Explicacion Sobre La Didaché
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Didaché
Didaché (en griego: Διδαχή,1 pronunciado Didajé2 y transcrito también como Didajé3 o Didaké) es
el nombre más conocido4 de una obra de la literatura cristiana primitiva llamada, en su título
corto, Enseñanza de los doce apóstoles:
Διδαχή τών δώδεκα ἀποστόλων5
y, en su título largo, Enseñanza del Señor a las naciones por medio de los doce apóstoles:
Διδαχή τού κυρίου διά τών δώδεκα ἀποστόλων τοΐς ἔθνεσιν6
Didaché (Didajé)
La Didache (Didajé), o Enseñanzas de los Doce Apóstoles, fue escrito entre el año 65 y 80 A.D. y encontrado en 1873 en Macedonia, cerca de Constantinopla. Es el primer catecismo escrito que conocemos. Reconocido con gran estima por los Padres de la iglesia. Por este documento sabemos como ellos interpretaban las enseñanzas de los Apóstoles y como vivían. Codifica las reglas de vida que deben saber los cristianos de manera práctica para la enseñanza.
La Didajé primera enseñanza de los apostoles, copilacion de principios basicos de Jesús
http://www.evangelizafuerte.com.mx/2010/03/la-didaje-primera-ensenanza-de-los-apostoles-copilacion-de-principios-basicos-de-jesus/
La didajé es la enseñanza que los apóstoles habián copilados de la mismas
enseñanzas de Nuestro Señor Jesús, antes de los evangelios es lo que los
apóstoles junto con la buena nueva ( kerigma ) anunciabán a los judíos,
paganos y marginados.
DIDAJÉ
Con el nombre de Didajé (enseñanza) o Enseñanza de los doce apóstoles se
nos ha transmitido uno de los primerísimos textos de la literatura patrística.
La fama de que gozó en la antigüedad se refleja en las alusiones presentes
en otras obras de diversos autores (Pastor de Hermas, Clemente de
Alejandría, Orígenes, Eusebio, Atanasio…).
Este escrito se presenta como recopilación de diversas fuentes reunidas por
un anónimo judeocristiano y dirigida a un grupo de fieles de lengua griega
procedentes del paganismo; una colección de instrucciones y de prácticas
de la Iglesia primitiva, hecha por uno de aquellos ministros itinerantes del
evangelio, de los que nos habla la misma Didajé (c. 11, 3-6)» (J P. Audet).
El lugar de origen de esta recopilación parece que fue Siria occidental
(Antioquía) presumiblemente en los últimos decenios del siglo 1.
La obra se puede subdividir en cuatro partes que contienen
respectivamente exhortaciones morales (cc. 1 -6), litúrgicas (cc. 7- lO),
disciplinares (cc.11-15) y una parte escatológica (c. 16), A propósito de las
instrucciones morales hay que subrayar la afinidad literaria que existe entre
el tema de los “dos caminos” y el Manual de disciplina de Oumrán. El
carácter de las reflexiones morales recuerda manifiestamente la tradición
judía. En la Didajé se pone de relieve la observancia de la Ley ante la cual
todos son libres. Le corresponde a cada uno elegir el camino del bien o del
mal. Se reconoce de esta manera el poder de discreción que tiene cada uno
e, introduciendo la distinción entre lo “necesario” y lo «posible», se deja a
salvo la libertad cristiana del yugo de la necesidad ( u Si puedes llevar por
entero el yugo del Señor, serás perfecto; si no, haz lo que puedas», Did., 6).
Las instrucciones litúrgicas (bautismo, ayuno, oraciones) Y en particular las
plegarias eucarísticas (cc. 9- lO) se inspiran en las bendiciones judías
pronunciadas en el contexto de la cena. Finalmente, las indicaciones
disciplinares sobre apóstoles, profetas y doctores constituyen un precioso
desarrollo sobre la situación de los ministerios en la Iglesia primitiva. En el
testimonio que ofrece la Didajé, los obispos y los diáconos son escogidos
por la comunidad y tienen encargos prácticos. Sin embargo, pueden asumir
el puesto de maestros y de profetas en la liturgia (cf. Did. 15). La Didajé
atestigua de este modo el paso de una fase de la evangelización realizada
por profetas y por maestros itinerantes a una fase de organización interna
de la comunidad, dotada permanentemente de obispos y de diáconos.
Así pues, este texto encierra un incalculable valor histórico por las
cuestiones que trata y por el tiempo en que se sitúa.
L. Padovese
Bibl.: W Rordorf Didajé en DPAC, 1, 594595; J P. Audet, La Didaché.
Instructions des Apostoles, París 1958.
LA PEDAGOGÍA DE LA FE EN LA DIDAJÉ
http://www.mscperu.org/teologia/Padres/Didache/pedagogiaDidache.htm
Introducción
El documento conclusivo de Aparecida “Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que
nuestros pueblos en Él tengan vida “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 16,4) detalla
la situación de la Iglesia latinoamericana actual de la siguiente manera y propone una
respuesta:
286… Tenemos un alto porcentaje de católicos sin conciencia de su
misión de ser sal y fermento en el mundo, con una identidad cristiana
débil y vulnerable.
287. Esto constituye un gran desafío que cuestiona a fondo la manera
como estamos educando en la fe y como estamos alimentando la
vivencia cristiana; un desafío que debemos afrontar con decisión, con
valentía y creatividad, ya que, en muchas partes, la iniciación cristiana
ha sido pobre o fragmentada. O educamos en la fe, o no cumpliremos
nuestra misión evangelizadora.
Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad operativa de
iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé también elementos
para el quién, el cómo y el dónde se realiza. Así, asumiremos el desafío
de una nueva evangelización, a la que hemos sido reiteradamente
convocados.
288 La iniciación cristiana, propiamente hablando, se refiere a la primera
iniciación en los misterios de la fe, sea en la forma de catecumenado
bautismal para los no bautizados, sea en la forma de catecumenado post
bautismal para los bautizados no suficientemente catequizados.
290. Recordamos que el itinerario formativo del cristiano, en la tradición
más antigua de la Iglesia, “tuvo siempre un carácter de experiencia, en
el cual era determinante el encuentro vivo y persuasivo con Cristo,
anunciado por auténticos testigos” (Sacrosanctum Concilium 64).
El primer siglo ofrece un documento, la Didajé, que precisamente habla del cómo educar en
la fe, es decir proporciona métodos o, mejor dicho, pedagogías de cómo disponer al
candidato para recorra un itinerario de fe. El documento proporciona de manera muy
concreta un itinerario de la fe. Ciertamente “tiene carácter de experiencia” y trae el
anuncio “por auténticos testigos”. El tema que tratamos es, pues, de candente actualidad.
.Para poder cotejar mejor las enseñanzas de la Didajé es preciso tener presente las
siguientes características:
1. La Didajé está dirigida los candidatos provenientes del paganismo. Su universo poblado de dioses y demonios requiere el anuncio de un solo Dios que ha creado todo.
2. Se puede presuponer con seguridad que el catecúmeno ha escuchado el kerigma y conoce Jesucristo y sus enseñanzas ya que se le enseña a vivir las bienaventuranzas en su propia vida.
3. La Didajé sólo transmite indirectamente enseñanzas y contenidos de fe. Su cometido consiste en establecer concretamente las maneras de cómo introducir a la fe.
4. Para el autor de la Didajé la misma pedagogía no es objeto de libre elección. Al finalizar la parte dedicada a los catecúmenos dice expresamente: "cuidado que nadie te desvíe de este camino de la doctrina, es que te enseña fuera de Dios" (Didajé 6. 1). Y si tomamos en cuenta el título del documento: "Enseñanzas del Señor a las naciones por medio de los 12 Apóstoles", es patente que se le ha asignado una grande autoridad. Algunos Padres de la Iglesia la citan como Sagrada Escritura. Tenemos aquí otro indicio de que se procedía de una manera similar en otras comunidades.
5. Los cristianos de la Didajé sabían y vivían la conciencia de ser miembros de la Iglesia universal. Uno de los muchos indicios de esta universalidad doctrinal y pedagógica consiste en que los cristianos aprenden a discernir la autenticidad de la fe no sólo del cristiano extranjero y desconocido sino también de personajes importantes como los didáscalos y profetas. Es decir, se trata de criterios comunes para las comunidades cristianas de aquel entonces.
6. La meticulosidad de la educación académica y los cánones para elaborar textos asegura que ha de observarse también la secuencia, es decir, la progresión de las pedagogías en el orden como se presentan. Se puede observar unas etapas progresivas en la formación que se brinda al interesado en convertirse en cristiano.
LAS PEDAGOGÍAS DE LA FE
Primera etapa:
Al candidato se le coloca ante una alternativa: tiene que elegir entre el camino de la vida y
el camino de la muerte. Es su decisión. "Existen dos caminos, uno de la vida y uno de la
muerte, entre los caminos existe una gran diferencia." (Didajé 1. 1). El candidato de aquel
entonces sabía que, al hacerse cristiano, era probable que sufriera las persecuciones
esporádicas de aquel entonces. Si se escoge el camino de la vida se está escogiendo el
camino de la vida eterna.
¿En qué consiste el camino de la vida eterna?
"El camino de la vida es este: ante todo amarás a Dios que te ha hecho y
luego a tu prójimo como a ti mismo. Todo lo que quieras que no te
suceda tampoco tú lo hagas a otro" (Didajé 1. 2).
Se le anima al catecúmeno a responder a ese amor de Dios manifestado en Jesucristo. La
dimensión de la respuesta concreta es la dimensión del amor al prójimo. Por medio del
amor al prójimo, el candidato aprende a acrisolar su capacidad de amar a Dios.
A más violencia más amor.
El vuelco copernicano para el candidato que viene del paganismo, no sólo consiste dejar el
miedo y la superstición ante el capricho de las divinidades paganas y en amar a un solo
Dios Creador sobre todas las cosas. San Pablo describe esta postura de fe y de ánimo ante
Dios de la siguiente manera: "… pues en él vivimos, nos movemos y existimos, como han
dicho algunos de vosotros: ‘Porque somos también de su linaje’" (Hch 17, 28).
Es lanzado a un descubrimiento de esta nueva dimensión de una manera nueva. Amar es
tender vida. Amar es estar en el camino de la vida. Aprenderá a amar con una radicalidad
siempre nueva y progresiva. Se le propone una dinámica característica que forma parte
inalienable de esta vivencia del amor a Dios, dinámica que aparece prácticamente en todo
el proceso catecumenal; dinámica que también ha de regir potentemente su vida de
cristiano; en este caso concreto es la dinámica de responder a la creciente agresión con
una creciente caridad. La decisión de hacerse cristiano no podía pasar desapercibida en el
entorno y provocaría reacciones negativas. ¿Cómo ha de responder el creyente? A la
maldición el creyente responderá con una bendición; al ambiente hostil responderá con un
acto de caridad más prolongado, la oración; y a la persecución violenta responderá con un
acto de amor más decidido aún: el ayuno. El leitmotiv que da el catequista es la siguiente:
"Vosotros, pues, amad a los que os odian y no tendréis enemigo" (Didajé 1. 3). No se trata
sólo de salvaguardar en el propio corazón una actitud de amor hacia el adversario. El
creyente ama para que el enemigo se convierta en amigo. El método: “A más violencia
más amor”.
Enfocando las pasiones del hombre.
Ahora bien, la agresión y la violencia provocan en la víctima reacciones encontradas. El
didajista llama estas reacciones "pasiones carnales o corporales". Los instintos
primordiales del ser humano se centran en la protección de su integridad física, psicológica
y emocional y en la consecución de una seguridad de sustento por medio de los bienes.
Serán las dimensiones por medio de las cuales el candidato puede descubrir si ama a Dios
sobre todas las cosas. El didajista le enseña las bienaventuranzas correspondientes. Y en la
primera aplicación concreta del amor a Dios el catecúmeno aprende a amar a su enemigo
de manera progresiva:
Ofrecer la otra mejilla al que le abofetea, un acto momentáneo; Cargar voluntariamente dos millas en lugar de la milla obligatoria; una
acción caritativa más prolongada; Regalar la túnica al que le ha quitado el manto aún con el riesgo de
quedarse desnudo –los antiguos no llevaban calzoncillos-, se trata de un despojo total por amor al agresor.
Es decir, las bienaventuranzas son otras tantas oportunidades muy concretas para aprender
a amar a Dios sobre todas las cosas.
En cuanto a la propensión de asegurar la vida con los bienes el candidato
aprende que amar a Dios sobre todas las cosas significa que no puede ni reclamar los
bienes que le han quitado. El didajista le dice perentoriamente: "Cuando alguien toma de ti
lo tuyo no se lo reclames para que lo devuelva, porque no puedes" (Didajé 1. 4). La
pregunta obvia: ¿por qué?
Con todo, no es la violencia que acrecienta la respuesta amorosa. Basta que alguien pida
para que el catecúmeno vea en este pedido la voluntad de Dios quien, justamente a través
del catecúmeno, quiere dar de lo suyo. "Pues, todo quiere el Padre que sea dado de los
bienes propios de él" (Didajé 1. 5). Esto significa que el creyente no puede reclamar
tampoco al que le ha quitado los bienes a la fuerza o por engaño. La inferencia: hasta el
robo es indicación que Dios quiere dar de lo suyo. No basta con considerarse administrador
de los bienes cuyo propietario es Dios. Se necesita discernir cómo Dios quiere que se les
administre. Aprende a darse cuenta como Dios manifiesta su voluntad dé cómo administrar
los bienes suyos.
La pedagogía de esta primera etapa
Al comienzo el catecúmeno ha tomado una decisión radical, una decisión vital. Después de
asumir la opción por el camino de la vida o, lo que es lo mismo, el amor a Dios sobre todas
las cosas, el candidato es invitado a asumir las consecuencias de esta decisión. Se le ayuda
a poder comprobar concretamente si ama a Dios. ¿Cómo aprende el catecúmeno amar a
Dios? Vemos como el candidato es llevado a tomar decisiones cada vez más pujantes: “A
más violencia más amor”. Esta primera etapa, por tanto, lo introduce en este proceso, en
esta dinámica que lleva a una radicalidad cada vez más pronunciada. Es la dinámica del
amor a Dios sobre todas las cosas que nunca puede contentarse con lo alcanzado en un
momento determinado. Siempre tiene a más y a mejor. Esta dinámica rige también en
todos los aspectos de su existencia.
En cuanto a los bienes el catecúmeno se convierte en dispensador de lo que le pertenece
a Dios. En realidad, el creyente se convierte en expresión del amor que Dios tiene al otro,
también al enemigo. Esto es amar a Dios sobre todas las cosas. Hasta el mismo
acontecimiento de la agresión se convierte en signo de que Dios quiere dar generosamente.
Expresamente el catequista enseña:
"Dales la bienvenida como a cosas buenas a los acontecimientos que te
sucedan, sabiendo que fuera de Dios nada sucede" (Didajé 3. 10).
