Una Variante Heterodoxa de Eph. 3, 5a

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Una variante heterodoxa de Eph. 3, 5 a E1 texto ordinario lee δ ετέραις γενεαίς ουκ εγνωρίσθη 1. Εη tre las ediciones criticas, ni Tischendorf ni von Soden, a pesar de su generoso aparato, han recogido una variante curiosa que figura repetidas veces entre los herejes de S. Hipólito. La variante es simplicisima y al parecer anodina. Por eso, sin duda, ha escapado a la sagacidad de los criticos. Muda sólo una palabrita, poniendo en lugar de ella dos sensiblemente anàlogas : δ ταΐς προτέραις ουκ εγνωρίσθη 2. Υο no si tal variante ha hecho su aparición fuera de la Refutatio omnium haeresium de S. Hipólito, antes ο después de ella. Ni los PP. Apostólicos ni los Apologetas, ni los Agrapha, ni los Hechos Apócrifos de los Apóstoles que yo sepa han citado nunca Eph 3,5. Lo mismo se diga de S. Ireneo3, de Ter tuliano4, S. Cipriano, Arnobio, Lactancio, S. Metodio de Olimpo. Υ lo que es mas sensible, nunca tampoco S. Epifanio 5. Es muy posible que los Indices sean incompletos y hayan deja do escapar alusiones significativas. En la misma obra de Wend land 6 se silencia un lugar curioso, cuya aclaración me ha dado pié a està nota. Helo aqui : Està es, dice7, la vida (a saber) la inefable generación (= raza) de los hombres perfectos, la cual no fué conocida a las primeras generaciones ταΐς προτέοαις γενεαΐς ουκ έγνώσθη) 8. 1 Quod aliis generationibus non est agnitum. 2 Lo que a las primeras generaciones no les fué conocido. 3 Por Io menos no consta en sus indices, ni siquiera en la obra de Sanday Turner, Novum Testamentum S. Irenaei, Oxford 1923. Cf. tamen F. Sag nard, Sources chrétiennes voi. 34 ρ. 6 hablando de los textos y alusiones escri turarias: «celui (le volume) de Sanday et Turner présente encore des fautes de lectures et des omissions». 4 Ninguna cita en el Index de sus obras completas, Corpus Christiane· rum II. 5 Cf. el Index de F. Oehler, Corpus Haeresiologorum II, Berlin 1859 61. La edición de K. Holl GCS no llegó a los Indices. 6 Indice escriturario de GCS Hippolytus III p. 295. 7 S. Hipólito refiere palabras textuales del anònimo, cuyas noticias va extractando en las paginas y capitulos relativos a los naasenos : Ref. V, 6 ss, (W 77 ss.). El mismo proceder sigue el Santo en las noticias sobre Ba silides y sobre los valentinianos. Puede verse, si lubet, A. Hilgenfeld, Die Ketzergeschichte des Urchristenthums, Leipzig 1884 p. 18 ss. 63 ss. 8 Ref. V, 8, 5 (89, 27-90, 1). Wendland ha dejado escapar distraida

Transcript of Una Variante Heterodoxa de Eph. 3, 5a

Una variante heterodoxa de Eph. 3, 5 a

E1 texto ordinario lee δ ετέραις γενεαίς ουκ εγνωρίσθη 1. Εη tre las ediciones criticas, ni Tischendorf ni von Soden, a pesar de su generoso aparato, han recogido una variante curiosa que figura

repetidas veces entre los herejes de S. Hipólito. La variante es simplicisima y al parecer anodina. Por eso, sin

duda, ha escapado a la sagacidad de los criticos. Muda sólo una

palabrita, poniendo en lugar de ella dos sensiblemente anàlogas :

δ ταΐς προτέραις ουκ εγνωρίσθη 2.

Υο no sé si tal variante ha hecho su aparición fuera de la

Refutatio omnium haeresium de S. Hipólito, antes ο después de ella. Ni los PP. Apostólicos ni los Apologetas, ni los Agrapha, ni los Hechos Apócrifos de los Apóstoles — que yo sepa — han citado nunca Eph 3,5. Lo mismo se diga de S. Ireneo3, de Ter

tuliano4, S. Cipriano, Arnobio, Lactancio, S. Metodio de Olimpo. Υ lo que es mas sensible, nunca tampoco S. Epifanio 5.

Es muy posible que los Indices sean incompletos y hayan deja do escapar alusiones significativas. En la misma obra de Wend

land 6 se silencia un lugar curioso, cuya aclaración me ha dado

pié a està nota. Helo aqui :

Està es, dice7, la vida (a saber) la inefable generación (= raza) de los

hombres perfectos, la cual no fué conocida a las primeras generaciones (η ταΐς

προτέοαις γενεαΐς ουκ έγνώσθη) 8.

1 Quod aliis generationibus non est agnitum. 2 Lo que a las primeras generaciones no les fué conocido. 3 Por Io menos no consta en sus indices, ni siquiera en la obra de Sanday

Turner, Novum Testamentum S. Irenaei, Oxford 1923. Cf. tamen F. Sag

nard, Sources chrétiennes voi. 34 ρ. 6 hablando de los textos y alusiones escri

turarias: «celui (le volume) de Sanday et Turner présente encore des fautes

de lectures et des omissions». 4 Ninguna cita en el Index de sus obras completas, Corpus Christiane·

rum II. 5 Cf. el Index de F. Oehler, Corpus Haeresiologorum II, Berlin 1859

61. — La edición de K. Holl GCS no llegó a los Indices. 6 Indice escriturario de GCS Hippolytus III p. 295. 7 S. Hipólito refiere palabras textuales del anònimo, cuyas noticias va

extractando en las paginas y capitulos relativos a los naasenos : Ref. V, 6 ss,

(W 77 ss.). — El mismo proceder sigue el Santo en las noticias sobre Ba

silides y sobre los valentinianos. Puede verse, si lubet, A. Hilgenfeld, Die

Ketzergeschichte des Urchristenthums, Leipzig 1884 p. 18 ss. 63 ss. 8 Ref. V, 8, 5 (89, 27-90, 1). — Wendland ha dejado escapar distraida

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202 Λ. ORBE, S. I.

Sola està citación no prueba la existencia de una variante en

el còdice usado por el anònimo naaseno. Como tampoco prueba

que fìguraran en el mismo còdice de base las lecturas en ή y en

εγνώσΟη, palabras inicial y final de la citación. El cambio de έτέραις en ταΐς προτίραις pudiera, en absoluto,

explicarse por una simple cita ad sensum. Pero lo curioso es que tal cambio persiste en los demàs pasajes heréticos citados en su

obra por Hipólito. Concretamente, entre los valentinianos y en

Basilides9.

Pasaje valentiniano :

Asi pues todos los Profetas y la Ley hablaron en virtud del Demiurgo

(animai)10, dios necio, al decir (del anònimo valentiniano), sin saber nada, necios (corno su padre, el Demiurgo). Por eso, dice, afirma el Salvador :

« Todos cuantos me precedieron, robadores son y ladrones » y el Apóstol :

« el misterio que no se dio a conocer a las primeras generaciones » (δ ταΐς

προτέραις γενεοΰς ο πκ έγνωρίσΟη )12. Pues ninguno de los Profetas, dice

(el anònimo valentiniano), dijo nada sobre esto de que nosotros vamos ha

blando13.

Basilides aduce el texto en las siguientes dos ocasiones :

Pero corno estas cosas, dice, tuvieron lugar asi, convenia que lo informe

(τήν άμορφίαν) que hay entre nosotros 14 fuera iluminado 15, y que a la Fi

mente en su aparado la cita implicita de Eph. 3, S. Lo mismo R. Reitzenstein, Studien zum antiken Synkretismus aus Iran und Griechenland, Leipzig 1926

p. 167, 1 y antes en Poimandres, Leipzig 1904 p. 91, 1. 9 Llamo asi al Basilides de S. Hipólito, sin tratar de averigiiar, ni preo

cupar, la cuestión sobre su identidad ο no con el Basilides de S. Ireneo (adv. haer. I, 24, 3 ss.) Cf. si lubet, Hilgenfeld, o. c. p. 202 ss.; E. de Faye, Gnostiques et Gnosticisme, Paris 1913 p. 205 ss. ; K. Ressler, Mani, Berlin 1889 p. 166 s.

