl uconazol, sobre todo en individuos con VIH/sida que reciben tratamiento

prolongado con este medicamento. Con la aparición del tratamiento antirretrovírico altamente activo

(HAART) se redujo en esta población de pacientes la tasa de resistencia de C. albicans a fl uconazol.

El fármaco no es activo contra Aspergillus, Mucor y Pseudallescheria. El fl uconazol es efi caz para la

candidosis bucofaríngea y la esofagitis candidósica en sujetos con inmunosupresión; es igual o mejor

que las cremas vaginales y los supositorios para tratar la candidosis vaginal, en que la dosis oral

única de 150 mg resulta efectiva en 80 a 90% de las pacientes. En dosis de 400 mg diarios por vía

intravenosa u oral es tan efi caz como la anfotericina B, 0.5 a 0.6 mg/kg/día, en la candidemia de

individuos neutropénicos y sin neutropenia. Casi todas estas infecciones se relacionan con accesos

intravenosos, que es indispensable extraer para lograr el éxito terapéutico. El fl uconazol (200 mg/

día) es efi caz para el tratamiento supresor prolongado de meningitis criptocócica en personas con

VIH/sida, y es el fármaco de elección en estos casos. En el tratamiento de la meningitis criptocócica,

las tasas de respuesta y mortalidad total son iguales en pacientes tratados con fl uconazol oral y

anfotericina B. Sin embargo, la mortalidad en las primeras dos semanas es mayor con fl uconazol y

la esterilización del líquido cefalorraquídeo es más lenta con este mismo fármaco. Por lo tanto, casi

siempre la inducción se lleva a cabo con anfotericina B durante dos semanas seguido de fl uconazol

oral. Una dosis diaria de 400 mg de fl uconazol es efectiva contra la meningitis por Coccidioides

(respuesta de 80%), pero la mejoría es lenta y tarda hasta cuatro a ocho meses. Se han administrado

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dosis mayores (800 a 1 200 mg diarios) pero no han resultado superiores a las dosis habituales. El

fl uconazol, 400 mg al día, es efi caz para la profi laxis de infecciones micóticas superfi ciales e invasoras

en receptores de trasplantes de médula ósea e hígado, pero en la actualidad suscita preocupación la

posibilidad de superinfecciones por microorganismos resistentes (C. krusei, C. glabrata, Aspergillus).

Debido a que la incidencia total de afectación micótica invasora en la infección por VIH es baja, no se

recomienda profi laxis en todos los casos para prevenirla, en especial con el advenimiento de regímenes

farmacológicos antirretrovíricos más potentes. La farmacoterapia con fl uconazol también es efi caz en

casos de leishmaniosis cutánea por Leishmania major en dosis de 200 mg/día durante seis semanas.

El fl uconazol se absorbe bien por vía oral (biodisponibilidad >90%) y los valores séricos se aproximan

a los que se observan después de la administración intravenosa de la misma dosis. En consecuencia, a

menos que el paciente sea incapaz de tomar el medicamento o inestable desde el punto de vista

hemodinámico, la vía de administración preferible es la oral. Aunque el fl uconazol suele tolerarse

bien, se acompaña de náusea y vómito dependientes de la dosis. Se han publicado alteraciones en las

pruebas de función hepática (aminotransferasa de alanina [ALT], aminotransferasa de aspartato [AST])

y hepatitis. Si bien es menos potente que otros azoles (itraconazol, voriconazol), el fl uconazol inhibe al

citocromo P450 y reduce la eliminación de ciertos fármacos. La rifampicina y la fenitoína aumentan el

metabolismo del fl uconazol, por lo que es necesario incrementar la dosis de este último.

El itraconazol es un triazol oral de biodisponibilidad variable. Se absorbe en forma moderada a

través del tubo digestivo (el alimento aumenta la absorción 30 a 60%; los antiácidos y antagonistas

del receptor H2 la disminuyen) y se distribuye con amplitud en tejidos, con la notable excepción del

sistema nervioso central (no se detectan valores en el líquido cefalorraquídeo). La solución de

itraconazol se absorbe de manera más predecible que las tabletas. Aunque esta última formulación

debe administrarse con alimentos, se absorbe mejor con el estómago vacío. El hígado metaboliza

este fármaco y no es necesario hacer ajustes en casos de problemas renales. Es muy efi caz en casi

todas las cepas de Histoplasma capsulatum, Blastomyces dermatitidis, Cryptococcus neoformans,