De esta manera toda la historia se convierte en oportunidad de responder a Dios con un
amor sobre todas las cosas, amor que se verifica en actitudes y acciones de cara a los
demás. Esto significa que el amor a Dios todo lo inspira. De esta manera la primera etapa
de la pedagogía de la fe le enseña al catecúmeno a responder con un amor cada vez
radical.
La pedagogía de la segunda etapa: amar con todo el ser.
Hasta ahora se le ha introducido al candidato a la dinámica del amor cada vez más radical.
La pedagogía de la segunda etapa da un paso más. Enfoca las diversas dimensiones
humanas implicadas. Se le enseña al candidato a amar a Dios con todo su ser, con todas
sus capacidades. Toda la persona es implicada en este aprendizaje. Al enumerar los
pecados a superar para continuar por el camino de la vida, el didajista le propone al
catecúmeno una lista de los pecados de acción, luego una lista de los pecados de la boca y
finalmente una lista de pecados interiores. Además cada una de estas listas de los pecados
de acción, de boca e interiores comienza con el pecado grave, pasa de lo más grave a lo
menos grave, recurso que asigna importancia a los pecados que tienen cada vez menos
peso. También se da una sucesión de los pecados visibles hacia los pecados más
escondidos en la intimidad del ser. El apremio de evitar los pecados menos graves y más
íntimos tienen para el didajista la misma importancia que el apremio de evitar los pecados
graves y visibles.
2,1 El segundo precepto de la doctrina:
2.2. No matarás, no cometerás adulterio’ (cf. Ex. 20. 13-14 ; Dt. 5, 17-18
; cf. Mt 19, 18), no serás pederasta, no cometerás prostitución, ‘no
robarás’ (cf. Ex 20, 15 ; Dt. 5, 19; cf. Mt. 19, 8), , no practicarás magia,
no aplicarás pociones mágicas, no matarás al niño (no nacido)
procurando aborto, tampoco matarás al (recién) nacido, ‘no apetecerás
nada de lo que sea de tu prójimo’ (cf. Ex 20, 7).
2.3 No jurarás en falso (Mt. 5, 33); no darás falso testimonio (Mt. 19, 18;
Ex 20, 16), no insultarás, no guardarás rencor;
2.4. No finjas, ni hables con doblez porque es ‘una trampa de muerte’
(cf. Sal 21, 6) el hablar con engaño;
2.5 No sea tu manera de hablar mentirosa ni vacía, sino cumplida en la
práctica;
2.6 No seas codicioso, ni tramposo, ni hipócrita, ni malicioso, ni
arrogante, ni tengas mala intención contra tu prójimo (otra posible
aceptación: no aceptes malos consejos contra tu prójimo);
Esta etapa se resume con la siguiente exhortación: "No odies a nadie; sino a los unos los
corrijas y por estos ora, a los demás los amarás por encima de tu vida" (Didajé 2, 7).
La pedagogía de la tercera etapa: la guarda del corazón
La tercera etapa del progresivo itinerario de la fe tiene una característica muy especial.
Cada exhortación y enseñanza comienza con la invocación: "hijo mío - hija mía". En aquel
entonces la inmensa mayoría de los oyentes eran analfabetos y la transmisión oral
consistía también y ante todo para el oyente en aprender de memoria lo que se le
enseñaba. Esta parte se convierte casi automáticamente en "escuela para padres de
familia" porque lo que ellos aprenden lo pueden transmitir tal cual a sus hijos.
Además, se da en esta etapa otra característica especial adicional: a este nivel el catequista
enseña a sus oyentes a purificar hasta los sentimientos y pensamientos más íntimos del
corazón:
"Deja de ser irascible, la ira lleva al asesinato, ni siquiera seas partidario
de grupos violentos, ni siquiera seas pleitista, ni siquiera tengas mal
genio; porque de todas estas cosas se generan los asesinatos" (Didajé 3.
2).
Lo mismo vale para la lujuria, la superstición, la mentira, etc. En cada acápite el didajista
invita al catecúmeno a lo que llaman los siglos posteriores "la guarda del corazón". Estamos
ante un proceso de progresiva interiorización.
Recuérdese que la razón de entrar en ese combate es la decisión y el deseo de transitar por
el camino de la vida, es decir, amar a Dios sobre todas las cosas.
Téngase también presente que los catecúmenos de aquel entonces en su mayoría no tenían
formación escolar alguna; eran muy poco dados a la introspección y a reflexionar sobre lo
que pasa en el corazón. Pero aquí aprenden que el amor a Dios colisiona con obstáculos ya
en los movimientos más íntimos del corazón. Para poder amar a Dios se evita el mal hasta
en los detalles mínimos. Basta que tenga semejanza aunque muy tenue y lejana con el
pecado grave.
El peligro que amenaza las etapas anteriores.
Ahora bien, todas estas etapas anteriores están expuestas a un serio peligro que puede
anular todo el proceso. El didajista previene contra este peligro y ofrece el antídoto. ¿Cuál
es este peligro? Es el pecado de la murmuración: "no seas murmurador porque lleva a la
blasfemia, ni siquiera seas arrogante, ni siquiera seas mal pensado, ya que de todas estas
cosas se generan blasfemias" (Didajé 3, 6). El que murmura no ama a Dios porque no
acepta los acontecimientos que la divina providencia le depara. Siempre ha de tener
presente que amar a Dios es estar en el camino de la vida. El que murmura blasfema, es
decir, habla mal de Dios y de los demás.
¿Cuál es el remedio?
3.7 Sé manso porque los mansos heredarán la tierra" (cf. Mt 5, 5)..
3.8 Llega a ser paciente, misericordioso, sin malicia (cf. Rm 16, 18; Heb
7, 26), pacífico, bondadoso, temblando (cf. Lc 8, 47, Is 62, 2) a causa de
todas las palabras (doctrinas) escuchadas".
3.9 “No exaltes a ti mismo (cf. Lc 1, 52) ni siquiera admitas a tu alma la
arrogancia ni unas tu alma a los arrogantes sino vive / estate asociado
con los justos y humildes”.
3.10 “dales la bienvenida como a cosas buenas (var.: bienes) a
los acontecimientos (cf. 1 Co 12, 6) que te sucedan, sabiendo
que fuera de Dios nada sucede”.
Esta mansedumbre requiere de una serie de atributos para ser verdadera mansedumbre
según el didajista: paciencia, misericordia, estar sin malicia, ser pacífico, ser bondadoso, ser
temeroso de Dios. La murmuración proviene de la arrogancia. Superando el orgullo y
creciendo en la mansedumbre el creyente puede aceptar la historia sabiendo que "fuera de
Dios no sucede nada".
El itinerario hasta ahora.
Como hemos visto, el catequista progresivamente inicia un proceso que anima al candidato
a responder con cada vez mayor radicalidad a la violencia con actos de amor y de
desprendimiento. Luego lo anima a enfocar todas las dimensiones de la propia persona
dando cada vez mayor importancia a los pecados menos graves y menos visibles sea de
acción sea de palabra sea de pensamiento. Todo se dispone para que no hay obstáculo
para el amor a Dios. En un paso adicional el catecúmeno aprende a vigilar hasta los
sentimientos y pensamientos más íntimos e imperceptibles. El candidato aprende la
"guarda del corazón" y de paso aprende cómo enseñar a sus hijos el mismo cuidado
respecto al amor a Dios como ha aprendido de su catequista.
La pedagogía de la cuarta etapa: vivir en la comunidad
Pasemos a la cuarta etapa: después de haber desintoxicado al creyente de todo lo que
impida o dificulte el amar a Dios sobre todas las cosas, y después de haber introducido al
cuidado hasta de las cosas aparentemente insignificantes, cuidado que será el combate del
cristiano de toda la vida, esta, la siguiente, la cuarta etapa prepara a la vida en la
comunidad de los creyentes. Cambia la perspectiva. Ahora aprende como amar a Dios en
comunidad. Para ello era necesario que primero se conozca a sí mismo. Al comienzo dice:
"Hijo mío, haz memoria noche y día del que te habla la doctrina de Dios;
témelo como al Señor. Pues, donde se habla del señorío del Señor allí
está el Señor. Buscarás a diario el rostro de los santos para que
encuentres apoyo en sus palabras" (Didajé 4, 1-2).
La expresión «Señor» en sus 20 ocurrencias sólo una vez se refiere a los amos de los
esclavos (Didajé 4.11) y dos veces forma parte de una cita veterotestamentaria (Didajé
14.3). Las expresiones «como lo ordenó el Señor en su evangelio» (Didajé 8.2) y «día del
Señor» (Didajé 14.1), etc. no deja duda que aquí estamos ante una expresión corriente para
designar a Jesucristo. Quiere decir, que la insistencia en el amor al Dios único no excluye la
fe en y la acción de Jesucristo, ni mucho menos. Ahora bien, el catecúmeno aprende aquí
que Dios le viene al encuentro todos los días por medio de la predicación. Este enunciado
evidencia que todo el proceso anterior no es fruto de un esfuerzo moral denodado para
aprender a amar a Dios sino es una respuesta creciente a la presencia de Dios en la vida
del creyente.
Ahora bien, amar a Dios sobre todas las cosas y vivir en comunidad entraña las siguientes
tareas:
Tiene que intervenir activamente para erradicar los conflictos en la comunidad aunque se trate de personas importantes.
En cuanto a los bienes el catecúmeno aprende que no solamente administra los bienes propios de Dios, sino que dar limosna le sirve también para rescatar sus pecados, sirve para descubrir que Dios es maravillosamente generoso con aquel que da limosna. Y, esto es importante, adquiere la consciencia de que es co-propietario de los bienes imperecederos e inmortales por eso con mayor razón no podrá llamar propiedad suya a los bienes perecederos.
Educará a los hijos el temor de Dios, es decir, que les transmitirá todo lo que se le ha enseñaba con anterioridad. Ni siquiera ordenará a sus esclavos de mal humor porque amo y esclavo tienen la misma vocación.
El peligro que amenaza esta cuarta etapa de vivir en comunidad
También en esta etapa levanta la cabeza un peligro mortal. Ese peligro es tan amenazador
que el catequista dice que hay que odiarlo: "Odiarás toda hipocresía y todo lo que no es
agradable al Señor" (4, 12). Este yerro aparece en la lista de los pecados del camino de la
muerte. Pues, pretender de amar a Dios y no hacerlo es mortal. También aquí el catequista
presenta los remedios: no abandonará lo que le han enseñado, guardará todo lo recibido, es
decir, no añade sus propias interpretaciones, no añade nada ni quita nada. Confiesa sus
pecados en la comunidad. No se acercará a la comunidad con mala conciencia.
La pedagogía de la quinta etapa: conocer de cerca el camino de la muerte
Como colofón el catecúmeno es confrontado con el camino de la muerte, es decir, con una
lista concreta de los pecados que definitivamente llevan a la muerte. Es garantía para la
universalidad de la doctrina del didajista que la lista de los pecados del camino de la
muerte aparece en prácticamente idéntica en los evangelios de San Mateo y de San Marcos
y también en los escritos los padres apostólicos. Quiere decir que también en este aspecto
había un acervo de enseñanza en común de las comunidades cristianas de aquel entonces.
Y también aquí la lista de estos pecados progresa de los pecados más graves exteriores
hasta los pecados más íntimos e invisibles y culmina en que son "sin temor de Dios" (Didajé
5. 1). Por eso, no tienen discernimiento. El catequista explica las motivaciones y realidades
que están desde detrás de estos pecados. El creyente necesita saber identificar todo
aquello que lleva al camino de la muerte.
Conclusión de las enseñanzas catecumenales
Concluye la parte dedicada a los catecúmenos de la siguiente manera: "Cuidado que nadie
te desvíe de este camino de la doctrina, es que te enseña fuera de Dios. Si puedes llevar
todo el yugo del señor, perfecto eres. Si no puedes, lo que puedas eso haz" (6. 1-2). Quiere
decir que el proceso se adecua al ritmo del catecúmeno. Pero siempre se le anima a
alcanzar la perfección en este itinerario de la fe. Conviene subrayar otro aspecto más: Al
candidato le dan criterios firmes y claramente definidos y así aprende a discernir si está
amando a Dios sobre todas las cosas. Así aprende que todo lo que hace, todo lo que dice y
todo lo que piensa y siente debería ser una respuesta al amor de Dios.
Los evangelizadores
Es importante tomar en cuenta también las características de los didáscalos que son los
conductores en este itinerario de fe. Los encargados de evangelizar según el documento
ostentan las siguientes características:
Aumenta en sus oyentes la justicia (la santidad) y el conocimiento del Señor (cf. Didajé 11. 1). El conocimiento entraña un saber, una saber hacer y un saber ser
La persona misma es predicación porque vive lo que enseña. "Todo profeta que aunque enseñe la verdad, si la enseña y no la práctica, es un falso profeta" (Didajé 11. 10).
Encarna en su persona la radicalidad cristiana ante los bienes (Didajé 11. 5-6. 9. 12).
El catequista es el icono que hace visible en su vida todo lo que enseña. Su presencia, su predicación y su testimonio son el signo y garantía de que el Señor y su reino están presentes.
La etapa de los bautizados.
Hemos querido concentrarnos especialmente en las pedagogías de la Didajé para introducir
al catecúmeno a la fe que vivirá como bautizado. El catecumenado es un aprendizaje de
vivir a lo cristiano. Lo aprendido en este tiempo lo ha de acompañar toda la vida porque
toda la vida cristiana se resume en el amor a Dios sobre todas las cosas. Sin embargo, no
se percibe todo el alcance de la pedagogía catecumenal si no se toma en cuenta la meta
hacia la cual conduce el proceso catecumenal.
Todo el proceso de las pedagogías de la fe evidentemente conduce hacia el bautismo. El
documento, al pasar de la parte que guarda a los bautizados dice: “Después de haber dicho
todo lo anterior, bautizad así: en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”
(Didajé 7.1).
Para caracterizar el nuevo estado después del bautismo el documento habla de una nueva
y maravillosa realidad. Se celebra y se vive la inhabitación de Dios en la asamblea santa y
en el corazón de cada uno de los bautizados. Esta presencia divina marca la conciencia del
cristiano con tanta fuerza que, cuando se da el caso de que se acerque un bautizado que
está en litigio con otro y no quiere reconciliarse, inexorablemente es excluido de la
asamblea. Nadie le habla. Nadie le escucha. Es como si no existiese. Es que ha dejado de
ser cristiano porque anula la presencia de Dios, anula la inhabitación de Dios. Se da una
conciencia profunda de la santidad de Dios presente en la asamblea y en el corazón de los
bautizados.
Ahora se entiende por qué el catequista ha aplicado desde el comienzo una pedagogía de
radicalidad y de interiorización. Ahora se entiende por qué todas dimensiones de la persona
son insertadas en esta dinámica de amar cada vez más a Dios sobre todas las cosas hasta
en los pensamientos y sentimientos más recónditos. Todo el itinerario catecumenal de la fe
quiere capacitar al creyente para que pueda dar una respuesta congruente a la
inhabitación de Dios.
