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Primera parte I Significado de los términos “conversión” y “vocación” 1. Conversión El concepto de “conversión” (judío-rabínico: tešuυ; gr.:; lat.: poenitentia) en la tradición bíblica, judía y cristiana es uno de los conceptos fundamentales que se refieren a la relación del hombre con Dios y en consecuencia al concepto mismo de hombre. El hombre es un ser que puede errar. Sus yerros no son fatales ni definitivos, sino que está abierta la posibilidad de una autocorrección y de un poder empezar de nuevo. Siempre es posible restaurar las relaciones rotas con Dios y con el prójimo. El concepto bíblico de conversión tiene una dimensión teológica que sirve de fundamento al aspecto ético. Así, se trata de llegar a tener ante Dios un concepto correcto de sí mismo, pues de lo contrario siempre se sobrevalora la propia situación y posición y, mientras esto sea así, uno no puede ser justo para con el prójimo. 2. Semántica del término conversión Para la semántica de la palabra hay que recurrir al hebr. šūb que significa:“volver”, “regresar”; uno regresa a un lugar determinado de donde había salido; o uno se encuentra en un camino falso y vuelve al camino verdadero. Desde el significado teológico la conducta del hombre puede entenderse 1

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Primera parte

I Significado de los términos “conversión” y “vocación”

1. Conversión

El concepto de “conversión” (judío-rabínico: tešuυ; gr.:; lat.: poenitentia) en

la tradición bíblica, judía y cristiana es uno de los conceptos fundamentales que se refieren a

la relación del hombre con Dios y en consecuencia al concepto mismo de hombre. El hombre

es un ser que puede errar. Sus yerros no son fatales ni definitivos, sino que está abierta la

posibilidad de una autocorrección y de un poder empezar de nuevo. Siempre es posible

restaurar las relaciones rotas con Dios y con el prójimo. El concepto bíblico de conversión

tiene una dimensión teológica que sirve de fundamento al aspecto ético. Así, se trata de llegar

a tener ante Dios un concepto correcto de sí mismo, pues de lo contrario siempre se

sobrevalora la propia situación y posición y, mientras esto sea así, uno no puede ser justo para

con el prójimo.

2. Semántica del término conversión

Para la semántica de la palabra hay que recurrir al hebr. šūb que significa:“volver”,

“regresar”; uno regresa a un lugar determinado de donde había salido; o uno se encuentra en

un camino falso y vuelve al camino verdadero. Desde el significado teológico la conducta del

hombre puede entenderse como un “paso”, “camino”. La palabra también indica el

pensamiento antropológico del AT que entiende al hombre en un sentido “total”. La

conversión es sin duda alguna un proceso que concierne a todo el hombre, sea a su “reflexión”

tanto como a su “práctica”: uno y otro aspecto no pueden separarse. Al usar el NT para esto el

concepto de ά y ī, la fuerza del significado reposa sobre el “cambio en la

manera de pensar”, esto es, sobre un proceso que en su primer momento sucede en el interior

del hombre, en su aspecto espiritual, sin que por eso excluya una “práctica” correspondiente.

El concepto latino poenitentia (de poena, punire), destaca el elemento de “enmienda” y el del

trabajo que ello supone.1

La semántica teológica de la “conversión” se debe en primer lugar a los grandes

profetas de Israel que dan al término su valor distintivo en el drama de la apostasía de Israel

1 Cf. P. EICHER, Diccionario de conceptos teológicos, Herder, Barcelona, 1989. Págs. 172-174.

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de Yahveh y de su conversión-vuelta a Yahveh. Los profetas, al hablar de conversión, siempre

lo entienden como vuelta a la relación primitiva con Yahveh, al berit (la “alianza”), o

simplemente como “vuelta a Yahveh” y abandono de los dioses extranjeros. El tiempo ideal

son los “años del desierto”. Conversión significa vuelta al amor primero entre Yahveh e

Israel. Los profetas de antes de la deportación se convencieron más y más de que el hombre

no era capaz de convertirse por sus propias fuerzas, porque su corazón se había apartado de

Dios y se había vuelto un “corazón de piedra” (Cf. Ez 11,19; 36,26) de que ya no era capaz de

percibir la llamada de Dios.2 Por esto es necesaria una renovación radical, una “creación

nueva” del “corazón”, si ha de tener lugar una auténtica y verdadera conversión a Yahveh.

Para la “psicología de la conversión” hay que fijarse sobre todo en el concepto antropológico

central del “corazón”. En el AT leb-“corazón” es un término que designa el centro del

hombre, la razón, la voluntad y espontaneidad sensitiva (amor) como realidad unitaria y

viviente y desde aquí comprende al hombre, su pensar y toda su conducta. Según Os 11, 8b-9

a la conversión del hombre a Dios precede la conversión de Dios al hombre: “Mi corazón está

en mí trastornado, y a la vez se estremecen mis entrañas. No daré curso al ardor de mi

cólera, no volveré a destruir a Efraím, porque soy Dios, no hombre; en medio de ti yo soy el

Santo, y no vendré con ira.” Conversión de Dios al hombre: lo esencial está en que Dios no

insiste en un desquite y que no se fija a Israel caído en su falda y en su infidelidad, sino que

da su amor plenamente libre y sin límites a Israel. En este amor a su pueblo de Israel Dios se

manifiesta como libertad liberadora que posibilita al hombre siempre de nuevo un futuro

prometedor. Aquí puede verse también la nueva experiencia decisiva de Dios que tuvo Israel

en el destierro y en el regreso del destierro. En el capítulo 18 de Ezequiel, que es tan

importante para la comprensión del concepto de “conversión”, se confirma que Dios no quiere

la muerte del pecador, sino que se convierta y viva: conversión y vida, ésta es la voluntad de

Dios para el hombre; confirma además que la conversión es fundamentalmente y en todo

lugar posible para el pecador. Hay, además, en Israel una “conversión institucionalizada” en

la forma de la liturgia pública penitencial que se concentra sobre todo en el ritual del “gran día

de la reconciliación” (Lev 16), el yom kippur. 3

3. La conversión vista desde su origen cristiano

El concepto de conversión en el NT ha de entenderse a partir de este fundamento

veterotestamentario que se ha explicado. Cabe recordar la diferencia entre conversión cultural

institucionalizada (la solemne liturgia penitencial en el día de la reconciliación en el templo) y

2 Cf. P. EICHER, Op.cit. Págs. 172-174.3 Cf. Id.

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la conversión histórica y actual en los profetas y también en Jesús mismo. A ello hay que

añadir la urgencia escatológica que aparece primero con Juan el Bautista. Éste predica un

“bautismo de conversión para la remisión de los pecados” (Mc 1,4). Este bautismo era un

acto irrepetible y significaba la conversión en vista al juicio final que estaba próximo. Lo que

el Bautista predica es la última oportunidad de conversión que Dios concede antes del fin.

Jesús enlaza con esto en su mensaje. La exigencia de conversión adquiere en Él un nuevo

acento al relacionarla con la buena nueva de la proximidad del reino de Dios: “Conviértanse,

porque el reino de Dios está cerca” (Mt 4,17b); o según Mc: “Se ha cumplido el tiempo, el

reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en el evangelio” (Mc 1,15) Este mensaje

espera de los hombres una actitud positiva que se determina con los dos imperativos

“conviértanse y crean” Conversión y fe señalan todo el ámbito de la decisión fundamental

exigida frente al mensaje del reino que predica Jesús. Son dos aspectos de un solo

movimiento. La conversión está completamente determinada por el ofrecimiento

incondicional de salvación de Dios, tal como Jesús lo proclama. Esto quiere decir que la

conversión ya no es condición de salvación, como era todavía en la predicación del Bautista,

sino don de salvación, consecuencia de salvación.4 Por eso podemos decir que la conversión,

que es fruto de la gracia, consiste en la relación interpersonal con Jesús, por lo tanto, el

contenido de la conversión es una persona: Cristo.5

4. Vocación

En el terreno religioso, vocación indica la llamada por parte de Dios, como iniciativa

suya amorosa, y la respuesta de la persona en un diálogo amoroso de participación

corresponsable.

Este término se refiere a la realidad espiritual más compleja y misteriosa de la vida

humana.

4.1. Llamada y respuesta

Para ser entendido completamente, debe considerarse esta realidad desde un doble

sentido: por parte de Dios y por parte del hombre. Vista desde la perspectiva de Dios, la

vocación se presenta como la iniciativa de Dios que se da y que al darse llama. Por parte del

hombre, la vocación es una invitación, una interpelación a la que hay que dar respuesta.

4 Cf. P. EICHER, Op.cit., págs. 172-174.5 AAVV, Diccionario teológico enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1999. Pág. 190.

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Para realizar un análisis del término, como fenómeno complejo, resultante de varios

componentes, se puede partir de los siguientes puntos clave:

1) Toda existencia en su significado integral, humano y cristiano es una vocación

constituida por vocaciones: premisa fundamental e idea básica. Cualquier llamada

personal particular adquiere sentido y se inserta siempre en una llamada general.

Todos son “llamados”. La vocación es un hecho que afecta a todos los hombres: es el

hecho más importante para cada hombre.

2) La vocación es una estructura dialógica. Este punto nos lleva a una concepción

dinámica del término. Así la vocación, adquiere la forma de un diálogo inefable y

actual, que permite a cada hombre construir su propio futuro desarrollándose a sí

mismo con la fidelidad en reconocer los signos que le salen al encuentro en el tiempo

presente.

3) Apelación a la Sagrada Escritura.

Si la vocación es un diálogo y ante todo, como expresa el mismo nombre, una

“llamada”, tendrá que haber alguien que llama y que tiene sobre el destinatario de su

mensaje un proyecto preciso; alguien que escucha y que puede libremente escoger

entre responder o permanecer sordo a la llamada; y, finalmente un programa ofrecido

para desarrollar, proyecto un proyecto indicado para realizar. Llamada, respuesta,

designio o plan divino, ofrecido como proyecto, son el trenzado principal del hilo que

conduce la trama de los acontecimientos en el tejido de la historia de la salvación.

Sólo el Dios de la Biblia dirige explícitamente al hombre un mensaje que es también

una vocación. En el lenguaje bíblico Dios es “aquél que llama” (Ga 5, 8; 1Tes 5,24;

1Pe 1,15; Rm 9,24; etc.); los hombres son los “llamados” y la palabra que oculta y al

mismo tiempo revela su destino es la “llamada”, la “vocación”.6

La llamada

Esa llamada por parte de Dios tiene características fundamentales que son:

a) Es un acto de elección de la voluntad libre de Dios.

Es un acto de amor creativo, personal y único. Dios llama a una persona por su

nombre. “Llamar”, “dar el nombre a una cosa” significa en el lenguaje bíblico hacerla

existir. Dios al llamar al hombre lo crea según el proyecto de vida que ha pensado para

él.

6 ? E. ANCILLI, Diccionario de Espiritualidad, Tomo III, Herder, Barcelona, 1987. Págs. 618-619.

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b) Es un aspecto de la revelación divina. Dios se pone a la altura del hombre y entabla un

diálogo con él para manifestarle quién es, qué lugar ocupa y qué es lo que Dios ha

previsto en su plano para él. La llamada tiene un carácter programático, es decir,

comunica al hombre el proyecto de Dios sobre él para orientar su existencia; es

autoritativa, en el sentido de que vincula al hombre de una forma irrevocable; es

transformadora, ya que da al que ha sido llamado la fuerza eficaz para la respuesta; es

judicial, en cuanto que ilumina sobre el sentido justo que debe tener la vida de la

persona llamada.

c) Es una realidad dinámica. Dios llama al hombre en cada instante de su vida. La

vocación, es por tanto, una realidad vital que se desarrolla progresivamente. Este

diálogo comienza en el tiempo y termina en la eternidad. (LG 48)

d) Es un don para una misión. Dios llama a cada uno para que sea la manifestación de su

amor a la humanidad. Por eso Dios llama para enviar a cada uno al servicio de sus

hermanos, determinado por los dones particulares con los que lo ha enriquecido (Cf.

Éx 3; 4,1-19; LG 11; AG 2, 5, 36).7

La respuesta

El hombre, llamado por Dios como criatura y convocado como miembro de un pueblo,

se compromete a la respuesta en el ejercicio de su libertad y en el don operante de su fe. Su

respuesta libre, personal, constante en el tiempo, está en función de dos aspectos de la misma

vocación, como creación y elevación, implica: un aspecto natural, inmanente; y un aspecto

sobrenatural, trascendente.

En virtud del primer aspecto, el hombre responde a la llamada al realizarse a sí mismo

como proyecto, decidiendo, en el ejercicio de su libertad, entre dos solicitaciones. Una

subjetiva, determinada por sus dotes personales, todo el ser en su estructura y en su

dinamismo, como disposiciones, que en un impulso profundo y en una necesidad constante de

realización y comunión, aspiran a convertirse en aptitudes. Y una solicitación objetiva,

provocada por el contexto externo existencial, por las exigencias y expectativas del medio

ambiente histórico, social y cultural, que condicionan la elección de determinados valores,

concebidos de modo diverso y relativo.

7 AAVV, Diccionario teológico enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1999. Págs. 1034-1035.

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En virtud del aspecto sobrenatural, el hombre responde a la fe, bajo el impulso de la

acción interior de la gracia. Mediante la fe lee e interpreta las solicitaciones subjetivas y

objetivas, como signos del diálogo de la vocación, como “signos de los tiempos”, y motiva

sobrenaturalmente sus intenciones en sus propias opciones. Mediante la fe descubre en los

acontecimientos que realizan su destino, que entretejen su existencia, la misma trama del

designio de salvación, en que “Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres como

amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía” (DV 2)8

8 E. ANCILLI, Diccionario de Espiritualidad, Tomo III, Herder, Barcelona, 1987. Págs. 620-621.

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II Mirada teológica-espiritual de la conversión-vocación de San Pablo.

Cuestiones preliminares

a. Las fuentes

Para conocer a San Pablo disponemos de dos tipos de fuentes. En primer lugar, las

cartas, en las que él mismo da noticias fragmentarias de sí mismo, de su origen, de su

conversión, de sus fatigas apostólicas, de sus colaboradores y adversarios, de los itinerarios de

su misión. Siete de ellas, es decir, la primera de los Tesalonicenses, la primera y la segunda a

los Corintios, las dirigidas a los Gálatas, a los Romanos, a los Filipenses y a Filemón,

consideradas todas ellas como escritas personalmente por él, recogen el timbre de su voz. De

las otras, es decir, de la segunda de los Tesalonicenses, las dirigidas a los Efesios, a los

Colosenses, las dos a Timoteo y la de Tito, muchos dudan de si hay que atribuirlas

directamente a Pablo o a alguno de sus colaboradores y discípulos.

Junto a las cartas están los Hechos de los Apóstoles, en donde Pablo sucede a Pedro en

la función de protagonista a partir del capítulo 13 hasta el fin. Con respecto al uso de estas

fuentes Bornkammm escribe: “No es posible tomar sin reserva los Hechos como hilo

conductor en el que insertar en cada ocasión las cartas como complementos o ilustraciones

adecuadas, y tampoco es lícito llenar las lagunas que ofrecen las cartas sirviéndose

indiscriminadamente de las abundantes noticias que pueden deducirse de los Hechos.”9

b. Origen de Pablo

Pablo nació en Tarso de Cilicia, en la actual Turquía. Él se presenta a sí mismo en el

templo de Jerusalén, ante la multitud agitada que quería matarlo con estas palabras:

“Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies

de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por

Dios...” (Hch 22, 3) Al final de su camino dirá de sí mismo: “Yo he sido constituido...

maestro de los gentiles en la fe y en la verdad” (1Tim 2, 7; Cf. 2Tim 1, 11).

Maestro de los gentiles, apóstol y heraldo de Jesucristo: así se define a sí mismo con

una mirada retrospectiva al itinerario de su vida. Pero su mirada no se dirige solamente al

9 P. ROSSANO, G. RAVASSI, A. GIRLANDA, Nuevo Diccionario de teología bíblica, Paulinas, Madrid, 1990. Pág. 1351.

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pasado. “Maestro de los gentiles”: esta expresión se abre al futuro, a todos los pueblos y a

todas las generaciones.10

“Un cosmopolita”, definido así por A. Deissmann, ya que en su persona y en su obra

se entrelazan tres mundos y tres culturas: judío de nacimiento y de religión, se expresa en la

lengua y en las formas del helenismo, y es un ciudadano romano que se encuadra lealmente en

el marco político-administrativo del imperio.

El judaísmo lo marca indeleblemente desde su nacimiento. Pertenece a la diáspora

judía dispersa por el mundo helenizado. Frente a los detractores de Corinto que niegan su

autoridad apostólica, reivindica polémicamente su ascendencia judía: “¿Son hebreos?

También yo. ¿Son israelitas? También yo. ¿Del linaje de Abraham? También yo” (2Cor 11,

22) Y a los Filipenses (3, 5-6) para resaltar su nuevo estado después de haber sido aferrado

por Cristo, les dice: “Fui circuncidado al octavo día; soy del linaje de Israel; de la tribu de

Benjamín; hebreo, hijo de hebreos y por lo que a la ley se refiere, fariseo”. En la carta a los

Romanos aparece la lúcida conciencia de pertenecer por su origen al pueblo llamado por Dios

para un designio de salvación a favor de toda la humanidad: “Pues desearía ser yo mismo

anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los de mi raza según la carne, los israelitas,

de los cuales es la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesa

y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne”.

Aún sintiéndose convertido a Cristo, Pablo vive en un clima espiritual judío; cuando

fija fechas o plazos de tiempo, lo hace en términos de calendario judío (Cf. 1Cor 16, 8). La

Biblia es su libro, que usa y maneja al estilo de los rabinos, siguiendo sus métodos de lectura

y de interpretación.11 Esto se debe a su formación temprana a los “pies de Gamaliel” ya que a

los doce o trece años Pablo dejó Tarso y se trasladó a Jerusalén, para ser educado según las

normas más rígidas del fariseísmo, adquiriendo un gran celo por la Torá mosaica (Cf. Ga 1,

14; Flp 3, 5-6; Hch 22, 3; 23, 6; 26, 5). Por esta ortodoxia profunda, que aprendió en la

escuela de Hillel (abuelo de Gamaliel), en Jerusalén, consideró que el nuevo movimiento que

se inspiraba en Jesús de Nazaret constituía un peligro, una amenaza para la identidad judía,

para la auténtica ortodoxia de los padres. Esto explica el hecho de que haya “perseguido

encarnizadamente a la Iglesia de Dios”, como lo admitirá en tres ocasiones en sus cartas

10 BENEDICTO XVI, Homilía en la celebración de las primeras vísperas de la solemnidad de San Pedro y San Pablo con ocasión de la inauguración del año paulino. 28 de junio 2008. 11 P. ROSSANO, G. RAVASSI, A. GIRLANDA, Op. cit., págs. 1352-1353.