19 Cf. I, 7, 3 = Epiph. Panar. 31, 22, 7 s. (I 420, 21 ss.). — Véase asimismo Iren. I, 24, 2 (Satumilo) = Hippol. Ref. VII, 28, 7 — Epiph. Pa nar. 23, 2, 6; Iren. I, 23, 3 (Simon Mago); Iren. I, 24, 5 (Basilides); Iren. I, 30, 11. Puede verse H. Jonas, Gnosis und spàtantiker Geist, Teil I. Gottingen 1954 p. 229.

11 Ioh. 10, 8. Cf. Th. Zahn, Geschichte des neutestamentlichen Kanons,

Erlangen 1888 ss. I ed. 1. p. 732. 12 Eph. 3, 5. 13 Hippol. Ref. VI, 35, 1 (164, 7 ss.). 14 La αμορφία indica la imperfección naturai, y sobre todo la ignoran

cia (άγνωσίσ) ο informidad gnostica, en que se hallaba la Iglesia de los pneu màticos ο gnósticos, antes de la venida del Salvador al mundo. Es un tér

mino tècnico asimismo para los valentinianos : cf. ET 31, 3. Véase también

F. Sagnard, Gnose p. 554 s. 15 Varios paralelos en torno al significado de està Iluminación, apud

H. Schlier, Religionsgeschichtliche Untersuchungen zu den Ignatiusbriefen, Giessen 1929 p. 103 ss.; Sagnard, o. c. p. 400 ss. 501 ss.

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UNA VARIANTE HETERODOXA DE EPH. 3, 5 A 20,5

liedad, abandonada en la amorfia, se le revelara, corno a abortivo ( rf| υίό

τητι rfj... καιαλελειμμένΐ) Ιονει έκτριόματι άποκα.λυφί)ήναι ) 10 el misterio que no fué conocido a las primeras generaciones (5 rati προτίοαις γενεαϊς ούκ

έγνωρίσθη), conforme està escrito, dice: «el misterio me fué conocido por revelación » 17 y « oi palabras inefables, que ningun hombre es capaz de hablar »

(2 Cor. 12, 4) ls.

Υ no mucho antes, el propio Basilides :

Desde Adàn hasta Moisés reinó el pecado19 segun està escrito 20. El magno

Arconte, en efecto, aquel que tiene sus confines hasta el firmamento, reinó

(desde Adàn hasta el fin de la Ley mosaica) en la persuasión de ser el unico

16 Cfr. 1 Cor 15, 8 : ... ώσπερεί τφ έκτρώμαχι ωφθη κάμοί. La alusión de Basilides al pasaje paulino (muy clara en Iren. I, 8, 2 = Epiph. Panar. 31, 25, 4 (Holl GCS I p. 423, 7 ss.) ; no tanto en Iren. I, 4, 1 = Epiph. Panar. I p. 409, 21) ha sido distraidamente silenciada por Wendland (205, 8 s.). Resulta sin embargo de gran significación doctrinal, porque demuestra una vez mas, que el Apóstol S. Pablo representaba, para los gnósticos, a

la Iglesia pneumatica. R. Reitenstein, Die Hellenistischen Mysterienreli

gionen> Leipzig 1927 p. 86 consideraba a S. Pablo «nicht als den ersten, wohl aber als den grossten aller Gnostiker». Segun los gnósticos, era todavia màs ; era « el tipo de la Iglesia espiritual terrena », ο de la Filiedad. El

pasaje de Basilides con su simbolo Pablo = Ecclesia (resp. Pablo = Filie

dad) ha escapado a la erudición de Schlier, Ignatius p. 156 s. ; e igualmente a E. Aleth, Paulusverstàndnis in der alien Kirche, Berlin 1937 p. 39 ss. ;

y a J. Wagenmann, Die Stellung des Apostels Paulus neben den Zwolf, Giessen 1926 p. 113 ss. Para el auge del termino έκτρωμα entre los gnósticos cf. Schlier 1. c. ; K. Muller, Beitràge z. Verstàndnis der valentinianischen

Gnosis, NGG 1920 p. 230 s. ; y màs en general, la bibliografia de W. Bauer, Griech.-Deutsches Wòrterbuch z. d. Schrift. d. NT., Berlin 1952 ad ν. έκτρωμα. Para el termino εκτρώματα en la gran fòrmula de abjuración maniquea

(apud A. Adam, Texte zum Manichaismus, Berlin 1954 p. 98, lin. 20, PG 1, 1461 D) cf. la advertencia de Nòldeke, Zeitschr. d. deutschen Morgenlàn dischen Gesellschaft XLIII p. 535 sobre la confusión del n'phiUm de Gen

6, 4 en n'phàlìm (=abortos). Véase F. Cumont, Recherches sur le Mani

chéisme t. I, Bruxelles 1908 p. 42 nota. Es extrafio que G. E. Closen, Die

Siinde der «.S'oline Gottes» Gen. 6, 1-4, Rom 1937 (c. 5. Die Nephilim)

p. 195 ss. haya pasado por alto este problema textual. Véase en cambio

Fr. Schwally, ZfATW XVIII p. 144 ss. apud J. Skinner, Genesis, Edin

burgh 1912 p. 146 nota; L. Kòhler-W. Baumgartner, Lexikon in Veteris

Testamenti Libros, Leiden 1953 ad voces n'philìm y nephel. 17 £pf, 3t 3 « Hippol. Ref. VII, 26, 7 (205, 6 ss.). 19 Rom. 5, 13. 14. 20 No sólo hasta Moisés ex elusive, sino hasta el tiempo de la Ley mo

saica inclusive. Asi todos los gnósticos, tornando a Moisés corno tipo de la

Ley, segun una idea que paso también a los eclesiàsticos. Véase por ej.

Origen.-Rufino, Comm. in Rom. lib. V, 1 (PG 14, 1018 A) : « Igitur mors

peccati regnavit ab Adam usque ad Moysen, id est usque ad adventum Christi.

Moyses enim lex appellatur, et lex, sicut scriptum est, usque ad Joannis bap

tismum habuit locum (Le 16, 16), ex quo coepit Jesus regnum Dei predi

care». El contexto origeniano puede ser significativo, pues no mucho antes

habia mencionado una exegesis precisamente de Basilides (cf. PG 14, 1015

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204 Α· ORBE, S. I.

Dios y que nada habia por encima de él 21. Este es, dice (Basilides), el rais terio que no fué conocido a las primeras generaciones (δ ταΐς προτέραις γε νεαϊς ούκ έγνωρίσΟη) sino que en aquellos tiempos (έν έκείνοις τοις χρόνοις) el magno Arconte — la Ogdóada 22 — era al parecer Rey y Sefior de todas

las cosas 23.

No tratamos de hacer un estudio doctrinal de los cuatro pa

sajes heterodoxos, en que hallamos la curiosa variante en ταΐς προ

τεριιις. De los escritores eclesiàsticos mas inmediatos a los gnó

sticos, tenemos cortos elementos de juicio. Clemente Alejandrino só

lo cita una vez Eph 3,5 con la variante en έτεραις y con una leve

omisión, respecto a la forma actual24, fàcilmente explicable.

AB. è De cuàl de los dos presuntos Basilides?) en torno a Rom 7, 9. Para la utilización del Comm. in Romanos, corno obra origeniana, véase ultima mente H. Ch. Puech, Les nouveaux écrits d'Origene et de Didyme décou verts à Toura, Rev. d'Hist. et de Phil. Religieuses, Strassbourg 31 (1951) pp. 293-329, para nuestro objeto p. 309. La edición anunciada en este articulo ha visto por fin la luz publica (J. Scherer, Le Commentaire d'Origene sur

Romains, III, 5-V, 7. Le Caire, Institut fran^ais d'Archéologie Orientale, 1955) ; todavia sin embargo no le he podido tener a las manos, e ignoro si en este punto aporta alguna novedad. No lo creo. Cf. entretanto la no ticia de J. Daniélou, Recherches de Scienc. Relig. XLIII (1955) pp. 586 588. Y sobre todo la interpretación implicita en el fragmento del Comento ad Romanos V que erroneamente se creia pertenecer al libro IX y corno tal habia sido editado por A. Robinson, The Philocalia, Cambridge 1893

pp. 54, 20-58, 2. Sobre la indole origeniana de la idea anterior, no hay posible duda, pues fué comùn a la mayoria de los griegos y a gran parte de los exegetas latinos : cf. Cornely, ad Romanos, Parisiis 1896 p. 284 ba sada en una mala inteligencia de la preposición Λ-/ρ ι « quod praepositione αχρι, (usque ad) male explicata non initium sed finem terminumque Legis indicari arbitrati totum tempus ab Adam usque ad Christum significari vellent» (Cornely). Los gnósticos se hallaban obligados ademàs doctrinal mente — no por sola una preposición — a extender el reino del pecado hasta la Nueva Economia.