Se puede afirmar: Las pedagogías de la fe que hemos contemplado capacitan al creyente
para que, una vez bautizado, pueda acoger, proteger, incrementar y -en caso de perderla-,
recuperar la inhabitación, la santidad de Dios en su corazón.
Conclusión.
Se plantea la pregunta: ¿Este itinerario de la fe de la Didajé es una pedagogía válida de
cara al reclamo de Aparecida: “Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad
operativa de iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé también elementos para
el quién, el cómo y el dónde se realiza. Así, asumiremos el desafío de una nueva
evangelización, a la que hemos sido reiteradamente convocados”?
Finalmente:
«Te damos gracias, Padre santo, por tu santo Nombre,
que hiciste morar en nuestros corazones,
y por el conocimiento y la fe y la inmortalidad
que nos diste a conocer
por Jesús tu siervo/hijo.
A ti la gloria por los siglos. Amén (Didajé 10.2).
¡Venga la gracia y pase este mundo! Amen.
Hosanna al Dios de David.
El que sea santo, que se acerque.
El que no lo sea,
que se convierta.
Maranatha. Amén» (Didajé 10.6).
Enseñanza de los Doce Apóstoles
(«Didaché» o «Didajé» o «Didakhé»)
La Didaché o Enseñanza de los Doce Apóstoles es uno de los escritos más venerables que nos ha legado la antigüedad cristiana. Baste decir que su composición se data en torno al año 70; casi contemporáneamente, por tanto, a algunos libros del Nuevo Testamento.
Aletea en su contenido la vida de la primitiva cristiandad. A través de formulaciones claras, asequibles tanto a mentes cultas como a inteligencias menos ilustradas, se enumeran normas morales, litúrgicas y disciplinares que han de guiar la conducta, la oración, la vida de los cristianos. Se trata de un documento catequético, breve, destinado probablemente a dar la primera instrucción a los neófitos o a los catecúmenos.
Se desconoce el autor y el lugar de composición de la Didaché. Algunos estudiosos hablan más bien de un compilador, que habría puesto por escrito algunas enseñanzas de la predicación apostólica. Se sitúa su redacción en suelo sirio o tal vez egipcio.
En este libro se distinguen cuatro partes. La primera, de contenido catequético-moral, está basada en la enseñanza de los dos caminos que se le presentan al hombre: el que conduce a la vida y el que lleva a la muerte eterna. La segunda parte, de carácter litúrgico, trata del modo de administrar el Bautismo—puerta de los demás sacramentos—, del ayuno y la oración—muy practicados por los primeros cristianos—y de la celebración de la Eucaristía. La tercera parte trata de la disciplina de la comunidad cristiana y de algunas funciones eclesiásticas. Se explica también, sintéticamente, el modo de celebrar el día del Señor (nuestro actual domingo), y se alude—entre otras—a dos costumbres que manifiestan la finura de caridad que practicaban nuestros primeros hermanos en la fe: la hospitalidad—con advertencias ante los abusos de quienes buscaban vivir a costa de los demás—y la corrección fraterna. La última sección comienza parafraseando la exhortación de Jesús a vivir vigilantes, a prepararse para la hora en la que el Señor viene. Esta parte acaba con una síntesis de las principales enseñanzas escatológicas pronunciadas por el Maestro.
LOARTE
* * * * *La Didakhe o Doctrina de los doce apóstoles, a la que se hallaban referencias en los autores antiguos, se había dado por perdida hasta que su texto fue hallado en un manuscrito de Constantinopla y publicado en 1883. Inmediatamente se suscitaron vivas polémicas acerca de su carácter y antigüedad. Frente a la opinión de los que pretendían que se trataba de una ficción arcaizante, tal vez de origen montanista, que no sería anterior a los
últimos años del siglo II, parece haber ido ganando terreno recientemente la convicción de que se trata de una compilación de elementos muy antiguos, que en su mayor parte bien pueden remontarse al siglo I. El conjunto está formado por varias instrucciones de tipo moral, litúrgico y disciplinar, tal vez para uso de evangelizadores itinerantes. Su particular interés está en que nos da a conocer las formas más primitivas de catequesis moral, con reconocida influencia judía, y los elementos más antiguos de la liturgia bautismal y eucarística, así como la organización eclesiástica en el momento en que, junto a los predicadores itinerantes y carismáticos, empieza a surgir una jerarquía estable y una organización en las Iglesias locales.
JOSEP VIVES
* * * * *
Didajé es una palabra griega que significa «enseñanza» y con la que se suele conocer abreviadamente la obra llamada «Instrucción del Señor a los gentiles por medio de los doce Apóstoles» o también «Instrucciones de los Apóstoles». Es una colección de normas morales, litúrgicas y de organización eclesiástica que debían de estar en vigor ya desde algún tiempo, recopiladas ahora sin pretender ordenarlas ni hacer una síntesis. Tenía tal prestigio en la antigüedad, que Eusebio de Cesarea tuvo que hacer notar que no se trataba de un escrito canónico. Sin embargo, después se perdió, y no fue recuperada hasta finales del siglo xix, cuando se encontró en un códice griego del siglo xI del patriarcado de Jerusalén.
La época de su composición no se conoce, aunque se ha investigado con mucha atención. En general, se puede resumir lo que sabemos diciendo que, si por su contenido, que parece reflejar una situación ya alejada de la era apostólica, se podría suponer que es del período que va del año 100 al 150, la ausencia de citas de los Evangelios sinópticos y otros argumentos hacen pensar que es muy anterior, quizá de los años
50 al 70; ahora se suele opinar que podría muy bien pertenecer ya al siglo i, al menos en algunas de sus partes.
A lo largo de sus 16 capítulos, en general muy breves, se encuentra una profusión de consejos morales, presentados bajo el esquema del camino de la vida y el de la muerte, así como instrucciones litúrgicas y normas disciplinares.
Respecto a la liturgia, son interesantes las normas que se dan para la administración del bautismo, que al parecer se solía hacer por inmersión en los ríos, aunque se admitía el bautismo por infusión, derramando agua sobre la cabeza; la prescripción del ayuno antes del bautismo, y de los ayunos en los días señalados, que son los miércoles y los viernes, distintos a los de los judíos; los ejemplos que se dan de plegarias eucarísticas; y la insistencia en la necesidad de purificación, tanto para la Comunión como para la oración en general; también se alude a la Eucaristía como sacrificio.
Respecto a la jerarquía, no se describe con detalle su organización; se habla de obispos y diáconos, pero no de presbíteros; el papel que dentro de la jerarquía tienen los profetas itinerantes es aún considerable.
Se regula la asistencia a los peregrinos, recordando la necesidad de trabajar para no ser gravosos a los hermanos.
La palabra «iglesia» se utiliza con el sentido de asamblea, de reunión de los fieles para la oración; pero también con el otro sentido de Iglesia universal, el pueblo nuevo de los cristianos, subrayando especialmente que esta Iglesia es una y santa. Es de la Didajé de donde arranca la comparación de la unidad de la Iglesia con la del pan hecho de muchos granos de trigo que se hallaban antes dispersos por los montes.
MOLINÉ
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TEXTOS
1. Instrucción moral.
Hay dos caminos, el de la vida y el de la muerte, y grande es la diferencia que hay entre estos dos caminos. El camino de la vida es éste: «Amarás en primer lugar a Dios que te ha creado, y en segundo lugar a tu prójimo como a ti mismo. Todo lo que no quieres que se haga contigo, no lo hagas tú a otro.» Tal es la enseñanza de este discurso: «Bendecid a los que os maldicen y rogad por vuestros enemigos, y ayunad por los que os persiguen. Porque ¿qué gracia hay en que améis a los que os aman? ¿No hacen esto también los gentiles? Vosotros amad a los que os odian, y no tengáis enemigo.» Apártate de los deseos carnales. Si alguno te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele la izquierda, y serás perfecto. Si alguien te fuerza a ir con él durante una milla, acompáñale dos. Si alguien te quita el manto, dale también la túnica. Si alguien te quita lo tuyo, no se lo reclames, pues tampoco puedes. A todo el que te pida, dale y no le reclames nada, pues el Padre quiere que se dé a todos de sus propios dones. Bienaventurado el que da conforme a este mandamiento, pues éste es inocente. ¡Ay del que recibe! Si recibe porque tiene necesidad, será inocente; pero si recibe sin tener necesidad, tendrá que dar cuenta de por qué recibió y para qué: puesto en prisión, se le examinará sobre lo que hizo, y no saldrá hasta que no devuelva el último cuadrante. LIMOSNA/DISCERNIR: También está dicho acerca de esto: que tu limosna sude en tus manos hasta que sepas a quién das. Segundo mandamiento de la doctrina: No matarás, no adulterarás, no corromperás a los menores, no fornicarás, no robarás, no practicarás la magia o la hechicería, no matarás el hijo en el seno materno, ni quitarás la vida al recién nacido. No codiciarás los bienes del prójimo, no perjurarás, no darás falso testimonio. No calumniarás ni guardarás rencor. No serás doble de mente o de lengua, pues la doblez es lazo de muerte. Tu palabra no será mentirosa ni vana, sino que la cumplirás por la obra. No serás avaro, ni rapaz, ni hipócrita, ni malvado, ni soberbio. No tramarás planes malvados contra tu prójimo. No odiarás a hombre alguno, sino que a unos los convencerás, por otros rogarás, a
otros los amarás más que a tu propia alma... Sé manso, pues los mansos heredarán la tierra. Sé paciente, compasivo, sin malicia, tranquilo y bueno, temeroso en todo momento de las palabras que has oído. No te exaltarás, ni entregarás tu alma a la temeridad. No se junte tu alma con los soberbios, sino que andarás con los justos y humildes. Los sucesos que te sobrevengan los aceptarás como bienes, sabiendo que no sucede nada sino por disposición de Dios. Hijo mío, te acordarás de día y de noche del que te habla la palabra de Dios, y le honrarás como al Señor. Porque donde se anuncia la majestad del Señor, allí está el Señor. Buscarás cada día los rostros de los santos, para hallar descanso en sus palabras. No harás cisma, sino que pondrás paz entre los que pelean. Juzgarás rectamente, y no harás distinción de personas para reprender las faltas. No andarás con alma dudosa de si sucederá o no sucederá: No seas de los que extienden la mano para recibir, pero la retiran para dar. Si adquieres algo por el trabajo de tus manos, da de ello como rescate de tus pecados. No vaciles en dar, ni murmurarás mientras das, pues has de saber quién es el buen recompensador de tu limosna. No rechazarás al necesitado, sino que tendrás todas las cosas en común con tu hermano, sin decir que nada es tuyo propio; pues si os son comunes los bienes inmortales, cuánto más los mortales. Tu mano no se levantará de tu hijo o de tu hija, sino que les enseñarás desde su juventud el temor de Dios. No mandarás con aspereza a tu esclavo o a tu esclava que esperan en el mismo Dios que tú, no sea que dejen de temer a Dios que está sobre unos y otros... Vosotros, los esclavos, someteos a vuestros señores como a imagen de Dios con reverencia y temor...
En la asamblea confesarás tus pecados, y no te acercarás a la oración con mala conciencia. Este es el camino de la vida (cap. 1-5).
2. El bautismo.
En lo que se refiere al bautismo, tenéis que bautizar así: Habiendo dicho todas estas cosas, bautizad en el nombre
del Padre y del Hijo y el Espíritu Santo, en agua viva. Si no tienes agua viva, bautiza con otra agua. Si no puedes con agua fría, hazlo con caliente. Si no tienes ni una ni otra, derrama agua sobre la cabeza tres veces, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Antes del Bautismo, ayunen el bautizante y el bautizando y algunos otros que puedan. Pero al bautizando le ordenarás que ayune uno o dos lías antes (cap. 7).
3. Ayuno y oración.
No ayunaréis juntamente con los hipócritas (es decir, los judíos), que ayunan el segundo y el quinto día de la semana. Vosotros ayunaréis el día cuarto y el de la preparación. Tampoco hagáis vuestra oración como los hipócritas, sino, como lo mandó el Señor en el Evangelio, así oraréis: Padre nuestro... Oraréis así tres veces al día (cap. 8).
4. Fórmulas para la cena eucarística.
En lo que toca a la acción de gracias, la haréis de esta manera: Primero sobre el cáliz: Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa viña de David tu siervo, la que nos diste a conocer a nosotros por medio de Jesús, tu siervo. A ti la gloria por los siglos.
Luego sobre el trozo (de pan): Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento, que nos diste a conocer por medio de Jesús tu siervo. A ti la gloria por los siglos. Como este fragmento estaba disperso sobre los montes, y reunido se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino. Porque tuya es la gloria y el poder, por Jesucristo, por los siglos.
Que nadie coma ni beba de vuestra comida de acción de gracias, sino los bautizados en el nombre del Señor, pues sobre esto dijo el Señor: No deis lo santo a los perros. Después de saciaros, daréis gracias así: Te damos gracias, Padre santo, por tu santo nombre que hiciste morar en nuestros corazones, y por el conocimiento, la fe
y la inmortalidad que nos has dado a conocer por medio de Jesús, tu siervo. A ti la gloria por los siglos.
Tú, Señor omnipotente, creaste todas las cosas por causa de tu nombre, y diste a los hombres alimento y bebida para su disfrute, para que te dieran gracias. Mas a nosotros nos hiciste el don de un alimento y una bebida espiritual y de la vida eterna por medio de tu siervo. Ante todo te damos gracias porque eres poderoso. A ti la gloria por los siglos.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para librarla de todo mal y hacerla perfecta en tu caridad, y congrégala desde los cuatro vientos, santificada, en tu reino que le has preparado. Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos.
Venga la gracia y pase este mundo. Hosanna al Dios de David. El que sea santo, que se acerque. El que no lo es, que se arrepienta. «Maran Atha» Amén.
A los profetas, dejadles dar gracias cuanto quieran (cap. 9 y 10).
5. Instrucción sobre los apóstoles y profetas.
Al que viniendo a vosotros os enseñare todo lo dicho, aceptadle. Pero si el mismo maestro, extraviado, os enseña otra doctrina para vuestra disgregación, no le prestéis oído; si, en cambio, os enseña para aumentar vuestra justicia y conocimiento del Señor, recibidle como al mismo Señor.
Con los apóstoles y profetas, obrad de la siguiente manera, de acuerdo con la enseñanza evangélica: todo apóstol que venga a vosotros, sea recibido como el Señor. No se detendrá sino un solo día, y, si fuere necesario, otro más. Si se queda tres días, es un falso profeta. Cuando el apóstol se vaya no tome nada consigo si no es pan hasta su nuevo alojamiento. Si pide dinero, es un falso profeta.