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(1Cor 15, 9; Ga 1, 13; Flp 3, 6). Aunque no es fácil imaginar concretamente en qué consistió

la persecución, desde luego tuvo una actitud de intolerancia. 12

También se debe a la tradición judía el que aprendiera un oficio por motivos éticos y

no meramente utilitarios, que en el caso de Pablo era el de “fabricante de tiendas” lo cual

equivaldría a trabajar la lana ruda de cabra o la fibra de lino para hacer esteras o tiendas (Cf.

Hch 20, 33-35)

Natural de Tarso, “una ciudad no desconocida de Cilicia” (Hch 21,39). Tarso se

encontraba por aquella época en el apogeo de su esplendor de ciudad helenista y cosmopolita.

Era una de las patrias del estoicismo. Pablo conoció ciertamente este tipo de pensamiento y

logró asimilar algunos de sus rasgos éticos, como el ideal de autosuficiencia (Cf. Flp 4,11) o

“autarquía”, y filosófico-religiosos, como la transparencia de Dios en el mundo (Cf. Rm 1,19-

20). Utiliza el griego con desenvoltura y de forma personal. Vocablos utilizados en la cultura

griega contemporánea se ven obligados bajo su pluma a expresar contenidos y significados

nuevos, conformes con su pensamiento teológico.

Este personaje judío y griego se autopresenta en todas sus cartas con el nombre

claramente latino de Pablo, que llevaba casi seguramente desde su nacimiento junto con el

apelativo de Saulo, que le habían impuesto sus padres en recuerdo del primer rey de la tribu

de Benjamín. Cabe indicar que en la cristofanía de Damasco la voz misteriosa, según los

Hechos, lo llama al estilo hebreo:“Sa’ul, Sa’ul”, (9,4)13

El suceso de Damasco

Fue en el camino de Damasco, en los inicios de la década del año 30 del siglo I,

cuando Pablo tuvo la experiencia a la que se le suele llamar conversión. Momento decisivo de

su vida y sobre la que se ha escrito mucho y de diversos puntos de vista. Lo cierto e innegable

es que a partir de allí su vida tuvo un giro total, un cambio de perspectiva que lo llevó a

considerar “pérdida” y “basura” todo aquello que antes constituía para él el máximo ideal,

casi la razón de ser de su existencia. (Cf. Flp 3, 7-8)

12 Cf. BENEDICTO XVI, La vida de San Pablo antes y después de Damasco, Audiencia general, 27 de agosto 2008.13 Cf. P. ROSSANO, G. RAVASSI, A. GIRLANDA, Op.cit., pág.1354.

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Existen dos tipos de fuentes en las Sagradas Escrituras, que se refieren a tal

acontecimiento:

a. Los Hechos de los Apóstoles con tres relatos escritos por San Lucas: Hch 9,

1-19; 22, 3-21; 26, 4-23.

Lucas construye una escenografía del suceso con rasgos externos típicos de las

teofanías (resplandor, voz y caída) que no han de tomarse necesariamente como históricos, al

igual que otros detalles. Lo pueden ser o no. En todo caso no es lo esencial de la narración. Lo

central del acontecimiento es que Cristo resucitado se presenta como luz espléndida y se

dirige a Saulo, transforma su pensamiento y su vida misma. El esplendor del Resucitado lo

deja ciego; así, se presenta también exteriormente lo que era su realidad interior, su ceguera

respecto de la verdad, de la luz que es Cristo. Y después de su “si” definitivo a Cristo en el

bautismo abre de nuevo sus ojos, lo hace ver realmente.

Saulo no fue transformado por un pensamiento, sino por un acontecimiento, que le

cambió radicalmente su vida. En este sentido puede hablarse de conversión. 14

¿Y por qué los tres relatos que describen la conversión de Pablo son tres versiones

diferentes? Sabemos que los tres proceden de la pluma de Lucas y las diferencias se pueden

explicar al tomar en cuenta el propósito de cada una, el ambiente en que cada una fue dicha, y

los auditorios. El primer relato es un recuento histórico; el segundo corresponde a las palabras

que Pablo pronunciara ante una turba enfurecida de judíos en Jerusalén y la tercera es el

discurso en el cual Pablo buscara persuadir a Agripa para que adhiriera a la fe cristiana.

Muchos críticos han analizado cuidadosamente las variaciones de estos tres relatos y la

conclusión de éstos es que las tres versiones son obra de Lucas. Además por razones

estilísticas, Lucas no parece tener interés en repetir la misma historia tres veces usando para

ello las mismas palabras.

Lo central, entonces, de los relatos es que Jesús le dio instrucciones y le hizo

revelaciones (Hch 18, 9-10; 22, 17-21). Lo llamó personalmente a Pablo para que fuera uno

de los apóstoles y lo hizo fuera de los límites de Jerusalén, como queriéndolo separar del

14 Cf. BENEDICTO XVI, La conversión de San Pablo, Audiencia general, 3 de septiembre 2008.

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judaísmo. Y Pablo, con sus talentos, capacidades y entusiasmo, se hizo un instrumento puesto

por el Señor para servir la causa de Cristo.15 Aquí en este sentido, hablamos de vocación.

b. Las Cartas de san Pablo.

En ellas él nunca habló detalladamente de este acontecimiento, pero sin embargo alude

en muchas ocasiones a ello, algunas veces con tono apologético y otras en tono polémico,

para defenderse contra los adversarios y para indicar el nuevo fundamento sobre el que se

levanta su vida. (Rom 1, 1; 1 Cor 9, 1; 15, 8-9; Gal 1, 15-16; Flp 3, 4-9. 12)

¿Y por qué Pablo nunca habló detalladamente del aquél acontecimiento que

transformó su vida para siempre? Tal vez porque podía suponer que todos conocían lo

esencial de su historia, todos sabían que de perseguidor había sido transformado en apóstol

ferviente de Cristo, a partir de su encuentro con el Resucitado. Sin dar detalles, en muchas

ocasiones se refiere al hecho de que también él es testigo de la resurrección de Jesús, cuya

revelación recibió directamente del mismo Jesús, junto con la misión de apóstol.16

a. Los Hechos de los Apóstoles y su comentario

Hch 9, 1-191“Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor,

se presentó al Sumo Sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos

seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén. 3 Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una

luz venida del cielo, 4 cayó en tierra y oyó una voz que le decía: « Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues? » 5 El respondió: « ¿Quién eres, Señor? » Y él: « Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 6 Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer. » 7 Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero no

veían a nadie. 8 Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le llevaron de la

mano y le hicieron entrar en Damasco. 9 Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.

15 S. J. KISTEMAKER, Comentario al Nuevo testamento, Hechos, Libros Desafío. CRC World Literature Ministries. EEUU, 1996. Págs. 352-353.16 BENEDICTO XVI. Op. cit. 3 de septiembre de 2008.

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10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: «

Ananías. » El respondió: « Aquí estoy, Señor. » 11 Y el Señor: « Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de Judas por uno de

Tarso llamado Saulo; mira, está en oración 12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos para devolverle

la vista. » 13 Respondió Ananías: « Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos

males que ha causado a tus santos en Jerusalén 14 y que está aquí con poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan

tu nombre. » 15 El Señor le contestó: « Vete, pues éste me es un instrumento de elección que lleve mi

nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel. 16 Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre. » 17 Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: « Saúl, hermano, me ha

enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que

recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo. » 18 Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue

bautizado. 19 Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco, 20 y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios.”

Comentario

Vv 1-2

“Respirar” amenazas significa que todo su ser está en estado de beligerancia, y que

vive para la amenaza y la muerte. No piensa en otra cosa. Su plan es concentrar a los

cristianos en Jerusalén para eliminarlos allí, evitando la propagación de la “secta”.

Resuelto a consumar el plan, visita al sumo sacerdote a fin de conseguir

documentación para traer a los que se hallaban en Damasco y que habían escapado cuando

comenzó la persecución. Cabe tener presente que el sanedrín también podía ejercer funciones

policíacas con los judíos que vivían fuera de la Palestina, por tanto las podían ejercer sobre la

provincia e Siria.17

17 Cf. R. CABALLERO YOCCOU, Comentario bíblico del Continente nuevo, Hechos, Tomo I, Unilit, EEUU, 1998. Pág. 207

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“El Camino” es un nombre aplicado a la Iglesia y probablemente significa “norma de

vida”. Es también la manera de designar a todos los cristianos (comprometidos y

simpatizantes) en una misma denominación. No obstante que los creyentes formaban un

grupo distinto, de todos modos siguieron reuniéndose con sus compatriotas en las sinagogas

de Damasco. Como resultado de ello, las autoridades de tales sinagogas no tendrían

problemas para identificar a los seguidores de “el Camino”. Pablo necesitaría de la ayuda de

aquellas autoridades para concretar los arrestos.18 Dispone de todo lo que necesita para

encarar su persecución y lo hace convencido de que está trabajando para Dios. Pero no es así:

tiene conciencia religiosa pero no está practicando la voluntad de Dios. Y a pesar de su celo

por la religión se ha convertido en un destructor de la verdad.19 En la lucha de Saulo hay una

tragedia, como se da con frecuencia, cuando el celo sinceramente sentido, pero obcecado, ya

no es capaz de reconocer lo que es justo y lo que es injusto en el arrebato de la pasión

fanática.20

Vv 3-9

Una luz singular de origen divino lo envuelve y le demuestra que el Señor está más

cerca de él que lo que él pensaba. Esta luz es una señal, un destello de aquella luz, que el

lenguaje de la Biblia enlaza con la gloria invisible de Dios.21 Esa luz no es una guía para el

camino de Saulo sino una iluminación para su corazón. Aparece para detenerlo en su loca

carrera.22

A continuación aparece el énfasis del relato puesto en el aspecto auditivo de esta

experiencia. Dios le habla en el idioma del pueblo, en hebreo y lo llama dos veces por su

nombre23 continuando con la pregunta “¿por qué me persigues?” cuyo contenido tiene una

18 Cf. S. J. KISTEMAKER, Op. cit., pág. 352.19 Cf. R.CABALLERO YOCCOU. Op. cit., pág. 209.20 Cf. J. KÜRZINGER, Los hechos de los apóstoles, Tomo primero, Herder, Barcelona 1985, Pág.242. 21 Id. 22 Cf. R.CABALLERO YOCCOU, Op. cit., pág. 210.23 Hoy los biblistas sostienen que se trata de un diálogo artificial, muy común en el Antiguo Testamento, llamado "diálogo de aparición". Los escritores sagrados lo emplean cada vez que quieren contar la aparición de Dios o de un ángel a alguna persona.El "diálogo de aparición" consta normalmente de cuatro elementos: a) la doble mención del nombre de la persona (¡Saúl, Saúl!); b) una breve pregunta del personaje (¿Quién eres, Señor?); c) la autopresentación del Señor (Yo soy Jesús, a quien tú persigues); y d) un encargo (Levántate y vete). Cf. Gn 31, 11-13: cuando el ángel le encarga a Jacob regresar a su patria; Gn 46, 2-3, cuando Dios autoriza a Jacob a bajar a Egipto; Éx 3, 2-10, en la vocación de Moisés; Gn 22, 1-2, en el sacrifico de Isaac; 1Sam 3, 4-14, en la vocación de Samuel. (A. ÁLVAREZ VALDES, La conversión de San Pablo, [en línea], Vida Pastoral. Enero/febrero de 2007, Nº 263.http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/?seccion=articulos&id=247. [consulta: 17 de julio, 2009])

13

Page 14: Tesis completa

profundidad misteriosa. En los discípulos que Saulo persigue, persigue al Señor, está presente

en ellos y misteriosamente unido a ellos.24

“¿Quién eres, señor25?”, replica Saulo. Vemos que Saulo no responde sino con una

pregunta, para encontrar la explicación de aquello que Jesús le dijo: “¿Por qué me

persigues?”. Es ignorante del poder invisible. No conoce la manifestación dinámica de la

gracia de Dios ni espera que el poder que lo arrojó en la tierra provenga de Jesús, el nazareno

despreciado. Ha entrado en una crisis espiritual profunda. Tiene que conocer al Señor de la

gloria que es Jesús resucitado.

La respuesta fue: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”. Esta respuesta-identificación

de Jesús confiere una autoridad indiscutible a la orden que le da a continuación (9, 6) y

transforma ya a Saulo haciéndolo desistir por de pronto de la persecución a un Jesús del que él

tenía una idea distinta de lo que acaba de descubrir ahora. La cualificación de la persecución

como persecución a Jesús manifiesta que Cristo resucitado se identifica con los discípulos, en

realidad, con la Iglesia. Perseguir a los cristianos es perseguirle a él, que fundó el

movimiento.26

“En este versículo lucano no debería leerse, como hizo Agustín (Ennarationes in Psalmos 30,

2,3; CCLat 38, 192), la noción paulina de la Iglesia como cuerpo de Cristo. Esa designación

paulina de la comunidad cristiana no tiene cabida en la teología de Lucas. Es más, es muy

probable que Pablo llegase inmediatamente a tal caracterización de la Iglesia cristiana como

resultado de esa experiencia en el camino de Damasco. (...) Aparece sólo gradualmente en sus

cartas y, de hecho, no se encuentra en las primeras. 27

“Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.” Cristo resucitado usa

la mediación de un fiel judeocristiano en el trato con Saulo. Cf. Ez 2,1

24 Cf. J. KÜRZINGER Op. cit., pág. 247. 25 Saulo usa Kyrie, pero en esta etapa de su carrera no pudo haber tenido todavía para él la connotación de “el Señor”, como lo tendría después tan frecuentemente. (J.A.FITZMYER, Los hechos de los apóstoles II, Hch 9, 1-28,31 (Vol. II). Sígueme, Salamanca 2003. Pág. 23)26 Cf. M. BENEITEZ., Esta salvación de Dios Análisis narrativo estructuralista de Hechos. Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas. Madrid (UPCM) 1986. Pág148.27 Cf. J. A. FITZMYER, Los hechos de los apóstoles II, Hch 9, 1-28,31. (Vol. II). La llamada de Saulo. Sígueme, Salamanca 2003. Pág. 24.

14

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Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero

no veían a nadie. Los acompañantes de Pablo oyeron el sonido de una voz pero no pudieron

descifrar el sentido de las palabras que Jesús dice (Cf. Dn 10, 7) Estos hombres quedaron

mudos, vieron la brillante luz, oyeron el sonido de una voz, pero no pudieron entender que

Jesús se había aparecido a Pablo para traerle a la conversión, al arrepentimiento, y a la fe. De

hecho, el término mudos implica que ellos estaban terriblemente asustados. Oyeron una voz,

pero no pudieron ver al dueño de esa voz.28

Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le

llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco. Saulo llega ciego a su destino. La

ceguera no es un castigo, sino una indicación de la impotencia del que anteriormente fue un

adversario poderoso. La entrada de Saulo a Damasco es humillante. Está como cautivo de

Jesucristo. El Señor mismo lo detiene y lo toma como si él estuviera a su cuidado a partir de

ese momento. Lo hace llevar de la mano al lugar de disciplina. Aquí comienza su

transformación: el que fue a Damasco con cartas credenciales del sumo sacerdote para traer

presos a Jerusalén a los discípulos de Cristo, es conquistado por la prepotencia de Dios y,

conducido de la mano de sus compañeros, recorre su camino para seguir lo que la voz le ha

ordenado.29

Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber. Lucas describe la situación de Saulo:

ceguera y ayuno. La ceguera viene de Dios, pero Dios se la curará. Esto indica el efecto

psicológico que la llamada tuvo en él; pero también puede entenderse como que, a partir de

aquí, él se arrepiente y prepara para lo que le espera en el futuro. Aunque físicamente ciego,

los ojos de Saulo se están abriendo espiritualmente.30 Durante tres días Pablo ayuna debido a

la perturbación emocional que ha experimentado. En arrepentimiento y fe busca reconciliarse

con Dios y en tal sentido ora. Acostumbrado a decir oraciones rutinarias, ahora en su

condición de convertido, ora con el corazón.31

En un sentido, la conversión de Pablo ocurrió de repente, cuando Jesús lo detiene en el camino a

Damasco y se le presenta personalmente. Pero si observamos el contexto más amplio (vv. 10-19)

28 Cf. S. J. KISTEMAKER, Op. cit., pág. 357.29 Cf. J. KÜRZINGER, Op. cit., pág. 249. 30 Cf. J. A. FITZMYER, Op. cit., pág. 24.31 Cf. S. J. KISTEMAKER, Op. cit., pág. 358.

15

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vemos un desarrollo gradual de su conversión y llamado. En su soledad, nadie le habla del evangelio

hasta que Ananás, enviado por Jesús, le da la bienvenida a la comunidad cristiana.32

Vv. 10-20

A partir de estos versículos aparece Ananías, el discípulo elegido por el Señor, para

cumplir con los designios del Resucitado: abrir el camino para que entre a la Iglesia y sea

bienvenido en medio de los creyentes. Seguramente que Ananías habría estado entre aquellos

a los que Saulo pensaba llevar presos a Jerusalén. El Señor usa un adversario suyo como

instrumento para su conversión. No es una persona destacada; es simplemente un canal limpio

que Dios puede llamar a su ministerio. Hombre espiritual, sujeto a la voluntad de Dios,

aunque al principio le cuesta aceptarla. Tiene muchos informes, pero Dios tiene las últimas

noticias.

En los versículos 10b-16 nos encontramos con un recurso literario usado por Lucas, el

de visiones dobles, para así describir una visión de Cristo otorgada a Saulo y a Ananías. En

respuesta a la misión que Jesucristo le encomienda no tiene reservas; está consagrado a Dios.