21 Cf. Is. 45, 5; 46, 9. Alude Basilides al primero de estos pasajes, y concretamente a las palabras « Yo (soy) Dios, y fuera de mi ninguno »

atestiguadas por Iren. I, 5, 4 = Epiph. Panar. 31, 19, 3 (I p. 414, 23) = Hippol. Ref. VI, 33 in fine (162, 9) valentinianos ; Iren. I, 30, 6 (ofitas) = Apocryphon Iohannis ed. Till (TU 60) p. 169 [44] lin. 14 s. Puede verse ademas H. Jonas, Gnosis I p. 230 η. 1.

22 El magno Arconte ocupaba para Basilides el puesto que Sofia Acha moth entre los valentinianos [cf. Iren. I, 5, 3. 4 = Epiph. Panar. 31, 18, 12 (I p. 414, 11 ss.); 19, 6 (415, 5 s.) cf. Hippol. Ref. VI, 31, 7; 34, 8; 36, 1: otros lugares valentinianos apud Sagnard, Gnose 164], ο Sofia Prou nikos entre los ofitas y barbelognósticos (Iren. I, 29, 4; 30, 4; véase tam bién la Sophia Jesu Christi, ed. Till (TU 60) p. 231 [95] 13 y 269 [114] 6 : esto es, el cielo superior al ùltimo cielo planetario.

23 Ref. VII, 25, 3 (203, 3 ss.).

24 Strom. V, 87, 1 (Stàhlin II p. 383, 20 s.) : δ ετέραις γενεαΐς ουκ έγνω

ρίσθη τοϊς υίοϊς τών άνθρο'ιπων, [ó)c] νυν απεκαλύφθη. Clemente omite quiziàs el

ώς por razones puramente literarias, para hacer valer el contraste : « lo que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, ahora

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UNA VARIANTE HETERODOXA DE EPH. 3, S A 205

De Origenes tenemos dos clases de testimonios : unos directos,

y otros indirectos. Los primeros, conservados en su forma originai, son por lo menos tres. Todos tres, de sus libros in Iohannem 25, y a favor de la lectura corriente26.

Los testimonios indirectos provienen del Comentario in Ephe

sios de S. Jerónimo. No vamos a demostrar aqui la dependencia intima de tal comentario respecto al hoy perdido de Origenes 27.

En otra parte creemos haber demostrado28 que el desarrollo

exegético in Eph. 3, 5-7 de S. Jerónimo29 responde exactamente a

las ideas desarrolladas por Origenes-Rufino en Comm. in Rom.

X, 43 30 y por Origenes in Iohannem VI, 4-63l. El comento jero

nimiano ad Eph. 3, 5 ss. puede por tanto servirnos para esclarecer

el texto y las ideas origenianos sobre el particular32.

Pues bien, el Alejandrino discurre a base del texto ordinario en ετέραις. Ni siquiera parece haber conocido la variante en ταΐς

προτέραις. Y menos, su colorido tendencioso.

Al través de la elaboración de S. Jerónimo han llegado a noso tros elementos doctrinales, y aun de critica textual, suficientes para

probar contra qué adversarios orientaba su exegesis.

Detengàmonos un momento, para estudiar tales elementos :

Qui volunt prophetas non intellexisse quod dixerint, et33 quasi in ecstasi

locutos, cum praesenti testimonio (Eph 3, 5-7), illud quoque quod ad Romanos

ha sido revelado ». Este solo testimonio no basta a probar que tal lectura — sin el («e— venga exactamente del texto escriturario.

« In Ioh. VI 4 (2) GCS IV 112, 1 y 20; XIII 46 GCS IV 273, S ss. 26 Las dos levisimas modificaciones del primero y ùltimo pasaje se

justifican muy bien por la manera de introducir la cita. Omisión del δ inicial (en IV 112, 1) ο substitución por un .> (en IV 273, S).

27 Cf. si lubet, Th. Zahn, Gesch. d. Kan. II 2 p. 426 ss. ; A. Harnack, Der kirchengeschichtliche Ertrag der exegetischen Arbeiten des Origenes 2. Teil: Die beiden Testamente mit Ausschluss des Hexateuchs und des Rich terbuchs (TU 42, 4), Leipzig 1919 (Origenistisches Gut bei Hieronymus) pp. 141-168: para la epla. ad Ephesios p. 156 ss. ùltimamente P. Courcelle, Les Lettres Grecques en Occident de Macrobe à Cassiodore, Paris 1948 ed. 2.

pp. 88-101, sobre todo p. 90, 1 ; puede verse mi Estudios Valentinianos II

p. 219 y la revista Estudios Biblicos (Madrid) voi. VII (1955) p. 209 ss. 28 La Excelencia de los profetas, segun Origenes, Estudios Biblicos, voi.

VII, Madrid 1955 pp. 209 ss. 29 PL 26, numeración de Vallarsi P. 588-590. — Sigo siempre està nu

meración, porque la Patrologia Latina tuvo la idea poco acertada de cam biar de paginación de una edición a otra en las obras de S. Jerónimo.

30 PG 14, 1290-1292. 31 GCS IV p. 110, 25-113, 13. 32 -En los fragmentos de cadenas, relativos al comentario origeniano

ad Ephesios, y editados por Gregg JTS voi. Ili (1902) no hay ningùn ele mento que nos interese.

33 Otros Mss. sed.

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200 A. ORBE, S. I.

in plerisque codicibus invenitur, ad confirmationem sui dogmatis trahunt, le

gentes: «Ei autem qui potest vos roborare iuxta Evangelium meum, et prae dicationem Jesu Christi secundum revelationem mysterii temporibus aeternis

taciti, manifestati autem nunc per Scripturas propheticas, et adventum Domini nostri Jesu Christi » 34 et reliqua 35.

E1 Alejandrino apunta aqui un problema de critica textual, que debia de esclarecer ampliamente en el Contento ad Romanos,

a juzgar por lo que ha llegado a nosotros en la elaboración de Ru fino 36.

Origenes conocia en efecto tres lecturas bàsicas : una, marcio

nitica, segun la cual la carta ad Romanos terminaba en Rom. 14, 23; otra no-marcionitica, que omitia Rom 15, 1-16, 24; y la tercera, que leia la carta en su actual integridad, y era también la de Ori

genes.

La clàusula « illud quoque quod ad Romanos in plerisque codi cibus invenitur » es sin duda origeniana, y alude, no a la variante

de Rom 16, 26 b registrada lineas después, sino a la tercera de las lecturas apuntadas y estudiadas por el Alejandrino en su in Ro manos.

Los adversarios de Origenes — contrarios a la conciencia si

multànea de la inspiración profética, que concebian a manera de

inspiración pitica — eran asimismo partidarios de la tercera le ctura, y en ella se amparaban

37 para su tesis. Replica Origenes :

Quibus breviter respondendum est, temporibus praeteritis tacitum Christi fuisse mysterium, non apud eos qui illud futurum pollicebantur, sed apud uni versas gentes quibus postea manifestatum est. Et pariter adnotandum, quod sacramentum fidei nostrae, nisi « per Scripturas propheticas et adventum Chri sti » (Rom 16, 26) 38 non valeat revelari. Sciant igitur qui prophetas non intel ligunt, nec scire desiderant, asserentes se tantum Evangelio esse contentos, Christi nescire mysterium, quod temporibus aeternis gentibus cunctis fuerit ignoratum 39.

34 Rom 16, 25. 26. — Para està variante ο su equivalente griega ν.αί tric ρτίφονει'πί-τ· ι· χιι«ίου rnifTiv I. X., empleada por Origenes cf. in Ioli. ΙΛ 4 GCS IV 111, 27; Ibid. XIII, 46 GCS IV 273, 9 s.; Contro Celsum III, 61 GCS I 255, 19. Es un aditamento inspirado en 2 Tim 1, 10.