Sporotrichum schenkii y varios dermatofi tos. También tiene actividad contra especies de Aspergillus,

pero no contra Fusarium ni Zygomycetes. El itraconazol, en dosis de 200 a 400 mg/día, es efi caz

en casos de histoplasmosis localizada o diseminada, y está aprobado para el tratamiento de esta

afección. Asimismo es útil en la esporotricosis, en infecciones dermatofíticas (incluidas las ungueales)

y en las candidosis bucal y esofágica. Es al menos tan efi caz como el fl uconazol en el tratamiento

de coccidioidomicosis no meníngea y puede ser superior como farmacoterapia para la afectación

esquelética. En dosis de 200 mg dos veces al día incrementa la tolerancia al ejercicio y reduce los

requerimientos de corticoesteroides en individuos con aspergilosis broncopulmonar alérgica. Ha recibido

ya aprobación para la onicomicosis; el tratamiento intermitente con 200 mg dos veces al día durante

una semana de cada mes, repetido por cuatro meses consecutivos, es efi caz en 70% de los casos.

Los efectos adversos son similares a los del fl uconazol, sobre todo anorexia, náusea, vómito y dolor

abdominal. Se ha encontrado eritema cutáneo hasta en 8% de los pacientes. Rara vez se acompaña

de hepatitis e hipopotasiemia. El itraconazol exacerba de modo ocasional la insufi ciencia cardiaca. Los

agentes que incrementan las enzimas del metabolismo farmacológico hepático (isoniazida, rifampicina,

fenitoína, fenobarbital) aumentan el metabolismo del itraconazol, por lo que es necesario aumentar la

dosis cuando se administran estos medicamentos de modo simultáneo. El itraconazol también deteriora

el metabolismo de la ciclosporina y puede incrementar las concentraciones de ciertos fármacos,

incluidas la digoxina y la warfarina.

La dosis habitual es de 200 mg, una o dos veces al día con los alimentos.

El voriconazol es un triazol antimicótico con amplia actividad in vitro contra la mayor parte de las

especies de Candida y hongos, como Aspergillus, Fusarium, Pseudallescheria y otros. Es tan efi caz

como la anfotericina liposómica para el tratamiento de infecciones micóticas comprobadas y posibles

en individuos neutropénicos febriles, y superior en la prevención de fungemias intercurrentes. El

voriconazol es más efi caz que la anfotericina convencional como farmacoterapia en la aspergilosis

diseminada. Asimismo, estudios en animales sugieren que el voriconazol es el fármaco más efi caz

para Aspergillus, en particular combinado con caspofungina u otra equinocandina. El voriconazol es

el fármaco de elección en el tratamiento de infecciones por Fusarium y Scedosporium, y se utiliza

en gran medida en la terapéutica de pacientes neutropénicos con infección micótica comprobada

o posible. La actividad del voriconazol contra los cigomicetos es limitada y algunas instituciones

han observado un mayor índice de infección por Rhizopus y Mucor en los pacientes que reciben un

trasplante de células primordiales y voriconazol. Al igual que el fl uconazol, la administración oral

proporciona absorción predecible. Las alteraciones visuales transitorias relacionadas con la venoclisis,

en particular durante la primera semana de tratamiento, son la principal toxicidad vinculada con el

voriconazol, que además se acompaña de reacciones de fotosensibilidad. Tal y como se observa con el

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itraconazol, el voriconazol tiene varias interacciones farmacológicas; los inductores enzimáticos pueden

reducir sus valores en plasma con posible disminución de la efi cacia. El voriconazol inhibe la actividad

del citocromo P450 al reducir la depuración de múltiples fármacos, incluidos ciclosporina y tacrolimús.

El posaconazol es un antimicótico derivado del itraconazol con espectro de actividad similar al

del voriconazol, que abarca levaduras y especies de Aspergillus. A diferencia del voriconazol, el

posaconazol tiene actividad contra hongos cigomicetos similar a la de la anfotericina. Estudios sobre

tratamientos de último recurso demuestran su efi cacia contra estos patógenos. El posaconazol es

mejor que el fl uconazol para prevenir la neutropenia. El fármaco sólo está disponible como formulación

oral, lo cual limita su empleo en pacientes más graves. El posaconazol siempre debe administrarse con

alimentos para asegurar la biodisponibilidad oral adecuada; mecanismos no renales son su principal vía

de eliminación. Al igual que otros azoles, el posaconazol provoca sobre todo efectos secundarios en el

tracto gastrointestinal superior, además de causar alteraciones ocasionales en las pruebas de función

hepática. Aunque no es tan problemático como el voriconazol, el posaconazol inhibe al citocromo P450.