Dios le revela a Ananías las razones inmediatas y mediatas por las cuales lo envía a

Saulo. Entre las primeras se hallan las circunstanciales, es decir, que en casa de Judas donde

se hospeda, Saulo ora y ve la llegada de Ananías para asistirlo. Entre las segundas, que Saulo

es el instrumento en las manos de Dios para llevar el evangelio a todo el mundo.33

Las instrucciones son precisas: (1) Donde debe ir. El Señor le muestra la calle y la casa

donde está Saulo para evitar que vaya a la persona equivocada. (2) A quién debe ir. Había una

población de alrededor de 135.000 personas en Damasco, pero el Señor está interesado en una

y quiere que Ananías lo advierta para cumplir su misión. En tanta cantidad de almas, una

persona no es nada, pero es todo lo que el Señor quiere. (3) Cuándo debe ir. Posiblemente la

escena se desarrolla de noche. “Levántate y ve”. (4) Qué debe hacer al encontrarse con Saulo

y cuáles son los resultados de su gestión (v.12). 34

“Él está orando”, le dice el Señor a Ananías respecto a Saulo. Este comentario

tranquiliza a quien tiene la misión de encontrarse con su perseguidor. La oración es el puente

entre Dios y el hombre y entre los creyentes individualmente. Es de suponer que Pablo, al 32 Cf. S. J. KISTEMAKER, Op. cit., pág. 358.33 Cf. R.CABALLERO YOCCOU, Op. cit., pág.213.34 Id.

16

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orar con sinceridad a Jesús, ha puesto su confianza en él y que Jesús ha aceptado a Pablo.

Jesús prepara tanto a Pablo como a Ananías, porque ha llegado el tiempo para que Pablo se

reúna con su hermano espiritual.35

La dificultad de Ananías no se hace esperar y se la manifiesta con sinceridad al Señor:

“he oído a muchos hablar de ese hombre...” Siente libertad de abrirle su corazón al Señor,

mostrando sus reparos a la misión que está recibiendo. Y por haber sido sincero, Ananías

recibe una revelación especial del Señor acerca de Saulo y su ministerio. 36

Al confirmarle a Ananías la elección de Pablo como instrumento escogido, le

recuerda: (1) Su soberanía. Es alguien elegido para ser bendecido y bendecir. (2) Su

propósito: “para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel”. (3) Su

condescendencia: “Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre.” En

verdad, el verdadero instructor de Saulo no es Ananías sino el Señor mismo. Ananías es un

vehículo circunstancial; el Señor es el maestro permanente.37

En un sentido, estos tres hechos son una sinopsis de la segunda parte de Hechos.

Encuadran la vida de Pablo después de su conversión:

1. Llega a ser instrumento escogido por Cristo

2. Presentará el evangelio tanto a judíos como a gentiles

3. Al hacerlo, sufrirá por el nombre de Jesús38

Aclaradas las dudas, convencido por el Señor, parte Ananías a la casa de Judas.

Preciso en su movimiento, amoroso en su trato, poniéndole las manos encima le dijo:

“Hermano Saulo...” posiblemente comenzando a orar por su ceguera y para que la plenitud

del Espíritu fortaleciera su ministerio. Estas palabras, quizás fueron las primeras que oyó de

labios de un cristiano. Ananías vuelca todo su afecto sobre Saulo y lo anima a seguir

adelante con su bautismo.39

35 Cf. S. J. KISTEMAKER. Op. cit., pág. 361.36 Cf. R. CABALLERO YOCCOU. Op. cit., pág. 214.37 Id.38 Cf. S. J. KISTEMAKER. Op. cit., pág. 363.39 Cf. R. CABALLERO YOCCOU. Op. cit., págs. 214-215.

17

Page 18: Tesis completa

“Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y

fue bautizado”. “Algo como escamas (o películas)” es una forma primitiva de describir la

causa de la ceguera. (Cf. Tob 2, 10; 11, 13.) Ahora Saulo puede contemplar una nueva luz.

Esta nueva visión también es una alegoría. A la luz de los ojos otra vez obtenida sobreviene

la iluminación del espíritu, sobreviene aquella contemplación del misterio de Jesús.

Y el bautismo de Saulo fue un bautismo en el nombre de aquél a quien tres días antes

Saulo aún perseguía “respirando amenazas y muerte”. Ahora Saulo es un nuevo hombre que

surgió del agua del bautismo. Comió y recuperó fuerzas, pero también se alude a las fuerzas

del espíritu, porque desde entonces el Espíritu Santo se hizo cargo de él para siempre.40

“...en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de

Dios”. Significativo es el hecho que la expresión Hijo de Dios aparece en Hechos sólo en el

versículo que describe el comienzo de la predicación de Pablo. Es decir, la predicación de

Pablo comienza con la afirmación que Jesús es el Hijo de Dios, quien ha cumplido las

profecías del Antiguo Testamento. Aun si el término Hijo de Dios se aplicara a los israelitas o

a la nación de Israel, el concepto de hijo se aplica específicamente a un descendiente real de

David y el Mesías. Jesús nunca usó el título excepto cuando, en el juicio, el sumo sacerdote le

preguntó si él era el Hijo de Dios (Mt 26, 63). Cuando Jesús respondió afirmativamente lo

acusaron de blasfemia. Ahora Pablo continúa predicando en las sinagogas de Damasco que

Jesús es el Hijo de Dios y así revela el corazón de la fe cristiana.41

“Una de las lecciones que podemos aprender de la conversión de Pablo es que la

salvación se origina en Dios y no en el hombre. La iniciativa es tomada por Dios y es él quien

lleva la salvación hasta su destino final”.42

Hch 22, 1-21

“1 « Hermanos y padres, escuchad la defensa que ahora hago ante vosotros. » 2 Al oír que les hablaba en lengua hebrea guardaron más profundo silencio. Y dijo: 3 « Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies

de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por

Dios, como lo estáis todos vosotros el día de hoy.

40 Cf. J. KÜRZINGER, Op. cit., pág. 259.41 Cf. S. J. KISTEMAKER, Op. cit., pág. 370. 42 Cf. S. J. KISTEMAKER, Op. cit., págs. 359-360.

18

Page 19: Tesis completa

4 Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la cárcel a hombres y

mujeres, 5 como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos

recibí también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de

traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran

castigados. 6 Pero yendo de camino, estando ya cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de

repente una gran luz venida del cielo; 7 caí al suelo y oí una voz que me decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?» 8 Yo respondí: «¿Quién eres, Señor?» Y él a mí: «Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú

persigues.» 9 Los que estaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. 10 Yo dije: «¿Qué he de hacer, Señor?» Y el Señor me respondió: «Levántate y vete a

Damasco; allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas.» 11 Como yo no veía, a causa del resplandor de aquella luz, conducido de la mano por mis

compañeros llegué a Damasco. 12 Un tal Ananías, hombre piadoso según la Ley, bien acreditado por todos los judíos que

habitaban allí, 13 vino a verme, y presentándose ante mí me dijo: «Saúl, hermano, recobra la vista.»Y en

aquel momento le pude ver. 14 El me dijo: «El Dios de nuestros padres te ha destinado para que conozcas su voluntad,

veas al Justo y escuches la voz de sus labios, 15 pues le has de ser testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. 16 Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su

nombre.» 17 « Habiendo vuelto a Jerusalén y estando en oración en el Templo, caí en éxtasis; 18 y le vi a él que me decía: «Date prisa y marcha inmediatamente de Jerusalén, pues no

recibirán tu testimonio acerca de mí.»19 Yo respondí: «Señor, ellos saben que yo andaba por las sinagogas encarcelando y

azotando a los que creían en ti; 20 y cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo también me hallaba presente, y

estaba de acuerdo con los que le mataban y guardaba sus vestidos.» 21 Y me dijo: «Marcha, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles»».”

19

Page 20: Tesis completa

Comentario 43

En la forma de un discurso de defensa Lucas presenta el segundo relato de la

conversión de Pablo. Con el primer relato tiene muchos detalles similares, pero con algunas

diferencias y algunas novedades no reveladas anteriormente. Las diferencias provienen

mayormente de querer amoldar los detalles en un discurso que Pablo dirige al pueblo de

Jerusalén.

En esta composición lucana Pablo es presentado como el piadoso judío leal y el

ferviente perseguidor de los cristianos, y luego como convertido al cristianismo, pero el

énfasis lucano recae en el carácter judío de Pablo. Los detalles en este discurso son una forma

modificada de los contados en la narración del capítulo 9. Lo nuevo puede provenir de la

fuente paulina de Lucas. Pablo atribuye el cambio de su vida al mandato del cielo. No

obstante, la llamada a ser misionero de los gentiles, lo atribuye ahora no a su experiencia en el

camino de Damasco, sino a una visión de Cristo resucitado en Jerusalén en una fecha

posterior. En todo caso, su evangelización de los gentiles es asimismo atribuida a una

comisión celestial. Lucas hace de este discurso una explicación paulina del cristianismo como

legítimo desarrollo del judaísmo.

Este discurso lleva a su punto culminante la evangelización y la obra misionera de

Pablo, pues, aunque es un discurso de defensa y no hay en él pronunciamiento kerigmático,

Pablo está indirectamente evangelizando a los judíos de Jerusalén, que lo escuchan.

La estructura de este discurso puede verse así:

Saludo congraciador 22, 1-2

Antecedente judío de Pablo y actividad 22, 3-5

Comisión de Pablo para perseguir a los cristianos

en Damasco 22, 5b

Viaje de Pablo a Damasco: encuentro con Jesús 22, 6-11

Ananías recibe a Pablo 22, 12-16

Visita de Pablo a Jerusalén: comisión para predicar

a los gentiles 22, 17-21

43 El siguiente comentario de Hch 22, 1-22 está inspirado en la obra de J. A. FYTZMYER, Op. cit., págs. 408 ss.

20

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Al relatar la historia de su vida, su educación y conversión, el Pablo lucano asegura al

auditorio judío y judeocristianos de Jerusalén su ascendencia judía, su “celo por Dios” y la

persecución. En su viaje a Damasco, Cristo resucitado lo abordó y le mostró lo errado de su

conducta. Ese mismo Jesús le daría todas las instrucciones de lo que debía hacer hasta llegar a

ser bautizado, lavarse de sus pecados e invocar el nombre de Jesucristo. Así Pablo cuenta su

cambio de vida: de archiperseguidor de los cristianos a testigo de Jesucristo.

En los versículos 17-21 aparecen nuevos detalles respecto a lo ya mencionado en el

capítulo 9. El Pablo lucano está ansioso de admitir que todavía reza en el templo aún después

de su conversión. Sorprendentemente, Pablo relaciona ahora su comisión a una experiencia en

Jerusalén. Moldear la narración en forma de un discurso para hacerla más convincente a los

jerosolimitanos a los que va dirigido, parece ser el motivo de esta modificación o agregado de

datos.

“...caí en éxtasis; y le vi a él que me decía: «Date prisa y marcha inmediatamente de

Jerusalén, pues no recibirán tu testimonio acerca de mí»." Este es un relato abreviado, pues

en 9, 29-30 Pablo es enviado a Cesarea y Tarso por los cristianos de Jerusalén, que se enteran

de que los helenistas judíos quieren matarlo. Ahora nos enteramos de que el Señor mismo ha

intervenido para que Pablo salga de Jerusalén. Esta intervención del Kyrios (=Cristo

resucitado) proporciona el antecedente de la situación en que Pablo se encuentra. Se repite de

nuevo la falta de los judíos de Jerusalén en no aceptar el testimonio de los misioneros

cristianos.

“Yo respondí: Señor, ellos saben que yo andaba por las sinagogas encarcelando y

azotando a los que creían en ti...” Esta declaración es nueva. La respuesta de Pablo al Señor

resume lo que él ha estado haciendo a los judeocristianos convertidos. Esta respuesta debería

haberle congraciado a Pablo con el pueblo de Jerusalén al que se dirige, pero la historia no

acaba aquí.

“...y cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo también me hallaba

presente, y estaba de acuerdo con los que le mataban y guardaba sus vestidos." Esteban

recibe el título de martys, “testigo”. Este detalle de la vida de Pablo, su presencia ante la

muerte de Esteban, es conocido sólo por la historia de Lucas44; por eso no sorprende que el

44 El propio Pablo nunca mencionada nada sobre Esteban en sus escritos.

21

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Pablo lucano se vea obligado a reflexionar sobre ello. Habiendo sido testigo de la muerte de

Esteban, Pablo habla ahora de que él mismo se ha convertido en “testigo” de Cristo

resucitado, que le comisiona y envía a los gentiles.

“Y me dijo: «Marcha, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles».” Así refiere Pablo al

pueblo de Jerusalén la comisión esencial del Señor resucitado. La comisión de ser testigo

“ante los gentiles” es pues, conferida a Pablo en el mismo corazón del culto religioso del

judaísmo, en los recintos del templo de Jerusalén.

Hch 26, 1-23

“1 Agripa dijo a Pablo: « Se te permite hablar en tu favor. » Entonces Pablo extendió su

mano y empezó su defensa: 2 « Me considero feliz, rey Agripa, al tener que defenderme hoy ante ti de todas las cosas de

que me acusan los judíos, 3 principalmente porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones de los judíos. Por eso te

pido que me escuches pacientemente. 4 « Todos los judíos conocen mi vida desde mi juventud, desde cuando estuve en el seno de mi

nación, en Jerusalén. 5 Ellos me conocen de mucho tiempo atrás y si quieren pueden testificar que yo he vivido

como fariseo conforme a la secta más estricta de nuestra religión. 6 Y si ahora estoy aquí procesado es por la esperanza que tengo en la Promesa hecha por

Dios a nuestros padres, 7 cuyo cumplimiento están esperando nuestras doce tribus en el culto que asiduamente, noche

y día, rinden a Dios. Por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judíos. 8 ¿Por qué tenéis vosotros por increíble que Dios resucite a los muertos? 9 « Yo, pues, me había creído obligado a combatir con todos los medios el nombre de Jesús,

el Nazareno. 10 Así lo hice en Jerusalén y, con poderes recibidos de los sumos sacerdotes, yo mismo

encerré a muchos santos en las cárceles; y cuando se les condenaba a muerte, yo contribuía

con mi voto. 11 Frecuentemente recorría todas las sinagogas y a fuerza de castigos les obligaba a

blasfemar y, rebosando furor contra ellos, los perseguía hasta en las ciudades extranjeras. 12 « En este empeño iba hacia Damasco con plenos poderes y comisión de los sumos

sacerdotes;

22

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13 y al medio día, yendo de camino vi, oh rey, una luz venida del cielo, más resplandeciente

que el sol, que me envolvió a mí y a mis compañeros en su resplandor. 14 Caímos todos a tierra y yo oí una voz que me decía en lengua hebrea: "Saúl, Saúl, ¿por qué

me persigues? Te es duro dar coces contra el aguijón." 15 Yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y me dijo el Señor: "Yo soy Jesús a quien tú persigues. 16 Pero levántate, y ponte en pie; pues me he aparecido a ti para constituirte servidor y testigo

tanto de las cosas que de mí has visto como de las que te manifestaré. 17 Yo te libraré de tu pueblo y de los gentiles, a los cuales yo te envío, 18 para que les abras los ojos; para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de

Satanás a Dios; y para que reciban el perdón de los pecados y una parte en la herencia entre

los santificados, mediante la fe en mí." 19 « Así pues, rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial, 20 sino que primero a los habitantes de Damasco, después a los de Jerusalén y por todo el

país de Judea y también a los gentiles he predicado que se convirtieran y que se volvieran a

Dios haciendo obras dignas de conversión.21 Por esto los judíos, habiéndome prendido en el Templo, intentaban darme muerte. 22 Con el auxilio de Dios hasta el presente me he mantenido firme dando testimonio a

pequeños y grandes sin decir cosa que esté fuera de lo que los profetas y el mismo Moisés

dijeron que había de suceder: 23 que el Cristo había de padecer y que, después de resucitar el primero de entre los muertos,

anunciaría la luz al pueblo y a los gentiles».”

Comentario 45

El discurso que Pablo pronuncia ante el rey Agripa II, Berenice y toda su comitiva es

un discurso escrito con oficio, uno de los mejores de los Hechos. Es básicamente una defensa

(apología), pero al final se convierte en un discurso misionero (v 23.28), cuando Pablo predica

a Jesús como el prometido por Moisés y los antiguos profetas.

En realidad se trata de una composición lucana, una repetición de la historia de la

conversión de Pablo (9, 1-30), una vez más en forma de discurso, como en 22, 3-21. Es la

quinta y última defensa de Pablo en los Hechos. Lucas pinta a Pablo cumpliendo así el papel

de instrumento elegido de Cristo que tenía que llevar su nombre a reyes y gentiles. Pablo llevó

ese testimonio ante los “gentiles” en las misiones primera, segunda y tercera; llevó la palabra

45 El siguiente comentario de Hch 26, 1-23 está inspirado en la obra de J. A. FYTZMYER, Op. cit., págs. 483 ss.

23

Page 24: Tesis completa

a “los hijos de Israel”, frecuentemente en las sinagogas (13, 5. 14-17; 14, 1; 17, 1-10.17; 18,

4.19; 19, 8; 23, 6), y ahora a los “reyes” (25, 23-26, 22)

La estructura del discurso puede verse así:

Introducción 26, 2-3

I. Vida y creencia judía, farisaica, de Pablo 26, 4-8

II. Persecución de Pablo a los cristianos y conversión 26, 9-18

III. Testimonio de Pablo sobre el Mesías sufriente 26, 19-23

El discurso se caracteriza por su lenguaje formal y retórico, que contrasta con el

discurso del capítulo 22. En el presente discurso desaparece completamente de la escena el

judeocristiano Ananías de Damasco.

El énfasis está puesto en Pablo el “profeta”, en contraste con el capítulo 9 (Pablo el

instrumento elegido) y el capítulo 22 (Pablo el testigo). El énfasis sale a relucir en las

alusiones a los profetas veterotestamentarios en los v. 16-18 y en la referencia a Moisés y los

profetas en apoyo de su mensaje (26, 22); en el v. 27 Pablo le preguntará al rey Agripa si cree

en los profetas.

Hay que entender la predicación de Pablo como la actividad de un portavoz de Dios,

como se entiende generalmente la profecía del Antiguo Testamento (Cf. Ex 4, 14-16) De la

misma manera que Moisés y los antiguos profetas hablaron de Dios, así también Pablo; y su

mensaje es una continuación del de ellos. En realidad, desde el punto de vista del Pablo

lucano las antiguas Escrituras facilitan la prueba demostrativa del cristianismo.