35 Origen.-Hieron., Comm. ad Ephesios lib. II PL 26 P. 592.

36 Comm. ad Romanos lib. X, 43 PG 14, 1290 A-C. 37 Concretamente en Rom 16, 25. 26. 38 S. Jerónimo traduce aqui a la letra a Origenes, aceptando — sin él

entenderlo, a lo que parece — la variante origeniana a Rom 16, 26 b. 38 Origen.-Hieron. ad Eph. PL 26 P. 592.

189.250.233.164 on Mon, 28 Apr 2014 23:52:11 PM

UNA VARIANTE HETERODOXA DE EPH. 3, 5 A 20;

; A quiénes se refiere Origenes en los dos fragmentos anterio

res? No ciertamente a Marción, porque segun testimonio del mismo

Alejandrino 40, Marción ponia punto final en Rom 14, 23 ; y rechaza ba por ende Rom 16, 25-26 sobre que discurren los adversarios de

Origenes 41. Tampoco al pagano Celso, para quien ni los Profetas,

ni menos Pablo tenian autoridad, corno para ser llamados a discu

sión42.

i Aludia quizàs a Origenes a Montano, a quien al parecer habia mencionado no mucho antes ?43.

Personalmente creo que no44. Los adversarios de Origenes son

los mismos en uno y otro lugar45 corno lo prueban las analogias literales :

40 Origen.-Rufin. Comm. ad Romanos X, 43: PG 14, 1290 AB. 41

Harnack, Kirchengesch. II p. 157 cita nuestro pasaje (in Eph. 3, 7 ed. Vallarsi Ρ. 592) viendo aludidos a los marcionitas en quienes « volunt prophetas non intellexisse quod dixerint, sed quasi in ecstasi locutos ». Har nack sabe muy bien que estos ultimos invocaban en confirmación suya un texto positivamente eliminado por Marción (Cf. Harnack, Marcion ρ. 110* nota) y sin embargo una y otra vez, primero en Sitzungsber. del Preuss. Akadem. d. ÌViss. 1919 p. 527 ss., y luego en Marcion p. 165 * s. vuelve a la carga, con argumentos que no pueden retenernos aqui; pero sobre no apor tar ninguna noticia objetiva (cf. E. C. Blackman, Marcion and his Influen ce, London 1948 p. 49 : ' Harnack's arguments... do not amount to scientific

proof'), capaz de contrabalancear el testimonio adverso del Maestro, valen igualmente — y està vez, sin contrapeso alguno — a favor de los gnósticos.

42 Celso admite que los Profetas vaticinaban en éxtasis y enajenados (C. Cels. VII 3-4), pero habla corno un extrafio. El recurso a Rom 16, 25. 26 seria en él absurdo. — Para la posición de Celso frente a la inspira ción profética cf. ùltimamente C. Andresen, Logos und Nomos, Berlin 1955

p. 138 ss. 43 Cf. Origen.-Hieron. PL 26 P. 589 Β : « Aut igitur iuxta Montanum,

Patriarchas et Prophetas in ecstasi loquuntur accipiendum, et nescisse quae dixerint». Casi a la letra, en la frase discutida.

44 Harnack, Kirchengesch. II p. 158 acepta corno origenianas estas li neas sobre Montano. — Que Origenes conociera a los Frigios, es indudable

(cf. Harnack Ibid. p. 79; y sobre todo P. de Labriolle, La Crise montaniste Paris 1913 p. 481 s.) ; pero sospecho que en està ocasión ha entrado la mano

de S. Jerónimo para agregar « iuxta Montanum ». Tengo sobre todo dos razones para creer en la adición : a) en los lugares paralelos origenianos, al

tratar por extenso sobre la conciencia profética en la inspiración (cf. supra, nota 31) no se hace ninguna mención de Montano; b) los adversarios ori

genianos son de los « asserentes se tantum Evangelio esse contentos » lo

cual no conviene en modo alguno a los Montanistas. Es para mi muy pro bable que S. Jerónimo se autorizó en P. 589 la adición « iuxta Montanum »

porque alli sólo se aludia a la inspiración extàtica de los Profetas; no asi

en P. 592 donde los adversarios ensefiaban ademas « se tantum Evangelio esse contentos ».

43 P. 589 y P. 592.

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208 A. ORBE, S. I.

Ρ. 589 Ρ. 592

Aut igitur iuxta Montanum, patri- Qui volunt prophetas non intelle archas et prophetas in ecstasi locutos xisse quod dixerint, et (olii sed) qua accipiendum, et nescisse quae dixe- si in ecstasi locutos, ... rint: aut si hoc impium est... intelle- Sciant igitur qui prophetas non in xerunt utique quae locuti sunt. telligunt, nec scire desiderant, asse

rentes se tantum Evangelio esse con

tentos, Christi nescire mysterium

quod temporibus aeternis gentibus cunctis fuerit ignoratum.

Como en el segundo testimonio los adversarios no pueden ser

en modo alguno los Montanistas 46, tampoco en el primero. La alu

sión a Montano seria segtin eso de S. Jerónimo. El insigne historiador del Montanismo, P. de Labriolle, sabe

muy bien que S. Jerónimo ha sido inertemente influido por Ori

genes 47

; pero el problema de la prof ecia extatica en el Montani

smo le parece haber sido un aspecto al que el Santo prestò atención

particular y desde un punto de vista mas personal que a otros.

A tal juicio le movió sin duda la frecuencia con que S. Jeró nimo vuelve sobre el tema 4S.

Sin embargo, no parece haber advertido de Labriolle un fenò

meno muy sintomàtico. Todos los pasajes jeronimianos donde se

habla de la profecia estàtica 49 figuran en obras, que tenian su cor

46 de Labriolle, Les Sources de l'Histoire du Montanisme, Fribourg 1913, que ha recogido el primero (p. 171 n. 115), sin duda por su expresa mención de Montano, ha silenciado el segundo.

47 Cf. Sources p. XCIV n. 3 donde cita C. Cels. VII, 3-4; de Princ. Ili 4; in Ezech. Hom. VI, 1.

48 Asi por ejemplo en Comm. in Naum, prolog. (PL 25 P. 535-536: de Labriolle, Les Sources de l'Histoire du Montanisme, Fribourg 1913 p. 175 n. 124): «Non enim loquitur (Naum) in ένοτηοκι, ut Montanus et Prisca et Maximilla delirant; sed quod prophetat, liber est visionis intelligentis uni versa quae loquitur, et pondus hostium facientis in suo populo visionem » ; Comm. in Is., prol. (PL 24 P. 3-4 : de Labriolle, Sources p. 179 s. n. 132) : « Neque vero ut Montanus cum insanie feminis somniat, Prophetae in ecstasi sunt locuti, ut nescierint quid loquerentur, et cum alios erudirent, ipsi igno rarent quid dicerent. De quibus Apostolus ait : « Nescientes quae loquantur, neque de quibus affirment » (1 Tim. 1, 7): sed iuxta Salomonem qui loquitur in Proverbiis : « Sapiens intelligit quae profert de ore suo ; et in labiis suis portabit scientiam » (Prov. 16, 23) ... Quomodo sapientes prophetae instar bru torum animantium quid dicerent, ignorabant? » ; Ibid. I, 1 (PL 24 P. 8: de Labriolle, Sources p. 180 n. 133) : « In veteri quoque dicitur Instrumento, quod populus viderit vocem Dei (cf. Exod. 20, 18). Ex quo Montani deli ramente conticeant, qui in extasi et cordis amentia prophetas putat ventura dixisse : neque enim videre poterant quod ignorabant ». Cf. etiam Comm. in Habacuc, prol. (PL 25 P. 589-590: de Labriolle, Sources p. 176 n. 125).

49 Cf. de Labriolle, La Crise Montaniste p. 555 s. n. 3.

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UNA VARIANTE HETERODOXA DE EPH. 3, 5 A 209

respondiente en la production exegética de Origenes50. Interesa

pues saber si en los escritos del Alejandrino la tesis de la inspira ción màntica de los profetas veterotestamentarios se atribuia a Mon

tano ο mas bien a otros adversarios, aludidos ο no expresamente por su nombre y apellido. Si los textos ο fragmentos paralelos de Ori

genes se referian en efecto a individuos no montanistas, a bien poco

quedaria reducida la atención particular de S. Jerónimo al problema de la inspiración màntica.

Yo sospecho mucho del caràcter origeniano de frases corno

Montanus cum insanis feminis, ut Montanus et Prisca et Maximilla

delirant, Montani deliramente.