El cetoconazol, el primer azol oral biodisponible, se ha utilizado en el tratamiento de diversas

infecciones micóticas. Sin embargo, la mejoría del espectro de actividad, la toxicidad reducida y la

farmacocinética superior de los azoles más recientes los han relegado a una función secundaria.

Anaissie EJ. Trial design for mold-active agents: time to break the mold-aspergillus in neutropenic

adults. Clin Infect Dis. 2007 May 15;44(10):1298–306. [PMID: 17443466]

Nagappan V et al. Reviews of anti-infective agents: posaconazole: a broad-spectrum triazole antifungal

agent. Clin Infect Dis. 2007 Dec 15;45(12):1610–7. [PMID: 18190324]

7. Equinocandinas

Las equinocandinas (caspofungina, anidulafungina, micafungina) suprimen la síntesis de la pared

celular micótica. Son activas contra Candida (incluidas especies distintas de albicans) y especies

de Aspergillus. No son activas contra Cryptococcus ni Fusarium. Su vida media farmacológica

prolongada permite la dosifi cación única diaria. No es necesario modifi car la dosis en los pacientes

con nefropatía, pero la hepatopatía moderada a grave obliga a reducir la dosis de caspofungina.

Debido a que la rifampicina y la fenitoína acentúan de manera notoria el metabolismo de la

caspofungina, es necesario incrementar las dosis del antimicótico cuando se administran estos

medicamentos de manera concomitante. Estudios en animales sugieren que la caspofungina es

inferior al voriconazol en el tratamiento de Aspergillus; pese a ello, la adición de caspofungina al

voriconazol se acompaña de efectos aditivos o sinérgicos in vitro e in vivo. La caspofungina es superior

a la anfotericina B convencional en el tratamiento de candidemia, en especial por mayor tolerancia

del paciente. Las equinocandinas deben considerarse fármacos de elección en la farmacoterapia de

infecciones por C. glabrata y C. krusei. Se ha establecido que la micafungina es tan efi caz como la

anfotericina liposómica en el tratamiento de candidemia y candidosis invasiva, pero menos tóxica. La

anidulafungina es al menos tan efi caz como el fl uconazol para combatir otras candidosis invasivas.

Estos fármacos se acompañan de muy poca toxicidad o efectos secundarios. Es común que se libere

histamina con compuestos polipéptidos básicos como las equinocandinas; por esta razón se han

informado reacciones vinculadas con la venoclisis. Aunque se ha observado incremento en las pruebas

de función hepática con la combinación de caspofungina y ciclosporina, análisis más recientes señalan

que es posible administrar con seguridad ambos fármacos de manera simultánea. Si se toman en

cuenta las similitudes en cuanto a espectro y seguridad entre los productos de esta clase, es probable

que la elección del fármaco se base en diferencias de costo.

Betts R et al. Effi cacy of caspofungin against invasive Candida or Aspergillus infections in neutropenic

patients. Cancer. 2006 Jan 15;106(2):466–73. [PMID: 16353208]

Chandrasekar PH et al. Micafungin: a new echinocandin. Clin Infect Dis. 2006 Apr 15;42(8):1171–8.

[PMID: 16575738]

Kuse ER et al. Micafungin Invasive Candidiasis Working Group. Micafungin versus liposomal

amphotericin B for candidaemia and invasive candidosis: a phase III randomized double-blind trial.

Lancet. 2007 May 5;369(9572):1519–27. [PMID: 17482982]

Reboli AC et al. Anidulafungin versus fl uconazole for invasive candidiasis. N Engl J Med. 2007 June

14;356(24):2472–82. [PMID: 17568028]

Spellberg BJ et al. Current treatment strategies for disseminated candidiasis. Clin Infect Dis. 2006 Jan

15;42(2):244–51. [PMID: 16355336]

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Page 34: Antibioticos McPhee 49e Capitulo Extra 42

Vasquez JA et al. Anidulafungin: a novel echinocandin. Clin Infect Dis. 2006 Jul 15;43(2):215–22.