Podemos ver que en los tres relatos de Lucas de la conversión de Pablo la

convergencia en un punto fundamental: el resucitado habló a Pablo, lo llamó al apostolado,

hizo de él un verdadero testigo de la Resurrección, con el encargo específico de anunciar el

Evangelio a los paganos, al mundo grecorromano. Al mismo tiempo, Pablo aprendió que, a

pesar de su relación inmediata con el Resucitado, debía entrar en la comunión con la Iglesia,

debía hacerse bautizar, debía vivir en sintonía con los demás apóstoles. 46

46 Cf. BENEDICTO XVI. Op .cit., 3 de septiembre de 2008.

24

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Conversión, llamado, vocación, misión. Distintos aspectos que tienen su origen en uno

solo: Jesucristo.

b. Los textos de las cartas de Pablo y su comentario.

Como ya fue mencionado anteriormente, Pablo nunca expresó en sus cartas detalles

sobre su “conversión”47. Podemos ver que, para referirse a la conversión, en sus epístolas

utiliza los términos metánoia (Rom 2,4; 2Cor 7,9-10; Cf. 12,21) y epistrophé (1 Tes 1,9; Cf.

2Cor 3,16). Es pasar del estado de pecado a una vida del todo nueva; aunque emplea

necesariamente ciertas metáforas como la de morir y resucitar de nuevo y lograr un cambio de

vida que son fruto de su propia experiencia y de lo que él descubre en su relación con

Jesucristo. Expresiones tales como “ser en Cristo”, “morir y resucitar del hombre con Cristo”,

“ser una nueva criatura”, “revestirse del hombre nuevo”:

“El que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo” (2 Cor 5,

17).

“Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual

que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también

nosotros vivamos una vida nueva” (Rom 6,4).

“Y tales fuisteis algunos de vosotros ladrones, avaros, borrachos, ultrajadores,

rapaces, etc.. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en

el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.” (1Cor 6,11).

Para Pablo, la conversión es el paso para llegar a la fe, es un paso de la muerte a la

vida.48

De sus escritos, podemos deducir esta experiencia en su vida a partir del encuentro con

el Resucitado en Damasco. Veamos los textos a los que hicimos referencia en la primera parte

de este trabajo49:

1 Cor 15, 8-9

47 Supra pág. 11. 48 Cf. R. LATOURELLE, R. FISICHELA, S. PIÉ-NINOT, Diccionario de teología fundamental, Paulinas, Madrid, 1992. Pág. 203.49 Supra pág. 11.

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Page 26: Tesis completa

8 “Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo.

9 Pues yo soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber

perseguido a la Iglesia de Dios.”

Aquí expresa claramente su condición de perseguidor de los seguidores de Cristo y

muestra un sentimiento de indignidad ante la vivencia del llamado a ser apóstol. En otras

cartas menciona también su calidad de perseguidor.50 Al mencionar que el Señor se le

apareció, justifica su condición de testigo oficial de la resurrección, nacido a destiempo: Lit.

“feto abortivo”; que al ser aplicado a un individuo adulto, la palabra griega ektroma, tiene una

acepción derivada, “objeto de horror y repugnancia”. Algo parecido a la expresión

“monstruo”. Probablemente éste es el sentido en que Pablo, recordando su persecución contra

la Iglesia, emplea la expresión “monstruo de la familia apostólica”.51

Pablo cambia su conducta, existe una transformación, pero no es fruto de un proceso

moral o intelectual, le llega desde afuera, del encuentro con Jesucristo.52 Es manifiesta la

antítesis entre lo que Pablo fue y lo que llegó a ser por gracia.

1 Cor 9, 1 1 “¿No soy yo libre? ¿No soy yo apóstol? ¿Acaso no he visto yo a Jesús, Señor nuestro? ¿No

sois vosotros mi obra en el Señor?”

Con estas palabras alude a algo que todos saben y probablemente es por eso que no

proporciona demasiados detalles. De ese encuentro surge en Pablo un nuevo ser. Vio al Señor,

su palabra y su presencia lo transformaron en apóstol. El título “apóstol” no es y no puede ser

honorífico. Así lo entiende Pablo. Ser apóstol de Jesucristo compromete totalmente y

dramáticamente toda su persona.53

Flp 3, 4-9. 12 4 “...aunque yo tengo motivos para confiar también en la carne. Si algún otro cree poder

confiar en la carne, más yo. 5 Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de

hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo;

50 Cf. Gál 1, 13.51 Cf. R. E. BROWN, J. A. FITZMYER, R. E. MURPHY, Comentario Bíblico “San Jerónimo”, Tomo IV Nuevo Testamento II, Cristiandad, Madrid, 1972. Pág. 57.52 Cf.. BENEDICTO XVI Op.Cit. 3 de septiembre de 2008.53 Cf. BENEDICTO XVI. La concepción paulina del apostolado, Audiencia general, 10 de septiembre de 2008.

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6 en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, intachable. 7 Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. 8 Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús,

mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no con la justicia mía, la que viene de la Ley, sino la que viene por la fe

de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada en la fe, (...)12 No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si

consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús.”

En este texto, Pablo utiliza un tono apologético en la polémica contra los adversarios

judaizantes, combatiendo el ideal de la autojustificación. Fundamenta con sus propias

experiencias lo que está defendiendo. Lo que antes le parecía un valor, ahora lo estima como

basura. “Fue alcanzado por Cristo”54 y este encuentro fue para él una renovación tal, que

cambió todos sus parámetros. Ahora cuenta sólo la vida en Cristo.55

¿Cuáles eran las credenciales que Pablo despliega ante sus adversarios y a las cuales

renuncia? Cada frase de ese catálogo de privilegios de Pablo tiene un significado especial:

Había sido circuncidado a los ocho días. Abraham había recibido el

siguiente mandato de Dios: “El varón de ocho días será circuncidado

entre vosotros” (Gn 17, 12) y esta prescripción se había repetido como

una ley permanente en Israel. (Lev 12, 3). Con esta declaración Pablo

deja en claro que no es un ismaelita, porque éstos se circuncidaban a

los trece años. Ni era prosélito que había ingresado tardíamente a la fe

judía recibiendo la circuncisión en la edad madura. Aquí subraya el

hecho de haber nacido de la fe judía; conocía sus privilegios y había

observado sus ceremonias desde su nacimiento.

Era del linaje de Israel. Cuando los judíos deseaban subrayar su

relación especial con Dios en un sentido único y exclusivo usaban la

palabra israelita. Israel era el nombre especial que Dios le dio a Jacob

después de luchar con él (Gn 32, 28) En el sentido estricto de la palabra

54 Nótese la expresión en voz pasiva, indicadora de una acción externa a él. Es Cristo quien lo buscó y lo encontró, y no al revés.55 Cf. BENEDICTO XVI, Op. cit., 3 de septiembre 2008.

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la herencia privilegiada del pueblo elegido tenía su punto de partida en

Israel. Los ismaelitas podían trazar su descendencia hasta Abraham, ya

que Ismael también había sido engendrado por Abraham, en Agar. Los

idumeos podían trazar su ascendencia hasta Isaac, porque Esaú, el

fundador de la nación idumea también había sido hijo de Isaac. Pero

sólo los israelitas podían trazar su descendencia hasta Jacob a quien

Dios le había dado el nombre de Israel. Llamándose a sí mismo

israelita, Pablo subrayaba la pureza absoluta de su raza y de su

descendencia.

Era de la tribu de Benjamín; es decir, no sólo era israelita, sino que

pertenecía a la élite de Israel. La tribu de Benjamín tenía un lugar

especial en la aristocracia israelita. Benjamín era el hijo de Raquel, la

esposa predilecta de Jacob. De los doce patriarcas sólo Benjamín había

nacido en la tierra prometida (Gn 35, 17-18) De la tribu de Benjamín

provenía el primer rey de Israel: Saúl (1 Sam 9, 1-2) Y no hay lugar a

dudas de que por ese mismo rey había recibido Pablo su nombre

original, Saulo.56

Gal 1, 15-1615 “Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia,

tuvo a bien 16 revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo

ni a la carne ni a la sangre...”

San Pablo refiere aquí de una manera sobria y escueta el proceso de su vocación. Para

reivindicar la investidura divina de su misión y el origen auténtico del evangelio que predica,

dice que fue llamado, casi seleccionado, por gracia de Dios con la revelación de su hijo con

vistas al anuncio del evangelio a los paganos. Es el Señor el que lo constituye apóstol, no el

presumir serlo.

56 Cf. W. R. FARMER Y OTROS, Comentario Bíblico Internacional, Verbo Divino, 2da. Edición. Navarra, 1999. Pág. 1541.

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En esta “auto-apología” subraya decididamente que también él es verdadero testigo del

Resucitado, que tiene una misión recibida directamente de Él.57Pablo se sabía elegido para

servir y no para el honor, y que esta elección no se trataba de un imprevisto, sino de algo que

estaba en el plan eterno de Dios. Este plan existía ya antes de su nacimiento.

“Sorprende la brevedad con que Pablo se refiere a su vocación. Esto demuestra en primer lugar hasta

qué punto lo único verdaderamente importante para él era la misión que había recibido y no su propia

persona. Esta escueta referencia a su conversión / vocación nos pone en guardia ante una posible

lectura demasiado literal, demasiado milagrera, de los relatos del libro de los Hechos. Efectivamente,

cuando el autor de los Hechos nos cuenta el vuelco religioso que sufrió la vida de Pablo, con toda

probabilidad no pretendía hacer historia estrictamente tal. Quería simplemente presentar un suceso

importante y real, pero situado en cierta manera más allá de la historia, de la única manera posible, a

saber, mediante un género literario peculiar en el que la imaginación y la creatividad del autor tratan

de describir de modo plástico, algo realmente indescriptible.”58

Rom 1,11 “Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios”

Pablo se llama a sí mismo esclavo, siervo (doulos) de Jesucristo, término en el cual

hay dos trasfondos de pensamiento:

El título favorito de Pablo para Jesús es Señor (Kyrios). Este término en griego

se refiere a quien tiene posesión indiscutida de una persona o cosa; significa

dueño o propietario, en el sentido más propio y absoluto. Lo opuesto del

término Señor es esclavo. Pablo se considera a sí mismo esclavo de Jesucristo,

su Dueño y Señor.

Pero el término esclavo tiene otro aspecto. En el Antiguo Testamento es la

palabra común para referirse a los grandes hombres de Dios. Moisés fue

sirviente, esclavo, doulos, del Señor (Jos 1, 2). El título más arrogante de los

profetas, el que los distingue de otros hombres, es el ser siervo y esclavos de

Dios (Am 3, 7; Jer 7, 25) Cuando Pablo se llama a sí mismo esclavo de

Jesucristo está ubicándose en la sucesión de los profetas. Así, entonces, la

57 Cf. BENEDICTO XVI, Op. cit., 10 de septiembre 2008.58 Cf. S. GUIJARRO OPORTO Y OTROS. Comentario al Nuevo Testamento, 5ta Edición, La Casa de la Biblia, 1995. Pág. 509.

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expresión siervo de Jesucristo describe al mismo tiempo la obligación de un

gran amor y el honor de un gran oficio.59

En el comienzo de la carta a los Romanos, Pablo expresa claramente que es apóstol

por “vocación”, es decir “no por parte de los hombres ni por mediación de hombre alguno,

sino por Jesucristo y Dios Padre” (Gal 1,1)

El apóstol de los Gentiles destaca la idea de una iniciativa ajena, la de Dios en

Jesucristo, a la que está plenamente obligado; pero sobre todo se subraya el hecho de que ha

recibido una misión que cumplir en su nombre, poniendo en segundo plano, la existencia de

algún interés personal.60

Releyendo las cartas de Pablo, descubrimos una mirada retrospectiva de los

acontecimientos, que es lo que hace aquél que mira su propia historia y descubre la acción de

Dios en su vida. Pablo, muy a menudo hace este trabajo de mirar hacia atrás y mirar su

presente, pareciera que muy deliberadamente, para fundamentar en sus escritos, aquellas

verdades reveladas por el Señor y que él debe transmitir a los paganos. Podríamos decir que

las referencias autobiográficas sobre su conversión están sensiblemente teologizadas y

reflejan una lectura de los acontecimientos a la luz de toda la vida del apóstol y del camino de

la Iglesia. Lejos de debilitar su valor histórico, todo ello revela el carácter cierto del suceso.61

Segunda parte

La conversión desde una perspectiva psico-espiritual

59 Cf. W. BARCLAY, El Nuevo Testamento, Vol. 8 Romanos, La Aurora, Buenos Aires, 1954. Págs. 23-24.60 Cf. BENEDICTO XVI, Op. cit., 10 de septiembre 2008.61 Cf. P. ROSSANO, G. RAVASSI, A. GIRLANDA, Nuevo Diccionario de teología bíblica, Paulinas, Madrid, 1990. Pág. 1353.

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Page 31: Tesis completa

Algunas consideraciones

En primer lugar, quisiera señalar, que a la conversión de San Pablo no podemos

explicarla desde el aspecto psicológico, pensando que este acontecimiento en su vida fue

producto de una maduración, de un proceso psicológico y moral. Tomando las propias

palabras de Benedicto XVI acerca de la conversión de san Pablo, podemos decir:

“...esta transformación de todo su ser no fue fruto de un proceso psicológico, de una maduración o

evolución intelectual y moral, sino que llegó desde fuera: no fue fruto de su pensamiento, sino del

encuentro con Jesucristo. (...) Los análisis psicológicos no pueden aclarar ni resolver el problema. Sólo

el acontecimiento, el encuentro fuerte con Cristo, es la clave para entender lo que sucedió...Este

encuentro es una renovación real que cambió todos sus parámetros.” 62

No obstante esto, presento a continuación algunos aspectos fenomenológicos de la

conversión. Esto es sólo una manera de clasificar y analizar este acontecimiento humano que

puede presentar determinadas características y que de ningún modo es concluyente.

I Aspectos fenomenológicos de la conversión

1. Tipos de conversión 63

No todas las facultades del convertido cambian o se transforman en el mismo

momento o con la misma profundidad; pero siempre repercuten en todo su ser. De ahí que,

para facilitar el análisis, pueda establecerse una clasificación. De este modo tenemos:

1) Según el modo en que se producen:

- conversiones comunes u ordinarias, son aquellas que se producen sin

sobrepasar los límites de lo normal, de lo ordinario.

- conversiones extraordinarias, que se producen de modo misterioso, con

predominio de influjos extraordinarios de la gracia.

- conversiones graduales y prolongadas, en las que el proceso toma su tiempo

- conversiones repentinas.

- conversiones con luchas y contrastes, que conllevan largos períodos de luchas

interiores.

2) Según la causa:

62 BENEDICTO XVI. Op.Cit. 3 de septiembre de 2008.63 La siguiente clasificación está tomada del trabajo realizado por: R. P. DR. M. A. FUENTES, Psicología y teología de la conversión, [en línea] http://www.foromoral.com.ar/respuesta.asp?id=209 [consulta: 15 de agosto, 2009]

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Page 32: Tesis completa

- conversiones intelectuales-discursivas, en las que predomina el trabajo lento y

discursivo de la inteligencia. Aquí cabe destacar que la voluntad y el afecto

empujan y determinan el trabajo intelectual.

- Conversiones intuitivas, en las que pareciera que la luz se produce en un

momento de intuición, en el cual la persona es ilustrada repentinamente por

Dios.

- Conversiones volitivas, en las que el factor principal parece ser la voluntad

deliberada; se presentan en un camino que suele llamarse “segunda

conversión” donde la persona busca la santidad y la perfección.

Podemos agregar otra forma de analizar el fenómeno “conversión” según los factores

que la predisponen y también según las situaciones que la motivan. Es importante hacer la

salvedad que muchas conversiones tienen motivos diferentes de lo que aquí se presentan.64

Necesidades personales: muchas personas buscan una religión para atender a

sus necesidades personales y subjetivas. Los “fracasos” personales llevan a las

personas a redirigir su vida a una nueva meta: Dios, y se lo concibe, tal vez en

un comienzo, según los deseos propios, como un modo de compensación. Y

aquella experiencia, puede, o no, ir madurando con el tiempo hasta llevar al

individuo a un encuentro profundo con Dios.

Necesidades sociales. Cuando una persona ‘se encuentra’ con un grupo que no

lo juzga, sino lo acepta a pesar de sus defectos, de su pasado, de su estilo de

vida y de sus errores, es muy satisfactorio. Si se descubre un grupo donde se

convive en armonía, donde se recibe cariño, un cariño que talvez hasta ése

momento no se conocía, que quizá faltó en la familia, entonces difícilmente se

desea alejarse del grupo. Cuando esas personas poco a poco se han ganado

nuestra confianza y nuestro cariño se forma un nexo difícil de romper; la

persona desea más y más esos sentimientos: sentirse amada, respetada,

incluida... De esta forma la persona puede encaminarse a una conversión

gradual donde el grupo -y no la fe en sí- satisface las necesidades de la persona.

Necesidad de sentido: cuando la persona se encuentra con un vacío existencial,

cuando no encuentra respuestas a los “para qué” de la vida, y le falta un

64 Cf. LIC. S. SÁNCHEZ LÓPEZ, La conversión religiosa: una aproximación desde la psicología, [en línea] http://martillodelumbre.wordpress.com/category/ponencias-y-conferencias/la-conversion-religiosa-una-aproximacionde-desde-la-psicologia/ [consulta: 18 de octubre, 2010]

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Page 33: Tesis completa

propósito y una motivación. Convertirse entonces significa, apropiarse de un

nuevo sentido de vida, y es precisamente la identidad religiosa la que le sirve al

sujeto para encontrar ese nuevo sentido de vida.

Necesidad de seguridad y afecto. El sentimiento de aproximación a Dios

produce en el sujeto un sentimiento de que es único para Dios, que se siente

amado por Él, que no está solo ni desamparado, que es un sujeto único y

especial, así como es única y especial su relación con Dios. Todo en su vida

sucede por una razón, y no importan las desgracias ya que al final todos los

problemas en su vida se resolverán (“Dios proveerá”), que Dios lo ama y acepta

a pesar de todo. Los sentimientos de debilidad, depresión, soledad, desgracia,

se aminoran o incluso desaparecen. La persona al encontrar una fe nueva o una

nueva forma de vivir su fe goza de estas experiencias revitalizantes.

Necesidad de una nueva identidad: La forma en que nos auto-percibimos

(autoconcepto) y nos auto-valoramos (autoestima) es lo que constituye nuestra

identidad, cuando se opta por cambiar de religión y esta nueva religión es

vivida de forma activa (con intensidad) entonces también se transforma la

identidad. Generalmente se da esto cuando no se está a gusto con la propia

vida.