Origenes, que yo sepa, no consta haya mencionado expresa

mente a Montano. Sólo una vez parece haber nombrado a Maxi

mila y Priscila 51. Luego la insistencia en recoger el nombre de Mon

tano y de sus virgenes parece jeronimiana. Por otra parte, en todos

los pasajes citados, pudo muy bien S. Jerónimo nombrar por su cuenta a tales personajes, porque ciertamente habian sostenido la

misma ο anàloga doctrina sobre la inspiración màntica de los pro

fetas.

,:Pero aludia a ellos Origenes en los pasajes correspondientes ?

El simple cotej ο que dàbamos en el texto 52 es suficiente a probar

que su mente se dirigia a otros adversarios. A los mismos a quie

nes aludia In Ioh VI 4 53. Los cuales sobre ensenar la inspiración

màntica rechazaban positivamente corno verdaderos Profetas a los

del AT, por estar sometidos al influjo de un dios de segunda catego

ria, incapaz de entender la verdadera Economia de la Nueva Ley 54.

Entre ellos se hallaban en primera fila los valentinianos, y en par

ticular Heracleón 55.

Yo no niego que en alguno de los pasajes elaborados por S.

Jerónimo, entre los varios citados arriba, Origenes tuviera en cuenta

a Montano. En alguno es posible ; mas no en todos ; y a mi juicio ciertamente no en ninguno de los dos alegados del Comm. in Ephe sios.

Eliminados los marcionitas, Celso, y los montanistas, sólo re

sta fijarse en los eternos adversarios de Origenes, los gnósticos, y

50 Cf. ρ. Courcelle, Lettres Grecques p. 94-96. 51 Caten. in 1 Cor. 14, 36: Cramer V ρ. 279; De Labriolle, Sources

55. 52 ρ. 208. 53 GCS IV 110, 25-113, 13. =4 Cf. in Ioh. II 34 (28) : GCS IV 91, 9 ss. - 93, 24. ss Cf. in Ioh. VI 3 (2) : GCS IV 109, 1 ss.

« Gregorianum » XXXVII (1956) - voi. XXXVII.

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210 A. ORBE, S. I.

en particular los valentinianos 56, para quienes los Profetas y Pa

triarcas nunca fueron conscientes de ser movidos por Sofia ο por

el Demiurgo. Los gnósticos eran poco favorables a doctrinas e indi

viduos pertenecientes a una Economia Animai, y se contentaban

con el Evangelio (la Nueva Economia) predicado por el Salvador.

Origenes se enfrentaba en definitiva con elementos gnósticos,

a quienes conocia por sus doctrinas, y por el texto escriturario usa

do entre ellos para confirmarlas. Y lo hacia concretamente, en exe

gesis a Eph 3, 5-7. Al no registrar pues entre sus adversarios la variante que bu

scamos 57, y en un comentario donde supone una previa depuración

textual de un pasaje ajeno (Rom 16, 25. 26), aunque intimamente relacionado con el nuestro, serial que ο no la conoció en absoluto,

ο no le mereció sospechas.

El resultado de los paralelos origenianos no da mas luz. Pero

no es el unico camino. Siendo el autor del Elenchos el unico que re

coge dicha variante entre sus adversarios — sin sospechar, a lo

que parece, de su indole heterodoxa — seria interesante compro bar el uso que hizo personalmente el Santo de Eph 3, 5. Desgracia damente el texto no figura en ninguna de sus obras restantes.

Como ùltimo recurso, quedaba el compulsar las lecciones em

pleadas por Mario Victorino en su Comento ad Ephesios 58

; pero el africano, influì do en otras ocasiones por corrientes heterodoxas,

lee està vez, igual que nosotros, έτεραις. En definitiva, el sentido y fuerza de la variante se ha de expli

car por lo que nos autoricen los cuatro lugares registrados en la

Refutatio de S. Hipólito. Una cosa parece fuera de litigio, y es que la mano del Santo

no ha influido para nada en dicha variante. En los cuatro casos

se citan palabras textuales. Lo atestigua el machacón φησί [resp.

λέγει 1 con que eslabona ordinariamente el Santo noticias ajenas. La variante en ταΐς προτέραις se halla por tanto atestiguada por solos gnósticos.

J Quiere elio decir que encerraba un matiz peculiar heterodoxo ?

En si, la impostación en un fragmento gnòstico no significa que la modificación de έτέραις en ταΐς προτέραις obedezca a prejuicios doctrinales.

Si hoy dia no conocemos la existencia de ningùn còdice ni pa

56 Cf. Estudios Biblicos 3. c. p. 209 ss. 57 Eph. 3, 5: δ τι.ΐς προτέ ιαις γενεαϊς.. se PL 8, 1263 BC.

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UNA VARIANTE HETERODOXA DE EPH. 3, S A 211

piro que lea corno los gnósticos, pudo no obstante haber existido tal

lectura en el siglo segundo, en un còdice ο quizà en algùn florile

gio escriturario que por su extensión y aceptación en circulos he

terodoxos, hubiera mas tarde desaparecido.

Seria altamente improbable que una lectura testimoniada por

naasenos, valentinianos y Basilides, hubiera nacido por generación espontànea, y simultàneamente, en las tres grandes escuelas. Cabe

imaginar que S. Hipólito hubiera uniformado los cuatro pasajes; ο

que las tres noticias (naasena, valentiniana, y basilidiana) hubieran sido uniformadas — en cuanto al texto biblico -—

por una mano

posterior. Pero seria igualmente arbitrario.

Siempre es màs probable admitir la existencia de un documento

biblico — corrompido ο no —

que registrara nuestra variante en

ταΐς προτέραις,. y que tuviera gran extensión a fines del siglo II. A priori no se puede excluir una corrupción textual, consciente.

El pasaje de Eph 3, 5 ss., se prestaba a elio. En este punto es sinto màtico el proceder de Marción.

Marción anduvo ciertamente interesado en Eph 3, y sus modi

ficaciones han llegado, en parte, a nosotros. Sólo nos consta ad

mitiera Eph 3, 8-10; pero —

y es lo màs interesante — no lo admi

tió, en nuestra forma actual, sino modificàndolo con abierta mala

fé. Lo atestigua claramente Tertulliano 59. La modificación marcio

nita responde a maravilla a la tesis gnostica sobre la ignorancia

absoluta, en el Demiurgo (= Creador del cielo y de la tierra), de

toda Economia Superior. En este punto los gnósticos coincidian

con Marción 60.

Escribia Basilides :

Y ya que el magno Arconte habia sido instruido 61 y se habia también

59 Adv. Marc. V, 18: De manibus haeretici praecidentis (Mss praeci dendis) non miror, si syllabas subtrahit, cum paginas totas plerumque sub ducit. « Datam — inquit — sibi Apostolus gratiam novissimo omnium in luminandi omnes, quae dispensatio sacramenti occulti ab aevis in deo, qui omnia condidit » (Eph. 3, 8. 9), rapuit haereticus « in » praepositionem et ita legi facit : « occulti ab aevis deo, qui omnia condidit ». Cf. Harnack, Marcion p. 118* cum nota; Blackman, Marcion p. 45.

60 Cf. para Marcion Harnack o. c. 97 ss.; para los gnósticos H. Jonas, Gnosis I p. 227 ss. II p. 160 ss. nota.

61 Se refiere a la instrucción recibida por él, de labios del Salvador, al

cruzar éste la Ogdóada. E1 Salvador le habia catequizado sobre los misterios del mundo superior, a saber « quién es el οήκ ών, cuàl la Filiedad, quién el Espiritu Santo, cuàl la constitución del universo, còrno tendrà lugar la

Apokatastasis » (Ref. VII, 26, 2 Wendl. 204, 8 ss.). — Fuera de Basilides, véase la misma idea en Iren. I, 7, 4 = Epiph. Panar. 31, 22, 9-12 (Holl. I 420, 26 ss.) ; Hippol. Ref. VI, 36, 2 (165, 21 ss.) y 33 (162, 6 ss.).

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212 A. ORBE, S. I.

adoctrinado e instruido toda la creación de la Ogdóada62, y se habia dado a conocer el misterio a los seres supracelestiales 63, convenia por lo demàs que el Evangelio64 llegara hasta la Hebdómada65, a fin que también el Arconte

de la Hebdómada fuera igualmente instruido y evangelizadoee.