PROFETA-FALSO: No pongáis a prueba ni a examen ningún profeta que habla en espíritu. Porque todo pecado será perdonado, pero este pecado no será perdonado. Con todo, no todo el que habla en espíritu es profeta, sino el que tiene el modo de vida del Señor. En efecto, por el modo de vida se distinguirá el verdadero profeta del falso. Todo profeta que manda poner una mesa en espíritu, no come de ella: de lo contrario, es un falso profeta. Todo profeta que predica la verdad, si no cumple lo que enseña es un falso profeta. Todo profeta probado como verdadero, que trabaja en el misterio de la Iglesia en el mundo, si no enseña a hacer lo que él hace, no lo juzgaréis, pues su juicio está en Dios. Así lo hicieron también los antiguos profetas. Pero al que dice en espíritu: Dame dinero, o cualquier otra cosa, no le prestéis oído. En cambio si dice que se dé a otros necesitados, nadie lo juzgue.
A todo el que viniere en nombre del Señor, recibidle. Luego examinándole le conoceréis por su derecha y por su izquierda, pues tenéis discernimiento. Al que pasa de camino le ayudaréis en cuanto podáis: pero no se quedará con vosotros sino dos o tres días, si fuere necesario. Si quiere quedarse entre vosotros, teniendo un oficio, que trabaje para su sustento. Si no tiene oficio, proveed según prudencia, de modo que no viva entre vosotros cristiano alguno ocioso. Si no quiere aceptar esto, se trata de un traficante de Cristo: tened cuidado con tales gentes.
Todo auténtico profeta que quiera morar de asiento entre vosotros es digno de su sustento. Igualmente, todo auténtico maestro merece también, como el trabajador, su sustento. Por tanto, tomarás siempre las primicias de los frutos del lagar y de la era, de los bueyes y de las ovejas, y las darás como primicias a los profetas, pues ellos son vuestros sumos sacerdotes. Si no tenéis profeta, dadlo a los pobres. Si haces pan, toma las primicias y dalas conforme al mandato. Si abres una jarra de vino o de aceite, toma las primicias y dalas a los profetas. De tu dinero, de tu vestido y de todas tus posesiones, toma las
primicias, según te pareciere, y dalas conforme al mandato (cap. 11-13).
6. El día del Señor.
EU/RIÑAS: En el día del Señor reuníos y romped el pan y haced la eucaristía, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro. Todo el que tenga disensión con su compañero, no se junte con vosotros hasta que no se hayan reconciliado, para que no sea profanado vuestro sacrificio. Este es el sacrificio del que dijo el Señor: «En todo lugar y tiempo se me ofrece un sacrificio puro: porque yo soy el gran Rey, dice el Señor, y mi nombre es admirable entre las naciones» (Mal 1, 11) (cap. 14).
7. Obispos y diáconos.
Elegíos obispos y diáconos dignos del Señor. hombres mansos, no amantes del dinero, sinceros y probados; porque también ellos os sirven a vosotros en el ministerio de los profetas y maestros. No los despreciéis, ya que tienen entre vosotros el mismo honor que los profetas y maestros (cap. 15).
8. Escatología.
PARUSIA/SIGNOS: Vigilad sobre vuestra vida. No se apaguen vuestras linternas, y no dejen de estar ceñidos vuestros lomos, sino estad preparados, pues no sabéis la hora en que vendrá nuestro Señor. Reuníos con frecuencia, buscando lo que conviene a vuestras almas, pues de nada os servirá todo el tiempo en que habéis creído. si no consumáis vuestra perfección en el último momento. En los últimos días se multiplicarán los falsos profetas y los corruptores, y las ovejas se convertirán en lobos, y el amor se convertirá en odio. En efecto, al crecer la iniquidad, los hombres se odiarán entre si, y se perseguirán y se traicionarán: entonces aparecerá el extraviador del mundo, como hijo de Dios, y hará señales y prodigios, y la tierra será entregada en sus manos, y cometerá iniquidades como no se han cometido desde
siglos. Entonces la creación de los hombres entrará en la conflagración de la prueba, y muchos se escandalizarán y perecerán. Pero los que perseveren en su fe serán salvados por el mismo que había sido maldecido. Entonces aparecerán las señales auténticas: en primer lugar el signo de la abertura del cielo, luego el del sonido de trompeta, en tercer. lugar, la resurrección de los muertos, no de todos los hombres, sino, como está dicho: «Vendrá el Señor y todos los santos con él» (Zac 14, 5). Entonces el mundo verá al Señor viniendo sobre las nubes del cielo (cap.16).
* * * * *Un sacrificio puro
(Didaché o Enseñanza de los Doce Apóstoles, cap. IX y X)
En cuanto a la Eucaristía, dad gracias así. En primer lugar, sobre el cáliz: «Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa vid de David, tu siervo, que nos diste a conocer por Jesús, tu siervo. A Ti gloria por los siglos».
Luego, sobre el fragmento de pan: «Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo. A Ti la gloria por los siglos».
«Así como este trozo estaba disperso por los montes y reunido se ha hecho uno, así también reúne a tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino. Porque tuya es la gloria y el poder por los siglos por medio de Jesucristo».
Nadie coma ni beba de vuestra Eucaristía a no ser los bautizados en el nombre del Señor, pues acerca de esto también dijo el Señor: No deis lo santo a los perros.
Después de haberos saciado, dad gracias de esta manera:
«Te damos gracias, Padre Santo, por tu Nombre Santo que has hecho habitar en nuestros corazones, así como
por el conocimiento, la fe y la inmortalidad que nos has dado a conocer por Jesús tu siervo. A Ti la gloria por los siglos».
«Tú, Señor omnipotente, has creado el universo a causa de tu Nombre, has dado a los hombres alimento y bebida para su disfrute, a fin de que te den gracias y, además, a nosotros nos has concedido la gracia de un alimento y bebida espirituales y de vida eterna por medio de tu Siervo».
«Ante todo, te damos gracias porque eres poderoso. A Ti la gloria por los siglos».
«Acuérdate, Señor, de tu Iglesia para librarla de todo mal y perfeccionarla en tu amor y a Ella, santificada, reúnela de los cuatro vientos en el reino tuyo, que le has preparado. Porque Tuyo es el poder y la gloria por los siglos».
«¡Venga la gracia y pase este mundo! ¡Hosanna al Dios de David! ¡Si alguno es santo, venga!; ¡el que no lo sea, que se convierta! Maranatha. Amén».
* * * * *Algunos consejos morales:
Hijo mío, huye de todo mal y de cuanto se asemeje al mal.
No seas iracundo, porque la ira conduce al asesinato. Ni envidioso, ni disputador, ni acalorado, pues de todas estas cosas se engendran muertes.
Hijo mío, no seas codicioso, pues la codicia conduce a la fornicación. Ni deshonesto en tus palabras, ni altanero en tus ojos, pues de todas estas cosas se engendran adulterios.
Hijo mío, no seas adivino, pues la adivinación conduce a la idolatría. Ni encantador, ni astrólogo, ni purificador, ni quieras ver
ni oír esas cosas; pues de todas estas cosas se engendra idolatría.
Hijo mío, no seas mentiroso, pues la mentira conduce al robo. Ni avaro ni vanaglorioso, pues de todas estas cosas se engendran robos.
Hijo mío, no seas murmurador, pues la murmuración conduce a la blasfemia. Ni arrogante ni de mente perversa, pues de todas estas cosas se engendran blasfemias.
Sé, en cambio, manso, pues los mansos heredarán la tierra. Sé paciente y compasivo y sincero y tranquilo y bueno y temeroso en todo tiempo de las palabras que oíste.
No te exaltarás a ti mismo ni consentirás a tu alma temeridad. No se juntará tu alma con los altivos, sino que conversarás con los justos y los humildes.
Recibirás como bienes los acontecimientos que te sobrevengan, sabiendo que sin la disposición de Dios nada sucede.
(3; BAC 65, 80-81
Dos oraciones por la Iglesia, en la misa, antes y después de la comunión:
Como este fragmento estaba disperso sobre los montesy reunido se hizo uno,así sea reunida tu Iglesiade los confines de la tierra en tu reino.Porque tuya es la gloria y el poder por Jesucristo eternamente.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para librarla de todo mal y hacerla perfecta en tu amor, y reúnela de los cuatro vientos, santificada,en el reino tuyo, que has preparado.Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos.
(9, 4 y 10, 5; BAC 65, 86-87)
La celebración del domingo:
Reunidos cada día del Señor, romped el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro.
Todo aquel, empero, que tenga contienda con su compañero, no se junte con vosotros hasta tanto no se hayan reconciliado, a fin de que no se profane vuestro sacrificio.
Porque éste es el sacrificio del que dijo el Señor: En todo lugar y en todo tiempo se me ofrece un sacrificio puro, porque yo soy rey grande, dice el Señor, y mi Nombre es admirable entre las naciones.
(14; BAC 65, 91)
Didajé http://ec.aciprensa.com/wiki/Didaj%C3%A9#.UjICPtI98rI
(DOCTRINA DE LOS DOCE APOSTOLES)
Un tratado muy corto que algunos Padres consideraban como muy cercano a las Sagradas
Escrituras. Bryennio,metropolitano ortodoxo griego de Nicomedia, lo redescubrió en 1873 en el
mismo códice de donde, en 1865, él había copiado el texto completo de las Epístolas de San
Clemente. El título en el manuscrito es Didache kyriou dia ton dodeka apostolon ethesin, pero
antes de este título aparece el encabezamiento Didache ton dodeka apostolon. La vieja traducción
latina de los cc. I-V, encontrada por el Dr. J. Schlecht en 1900, tiene el título más largo, omite
“doce”, e incorpora larúbrica De doctrinâ Apostolorum. Por conveniencia el contenido puede ser
dividido en tres partes: la primera es los “Dos Caminos”, el Camino de la Vida y el Camino de la
Muerte; la segunda parte es un rituale que trata sobre el bautismo, elayuno y la Sagrada
Comunión; la tercera habla del ministerio. La obra supone conocimientos doctrinales previos, y no
imparte ninguno nuevo.
Eusebio menciona el Didajé después de los libros de la Escritura (Hist. Ecl., III.25.4): “Que se
pongan entre los apócrifoslos escritos de los Hechos de Pablo, el llamado Pastor y el Apocalipsis
de Pedro, y junto a éstos la epístola conocida como de Epístola de Bernabé, y los que son
llamados Enseñanza de los Apóstoles, y también….el Apocalipsis de Juan, si se considera
conveniente…” San Atanasio y Rufino añaden la “Enseñanza” a los sapienciales y otros libros
deuterocanónicos. (Rufino le da el curioso título alternativo de "Judicium Petri".) Tiene un lugar
semejante en las listas deSan Nicéforo, el Pseudo-Anastasio y el Pseudo-Atanasio (Sumario). El
Pseudo-Cipriano "Adversus Aleatores" lo cita por su nombre. Las citaciones no reconocidas son
muy comunes, aunque de menor certeza. Los “Dos Caminos” aparece en Bernabé, cc. XVIII-XX,
algunas veces palabra por palabra, otras veces con añadidos, desarticulado, o resumido y
Bernabé, IV,9 es copia de la Didajé, XVI,2-3, o inversamente. Hermas, San Ireneo, Clemente de
Alejandría y Orígenes parecen haber usado la obra, también fue usada en Occidente por San
Optato y en el "Gesta apud Zenophilum". La “Didascalia Apostolorum” se basa en la Didajé. Las
ordenanzas de la Iglesia Apostólica han usado una parte y las Constituciones Apostólicas han
incorporado la Didascalia. Hay ecos en San Justino, Taciano, Teófilo, Cipriano y Lactancio.
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1 Contenido
o 1.1 Primera Parte
o 1.2 Segunda Parte
o 1.3 Tercera Parte
2 Fuentes
3 Fecha
Contenido
Primera Parte
El Camino de la Vida es el amor de Dios y de nuestro prójimo, de éste último sólo se habla por
extenso. Primero encontramos la Regla de Oro en la forma negativa. (cf. El texto “Occidental”
de Hechos 15,19.29). Luego encontramos extractos cortos del Sermón de la Montaña, junto con un
pasaje curioso sobre dar y recibir, que es citado con variaciones por Hermas (Mand., II, 4-6). El
texto latino omite c. I, 3-6 y c. II, 1, y estas secciones no tienen paralelo en Bernabé; por lo que se
consideran añadidas posteriormente y Hermas y el presente texto de la Didajé podrían haber
usado una fuente común, o bien Hermas podría ser el original. El segundo capítulo contiene los
Mandamientos contra el asesinato, eladulterio, el robo, la codicia y el falso testimonio---en este
orden---y recomendaciones adicionales que dependen de éstos. En el c. III se nos dice como un
vicio lleva a otro: la ira al asesinato, la concupiscencia al adulterio, etc. Esta sección tiene cierta
similitud con el Talmud Babilónico. El capítulo entero es ignorado en Bernabé. En el capítulo IV se
agrega un cierto número de preceptos, y termina así: “Este es el Camino de la Vida.” El Camino de
la Muerte es sólo una lista de vicios a evitarse (V). El capítulo VI exhorta a mantenernos en el
camino de esta Enseñanza: “Si tú eres capaz de soportar el yugo completo del Señor, serás
perfecto; pero si no eres capaz, haz lo que seas capaz. Referente a la comida, soporta lo que seas
capaz, pero evita rigurosamente las cosas ofrecidas a los ídolos, porque es el servicio de dioses
muertos.” Muchos toman esta frase como una recomendación de abstenerse de comer carne, tal
como algunos interpretan Rom. 14,2. Pero el “déjelo comer verduras” de San Pablo es una
expresión hiperbólica como 1 Cor. 8,13: “Por tanto, si un alimento causa escándalo a mi hermano,
nunca comeré carne para no dar escándalo a mi hermano”, y no apoya la noción de
vegetarianismo en la Iglesia primitiva. La Didajé se está refiriendo a las carnes judías. La versión
latina sustituye el capítulo VI con un cierre similar, omitiendo toda referencia a carnes y a
“idolothyta”, y concluye con per d. n. j. C... in sæcula sæculorum, Amén. Este es el fin de la
traducción. Vemos que el traductor vivió en una época en la que la idolatría ya había desaparecido,
y en la que el resto de la Didajé estaba obsoleta. El no tenía ninguna razón para omitir el cap. I, 3-
6, sino porque probablemente ya no estaba en su copia.
Segunda Parte
Los capítulos VII-X, comienza con una enseñanza sobre el bautismo, que debe ser conferido “en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, en agua viva, si se puede; si no, en agua fría o
incluso caliente. El bautizado y, si posible, el que bautiza y otras personas deben ayunar
previamente por uno o dos días. Si el agua es insuficiente para la inmersión, se debe echar agua
tres veces sobre la cabeza. Bigg dijo que esto demostraba una fecha tardía; sin embargo, parece
una concesión natural para países calientes y áridos, cuando el bautismo no se celebraba todavía
exclusivamente en Pascuay Pentecostés y en iglesias, donde no faltarían una “columbethra]] y una
fuente de agua. Los ayunos no deberían ser en lunes y en jueves “como el de los hipócritas” (es
decir, los judíos), sino los miércoles y viernes (VIII). Tampoco deben loscristianos orar con
los hipócritas, sino que deberán decir el Padre Nuestro tres veces al día. El texto de la oración no
es exactamente el de San Mateo, y se da con la doxología “porque tuyo es el poder y la gloria por
siempre.”, mientras que todos los manuscritos de San Mateo, con pocas excepciones, tienen esta
interpolación con “el reino y el poder” etc.