[PMID: 16779750]

QUIMIOTERAPIA ANTIVÍRICA

Varios compuestos pueden infl uir en la replicación vírica y el desarrollo de una enfermedad vírica.

La amantadina tiene actividad contra la gripe A (pero no contra la B) y se ha comprobado su

efi cacia como profi láctico y terapéutico. Sin embargo, en razón del alto índice de resistencia gripal,

en fecha reciente se ha retirado la recomendación para su uso (junto con la rimantadina) para tratar

esta enfermedad. La acción principal para prevenir la infl uenza es la vacunación. La dosis habitual

para el adulto es de 200 mg por vía oral por día (en las personas mayores de 65 años de edad,

100 mg). El índice de resistencia mundial a la amantadina/rimantadina se ha incrementado de

forma considerable en los últimos años. Como resultado de esta predisposición a la resistencia, los

inhibidores de la neuraminidasa (como zanamivir u oseltamivir) se han convertido en los fármacos de

elección para el tratamiento y la profi laxis. En previsión de una posible pandemia de gripe aviar, los

CDC han recomendado el uso de inhibidores de la neuraminidasa, tanto por las tendencias actuales

de resistencia como por los registros históricos de resistencia a la amantadina surgida durante el

tratamiento. Los efectos indeseables más notables son insomnio, pesadillas y ataxia, en especial en

la edad avanzada. En ocasiones, la amantadina se acumula y es más tóxica en los pacientes con

problemas renales, por lo que la dosis debe reducirse. La rimantadina, análogo de la amantadina, es

tan efectiva como esta última y tiene menos efectos adversos sobre el sistema nervioso central. Los

CDC recomiendan más la rimantadina que la amantadina en el tratamiento de la infl uenza.

Los inhibidores de la neuraminidasa, incluidos el zanamivir inhalado y las tabletas de oseltamivir,

se utilizan en la prevención y tratamiento de la infl uenza A y B y además son activos contra el virus

de la infl uenza aviar. Sin embargo, en la infl uenza estacional 2008-2009 ha surgido gran resistencia al

oseltamivir en la cepa predominante de infl uenza A H1N1. Estas cepas son aún sensibles al zanamivir.

Asimismo, las cepas resistentes al oseltamivir de virus de la infl uenza aviar también son sensibles

al zanamivir. Aunque por ahora no hay una vacuna para la infl uenza aviar, la prevención futura

depende de la inmunización y no de los antivíricos. Como ocurre con la amantadina y la rimantadina,

los inhibidores de la neuraminidasa deben administrarse poco después del inicio (antes de 48 h) de los

síntomas para que sean efectivos. Algunos pacientes tienen difi cultades para usar inhaladores de

zanamivir, en especial los que padecen asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica; en este

grupo hay informes de broncoespasmo. Los efectos secundarios más frecuentes del oseltamivir son

gastrointestinales. Ambos fármacos se administran dos veces al día (oseltamivir, 75 mg orales;

zanamivir, 10 mg por inhalación) durante cinco días cuando se emplean como tratamiento. Estos dos

medicamentos reducen la duración de los síntomas a sólo un día y la eliminación vírica a dos días.

Ambos fármacos también son efi caces para prevenir la enfermedad en contactos caseros cuando

se administran de manera profi láctica (oseltamivir, 75 mg orales una vez al día; zanamivir, 10 mg

inhalados una vez al día) por 10 días.

El aciclovir es activo contra el virus del herpes simple y virus de la varicela zoster. En células

infectadas por herpes tiene actividad selectiva en la polimerasa del DNA vírico y en consecuencia

inhibe la proliferación del virus. Su administración intravenosa (15 mg/kg/día divididos en tres

dosis) es útil en el tratamiento del herpes simple mucocutáneo y en el paciente con mala respuesta

inmunitaria. Por lo general reduce el dolor, acelera la cicatrización y evita la diseminación del herpes

zoster y la varicela en individuos con mala respuesta inmunitaria. La dosis común en la infección

por varicela zoster es de 30 mg/kg/día por vía intravenosa en tres dosis iguales. El medicamento

no tiene efecto en el establecimiento de la latencia, la frecuencia de recurrencia o la incidencia

de la neuralgia posherpética. El aciclovir (30 mg/kg/día por vía intravenosa en tres dosis iguales)

es el fármaco de elección en la encefalitis herpética. El aciclovir intravenoso u oral es efi caz en la

profi laxis de infecciones herpéticas mucocutáneas y viscerales recurrentes en personas con trasplante

e inmunosupresión grave; además, previene (profi laxis) la enfermedad por citomegalovirus (CMV) en

algunos casos de trasplante (riñón y tal vez médula ósea) pero no en otros (hígado).

