Download - Abbagnano Historia Filosofia Tomo 1 Parte Segunda Filosofia Patristica

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  • NICOLS ABBAGNANO

    HISTORIA DE LA

    FILOSOFAVolumen 1

    Filosofa antigua - Filosofa patrstica - Filosofa escolstica

    Traduccin de JUAN ESTELRICHy

    J. PREZ BALLESTAR

    HORA, S.A.BARCELONA

    L i b e r a l o s L i b r o s

  • Versin espaola de la ltima edicin italiana de laSTORIA DELLA FILOSOFA, de Nicols Abbagnano,publicado por UTET (Unione ipografico-EditriceTorinese).

    La Edicin, 1956. Montaner y Simn Reimpresin, 1962. Montaner y Simn Reimpresin, 1968.Montaner y Simn 2.a Edicin ampliada, 1975. Montaner y Simn Reimpresin, 1978. Montaner ySimn 3.a Edicin, 1982. Hora, S.A. Reimpresin, 1985. Hora, S.A. Reimpresin, 1990. Hora, S.A.4.a Edicin, 1994. Hora, S.A.

    Esta obra ha sido impresa sobre papel reciclado.

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    1994, Hora, S.A.Castellnou, 37 - 08017 Barcelona

    Depsito legal: B-24.676-1994 ISBN: 84-85950-06-2(obra completa). ISBN: 84-85950-03-8 (volumen 1).

    Impresin: Tesys, S.A.Manso 15-17 - 08015 BarcelonaImpreso en Espaa - Printed in Spain

  • PARTE SEGUNDA

    FILOSOFA PATRSTICA

  • PARTE SEGUNDA

    FILOSOFA PATRSTICA

    Captulo I. El Cristianismo y la filosofa ........................................ 225

    128. La filosofa griega y la tradicin cristiana ........................ 225129. Los Evangelios sinpticos ................................................. 226130. Las cartas de San Pablo ................................................... 227131. El IV Evangelio................................................................. 229132. La filosofa cristiana ........................................................ 230

    Bibliografa ...................................................................... 230

    Captulo II. La Patrstica de los dos primeros siglos.............................. 232

    133. Caracteres de la Patrstica ................................................ 232134. Los Padres apologetas....................................................... 233135. Justino.............................................................................. 23 3136. Otros Padres apologetas.................................................... 23 5137. La gnosis .......................................................................... 236138. La polmica contra la gnosis ............................................. 239139. Tertuliano................................................................ ........ 241140. Tertuliano: sus doctrinas .................................................. 243141. Apologetas latinos ............................................................ 245

    Bibliografa ............................................................. ....... 249

    Captulo I II . La filosofa patrstica en los siglos III y IV ................. 251

    142. Caracteres del perodo ..................................................... 251143. Clemente de Alejandra ................................................... 251144. Orgenes: vida y escritos .................................................. 253145. Orgenes: fe y gnosis ........................................................ 254146. Orgenes: Dios y el mundo .............................................. 255147. Orgenes: el destino del hombre ....................................... 258148. Seguidores y adversarios de Orgenes ................................ 259149. Basilio el Grande .............................................................. 262150. Gregorio Nazianceno ........................................................ 263151. Gregorio de Nisa: la teologa ............................................ 264152. Gregorio de Nisa: el mundo y el hombre........................... 266153. Gregorio de Nisa: la apocatstasis ..................................... 267154. Otros Padres orientales del siglo IV................................... 269155. Padres latinos del siglo IV ................................................ 270

    Bibliografa...................................................................... 271

  • Captulo IV.- San Agustn.............................................................. 273

    156. Figura histrica................................................................. 273157. Vida................................................................................. 274158. Obras............................................................................... 275159. Caracteres de la investigacin agustiniana.......................... 277160. El fin de la investigacin: Dios y el alma ........................... 277161. La bsqueda de Dios ........................................................ 279162. El hombre........................................................................ 280163. El problema de la creacin y del tiempo .......................... 282164. La polmica contra el maniquesmo.................................. 283165. La polmica contra el donatismo ...................................... 284166. La polmica contra el pelagianismo ................................... 285167. La ciudad de Dios............................................................. 286

    Bibliografa................................................................................. 287

    Captulo V.- La ltima Patrstica....................................................... 289

    168. Decadencia de la Patrstica ............................................................. ..289169. Escritores griegos ....................................................................................289170. Seudo Dionisio el Areopagita .................................................................291171. Mximo el Confesor. Juan Damasceno ..................................................293172. Escritores latinos .....................................................................................294Bibliografa .......................................................................................................299

  • CAPITULO I

    EL CRISTIANISMO Y LA FILOSOFA

    128. LA FILOSOFA GRIEGA Y LA TRADICIN CRISTIANA

    Grecia fue verdaderamente la cuna de la filosofa. Por primera vez, en elmundo occidental, entendi y realiz la filosofa como investigacin: comoinvestigacin autnoma, que recibe slo de s misma el fundamento y la ley de sudesarrollo. La filosofa griega demostr que la filosofa no puede ser otra cosa queinvestigacin, y esta no puede ser ms que libertad. La libertad implica que ladisciplina, el punto de partida, el fin y el mtodo de la investigacin seanjustificados y hallados por la misma investigacin, y no aceptadosindependientemente de ella.

    El predominio del cristianismo en el mundo occidental determin una nuevaorientacin de la filosofa. Toda religin supone un conjunto de creencias, que noson el fruto de una investigacin, pues consisten en la aceptacin de unarevelacin. La religin es la adhesin a una verdad que el hombre acepta en virtudde un testimonio superior. Tal es, en efecto, el cristianismo. A los fariseos que ledecan: "T das testimonio de ti mismo, por tanto, tu testimonio no es verdadero",Jess respondi: "Yo no estoy solo, sino que somos yo y Aqul que me envi" (S.Juan, VIII, 13, 16), fundando as el valor de su enseanza en el testimonio delPadre. La religin parece por esto excluir en su mismo principio la investigacin yconsistir precisamente en lo contrario, en la aceptacin de una verdad testificadadesde lo alto, independiente de cualquier investigacin. Con todo, apenas elhombre se pregunta por el significado de la verdad revelada y quiere saber por qucamino puede verdaderamente comprenderla y hacerla carne de su propia carne ysangre de su misma sangre, renace la exigencia de la investigacin. Reconocida laverdad en su valor absoluto, tal como es revelada por una potencia superior, quedadeterminada inmediatamente la exigencia, para cada hombre individual, deacercarse a ella y comprenderla en su autntico significado, para vivirverdaderamente con ella y de ella. A esta exigencia solo puede satisfacerla lainvestigacin filosfica. La investigacin renace, pues, de la misma religiosidad,por la necesidad del hombre religioso de acercarse lo ms posible a la verdadrevelada. Renace con un fin especfico, impuesto por la naturaleza de tal verdad ypor las posibilidades que la misma puede ofrecer a su comprensin efectiva porparte del hombre; pero renace con todos los caracteres que son propios de sunaturaleza y con tanta mayor fuerza cuanto mayor es el valor que se atribuye a laverdad en que se cree y que se quiere hacer propia.

  • 226 FILOSOFA PATRSTICA

    De la religin cristiana ha nacido as la filosofa cristiana, la cual ha emprendido latarea de llevar al hombre a la comprensin de la verdad revelada por Cristo, de maneraque pueda verdaderamente realizar el significado autntico de la misma. Los instrumentosindispensables para esta tarea los hall la filosofa cristiana ya dispuestos por la filosofagriega. Las doctrinas del ltimo perodo, preferentemente religioso, de la especulacinhelnica se prestaban a expresar de una manera accesible al hombre el significado de larevelacin cristiana; y a tal fin fueron, en efecto, utilizados de la manera ms amplia.

    129. LOS EVANGELIOS SINPTICOS

    La predicacin de Cristo se enlaza, por un lado, con la tradicin hebraica y, por otro, larenueva profundamente. La tradicin hebraica enseaba la creencia en un Dios nico,espritu puro y garantizador del orden moral en el mundo de los hombres; un Dios que haescogido como pueblo suyo el hebreo, al que ayuda en las dificultades y castigainexorablemente en sus aberraciones religiosas y en sus faltas morales. La ltimatradicin hebraica, la de los profetas, anunciaba, despus de un perodo de desgracias ycastigos tremendos, la renovacin del pueblo hebreo y su resurgimiento hasta unapotencia material y moral, que hara de l el instrumento directo de Dios para su dominiodel mundo.

    Al anuncio de esta renovacin, que deba verificarse por medio de la obra de un Mesasdirectamente elegido por Dios, se refiere la predicacin de Cristo. Pero tal predicacinampla inmediatamente el horizonte del anuncio proftico, extendindolo del puebloelegido a todos los pueblos de la Tierra, a todos los hombres " de buena voluntad",cualquiera que sea su raza, su cultura y su posicin social. Al mismo tiempo, quita a laanunciada restauracin todo carcter temporal y poltico y hace de ella una purarenovacin espiritual que debe realizarse en el interior de las conciencias.

    El reino de Dios anunciado por Jess, no exige un cambio poltico: "Dad al Csar loque es del Csar y a Dios lo que es de Dios" (S. Mateo, 22, 21; San Lucas, 20, 25). Es msbien una realidad invisible e interior al hombre: "No se podr decir 'aqu est, o all est',porque, en verdad, el reino de Dios esta dentro de vosotros" (San Lucas, 17, 21). "Essemejante al grano de mostaza, que es el ms pequeo de todos los granos y llega ahacerse un rbol grande; es semejante a la levadura que se esparce por la harina y la hacefermentar toda" (San Mateo, 13, 31 sigs.; S. Marcos, 4, 30 sigs.; S. Lucas, 13, 18 y sigs.);es, por tanto, una vida espiritual que se desarrolla y, se esparce gradualmente en loshombres. El reino de Dios exige el abandono radical por parte del hombre de todos losintereses mundanos. Jess afirma explcitamente que no ha venido a traer la paz, sino laespada (S. Mateo, 10, 34); la aceptacin de su mensaje significa la ruptura definitiva contodos los lazos terrenos y el dirigirse totalmente a Dios. Por esto dice: "El que hallare sualma la perder, y el que la perdiere por m la encontrar" (Ibid., 39). Qu cosa supongapara el hombre esta ruptura total con el mundo y consigo mismo, este total dirigirse aDios, Jess lo ha dicho en el Sermn de la Montaa. El reino de los cielos es para lospobres de espritu, para los que

  • EL CRISTIANISMO Y LA FILOSOFA 227

    sufren, para los mansos, para los que desean la justicia, para los perseguidos.Impone al hombre el amor. A la ley del viejo Testamento: "Ojo por ojo, diente pordiente", Jess impone la nueva ley cristiana: "Amad a vuestros enemigos y rogadpor los que os persiguen, para que seis hijos de vuestro Padre que est en loscielos, que hace brillar el sol sobre los malos y sobre los buenos y hace lloversobre justos e injustos. Ya que, si amis solamente a los que os aman, qu mritotenis? No hacen tambin esto los publicanos? (1). Y si queris slo a vuestroshermanos, qu hacis de extraordinario? Acaso no lo hacen los paganos? Sed,pues, perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial" (S. Mat., 5, 44-48).