El capítulo IX dice así: “Referente a la Eucaristía, da gracias de esta manera: ‘Te damos gracias,
Padre nuestro, por la santa viña de David tu siervo, la que nos diste a conocer por medio de Jesús,
tu siervo; a Ti la gloria por los siglos’. Luego sobre el trozo de pan: Te damos gracias, Padre
nuestro, por la vida y el conocimiento, que nos diste a conocer por medio de Jesús Tu Hijo. A Ti la
gloria por los siglos. Como este fragmento estaba disperso sobre los montes, y reunido se hizo
uno, así sea reunida Tu Iglesia de los confines de la tierra en Tu reino, porque tuya es la gloria y el
poder, por Jesucristo, por siempre. Que nadie coma ni beba de vuestra comida de acción de
gracias, sino los bautizados en el nombre del Señor, pues sobre esto dijo el Señor: No deis lo que
es santo a los perros.” Estas son claramente las oraciones después de la Consagración y antes de
la Comunión.
El c. X da una fórmula, un poco más larga, de acción de gracias después de la Comunión en la que
se hace mención del “alimento y bebida espiritual y de la vida eterna por medio de tu Hijo.”
Después de una doxología, como anteriormente, viene la extraordinaria exclamación: “Has que
venga la gracia, y deja que pase este mundo. Hosanna al Hijo de David. Si alguien es santo déjalo
venir; si no lo es, déjalo que se arrepienta. Maranatha. Amén.” Nos sólo se nos recuerda el
Hosanna y Sancta sanctis de las liturgias, sino también de Apoc. 22,17-20, y 1 Cor. 16,22. En estas
oraciones encontramos una profunda reverencia, y el efecto de la Eucaristía para la vida eterna, a
pesar de que no se menciona en particular la Presencia Real. Clemente de Alejandría hace eco de
las palabras de acción de gracias para el cáliz: “Quis div”, 29: “Es Él [Cristo] Quien ha vertido el
vino, la sangre de la viña de David, sobre nuestras almas heridas”; y por Orígenes, “En I Judic”,
Hom. VI: “Antes de que estemos embriagados con la sangre de la verdadera viña, la cual asciende
de la raíz de David.” La mención del cáliz antes que el pan está de acuerdo con San Lucas 22,17-
19, en el texto “Occidental” (que omite el versículo 20), y que es aparentemente parte de una
bendición judía del vino y del pan, rito con el cual las oraciones en el cap. IX tienen mucha afinidad.
Tercera Parte
La tercera parte habla primeramente de maestros o doctores (didaskaloi) en general. Estos deben
ser recibidos si enseñan la antedicha doctrina; y si añaden la justicia y el conocimiento del Señor,
deben ser recibidos de la misma manera que al Señor. Todo apóstol debe de ser recibido como se
recibe al Señor, y él puede quedarse un día o dos, pero si se queda tres, es un falso profeta.
Cuando se vaya, no debe llevar nada consigo excepto pan. Si pide dinero, es un falso profeta. De
la misma manera con el orden de profetas: juzgarlos cuando ellos hablan en el espíritu es un
pecado imperdonable; pero deben de ser conocidos por su moralidad. Si buscan ganancia, deben
ser rechazados. Deben ser recibidos todos los viajeros que vengan en el nombre del Señor, pero
solamente por dos o tres días; y ellos deben de ejercer su oficio, si tienen uno, o por lo menos no
deben estar ociosos. Cualquiera que no trabaje es un “Christemporos”----alguien que realiza una
ganancia utilizando el nombre de Cristo. “Los maestros y los profetas se merecen su sustento. Se
le darán las primicias a los profetas, “pues ellos son vuestros sumos sacerdotes; pero si no hay
profetas, dad las primicias a los pobres.” El partir del Pan y la Acción de Gracias (Eucaristía) es
el domingo, “después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea
puro, y aquellos que estén en desacuerdo deben de asentir, porque esta es la oblación limpia
profetizada por Malaquías, 1, 11.14. “Elegíos obispos y diáconos dignos del Señor… porque
también ellos os sirven a vosotros en el ministerio de los profetas y maestros.” Nótese que es para
el sacrificio que seordenarán obispos y diáconos. El último capitulo (XVI) exhorta a vigilar y narra
los signos del fin del mundo.
Fuentes
Muchos críticos sostienen que los “Dos Caminos” es más antigua que el resto de la Didajé, y que
es originalmente una obra judía, destinada a la instrucción de los prosélitos. Es probable el uso de
los Oráculos Sibilinos y otras fuentes griegas, y la concordancia del cap. II con el Talmud puede ser
cierta; pero por otra lado Funk ha demostrado que (aparte del admitidamente cristiano cap. I, 3-6, y
de citas ocasionales del Nuevo Testamento) el Antiguo Testamento no se cita directamente con
mucha frecuencia, sino de los Evangelios. Bartlet sugiere que la fuente es una catequesis oral
judía. Sin embargo, nos sorprende el uso de tal material en alguien que llama a los judíos “los
hipócritas”, y en el vehementemente anti-judío Bernabé todavía más. Toda la base de esta teoría
se destruye por el hecho de que el resto de la obra, caps. VII-XVI, a pesar de tener un tema
totalmente cristiano, tienen una igualmente sorprendente semejanza con el Talmud en los caps. IX
y X. Sin duda debemos considerar que el autor vivió en la época del cristianismo primitivo cuando
la influencia deljudaísmo era todavía importante en la Iglesia. Él advierte a los cristianos de no
ayunar con los judíos o rezar con ellos; a pesar de que, los dos ayunos y los tres períodos de
oración están modelados en la costumbre judía; asimismo, los profetas sustituyen al sumo
sacerdote.
Fecha
Existen otros signos de una fecha temprana: la sencillez del rito bautismal, que aparentemente no
está precedido ni por exorcismos ni por la admisión formal al catecumenado; la sencillez de la
Eucaristía, comparada con la elaborada oración cuasi-Eucarística en Clemente, 1 Cor. 59-61; el
permiso a los profetas de improvisar sus acciones de gracia eucarísticas; la inmediata expectativa
de la segunda venida. Dado que ya encontramos que el domingo cristiano ha substituido al sábado
judío como el día de asamblea en Hch. 20,7 y 1 Cor. 16,2, y llamado el día del Señor (Ap. 1,10), no
hay dificultad en suponer que el cambio paralelo y consecuente de los ayunos de los miércoles y
los viernes debe de haber ocurrido en una época igualmente temprana, por lo menos en ciertos
lugares. Pero el punto central es el ministerio, de una naturaleza doble: (1) local e (2) itinerante.
1. Los ministros locales son los obispos y los diáconos, como en San Pablo (Fil. 1,1 y San
Clemente. No se menciona a los presbíteros y los obispos son claramente presbíteros-obispos,
como en Hechos 20 y en las epístolas pastorales de San Pablo. Pero cuando San Ignacio escribió
en el año 107, o lo más tarde en el 117, los tres órdenes de obispos, presbíteros y diáconos ya
eran considerados necesarios para la Iglesia en Siria, Asia Menor y Roma. Si bien es probable que
en tiempos de San Clemente no hubiera todavía un obispo jerárquico de Corinto, este estado de
cosas no podía durar mucho tiempo en una Iglesia importante. Sobre esta base, por consiguiente,
la Didajé debe situarse en el siglo I u otro en algún atraso de la vida de la Iglesia. El ministerio
itinerante es todavía más arcaico. En el siglo II la profecía era sólo un carisma y no un ministerio,
excepto entre los Montanistas. 2. Ni Clemente ni Ignacio mencionan en sus escritos a los ministros
itinerantes. Los tres órdenes son apóstoles, profetas y maestros, como en 1 Cor. 12,28 ss.: “Y así
los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en
tercer lugar como doctores (maestros); luego, los milagros; luego, el don de curaciones, de ayudas,
de gobierno, diversidad de lenguas, interpretación de lengus. ¿Acaso son todos apóstoles? O
¿todos profetas? ¿Todos maestros?” La Didajé coloca a los maestros debajo de los apóstoles y
profetas, las dos órdenes que San Pablo considera como los cimientos de la Iglesia (Ef. 2:20). San
Pablo aplica el vocablo apóstol no solamente a los Doce, sino también a sí mismo, a Bernabé y a
sus parientes, Andrónico y Junía, quienes se habían convertido antes que él, y a una clase de
predicadores de primera categoría. Pero los apóstoles debían “haber visto al Señor” y recibido un
don especial. No hay ningún caso en las Sagradas Escrituras o en la literatura antigua de la
existencia de un orden llamado apóstoles después de la Era Apostólica. No tenemos derechoa
asumir la existencia de un orden de apóstoles en el siglo II, que no vieron a Cristo en persona, por
el mero hecho de reforzar una fecha de origen preconcebida de la Didajé. Puesto que en esta obra
la visita de un apóstol o de un pretendido apóstol se considera como un evento probable, nosotros
no podemos fijar la fecha de escritura del libro más tarde que alrededor del año 80. El lapso de
tiempo sería entre el año 65 y el 80. Harnack lo sitúa entre los años 131 y 160, afirmando que
Bernabé y la Didajé, independientemente, emplean una forma cristianizada de los “Dos Caminos”
judío, mientras que Did. XVI, cita a Bernabé---una hipótesis algo indirecta. El sitúa a Bernabé en el
131 y a la Didajé más tarde. Aquellos que fijan la fecha de Bernabé en el reinado
de Vespasiano (69-79) hacen que la Didajé sea la que toma prestado en los caps. I-V y XVI.
Algunos, siguiendo a Funk, sitúan a Bernabé en el reinado de Nerva (96-98). La opinión más
común es la que sitúa la Didajé antes del año 100. Bartlet concuerda con Ehrhard en que los años
80-90 es la década más probable. Sabatier, Minasi, Jacquier y otros prefieren una fecha aún antes
del 70. En cuanto al lugar de composición, algunos sugieren a Egipto, ya que piensan que la
“Epístola de Bernabé” fue escrita allí. Sin embargo, el maíz sobre las montañas no parea con
Egipto, aunque podría ser una oración traída de Palestina. No existe ningún material para ni
siquiera hacer una conjetura al respecto.
que pudo ser compuesta en la segunda mitad del siglo I, acaso antes de la destrucción del templo
(70 d.C.),7 por uno o varios autores, los «didaquistas»8 9a partir de materiales literarios judíos y
cristianos preexistentes.10
Desde que fuera encontrada en 1873 y publicada en 1883, la Didaché ha sido una fuente
inagotable de estudios y, asimismo, objeto de numerosas controversias.11 La principal de ellas
atañe al tiempo de su composición. De ser cierta la datación más temprana que se ha propuesto, la
Didaché podría ser la regla u ordenanza religiosa utilizada por algunas comunidades cristianas,
más bien judeocristianas,12 unas pocas décadas después de la muerte de Jesús de Nazaret. Según
esta interpretación, la Didaché proveería13 el retrato de unos cristianos primitivos, arcaicos en
su liturgia y sueclesiología, que vivieron un tiempo de transición donde la forma
de judeocristianismo que ellos profesaban fue desplazada por el cristianismo gentil
o paganocristianismo iniciado en Antioquía. Si, por el contrario, esa datación se retrasase uno o
dos siglos, como también se ha propuesto, la Didaché no sería más que un fraude tardío, urdido
con fines particularistas14 para dar una imagen tendenciosa15 de la Iglesia primitiva. De cualquier
modo, la posibilidad de que sea más antigua16 que algunos libros del Nuevo Testamento ha hecho
de ella una piedra miliar para comprender la evolución literaria y teológica del cristianismo de la
primera centuria.
Las cuestiones que suscita la Didaché son variadas. Además de su datación, se ha estudiado su
relación con otros escritos cristianos como el Evangelio de Mateo o la Epístola de Bernabé.
También con oraciones17 judías como el Kidush, la Amidá o el manual de disciplina de la
comunidad esenia de Qumrán. El interés que despierta no es sólo literario sino también litúrgico
pues la Didaché contiene las primeras instrucciones conocidas para la celebración del Bautismo y
la Eucaristía cristianos, así como una de las tres redacciones originales que han pervivido de la
oración del Padre Nuestro.18 Si se consideran las diversas traducciones de la obra, la dispersión
geográfica de los fragmentos encontrados19 y la lista de obras posteriores que dependen de ella, la
Didaché debió ser muy conocida20 en los primeros siglos. Al igual que otras obras de la literatura
cristiana estuvo tiempo rondando21 el canon bíblico antes de ser finalmente descartada.
Actualmente se la incluye dentro del heterogéneo grupo de escritos de los llamados Padres
Apostólicos,22 de los cuales puede ser el escrito más antiguo23 y, sin lugar a dudas, el más
importante.
Índice
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1 Historia de un descubrimiento
2 Contexto de la obra
3 Los dos títulos
4 La sección moral
5 La sección litúrgica
o 5.1 El bautismo
o 5.2 Oración y ayuno
o 5.3 Eucaristía
6 Sección disciplinar
7 El epílogo esjatológico
8 La Didaché en los Padres de la Iglesia
o 8.1 La Epístola de Bernabé
o 8.2 Hermas
o 8.3 Didascalia y Constituciones
o 8.4 Los alejandrinos
9 La Didaché en la Patrología
o 9.1 1884 Adolf von Harnack y las primeras investigaciones
o 9.2 1912 Joseph Armitage Robinson y las primeras dudas
o 9.3 1948 Los rollos de Qumrán. Nueva luz
10 Notas
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
Historia de un descubrimiento[editar · editar código]
Filoteos Bryennios, retrato de 1885.
Dibujo del edificio de la biblioteca frente al río. Al fondo, la silueta del Castillo rojo.
Última página de la obra, con la noticia de su composición.
El Fanar, vista desde el Cuerno de Oro, con el Colegio ortodoxo al fondo.
Águila bizantina, sita en la entrada delPatriarcado ortodoxo griego de Constantinopla.
El Seminario Ortodoxo de la Isla de Chalce.
Corría a la sazón el año 187524 cuando se tuvo noticia en Occidente de un hallazgo fortuito. Dos
años antes, en 1873, había sido encontrado25 un códice griego muy antiguo con obras del
cristianismo primitivo. Llegaba la novedad con dos años de retraso, pero acompañada por la
publicación de dos epístolas muy especiales incluidas en el códice. La primicia, editada
enConstantinopla, decía:
Las dos epístolas de nuestro Santo Padre Clemente, obispo de Roma, a los corintios, extraídas de un
manuscrito de la biblioteca del monasterio fanariota del Santísimo Sepulcro de Constantinopla y publicadas
por primera vez de forma completa. Prolegómeno y notas por Filoteos Bryennios, metropolitano de Serres
(Macedonia).26
Los investigadores de Occidente recibieron la noticia con sorpresa y satisfacción.27 Hasta ese
momento, las epístolas de Clemente de Roma se conocían únicamente a través del texto
proporcionado por el Codex Alexandrinus al que, desgraciadamente, le faltaban28 unas hojas. El
texto publicado por Bryennios completaba29 ambos escritos. Era la segunda vez en pocos años que
los cimientos de la moderna erudición cristiana se veían sacudidos30 por un gran descubrimiento.