El aciclovir oral, en dosis de 400 mg tres veces al día durante siete a 10 días, es efi caz en infecciones

genitales primarias por herpes simple; las dosis de 800 mg tres veces al día durante dos días en el

herpes genital recurrente disminuyen la diseminación vírica y los síntomas. La terapéutica supresora

(400 mg dos veces al día) durante cuatro a seis meses reduce la frecuencia y gravedad de las lesiones

herpéticas genitales recurrentes. La incidencia del aciclovir en los síntomas o diseminación vírica del

herpes labial recurrente es mínima, y no suele suministrarse en esta enfermedad. Sin embargo, en

dosis de 400 mg dos veces al día es efi caz para prevenir el herpes labial recurrente en personas con

recaídas frecuentes y evitar recidivas inducidas por el sol.

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Otras indicaciones del aciclovir oral incluyen: 1) tratamiento de la queratitis herpética aguda y

anticipación de recurrencias; 2) prevención y tratamiento del panadizo herpético; 3) aceleración de la

cicatrización de herpes zoster en sujetos inmunocompetentes si se inicia en el transcurso de 48 h a

partir del inicio (800 mg cinco veces al día por siete días); 4) cicatrización más rápida del exantema

y disminución de los síntomas clínicos de la varicela primaria en adultos y niños cuando se instituye

en el transcurso de 24 h a partir del inicio del exantema y se continúa durante cinco a siete días;

5) tratamiento de la proctitis herpética (400 mg cinco veces al día por 10 días); 6) prevención de

infecciones por herpes simple y CMV en receptores de trasplantes (en dosis de 800 mg cuatro o cinco

veces al día); 7) prevención del eritema multiforme relacionado con herpes simple, y 8) profi laxis de

la varicela en contactos domiciliarios predispuestos.

El ungüento tópico de aciclovir al 5% suele acortar el periodo de dolor y eliminación vírica en las

lesiones orales mucocutáneas del herpes simple en pacientes con inmunosupresión, pero no en sujetos

con mala respuesta inmunitaria; en contraste, es posible que la crema de aciclovir o el ungüento de

penciclovir (véase más adelante la sección sobre famciclovir) disminuyan la duración del dolor y la

eliminación vírica alrededor de un día en estos últimos. El aciclovir oral es mucho más efi caz que el

tratamiento tópico.

La biodisponibilidad oral absoluta del aciclovir es de 10 a 30%. El famciclovir y valaciclovir (véase más

adelante) se absorben mucho mejor que el aciclovir oral y se administran con menos frecuencia. Es

necesario reducir la dosis en caso de nefropatía. Como la hemodiálisis atenúa en grado considerable

los valores séricos, debe administrarse la dosis diaria después de este procedimiento.

El aciclovir es relativamente atóxico. Con la administración intravenosa se ha descrito su precipitación

en los túbulos renales, lo cual se evita mejor al conservar hidratación y fl ujo urinario adecuados.

La toxicidad en el sistema nervioso central se manifi esta por confusión, agitación, temblores y

alucinaciones. Se ha descrito resistencia, por lo general en individuos con inmunosupresión que

recibieron múltiples cursos de tratamiento.

El famciclovir es un profármaco del penciclovir. Después de la administración oral su absorción

alcanza 75 a 80% y se desacetila en la pared intestinal al medicamento activo, penciclovir. Tal y como

se observa con el aciclovir, el penciclovir inhibe la replicación por interferencia con la polimerasa del

DNA vírico. Las cepas del virus del herpes simple y la varicela zoster resistentes al aciclovir también

lo son al famciclovir. Este último, en dosis de 500 mg tres veces al día por siete días, acelera la

cicatrización de lesiones en el herpes zoster agudo cuando se administra en el transcurso de 72 h

a partir del inicio del exantema. El famciclovir en dosis de 125 mg dos veces al día por cinco días

es efi caz en el tratamiento del herpes genital recurrente; las dosis de 500 mg dos veces al día son

efi caces para el tratamiento supresor por tiempo prolongado.