Teniendo en cuenta lo dicho, podríamos afirmar que la conversión de san Pablo fue

una conversión intuitiva (según la causa) y repentina (según el modo). Pero en cualquiera de

estos casos nombrados en la primera clasificación, hay un elemento en común a todas que se

da en el proceso de conversión: la situación personal de crisis y un fuerte deseo de Dios.

Si quisiéramos atender a la segunda clasificación basada en las necesidades de la

persona, en el caso de Pablo no podemos hacer uso de ella, ya que las desconocemos. Pero sí

refuerza el estudio en general de las conversiones que se pueden producir hoy.

2. La crisis precede a la conversión

Está ampliamente corroborado por la psicología de la religión que existe una relación

directa y fuerte entre el fenómeno de la conversión religiosa y las crisis personales

(intrapsíquicas, de relación con otras personas o de cualquier tipo).

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Vemos que frecuentemente la conversión comienza por una crisis o una situación

relacionada con alguna especie de sufrimiento que puede ser físico, moral o espiritual. Las

crisis casi siempre tienen efectos de cambios importantes en la persona en todos los sentidos,

y a menudo llevan a desear un cambio en la propia vida, o invitan a ver la vida desde otra

perspectiva.65 Junto a esto puede aparecer en la interioridad de la persona una convicción más

o menos profunda y al menos confusa, de que sólo en Dios el alma puede encontrar

tranquilidad en esa lucha. Si sólo se produjera la crisis sin el otro aspecto, la persona

terminaría en desesperación y no en conversión.

Las formas más comunes de crisis son las siguientes:66

a. Crisis moral: surge de la experiencia de pecado, como conciencia de bancarrota

moral y sentido de suciedad. Los sentimientos que acompañan este tipo de crisis son de vacío

interior, remordimiento por los pecados cometidos y el ansia de paz interior. Algunas veces el

alma se comporta inicialmente como huyendo de esa mirada. Un ejemplo de esto lo

encontramos en las Confesiones de San Agustín: “Narraba estas cosas Ponticiano, y

mientras él hablaba, tú, Señor, me trastocabas a mi mismo, quitándome de mi espalda,

adonde yo me había puesto para no verme, y poniéndome delante de mi rostro para que viese

cuán feo era, cuán deforme y sucio, manchado y ulceroso. Veíame y llenábame de horror,

pero no tenía adónde huir de mi mismo. Y si intentaba apartar la vista de mí, con la

narración que me hacía Ponticiano, de nuevo me ponías frente a mí y me arrojabas contra

mis ojos, para que descubriese mi iniquidad y la odiase. Bien la conocía, pero la disimulaba,

y reprimía, y olvidaba.” (SAN AGUSTÍN, Confesiones, VIII, 7,1.)

b. Crisis espiritual: se da más bien en la “segunda conversión”. Se caracteriza por la

conciencia de mediocridad y superficialidad de la vida. No es más fácil que la conversión del

pecado a la gracia, porque a este converso le parece que se le pide todo y que abandone todo y

no entiende el verdadero sentido de la libertad. Por ejemplo, el joven rico del evangelio pasó

por esta crisis y no la superó.

c. Crisis existencial: tiene lugar en una catástrofe inesperada tal como enfrentarse a la

muerte de un ser querido, una enfermedad, un fracaso, o cualquier sufrimiento que obliga a la

persona a plantearse el sentido de la vida o su dirección. Cuando el dolor golpea a la puerta de

65 Cf. LIC. S. SÁNCHEZ LÓPEZ, Op. cit.66 Cf. R. DR. M. A. FUENTES, Op. cit.

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Page 35: Tesis completa

un hombre, se ve obligado repentinamente a mirar dentro de sí mismo, a examinar las raíces

de su ser y entrar en las profundidades de su espíritu.

d. Crisis en las relaciones interpersonales: éstas pueden provocar una fuerte sacudida

en la vida de la persona, tanto más cuanto la relación sea más íntima. Este fenómeno provoca

que muchas personas se vuelquen a Dios buscando paz y respuestas a sus dificultades.

Junto a la crisis, se produce en la psicología del convertido el deseo de purificación del

pecado, de alcanzar la paz del alma o directamente el deseo de Dios mismo. Puede llegar a

mezclarse con cierto miedo a entregarse a ese Alguien por temor a ser totalmente devorado u

obstaculizado por Él.

3. Obstáculos a la conversión

Existen algunos obstáculos para la conversión, que suelen ser del orden intelectual o

moral. Los obstáculos son prejuicios. Tienen lugar en personas imbuidas de racionalismo,

panteísmo, materialismo, agnosticismo o escepticismo. Pero además se pueden señalar otras

causas, como por ejemplo la ignorancia religiosa, la falta de un espíritu reflexivo, la

escrupulosidad intelectual, la hipercrítica, etc. Y desde el aspecto moral, son los obstáculos

que tienen relación con el aspecto volitivo. El primero que podemos mencionar es el orgullo.

El deseo de gloria humana es otro factor, mencionado por Jesús mismo cuando dijo “¿Cómo

pueden creer ustedes que buscan la gloria unos de otros, y no buscan la gloria que viene sólo

de Dios?” (Jn 5, 43-44). Asimismo la falta de docilidad a Dios y la sensualidad que quiere

seguir apegada a sus desórdenes morales, son dificultades a superar para poder comenzar un

camino de conversión.67

El Dr. Saturnino Gamarra68, desde la teología espiritual define las dificultades ante la

conversión de la siguiente manera:

Resistencias ante la conversión:

- La desvalorización de la experiencia de perdón, ya que para muchos pedir perdón

resulta humillante. No han descubierto el valor del perdón en la recreación de las

relaciones interpersonales y en la relación con Dios.

67 Cf. M. A. FUENTES, Op. cit.68 Cf. S. GAMARRA, Teología espiritual, Biblioteca de autores cristianos. Madrid, 1994. Págs. 218-219.

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- El miedo a sentir “culpa”. Es común descubrir que muchas personas creen que

sentir el peso de la responsabilidad que acarrean las consecuencias de nuestros

actos es fuente de traumas y frustraciones. Por lo tanto niegan las

responsabilidades y recurren con frecuencia a “culpar a otros”.

La ausencia de ciertos presupuestos que sirven de base a una conversión:

- De un proyecto de vida abierto a Dios.

- Una madurez personal que suponga una vida responsable

- Capacidad de poder vivir en una desinstalación habitual (propia de una conversión

constante)

- La situación que vive la persona bajo las consecuencias destructivas del pecado

mismo, debilitando su voluntad y oscureciendo su inteligencia.

4. Algunos efectos que pueden presentarse en la persona a partir de la conversión

Como ya se señaló, la conversión engendra realmente una transformación radical de

toda la persona.

“Las consecuencias que trae consigo la conversión religiosa en la persona lo cambian de tal forma que

podría afirmarse que psicológicamente se trata de un sujeto distinto; el poder de la conversión en este

sentido es comparable con los resultados que pueden lograrse mediante la psicoterapia.”69

Los cambios en la persona suelen darse en los siguientes aspectos:70

- Cambios de personalidad, que pueden traducirse en diversos aspectos, alguno de

éstos puede ser una vitalidad y una resistencia nueva que conducen a la persona a

una actitud heroica ante las distintas situaciones de la vida. Mayor entrega,

capacidad de sacrificarse por otros, resistencia ante las dificultades. Se suele decir

que es un ‘segundo nacimiento’.

- Cambios en el estilo de vida, ya que la persona recién conversa debe adaptarse a

una cierta dinámica de la práctica de su fe. Esto a veces puede ser fácil, aunque a

veces también implica situaciones más complejas como el cambiarse de residencia,

69 Cf. LIC. S. SÁNCHEZ LÓPEZ, La conversión religiosa: una aproximación desde la psicología, [en línea] http://martillodelumbre.wordpress.com/category/ponencias-y-conferencias/la-conversion-religiosa-una-aproximacionde-desde-la-psicologia/ [consulta: 18 de octubre, 2010]70 Id.

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salir a otro país de misiones, salir a profesar la fe en su comunidad, donar un

porcentaje de su sueldo, etc. Es posible que deje de hacer actividades que antes

hacía, como ejercicio, visitar amistades, asistir a fiestas, incluso trabajar, pues sus

nuevas actividades le podrían absorber bastante tiempo, o bien podría haber

cambiado de intereses y tener otras prioridades.

- Cambio de cosmovisión porque las personas pueden interpretar y dar significados

nuevos a diversos sucesos y situaciones. Por ejemplo, puede darle un nuevo

significado y sentido al sufrimiento humano de tal forma que las desgracias son

vividas como una ‘prueba de fe’ que revitaliza a la persona, ’la hace más fuerte’.

Otros fenómenos posibles en la vida del sujeto converso:

- Ruptura de relaciones, ya que la persona conversa adquiere nuevos valores que

pueden entrar en conflicto con sus amistades, familiares, etc. Es posible que

intente “convertirlos” y si no tiene éxito es probable que corte relaciones con esas

personas o cambie su modo de vincularse con ellos.

-

- Anhelo de convertir, ya que a menudo la persona recién conversa se halla tan

exaltada, tan feliz, que intenta compartir sus ideas y sentimientos con los demás.

La conversión sincera trae para el convertido una experiencia totalmente única que se

manifiesta en forma de “descubrimientos”:

- El descubrimiento de la razón: muchos temen inicialmente que “creer” significa

renunciar a la libertad de espíritu y a la propia razón, pero terminan dándose cuenta de

que la fe, lejos de suprimir la razón y la libertad de espíritu, refuerza una y otra.

- El descubrimiento de nuevos horizontes, ya que el encuentro con Dios hace que se

consigan nuevas experiencias, se abran nuevas puertas, y las raíces de la fe se

profundicen.

- El descubrimiento de la libertad, ya que el convertido vuelve a sentirse dueño de sí

mismo y al mirar atrás comprende que fue verdadera esclavitud la presunta libertad sin

Dios, que antes poseía.

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Page 38: Tesis completa

- El descubrimiento de una nueva luz, de la vida y del sentido: muchos descubren que la

vida, las cosas y los acontecimientos humanos adquieren un nuevo significado y que

viejos problemas encuentran en la fe soluciones sencillas y totalmente satisfactorias.

- El descubrimiento del gozo. Cuanto más largo y sembrado de dificultades esté el

camino de la fe, tanto mayor es la alegría que se experimenta cuando se ha llegado a la

meta.71

La experiencia de la conversión es un momento fuerte en la vida de la persona. Lo

llamamos así por la exigencia que supone o por la novedad e intensidad de la vivencia que

entraña. Es fuerte por:

- lo que supone a la persona definida como ser dialogal encontrarse con el Tú de Dios

como su interlocutor y llegar a descubrirlo como único interlocutor válido en

momentos cruciales de la vida.

- lo que significa para la persona verse “criatura nueva” al ser objeto del amor de Dios,

con todo lo que implica.

- la interpelación que entraña, por la desinstalación que exige y por la fuerza motivadora

que incluye para una nueva respuesta.72

La conversión es siempre momento fuerte por la repercusión que tiene en el

comportamiento al pasar de la praxis independiente y egocéntrica a la relación oblativa y

generosa con Dios y con el hermano, y sobre todo, por el cambio interior que se opera al

experimentarse “hombre nuevo” con nuevas relaciones en Cristo y en total gratuidad.73

A continuación, y como para acompañar la exposición con otras formas de abordar el

tema, es que presento parte de un trabajo de investigación realizado por Karla Covarrubias

Cuéllar titulado “Una lectura a los procesos de conversión religiosa. La familia cristiana y su

nuevo sentido ético e identitario del mundo”. En ese trabajo intenta reflexionar sobre los

procesos de conversión religiosa vividos en el ámbito de la familia y realiza una pequeña

lectura sobre los cambios de identidad y sus implicaciones para el sujeto y la familia.

71 Cf. M. A. FUENTES, Op. cit.72 Cf. S. GAMARRA, Op. cit., págs. 276-278.73 Cf. S. GAMARRA, Op. cit., págs. 276-278.

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Estableció algunas categorías a partir de la observación, registro y codificación, que son las

que menciono seguidamente.

Los Procesos de Conversión Religiosa: Nuevas Identidades en la Construcción del Sujeto

El proceso de conversión religiosa lleva al sujeto a un cambio de identidad y a un nuevo mundo ético

A lo largo del trabajo de campo realizado (...) construí algunas categorías que son útiles para nombrar

y ubicar a cada sujeto converso cristiano en relación a su identidad como cristiano, ya que al interior

de la familia, los sujetos que han experimentado un proceso de conversión religiosa, han vivido un tipo

de ruptura religiosa en condiciones familiares y personales distintas. Por ahora focalizaré sólo en dos

categorías:

1. Cristiano Activo (o auténtico cristiano)

Entiendo por cristiano activo aquella persona que por su identidad con la religión cristiana, construye

una nueva concepción ética e identitaria del mundo, la cual objetiva en prácticas diversas y concretas

(....)

El cristiano activo, apropia un discurso religioso y desarrolla una capacidad discursiva sorprendente en

su labor como difusor de la "palabra de Dios". También asume una actitud ante la vida fundamentada

en una nueva dimensión ética y social-identitaria del mundo. El cristiano activo no sólo construye una

nueva concepción de su mundo a partir de lo numinoso74, sino también un nuevo estilo de vida cuyo

referente es el mundo sígnico, es la Biblia cristiana. El cristiano activo sabe qué tiene permitido hacer

dentro de su religión y qué tiene prohibido. Con esta nueva dimensión moral, el cristiano reconstruye

sus valores elementales en su vida y se mueve en la vida social con aquellos valores que sabe que a

"Dios le agradan", o lo que es lo mismo, "vive para agradar a Dios".

2. Cristiano Pasivo

El cristiano pasivo, es aquel sujeto que se ve identificado en algún sentido con la religión cristiana.

Una vez que el sujeto ha "entregado su vida a Cristo" a partir de un acto de fe, desempeña un doble

rol: es cristiano en la medida en que asiste a las reuniones cristianas, pero ello no lo compromete a

transpolar su nueva concepción religiosa a otros aspectos de la vida social. Con esta manera se ser

cristiano, pasivo, el sujeto puede distinguir y separar su filiación religiosa y su relación con el mundo

social como un mundo aparte. En este sentido, el cristiano pasivo no realiza alguna práctica cristiana

fuera de las reuniones cristianas (aquellas que alimentan su sentido numinoso). Ante esta actitud, el

74 Término que designa lo perteneciente o relativo al numen como manifestación de los poderes religiosos.

39

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cristiano no sólo aparece como pasivo (en oposición al cristiano activo), sino también como un sujeto

más individual (mientras el activo es más social, busca otras esferas colectivas). El cristiano pasivo, no

ha vivido el proceso de conversión religiosa como un cambio de identidad personal, sólo lo ha vivido

como una nueva experiencia que le satisface por su propia búsqueda personal de Dios. El cristiano

pasivo en mi trabajo de investigación, tiene la característica de haber llegado a la conversión religiosa

por la fuerte insistencia de otros sujetos cristianos, mientras el cristiano activo muchas veces va en

busca de "algo" que llene su vacío interior.75

Cabe destacar que en este trabajo trataré de desarrollar las características de una

conversión que se identifiquen más con las del “Cristiano activo”. Sin abrir juicios

determinantes con lo expresado por Covarrubias Cuéllar, pareciera que existen “convertidos”

que no son tales. Y me refiero a que no se ha operado en la persona un cambio profundo que

lo llevaría a ser “hombre nuevo”. Tal vez algunos cambios en determinadas conductas y

costumbres, pueden ser para la persona una puerta abierta a la conversión auténtica.

Desde la psicología se ha valorado la experiencia religiosa como una dimensión muy

importante ante situaciones vitales de trascendencia. Pero también se ha diferenciado la

vivencia religiosa que aporta plenitud a la persona de aquella que la oprime, la esclaviza o le

infunde temor. Por ejemplo, Allport contrastó la religión madura con la inmadura76 Y en este

sentido, algunos autores han hablado de “mala religión” o “buena religión”. Faller77 menciona

a Gordon Allport, Alfred Adler, Abraham Maslow, Viktor Frankl, Eric Erikson, como

aquellos psicólogos que reconocieron los valores positivos de las experiencias religiosas. Eric

Fromm, distinguió la religión autoritaria de la humanista. Jung afirmó que la vivencia

religiosa es una función fundamental en la psiquis del ser humano y es la que provee un

camino hacia el todo. Una teoría que no incluya una dimensión espiritual sería una teoría

incompleta.78

Pargament y Koenig, distinguieron algunas conductas positivas en las actitudes

religiosas de las personas, como las siguientes:79

-Apreciación de Dios como benevolente.

75 K. COVARRUBIAS CUÉLLAR, Una lectura los procesos de conversión religiosa. La familia cristiana y su nuevo sentido ético e identitario del mundo. Familia y comunicación. Primera Edición Especial. Julio 1997 [en línea] http://www.razonypalabra.org.mx/mcluhan/karla.htm [consulta: 20 de octubre, 2010]76 Cf. L. YOFFE. Efectos positivos de la religión y la espiritualidad en el afrontamiento de duelos. Revista Psicodebate 7. Psicología, Cultura y Sociedad. Psicología Positiva. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Palermo, 2006. Págs.195-196. 77 G. FALLER, Psychology versus Religion, Journal of counselling, Annual, 2001. 21 (14).78 Cf. L. YOFFE, Op. cit., págs. 195-196.79 Cf. L. YOFFE, Op. cit., pág. 197.

40

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-La intención de colaborar con Dios.

-La búsqueda de una relación de mayor contacto con Dios.

-La búsqueda de apoyo espiritual de parte de una congregación religiosa y de los

representantes de la misma.

-La confianza en Dios.

-Ofrecer ayuda espiritual a otras personas.

-La purificación religiosa por la oración, pedir y otorgar perdón, entre otras.

II Ciertos aportes desde la psicología

Si buscamos en los libros de psicología el desarrollo directo y explícito de la

“conversión”, difícilmente lo podamos hallar. Pero cuando llegamos a autores con una

tendencia más humanista, allí podemos encontrar elementos que pueden ayudar a hacer una

lectura de la conversión y de la vocación que, sin entrar en contradicciones con la fe, logran

contribuir al objetivo de esta segunda parte, que es realizar una lectura psico-espiritual de la

conversión.