    En la predicacin de Jess, Dios, ms que el Seor, es el Padre de los hombres;ms que administrador de aquella justicia inflexible y vengativa que le atribuyenlos judos, es fuente inagotable de amor, que manda a todos el amor como deberprimero y fundamental. La comunidad humana que deber salir de la predicacinde Cristo, ser, pues, una comunidad fundada en el amor. La relacin misma entreel hombre y Dios, debe ser esencialmente una relacin de amor. El hombre debeabandonarse a la providencia de su Padre celestial: "Buscad primero el reino deDios y su justicia, y todo lo dems se os dar por aadidura" (S. Mat., 6, 33). Peroeste abandono no debe ser una espera inerte. "Vigilad, dice Jess, porque no sabisqu da vuestro Seor vendr" (S. Mat., 24, 42). Esperar el reino de Dios significaprepararse incesantemente para l. Nada se concede sin esfuerzo: "Pedid y se osdar; buscad y hallaris; llamad y se os abrir" (S. Luc., 11, 9). Toda la enseanzade Jess est dirigida a comunicar la exigencia de esta espera activa y preparatoria,de esta bsqueda sin la cual no es posible hacerse dignos del reino de Dios. Poresto se dirige con preferencia a los humildes y a los que sufren ("Yo he sidoenviado slo para las ovejas descarriadas de la casa de Israel" [S. Mat., 15, 24]),mientras juzga que su llamada suena en vano para los que estn satisfechos de smismos y no tienen nada que pedir a la vida: "Es ms fcil que un camello pase porel ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios" (S. Mat., 19, 24). Slo deldolor, de la inquietud y de la necesidad nacen en el hombre la aspiracin a lajusticia, a la paz y al amor, que lleva al reino de Dios.

    130. LAS "CARTAS" DE SAN PABLO

    Las Cartas de S. Pablo, escritas circunstancialmente a diversas comunidadescristianas contienen, adems de referencias a la doctrina fundamental de Cristo,avisos, consejos, prescripciones rituales. Pero tambin incluyen las basesconceptuales de la nueva religin, que deban servir en los siglos siguientes, comopuntos constantes de referencia de las disputas teolgicas y de las interpretacionesfilosficas. Estas bases o principios conceptuales pueden resumirse de la manerasiguiente:

    1. La cognoscibilidad natural de Dios y, por ende, la reduccin a culpa de laignorancia o desconocimiento del mismo. En efecto, Dios es cognoscible a travsde sus obras, en las que l mismo

    (1) Publicanos (telonai) eran los recaudadores de los impuestos pblicos, genteodiosa y apegada al dinero.

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    se ha revelado y en ellas aparecen de modo evidente su poder y su gloria (Rom., I, 18-25).2. La doctrina del pecado original y de la redencin mediante la fe en Cristo. "As como

    por un hombre entr el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, as tambin la muertepaso a todos los hombres porque todos pecaron" (Rom., V, 12). La redencin del pecado seopera mediante la te en Cristo. "Dios es justo y justifica a quien tiene fe en Jess. Dnde hay,pues, razn para ufanarse? Ha sido excluida. Por medio de qu ley? Tal vez la de las obras?No, sino por medio de la ley de la fe. Pues afirmamos que el hombre es justificado por la fesin obras de la ley" (Rom., III, 26-28).

    3. l concepto de la gracia como accin salvadora de Dios por medio de la fe. "No comofue la transgresin. Pues si por la transgresin de uno solo murieron todos, mucho mssobreabund la gracia de Dios y el don gratuito de la gracia de un solo hombre:Jesucristo"(Rom., V, 15, 16).

    4. El contraste entre la vida segn la carne y la vida segn el espritu: "Si vivs segn lacarne, moriris; mas si con el espritu mortificis las obras del cuerpo, viviris. Porque todoslos que siguen el espritu de Dios, son hijos suyos" (Rom., VIII, 13, 14).

    5. La identificacin del reino de Dios con la vida y el espritu de la comunidad de losfieles, o sea, con la Iglesia. Segn S. Pablo, la Iglesia es el cuerpo de Cristo, cuyos distintosmiembros son los cristianos, pero armonizados y concordes (Rom., XII, 5 y sigs.).

    En la comunidad cristiana hay sitio para las ms diversas tareas, conspirando todas a launidad del conjunto, pero cada uno debe elegir aquella para la cual ha sido llamado. En lascartas paulinas domina el concepto de la vocacin () mediante el cual la gracia ()divina opera en cada uno llamndolo al don o entrega o a la funcin carismtica que es msconforme con su naturaleza. "Cada uno permanezca en la vocacin a que ha sido llamado"(Cor., I, 7, 20). "Hay diversidad de carismas, pero el Espritu es uno solo; hay diversidad deservicios, pero el Seor es uno solo; hay diversidad de operaciones, pero uno mismo es Diosque opera todo en todos. El Espritu se manifiesta en cada uno del modo ms til" (Cor., 1, 12,4-7). Y as a uno se le ha concedido la sabidura, a otro la ciencia, a otro la fe, a otro el don dela profeca, pero todos son como los miembros de un solo cuerpo que es el propio cuerpo deCristo, la comunidad de los cristianos (Cor., 12 y sigs.). Pero esta misma diversidad defunciones en la comunidad hace necesaria la armona espiritual de sus miembros, armona queslo est garantizada por el amor (agaph = charitas). El amor es la condicin de toda vidacristiana. Todos los dems dones del espritu, la profeca, la ciencia, la fe, son nada sin elamor. "La caridad lo soporta todo, tiene fe en todo, lo espera todo, sostiene todo... Quedanestas tres cosas: la fe, la esperanza, la caridad; pero la mayor de todas es la caridad" (Cor., I,13, 7, 13). Esta acentuacin del valor de la caridad y el puesto central que el concepto devocacin ocupa en las cartas paulinas demuestran con toda evidencia que el cristianismo havenido a ser una comunidad histrica, cuya vida consiste en tratar de comprender laenseanza y la persona de Cristo y realizar su significado.

  • EL CRISTIANISMO Y LA FILOSOFA 229

    131. EL IV EVANGELIO

    En los evangelios sinpticos la predicacin de Cristo aparece ya estrechamenteligada a la persona de Cristo. Cristo ha dado testimonio de la verdad de suenseanza con la apelacin a su Padre celestial, que le ha enviado entre loshombres, con los milagros que ha obrado, y, sobre todo, con su resurreccin. ElEvangelio de San Juan est dominado, ms que los sinpticos, por la figura deJess, y presenta por vez primera la tentativa de entender filosficamente la figuradel Maestro y el principio de su enseanza. El prlogo del IV Evangelio ve enJess al Logos o Verbo divino. "En el principio exista el Logos y el Logos estabajunto a Dios y el Logos era Dios. En el principio l estaba en Dios. Todo ha sidocreado a travs de l y sin l ninguna cosa ha sido creada de las creadas. En lestaba la vida y la vida era la luz. de los hombres. Y la luz apareci en las tinieblasy las tinieblas no la recibieron" (S. Juan, 1, 1-5). En estas palabras de San Juan sedetermina por vez primera la naturaleza de Cristo por el concepto del Logos, queya haba entrado en la tradicin hebraica con el libro de la Sabidura ( 119). AlLogos se atribuye la funcin de mediador entre Dios y el mundo, en cuanto se diceque todo ha sido creado a travs de l. Es reconocida su directa filiacin yderivacin del Padre (9, 35; 16, 28) y se le atribuye claramente el papel desalvador de todos los hombres. "Yo no ruego por stos (los discpulos), sino portodos aquellos que por su palabra creern en m, para que todos sean una sola cosa,como t, oh Padre, ests en m, y yo en ti, para que ellos estn en nosotros y todoel mundo crea que t me enviaste" (17, 20-21).

    En el IV Evangelio la oposicin entre los lazos terrenos y el reino de Diosqueda expresada como la oposicin entre la vida segn la carne y la vida segn elespritu, y es presentada como la alternativa crucial del hombre. La vida, segn elespritu, es una. nueva vida que supone un nuevo nacimiento. "En verdad, enverdad os digo que si uno no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.Nicodemo le dijo: Cmo puede nacer un hombre ya viejo? Puede l entrar porsegunda vez en el seno de su madre y volver a nacer? Jess le respondi: Enverdad, en verdad te digo, que si uno no nace del agua y del espritu no puedeentrar en el reino de Dios. Lo que ha nacido de la carne es carne, y lo que hanacido del espritu, es espritu. No te asombres si te digo: es menester que nazcisde nuevo. El viento sopla donde quiere, t oyes su sonido, pero no sabes de dndeviene ni adonde va; as es todo lo que nace del espritu" (3, 3-8). Este renacimientoen el espritu () es el nacimiento a la verdadera vida. "El espritu es lo quevivifica, la carne no vale nada; las palabras que yo os he dicho son espritu y vida"(6, 63). La vida espiritual supone un nuevo criterio de juicio, por esto Jess dice alos fariseos: "Vosotros juzgis segn la carne; pero yo no juzgo a nadie. Y sijuzgo, mi juicio es verdadero, porque yo no estoy solo, sino que estamos yo yAquel que me ha enviado" (8, 15-16).

    El Evangelio de San Juan ha formulado en trminos rigurosos la alternativa enque la obra y la persona de Cristo ponan a los hombres.

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    se ha revelado y en ellas aparecen de modo evidente su poder su gloria (Rom., I, 18-25).2 La doctrina del pecado original y de la redencin mediante la fe en Cristo. "As como

    por un hombre entr el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, as tambin la muertepaso a todos los hombres porque todos pecaron" (Rom., V, 12). La redencin del pecado seopera mediante la fe en Cristo. "Dios es justo y justifica a quien tiene fe en Jess. Dnde hay,pues, razn para ufanarse? Ha sido excluida. Por medio de qu ley? Tal vez la de las obras?No, sino por medio de la ley de la te. Pues afirmamos que el hombre es justificado por la fesin obras de la ley" (Rom., III, 26-28).

    3. El concepto de la gracia como accin salvadora de Dios por medio de la fe. "No comofue la transgresin. Pues si por la transgresin de uno solo murieron todos, mucho mssobreabund la gracia de Dios y el don gratuito de la gracia de un solo hombre: Jesucristo"(Rom., V, 15, 16).

    4. El contraste entre la vida segn la carne y la vida segn el espritu: "Si vivs segn lacarne, moriris; mas si con el espritu mortificis las obras del cuerpo, viviris. Porque todoslos que siguen el espritu de Dios, son hijos suyos" (Rom., VIII, 13, 14).

    5. La identificacin del reino de Dios con la vida y el espritu de la comunidad de losfieles, o sea, con la Iglesia. Segn S. Pablo, 1a Iglesia es el cuerpo de Cristo, cuyos distintosmiembros son los cristianos, pero armonizados y concordes (Rom., XII, 5 y sigs.).