El valaciclovir es un profármaco del aciclovir con biodisponibilidad oral mucho mayor en comparación

con este último. Una vez que se absorbe, se convierte en aciclovir, pero con valores séricos tres a

cinco veces más altos que los obtenidos con éste. El valaciclovir en dosis de 1 g tres veces al día por

siete a 10 días es efi caz en el tratamiento de herpes zoster cuando se administra en el transcurso

de 72 h a partir del inicio del exantema, y un poco más efi caz que el aciclovir para aliviar el dolor

relacionado con este trastorno. Acorta el curso de los episodios iniciales del herpes genital (1 g dos

veces al día por siete a 10 días), puede utilizarse para el tratamiento de herpes genital recurrente

(500 mg dos veces al día por tres días) y es efi caz en la profi laxis del herpes genital recurrente

cuando se administra en dosis única diaria de 1 g. La profi laxis con valaciclovir (500 mg al día)

reduce la tasa de diseminación vírica y la transmisión de herpes en parejas monógamas discordantes.

En dosis de 2 g cuatro veces al día es más efi caz el valaciclovir que el placebo en la prevención de

infecciones por CMV en receptores de riñón seronegativos de donante seropositivo. El perfi l de efectos

secundarios del valaciclovir es comparable con el del aciclovir.

El foscarnet (fosfonoformato trisódico) es un análogo de pirofosfato que inhibe la polimerasa de DNA

de los virus del herpes humano (CMV, herpes simple, varicela zoster) y la transcriptasa inversa del

VIH. Se tolera menos que el aciclovir y ganciclovir y puede ser difícil administrarlo; en consecuencia,

su uso está limitado a individuos que no responden o no toleran estos últimos fármacos. Las cepas

de CMV resistentes al ganciclovir y las de herpes simple y varicela zoster resistentes al aciclovir

suelen ser sensibles al foscarnet. Este fármaco se ha utilizado para el tratamiento del herpes simple

mucocutáneo y lesiones cutáneas de la varicela resistentes al aciclovir en sujetos con sida que no

responden al aciclovir. Se absorbe mal por vía oral, de modo que es necesario administrarlo por vía

intravenosa. La vida media es de 3 a 5 h y se prolonga en caso de nefropatía. La dosis habitual de

inducción es de 60 mg/kg/dosis cada 8 h y la dosis de mantenimiento es de 120 mg/kg una vez al

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día. Es necesario ajustar la dosis incluso cuando existe un problema hepático mínimo (véase el inserto

del producto).

El foscarnet puede causar fl ebitis grave y muchas veces se requiere acceso intravenoso central,

a menos que se diluya lo sufi ciente. Su principal efecto tóxico es la nefrotoxicidad, que depende

de la dosis y es reversible. La hidratación previa con 2.5 L de solución salina al 0.9% reduce

esta complicación. El foscarnet une cationes divalentes y es posible que ocurran hipocalciemia

con neuropatía periférica, convulsiones y arritmias, hipomagnesiemia e hipofosfatemia. Durante el

tratamiento es necesario vigilar los electrólitos y la función renal. Otros efectos secundarios comunes

son anemia (20 a 50%) y náusea y vómito (20 a 30%).

El cidofovir es un análogo nucleótido activo contra todos los virus del herpes y poxvirus humanos.

Tiene una vida media farmacocinética intracelular prolongada que permite administrarlo cada una a

dos semanas. Las cepas de CMV, así como de virus de herpes simple y herpes zoster resistentes al

ganciclovir o aciclovir suelen ser sensibles al cidofovir.

Sin embargo, la resistencia cruzada menos probable se observa entre foscarnet y cidofovir. Este último

retrasa la progresión de retinitis por CMV en la enfermedad recién diagnosticada (5 mg/kg semanales

durante dos semanas, seguidos de 3 a 5 mg/kg cada tercera semana como mantenimiento), y es un

tratamiento efi caz en la enfermedad recidivante o individuos que no toleran el régimen terapéutico

tradicional (5 mg/kg cada tercer día). El fármaco no es efi caz (o sólo en grado marginal) en el

tratamiento de la leucoencefalopatía multifocal progresiva relacionada con sida. El cidofovir se vincula

con alta incidencia de nefrotoxicidad, en ocasiones grave. Para evitar esta complicación, con cada dosis

se administran probenecid y solución salina intravenosa. Otra complicación publicada es la toxicidad

ocular, incluidas uveítis e iritis.