En la década anterior, Konstantin von Tischendorf había encontrado en elMonasterio de Santa
Catalina el Codex Sinaiticus, gracias al cual se había recuperado una versión griega de la Biblia y
la Epístola de Bernabé. El descubrimiento de Tischendorf, que incluyó un viaje agotador de tres
días31 por el desierto, todavía estaba presente en la memoria de los eruditos. Tanto es así que, en
algún momento, Filoteos Bryennios fue llamado,32 por la relevancia de su hallazgo, «el Tischendorf
de la Iglesia Griega».
Filoteos Bryennios había nacido en Constantinopla en 183333 en el seno de una humilde familia.
Apoyado por el metropolitano de Cízico34 ingresó en el seminario patriarcal de la Isla de Chalce. Al
terminar su formación, fue ordenado diácono y se trasladó a Alemania (1856) donde asistió a
clases de teología y filosofía en las universidades de Leipzig, Berlín y Múnich. Allí entró en contacto
con la moderna investigación occidental. En 1861 regresó a Constantinopla como profesor de
historia eclesiástica y exégesis en la misma escuela donde había estudiado. Dos años después,
fue ordenado presbítero y honrado con el título de «Archimandrita del trono ecuménico de
Constantinopla». En 1867, se hizo cargo de la dirección del prestigioso Colegio ortodoxo griego.
Desde 1883, se alzaba en la margen derecha del estuario la emblemática figura del edificio del
colegio, conocido como el «Castillo rojo» a causa de su color y su perfil almenado. El edificio había
sido promovido por griegos ricos y patriotas.35 El colegio, sin embargo, era una institución varias
veces centenaria donde estudiaban tradicionalmente los hijos de las familias ortodoxas griegas.
Dicho colegio, también llamado «Gran Escuela de la Nación», estaba situado en el Fanar, el sector
griego deEstambul, junto al Cuerno de Oro que divide la ciudad. Tras la Caída de
Constantinopla en el año 1456, el Fanar había quedado bajo el control de las ricas familias griegas
y allí estaba ubicada la sede del Patriarcado ortodoxo griego de Constantinopla.
Próximo al Colegio, y en descenso hacia el río, se encontraba el Monasterio del Santo Sepulcro,
llamado también Monasterio de Jerusalén por depender36 de dicho Patriarcado. El monasterio, de
carácter oriental37 era en ese momento un agregado de edificios cuya biblioteca estaba exenta38 del
conjunto en un pequeño edificio de piedra,39 que exhibía pinturas religiosas en la entrada y un
interior tranquilo y luminoso. La biblioteca había sido examinada décadas antes por varios expertos
que buscaron allí manuscritos antiguos.40 En 1873, Bryennios se interesó41 por un manuscrito de la
biblioteca. Se trataba de un volumen en pequeño octavo (6x8 pulgadas), encuadernado en piel
negra, con 120 hojas de pergamino bien conservado, escritas a doble cara con letra pequeña y
clara procedente de una misma mano. La última hoja exhibía una breve noticia42 sobre su
composición.
Acabado en el mes de junio, el día 11, día tercero (martes), en el año 6564, por la mano de León, copista y
pecador.
El calendario ortodoxo de Constantinopla fechaba el nacimiento de Cristo en el año 5508 de la
creación del mundo, así que el año 6564 de dicho calendario correspondía al 1056 d.C. del
calendario juliano.43 Se trataba, por tanto, de un manuscrito medieval. Los monjes del monasterio
no supieron44 informarle sobre él y el catálogo de la biblioteca decía únicamente que el volumen
contenía45 una sinopsis bíblica de escaso valor, atribuida a Juan Crisóstomo. Sin embargo, al abrir
el códice, Bryennios encontró completas las dos epístolas de Clemente de Roma y, gracias a su
extensa formación patrística, pudo darse cuenta cabal de la importancia del hallazgo. En concreto,
el códice encontrado contenía las siguientes obras:
La Sinopsis veteri et novi testamentari, mencionada en el catálogo. Obra anónima del siglo IV
atribuida46 a Juan Crisóstomo. La recensión contenida en el códice aparecía truncada47en
el Libro de Malaquías omitiendo, por tanto, el Nuevo Testamento (fol. 1-32).
La Epístola de Bernabé. Obra pseudoepigráfica atribuida sin que se sepa la razón aBernabé el
Apóstol. Era conocida en parte por el texto del Codex Vaticanus 48 y por una versión latina,
también truncada.49 Desde 1862 estaba disponible la versión griega completa del Codex
Sinaiticus, encontrada por Konstantin von Tischendorf en el Monasterio de Santa Catalina.
Bryennios utilizó el texto de su manuscrito para cotejarlo con la edición que, en 1877,
preparaba Adolf Hilgenfeld en Jena (fol. 33-51).
La Primera epístola de Clemente. Extensa carta redactada por Clemente de Roma en torno al
año 96 d.C.50 con motivo de una disputa surgida en la comunidad cristiana de Corinto. En
tiempos fue una obra muy apreciada.51 Actualmente, la relevancia de su autor ha hecho que se
la incluya en el grupo de los Padres apostólicos. Hasta la publicación de Bryennios era
conocida por la versión del Codex Alexandrinus donde faltaba el texto de los capítulos52 los
cuales fueron publicados por primera vez en ese año.(fol. 51-70).
La Segunda epístola de Clemente. Obra anónima de mediados del siglo II, considerada hoy
como la primera homilía cristiana. La tradición atribuyó esta obra a Clemente de Roma, hecho
que fue cuestionado abiertamente por Eusebio de Cesarea en el siglo IV y que, en la
actualidad, es negado unánimemente. Es cierto sin embargo que las epístolas de Clemente
aparecen juntas y seguidas en los dos únicos manuscritos transmisores, lo que apunta a la
existencia de alguna relación entre ellas. Esta epístola también estaba truncada en los
capítulos finales y, como la anterior, quedó completa con la publicación de Bryennios (fol. 70-
76).
La Enseñanza de los doce apóstoles (fol. 76-80).
La recensión larga de las cartas de Ignacio de Antioquía, conteniendo53 la versión interpolada
de sus siete cartas auténticas más las cartas espurias y la carta, también espuria, de María de
Cassobolos a Ignacio (fol. 81-120). Esta nueva versión de las cartas de Ignacio no añadía gran
cosa a las precedentes excepto facilitar nuevas lecturas a la edición de los Padres Apostólicos
que estaba preparando54 F. X. Funk.
La importancia de la publicación de las epístolas clementinas hizo que nadie reparase en esos
momentos en la obra que ocupaba los folios 76-80 del códice. La Enseñanza de los doce
apóstoles, que más tarde sería conocida como la Didaché, pasó completamente desapercibida. Ni
siquiera el propio Bryennios pareció darle importancia.55 Unos años después, el primer editor
americano56 de la Didaché escribía: Ahora nos resulta extraño que el anuncio de aquel documento
atrajese entonces tan escasa atención.57 En 1878, acabada la guerra entre rusos y
turcos,58 Bryennios examinó el códice con más detenimiento59 y se dio cuenta de que
aquellaEnseñanza de los doce apóstoles que, de forma tan precaria,60 había sido presentada en
1875, era en realidad la única copia existente de una obra antiquísima, perdida hacía siglos y
conocida tan sólo por algunas breves noticias conservadas en las obras de los Padres de la
Iglesia.61 Bryennios reanudó de inmediato su labor crítica, que culminó cinco años más tarde. En
1883, sorprendió62 a los investigadores con un nuevo anuncio:
La enseñanza de los doce apóstoles. Publicada por primera vez a partir del manuscrito de Jerusalén.
Prolegómeno y notas por Filoteos Bryennios, metropolitano de Nicomedia. Constantinopla, 1883.
Philip Schaff (1885:9)
Esta vez el anuncio encontró la acogida que merecía. Desde hacía meses, investigadores de la
talla63 de Adolf von Harnack disponían de una copia del escrito64 sobre la que estaban trabajando.
La primera noticia apareció en Europa el 25 de enero de 1884 en la Allgemeine Zeitung de Múnich.
Un mes después, el Durham University Journal hizo lo propio en Inglaterra.65 En 1885, Philip Schaff
presentaba así la obra:
La Didaché llena un vacío entre la era apostólica y la Iglesia de la segunda centuria, y arroja nueva luz sobre
cuestiones de doctrina, culto y disciplina. En esto reside su interés y su significado.
Philip Schaff (1885:v)
El propio Schaff comentó sobre Bryennios:
Es seguramente el prelado de la Iglesia ortodoxa con más preparación. Conoce bien la patrística,
especialmente la griega, aunque también la moderna literatura alemana. Cita con soltura los escritos de
Bingham, Schröckh, Neander, Gieseler, Hefele, von Drey Krabbe, Bunsen, Dressel, Schliemann, Bickell,
Tischendorf, Hilgenfeld, Lagarde, Ueltzen, Funk… Ha sido invitado cordialmente por los investigadores de
Occidente, tanto católicos como evangélicos, a disfrutar de un sitio de honor en la república de la erudición
cristiana. La universidad de Edimburgo le ha conferido el grado honorífico de Doctor de doctrina (Doctor of
Divinity)66
Más allá del interés puramente científico de los eruditos, la Didaché se convirtió en los Estados
Unidos en un fenómeno social.67 Si, enEuropa, la discusión se mantuvo dentro de los límites del
ámbito académico, en Estados Unidos, la forma práctica de entender la teología hizo que mucha
gente se interesase por la obra. Casi todas las denominaciones cristianas elaboraron su propia
traducción68 y la comentaron a su modo viendo en ella confirmaciones de su propio credo. La
Didaché rompía de manera inesperada el equilibrio teológico entre los grupos cristianos de
Occidente y daba nuevos argumentos a trinitarios, unitaristas, baptistas, episcopalianos, católicos
anglicanos, luteranos y católicos romanos para defender sus respectivas posturas. Mientras, en
Oriente, Bryennios fue apartado discretamente de Constantinopla, donde la sede del Patriarcado
había cambiado recientemente de manos.69 Poco después, en 1887, el manuscrito de
Constantinopla abandonó la luminosa estancia de piedra donde había permanecido ocho siglos y
fue trasladado aJerusalén, a la biblioteca de aquel Patriarcado. Allí fue inscrito en el registro de
entrada con la signatura: Kod. Patr. 5470 y, desde entonces, es conocido como Codex
Hierosolimitanus 54, Codex H54 o, sin más, manuscrito H. El mérito de haber preservado
completas tres obras de los Padres Apostólicos lo ha convertido en uno de los códices cristianos
más importantes.
Contexto de la obra[editar · editar código]
Vitral representando a los Reyes Magos, tradición que, junto con la estrella de Belén, sólo es recogida por el
evangelista Mateo.
La Didaché es una obra corta de apenas 552 vocablos griegos,71 ordenados en cien versos72 y
distribuidos en dieciséis capítulos.73 Se trata por su contenido de una regla u ordenanza
religiosa74 que, según se cree, regulaba la vida de una o varias comunidades cristianas primitivas,
estableciendo su ideario moral, sus ritos, su organización y su esperanza, entendida75 ésta en
sentido escatológico. Poco o nada76 se sabe de las comunidades donde estuvo vigente la Didaché.
La falta de evidencias internas en el documento, tales como menciones de lugares, nombres
propios o sucesos impide extraer conclusión alguna.77 Hoy se cree que la Didaché nació en
Siria,78 en un ambiente rural[cita requerida] o quizás en la propiaAntioquía, en el seno de una comunidad
judeocristiana79 que trataba de permanecer fiel80 a laTorá en medio de un entorno pagano. En
cuanto a la fecha de su composición es el documento cristiano con una datación más imprecisa,
con una horquilla de propuestas que abarca dos siglos. Actualmente se tiende a situar a mediados
del siglo I, por lo que sería contemporánea de las epístolas de Pablo de Tarso y algo anterior a los
Evangelios. Esta ubicación espacial y temporal es la opción preferida81 por los estudiosos frente a
otras dataciones más tardías y un posible origen egipcio-alejandrino del documento.82 Del autor no
se puede decir gran cosa. No sólo se desconoce su identidad, sino también si hubo uno o varios
autores83 Esto se debe a que la Didaché no fue redactada en el sentido usual del término sino
compuesta de manera progresiva84a partir de materiales literarios preexistentes. Parte de esos
materiales fueron tomados del judaísmo. Otra parte incorporó tradiciones de su entorno que, como
la oración del Padre Nuestro, cristalizaron asimismo en el Evangelio de Mateo. Con el paso de los
siglos la Didaché quedó en desuso, pero la concreción e influencia de sus regulaciones hace que
este documento sea considerado como un «primer esbozo de ordenación eclesiástica y molde para
escritos subsiguientes».85
Copista medieval, provisto con la pluma y el raspador.
Para su estudio,86 la Didaché se divide en tres secciones y un epílogo. En primer lugar, lasección
moral o catequética (Did 1-6) donde se describe la preparación ética que debía alcanzar todo aquel
que solicitaba el ingreso en la comunidad. Para su composición, el didaquista se sirvió de un
escrito judío conocido como la Instrucción de los dos caminos, el cual cristianizó87 en algunos
puntos para adaptarlo al uso concreto que se le iba a dar. A continuación de la sección moral se
encuentra la sección litúrgica, ocupando los capítulos 7-10 de la obra. Se llama así porque en ella
se describen los usos relacionados con el culto de la comunidad. Los elementos tratados son
el bautismo, los ayunos, la oración (religión) y laeucaristía y, sobre ellos, el autor ofrece
instrucciones concretas que conservan un aire arcaico y difieren significativamente de la liturgia
cristiana al uso en Oriente y Occidente. En esta sección, los estudiosos reconocen influencias
provenientes del judaísmo, aunque no haya unanimidad en su cuantía y origen. La tercera parte es
la sección disciplinar, que ocupa los capítulos 11-15. Aquí, la comunidad abandona la intimidad de
sus ritos y se abre a la llegada de profetas y doctores a los que es preciso distinguir de
embaucadores y falsos maestros. También se menciona de pasada lo que parecen ser los
rudimentos de una jerarquía eclesiástica local, tránsito según Harnack entre la organización
primitiva asamblearia y la ulterior organización episcopal. La Didaché termina con un
epílogo escatológico (Did 16) de carácter conclusivo que tiene elementos típicos del género
apocalíptico.
Los dos títulos[editar · editar código]
Reproducción de los dos títulos de la Didaché, exhibidos en el Manuscrito de Jerusalén.