    En la comunidad cristiana hay sitio para las ms diversas tareas, conspirando todas a launidad del conjunto, pero cada uno debe elegir aquella para la cual ha sido llamado. En lascartas paulinas domina el concepto de la vocacin () mediante el cual la gracia ()divina opera en cada uno llamndolo al don o entrega o a la funcin carismtica que es msconforme con su naturaleza. "Cada uno permanezca en la vocacin a que ha sido llamado"(Cor., I, 7, 20). "Hay diversidad de carismas, pero el Espritu es uno solo; hay diversidad deservicios, pero el Seor es uno solo; hay diversidad de operaciones, pero uno mismo es Diosque opera todo en todos. El Espritu se manifiesta en cada uno del modo ms til" (Cor., I, 12,4-7). Y as a uno se le ha concedido la sabidura, a otro la ciencia, a otro la fe, a otro el don dela profeca, pero todos son como los miembros de un solo cuerpo que es el propio cuerpo deCristo, la comunidad de los cristianos (Cor., 12 y sigs.). Pero esta misma diversidad defunciones en la comunidad hace necesaria la armona espiritual de sus miembros, armona queslo est garantizada por el amor (agaph = charitas). El amor es la condicin de toda vidacristiana. Todos los dems dones del espritu, la profeca, la ciencia, la fe, son nada sin elamor. "La caridad lo soporta todo, tiene fe en todo, lo espera todo, sostiene todo... Quedanestas tres cosas: la fe, la esperanza, la caridad; pero la mayor de todas es la caridad" (Cor., I,13, 7, 13). Esta acentuacin del valor de la caridad y el puesto central que el concepto devocacin ocupa en las cartas paulinas demuestran con toda evidencia que el cristianismo havenido a ser una comunidad histrica, cuya vida consiste en tratar de comprender laenseanza y la persona de Cristo y realizar su significado.

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    131. EL IV EVANGELIO

    En los evangelios sinpticos la predicacin de Cristo aparece ya estrechamenteligada a la persona de Cristo. Cristo ha dado testimonio de la verdad de suenseanza con la apelacin a su Padre celestial, que le ha enviado entre loshombres, con los milagros que ha obrado, y, sobre todo, con su resurreccin. ElEvangelio de San Juan est dominado, ms que los sinpticos, por la figura deJess, y presenta por vez primera la tentativa de entender filosficamente la figuradel Maestro y el principio de su enseanza. E! prlogo del IV Evangelio ve enJess al Logos o Verbo divino. "En el principio exista el Logos y el Logos estabajunto a Dios y el Logos era Dios. En el principio l estaba en Dios. Todo ha sidocreado a travs de l y sin l ninguna cosa ha sido creada de las creadas. En lestaba la vida y la vida era la luz de los hombres. Y la luz apareci en las tinieblasy las tinieblas no la recibieron" (S. Juan, 1, 1-5). En estas palabras de San Juan sedetermina por vez primera la naturaleza de Cristo por el concepto del Logos, queya haba entrado en la tradicin hebraica con el libro de la Sabidura ( 119). AlLogos se atribuye la funcin de mediador entre Dios y el mundo, en cuanto sedice que todo ha sido creado a travs de l. Es reconocida su directa filiacin yderivacin del Padre (9, 35; 16, 28) y se le atribuye claramente el papel desalvador de todos los hombres. "Yo no ruego por stos (los discpulos), sino portodos aquellos que por su palabra creern en m, para que todos sean una solacosa, como t, oh Padre, ests en m, y yo en ti, para que ellos estn en nosotros ytodo el mundo crea que t me enviaste" (17, 20-21).

    En el IV Evangelio la oposicin entre los lazos terrenos y el reino de Diosqueda expresada como la oposicin entre la vida segn la carne y la vida segn elespritu, y es presentada como la alternativa crucial del hombre. La vida, segn elespritu, es una. nueva vida que supone un nuevo nacimiento. "En verdad, enverdad os digo que si uno no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.Nicodemo le dijo: Cmo puede nacer un hombre ya viejo? Puede l entrar porsegunda vez en el seno de su madre y volver a nacer? Jess le respondi: Enverdad, en verdad te digo, que si uno no nace del agua y del espritu no puedeentrar en el reino de Dios. Lo que ha nacido de la carne es carne, y lo que hanacido del espritu, es espritu. No te asombres si te digo: es menester que nazcisde nuevo. El viento sopla donde quiere, t oyes su sonido, pero no sabes de dndeviene ni adonde va; as es todo lo que nace del espritu" (3, 3-8). Este renacimientoen el espritu () es el nacimiento a la verdadera vida. "El espritu es lo quevivifica, la carne no vale nada; las palabras que yo os he dicho son espritu y vida"(6, 63). La vida espiritual supone un nuevo criterio de juicio, por esto Jess dice alos fariseos: "Vosotros juzgis segn la carne; pero yo no juzgo a nadie. Y sijuzgo, mi juicio es verdadero, porque yo no estoy solo, sino que estamos yo yAquel que me ha enviado" (8, 15-16).

    El Evangelio de San Juan ha formulado en trminos rigurosos la alternativa enque la obra y la persona de Cristo ponan a los hombres.

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    132. LA FILOSOFA CRISTIANA

    La tarea de entender y realizar el mensaje de Cristo continu siendo la de la comunidadcristiana en los siglos siguientes. La vida histrica de la Iglesia es el intento continuado deacercar a los hombres al significado esencial del mensaje cristiano, reunindolos en unacomunidad universal (catolicismo), en la cual el valor de cada hombre se fundanicamente en su capacidad de vivir en conformidad con el ejemplo de Cristo. Pero lacondicin fundamental de este acercamiento es la posibilidad de comprender elsignificado de aquel mensaje; y tal tarea es propia de la filosofa. La filosofa cristiana nopuede tener el fin de descubrir nuevas verdades y ni siquiera el de profundizar ydesarrollar la verdad primitiva del cristianismo, sino solamente el de encontrar el caminomejor, por el cual los hombres puedan llegar a comprender y hacer propia la revelacincristiana. Todo lo que era necesario para levantar al hombre del pecado y para salvarle, hasido enseado por Cristo y sellado con su martirio. Al hombre no le es dado descubrir sinfatiga el significado esencial de la revelacin cristiana, ni puede descubrirlo por s solo,findose nicamente de la razn. En la Iglesia cristiana la filosofa no slo se dirige aesclarecer una verdad que ya es conocida desde el principio, sino que se dirige aesclarecerla en el mbito de una responsabilidad colectiva, en la cual cada individuo hallauna gua y un lmite. La Iglesia misma, en sus asambleas solemnes (Concilios), define lasdoctrinas que expresan el significado fundamental de la revelacin (dogmas).

    De ello se deriva el carcter propio de la filosofa cristiana, en la cual la investigacinpersonal halla sealados anticipadamente sus lmites. No es, como la filosofa griega, unainvestigacin autnoma que debe dirigirse en primer lugar a fijar los trminos y elsignificado de su problema; los trminos y la naturaleza del problema ya le han sidodados. Esto no disminuye su significado vital: slo a travs de la investigacin filosficael mensaje cristiano, en la inmutabilidad de su significado fundamental, ha renovado yconservado, a travs de los siglos, la fuerza y la eficacia de su magisterio espiritual.

    BIBLIOGRAFA

    128. Sobre la relacin entre el cristianismo y la filosofa griega, a la que se refiere el final de este prrafo: Renn, LesEvangiles et la seconde gnration chrt., Pars, 1877; Havet, Le christianisme et ses origines, 4 vols., Pars, 1871-1874;Harnack, Lebrbuch der Dogmengeschichte, I, 4.a ed, 1909, p. espec., 121-148 y 496 y sigs.

    129. La fuente para el conocimiento del cristianismo es el Nuevo Testamento, que est compuesto de los siguienteslibros: Evangelios de Mateo, Lucas, Marcos, llamados sinpticos porque la exposicin que dan de la enseanza y de la vidade Cristo concuerda y forma un cuadro nico; IV Evangelio o Evangelio de San Juan, que presenta una elaboracin filosficade la doctrina y del significado de Cristo; los Hechos de los Apstoles; las Epstolas de San Pablo a los Romanos, a losCorintios (I y II), a los Glatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, a los Tesalonicenses (1 y II), a Timoteo, aTito, a Filemn, a los Hebreos; las Epstolas universales de Jaime, de Pedro (I y II), de Juan (I, II y III), de Judas; elApocalipsis de San Juan. Los ms importantes de estos escritos desde el punto de vista doctrinal, son los cuatro Evangelios ylas Cartas de San Pablo, especialmente las

  • EL CRISTIANISMO Y LA FILOSOFA 231

    dirigidas a los Romanos y a los Corintios. El Nuevo Testamento est escrito en griego. Entre las ediciones crticasms recientes, vase la de Nestle, Stuttgart, 1928, segn la cual han sido traducidos los fragmentos aducidos en eltexto.

    Sobre el Nuevo Testamento vanse las siguientes introducciones generales: R. Knolf-H. Lietzmann-H. Weinel,Einfbrung in das Neue Testament, Berln, 1949; W. Michaelis, Einleitung in das Neue Testament, Berna, 2.a ed.1954; A. Wickenhauser, Einleitung in das Neue Testament, Friburgo de Brisgovia, 1956; A. Robert-A. Feuillet,Introduction a la Bible. II, Nouveau Testament, Tournai, 1959; bajo el cuidado de diversos autores, Introdutione allaBiblia: IV, I Vangeli, Turn, sin fecha (pero es del ao 1959). Actualizaciones bibliogrficas anuales en la"Internationale Zeitschriftenschau fr Bibelwissenschaft und Grenzegebiete" (Dusseldorf) y en "Bblica" (Roma).

    130. Sobre los puntos tratados en el texto, vanse los siguientes comentarios a la Epstola a los Romanos: T.Zahn, Der Brief des Paulus an die Romer, Leipzig, 1910; M. J. Lagrange, St. Paul Epitre aux Romains, Pars, 1915(numerosas reediciones; la ltima de 1950); K. Bart, Der Romerbrief, Munich, 1929; O. Kuss, en el RegensburgerNeues Testament, Regensburger, 1940; C. K. Barret, The Epistle lo the Romans, Londres, 1957.

    131. Sobre el IV Evangelio: J. Wellhausen, Das Evangelium Johannis, Berln, 1908; A. Loisy, Le quatriemevangile, Pars, 1921 ; M. J. Lagrange, Evangile selon St. Jean, Pars, 1925; W. Bauer, en Htmdbuch zum NeuenTestament, Tbingen, 1933; R. Bultmann, en Kritiscbexegetiscber Kommentar ber das Neues Testament,Gottingen, 1953; Supl. 1957; A. Wickenhauser, en Regensburger Neues Testament, Regensburger, 1957; sobre elPrlogo en particular, M. E. Boismard, Le prologue de Saint Jean, Pars, 1955.

  • CAPITULO II

    LA PATRSTICA DE LOS DOS PRIMEROS SIGLOS

    133. CARACTERES DE LA PATRSTICA

    Cuando el cristianismo, para defenderse de los ataques polmicos y de laspersecuciones, y asimismo para garantizar su propia unidad contra escisiones y errores,tuvo que poner en claro sus propios presupuestos tericos y organizarse como sistemadoctrinal, se present como expresin completa y definitiva de la verdad que la filosofagriega haba buscado, aunque slo la haba hallado de una manera parcial e imperfecta.Una vez en el terreno de la filosofa, el cristianismo sostuvo su continuidad con lafilosofa griega y se present como la ltima y ms completa manifestacin de la misma.Justific esta continuidad con la unidad de la razn, que Dios ha creado idntica paratodos los hombres y todos los tiempos y a la cual la revelacin cristiana ha dado el ltimoy ms seguro fundamento; y con esto afirm implcitamente la unidad de la filosofa y dela religin. Esta unidad no es un problema para los escritores cristianos de los primerossiglos; es, ms bien, un dato o un presupuesto, que gua y dirige toda su investigacin. Yaun cuando establecen una anttesis polmica entre la doctrina pagana y la cristiana(como en el caso de Taciano), esta anttesis se establece en el terreno comn de lafilosofa y presupone, por tanto, la continuidad entre cristianismo y filosofa.