El aerosol de ribavirina se utiliza en el tratamiento de infecciones por virus sincitial respiratorio en

pacientes con trasplante de médula ósea. No se sabe si la adición de globulina inmunitaria proporciona

algún benefi cio añadido. La ribavirina intravenosa (disponible sólo para uso compasivo) suele reducir

de manera notoria la tasa de mortalidad en la fi ebre de Lassa y se ha utilizado para tratar la

neumonía por hantavirus. Sin embargo, el benefi cio en infecciones por hantavirus es menor. Si bien

en algunos pacientes se emplea en el tratamiento del síndrome respiratorio agudo grave (SARS),

son discutibles su valor y tolerancia. Durante el brote de SARS en Toronto, el uso de ribavirina en

dosis altas se vinculó con índices elevados de anemia, hipomagnesiemia y bradicardia. Este fármaco

es teratógeno en animales y las mujeres embarazadas no deben cuidar a pacientes que reciben el

aerosol. La ribavirina oral se administra en combinación con interferón en el tratamiento de infecciones

crónicas por hepatitis C (cap. 16). Se ha encontrado que la combinación es superior a la monoterapia

con interferón.

El ganciclovir es un análogo del aciclovir con actividad antivírica amplia que incluye a CMV. Este

fármaco es efi caz en el tratamiento de retinitis por CMV en sujetos con sida, pero una vez que se

suspende el régimen farmacológico, el índice de recaídas es alto, a menos que los pacientes reciban

de manera simultánea HAART. Los grados altos de resistencia al ganciclovir han disminuido desde

la institución del HAART, quizá por el perfeccionamiento de los tratamientos antirretrovíricos. Se ha

sugerido que la adición de globulina inmunitaria intravenosa o globulina CMV inmunitaria al ganciclovir

puede mejorar los resultados fi nales vinculados con la neumonitis por CMV. El ganciclovir se emplea en

pacientes con trasplantes de órganos sólidos y células primordiales para tratamiento y prevención de

infecciones. Sin embargo, no hay una opinión uniforme sobre la duración de la terapéutica o la vía de

administración. Antes de disponerse de la presentación oral del valganciclovir (véase más adelante),

que proporciona valores séricos equivalentes a los que se obtienen con el fármaco intravenoso, el

ganciclovir se administraba por vía IV en el periodo inmediato posterior al trasplante, durante una

a dos semanas. Según fueran el tipo de trasplante (los pacientes sometidos a trasplante de médula

ósea tienen riesgo mayor de infección por CMV que los individuos con trasplante de órgano sólido) y

el estado serológico del donante y el receptor (los receptores seronegativos que reciben trasplantes de

donantes seropositivos tienen riesgo mayor de adquirir la enfermedad), se utilizaban hasta hace poco

tiempo varios medicamentos antivíricos para prevenir infecciones. En consecuencia, se suministraban

aciclovir, valaciclovir, ganciclovir y valganciclovir para prevenir CMV en sujetos sometidos a trasplante

de células primordiales. Con la disponibilidad del valganciclovir oral, se instituye profi laxis con este

fármaco en muchos pacientes trasplantados (en especial los que tienen riesgo más alto de infección

por CMV). Además, como las pruebas para detectar infección temprana por CMV son muy sensibles,

la conducta de prevención ha variado de profi laxis universal a tratamiento preventivo. En muchas

instituciones se selecciona con regularidad a los pacientes de alto riesgo para DNA de CMV en sangre

mediante la detección de antígeno o reacción en cadena de la polimerasa. Cuando el resultado es

positivo se debe instituir tratamiento preventivo con ganciclovir intravenoso o valganciclovir oral.

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Su principal efecto adverso es la neutropenia, que es reversible pero en ocasiones requiere

la administración de factores estimulantes de colonias. Otros efectos menos frecuentes son

trombocitopenia, náusea, eritema y fl ebitis.

El ganciclovir oral ya no se emplea por su baja biodisponibilidad; se ha remplazado con

valganciclovir, un producto de la esterifi cación del ganciclovir que se absorbe mucho mejor. La

administración de 900 mg orales de valganciclovir proporciona valores séricos de ganciclovir iguales

a los que se obtienen con una dosis intravenosa de 5 mg/kg de este último. En la retinitis por CMV

en pacientes con sida, el fármaco es tan efi caz como el tratamiento intravenoso. El valganciclovir se

administra ampliamente como profi laxis en los pacientes sometidos a trasplante; sin embargo, es

inferior al ganciclovir oral en la prevención de la infección por CMV después de un trasplante hepático.