El códice jerosolimitano transmitió la Didaché bajo dos títulos. En la cuarta línea del folio 76,
empezando a contar desde abajo,88 estaba escrito: Enseñanza de los doce apóstoles (gr. Διδαχή
τών δώδεκα αποστόλων). Una línea después, e integrado89 en el texto, había un segundo título que
ampliaba el primero: Enseñanza del Señor a las naciones por medio de los doce apóstoles (gr.
Διδαχή τού κυρίου διά τών δώδεκα αποστόλων τοΐς έθνεσιν). La primera palabra de ambos, Διδαχή
(Didaché), es la que prevaleció para referirse a la obra. Según el primer título, el escrito recogía la
enseñanza dada por los doce apóstoles de Jesús de Nazaret. Enseñanza que, al provenir del
colegio de los doce, representaría algo así como lo más granado del cristianismo. El segundo título
reforzaba esa idea al precisar que la enseñanza provenía en última instancia del Señor, expresión
frecuente en la literatura cristiana para referirse a Jesús de Nazaret. No sería, por tanto, la
enseñanza de los doce apóstoles sino la enseñanza del Señor, transmitida a través de ellos. Dicha
enseñanza tendría por destinatarios, además, a las naciones del mundo (gr:τοΐς έθνεσιν) o gentiles,
es decir, a los pueblos que en aquella época conformaban el imperio romano, tanto de Oriente
como Occidente. El marco sobre el que los investigadores han interpretado este doble título lo
provee90 un pasaje del Evangelio de Mateo, en concreto Mt 28,19, que viene a ser el colofón con el
que concluye. Se dice allí que, estando reunidos los discípulos después de la pasión y muerte
deJesús de Nazaret, aparece el Señor resucitado y les da la encomienda:
Id y enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,
18-20).
La encomienda tiene dos partes. Primero, la transmisión de la enseñanza del Señor a las naciones
o gentiles, cuyo contenido recogería, presuntamente, la Didaché. Después, la formulación trinitaria
del bautismo (Padre, Hijo y Espíritu Santo) que acompaña esa enseñanza como una especie de
sello. Ambos elementos son típicamente mateanos y forman parte de las similitudes que relacionan
el Evangelio de Mateo y la Didaché. A tenor de los títulos, la Didaché contendría la enseñanza
impartida91 por los doce apóstoles poco después de la muerte de Jesús de Nazaret. Sin embargo,
no hay rastro92 de ellos en todo el escrito. Los únicos apóstoles que se mencionan son referidos de
manera genérica en el capítulo 11 de la obra, sin dar nombres y considerándolos como maestros
itinerantes. Esta discordancia esencial entre los títulos y el contenido real de la obra hizo que
durante décadas93 prevaleciese la idea de que la Didaché era una obra pseudoepigráfica cuyo
autor atribuyó a los doce apóstoles para beneficiarse de su autoridad.
La sección moral[editar · editar código]
Arquería en una antigua sinagoga judía.
A continuación del segundo título comienza la sección moral, que abarca los seis primeros
capítulos de la obra. Esta sección describe la preparación a la que debían someterse los gentiles
que deseaban entrar en la comunidad del didaquista. La perspectiva del escrito es la de una
comunidad judeocristiana94 que regula la admisión y socialización de conversos gentiles.95 Ingresar
en una comunidad judeocristiana no era sencillo para un pagano debido a las diferencias religiosas
y morales existentes entre ambas culturas. El paganismo era un universo religioso de carácter
politeísta donde convivían cultos muy dispares. Se adoraba a los dioses del panteón greco-
romano, a los dioses locales, a los dioses familiares, a los dioses naturales (fuentes, montes, etc).
Dentro de este mosaico de credos, el judaísmo y el cristianismo eran religiones muy particulares,
pues no sólo creían en un único Dios sino que se negaban a prestar culto a otros dioses, en
particular a los emperadores. Otro aspecto diferenciador era la moral, más relajada en el mundo
greco-romano. El aspirante en ciernes debía abandonar buena parte de sus costumbres, con la
ruptura social consiguiente, y adoptar formas de vida más estrictas. La preparación era larga96 y
estaba tutelada por maestros97 que se servían de esta sección de la Didaché para enseñar los
nuevos compromisos morales. El núcleo de dicha enseñanza estaba formado por la
llamada Instrucción de los dos caminos, un dualismo ético (bien-mal, vida-muerte, luz-oscuridad)
presente también en varios escritos judíos98 y cristianos,99 que comienza:100
Existen dos caminos: el de la vida y el de la muerte. Bien diferentes son (Did 1,1).
La noción de los dos caminos había arraigado en el judaísmo a través de un pasaje
del Deuteronomio: Hoy pongo ante ti la vida con el bien, y la muerte con el mal (Deut.
30,15).101 También con este pasaje de Jeremías: Yo pondré ante ti el camino de la vida y el camino
de la muerte. (Jer. 21,8)102 Desde la tradición judía pasó luego a la cristiana de forma que, a partir
de entonces, convivieron recensiones judías y cristianas de la misma enseñanza, más o menos
diferentes. La versión del manuscrito H54 contiene, por ejemplo, un bloque (Did 1,3-2,1) que no
figura siquiera en algunas versiones cristianas como la traducción latina (Doctrina apostolorum), la
arábiga (Vida de Shenudi),[cita requerida] o la adaptación griega contenida en la Epístola de Bernabé.
Este bloque se conoce como sección evangélica porque expone material próximo al Sermón del
Monte de Mateo103 que podría proceder104 quizá de la Fuente Q, hipotética predecesora de ambos.
Representación del Sermón del Monte en la iglesia de San Mateo deCopenague.
La primera parte de la exposición describe los valores éticos positivos de la comunidad –el camino
de la vida– y después se trata su contraparte negativa –el camino de la muerte–. Según se indica
en la obra, el camino de la vida tiene por primer mandamiento amar a Dios sobre todas las cosas y
al prójimo como a uno mismo (Did 1,2). Este No hacer a los demás lo que no se desea para uno
mismo (Did 1,2). Amar a los enemigos (Did 1,3) Evitar las pasiones carnales (Did 1,4). Poner la
otra mejilla (Did 1.5). Dar la túnica además del manto (Did 1,5). Dar limosna pero que, antes, sude
en la mano (Did 1,6). El segundo mandamiento consiste en no matar, no robar, no corromper, no
fornicar, no hacer magia, no abortar (Did 2,2). No perjurar, no calumniar (Did 2,3). No hablar mal
(Did 2,4). No ser avaro ni soberbio (Did 2,6). No odiar (Did 2,7). No ser irascible o envidioso porque
eso conduce a la disputa y al homicidio (Did 3,2). No ser voluptuoso porque eso conduce al
adulterio (Did 3,3). No ser adivino o astrólogo porque eso conduce a la idolatría (Did 3,4). No ser
embustero o avaro porque eso conduce al robo (Did 3,5). Ser manso porque los mansos heredarán
la tierra (Did 3,7). Ser paciente, ser misericordioso (Did 3,8). Ser justo, ser humilde (Did 3,9). Saber
que nada sucede sin Dios (Did 3,10). La Didaché insta a tener presente a los que anuncian al
Señor (Did 4,1). A acercarse a los santos (Did 4,2). A no provocar cismas (Did 4,3). A corregir a
todos sin distingos. A no vacilar (Did 4,4). A ser generoso (Did 4,5). A compartir los bienes con los
hermanos (Did 4,8). A educar a los hijos en el Temor de Dios (Did 4,9). Se dice que el amo no
debe ser duro con los esclavos (Did 4,10) y los esclavos deben obedecer a sus amos como imagen
de Dios. Se debe odiar la hipocresía (Did 4,12). Guardar los mandamientos (Did 4,13). Confesar
las faltas en la asamblea (Did 4,14). Concluye esta parte diciendo:
Este es el camino de la vida.
A continuación describe el camino de la muerte, donde el didaquista parece enumerar las prácticas
paganas que resultaban más abominables para judíos y cristianos.105 Según la Didaché, el camino
de la muerte está hecho de asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, idolatría, magia (Did 5,1).
Persecución de los justos, amor a la mentira, asesinato de niños, desconocimiento de Dios,
injusticia de los jueces, olvido del necesitado, defensa de los ricos, crueldad con el pobre (Did 5,2).
Concluye diciendo:
Alejaos de todo esto (Did 5,2).
Después de la Instrucción de los dos caminos, el didaquista se dirige al iniciando, exhortándole a
que nadie le desvíe del camino de la vida (Did 6,1). La expresión utilizada para describir esta
observancia es llevar el Yugo del Señor, y asegura: Si puedes llevarlo, serás perfecto. Si no, haz lo
que puedas (Did 6,2). Esta tolerancia final de la instrucción sugiere una estrategia más o menos
organizada para acercar la religión cristiana a los gentiles, muchos de los cuales se sentían
atraídos por la simplicidad del monoteísmo pero sentían rechazo hacia ciertas prácticas
propiamente judías como la circuncisión. La estrategia consistiría en ofrecer el cristianismo sin las
obligaciones derivadas de una observancia completa106 de la Torá judía (el Yugo del Señor).
La sección litúrgica[editar · editar código]
La preparación descrita en la sección moral puede interpretarse como una iniciación, en
sentido antropológico. Mircea Eliade entendía la iniciación como un conjunto de ritos y enseñanzas
orales cuyo propósito era producir una alteración decisiva en el estatus social y religioso del
iniciando.107 En una primera fase, el individuo era separado de su entorno a través de una
alteración de sus condiciones espaciales (aislamiento), temporales (vigilias) o alimentarias
(ayunos). Durante ese tiempo el individuo se encontraba en un limbo liminal donde quedaban en
suspenso las reglas anteriores de su vida sin que las nuevas hubiesen adquirido aún vigencia.
Llegado el tiempo, el individuo era reintroducido en su ambiente a través de una ceremonia de
reconocimiento, habiéndose producido en el ínterin una transformación de su estatus. A veces, el
rito de iniciación no pretendía reintroducir al iniciando en su medio original sino consolidar su
extracción y prepararlo para su ingreso en un medio nuevo. Tal era el caso de la Didaché. El
pagano era extraído de su medio religioso habitual y, después de un tiempo de prueba, era
presentado a la comunidad. La preparación culminaba en la ceremonia del bautismo o
iluminación.108 Con el bautismo comenzaba su vida como cristiano.
El bautismo[editar · editar código]
Representación del Bautismo de Jesús de Nazaret.
El bautismo era una práctica central en el cristianismo primitivo y su huella puede encontrarse en
toda la literatura cristiana de la época. Su importancia es destacada por todos los evangelistas, que
relatan el Bautismo de Jesús de Nazaret en el Río Jordán. Los Hechos de los apóstoles ofrecen
relatos de bautismos, mediante los cuales gente diversa como Cornelio el centurión o elEunuco
etíope se convierten al cristianismo. La práctica del bautismo está atestigüada también por las
cartas de Pablo de Tarso:
También bauticé a la casa de Estéfana… (1 Cor 1,16).
La Didaché, sin embargo, es el primer texto conocido que ofrece instrucciones concretas para su
celebración. En este sentido es un documento clave109 para estudiar los orígenes110 de la liturgia
cristiana. A diferencia del bautismo vigente hoy, aquél era un bautismo para adultos. Antes de la
ceremonia, se prescribía un ayuno de uno o dos días para el bautizando y el que bautizaba (Did
7,4). Llegado el día debía buscarse un lugar con agua viva (Did 7,2)111 porque el bautismo se
realizaba por inmersión, es decir, el bautizando sufría una inmersión total en el agua durante la
ceremonia. La celebración del bautismo debía entrañar cierta dificultad en las estaciones
invernales por la propia gelidez de las aguas. De ahí, tal vez, la recomendación ulterior. Si no
puedes utilizar agua fría, utiliza agua caliente (Did 7,3).112 Sólo excepcionalmente se permitía
la afusión:
Si no tenéis nada es esto, derramad tres veces agua sobre la cabeza… (Did 7,3).
Un siglo después, hacia el año 150, Justino Mártir se refería al bautismo en términos parecidos.
Había un ayuno previo, un acto de arrepentimiento, de perdón, y una declaración de compromiso
tras la cual: …los conducimos a un paraje con agua donde se regeneran de la misma forma que
nosotros fuimos regenerados (Apol I, 61).113 Sin embargo, el bautismo de la comunidad didaquista
no hacía hincapié en el arrepentimiento y el perdón de los pecados sino en la purificación114 por el
agua (Did 7,2-3). Tampoco hay huella de la concepción paulina que relaciona el bautismo con la
muerte115 de Jesús de Nazaret:
...hemos sido bautizados para participar en su muerte (Rom 6,3).
La dependencia con el Evangelio de Mateo aparece atestiguada en este pasaje pues el didaquista
prescribe el uso de la fórmula trinitaria:Bautizad en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo (Did 7,1), aunque más adelante se menciona una fórmula cristológica: ...a no ser los
bautizados en el Nombre del Señor (Did 9,5).116
Oración y ayuno[editar · editar código]
Fragmento griego del Padre Nuestro.
Otro ejemplo de la estrecha relación entre la Didaché y el Evangelio de Mateo es la redacción
del Padre Nuestro (Did 8,2). Existen dos redacciones del Padre Nuestro, recogidas por San
Mateo (Mt 6, 9-13) y San Lucas (Lc 11, 1-4) que difieren
significativamente. Orígenes explicaba117 estas diferencias suponiendo que Jesús de
Nazaret ofreció dos versiones distintas de la misma oración en dos ocasiones diferentes.
Actualmente se tiende a pensar que la versión de Lucas es más próxima en contenido al original
mientras que Mateo habría mezclado otros dichos de Jesús ajenos a esta oración. Esto no quitaría,
pese a todo, interés a la versión de Mateo porque,118 estando las dos fórmulas redactadas en
griego, el griego de Mateo sería más fiel al arameo empleado originalmente en la
oración.119 Además de las versiones evangélicas, la Didaché ofrece una tercera versión, similar en
casi todo a la de Mateo.
Padre Nuestro, que estás en los cielos
santificado sea tu nombre
venga tu reino
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy el pan nuestro de cada día
y perdónanos nuestras ofensas
así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden
y no nos dejes caer en la tentación
y líbranos del Maligno. (Did 8,2)
Después de esto, añade una doxología o alabanza, ausente en la redacción de Mateo:
Porque tuyo es el Poder y la Gloria
por los siglos. (Did 8,2).
y que hace de esta versión la más larga de todas. El Padre Nuestro debía rezarse cada día tres
veces (Did 8,3), a ciertas horas que, según Clemente alejandrino (siglo III) serían tercia, sexta y
nona (9h, 12h y 15h).120 Estos rezos debían combinarse con ayunos. En este punto, la comunidad
cristiana buscaba diferenciarse de los judíos. Si estos ayunaban el segundo y el quinto día de la
semana (lunes y jueves), en la comunidad del didaquista los ayunos se prescribían el cuarto y el
día de la preparación (miércoles y viernes) (Did 8).121
Eucaristía[editar · editar código]
Fracción del pan representada en los frescos de una catacumba.