    Era natural, desde este punto de vista, que se intentase por un lado interpretar elcristianismo mediante conceptos tomados de la filosofa griega para as enlazarlo con talfilosofa, por otra parte conducir el significado de la filosofa griega al mismocristianismo. Este doble intento, que en realidad es uno solo, constituye la esencia de laelaboracin doctrinal de que el cristianismo fue objeto en los primeros siglos de la eracomn. En esta misma elaboracin los Padres de la Iglesia, como era inevitable, seayudaron e inspiraron en las doctrinas de las grandes escuelas filosficas paganas, sobretodo, de los estoicos, lanzndose a veces (como ocurre en Tertuliano) hasta aceptar tesisaparentemente incompatibles con el cristianismo, como la de la corporeidad de Dios.

    Este perodo de elaboracin doctrinal es la patrstica. Padres de la Iglesia son losescritores cristianos de la antigedad, que han contribuido a la elaboracin doctrinal delcristianismo, y cuya obra ha sido aceptada y hecha propia por la Iglesia. El perodo de losPadres de la Iglesia se puede considerar cerrado con la muerte de Juan Damasceno para laIglesia griega (hacia 754) y con la de Beda el Venerable (735) para la Iglesia latina. Este

  • LA PATRSTICA DE LOS DOS PRIMEROS SIGLOS 233

    perodo puede dividirse en tres fases. La primera, que llega hasta el ao 200, estdedicada a la defensa del cristianismo contra sus adversarios paganos y gnsticos.La segunda, que va desde el 200 hasta el 450, est dedicada a la formulacindoctrinal de las creencias cristianas. La ltima, que va desde el 450 hasta el fin dela patrstica, s caracteriza por la reelaboracin y sistematizacin de las doctrinasya formuladas.

    134. LOS PADRES APOLOGETAS

    Los Padres Apologetas del siglo I son los autores de Cartas que ilustranalgunos puntos particulares de la doctrina cristiana y regulan cuestiones de ordenprctico y religioso. Tales son: el autor de la llamada Carta de Bernab, ClementeRomano, Hermes, Ignacio de Antioqua y Policarpo. Pero estos escritores todavano abordan problemas filosficos.

    La verdadera actividad cristiana empieza con los Padres Apologetas en el sigloII. Estos Padres escriben en defensa (apologa) del cristianismo contra los ataquesy persecuciones que se le dirigen. En este perodo "los cristianos son hostilizadospor los hebreos como extranjeros y son perseguidos por los paganos" (Epist. adDiogn., 5, 17). Los escritores paganos emplean la stira y la burla contra elcristianismo (Luciano, Celso). Los cristianos son objeto del odio de la plebepagana y de las persecuciones sistemticas del Estado.

    En estas condiciones nacen las apologas. La ms antigua de que se tienenoticia es la defensa presentada al emperador Adriano hacia el ao 124, conocasin de una persecucin de cristianos, por Cuadrato, discpulo de losApstoles. De ella slo conservamos un fragmento, guardado por Eusebio (Hist.Eccles., IV, 3, 2). La apologa del filsofo Marciano Arstides ha sido encontradaen 1878 y va dirigida al emperador Antonino Po (138-161). En ella se afirma yaexplcitamente el principio de que slo el cristianismo es la verdadera filosofa.De hecho, slo los cristianos tienen el concepto de Dios que se derivanecesariamente de la consideracin de la naturaleza. Se usan conceptos platnicosen esta demostracin. El orden del mundo, tal como aparece en los cielos y en latierra, hace pensar que todo se mueve por necesidad y que Dios es el que lomueve y lo gobierna todo. Arstides insiste en la inaccesibilidad e inefabilidad dela esencia divina, para contraponer el monotesmo riguroso del cristianismo a lascreencias de los brbaros, que han adorado los elementos materiales, de losgriegos, que han atribuido a sus dioses debilidades y pasiones humanas, y de losjudos, que aun admitiendo un solo Dios, sirven ms bien a los ngeles que a El.Pero la primera gran figura de Padre apologista y el verdadero fundador de lapatrstica es Justino.

    135. JUSTINO

    Justino naci probablemente en el primer decenio del siglo II en FlaviaNepolis, la antigua Siquem, ahora Nablus en Palestina. El mismo nos describe suformacin espiritual. Hijo de padres paganos, frecuent los representantes de lasdiversas tendencias filosficas, estoicos, peripatticos y

  • 234 FILOSOFA PATRSTICA

    pitagricos, y profes durante largo tiempo las doctrinas de los platnicos. Finalmenteencontr en el cristianismo lo que buscaba, y desde entonces, con su palabra y susescritos lo defendi como la nica y verdadera filosofa. Vivi mucho tiempo en Romay fund all una escuela; y en Roma sufri el martirio entre e! 163 y el 167. De las obrasque nos quedan, slo tres son seguramente autnticas: el Dilogo con el Judo Trifn ydos Apologas. La primera y ms importante de ellas est dirigida al emperadorAntonino Po, y debe haber sido compuesta en los aos 150-155. La segunda, que es unsuplemento o un apndice de la primera, fue motivada por la condenacin de trescristianos, reos de profesarse tales. El Dilogo con el judo Trifn refiere una discusinque tuvo lugar en Efeso entre Justino y Trifn y tiende sustancialmente a demostrar quela predicacin de Cristo realiza y completa las enseanzas del Viejo Testamento.

    La doctrina fundamental de Justino es que el cristianismo es la "nica filosofa seguray til" (Dial., 8) y que es el resultado ltimo y definitivo a que la razn debe llegar en suinvestigacin. Puesto que la razn no es otra cosa que el Verbo de Dios, esto es, Cristo,del cual participa todo gnero humano. "Nosotros aprendimos, dice (Apol. primera, 46),que Cristo es el primognito de Dios y que es la razn, de la cual participa todo el linajehumano. Y los que vivieron segn razn son cristianos, aunque fueran consideradosateos; entre los griegos Scrates, Herclito y otros como ellos; y entre los brbaros,Abraham y Ananas y Azaras y Misael y Elias y otros muchos. De modo que aquellosque nacieron y vivieron irracionalmente eran malvados y enemigos de Cristo y asesinosde los que viven segn la razn; mas quienes vivieron y viven segn la razn, soncristianos impvidos y tranquilos." Con todo, estos cristianos anteriores no conocierontoda la verdad. Haba en ellos semillas de verdad, que no pudieron entendercompletamente (Ibid., 44). Podan ciertamente, ver de modo oscuro la verdad medianteaquella semilla de razn que haba innata en ellos. Pero una cosa es la semilla y laimitacin, otra es el desarrollo completo y la realidad, de la cual la semilla y la imitacinnacen (Apol. segunda, 13). Aqu la doctrina estoica de las razones seminales esempleada para fundamentar la continuidad del cristianismo con la filosofa griega, parareconocer en los filsofos griegos a los anticipadores del cristianismo y para justificar laobra de la razn mediante la identificacin de la misma con Cristo. Esta doctrinapermite a Justino la identificacin completa entre el cristianismo y la verdad filosfica."Todo lo que de verdad se haya dicho pertenece a nosotros los cristianos; ya que,adems de Dios, nosotros adoramos y amamos al Logos del Dios ingnito e inefable, elcual se hizo hombre por nosotros, para curarnos de nuestras enfermedades participandode ellas" (Apol. segunda, 13).

    Dios es el eterno, el increado, el inefable: es la nocin de una realidad inexplicable,enraizada en la misma naturaleza de los hombres (Apol. seg., 6). A su lado y por debajode l hay otro Dios, el Logos coexistente y engendrado antes de la creacin, por mediodel cual Dios cre y orden todas las cosas (Apol. seg., 5). As como una llama nodisminuye cuando enciende otra, del mismo modo aconteci con Dios en la creacin delLogos (Dial., 48). Despus del Padre y el Logos est el Espritu Santo, llamado por SanJustino el Espritu Proftico, al cual los hombres deben las virtudes y los donesprofticos (Apol. primera, 5).

  • LA PATRSTICA DE LOS DOS PRIMEROS SIGLOS 235

    El hombre ha sido creado por Dios libre de hacer el bien y el mal. Si elhombre no tuviese libertad, no tendra mrito del bien ni de la culpa del malrealizado (Apol. primera, 43). El alma del hombre es inmortal slo por obra deDios: sin sta, con la muerte volvera a la nada (Dial., 6). Pero tambin elcuerpo est destinado a participar de la inmortalidad del alma. Debe venir, enefecto, segn el anuncio de los profetas, una segunda parusia de Cristo; y estavez vendr con gloria, acompaado por la legin de los ngeles: resucitar loscuerpos y revestir de inmortalidad a los de los justos, mientras condenar alfuego eterno a los de los inicuos (Apol. primera 52).

    136. OTROS PADRES APOLOGETAS

    Discpulo de Justino, en Roma, fue Taciano el Asirio, que naci en Siria y seconvirti en Roma, despus de haber conquistado la reputacin de filsofo.Ms tarde, probablemente en 172, se separ de la Iglesia para pasar a losgnsticos. Taciano es autor de una apologa titulada Discurso a los griegos, quees en realidad una crtica del helenismo. La obra de Taciano es esencialmenteun escrito polmico. Acusa de inmoralidad a los pensadores y poetas griegos yse extiende en invectivas contra ellos. A los errores de los griegos contrapone ladoctrina cristiana acerca de Dios y el mundo, del pecado y de la redencin. ElLogos es la potencia racional de Dios y ha nacido de El por medio de un actode participacin, no de separacin. Como una llama enciende otras muchas, sinque su luz disminuya, as el Logos no agota la potencia de razn de suengendrador (Or. ad graec., 5). En el hombre distingue el alma el espritu.Slo el espritu es imagen y semejanza de Dios (Ib., 12). El alma no es unaesencia simple, sino que est compuesta de varias partes. Su existencia estvinculada al cuerpo y no es separable de l, por esto no es inmortal (Ib., 15).Solamente por su unin con el espritu, el alma y el cuerpo participan de lainmortalidad. A travs del espritu, el hombre puede reunirse con Dios. Debedespreciar la materia, de la cual se sirven los demonios para perderle, ydedicarse exclusivamente a la vida espiritual (Ib., 16).