41

Page 42: Tesis completa

Los aportes serán desde la Psicología Humanista, Existencialista80 y más adelante se

desarrollarán temas desde una corriente más reciente en el tiempo, que es la Psicología

Positiva.

“La Psicología Humanista surgió no como una nueva teoría o modelo psicoterapéutico alternativo, ni

tan siquiera como un nuevo paradigma, [...] sino como un movimiento social interdisciplinar, aunque

predominantemente psicológico. Si bien eran principalmente psicólogos, psiquiatras y representantes

de variadas modalidades de terapia las que confluían a los congresos, no faltaban -en un porcentaje

que podía alcanzar a la mitad de los participantes- pedagogos, educadores, trabajadores sociales,

enfermeros y otros diversos profesionales de la relación de ayuda. Pero también acudían filósofos,

antropólogos culturales, maestros espirituales de la India, biólogos, fisiólogos, físicos, artistas, y

cualesquiera entre los interesados no sólo en la salud mental, sino también en humanizar la vida

individual y social y la manera de enfocar el trabajo científico.”81

Sus postulados básicos sobre el hombre:

1. Es más que la suma de sus partes. (holismo)82

2. Lleva a cabo su existencia en un contexto humano.

3. Es consciente de sí mismo y de su existencia.

4. Tiene capacidad de elección.

5. Es intencional en sus propósitos, sus experiencias valorativas, su creatividad y

la comprensión de significados.

La American Association of Humanistic Psychology (Asociación Americana de

Psicología Humanista) se definía, en su fundación, de la siguiente forma en los Articles of

Association (Artículos de Asociación):

80 Los conceptos clave del existencialismo y que podemos destacar en comparación con el humanismo son la situación límite y la dimensión del sufrimiento. Viktor Frankl, (citado en este trabajo como existencialista), es un gran optimista pero no basa ese optimismo en la negación u omisión de las limitaciones sino en la posibilidad de trascenderlas y de encontrar sentido, incluso en la tragedia. Intuye que el sufrimiento puede no ser en vano, puede abrir nuevas y profundas perspectivas en la persona y transformarse en un logro personal. (M. T. LANUS VANEK, Antecedentes históricos de la logoterapia: Raíces filosóficas y psicológicas. [en línea] http://www.logoforo.com/anm/templates/?a=158&z=2 [Consulta: 16 de octubre, 2010] )81 Cf. R. ROSAL, Conferencia preliminar al Congreso: Por qué y para qué surgió el movimiento de la psicología humanista, [en línea] http://www.instfromm.org/doc/1.1.1_doc_ph.pdf [Consulta: 15 de octubre, 2010] Pág. 12.82 Una perspectiva holística acerca del hombre necesita una consideración integrada del individuo y de los factores del medio ambiente. El desarrollo de la persona se da en procesos globalmente irreductibles; no pueden ser determinados por un único factor. Así, una visión holística del ser humano es compleja y hay en ella una enorme cantidad de elementos dinámicos que interactúan. (Cf. D. MAGNUSSON Y J. L. MAHONEY, Un enfoque holístico de la persona para investigar el desarrollo positivo.(16) En: L. G. ASPINWALL Y U. M. STAUDINGER Psicología del potencial humano. Gedisa. Barcelona, 2007.Págs. 309-328.

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“La psicología humanista puede definirse como la tercera rama fundamental del campo general de la

psicología (las dos ya existentes son la psicoanalítica y la conductista) y como tal trata en primer

término de las capacidades y potenciales humanos que no tiene lugar sistemático ni en la teoría

positivista ni en la conductista, o en la teoría clásica del psicoanálisis; p.e., creatividad, amor, sí

mismo, crecimiento, organismo, necesidad básica de gratificación, autoactualización, valores

superiores, ser, devenir, espontaneidad, juego, humor, afecto, naturalidad, calor, trascendencia del ego,

objetividad, autonomía, responsabilidad, salud psicológica y conceptos relacionados con ellos. Esta

aproximación se puede caracterizar también por los escritos de Goldstein, Fromm, Horney, Rogers,

Maslow, Allport, Angyal, Bühler, Moustakas, etc., al igual que por ciertos aspectos de los escritos de

Jung, Adler y los psicólogos psicoanalistas del ego, y psicólogos existencialistas y

fenomenológicos.”83

A continuación vemos parte del pensamiento de autores como Gordon Allport,

Abraham Maslow, Carl Rogers y por último Viktor Frankl con el desarrollo de la

Logoterapia.84

Habiendo hecho referencia al tema de la crisis que precede a la conversión, pasaremos

a descubrir qué dicen los autores sobre el tema.

1. Gordon Allport

Gordon Allport habla de las situaciones traumáticas, que pueden producir en el

individuo una reorientación súbita a los motivos de su existencia.

Todos los procesos de crecimiento, por lo regular, ejercen su acción sobre la persona

de forma gradual. No obstante, a veces esta acción se altera abruptamente. Se va a producir

una dirección nueva a los fines, perspectivas y estilo de vida de la persona. En ese momento el

crecimiento deja de ser gradual y por un tiempo pasa a producirse a saltos.

83 R. ROSAL, Op. cit., págs. 12-13.84 Algunos podrían considerar a la logoterapia como una modalidad de psicoterapia. Nada más alejado de la realidad. Viktor Frankl introdujo, tanto la reflexión antropológica en el campo de la psicoterapia, como la espiritualidad del hombre. Pone tres preguntas fundamentales en el centro de su reflexión y son: ¿qué es el hombre?, ¿quién soy yo?, ¿cuál es el sentido de la vida? Empieza a usar la palabra logoterapia, en el tiempo en que cobran espacio social los temas sobre el vacío existencial, la falta de sentido, la ausencia de valores. (Cf. F. BRETONES, Logoterapia: la audacia de vivir, San Pablo, Buenos Aires, 2005. Págs. 54-58).

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En los distintos períodos de la vida ocurren hechos cruciales a los que debe hacer

frente la persona. Estos sucesos sirven para interrumpir abruptamente un curso de desarrollo y

para suscitar la iniciación de una pauta decididamente nueva de hábitos y rasgos. Los shocks

provocados por fracasos, enfermedades, pérdida de seres queridos, pueden causar alteraciones

rápidas y profundas. Es propio de las experiencias traumáticas el que siempre sean

específicas, es decir, que puedan ser datadas y definidas, pero sus efectos son siempre

generalizados, se difunden por todos los rincones de la personalidad. Los intereses

recientemente creados se cargan pronto de poder dinámico, desplazan formaciones más

antiguas y sirven de ahí en adelante como sistemas funcionalmente autónomos que guían el

desarrollo posterior de la personalidad, hasta que a su vez se transforman en forma gradual o

súbita. 85

Estos conceptos de Allport, nos hacen ver que las situaciones que nos causan dolor,

que nos “sacuden” la existencia, pueden llevarnos a un proceso de conversión.86

Es posible que aquellas personas que han pasado por una experiencia de conversión, se

hayan volcado a una búsqueda sincera, tenaz y efectiva de su vocación, del “para qué me

quiere Dios en la vida”. Como fruto de todo ese proceso podemos encontrarnos entonces con

hombres y mujeres con mayor equilibrio psíquico, aceptación de sí mismos, de los demás y de

la naturaleza, mayor independencia, mejores relaciones interpersonales, acrecentamiento de la

creatividad, aumento en la frecuencia de experiencias superiores y muchas otras

características deseables. En este sentido tenemos los aportes de Abraham Maslow que

pueden resultar interesantes de conocer.

2. Abraham Maslow

Maslow parte del estudio del individuo sano. Sus estudios se basaron en personas

ejemplares, a las que calificó como personas autorrealizadas. Se denomina así a aquellas

personas que han podido llegar a ser cada vez más, lo que pueden ser. Como ejemplo dirá “un

músico tiene que hacer música, un artista tienen que pintar, un poeta tienen que escribir, si

quieren estar en paz con sus respectivas personalidades”. Se referirá a la necesidad de hacer

actuales todas las potencias o posibilidades y la llamará necesidad de auto-actualización. Ser

en vez de llegar a Ser. 87

85 Cf. G. ALLPORT, Psicología de la personalidad, Paidos, Buenos Aires, 1965. Págs. 20-64.86 Cf. La crisis que precede a la conversión. Supra pág. 34.87 Cf. A. VILANOVA, Contribuciones a la psicología clínica, Algunos aportes teóricos de psicólogos notables. Editor Raúl Serroni-Copello. Buenos Aires, 1993. Págs. 139-161.

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Maslow afirma que todos poseemos una percepción (débil o fuerte) de nuestra propia

naturaleza, de nuestra propia “vocación” en la vida. Insiste en que debemos ser fieles a

nuestra propia naturaleza y en que no la neguemos por debilidad, conveniencia o por

cualquier otra razón. Quien traiciona su talento percibe en el fondo que se ha hecho una

injusticia a sí mismo y se desprecia por este motivo.

“De este autocastigo sólo puede resultar neurosis, pero hay también una posibilidad de que salga de él

un coraje renovado, una justa indignación, un mayor respeto hacia sí mismo, debido a que después se

ha cumplido con lo justo; en una palabra, por el camino del sufrimiento y el conflicto puede llegarse al

desarrollo y el perfeccionamiento”.88

Una aportación interesante hace este autor del papel que juega en la persona el dolor y

el sufrimiento, teniendo en cuenta como se ha dicho, que éste muchas veces es parte de la

crisis que precede a la conversión.

“Debemos hacer frente también a la cuestión de si el pesar y el sufrimiento resultan deseables o

necesarios. ¿Es posible de algún modo el desarrollo y la autorrealización sin sufrimiento, pesar,

tristeza y zozobra? En el caso de que resulten necesarios e inevitables, ¿hasta qué punto lo son? Si el

sufrimiento y el pesar resultan a veces necesarios para el desarrollo de la persona, deberemos aprender

en consecuencia a no protegerla automáticamente contra ellos como si siempre fueran malos. Algunas

veces pueden ser buenos y deseables desde el punto de vista de la bondad de los efectos. No permitir

que las personas soporten su propio sufrimiento y evitárselo, puede resultar una especie de

superproteccionismo que, a su vez, implique una cierta falta de respeto hacia la integridad, la

naturaleza intrínseca y el desarrollo futuro del individuo.”89

Otro aspecto importante de sus ideas, es que Maslow (a diferencia de muchos otros

hombres o mujeres dedicados a la investigación psicológica) tiene muy en cuenta el aspecto

espiritual de la persona, y no como un elemento más, sino como elemento supremo. “La vida

espiritual es parte de la esencia humana. Es una característica definitoria de la naturaleza

humana, sin la cual ésta no es plenamente humana”.90

88 A. MASLOW, El hombre autorrealizado, Hacia una psicología del ser. Kairós-Troquel, 1ra.edición. Buenos Aires, 1973. Págs. 29-30.89 Cf. A. MASLOW, Op .cit., pág. 31.90 A. VILANOVA, Op. cit., pág. 146.

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También hablará este autor, de las metanecesidades, como aquellos talentos y

capacidades que exigen ser utilizados y presionan en el individuo por ser puestos en acción.

Son impulsos de autoactualización. Y hace una lista de estas metanecesidades, a decir:

Verdad, en vez de la deshonestidad.

Bondad, mejor que maldad.

Belleza, no vulgaridad o fealdad.

Unidad, integridad y trascendencia de los opuestos, en vez de arbitrariedad o elecciones

forzadas.

Vitalidad, no podredumbre o mecanización de la vida.

Singularidad, no uniformidad blanda.

Perfección y necesidad, no inconsistencia o accidentalidad.

Realización, en vez de ser incompleto.

Justicia y orden, no injusticia y falta de ley.

Simplicidad, no complejidad innecesaria.

Riqueza, no empobrecimiento ambiental.

Fortaleza, en vez de constricción.

Juguetonería, no aburrimiento, ni falta de humor.

Autosuficiencia, no dependencia.

Búsqueda de lo significativo, no sensiblería. 91

Si observamos esta extensa lista que presenta sus opuestos, nos hace pensar que

aquellas personas que han llegado a desarrollar su vocación como el llamado que nos hace

Dios, tienen más posibilidades de poder vivir los aspectos positivos de esta lista de

metanecesidades (según Maslow).

3. Carl Rogers

Carl Rogers, como Maslow, creía que la tendencia de realización era innata. Al ser

innata, la tendencia de realización es una presencia continua que empuja a la persona hacia su

potencial. Pero a pesar de su creencia de que la tendencia de realización era genética, para

Rogers, el proceso de desarrollo de la realización se caracterizaba por “la lucha y el dolor”.

Para ilustrar el progreso de la tendencia de realización hacia el desarrollo, el crecimiento,

Rogers empleó el ejemplo del bebé.

91 Cf. C. GEORGE BOEREE, Abraham Maslow, 1998 [en línea] http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/maslow.htm [consulta: 28 de octubre, 2009]

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El bebé de nueve meses tiene el potencial genético para andar pero tiene que luchar

para pasar de gatear a andar. El bebé debe luchar para poder tomar esos primeros pasos. Esta

lucha incluye caídas y frustración, dolor y desilusión. Pero a pesar de la “lucha y el dolor” el

niño persiste hacia el caminar y se aleja del gateo. El dolor y la desilusión disminuyen el

deseo del niño de andar pero la fuerza de la tendencia de actualización, “el impulso de vida”

empuja al niño siempre hacia adelante.

Todas las experiencias de lucha y dolor dentro de la tendencia de actualización se

evalúan mediante un “proceso de evaluación organísmica”, la capacidad innata de juzgar por

uno mismo si una experiencia ayuda al crecimiento o lo debilita. Las experiencias que se

percibe que mantienen y promueven el crecimiento son valoradas positivamente, por lo que la

persona mantiene y se acerca a ellas. Las experiencias percibidas como regresivas y que

niegan el enriquecimiento de la persona son valoradas negativamente, por lo que la persona

les pondrá fin o las evitará. En la práctica, el proceso de evaluación organísmica crea un

sistema de feedback92 que permite al individuo coordinar las experiencias vitales de acuerdo

con su tendencia de actualización.93

Las dificultades (luchas y dolores) que pasó Pablo llevando adelante su vocación-

misión de anunciar a Cristo, y la fortaleza que tuvo en superar las dificultades, nos hace

pensar, como creyentes, en la asistencia de Dios, que no abandona a aquel que le dijo que sí a

tal misión, sino por el contrario, lo afirma con toda clase de favores. Esto mismo a Abraham

Maslow no le sorprendería, ya que afirma que el hombre autorrealizado es capaz de resistir

mejor la presión del hambre o la soledad. Una vez que llegó “allá arriba” (refiriéndose a la

máxima realización de una persona, el Ser), eclosionan en él recursos que le dan fortaleza

para soportar mejor aquellos deseos que en otro tiempo eran básicos y podían dominar su

psiquismo (como el hambre, la desnudez, etc.).

4. Víktor Frankl

Dejando a Maslow y a Rogers, podemos acercarnos a Víktor Frankl. Él habla

extensamente de la espiritualidad en el hombre. Encontrar el sentido de la vida, llegar a Ser,

92 También conocido como retroalimentación. Se trata del conjunto de reacciones o respuestas que manifiesta un receptor tocante a la actuación de un emisor. Dicha respuesta es tenida en cuenta para enfocar su conducta de un modo u otro. [en línea] http://psicologia.costasur.com/es/retroalimentacion.html [Consulta: 2 de septiembre, 2010]93 Cf. L. EMPERADOR HERRERO , M. CANTONERO DOMÍNGUEZ, Carl Rogers, Pensamiento, [en línea] http://www.psicomundo.org/rogers/obra1.htm [Consulta: 5 de septiembre, 2010]

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por sobre el tener.94 Descubrir que el hombre es potencialmente libertad para, responsabilidad,

compromiso, solidaridad, amor, son ideas muy fuertes que a partir de su experiencia ha

desarrollado desde la psicología y más allá de ella: la logoterapia. Logoterapia y espiritualidad

son inseparables. Desde la visión de la logoterapia, a diferencia de muchas visiones

antropológicas, si bien acepta el fatalismo de algunos destinos como son el determinismo en

lo biológico, en lo psicológico y en lo social, el hombre puede –y debe-, desde una dimensión

espiritual, elegir, determinar su manera de ser en el mundo.

“El hombre es quien ha de responder a las preguntas que eventualmente le vaya formulando su propia

vida; sólo que dicha respuesta será siempre una respuesta objetivada en los hechos: solamente en la

acción, en el actuar, pueden encontrar respuesta verdadera las «preguntas vitales»; esta respuesta se da

en la responsabilidad asumida en cada caso por nuestro ser. Más aún, el ser sólo puede ser «nuestro»

en cuanto es un ser responsabilizado.”95

El tema del mundo en Frankl es clave. En él encuentra el hombre todos los sentidos

que le dan ocasión para realizar valores en cada aquí y ahora y mediante ellos consigue la

autorrealización. Mundo, búsqueda de sentido, realización de valores y autotrascendencia, son

los pilares en los que se fundamenta la espiritualidad del hombre como actitud de

compromiso.

La espiritualidad en la logoterapia siempre está sometida a una triple encarnación: con

el mundo circundante, con los otros y conmigo mismo. No hay lugar a ningún tipo de

escapismo. La inmanencia, el quedarse encerrado en uno mismo es un concepto alejado de la

logoterapia.96

La audacia de Frankl en el campo de lo científico, además de la espiritualidad, está

marcada por otro tema fundamental: el del sentido de la vida.

“Creo que puedo afirmar que descubrí mi teoría por mí mismo. [...] Soy muy conciente del

hecho de que, desde joven, en los años de la madurez, he tenido que luchar intensamente con la

sensación de que, en el fondo, nada tuviera sentido. Pero esta lucha, finalmente, me condujo a una

94 También voluntad de sentido por sobre voluntad de placer (escuela psicoanalítica Freud) y voluntad de poder, (escuela individualista, Adler). Para Frankl, ambas escuelas de la psicología profunda tienen una visión bidimensional del hombre. Tal reduccionismo le resultaba una dificultad, ya que al considerar sólo al cuerpo y la psiquis, quedaban afuera los fenómenos específicamente humanos como son la libertad, el amor, la responsabilidad, la conciencia. Su interés es el hombre visto integralmente, desde una perspectiva científica, filosófica, existencial, no dejando afuera ningún aspecto que pueda ayudar a su comprensión. (Cf. V. FRANKL, La presencia ignorada de Dios, psicoterapia y religión. Herder, Barcelona, 1991. Págs. 13-20).95 V. FRANKL, La presencia ignorada de Dios, psicoterapia y religión. Herder, Barcelona, 1991. Págs. 18-19.96 Cf. F. BRETONES, Op. cit., págs. 90-91.