Los dos Arcontes, de la Ogdóada y de la Hebdómada, son para Basilides los verdaderos Demiurgos del mundo sensible. Su igno rartela del Misterio evangelizado por el Salvador confirma — es un

ejempio tipico, entre mil gnósticos — la tesis, comùn a gnósticos y marcionitas, de que Cristo dispensò con su venida « el Misterio escondido al dios (animai) que habia creado todas las cosas » de este mundo ; y no —

segun la lectura ordinaria — « el Misterio

escondido en el Dios que todo lo habia creado »67. Marción y los

gnósticos tuvieron por axioma la no intervención demiùrgica del Verdadero Dios.

Inutil probar, segun eso, que estos ultimos hubieron de mo

dificar algunos versiculos de Eph 3 ο interpretarlos en un sentido

contrario al habitual. Pues el primero cronològicamente en conocer —

por Fé — el Misterio de Cristo fué el Creador del mundoes,

y casi siempre69, inmediatamente antes de que llegara a nosotros

el Salvador para la redención del mundo.

No es esto todo. Dificilmente cabe mayor antitesis entre el

Misterio de Cristo entendido a lo eclesiàstico, y el anunciado por los gnósticos. La magna Iglesia le ponia en la Salud universal, sin distinción de gentes ni de razas. La Gnosis, para quien la con

denación naturai y necesaria de la mayor parte de los hombres

constituia un axioma 70, no podia admitir la Salud universal. Aun

62 Todos los elementos sujetos al magno Arconte, y residentes en su reino, a manera de satélites.

63 A los habitantes de la Ogdóada. Significa lo mismo que « la crea ción de la Ogdóada».

64 Anunciado ahora, por vez primera, con el descenso del Salvador. 65 EI reino inmediato inferior a la Ogdóada, con su reyezuelo. 63 Ref. VII, 26, 4 (204, 16 ss). 87 Eph. 3, 9. 68 Cf. Iren. I, 7, 4 y 8, 3; Heracl. fragm. 40 (apud Origen. in Ioh

XIII, 60 GCS IV p. 291, 19-293, 6.). Véase W. Foerster, Von Valentin zu Herakleon, Giessen 1928 p. 25 ss., y C. Barth, Die Interpretation des Neuen Testaments in der Valentinianischen Gnosis, Leipzig 1911 (TU 37, 3) p. 80 s.

69 Yo diria que siempre a no encontrarnos con la extrafia exegesis va lentiniana de Exod. 6, 2. 3 en Ref. VI, 36, 2 (165, 21 ss.), en parte confir mada por la basilidiana — algo diversa — de Ref. VII, 25, 4 (203, 9 ss.), segùn la cual Sofia parece habérsele adelantado a revelarle el Misterio, antes aun que vivieran los tres grandes Patriarcas, Abrahàn, Isaac y Jacob.

70 Tal era el destino de los hombres materiales, que son los mas. Ex

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UNA VARIANTE HETERODOXA DE EPH. 3, 5 A 213

los psiquicos, entre los cuales contaban ellos a los miembros de la

Iglesia, estaban llamados — mediante una vida ordenada, con arreglo al Decàlogo

— a una Salvación de segundo orden, inferior a la

de los pneumàticos 71.

Ademàs el Misterio de Cristo, sobre no estar destinado a todos,

abarcaba diversos aspectos, relativos al origen y destino de los

hombres pneumàticos, y sólo indirectamente al de los individuo» animales. En concreto, venia a descubrir entre otros elementos, los

siguientes : la existencia de una Sabiduria superior al Demiurgo, de una simiente nacida de ella, de Eones residentes en un reino

superior 72, la trayectoria de la Iglesia pneumàtica desde su origen

ex Sophia hasta su formación ο iluminación por el Salvador y su destino definitivo 73.

Uno de los aspectos mas interesantes y que màs contribuyeron sin duda a la propaganda de la Gnosis, fué que el Misterio Nuevo, propugnado corno quintaesencia del Evangelio de Cristo, afectaba

a una élite y discriminaba en absoluto el Nuevo del Antiguo Testa mento 74, anunciando una Economia Nueva, con Nuevo Dios — el

Padre, el Bueno — Nueva Moral, Nuevo Salvador, y Nueva Sai

cerpta ex Thedoto 56, 2 : « Por eso son muchos los materiales, no muchos los animales, raros los espirituales ». Ya desde nacidos los materiales estàn condenados a natura. Cf. Sagnard, Gnose p. 415; el indice de PG 14, 1381 ad voc. Valentinus; Harnack, Kirchengesch III p. 63, 1 ; C. A. Baynes, A coptic gnostic Treatise, Cambridge 1933 pp. 161 s. 166; y sobre todo Waszink, comm. a Tertulliani de anima, Amsterdam 1947 ρ. 291 ss.

71 Cf. Sagnard, o. c. p. 413 s. ; Sourc. chrét. voi. 23 p. 187. — Natural mente no podemos aqui perfilar los matices escatológicos, diversos de los

valentinianos, impuestos por la teoria basilidiana de la φιΑοκρίνησις. cf. si lubet A. Hilgenfeld, Die jiidische Apokalyptik, Jena 1857 p. 294 ss.

72 Cf. Iren. I, 8, 3 : Alibi autem (1 Cor. 2, 14) : « Animalis homo non

percipit quae sunt spiritus ». Alibi autem : « Spiritalis examinat omnia. Ani malis autem non percipit quae sunt spiritus » (Ibid. 15), de Demiurgo dictum

dicunt, qui quum psychicus sit, non cognoverit neque Matrem (Sophiam) spiritalem exsistentem, neque semen eius, neque eos, qui sunt in Pleromate, Aeones: Epiph. Panar. 31, 25, 11 (I 424, 17 ss.); véase Hippol. Ref. VI,

34, 8 (164, 1 ss.). — Cf. Reitzenstein, Die Hellenistischen Mysterienreligio nen, Leipzig 1927 p. 336 ss.

73 Cf. Exc. ex Theod. 78, 2; fragm. Evangel. Philippi (ap. Epiph.

Panar. 26, 13, 2 Holl I 292, 14 ss.) : otros pasajes anàlogos pueden verse

en Jonas, Gnosis I p. 261; I p. 139 s. ; A. Lipsius, Die Apokryphen Apostel

geschichten, Braunschweig t. I 1883 p. 327 s. ; G. Bornkamm, Mythos und

Legende in den Apokryphen Thonias-Acten, Gdttingen 1933 p. 13 ss..; Puech

Quispel, Vigiliae Christianae Vili (1954) p. 35 n. 73. 74 Quizà sea Marción quien mas haya subrayado la novedad del men

saje de Cristo, por lo que al término Nuevo se refiere (cf. Harnack, Marcion

p. 87 s. y 126 s.) ; pero la doctrina fué todavia mas extremada por los gnósti

cos, llevàndola hasta la constitución misma antropològica: cf. si lubet, H.

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214 A. ORBE, S. I.

vación : diversos por entero, del Dios y de la Moral y del Sal vador y Salvación predicados por el AT.

Entendido en bloque, el Misterio de Cristo a que aludia — se

gùn los gnósticos — el Apóstol, era todo aquello a cuyo conoci

miento estaban llamados ciertos determinados individuos, mediante

la Gnosis 75, y algunos mas, mediante la Pistis 76 ; en torno a la

propia conciencia de si mismos, en cuanto mas ο menos derecha

mente vinculados al Dios Supremo. « La raza inefable de los hombres perfectos » 77 era una parte

del Misterio no conocido a las primeras generaciones. Por eso

los naasenos aplicaban a ella el verso Eph 3, 5. La Nueva Eco

nomia habia descubierto en efecto està gran novedad : que hasta

la venida de Cristo habia en el mundo — muerta y sepultada en

la materia, y sin posibilidad de recobrar conciencia de si — una

Iglesia, procedente de Sophia, y por ella del Espiritu Santo. Con la venida del Salvador los elementos, hasta entonces ignorados e

informes, se habian configurado y logrado la perfección, adqui riendo conciencia de si y disponiéndose a tornar a su lugar de ori

gen, la Superior Jerusalén 7S. « Ninguno de los Profetas habia dicho nada sobre esto » 7&a, al decir de los valentinianos.