    Atengoras de Atenas es autor de una apologa titulada Splica para loscristianos, dirigida a Marco Aurelio o Cmodo y compuesta por esto entre elao 176 y el 180, probablemente en 177. Ese escrito se propone refutar las tresacusaciones que comnmente se lanzaban contra los cristianos: el atesmo, losbanquetes tiesteos y el incesto a la manera de Edipo. La primera acusacin esrefutada mediante la exposicin de la doctrina cristiana de Dios; contra lasotras dos se aducen los fundamentos de la moral cristiana. En la Splica recurrepor vez primera a una prueba racional de la unicidad de Dios. Si hubiese msdivinidades, no podran existir en el mismo lugar porque, siendo todasincreadas, no podran caer bajo un tipo y modelo comn. Deberan, pues,existir en lugares diferentes. Pero no pueden estar en lugares distintos porque elespacio que est ms all del mundo es la sede de un nico Dios que es esenciasobremundana y as no hay espacio para otra divinidad. Otra divinidad podraexistir en otro mundo o alrededor de otro mundo; pero en tal caso no llegarahasta nosotros y por lo limitado de su esfera de accin no sera la verdaderadivinidad (Supl. pro crist., 8). Por

  • 236 FILOSOFA PATRSTICA

    esto aun los poetas y filsofos griegos han conocido la unicidad de Dios, aunque la clara,segura y completa noticia de ella nos ha sido dada slo por medio de los profetas (Ib., 7). ElLogos engendrado por el Padre y coeterno con l, es el modelo, la fuerza creadora de todaslas cosas creadas, mientras el Espritu Santo es un efluvio de Dios, semejante a un rayo desol (Ib., 24).

    Tefilo de Antioqua fue obispo de esta ciudad y nos ha dejado tres libros A Autlico, queson tres escritos independientes, el tercero de los cuales fue compuesto hacia el 181-182 y losdos primeros poco antes. Al desafo de Autlico: "Ensame tu Dios", Tefilo responde:"Ensame tu hombre y yo te mostrar mi Dios". Dios, en efecto, slo es visto por aquellosque tienen bien abiertos los ojos del alma. Como no se puede ver la cara del hombre sobre unespejo cubierto de moho, as el hombre, cuando est en pecado, no puede descubrir a Dios (AAutlico I, 2). A la pregunta: "T que lo ves descrbeme e! aspecto de Dios", Tefiloresponde: "Escchame: la belleza de Dios es indecible e inefable y no se puede ver con losojos corporales" (Ib., 1,3). Dios, que es eterno, y, por tanto, increado e inmutable, es e!creador de todo: todo lo hizo de la nada, para que a travs de sus obras se comprendiera sugrandeza. Por eso se hace visible a travs de su creacin. "Como el alma humana, que esinvisible para los hombres, se conoce a travs de los movimientos del cuerpo, asi Dios, queno puede ser visto por ojos humanos, puede ser visto y conocido a travs de su providencia ysus obras" (Ib., I, 5).

    El cauce de la creacin del mundo es el Logos. Dios, mediante el Logos y la sabidura, hacreado todas las cosas (Ib., I, 7). El Logos es el consejero de Dios, su mente y prudencia (Ib.,11, 22). Por primera vez Tefilo ha usado la palabra Trinidad () para indicar ladistincin entre las personas divinas. Los tres das de la creacin de la luz, de que habla elGnesis, "son imgenes de la Trinidad, de Dios, de su Verbo, de su sabidura" (Ib., II, 15).

    Bajo el nombre de Justino nos ha sido transmitida una Carta a Diogneto, que ciertamenteno pertenece a Justino, por su diferencia de estilo y de doctrina. El autor responde a las dudaspropuestas por un pagano que se interesa por el cristianismo. La composicin de la carta nodebe ser anterior al 160, perteneciendo verosmilmente al fin del siglo II. El autor responde atres dudas de Diogneto. Al culto pagano judaico la carta contrapone el culto cristiano delDios invisible y creador. La religin cristiana no es un hallazgo humano, sino una revelacindivina. Dios ha enviado a su Hijo, la eterna verdad y la eterna palabra, para ensear a loshombres la verdadera religin; y el Hijo de Dios vino al mundo no como seor, sino comosalvador y libertador, y nos ha encaminado hacia la salvacin con el amor (Ep. ad Diogn., 7).

    Con el ttulo Irrisin de los filsofos paganos, de Hermias, filsofo, nos ha llegado unpequeo escrito polmico, en el cual se exponen sarcsticamente las contradicciones de losfilsofos griegos en su doctrina sobre el alma humana (cap. 1-2) y los principiosfundamentales de las cosas (cap. 3-10). El escrito pertenece probablemente al fin del siglo II.

    137. LA GNOSIS

    La obra de los Padres apologetas no debi dirigirse solamente contra los enemigosexternos del cristianismo, paganos y hebreos, sino tambin contra

  • LA PATRSTICA DE LOS DOS PRIMEROS SIGLOS 237

    los enemigos internos, contra las tendencias y las sectas que en su intento deinterpretar el mensaje original del cristianismo falsean su espritu y letracontaminndolo con elementos y motivos heterogneos. El mayor peligro contrala unidad espiritual del cristianismo lo represent, en los primeros siglos, elconjunto de sectas gnsticas, que se difundieron ampliamente por Oriente yOccidente, especialmente en las esferas de los doctos, y produjeron una rica yvariada literatura. Esta literatura, con todo, si se exceptan unos pocos escritos,conservados en traducciones coptas, se ha perdido y slo la conocemos a travsde los fragmentos citados por los Padres apologetas que los refutaron.

    La importancia del intento de los gnsticos consiste en el hecho de que fue laprimera investigacin de una filosofa del cristianismo. Pero esta investigacinfue verificada sin rigor sistemtico, mezclando elementos cristianos, mticos,neoplatnicos y orientales, en un conjunto que no tiene nada de filosfico. Lapalabra gnosis, como conocimiento religioso distinto de la simple fe, est tomadade la tradicin griega, especialmente del pitagorismo, en el cual significaba elconocimiento de lo divino propio de los iniciados. Fue as empleada para indicaral grupo de pensadores cristianos del siglo II que hicieron del conocimiento lacondicin de la salvacin. Se atribuyeron por vez primera el nombre degnsticos, los ofitas, o socios de la serpiente, que despus se dividieron ennumerosas sectas. Estas utilizaban gran cantidad de textos religiosos atribuidos apersonalidades bblicas: tal era el Evangelio de Judas, al que se refiere Ireneo(Adv. haereses, I, 31, I). Otros escritos de esta clase han sido encontradosrecientemente en traducciones coptas, y de ellos el ms importante es la PistisSophia, editada el ao 1851, que expone en forma de dilogos entre el Salvadorresucitado y sus discpulos, especialmente Mara Magdalena, la cada yredencin de Pistis Sophia, un ser que pertenece al mundo de los Eones (seresintermedios entre el hombre y Dios), y el camino para la purificacin del hombremediante la penitencia. Los principales gnsticos de que tenemos noticias sonBaslides, Carpcrates, Valentino y Bardesanes.

    Baslides, que ense en Alejandra entre el 120 y el 140, escribi unEvangelio, un Comentario y algunos Salmos. Su doctrina nos es conocida atravs de la obra de Clemente de Alejandra (Tapetes) y las refutaciones deIreneo (Contra los herejes) y de Hiplito (Filosofemas). Para Baslides, la fe esuna entidad real, una cosa puesta por Dios en el espritu de los elegidos, esto es,de los predestinados a la salvacin. Baslides, por la necesidad de explicar el malen el mundo, fue llevado a admitir dos principios de la realidad, uno como causadel bien y otro como causa del mal: la luz y las tinieblas. Puestas en contactoentre s, las tinieblas trataron de unirse a la luz y participar de ella, mientras laluz, por su parte, permaneca alejada sin absorber las tinieblas. Estas dieron lugaras a una apariencia y a una imagen de la luz, que es el mundo en el cual el biense encuentra por esto en una cantidad despreciable y el mal predomina. Estaconcepcin de Baslides es muy semejante a la maniquea; pero no admite, comosta, la lucha entre los dos principios.

    De Carpcrates de Alejandra sabemos solamente que una discpula suya,Marcelina, que fue a Roma en tiempos de Aniceto (hacia el 160), "provoc laruina de muchos" (Ireneo, Contra los herejes, I, 25, 4). Carpcrates, para

  • 238 FILOSOFA PATRSTICA

    explicar la superioridad de Cristo sobre los hombres, se sirve de la teora platnica de lareminiscencia. Cristo se hizo superior a los dems hombres, porque su alma record conms amplitud todo lo que haba visto durante su vida con el Padre increado, de donde stele dio una virtud particular que le hizo capaz de sustraerse al dominio del mundo yregresar libremente hasta El. Lo mismo acontecer a toda alma que se atenga a la mismalnea de conducta. Los seguidores de Carpcrates admitan la transmigracin del alma decuerpo en cuerpo, hasta que hubiese cumplido el ciclo de las experiencias pecaminosas;slo al fin de esta odisea, el alma se hara digna de volver a subir al Padre, librndose detodo lazo con el cuerpo.

    El mayor nmero de los seguidores pertenece a la escuela de Valentino, que, segnIreneo, fue a Roma en tiempos del obispo Igino (135-140). En la cima de la realidadValentino y sus secuaces ponan un ser no temporal e incorpreo, increado eincorruptible, que ellos llamaban Padre o primer Padre o tambin En (del griego =eterno) perfecto. Este primer principio est formado por una pareja de trminos, Abismoy Silencio; y tambin los eones que emanan de l estn constituidos por parejas. Delprimer en se derivan, en efecto, la Mente y la Verdad, de las cuales proceden poremanacin la Razn y la Vida; de las cuales a su vez proceden el Hombre (comodeterminacin divina) y la Comunidad (, comunidad de vida divina). Elconjunto de estas ocho determinaciones divinas (o) es el reino de la perfecta vidadivina o Pleroma. El ltimo en, la Sabidura, quiso descubrir el primero, el Abismo, yprocur subir hacia las regiones superiores del Pleroma. Pero su esfuerzo fue intil ydurante el mismo dio origen al mundo, que presenta por ello los caracteres de un esfuerzoincompleto, y los errores y el llanto que produce siempre un esfuerzo fracasado. "De ladesazn e inquietud nacieron las tinieblas; del temor y de la ignorancia nacieron lamalicia y la perversin, de la tristeza y el llanto las fuentes de agua y los mares. Cristofue enviado por el Primer Padre, inviolable en su misterio, para restaurar el equilibrioroto por el sueo loco de la Sabidura" (Tertuliano, Contra los valentinianos, 2). De estamanera el Universo nace de la rebelin infecunda del en Sabidura, que da origen a laobra plasmadora de un Demiurgo. Valentino divida el gnero humano en tres categoras:la masa de los hombres carnales, el conjunto de los psquicos y la casta de losespirituales (pneumticos). Los primeros estn destinados a la perdicin; los segundospueden salvarse a costa de un esfuerzo; a los privilegiados les basta, para conseguir lafelicidad, la gnosis, esto es, el conocimiento de los misterios divinos.

    Bardesanes, nacido en Edesa el ao 154 y muerto el 222, fue discpulo de Valentino. Esesencialmente un astrlogo y un naturalista que, de la astrologa babilnica y egipcia,saca la teora de la influencia de los astros sobre los acontecimientos del mundo y lasacciones humanas.

    El persa Mani, que naci probablemente hacia el 216, se proclam Parclito, esto es,el que deba llevar la doctrina cristiana a su perfeccin. Su religin es una mezclafantstica de elementos gnsticos, cristianos y orientales, sobre el fundamento deldualismo de la religin de Zaratustra. Admite, en efecto, dos principios originarios, unodel mal, o principio de las tinieblas, otro del bien, o principio de la luz, que se combatenperpetuamente en el mundo. Tambin en el hombre hay dos almas, una

  • LA PATRSTICA DE LOS DOS PRIMEROS SIGLOS 239

    corprea, que es el principio del mal, y otra luminosa, que lo es del bien. Elhombre llega a su perfeccin con un triple sello, esto es, abstenindose de lacomida animal y de los discursos impuros (signaculum oris), de la propiedad ydel trabajo (signaculum manus) y del matrimonio y del concubinato (signaculumsinus). El maniquesmo hall su grande e implacable adversario en San Agustn.