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afirmación. Me llevó a la elaboración de un antídoto contra mi propio nihilismo. [...] Con el tiempo,

con el correr de varias décadas, el tema del sentido estaba destinado a transformarse en un sistema,

para poder convertirse en un sistema terapéutico que pudiera enseñarse y aprender. Pero dentro de mí

mismo, por vez primera tuve que superar mi propio nihilismo. Lo que es preciso preguntarse es lo

siguiente: ¿qué es lo que hace sufrir a la humanidad, qué es lo que hace sufrir hoy al hombre en su

vida cotidiana? [...] Hoy el hombre medio se siente presa de un sentimiento general de ausencia de

significado”. 97

Los temas desarrollados por Frankl, encuentran acogida en esto que intento destacar,

que es la conversión y la vocación de la persona. Si contemplamos a Pablo, su desarrollo

posterior al suceso de Damasco y todo lo que en él cobra fuerza, dinamismo, sentido,

orientación, no nos cabe duda que es deseable a toda persona no declinar en el intento por

llegar a desarrollar la propia vocación y la búsqueda de la conversión como un camino que

lleva al pleno sentido de la vida y a la realización del plan de Dios en la propia existencia.

Llegar a Ser lo que Dios quiere que seamos, lo que Dios ha puesto en el corazón de cada uno

como tesoro escondido, que en el encuentro con el Trascendente, se ilumina, se descubre, y

lleva a la plenitud.

5. Desde la Psicología Positiva

Para el desarrollo de los conceptos de crisis y resiliencia que se irán desplegando en la

siguiente parte98, se utilizarán los aportes de la Psicología Positiva.

Por eso es oportuno definir a continuación en qué consiste esta nueva corriente

psicológica.

Es una corriente científica surgida en los años noventa en los Estados Unidos,

interesada en las emociones positivas, las fortalezas y las virtudes del ser humano. Este

enfoque positivo hace que se pueda tener una visión más completa de la persona, y no sólo

centrarse en el estudio de sus patologías o aspectos negativos.

Algunos autores la han llamado también psicología del potencial humano y se ocupan

de aclarar que no debe ser el estudio de cómo las experiencias negativas deben ser evitadas o

ignoradas, sino de cómo las experiencias positivas y negativas pueden estar interrelacionadas.

En muchos casos se ha comprobado que se han desarrollado actitudes positivas en las

personas en el trato con la adversidad. Que las personas acentúen lo positivo de la vida para 97 V. FRANKL, citado en: F. BRETONES, Op. cit., págs. 91-92.98 Infra págs. 55 y ss.

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tratar mejor con lo negativo es una muestra del potencial humano. Muchos alcanzan la

felicidad, no por la eliminación de sus emociones negativas, sino por su capacidad de

enfrentarse a los problemas.99

En algún momento se la podía confundir con los numerosos libros de autoayuda que

circular por las librerías y que aportan soluciones “mágicas” a los problemas de las personas.

Un criterio útil para diferenciarla de ese tipo de literatura es que la psicología positiva no

implica una búsqueda obsesiva y a toda costa de la felicidad del ser humano, ni pretende

descubrir la fórmula mágica con la que alcanzar en un abrir y cerrar de ojos la buena vida,

sino que es un estudio serio y científico de aquellas emociones positivas y fortalezas que el

hombre posee con el fin de conocerlas, promoverlas y fortalecerlas.100

El impulso definitivo para la creación de la psicología positiva fue dado por el Prof.

Martín Seligman de la Universidad de Pennsylvania y antiguo Director de la Asociación

Americana de Psicología. Tras 25 años de estudiar los síntomas de la depresión, comenzó a

preguntarse por qué, en lugar de deprimirse, muchas personas lograban adoptar una actitud

más o menos optimista ante la vida.

El gran descubrimiento de Seligman no fue empeñarse en definir o curar

“enfermedades” conocidas obviamente como tales, como podrían ser depresiones o trastornos

en sí de ansiedad, sino en investigar qué hacen y sienten las personas que, en sí mismas, se

consideran como personas felices. Posteriormente, trató de enseñar esos pensamientos y

actitudes.

Define a la felicidad en tres aspectos de una misma realidad vital, compuesta por la

vida placentera (placeres sensoriales), el compromiso (el grado de compenetración con la

familia, el trabajo, la pareja, los hobbies) y una vida con sentido (sensación de trascendencia,

vinculación con algo mayor que uno). La mayoría de la gente construye sus vidas en torno al

primero aunque los dos que pueden brindar una felicidad duradera son los segundos.101

99 Cf. L.G. ASPINWALL Y U. M. STAUDINGER, Una psicología del potencial humano. Algunas aplicaciones centrales de un campo emergente (1). En: L. G. ASPINWALL Y U. M. STAUDINGER Psicología del potencial humano. Gedisa. Barcelona, 2007.Págs. 35-36.100 Cf. B. VERA POSECK, Acercarse a la Psicología Positiva a través de una bibliografía comentada, Clínica y Salud, 2006 Vol. 17 (3) Págs. 259-276. ISSN: 1135-0806. [en línea] http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/1806/180613871004.pdf [Consulta: 20 de octubre, 2010]101 Cf. M. SELIGMAN, La auténtica felicidad. Byblos. Buenos Aires, 2005. Pág. 14.

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La Psicología Positiva representa un nuevo punto de vista desde el que entender la

psicología, completando el modelo médico (centrado en lo patológico) que esta ciencia

sostuvo durante la mayor parte de su historia.

Resulta sumamente interesante la clasificación102 que se ha realizado acerca de las

fortalezas humanas, categorizadas bajo las seis virtudes –no evaluables empíricamente ya que

son objeto de la Filosofía y la Ética– que han probado consenso a través de las culturas y de

los tiempos. Éstas son:

1. Sabiduría y conocimiento: Fortalezas cognitivas que implican la adquisición y el uso del

conocimiento.

- Curiosidad, interés por el mundo: Tener interés por lo que sucede en el mundo,

encontrar temas fascinantes, explorar y descubrir nuevas cosas.

- Amor por el conocimiento y el aprendizaje: Adquirir nuevas habilidades y llegar a

dominar nuevos tópicos o cuerpos de conocimiento, tendencia continua a adquirir

nuevos aprendizajes, por cuenta propia o a través del aprendizaje formal.

- Mentalidad abierta: Pensar sobre las cosas y examinar todos sus significados y

matices. No sacar conclusiones al azar, sino tras evaluar cada posibilidad. Estar

dispuesto a cambiar las propias ideas en base a la evidencia.

- Creatividad: Pensar en nuevos y productivos caminos y formas de hacer las cosas.

Incluye la creación artística pero no se limita exclusivamente a ella.

- Perspectiva: Ser capaz de dar consejos sabios y adecuados a los demás, encontrando

caminos no sólo para comprender el mundo sino para facilitar su comprensión a las

demás personas.

2. Coraje: Fortalezas emocionales que implican la consecución de metas ante situaciones de

dificultad, externa o interna.

- Valentía: No dejarse intimidar ante la amenaza, el cambio, la dificultad o el dolor. Ser

capaz de defender una postura que uno cree correcta aunque exista una fuerte

oposición por parte de los demás, actuar según las propias convicciones aunque eso

suponga ser criticado. Incluye la fuerza física pero no se limita a eso.

102 Cf. M. GANCEDO, Historia de la Psicología positiva. Antecedentes, aportes y proyecciones. En: M. M. CASULLO (compiladora), Prácticas en Psicología Positiva. Lugar. Buenos Aires, 2008.

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- Perseverancia: Terminar lo que uno empieza. Persistir en una actividad aunque existan

obstáculos. Obtener satisfacción por las tareas emprendidas y que consiguen

finalizarse con éxito.

- Honestidad: Ir siempre con la verdad y ante todo ser una persona genuina, no ser

pretencioso y asumir la responsabilidad de los propios sentimientos y acciones

emprendidas.

- Vitalidad: Afrontar la vida con entusiasmo y energía. Hacer las cosas con convicción y

dando todo de uno mismo. Vivir la vida como una apasionante aventura, sintiéndose

vivo y activo.

3. Humanidad y amor: Fortalezas interpersonales que implican cuidar y ofrecer amistad y

cariño a los demás.

- Amor, apego, capacidad de amar y ser amado: Tener importantes y valiosas relaciones

con otras personas, en particular con aquellas en las que el afecto y el cuidado son

mutuos. Sentirse cerca y apegado a otras personas.

- Amabilidad, generosidad, bondad: Hacer favores y buenas acciones para los demás,

ayudar y cuidar a otras personas.

- Inteligencia emocional, personal y social: Ser consciente de las emociones y

sentimientos tanto de uno mismo como de los demás, saber como comportarse en las

diferentes situaciones sociales, saber que cosas son importantes para otras personas,

tener empatía.

4. Justicia: Fortalezas cívicas que conllevan una vida en comunidad saludable.

- Civismo y trabajo en equipo: Trabajar bien dentro de un equipo o grupo de personas,

ser fiel al grupo y sentirse parte de él.

- Sentido de la justicia, equidad, imparcialidad: Tratar a todas las personas como iguales

en consonancia con las nociones de equidad y justicia. No dejar que los sentimientos

personales influyan en decisiones sobre los otros, dando a todo el mundo las mismas

oportunidades.

- Liderazgo: Animar al grupo del que uno es miembro para hacer cosas, así como

reforzar las relaciones entre las personas de dicho grupo. Organizar actividades

grupales y llevarlas a buen término.

5. Templanza: Fortalezas que nos protegen contra los excesos.

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Page 53: Tesis completa

- Capacidad de perdonar, misericordia: Capacidad de perdonar a aquellas personas que

han actuado mal, dándoles una segunda oportunidad, no siendo vengativo ni

rencoroso.

- Modestia y humildad: Dejar que sean los demás los que hablen por si mismos, no

buscar ser el centro de atención y no creerse más especial que los demás.

- Prudencia: Ser cauteloso a la hora de tomar decisiones, no asumiendo riesgos

innecesarios ni diciendo o haciendo nada de lo que después uno se pueda arrepentir.

- Auto-control, auto-regulación: Tener capacidad para regular los propios sentimientos

y acciones. Tener disciplina y control sobre los impulsos y emociones.

6. Trascendencia: Fortalezas que forjan conexiones con la inmensidad del universo y proveen

de significado la vida.

- Apreciación de la belleza y la excelencia: Notar y saber apreciar la belleza de las cosas

o interesarse por aspectos de la vida como la naturaleza, el arte, la ciencia, etc.

- Gratitud: Ser consciente y agradecer las cosas buenas que a uno le pasan. Tomarse

tiempo para expresar agradecimiento.

- Esperanza: Esperar lo mejor para el futuro y trabajar para conseguirlo. Creer que un

buen futuro es algo que está en nuestras manos conseguir.

- Sentido del humor y entusiasmo: Gustar de reír y gastar bromas, sonreír con

frecuencia, ver el lado positivo de la vida.

- Espiritualidad: Pensar que existe un propósito o un significado universal en las cosas

que ocurren en el mundo y en la propia existencia. Creer que existe algo superior que

da forma o determina nuestra conducta y nos protege.

Según Seligman las fortalezas y las virtudes actúan a modo de barrera contra la

desgracia y los trastornos psicológicos y pueden ser la clave para aumentar la capacidad de

recuperación.

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Page 54: Tesis completa

III Las crisis, nuevas oportunidades

Las crisis vitales, como momentos favorables para la reorientación del ser humano

(Conversión) y la búsqueda de sentido (Vocación)

Podría comenzar esta parte con la siguiente pregunta: ¿Fue para Pablo el

acontecimiento de Damasco, un momento de fuerte crisis?

Pablo nunca habla en estos términos de lo vivido, pero es conveniente exponer a

continuación qué es una crisis para analizar si es posible que él haya pasado por una situación

tal.

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Podemos decir lo siguiente: en general, crisis es una situación en la cual no se puede

enfrentar un nuevo acontecimiento con los recursos antiguos y conocidos. Dicho de otro

modo es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por

la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos

acostumbrados para la solución de problemas. Implican además un cambio parcial en la

identidad (“me siento otro”) y en la cosmovisión de la persona (“pienso de manera distinta”).

Crisis involucra al mismo tiempo peligro y oportunidad, ya que el proceso puede

desembocar en un empeoramiento o en mejoramiento de la situación vital del ser humano.

“El hombre se crea hombre gracias a la crisis y la historia transcurre entre crisis y resolución, entre

ruptura y sutura. En este espacio del “entre”, de vivas rupturas y de mortales suturas, de fracturas

mortificantes en uniones creativas, en este espacio de lo transicional –eventualmente espacio

transicional– se juegan todos los avatares de lo social, mental y lo psíquico que juntos tejen, cuando

nos ubicamos en la perspectiva del sujeto particular, la singularidad de una persona.”103

a. Tipos de crisis vitales

- Existen crisis “esperables”, aquellas que tienen relación con el desarrollo de la

persona, cuando ésta va cumpliendo etapas en su vida desde la niñez hasta la senectud. Son

más bien predecibles, afectando de manera más notoria las áreas intelectual y afectiva del

individuo.

- Por el contrario están aquellas crisis circunstanciales, que son inesperadas,

accidentales y dependen sobre todo de factores externos a la persona. Suelen aparejar

alteraciones del aspecto psíquico y conductual.

b. Crisis: tensión entre antagónicos

La crisis actúa en la persona simultáneamente como un revelador y un operador, revela

lo latente y lo virtual: los antagonismos fundamentales, las rupturas sísmicas subterráneas, el

avance oculto de nuevas realidades, la capacidad de supervivencia o de transformación; crisis

pone en funcionamiento todo lo que puede aportar un cambio, transformación, evolución. 104

103 Cf. R. KAES, A. MISSERANO Y OTROS, Crisis, ruptura y superación, Cinco, Buenos Aires, 1979. Pág.11.104 Cf. R. KAES, A. MISSERANO Y OTROS, Op. cit., pág. 26.

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Page 56: Tesis completa

“Crisis es tensión entre lo que adviene y lo que caduca, brusca puesta en escena de aquello que la

cotidianeidad oculta: la crisis pone de manifiesto, revela, exterioriza. No supone un rumbo prefijado,

es multipotencial y polimorfa, le habitan mejorías y peorías, lo nuevo y lo impensado, lo viejo y más

de lo mismo, lo irremediablemente muerto y lo que se está gestando. La propia idea de gestación la

habita.”105

c. Crisis y decisión

También se puede analizar el término crisis como un momento decisivo en un asunto

de importancia. La palabra decisión proviene de krino (deriva del gr. Krisis), y este vocablo

puede ser traducido como: “yo decido, separo, juzgo”. La crisis también es oportunidad de

elección, momento privilegiado para la toma de decisiones. Y ya es sabido, que el aparato

psíquico tiene baja tolerancia a la incertidumbre. Necesita ciertos puntos de certeza para su

funcionamiento. También necesita cierta capacidad de pregunta que lo motorice, que lo ponga

en marcha.106

d. Crisis, pérdidas y renuncias

La crisis indica también pérdida de criterio –término derivado de crisis– que además

de juicio significa regla. En las crisis sociales se pierden reglas y normas y en consecuencia se

pierden los criterios vigentes. A nivel del aparato psíquico, la crisis se inicia con una pérdida

del apuntalamiento necesario para el funcionamiento del psiquismo. Sí, las crisis transcurren

como pérdidas. No todo es transformación: así como algo se decide y algo nace, también algo

se pierde.

Si la crisis se resuelve de manera positiva, algo deberá definirse de un modo nuevo y

también algo deberá interrogarse por primera vez. Sin duda habrá mediado alguna elección en

esta resolución. Hemos tenido oportunidad de decidir, hemos elegido: hemos renunciado. No

hay elección posible sin renuncia que la posibilite. La renuncia es condición necesaria para

que la elección suceda: es la otra cara de la elección.

La renuncia se ejerce sobre algo distinto del sujeto, renunciar es “hacer dejación

voluntaria de algo”, por lo tanto, la renuncia no compromete al sí mismo, no afecta a la

identidad como sí sucede en la resignación. Esta implica una pérdida de un aspecto identitario

del sujeto “Entrega voluntaria que uno hace se sí” y está ligada a la paciencia y al

conformismo. La resignación supone más una omisión que una decisión. Sacrificial en sus

105 D. KERSNER Y OTROS, Paisajes de dolor, senderos de esperanza. Crisis y esperanza. Polemos. Buenos Aires, 2002. Pág.235.106 Cf. D. KERSNER Y OTRO, Op. cit., pág. 236.

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orígenes, requiere de pasividad. No enriquece la realidad y no parece tampoco albergar ni

ilusiones ni esperanzas.107

Releyendo a Pablo

Después de todas estas consideraciones, volvamos a la pregunta del comienzo de esta

parte: 108 ¿Pablo transitó por una crisis a partir del acontecimiento de Damasco?

Uno de los elementos que aparecen en la definición de crisis es la incapacidad de

resolver una situación nueva con los esquemas mentales y los recursos que antes se poseían.

Podemos entender que la ceguera de Pablo representa de alguna manera esa situación. Pablo

se encontró con que todos sus argumentos, el motivo de su acción inmediata, sus valores,

cayeron en la oscuridad. Ya no le sirvieron frente al Señor. Debe abandonar sus seguridades y

comenzar de nuevo. Comienza a transitar un período de pérdida de sus propios criterios, de

renuncia, de transformación.

“Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. Y

más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi

Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo...” (Flp 3,

7-8)

Seguramente experimentó el dolor; necesitó la soledad, y el encontrarse con sus

propias decisiones.

“Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden

humano, pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.