Basilides confirma la aplicación naasena del Misterio Escon

dido a los siglos. En lugar, empero, de situarlo en la existencia de

una raza superior, sepultada hasta entonces en el mundo sensible, le coloca en el objeto generico revelado a la Filiedad, abandonada

en estado amorfo, dentro de este mundo. Tal revelación se le hace a la Filiedad, corno a abortivo 79.

No vamos a detenernos a explicar la diversa indole de la Uu

minación ο revelación del Misterio de Cristo, segùn afecte a un

elemento psiquico ο a uno pneumàtico. Es inutil para el problema

Schlier, Ignatius ρ. 88 η. 2 ( καινός άνθρωπος) ; Ff.stugière, ].c Dieu in corimi et la Gnose, Paris 19S4 p. 220-241.

75 Sobre la Gnosis cf. brevemente H. Ch. Puech, Le Manichéisme, Paris 1949 p. 71 ; Evangelium Verìtatis (codex Jung P. 22, 2-19) apud H. Ch. Puech, en The Jung Codex, London 1955 p. 30.

76 Cf. Iren. I, 6, 2 : Sagnard, Gnose pp. 403 s. 510. 77

Ref. V, 8, 5. 78 Cf. Ref. V, 7, 39 (88, 16 ss.). Véase H. Jonas, Gnosis I p. 205 ss. ;

H. Schlier, Christus u. Kirche im Epheserbrief, Tiibingen 1930 p. 35 ss.; Baynes, Treatise passim, sobre todo pp. 104 s. 117 n. 7 y 136.

7»a cf. Ref. VI, 35, 2 (164, 11 s.). 79 Igual que a S. Pablo, tipo evidente de la Filiedad basilidiana (cf.

1 Cor. 15, 8), ο lo que es lo mismo, de la Iglesia pneumàtica terrena, fruto un tiempo abortado y falto aun de la Iluminación : cf. supra nota 16.

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UNA VARIANTE HETERODOXA DE EPH. 3, 5 A 215

actual. Basta subrayar aqui que tal revelación determina -— se

gùn los gnósticos — un cambio absoluto de Economias. Hasta

Cristo nadie supo su Misterio, ni siquiera los patriarcas y profetas del AT. Ninguna de las generaciones pasadas le conoció.

* * *

Demos un paso miàs. ; No bastaba a los gnósticos llevar està

mentalidad a la exegesis de Eph 3, 5 sin necesidad de mudar

έτέραις en ταϊς προτέραις ?

Notemos primeramente un fenòmeno. Ni los naasenos, ni los

valentinianos, ni Basilides han leido Eph 3, 5 en su integridad. En

vez, pues, de traducir γενεαΐς en un sentido cronològico, corno lo

impone toda la frase80, daban al término un significado ontològico, traduciéndolo por razas humanas ο especies.

Entre los naasenos el fenòmeno es evidente, porque « la raza ο

γενεά inefable de los hombres perfectos » corresponde exactamen

te a la que pocas lineas antes 81 se da corno tercera de las natura

lezas de que consta el universo, a saber « la raza ( γενεά) no sujeta

a rey ( αβασίλευτος)82, la que vino al ser arriba, donde — dice —

està Maria la buscada y Jetró el gran sabio y Séfora la vidente y Moisés, cuya génesis no se halla en Egipto »83.

La clàusula del Apóstol equivale por lo mismo a està otra :

« lo que no fué dado a conocer a las primeras razas (o naturale

zas) humanas » entendiendo siempre por primeras a las que me

diaron entre Adàn y el Salvador. Es mas, corno expresamente los

naasenos aplican el misterio de Cristo a la raza inefable, la clàu

sula del Apóstol habria que traducirla asi : « la raza inefable de los hombres perfectos que no fué dada a conocer a las primeras

razas humanas ».

80 Cf. Μ. ViCTORiNO, ad Ephes. lib. I PL 8, 1263 C: « quod aliis gene rationibus notum non fuit filiis hominum». Quid est aliis generationibus? id est ante mea tempora. Generationes enim, sicuti in evangelio lectum est,

quasi per homines tempora. Nulli, inquit, eorum qui ante me in generai ione

fuerunt filii hominum; nulli, inquit, notum fuit de mysterio. 81 Ref. V, 8, 2 (89, 12). 82 E1 mismo epiteto en el Cod. Brucianus ed. Baynes p. 136 (corregir

la interpretación de Baynes p. 137 n. 4 quien estima se refiere al elemento

psiquico): ed. Schmidt GCS 352, 11. Significa «no sujeto al Basileus»,

que es precisamente el Demiurgo psiquico. Conota por tanto la naturaleza

espiritual inherente aùn al mundo. 83 Cf. también Ref. V, 7, 2 (79, 9) a propòsito de Is. 79, 8: donde

γενεά està igualmente por naturaleza (φύσις).

189.250.233.164 on Mon, 28 Apr 2014 23:52:11 PM

2IO A. ORBE, S. I.

Al cortar pues la citación del Apóstol tornando ταΐς προτέραις

γενεαίς en sentido ontològico por « las primeras razas ο naturalezas

humanas », los naasenos asimilan pràcticamente la contraposición

paulina entre los « hijos de los hombres de las primeras edades »

y los de ahora, posteriores al descenso del Salvador. Por eso creo

muy probable que aceptaran en su integridad Eph 3, 5 ; con la unica particularidad de tornar el τοις υίοΐς τών ανθρώπων conio una

frase apositiva : « lo que a las primeras generaciones (razas) no

fué conocido, (esto es) a los hijos de los hombres, corno ahora...833 ».

Los valentinianos y Basilides mantendrian seguramente el olis

mo sesgo que los naasenos. Los primeros sin embargo hacen de

los hijos del Demiurgo, « los hijos de dios » de que habla Rom 8, 19 84 aplicàndoles la revelación del Misterio mismo de Cristo no conocido a las primeras generaciones. Lo cual induce a pensar

que « las primeras generaciones » eran — segun los valentinianos —

las razas ο generaciones animales, hijas del Demiurgo. El hecho entra muy bien dentro de la exegesis naasena y de Basilides.

Segùn eso, la contraposición senalada por Eph 3, 5 entre las

primeras generaciones y las actuales, habria de resolverse — con

forme a los gnósticos de las tres escuelas — por la oposición

entre las generaciones animales del AT, nacidas del Demiurgo, e

ignorantes corno El del Misterio de Cristo, y la generación inefable

de los « hombres perfectos » que constituye la Novisima raza fiu

mana, regenerada por el Salvador.

Ahora cabe vislumbrar la razón ùltima del cambio de έτέραις

por ταΐς προτέραις : a saber, el término έτέραις γενεαΐς era dema

siado equivoco. Podia significar en absoluto a los gentiles, sobre

todo si — corno sostenian algunos eclesiàsticos — el Misterio de

Cristo habia sido ya revelado a los Patriarcas y Profetas de la

Antigua Ley. Tal era efectivamente, sin ir mas lejos, la exegesis de Origenes85 que ya arriba trascribimos86. Origenes, igual que los gnósticos, no tiene dificultad en dar relieve ontològico — no

83a Tal exegesis parece apuntar la contraposición entre las primeras ge neraciones, a saber; los hijos de los hombres; y los santos, esto es, los apósto les y profetas de Dios : adelantandose a un perfil estilistico sostenido hoy por L. Cerfaux, La Théologie de l'Église suivant Saint Paul 1942 p. Ili ss. y J. Dupont, Gnosis 1949 p. 203, y discutido ùltimamente por H. Schlier, Die Zeit der Kirche, Freiburg 1956 p. 179 n. 30.

8* Ref. VI, 35, 2 (164, 14 s.). 85 Quien por lo demàs desarrollaba una tesis ya defendida por S. Ire

neo : cf. A. Houssiau, La Christologie de S. Irénée, Louvain 1955 p. 79 ss. ; Estudios Biblicos voi. VII p. 192 ss. y 217 n. 97.

86 Cf. supra p. 205 ss.

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UNA VARIANTE HETERODOXA DE EPH. 3, S A 217

temporal — a la expresión γειεοιΐς 87, llevando el intento de s.

Pablo a la contraposición entre las generaciones y los apóstoles.