    138. LA POLMICA CONTRA LA GNOSIS

    En la polmica contra la gnosis el cristianismo va hacia una ms rigurosaelaboracin doctrinal. En este punto era menester, efectivamente, en primerlugar, individualizar y defender las fuentes genuinas de la tradicin cristiana, y,en segundo lugar, fijar el significado autntico de esta tradicin contraperversiones y errores que pretendan disputrsela y expresar su verdaderosignificado. Un cierto numero de obras antignsticas se ha perdido. De otrasobras (de Agripa Castor, Egesipo, Rodn, Filipo de Cortina, Herclito) nosquedan escasos e insignificantes fragmentos (Migne, Patr. graec., 5.). Encambio, poseemos las obras de Ireneo e Hiplito.

    Ireneo naci hacia el 140 en Asia Menor, probablemente en Esmirna. Durantela persecucin de Marco Aurelio era sacerdote de la iglesia de Lyon, y segn unatradicin que se remonta a San Jernimo, muri martirizado; pero se ignora enqu fecha. Ireneo escribi numerosas obras. Eusebio, en su Historia Eclesistica(V, 20), cita un tratado: Sobre la monarqua o Sobre que Dios no es Autor delmal; otro Sobre las ogdadas, diversas cartas y escritos menores de los cualeshay uno contra los paganos, titulado Sobre la ciencia. De todos estos escritosslo nos quedan escasos fragmentos (en Migne, Patr. graeca 7, 1225-1274). Encambio, nos queda una gran obra contra el gnosticismo titulada Refutacin ydesenmascaramiento de la falsa gnosis, llamada comnmente Adversushaereses. Pero nos ha llegado no en su original griego, sino en una traduccinlatina del siglo IV; con todo, hay algunos fragmentos del texto griego,especialmente del libro primero, en forma de citas de escritores posteriores.

    La verdadera gnosis es, segn Ireneo, la que nos han transmitido losApstoles de la Iglesia. Pero esta gnosis no tiene la pretensin de superar loslmites del hombre, como la falsa gnosis de los herticos. Dios es incomprensibley no puede ser pensado. Todos nuestros conceptos le son inadecuados. El esentendimiento; pero no es semejante a nuestro entendimiento. Es luz, pero no essemejante a nuestra luz. "Es mejor no saber nada, pero creer en Dios, ypermanecer en el amor de Dios, que arriesgarse a perderle con investigacionessutiles" (Adv. haeres., II, 28, 3). Lo que nosotros podemos saber de Dios,podemos conocerlo solamente por revelacin: sin Dios no se puede conocer aDios. Y la revelacin de Dios se nos manifiesta tambin a travs del mundo, quees obra de Dios, como lo reconocieron tambin los mejores paganos. La msgrave blasfemia de los gnsticos es, segn Ireneo (II, 1, 1), la tesis de que elCreador del mundo no es Dios mismo, sino una emanacin suya. Que Dios hayatenido necesidad de seres intermedios para la creacin del mundo, significaraque l no habra tenido la capacidad de llevar a efecto lo que haba proyectado.

  • 240 FILOSOFA PATRSTICA

    Contra la doctrina gnstica de que el Logos y el Espritu Santo son eones subordinados,Ireneo afirma la igualdad de esencia y de dignidad entre el Hijo, el Espritu Santo y elPadre. El Hijo de Dios no ha tenido principio, ya que El es eternamente coeternamenteexistente con el Padre, y el Espritu Santo tampoco ha tenido principio, por estar juntoal Padre desde la eternidad como el Hijo. No se puede admitir la emanacin del Hijo ydel Espritu Santo, del Padre. La simplicidad de la esencia divina no permite laseparacin del Logos o del Espritu Santo del Padre (II, 13, 8). El hijo es el rgano de larevelacin divina y est subordinado al Padre no por su ser, o por su esencia, sino slopor su actividad (V, 18, 2).

    Por lo que se refiere al hombre, Ireneo, contra la distincin gnstica de cuerpo, almay espritu, afirma que el hombre resulta compuesto de alma y cuerpo y que el espritu essolamente una capacidad del alma, por la cual el hombre llega a ser perfecto y seconstituye en imagen de Dios. Pero para que el espritu transfigure y santifique la figurahumana es necesaria la accin del Espritu Santo. El alma humana se encuentra entre lacarne y el espritu y puede dirigirse a una u otro. Solamente con la fe y el temor deDios, el hombre participa del espritu y se eleva a la vida divina (V, 9, 1). Pero yerranlos gnsticos al afirmar que la carne sea en s el mal o el origen del mal. El cuerpo,como el alma, es una creacin divina, y no puede, por tanto, implicar mal en sunaturaleza (IV, 37, 1). El origen del mal est ms bien en el abuso de la libertad, y poresto deriva no de la naturaleza, sino del hombre y de su eleccin (IV, 37, 6). El bienconsiste en obedecer a Dios, en creer en El, en guardar sus preceptos; el mal consiste enla desobediencia y negacin de Dios (IV, 39, 1). El bien conduce al hombre a lainmortalidad, que es concedida al alma por Dios, pero que no es intrnseca a lanaturaleza de la misma. El mal es castigado con la muerte eterna. Tambin los cuerposresucitarn; pero resucitarn en la nueva venida de Cristo, que se verificar despus delreino del Anticristo. Entonces las almas, habiendo readquirido sus cuerpos, podrnllegar a la visin de Dios (V, 31,2; 27, 2).

    De la vida de Hiplito, discpulo de Ireneo, nos da algunas indicaciones la obra quenos ha quedado de l, el Philosophoumena. Contra el Papa Calixto (217-222), se puso ala cabeza de un partido cismtico y fue as uno de los primeros antipapas que la historiaconoce. El motivo del cisma fueron las mitigaciones de la disciplina eclesisticaintroducidas por Calixto, que haba permitido la readmisin en la Iglesia de los quevolvan de las sectas herticas, la concesin de las dignidades eclesisticas a losbgamos, etc. (Philos., IX, 12). En 235 Hiplito fue desterrado a Cerdea, con elsegundo sucesor de Calixto, Ponciano, y all, probablemente, el Papa y el antipapa sereconciliaron. Muertos ambos en Cerdea, sus cuerpos fueron transportados a Roma ysepultados el mismo da, 13 de agosto de 236 237. La estatua de Hiplito, encontradamutilada el ao 1551 y conservada en el museo lateranense, lleva a los lados delpedestal una lista incompleta de sus numerosos escritos. Entre las obras de Orgenes ibacomprendido en muchos manuscritos el primer libro de una Refutacin de todas lasherejas, que ciertamente no pertenece a Orgenes, porque el autor se titula obispo. Elao 1842, en un manuscrito del monte Athos, fueron hallados los libros IV-X de lamisma Refutacin, la cual es hoy atribuida universalmente a Hiplito con el ttuloimpropio de Philosophoumena. De las dems obras

  • LA PATRSTICA DE LOS DOS PRIMEROS SIGLOS 241

    nos han llegado fragmentos; entre stos el captulo final del escrito ContraNoetum. Nos quedan enteros un escrito apologtico Sobre el Anticristo y unComentario del Profeta Daniel, que es el primer intento de esta clase entre lostelogos cristianos. Otros fragmentos de obras de Hiplito han sidoconservados en lengua eslava, armenia, siria, etc.

    Hiplito se propone refutar a los herejes demostrando que sacan su doctrina,no de la tradicin cristiana, sino de la sabidura pagana. Por esto el libro I y elIV (en el ltimo de los cuales se pueden quiz ver tambin el II y el III) trazanun cuadro de la sabidura pagana, mientras los ltimos seis exponen y refutanlas herejas. Al papa Calixto le reprende Hiplito por no establecer unadistincin suficiente entre el Padre y el Logos y por atribuir, por tanto, toda laobra redentora al Padre ms bien que al Hijo. Su doctrina del Logos tiendeesencialmente a establecer esta distincin. El Padre y el Hijo son dos personas() diversas, aunque constituyan una sola potencia ().Primeramente el Hijo exista en el Padre impersonalmente, en inseparableunidad con El, como Logos no expresado. Cuando el Padre quiso, y de lamanera que quiso El procedi del Padre y lleg a ser una persona aparte comootro respecto al Padre. En fin, con la encarnacin, el Logos se transform en elverdadero y perfecto Hijo del Padre. Hiplito insiste en la arbitrariedad de lageneracin divina del Logos. "Si Dios hubiese querido" dice (Philos., X, 33),"hubiera podido hacer Dios a un hombre (o al hombre) en vez del Logos."Afirma as la subordinacin de la naturaleza del Logos a la del Padre. Contodo, afirmando que el Logos es otro que Dios, l no quiere decir que sean dosdivinidades: la relacin entre el Padre y el Logos es semejante a la que hayentre la fuente luminosa y la luz, entre el agua y la fuente, entre el rayo y elsol. Puesto que el Logos es una potencia que procede del todo y el todo es elPadre, de cuya potencia procede (Contra Noet., 11).La procedencia del Logosdel Padre era necesaria para la creacin del mundo, ya que el Logos es elintermediario de la obra creadora. Adems del Padre y del Hijo, Hiplitoadmite la tercera institucin (oeconomia) el Espritu Santo. "El Padre manda,el Hijo obedece, el Espritu Santo ilumina; el Padre est por encima de todo, elHijo est por todo, el Espritu Santo est en todo. No podemos pensar en unnico Dios, si no creemos en el Padre, en el Hijo y en el Espritu Santo"(Contra Noet., 14).

    El hombre ha sido creado por Dios, dotado de libertad, y Dios le ha dado atravs de los profetas, especialmente Moiss, la ley que debe guiar su librevoluntad. El hombre no es Dios; pero si quiere, puede llegar a serlo: "Sseguidor de Dios y coheredero de Cristo, en vez de servir a los instintos ypasiones, y llegars a ser Dios" (Philos., X, 33).

    139. TERTULIANO

    Frente a los apologetas orientales que han intentado establecer lacontinuidad del cristianismo con la filosofa griega y han presentado ladoctrina cristiana como la verdadera filosofa, que la revelacin de Cristo haconducido a su ltima perfeccin, los apologetas occidentales tienden areivindicar la originalidad irreductible de la revelacin cristiana en relacincon la sabidura pagana y fundarla en la naturaleza prctica e inmediata

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    de la fe, ms bien que en la especulacin. Este carcter de la apologtica latina semanifiesta sobre todo en su mayor representante, Tertuliano.