Pues ya estáis enterados de mi conducta anterior en el Judaísmo, cuán encarnizadamente

perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, y cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos

de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis

padres. Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su

gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto,

sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, sin subir a Jerusalén donde los apóstoles

anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde nuevamente volví a Damasco. Luego, de allí a tres

años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días en su compañía. Y no vi

a ningún otro apóstol, y sí a Santiago, el hermano del Señor. Y en lo que os escribo, Dios me

107 Cf. D. KERSNER Y OTRO, Op.cit., pág. 236.108 Supra pág. 55.

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es testigo de que no miento. Luego me fui a las regiones de Siria y Cilicia; pero

personalmente no me conocían las Iglesias de Judea que están en Cristo. Solamente habían

oído decir: "El que antes nos perseguía ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces

quería destruir". Y glorificaban a Dios a causa de mí.” (Ga 1, 11-24)

Descubrió su vocación, luego de iniciar una relación personal con Jesús Resucitado, a

quien comenzó a dedicar su vida entera, a través de la obra de evangelización.

“...y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la

carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Ga 2,

20)

Y, he aquí que respecto a la crisis, a las dificultades, a lo sorpresivo de la vida, a lo

inesperado, supo salir fortalecido.

“...llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan

extraordinaria es de Dios y no de nosotros.

Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados;

perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados.

Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que

también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.” (2 Cor 4, 7-10)

“...para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón

a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría. Por este motivo tres

veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza

se muestra perfecta en la flaqueza». Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre

todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en

mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias

sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte.” (2 Cor 12, 7-

10)

Aquí en este último texto de la carta a los Corintios, aparece un aspecto que me resultó

interesante relacionar y que es la capacidad de resiliencia que tuvo Pablo ante los desafíos de

su nueva vida, después de su conversión-vocación.

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Page 59: Tesis completa

Crisis y resiliencia

Hoy día, se habla de resiliencia, es un término relativamente nuevo que surgió a partir

de una investigación sobre niños nacidos en medio de la pobreza.109 Todos pasaron penurias,

experiencias de estrés, de familias con problemas de alcoholismo, enfermedades mentales,

peleas, divorcios, etc. Muchos presentaron patologías, como desde el punto de vista de los

factores de riesgo se esperaba. Pero ocurrió que muchos lograron un desarrollo sano y

positivo: estos sujetos fueron definidos como resilientes.110

Y a partir de estos resultados se formuló una pregunta: ¿por qué no se enfermaron esos

niños? Primero se pensó en cuestiones genéticas, pero la observación tomó otro rumbo,

observándose que todos los sujetos resilientes contaron con una persona que los aceptó en

forma incondicional, independientemente de su temperamento, su aspecto físico o su

inteligencia. Necesitaban contar con alguien, y al mismo tiempo, sentir que sus esfuerzos, su

competencia y su autovaloración eran reconocidos y fomentados, y lo tuvieron. Eso hizo la

diferencia. Se comprobó que la influencia más positiva para ellos es una relación cariñosa y

estrecha con un adulto significativo. O sea que la aparición o no de esta capacidad en los

sujetos depende de la interacción de la persona y su entorno humano.111

¿Qué es resiliencia?

“[...] y se la entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a las

adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas” (Edith

Grotberg, 1998)112

Algunos factores que resultan protectores para los seres humanos, más allá de los

efectos negativos de la adversidad, y a los que se les puede llamar “pilares de la resiliencia”

son los siguientes:

Autoestima consistente: Es la valoración positiva de si mismo. Con frecuencia

se logra esta valoración como fruto del cuidado afectivo consecuente de la 109 E.E. Werner fue quien inició este trabajo de observación e investigación en la isla de Hawai. Siguió durante más de 30 años a 500 niños, hasta su vida adulta.110 La “resiliencia”, es un concepto que fue usado inicialmente en relación a los metales. Se dice que es la capacidad de un metal determinado de resistir y ser flexible a determinadas pruebas que se experimentaban con él, a los efectos de comprobar la calidad del mismo y de recobrar su estado original.111 Cf. A. MELILLO Artículo publicado sobre Resiliencia [en línea] http://www.elpsicoanalisis.org.ar/numero1/resiliencia1.htm [Consulta: 30 de agosto, 2010]112 Id.

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persona por alguien significativo, “suficientemente” bueno y capaz de dar una

respuesta sensible.

Introspección: es el arte de preguntarse a sí mismo y darse una respuesta

honesta.

Independencia: se define en este caso como el saber fijar límites entre uno

mismo y el medio con problemas, la capacidad de mantener distancia

emocional y física, sin caer en el aislamiento. Depende del principio de

realidad que permite juzgar una situación con prescindencia de los deseos del

sujeto.

Capacidad de relacionarse: habilidad para establecer lazos e intimidad con

otras personas, para balancear la propia necesidad de afecto con la actitud de

brindarse a otros.

Iniciativa: El gusto de exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente

más exigentes.

Humor: encontrar lo cómico en la propia tragedia. Permite ahorrarse

sentimientos negativos aunque sea transitoriamente y soportar situaciones

adversas.

Creatividad La capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y

el desorden. Fruto de la capacidad de reflexión.

Moralidad: entendida ésta como la consecuencia para extender el deseo

personal de bienestar a todos los semejantes y la capacidad de comprometerse

con valores. Es la base del buen trato hacia otros.

Capacidad de pensamiento crítico: Es un pilar de segundo grado, fruto de la

combinación de todos los otros y que permite analizar críticamente las causas y

responsabilidades de la adversidad que se sufre, cuando es la sociedad en su

conjunto la adversidad que se enfrenta. Y se propone modos de enfrentarlas y

cambiarlas.

La resiliencia, entendida como la capacidad para mantener un funcionamiento

adaptativo de las funciones físicas y psicológicas en situaciones críticas, nunca es una

característica absoluta ni se adquiere de una vez para siempre. Es la resultante de un proceso

dinámico y evolutivo que varía según las circunstancias, la naturaleza del trauma, el contexto

y la etapa de la vida y que puede expresarse de muy diferentes maneras en diferentes culturas.

La resiliencia es fruto de la interacción entre el individuo y su entorno. Hablar de resiliencia

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en términos individuales constituye un error fundamental, no se es más o menos resiliente,

como si se poseyera un catálogo de cualidades. La resiliencia es un proceso, un devenir, de

forma que no es tanto la persona la que es resiliente como su evolución y el proceso de

vertebración de su propia historia vital.113

La resiliencia nunca es absoluta, total, lograda para siempre, es una capacidad que

resulta de un proceso dinámico

Un fenómeno sorprendente es la posibilidad de aprender y crecer a partir de

experiencias adversas. La investigación ha mostrado que es un fenómeno más común de lo

que a priori se cree, y que son muchas las personas que consiguen encontrar recursos latentes

e insospechados en el proceso de lucha que han tenido que emprender. De hecho, muchos de

los supervivientes de experiencias traumáticas encuentran caminos a través de los cuales

obtienen beneficios de su lucha contra los abruptos cambios que el suceso traumático provoca

en sus vidas

En este proceso se considera también que las personas que sufren una experiencia

traumática, al ser invadidas por emociones negativas como la tristeza, la ira o la culpa, son

incapaces de experimentar emociones positivas. Sin embargo, recientemente, la investigación

ha puesto de manifiesto que las emociones positivas coexisten con las negativas durante

circunstancias estresantes y adversas y que pueden ayudar a reducir los niveles de angustia y

aflicción que siguen a la experimentación de dichas circunstancias.114

Se utilizan términos como florecimiento (thriving) o crecimiento postraumático para

hacer referencia a la obtención de beneficios o al cambio a mejor tras la experiencia

traumática. La confusión terminológica en el empleo de estos vocablos es reflejo de la

reciente aparición de la corriente que estudia los potenciales efectos positivos de la

experiencia traumática, razón por la que en la actualidad aún se carece de un léxico

estandarizado con el que trabajar y unificar intereses.

Al hablar de crecimiento postraumático no sólo se hace referencia a que el individuo

enfrentado a una situación traumática consigue sobrevivir y resistir sin sufrir trastorno alguno,

113 B. VERA POSECK, B. CARBELO BAQUERO, M. L. VECINA JIMÉNEZ, La experiencia traumática desde la psicología positiva: resiliencia y crecimiento postraumático, publicado en: Papeles del Psicólogo, 2006. Vol. 27(1), págs. 40-49 [en línea] http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1283.pdf [Consulta: 30 de agosto, 2010]114 Cf. B. VERA POSECK, B. CARBELO BAQUERO, M. L. VECINA JIMÉNEZ, Op. cit.

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sino que además la experiencia opera en él un cambio positivo que le lleva a una situación

mejor respecto a aquella en la que se encontraba antes de ocurrir el suceso.

Las investigaciones se han centrado en delimitar qué características de personalidad

facilitan o impiden un desarrollo o un cambio positivo a raíz de experiencias traumáticas.

Optimismo, esperanza, creencias religiosas y extraversión son algunas de las características

que de forma más frecuente aparecen en los estudios como factores de resistencia y

crecimiento. Algunos autores dividen en tres categorías el crecimiento postraumático que

pueden experimentar las personas: cambios en uno mismo, cambios en las relaciones

interpersonales y cambios en la espiritualidad y en la filosofía de vida.

Cambios en uno mismo: es un sentimiento común en muchas de las personas que

afrontan una situación traumática el aumento de la confianza en las propias capacidades para

afrontar cualquier adversidad que pueda ocurrir en el futuro. Al lograr hacer frente a un

suceso traumático, el individuo se siente capaz de enfrentarse a cualquier otra cosa.

Cambios en las relaciones interpersonales: muchas personas ven fortalecidas sus

relaciones con otras a raíz de la vivencia de una experiencia traumática. Suele ser común la

aparición de pensamientos del tipo “ahora sé quienes son mis verdaderos amigos y me siento

mucho más cerca de ellos que antes”. Muchas familias y parejas enfrentadas a situaciones

adversas dicen sentirse más unidas que antes del suceso. El haber hecho frente a una

experiencia traumática despierta en las personas sentimientos de compasión y empatía hacia

el sufrimiento de otras personas y promueve conductas de ayuda.115

Cambios en la espiritualidad y en la filosofía de vida: las experiencias traumáticas

tienden a sacudir de forma radical las concepciones e ideas sobre las que se construye la

forma de ver el mundo. Es el tipo de cambio más frecuente. Cuando un individuo pasa por

una experiencia traumática cambia su escala de valores y suele apreciar el valor de cosas que

antes obviaba o daba por supuestas.

La naturaleza del crecimiento postraumático puede ser interpretada desde dos

perspectivas diferentes. Por un lado, el crecimiento postraumático puede ser considerado

como un resultado: el sujeto pone en marcha una serie de estrategias de afrontamiento que le

115 Cf. B. VERA POSECK, B. CARBELO BAQUERO, M. L. VECINA JIMÉNEZ Op. cit.

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llevan a encontrar beneficio de su experiencia. Por otro, el crecimiento postraumático puede

ser entendido como una estrategia en si misma, es decir, la persona utiliza esta búsqueda de

beneficio para afrontar su experiencia, de forma que más que un resultado es un proceso. 116

Volviendo a mirar a Pablo...

Hemos visto que uno de los pilares de la resiliencia es que se necesita del otro como

punto de apoyo para superar la adversidad. El sentirse amado, transforma, da seguridad,

libertad. 117

Vemos qué dice Pablo en Ga 2, 20:

“...vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Su fe es la experiencia de sentirse amado por Jesús de un modo totalmente personal,

ya que Cristo no afrontó la muerte por algo anónimo, sino por él. La fe de Pablo no es una

teoría, ni una opinión, sino el impacto del amor de Dios en su corazón. Y esa fe se transforma

en amor a Jesús.

En el camino de su apostolado no le faltaron las luchas, las dificultades:

“...después de haber padecido sufrimientos e injurias en Filipos, como sabéis, confiados en

nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre frecuentes luchas.

(...) así como hemos sido juzgados aptos por Dios para confiarnos el Evangelio, así lo

predicamos, no buscando agradar a los hombres, sino a Dios que examina nuestros

corazones. Nunca nos presentamos, bien lo sabéis, con palabras aduladoras.” (1Tes 2, 2.4-5)

La verdad que descubre a partir del encuentro con el Resucitado merecía la lucha, la

persecución, el sufrimiento. Pero lo que lo motivaba era algo más profundo: el sentirse amado

por Jesucristo.

Ese amor pasa a ser la “ley” de su vida. Habla y actúa movido por la responsabilidad

del amor. La libertad y la responsabilidad que dan el amor se hacen presentes en la vida de

san Pablo.118

116 Id.117 Supra Págs. 59-60.118 Cf. BENEDICTO XVI, Homilía de las primeras vísperas de la Solemnidad de San pedro y San Pablo en ocasión de la inauguración del año paulino. 28 de junio de 2008.

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“No hay amor sin sufrimiento, sin el sufrimiento de la renuncia de sí mismo, de la transformación del

yo por la verdadera libertad. Quien quiera evitar el sufrimiento, mantenerlo lejos de sí, mantiene lejos

la vida misma y su grandeza, no puede ser servidor de la verdad y así servidor de la fe.”119

En Rom 8, 35-39 leemos:

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la

persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la

Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al

matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy

seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo

futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá

separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Pablo poseía una certeza, una profunda alegría que lo guiaba en todas las vicisitudes

de la vida: nadie podrá separarlo del amor de Dios. Y ese amor es la verdadera riqueza de la

vida humana.

Al leer sobre la conversión de san Pablo, no podemos dejar de admirarnos de la acción

de Dios que irrumpe en su vida y lo transforma. Pero esa transformación hace pie en los

rasgos positivos que Pablo tenía de su personalidad. No fue un “instante” sino un proceso. A

partir del acontecimiento de Damasco vendrán para él años en los que necesitó que esa

semilla sembrada por el Señor madure y se desarrolle. Él también en su crecimiento espiritual

habrá atravesado por crisis que le habrán nublado la mirada interior. Y precisó la soledad, la

intimidad con el Señor, el silencia, la reflexión. 120

Lo sorprendente de Pablo y de todo aquél que se pone en las manos de Dios para vivir

su vocación, para transitar el camino hacia la felicidad desde un plano trascendente, es que

ningún acontecimiento exterior deja de actuar a la manera de una aportación interior. Para

Pablo eso fue certeza:

“...sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman.” (Rm 8, 28)

Ya sea que viva un fracaso, un dolor, las propias debilidades:

119 Id. 120 Cf. L. BEIRNAERT, La experiencia cristiana y psicología, Estela. Barcelona, 1966. Pág. 97.

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“Y por eso, para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un

aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría. Por este

motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: « Mi gracia te basta,

que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza ». Por tanto, con sumo gusto seguiré

gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso

me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las

angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte .”

(2Cor 12, 7-10)

“Quiero que sepáis, hermanos, que lo que me ha sucedido ha contribuido más bien al

progreso del Evangelio; de tal forma que se ha hecho público en todo el Pretorio y entre

todos los demás, que me hallo en cadenas por Cristo. (...) Pero ¿y qué? Al fin y al cabo,

hipócrita o sinceramente, Cristo es anunciado, y esto me alegra y seguirá alegrándome. Pues

yo sé que esto servirá para mi salvación gracias a vuestras oraciones y a la ayuda prestada

por el Espíritu de Jesucristo, conforme a lo que aguardo y espero, que en modo alguno seré

confundido; antes bien, que con plena seguridad, ahora como siempre, Cristo será

glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte.” (Flp 1, 12-13. 19-20)

“Bien sabéis vosotros, hermanos, que nuestra ida a vosotros no fue estéril, sino que, después

de haber padecido sufrimientos e injurias en Filipos, como sabéis, confiados en nuestro Dios,

tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre frecuentes luchas.” (1Tes 2, 1-2)

Y también en aquellas situaciones que le provocan alegría:

“Nos acaba de llegar de ahí Timoteo y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y vuestra

caridad; y dice que conserváis siempre buen recuerdo de nosotros y que deseáis vernos, así

como nosotros a vosotros. Así pues, hermanos, hemos recibido de vosotros un gran consuelo,

motivado por vuestra fe, en medio de todas nuestras congojas y tribulaciones. Ahora sí que

vivimos, pues permanecéis firmes en el Señor. Y ¿cómo podremos agradecer a Dios por

vosotros, por todo el gozo que, por causa vuestra, experimentamos ante nuestro Dios?” (1Tes

3, 6-9)

Si sufre privaciones o goza de la generosidad, si las cosas le salen como las había

planeado o no, si logra lo que esperaba o aparecen situaciones inesperadas, todos esos

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acontecimientos entran en la corriente de su vida espiritual y lo transforma por dentro, lo

acerca a Dios.

La presencia de Dios se da en el acontecimiento diario. De ahí que debemos saber leer

en el libro de nuestra vida, porque es allí también donde Dios nos habla. Desde allí

transforma, sostiene, arranca, hace florecer, para mostrarnos el camino de nuestra realización

personal, de lo que Él ha puesto en el corazón de cada uno de nosotros, y encontremos la

felicidad.

A lo largo del trabajo hemos podido ver que las situaciones que llamamos “crisis”, nos

pueden conducir a algo que nosotros no imaginábamos. Las crisis no son programadas por

nosotros. Nos vienen de afuera diversas situaciones que afectan nuestra persona y nosotros

respondemos a ellas de diferentes maneras. Si tenemos en cuenta la actitud resiliente, de lo

“malo” o “negativo” que podamos vivir, puede operarse en nosotros una transformación que

dé cómo resultado algo “mejor” de lo que éramos. Se nos pueden abrir nuevos horizontes,

nuevos caminos insospechados, pero conocidos para Aquél que como Padre providente

dispone todo para nuestro bien, para nuestra felicidad.

“No eres tú el que haces a Dios, sino Él que te hace. Si eres una obra de Dios, espera, pues, la mano de

tu artesano que todo lo hace en su tiempo oportuno: Oportuno para ti, que eres hecho. Preséntale un

corazón maleable y dócil; conserva la forma que te ha dado el artesano, permaneciendo húmedo, por

temor de que, al endurecerte, pierdas las huellas de sus dedos. Al conservar la huella que te ha

proporcionado, crecerás hacia la perfección. El arte divino esconde el barro de que estás hecho. Te ha

fabricado su mano; te adornará por dentro y por fuera con oro puro y con plata, y te adornará de tal

forma que el rey deseará tu belleza. Pero, si endureciéndote al acto, te evades de su trabajo y le

reprochas el haberte hecho hombre, tu ingratitud hacia Dios te priva a un tiempo de su arte y de la

vida. Lo propio de la bondad de Dios es hacer; pero lo propio de la naturaleza humana es ser hecha.”121

121 SAN IRENEO DE LYON, Adversus Haereses, citado en: L. BEIRNAERT, Op. cit., págs. 99-100.

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