Pero se opone radicalmente a la exegesis gnostica, por su empeno

en otorgar a los Patriarcas y Profetas, tipos gnósticamente repre

sentativos de la raza animai88, el conocimiento del Misterio de

Cristo. Por eso mismo, el έτέραις γενεαίς para Origenes, después de

mucha discusión89, viene a cristalizar en « los gentiles », porque

los Patriarcas y Profetas conocieron tan bien corno los Apóstoles

el Misterio. Tal exegesis se amparaba sin duda en la ambigiiedad del tér

mino ετέραις. Convenia adelantarse a la exegesis eclesiàstica, cor

tando toda posibilidad de tornar por έτέραις γενεαίς a los gentiles. Solución : leer ταϊς προτέραις γενεαΐς e imponer dicha lectu

ra. Las primeras generaciones, en lugar de otras generaciones.

Primeras abarcaba todas las anteriores a la venida del Salvador.

Luego también las de los Patriarcas y Profetas.

S. Pablo, ejemplar clàsico, entre los partidarios de la Gnosis 90, del individuo pneumàtico, ratificarla — segfin los gnósticos — con el término ταΐς προτέραις la Novedad absoluta, y sin excepciones, de

la Economia inaugurada por Cristo.

La variante obedece segfin eso a una tesis especifica del gnos

ticismo. Υ trata de eliminar de intento cualquier ambigiiedad la

tente en έτέραίς γενεαις. Su origen

— es claro — resulta anterior a Origenes, y por

87 Cf. Origen.-Hieron. in Eph. PL 26 P. 588: « Mysterium Christi quod ex parte supra Apostolus exsecutus est, quomodo aliis generationibus fuerit

ignotum, plenius retractandum videtur : utrumne Abraham, Jacob et Moyses, Isaias, et caeteri prophetae illud ignoraverint, an non?» Ρ. 589: «Et si in

tellexerunt (patriarchae et prophetae), quaeritur quomodo nunc Paulus dicat,

quod aliis generationibus non fuit notum, fuisse Christi apostolis revelatum »...

Aut si hoc non recipitur, et nimium violentum et coactum videtur, illuc ser

mo transibit, ut dicat non definite et generaliter dixisse Paulum aliis ge nerationibus ignotum fuisse omnino Domini sacramentum : sed sic quomodo nunc revelatum est sanctis eius et apostolis ... ».

88 Los valentinianos dirian, de « hijos de dios » cf. supra p. 202 y 216 n. 84. 89 Cf. Estudios Biblicos v. c. p. 211 donde sintetizo las cuatro respues

tas al problema sobre si los grandes justos veterotestamentarios conocieron

el Misterio de Cristo. 80 Cf. Origen. in Ioh. XIII 61 GCS IV 293, 26 ss.; Comm. ad Rom.

fragm. in Rom. 1, 1 conservado en la Philocalia, ed. A. Robinson p. 231, 8 ss.; Origen.-Ruf., Comm. ad Rom. I, 3 (PG 14, 843 ss.) y praef. (PG

14, 833 A) ; Exc. ex Theodoto 23, 2 ; Iren. Ili, 13, 1 initio. Para Marción, Pablo era superior a los Doce : cf. Harnack, Marcion pp. 37 ss. 141 s. ; E.

Aleith, Paulusverstàndnis p. 27 ss.

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2l8 a. orbe, S. I.

lo mismo hubo de tener lugar por reacción a eclesiàsticos bastante

anteriores al Alejandrino. Pero que tenian anàlogas ideas sobre

el conocimiento del Misterio cristiano por parte de los grandes

Justos veterotestamentarios.

Quizà por reacción a Justino ο a Ireneo, que en esto sentian

corno Origenes. Cronològicamente la variante en ταΐς προτέραις ha de situarse antes de S. Hipólito (f 235). Es mas, corno la ar monia en tal lectura, entre naasenos, valentinianos y Basilides, su

pone un texto comun a todos ellos, hay que colocarla en tiempo de Basilides (antes del 145)91 ο por lo menos antes de que apa reciera la variante ordinaria en έτέραις, entre Ias obras de Cle

mente Alejandrino92; pues seria sumamente extrano que las tres

ramas gnósticas se hubieran puesto de acuerdo sobre una misma

variante, en el corto tiempo que media entre la composición de

Strom. V. y la Refutatio de S. Hipólito93, esto es, dentro de los 30 anos anteriores a la composición de està ùltima obra.

Asi pues cronològicamente, podemos sin ninguna audacia afir

marlo, la variante tal; προτέραις es la primera de que consta en

la historia del Canon Neotestamentario. Y nació antes del 192 en

que aparece nuestra actual variante en έτέραις. El tiempo no es problema ; pudo muy bien dar lugar a una mo

dificación intencionada en Eph 3, 5 a para cerrar el paso a la inter

pretación sobre el conocimiento del Misterio de Cristo, por parte de los Patriarcas y Profetas del AT. Desde la primera aparición del gnosticismo cristiano, con su teoria de la heterogeneidad abso

luta entre los dos Testamentos, hasta la aparición de la variante ταις

προτέραις, recogida por los documentos heterodoxos de S. Hipó

lito, hubo razonable tiempo, corno para imponerse entre los gran des sistemas. Si Origenes no la denunciò corno arbitraria, fué pro bablemente porque no figuraba en ninguno de sus códices ο po'r

que no le llamó especialmente la atención corno se la llamó, en la

lectura de Heracleón, una variante de Ioh 4, 18, de caràcter de

masiado tendencioso 94.

91 Caso de identificarle con el Basxlides de Iren. I, 24, 1. 92 Strom. V, 87, 1. 93 El Stroma V. corno todos los demàs Strornata se halla cronològica

mente mal determinado. Prudencialmente se puede admitir que fué compuesto después de 192 : cf. CI. Mondésert, Introduction, Strom. I (Sources chrét. voi. 30) Paris 1951 p. 21 s. — La Refutatio omnium haeresium de S. Hipólito, lib. V" hubo de escribirse después de 222.

94 Heracleón, apud Origen. in Ioh. XIII 11 [GCS IV p. 236, 4] leia εξ ανδρας εσχες — sin justificante alguna textual — en lugar de πέντε άν

δρας εσχες. — Aqui la tendencia gnostica era demasiado sensible. Seis

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Desde el punto de vista exegético y de critica textual, seria

presuntuoso exagerar el valor de la variante heterodoxa. Aunque históricamente merece mayor consideración de la que hasta loy se

le concedió, aun después del descubrimiento (1842) de los libros IV-X del Elenchos por Minoides Mynas 95.

* * *

En conclusión. La lectura en ταΐς προτέραις, extranamente si

lenciada por todos los criticos y editores neotestamentarios, resul

ta ser la primera lectura de Eph 3, 5 a de que consta en la historia.

Creemos haber probado su indole heterodoxa, por el estudio de la

doctrina que le sirve de soporte, y por la heterodoxia unànime

de los cuatro pasajes que le atestiguan.

Nació sin duda antes del 192. La ausencia de Códices que la autoricen puede muy bien obedecer a que fué una lectura tipica

mente gnostica, que apareció en obras doctrinales, quìza también en

códices no muy generalizados, y paso a algunos florilegios, al estilo de

los Testimonia de S. Cipriano96, ad usum spiritualium, de donde a su vez se propagò entre diferentes escuelas gnósticas. Hay aqui

libre campo a la conj etura.

No nos lisonjeamos de haber suscitado todos los problemas

que plantea nuestra variante, y menos de haberlos solucionado.

Baste apuntar a los criticos la existencia de una variante no por

preterida, menos necesaria para quien pretenda hacer la verdadera

historia de la exegesis y critica del texto paulino ad Ephesios.

A. Orbe, S. i.

(έ"ί) era el nùmero que simbolizaba el mundo material, y venia a las mil maravillas para la exegesis de la Samaritana, tipo de la Iglesia terrena. Ori

genes se lo entendió està vez. Pero en nuestro caso, el cambio de ίτέοακ en

ταίς π·>ητέραις pudo pasàrsele inadvertido, si es que en efecto le conoció. 95 En mas de 20 exegetas modernos consultados para nuestra variante

no he hallado una sola alusión a ella. Ni siquiera en el trabajo, por lo demàs, muy estimable de C. Barth, Die Interpretation des Neuen Testaments in der Valentinianischen Gnosis p. 108 donde tenia su lugar mas propio.

96 Ad Quirinum Testimonioram libri III, PL 4, 675 cf. M. Schanz, Geschichte der rómischen Litteratur, Munchen III 3® ed. 1922 p. 352. Véase la nota de Preuschen en GCS Origenes IV, 111 aparato.

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