    Quinto Septimio Florencio Tertuliano naci hacia el ao 160 en Cartago, de padrespaganos. Tuvo una educacin excelente y ejerci, probablemente en Roma, laprofesin de abogado. Entre 193 y 197 se convirti al cristianismo y recibi laordenacin sacerdotal. Desarroll entonces una intensa actividad polmica en favor desu nueva fe; pero hacia la mitad de su vida se pas a la secta de los montaistas yempez a polemizar contra la Iglesia catlica con violencia poco menor que la usadacontra los herejes. Al fin, fund una secta propia, los "tertulianistas" (Agustn, DeHaer., 86). Parece que vivi hasta la ms avanzada vejez (Jernimo, De vir. ill., 53).La actividad literaria de Tertuliano es amplsima; pero exclusivamente polmica. Susobras suelen dividirse en tres grupos: apologticas, en defensa del cristianismo;dogmticas, en refutacin de las herejas: practicoascticas, sobre cuestiones de moralprctica y de disciplina eclesistica. Pertenecen al primer grupo el Apologeticus,dirigido el ao 197 a los gobernadores de las provincias del Imperio romano; el Adnationes, poco anterior al primero; el De testimonio animae, que quiere fundar la fe enel testimonio del alma, "naturaliter christiana"; la carta Ad Scapulam, dirigida a unprocnsul de frica, que persegua a los cristianos; el Adversus judaeos, queprobablemente pertenece a Tertuliano slo en los ocho primeros captulos. Las obrasdogmticas son: el De praescriptione haereticorum, que es uno de sus escritosfilosficamente ms significativos; Adversus Marcionem, Adversus Hermogenem yAdversus Valentinianos, dirigidos contra los gnsticos; el Scorpiace, tambin dirigidocontra los gnsticos, comparados a los escorpiones; el De Baptismo, que declarainvlido el bautismo de los herejes; el De carne Christi, que confirma la realidad delcuerpo de Cristo, contra el docetismo; el De resurrectione Christi, en defensa de laresurreccin de la carne; el Adversus Praxean; el De anima, que es el primer escrito depsicologa cristiana. Los dos ltimos pertenecen a su perodo montaista. Las obraspracticoascticas son: el De patientia el De oratione, el De paenitentia, el De pudicitia,la carta Ad martyras, el De exhortatione castitatis, el De monogamia, dirigidos todoscontras las segundas nupcias; el De spectaculis, contra la intervencin de los cristianosen los juegos paganos; el De idololatria, contra la participacin de los cristianos en lavida pblica; el De corona, contra el servicio militar; el De cultu faeminarum, contralos adornos de las mujeres; el De virginibus velandis; el De fuga in persecutione, quedeclara ilcita fuga durante las persecuciones; el De ieiunio adversus psychicos, contralos ayunos de los catlicos; el De pallio, en defensa del hbito que l haba adoptado alabandonar la toga.

    El rasgo caracterstico de Tertuliano es la inquietud. En el tratado De patientia quel se dirige sobre todo a s mismo, hay indudablemente una confesin sincera: "Pobrede m, que ardo siempre en la fiebre de la impaciencia." Y en realidad era incapaz dedetenerse en los problemas y examinarlos con profundidad. El trabajo paciente yriguroso de la investigacin no era para l; por algo, como veremos, desvaloriza lainvestigacin ante la fe. Ayudado por una habilidad polmica excepcional y por unafacundia oratoria poco comn, examina los problemas tomando las posiciones mssimples y extremistas, con suprema indiferencia contra toda

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    cautela crtica y toda exigencia de mtodo. Este hombre que niega el valor dela investigacin y pasa la vida buscando algo; este adversario implacable detodas las sectas que despus pasa a una de ellas y acaba por fundar una propia;este defensor del cristianismo que afirma la corporeidad de Dios y del alma,perdiendo as la primera conquista no slo del cristianismo, sino de cualquierreligin; este defensor intransigente del pudor que se entretiene concomplacencia en describir el acto carnal del amor (De anima, 27); estecasuista, que defiende con igual violencia polmica la trinidad de Dios y suatuendo personal, revela en todas sus actitudes una fundamental falta declaridad y sinceridad consigo mismo. Con demasiada frecuencia deja ver en suarrogancia polmica, bajo el manto oratorio de las frases incisivas, lainconsistencia de su espiritualidad y el carcter formalista de su fe. Aquellasecta de los montaistas, que tena las caractersticas de su fundador Montano,ex sacerdote de Cibeles, formada por exaltados que vivan en continuaagitacin en espera del inminente retorno de Cristo, pudo seducirlo algntiempo, pero no pudo retenerlo. Y as, ha dado a la especulacin cristiana deOccidente su terminologa; pero no ha conseguido proporcionarle unacontribucin sustancial de pensamiento.

    140. TERTULIANO: SUS DOCTRINAS

    El punto de partida de Tertuliano es la condenacin de la filosofa. Laverdad de la religin se funda en la tradicin eclesistica; de la filosofa nacenslo las herejas. No hay nada comn entre el filsofo y Cristo, entre eldiscpulo de Grecia y el de los cielos (Apol., 46); los filsofos son "lospatriarcas de los herejes" (De anim., 3). La raz de todas las herejas est en losfilsofos griegos. Valentino, el gnstico, era discpulo de Platn; Marcin, delos estoicos. Para negar la inmortalidad del alma se apela a los epicreos; paranegar la resurreccin de la carne, al acuerdo unnime de los filsofos. Cuandose habla de un Dios-fuego se recurre a Herclito. Y la cosa ms intil de todases la dialctica del desgraciado Aristteles, que sirve igualmente para edificarcomo para destruir y que se adapta a todas las opiniones (De praescr., 7). Quevalor tiene entonces el dicho de Cristo: "Buscad y hallaris"? Es menesterbuscar la doctrina de Cristo hasta que se la encuentre, esto es, mientras no secrea en ella. "Si se busca para encontrar y se halla para creer, se pone fin, conla fe, a toda ulterior investigacin y hallazgo. He aqu el lmite que el resultadomismo de la investigacin establece. He aqu la fosa que te ha trazado delanteAqul que quiso que t creyeras slo en lo que te ha enseado y que nobuscaras otra cosa" (De praescr., 10). La investigacin excluye, pues, laposesin y la posesin excluye la investigacin. Buscar despus que se hallegado a la fe, significa precipitarse en la hereja (Ib., 14). Nada hay ms ajenoa la mentalidad de Tertuliano que la exigencia de una investigacin que nazca se alimente de la fe, exigencia que se encarnar en una gran figura: SanAgustn. Medido segn el criterio de Tertuliano, S. Agustn sena incrdulo ohereje.

    La verdad del cristianismo se funda, pues, solamente en el testimonio de latradicin. A las sectas herticas que procuran interpretar a su manera lassagradas escrituras, objeta que su interpretacin corresponde slo a las

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    autoridades eclesisticas, a las cuales se ha transmitido la herencia ininterrumpida de laenseanza de Cristo. Con mentalidad de abogado defiende este derecho de la Iglesia, queha sido instituida, a travs de los apstoles, como heredera del mensaje de Cristo. Peroadmite, tambin, adems de la tradicin eclesistica, otro testimonio en favor de la fe: eldel alma. Pero el alma no es para l, como ser para S. Agustn, el principio de lainterioridad, el rincn ntimo donde resuena desde lo alto la voz de la verdad divina; es lavoz del sentido comn, la creencia que manifiesta el hombre de la calle en las expresionescorrientes de su lenguaje. "Yo no invoco el alma que se forma en las escuelas, ejercitadaen las bibliotecas e hinchada por la sabidura de las academias y prticos de Grecia. Yoinvoco el alma simple, ruda, inculta y primitiva, tal como la poseen aquellos que slo latienen a ella, el alma que se encuentra en las encrucijadas y bifurcaciones de los caminos"(De testimon. and., I). Y Tertuliano recoge el testimonio de esta alma por las expresionesms sencillas y frecuentes que emplea el vulgo, con la conviccin de que tales expresiones"son vulgares porque son comunes, comunes porque son naturales, naturales porque sondivinas" (Ib., 6).

    Para Tertuliano, el testimonio del alma es el testimonio del lenguaje o del sentidocomn ms que el testimonio de la conciencia. En efecto, el testimonio de la conciencia esextrao a Tertuliano, que acepta de los estoicos la tesis de la corporeidad de los seres:"Todo lo que existe es un cuerpo de una determinada clase. Nada hay incorpreo, exceptolo que no existe" (De carne Christi, 11). Dios mismo es cuerpo, aunque sea espritu, yaque el espritu no es ms que un cuerpo sui generis. La diferencia entre la naturalezaespiritual del alma y la naturaleza carnal del cuerpo es la diferencia entre dos cuerpos: elespritu es un soplo que da vida a la carne; pero es tambin corpreo. El mundo sensible yel mundo intelectual se diferencian entre s slo en cuanto uno es visible y aparente y elotro imperceptible y huidizo. El primero es objeto de los sentidos, mientras el segundo loes del entendimiento. Pero el mismo entender es un sentir y el sentir un entender. Lasensacin es, en efecto, la inteligencia de la realidad sensible y la inteleccin es lasensacin de la realidad que se percibe (De anim., 18). El alma tiene, pues, la mismafigura que el hombre y precisamente del cuerpo que la contiene (Ib., 9). La defineTertuliano como "una sustancia simple, nacida del soplo de Dios, inmortal, corprea ydotada de una figura, capaz por s misma de sabidura, rica en aptitudes, partcipe dearbitrio, sujeta a las circunstancias, mudable de humor, razonadora, duea de susfacultades, rica en virtudes, adivinadora, que se multiplica a partir de un nico brote" (Ib;22). Esta ltima determinacin expresa la conviccin de Tertuliano de que el alma setransmite junto con el cuerpo del padre al hijo, a travs de la generacin (traducianismo).En el resuelto materialismo de Tertuliano se manifiesta, por un lado, la necesidad de dar alespritu la realidad ms slida y concreta y, por otro, su incapacidad de concebir unarealidad estable y firme fuera del cuerpo. Con todo, esto le permite afirmar con extremadaenerga la unidad indisoluble del hombre. "Si la muerte no es otra cosa que la separacindel alma y del cuerpo, la vida, que es lo contrario de la muerte, no ser otra cosa que launin del alma con el cuerpo. Se funden en la vida los elementos que son

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    desintegrados por la muerte" (Ib., 27). Por esto Tertuliano defiende la realidad delcuerpo de Cristo contra los que lo reducan a una pura apariencia (docetismo). Ensu De carne Christi se detiene, con aquella complacencia en lo repugnante yabyecto que le es tan caracterstica, en los ms groseros detalles de la generacin ydel nacimiento, para defender la total y plena humanidad del hombre. "Cristo, dice(De carne Christi,4), ha amado al hombre tal como es. Si Cristo es del Creador,justamente am lo que era suyo; si viene de otro Dios, su amor es ms meritorioporque se ha redimido a un extrao. Era, pues, lgico que amase tambin sunacimiento, su carne; es imposible amar un objeto cualquiera sin amar lo que esuno con l. Quita el nacimiento y hazme ver un solo hombre, suprime la carne ydime qu cosa ha podido Dios redimir, si de lo uno y de lo otro ha resultado lahumanidad que Dios ha redimido." La realidad y el valor de la carne justifican laresurreccin de Cristo. Y a este propsito se encuentran las palabras paradjicasque expresan aquella exasperada tensin entre la certeza de la fe y la verdad delentendimiento, que se ha expresado en la frmula (que no se halla en Tertuliano)del credo quia absurdum. "El Hijo de Dios fue crucificado: no es vergonzosoporque podra serlo. El Hijo de Dios ha muerto: es creble porque es inconcebible.Sepultado, resucit: es cierto porque es imposible" (De carne Christi, 5). Aqu lafe tiene tanta mayor certeza cuanto ms repugna a las valoraciones naturales delhombre.