Por lo tanto, no ha recibido aprobación para esta indicación.

La lamivudina (3TC) es un análogo nucleósido antivírico oral con buena tolerancia; se utiliza en el

tratamiento de la infección por VIH y es efi caz en la hepatitis B. El tratamiento con dosis única diaria

(100 mg) mejora los resultados clínicos, serológicos e histológicos casi en la mitad de los individuos.

Aunque la lamivudina es útil, es común que se desarrolle resistencia con el tratamiento prolongado.

La terapéutica posterior a trasplante hepático se relaciona con disminución del riesgo de reinfección

por hepatitis B. A diferencia de la combinación de ribavirina e interferón, la lamivudina no mejora el

resultado fi nal de la monoterapia con este último.

El adefovir es un fármaco antivírico con actividad contra la hepatitis B. Es igual de efi caz en cepas

sensibles y resistentes a lamivudina. Pese a que las dosis más altas que se utilizaban en el pasado

reciente se acompañaban de nefrotoxicidad considerable, esta complicación es rara con las dosis más

bajas (10 mg/día) empleadas para el tratamiento de la hepatitis B. En 25 a 35% de los sujetos se

observan incrementos notables en las pruebas de función hepática relacionados con la suspensión del

adefovir, tal vez secundarios al rebote de la replicación vírica. El fármaco se elimina sobre todo por el

riñón.

El entecavir es un análogo de nucleósido con actividad selectiva contra el virus de la hepatitis B

(HBV), ya sean cepas sensibles o resistentes a lamivudina. En individuos con hepatitis B crónica que

empiezan el tratamiento por primera vez (personas sin nucleósidos previos), la dosis recomendada

es una tableta de 0.5 mg una vez al día con el estómago vacío; en pacientes infectados con cepas

resistentes a lamivudina, se indica una sola tableta de 1 mg al día. Aunque el entecavir es útil contra

cepas resistentes a lamivudina, se ha observado resistencia cruzada entre los análogos de nucleósidos

para HBV. En los ensayos celulares, el entecavir produjo inhibición de la replicación ocho a 30 veces

menor en cepas de HBV con mutaciones de resistencia a lamivudina, en comparación con las cepas

nativas. Los efectos secundarios son similares a los de otros fármacos para hepatitis B; incluyen

exacerbación aguda y grave de la enfermedad después de suspender el fármaco, así como cefalea,

dolor abdominal, diarrea, fatiga y mareo.

La telbivudina, un fármaco aprobado en fecha reciente, también tiene actividad contra aislados

sensibles y resistentes a lamivudina, y los estudios comparativos demuestran una clara superioridad

sobre la lamivudina. Estas ventajas incluyen supresión vírica y normalización de la ALT. La combinación

terapéutica de telbivudina y lamivudina no ofrece ventajas sobre la monoterapia con la primera. Se

absorbe bien después de la administración oral y el alimento no tiene efectos sobre la biodisponibilidad.

La telbivudina se administra una vez al día y en los pacientes con nefropatía moderada a grave se

debe adecuar la dosis. El perfi l de efectos secundarios es comparable al observado con otros análogos

de los nucleósidos.

Se han preparado interferones humanos a partir de linfocitos estimulados, mediante la tecnología de

DNA recombinante. Estos fármacos tienen propiedades antivíricas, antitumorales e inmunorreguladoras.

Sus indicaciones más comunes incluyen el tratamiento de hepatitis crónica por virus de las hepatitis B,

C y D (cap. 16). Un preparado de interferón de acción prolongada, el peginterferón, en combinación

con ribavirina oral, es superior al interferón convencional en el tratamiento de la hepatitis C. Es común

la recaída de la enfermedad subyacente después de suspender el medicamento, pero suele responder

a la reinstitución de la farmacoterapia. Son comunes los efectos secundarios, que incluyen una

enfermedad parecida a la gripe con fi ebre, escalofrío, náusea, vómito, cefalea, artralgias y mialgias.

También se observa supresión de la médula ósea, en particular con dosis altas. Si se toma en cuenta

la mala tolerancia al interferón, sólo una minoría de los pacientes infectados con hepatitis C es apta

para el tratamiento.

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