    La resurreccin de Cristo es la garanta de la resurreccin del hombre.Tertuliano obtiene las pruebas de la inmortalidad del alma del testimonio delsentido comn, de la necesidad implcita en todos de vivir de alguna maneradespus de la muerte, necesidad que se funda en una instintiva certeza del futuro(De testim. an., 6). Pero a la inmortalidad del alma ir unida la resurreccin de lacarne. El hombre deber resucitar en su naturaleza ntegra y sta no lo sera sin lacarne (De resur. carnis., 56-57).

    En su doctrina del Logos, Tertuliano se relaciona explcitamente con losestoicos: "Dios cre todo el mundo con la palabra, con la sabidura y con lapotencia. Tambin vuestros sabios llaman Logos, esto es, palabra y sabidura, alartfice del universo. Zenn le llama autor del orden que dispuso todas las cosas;Cleantes lo reduce a un espritu y afirma que penetra el universo. Y nosotros a laPalabra, a la Sabidura, y a la Potencia por la cual Dios cre todas las cosas, leatribuimos como sustancia propia el espritu, en el cual existe la Palabra paramandar, la Razn para disponer, la Potencia para realizar" (Apol., 21). Tertulianoadmite con todo la subordinacin del Hijo y del Espritu Santo respecto al Padre.El ser pertenece principalmente al Padre, que luego se comunica al Hijo y, a travsdel Hijo, al Espritu Santo. Todo lo que el Hijo es, lo deriva de la sustancia delPadre, todo su poder y voluntad le viene del Padre (Ad. Praxean, 3-4). El Logostiene un doble nacimiento, el inmanente y el emanente: por el primero, esengendrado en la sensibilidad de Dios; por el segundo, se aleja del Padre yemprende la creacin del mundo (Ib., 7).

    141. APOLOGETAS LATINOS

    Contemporneo de Tertuliano fue Minucio Flix, autor de un dilogo tituladoOctavius, que es una de las primeras apologas latinas del

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    cristianismo. Poco sabemos del autor, que se llama a s mismo abogado (causidicus) deRoma. En el dilogo hace de arbitro en la disputa entre el cristiano Octavio Genaro y elpagano Cecilio Natal, que al fin se declara vencido. La apologa de Minucio Flix es,por su espritu, una obra ms cercana a los escritores griegos que a Tertuliano. Sepresenta al cristianismo como un monotesmo caracterizado sobre todo por su moralprctica. No se habla de los misterios de la fe ni de la Sagrada Escritura. Laconcordancia de todos los filsofos sobre la unicidad de Dios, lleva a concluir que "olos cristianos son los filsofos de ahora o que los filsofos de entonces eran cristianos"(Octav., 20). Con todo, la obra presenta en su contenido una gran afinidad con elApologeticum de Tertuliano. No es fcil dilucidar la prioridad de una u otra obra. Comoquiera que sea, las tesis que en Tertuliano tienen una forma violenta y extremada, tomanen Minucio Flix una forma atenuada y ecunime, que las hace ms aptas para influirpersuasivamente sobre los paganos cultos a los cuales la obra se dirige. A la posicinescptica de Cecilio, el interlocutor pagano, el cual reconociendo la imposibilidad de lamente humana para mirar los misterios divinos, juzga que nos debemos contentar conlas creencias de nuestros padres, Octavio contrapone la evidencia con que el nico Diosse manifiesta en su obra, el cielo y la tierra. Como quien entra en una casa y la ve todaordenada y dispuesta, atribuye este orden al dueo, as, quien considera el orden, laprovidencia y la ley que rigen el cielo y la tierra, debe creer en un seor del mundo quelo mueve, alimenta y gobierna (Ib., 18). Como Tertuliano, Minucio recurre altestimonio del alma sencilla y lo encuentra en "la palabra espontnea de lamuchedumbre". La creencia cristiana en un nico Dios, confirmada juntamente por lademostracin de los filsofos y por el sentido comn de la mayora, es opuesta porMinucio al politesmo pagano; as como la moral cristiana es contrapuesta a la moralpagana, degenerada y corrompida.

    En los escritos practicoascticos de Tertuliano se inspir frecuentemente TacioCecilio Cipriano (m. en 258), en tratados y cartas que tratan solamente de cuestionesque afectan a la disciplina y no tienen, por consiguiente, inters filosfico. Tiene, encambio, contenido filosfico la apologa de Arnobio, titulada Adversus nationes,compuesta en tiempo de la persecucin de Diocleciano (303-305) o poco despus.Arnobio era profesor de retrica en Sicca, en el frica romana. Una visin le decidi aconvertirse y para vencer la desconfianza del obispo que deba acogerle en lacomunidad cristiana public ese escrito contra el paganismo. Tal es al menos el relatode S. Jernimo (De vir. ill., 79). Por su concepto pesimista sobre la condicin delhombre, Arnobio ha sido comparado a Pascal. En el hombre todo le parece bajo,repugnante e innoble. Su misma existencia es intil para la economa del mundo, quepermanecera inmutable si el hombre no existiera (II, 37). La convivencia humana nollega nunca a ser justa y duradera; la historia es un continuo sucederse de violencias ycrmenes (II, 38) que se repiten eternamente de la misma manera (I, 5). Supuesto esto,le parece a Arnobio "un crimen de impiedad sacrlega" admitir que haya sido creada porDios, autor del orden y de la perfeccin del mundo, "esta cosa infeliz y miserable que seduele de ser, que detesta y llora su condicin y entiende que no ha sido creada para otracosa que para difundir el mal y perpetuar su

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    miseria" (II, 46). El hombre debe, por consiguiente, haber sido creado por unadivinidad inferior en dignidad y poder, y en muchos grados, al sumo Dios,aunque perteneciente a la misma familia de El (II, 36). Arnobio admite, pues,divinidades inferiores, subordinadas al Dios supremo. Ni siquiera excluye laexistencia de las divinidades paganas: si existieran seran ellas tambindivinidades de un orden inferior, subordinadas al Dios de los cristianos (I, 28; III,2-3; VII, 35).

    El alma humana no tiene, pues, aquel carcter divino que los platnicos lehaban atribuido. Arnobio combate explcitamente la doctrina platnica de lareminiscencia. Un hombre que hubiese permanecido desde su nacimiento encompleta soledad, tendra el espritu vaco y no llegara en modo alguno a tenerconocimiento de las cosas ultraterrenas. La sensacin es el nico origen delconocimiento humano (II, 20). Una sola idea es innata en el hombre; la idea deDios, el nico creador y seor de todo (I, 33); con ella se le da tambin al hombrela certeza de la existencia de Dios, de su bondad y de su perfeccin. Por el mismomotivo de su naturaleza inferior, el alma no es naturalmente inmortal. No es puroespritu ni puro cuerpo, sino de una cualidad intermedia y de naturaleza doble yambigua (II; 14). Solamente Dios puede sustraerla a la muerte y conferirle lainmortalidad; la inmortalidad El la confiere a aquellos hombres que le reconoceny sirven, mientras los dems sern por El condenados a la verdadera muerte yconsumidos hasta el aniquilamiento total por el fuego del infierno. (II, 14). Seequivocan, pues, los epicreos cuando afirman la mortalidad incondicionada delalma (II, 30) y se equivoca igualmente Platn al afirmar la inmortalidad sincondiciones de la misma (II, 14). El destino del alma es una herencia de suconducta.

    Discpulo de Arnobio parece que fue Lucio Celio Firmiano Lactancio, quetambin haba enseado retrica en frica y haba ya desarrollado una ciertaactividad literaria cuando se convirti al cristianismo. Llamado por Dioclecianopara ensear retrica latina en Nicomedia, la nueva capital del Imperio, conocila vida rastrera y pobre cuando, el ao 305, fue obligado por la persecucin adejar su oficio. Pero algunos aos despus asista al cambio fundamental de lapoltica del Imperio en relacin con el cristianismo . por obra de Constantino ycompona el De mortibus persecutorum, en el cual, con amargo espritu devenganza, se complace en la ruina en que han cado los perseguidores de loscristianos. En su vejez fue preceptor de Crispo, hijo de Constantino, en la Galia.Su obra ms importante, los 7 libros de Divinae institutiones, son al mismotiempo la apologa del cristianismo contra sus enemigos y un manual de toda ladoctrina cristiana. Un compendio de esta obra es el Epitome divinaruminstitutionum. El tratado De opificio Dei tiene por finalidad demostrar contra losepicreos, que el organismo humano es una creacin de Dios; y el tratado De iraDei, contra la indiferencia atribuida a la divinidad por los epicreos, quieredemostrar la necesidad de la ira divina. La obra principal de Lactancio es elprimer intento, realizado en Occidente, de reducir a sistema la doctrina cristiana,exponindola de un modo orgnico y completo. Por la notable forma literaria deesta exposicin, Lactancio fue llamado por los humanistas el Cicern cristiano;pero su obra muestra escasa originalidad de pensamiento. El que haya unaprovidencia que rige el

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    mundo, es cosa evidente, segn Lactancio, para cualquiera que levante sus ojos alcielo. Puede haber duda solamente sobre quin tenga tal providencia: si pertenece a unDios nico o a varias divinidades; la alternativa est, pues, entre el monotesmo y elpolitesmo. Pero admitir varias divinidades significa sostener que Dios no tienesuficiente poder para regir por s solo el mundo: con lo cual se niega a Dios unapotencia infinita y se elimina el mismo concepto de Dios. Divinidades diversas podranestablecer en el mundo leyes contrarias y luchar entre s, lo cual es excluido por launidad y orden del mundo. Adems, as como en el cuerpo humano los diversosmiembros y los diversos aspectos de la vida espiritual son dirigidos por un alma nica,tambin el mundo debe ser regido por una nica mente divina (Inst. div., I, 2). Ladoctrina cristiana del Logos no divide ni multiplica el nico Dios. El Padre y el Hijo noestn separados uno de otro, ya que ni el Padre puede llamarse tal sin el Hijo, ni el Hijopuede ser engendrado sin el Padre. Entrambos constituyen una razn nica, un espritunico, una sustancia nica. Pero el Padre es como la fuente desbordante, el Hijo es eltorrente que emana de la fuente; el Padre es como el sol, el Hijo como el rayo irradiadopor el sol; como el torrente no puede separarse de la fuente y el rayo no puedesepararse del sol, as tampoco el Hijo puede separarse del Padre. Como una casa quepertenezca a un seor que ame a su hijo nico y le reconozca como igual a s mismo,no cesa por ello de ser jurdicamente una sola casa con un solo seor, as el mundo esla casa de Dios y el Padre y el Hijo que lo habitan son un solo Dios (Ibid., IV, 29). ElHijo fue engendrado antes de la creacin del mundo para ser el consejero de Dios en laconcepcin y realizacin del plan de la creacin (Ibid., II, 10). Y el mundo no fuecreado por Dios mismo, ya que El no tiene necesidad de hacerlo, sino por el hombre;Dios cre, en cambio, al hombre por s mismo, para que le reconociese y prestase eldebido culto, comprendiendo y midiendo la potencia de la perfeccin de la obra quetiene delante (Ibid., VII, 5). Tampoco tuvo necesidad Dios, en la creacin, de unamateria preexistente: el hombre tiene necesidad, en todas sus obras, de la materia, peroDios crea la materia misma (Ibid., II, 9). El hombre est compuesto de alma y cuerpo.El al