Los capítulo 9 y 10 contienen instrucciones referentes a una celebración comunitaria que, por el
uso que hace del vino y del pan, bien podría llamarseeucaristía. Al igual que el bautismo, la
eucaristía es uno de los sacramentos que se consideran instituidos por Jesús de Nazaret. La
primera mención de la eucaristía que existe en la literatura cristiana se encuentra en la primera
carta de Pablo a los corintios (1 Co 11,23-2). Además de Pablo, también es mencionada en los tres
evangelios sinópticos: Marcos (Mc 14,22-25), Lucas (Lc 22,14:20) y Mateo (Mt 26,26-29). Juan
relata también una Última Cena pero omite o desconoce las fórmulas rituales. En los escritos de
Pablo, Mateo y Marcos la primera parte de la eucaristía se desarrolla en torno al simbolismo del
pan:Tomad y comed todos de él, porque éste es mi cuerpo y la segunda122 en torno al del
vino: Tomad y bebed todos de él porque ésta es mi sangre. Esta relación de las preces (el pan y el
vino) con el cuerpo y la sangre de Jesús de Nazaret se encuentra también presente en Lucas pero
su relato altera el orden anterior, bendiciendo primero el vino y luego el pan.
La eucaristía que regula el didaquista es, sin embargo, sorprendente.123 Al igual que el ritual
lucano, se bendice primero el vino, pero no como sangre de Cristo sino de esta manera:
Te damos gracias, Padre Nuestro, por el vino santo de David que nos diste a conocer por Jesús, tu siervo (Did
9,2).
Después se parte el pan, pero no como cuerpo de Cristo, sino diciendo:
Te damos gracias, Padre Nuestro, por la vida y el conocimiento que nos diste a conocer por Jesús, tu siervo
(Did 9,3).
En ningún momento124 se menciona la formula ritual de la última cena, o el carácter conmemorativo
del acto. Parece tratarse de una cristología de carácter davídico, que acentúa la relación entre la
figura veterotestamentaria del Rey David y la figura neotestamentaria deJesús de Nazaret,
haciendo a éste último heredero, no sólo físico125 sino también, y sobre todo, espiritual. Esta
cristología aparece también en (Did 10,6), cuando dice: ¡Hosanna al Dios de David!.126
Todo esto ha suscitado dudas interpretativas sobre la naturaleza y el origen del ritual descrito en
estos capítulos. Ambas cuestiones, naturaleza y origen, están relacionadas pues la forma de las
oraciones y el desarrollo del ritual recuerdan a las ceremonias judías relacionadas con las comidas
y de cuya evolución pudo formarse el ritual eucarístico cristiano. En concreto se establecen
paralelismos entre (Did 9) y las oraciones judías conocidas como Berakoth y Amidá.
Asimismo127 entre (Did 10) y Birkat Hamazón. En cuanto a la naturaleza del ritual, no está claro de
si se trata de un ágape, una eucaristía o alguna de las posibilidades intermedias.128
Sección disciplinar[editar · editar código]
Representación de un profeta porPiero della Francesca.
Los capítulos 11-14 de la obra forman la sección disciplinar. En ella, el didaquista da una serie de
instrucciones relativas a la organización de la comunidad. Se trata de una de las partes que más
interés ha suscitado129 entre los estudiosos porque la formación de la jerarquía eclesiástica tripartita
(obispos, presbíteros y diáconos) en las comunidades cristianas primitivas es un proceso del que
no se sabe demasiado y la comunidad del didaquista parece estar a medio camino entre la
organización asamblearia paulina y el episcopado monárquico de Ignacio de Antioquía,
constituyendo una suerte de eslabón perdido en la historia de la Iglesia. Las primeras comunidades
paulinas, formadas a mediados del siglo I, tenían una estructura asamblearia. Los miembros se
reunían en la asamblea (ekklesia) y, a través de esos encuentros, se desarrollaba la vida
comunitaria. Aparte de esto, dichas comunidades eran visitadas de manera ocasional o periódica,
por maestros que impartían enseñanzas, orientaban a la comunidad y oficiaban las celebraciones.
Estas personas eran llamadas apóstoles, aunque no formasen parte estrictamente del círculo de
los doce. Con el paso del tiempo, las comunidades se estructuraron formando órganos de gobierno
y representación que cristalizaron en la jerarquía tripartita. A comienzos del siglo II, las cartas
de Ignacio de Antioquía muestran unas Iglesias estructuradas en torno a sus obispos, los cuales
ocupan ya un lugar monárquico. La comunidad del didaquista ocupa, por su organización, un lugar
intermedio entre estos extremos. Por una parte se mencionan apóstoles, doctores y profetas (Did
11,3), elementos característicos del tiempo asambleario, de los que dice:
Recibid a todo apóstol que llegue a vosotros como si recibieseis al Señor (Did 11,4).
Pero, al mismo tiempo, aconseja elegir obispos y diáconos (Did 15). El documento parece testigo
de una época de transición dentro del cristianismo primitivo. Al menos, así lo interpretó Adolf von
Harnack en 1884, cuando publicó su comentario de la Didaché. El didaquista detalla a continuación
algunas cautelas que deben guardarse hacia los apóstoles: Puede estar un día con vosotros y, si
tiene necesidad, quedarse dos. Si se queda tres, es un falso profeta (Did 11,5). Cabe pensar en la
existencia de charlatanes y falsos predicadores130 que iban de comunidad en comunidad
aprovechándose de la gente. Añade luego, de manera taxativa: Si pide dinero, es un falso
profeta (Did 11,6).
La frontera entre las atribuciones de la jerarquía local y los profetas itinerantes es bastante difusa
en la Didaché. Los profetas pueden celebrar la eucaristía (que sería, a priori, tarea de los obispos y
la jerarquía local) (Did 10,7). A su vez, los obispos y diáconos pueden profetizar (Did 15,1).131 132 el
papel de los doctores y los profetas en esta economía mancomunitaria, pues el didaquista no
necesitaba mencionarselo a sus destinatarios.133 En general se atribuye o supone a los doctores la
facultad de enseñar y a los profetas el hecho de hablar en espíritu, signifique lo que signifique.134
Adolf von Harnack no sólo vio en la Didaché un testimonio de la transición entre dos órdenes
comunitarios sino que postuló un conflicto entre ambos. De alguna forma, el desarrollo de esas
jerarquías locales pudo, según él, competir con el orden representado por los apóstoles, profetas y
doctores itinerantes. Hoy en día las opiniones son parecidas en lo que respecta a esa transición,
pero se matiza el enfrentamiento, arguyendo que en realidad no hay huella alguna de él en la
obra.135
El epílogo esjatológico[editar · editar código]
Imagen de la bestia en el Apocalipsis de Bamberg.
La última parte de la obra es un pequeño apocalipsis.136 Consta de un único capítulo donde el autor
hace una exposición admonitoria sobre lo que sucederá al final de los tiempos. Su contenido es,
por tanto, escatológico pero también soteriológico pues, al tiempo que describe ese final, amonesta
a los miembros de la comunidad para que se mantengan alerta:
...de nada servirá todo este tiempo en la fe, si no sois perfectos en el último momento (Did 16,2).
Los elementos propiamente apocalípticos son similares a otros escritos del género: aparición de
falsos profetas y corruptores (Did 16,3), trueque del amor en odio (Did 16,3), acrecentamiento de la
maldad (Did 16,4), aparición del seductor del mundo137 obrando signos espantosos, ruina de la
tierra bajo una impiedad suma (Did 16,4), condenación de muchos y salvación de unos pocos, los
fieles, en tamaña tribulación (Did 16,5). Después de retratar el apogeo del reino del mal, prosigue
con la instauración definitiva del reino del bien: Entonces, aparecerán los signos de la verdad (Did
16,6). Tres son esos signos, según el didaquista.138 Uno visible, otro audible y, el tercero,
la resurrección de los muertos (Did 16,6). Después:
…el mundo contemplará la llegada del Señor sobre las nubes del cielo (Did 16,8).
Así, con esta brusquedad,139 termina la obra. Faltan temas apocalípticos típicos de la escatología
cristiana como el Juicio Final, la separación de los justos y los pecadores o la Jerusalén celeste.
Aunque está inconcluso, es un texto autosuficiente que pudo ser incorporado desde un texto judío
previo, también apocalíptico, y posteriormente cristianizado. Dicho material judío podría haber
servido asimismo para redactar pasajes evangélicos como Mc 13, Mt 24,10-31 o 2 Tes 3,12140 que
tienen el mismo carácter apocalíptico.
La Didaché en los Padres de la Iglesia[editar · editar código]
Hasta su descubrimiento y publicación en 1883, la Didaché se conocía sólo de manera indirecta, a
través de las obras de los Padres de la Iglesia. En realidad no se conocía, porque algunos Padres
como Eusebio de Cesarea citaban sólo su nombre:
...entre los libros unánimemente rechazados están los Hechos de Pablo, el Pastor de Hermas, el Apocalipsis
de Pedro y las llamadas Doctrinas de los apóstoles (HE III 25,4).141
mientras que otros como Clemente de Alejandría citaban sólo su contenido, mencionando
vagamente que provenía de la escritura. A pesar de estar presente en las obras de los Padres de
la Iglesia, la Didaché se encontraba, a todos los efectos, perdida y no podía deducirse su contenido
a partir del título ni el título a partir de su contenido. Se sabía que en la antigüedad había existido
una obra intitulada Enseñanzas o doctrinas de los apóstoles, citada por Eusebio y otros Padres,
que había sido descartada del canon bíblico junto con otras obras. Al publicarse la Didaché, se
reconoció su presencia en diversos lugares y numerosas piezas que andaban dispersas pudieron
agruparse. La investigación del documento estimuló, además, la aparición de otros que, hasta
entonces habían pasado desapercibidos. Minúsculos fragmentos de papiro con apenas unas
palabras, fueron examinados con lupa. El resultado fue un afloramiento documental que alimentó la
investigación patrológica durante décadas.
Los primeros compases de la investigación sirvieron para poner de manifiesto la relación de la
Didaché con otros documentos, siendo los principales: la Epístola de Bernabé, el Pastor de
Hermas, la Didascalia, las Constituciones apostólicas, los autores de la Escuela de Alejandría y el
historiador Eusebio de Cesarea.
La Epístola de Bernabé[editar · editar código]
La Epístola de Bernabé es un escrito con apariencia de carta que, desde siempre y sin que se sepa
la razón, la tradición cristiana ha atribuido al Apóstol Bernabé. Se trata de un escrito muy antiguo, a
decir de los investigadores, que pudo ser redactado en la era apostólica. Se especula que no toda
la carta, pero sí un núcleo primero, pudo ser escrito en efecto por Bernabé para después sufrir
ulteriores adiciones hasta conformar el escrito actual. La Epístola de Bernabé es un
escrito paganocristiano, ajeno por completo a la inquietudes judeocristianas142 de la Didaché. Si
ésta última intentaba conciliar o acercar en alguna medida la práctica del judaísmo y el
cristianismo, la epístola de Bernabé es un escrito polemizante cuyo propósito es demostrar que el
cristianismo es la religión verdadera, en detrimento del judaísmo. Se trata, pues, de escritos
nacidos en ambientes distintos y con miras muy distintas que, sin embargo, comparten
la Instrucción de los dos caminos. El texto que abre la Didaché y que ocupa los primeros seis
capítulos (Did 1-6) se reproduce con algunos matices en los capítulos finales de Bernabé (Bern.
18-20). Si la Didaché empieza diciendo: Dos caminos hay en la vida, el de la vida y el de la
muerte (Did 1,1), Bernabé lo hace de la siguiente guisa:
Dos caminos hay de enseñanza y poder, el de la luz y el de las tinieblas.
Bern 18,1
Añadiendo después una glosa angelológica ausente en la Didaché:
…en uno están los ángeles de Dios, portadores de luz, y, en el otro, los de Satanás.
Bern 18,1
Esta similitud fue advertida de inmediato por los investigadores y explicada en términos de una
dependencia, bien mutua, bien de un tercer escrito anterior a ambos.
Hermas[editar · editar código]
Dentro de la sección evangélica (Did 1,3)-(Did 2,1) existe una frase que aparece asimismo en
el Pastor de Hermas.
A todo el que pide, dale pues el Padre quiere que todos reciban de sus dones (Did 1,5).
Da a todos. Pues Dios quiere que se dé a todos de sus propios dones (Mand 2, 4).
Aunque no se trata exactamente de la misma frase, el parecido es suficiente para que los
investigadores hayan postulado alguna dependencia entre ambos escritos, lo que afecta
indirectamente a la datación relativa entre ellos. El Pastor de Hermas es un documento con una
datación bastante precisa y segura (mediados del siglo II).143 Si se demostrase que el didaquista
tomó ese contenido del Pastor, la Didaché se habría redactado, como muy pronto, en el año 150
d.C. y las hipótesis sobre su antigüedad se vendrían abajo. Si la dependencia fuese al revés y se
demostrase que el Pastor tomó ese contenido de la Didaché, entonces la Didaché habría sido
redactada como muy tarde en el año 150 d.C. Caben otras posibilidades. La primera es que el
didaquista y el Pastor bebiesen de una fuente común anterior a ambos en cuyo caso la datación
del Pastor no influiría en la de la Didaché. La segunda es que el pasaje de la Didaché citado más
arriba sea una interpolación. El pasaje (Did 1,3)-(Did 2,1) que contiene la frase es problemático
porque no aparece en algunas recensiones de la Didaché.144 Esta ausencia ha hecho que los
críticos se pregunten si ese pasaje formaba parte originalmente de la obra o se trata de un
interpolación posterior. De no formar parte de la obra, holgaría completamente suponer
dependencia alguna entre la Didaché y el Pastor de Hermas pues dicha dependencia sería
aparente y debida tan sólo al hecho fortuito de que alguien que no fue el didaquista introdujo, quizá
después de uno o más siglos, ese fragmento y esa frase.
Didascalia y Constituciones[editar · editar código]
La Didascalia apostolorum, también llamada Doctrina católica de los doce apóstoles y de los
santos discípulos de nuestro Salvador, es un documento más tardío, del siglo III, antes del año
250, que entra dentro del género de las regulaciones eclesiásticas. El texto original griego se ha
perdido excepto por algunos fragmentos sueltos. Se conservan sin embargo, diversas
traducciones, entre ellas una traducción siríaca que fue publicada por Paul de Lagarde en 1854 a
partir del Codex Sangermanensis y otras en árabe, latín y etiópico.145Se han señalado numerosas
dependencias con la Didaché que marcarían un terminus ante quem bastante seguro para esta
última.
Por su parte, las Constituciones apostólicas es otro escrito anónimo del siglo IV, compuesto de
ocho libros en los que su autor recopiló algunos tratados anteriores. Los libros I-VI toman su
contenido de la Didascalia, mientras que la Didaché se encuentra recogida, con modificaciones y
adiciones sustanciales, en el libro VII,146 cosa que no se supo, por otra parte, hasta que se
descubrió la Didaché.
Los alejandrinos[editar · editar código]
Clemente de Alejandría tiene varios pasajes relacionados con la Didaché. Uno de ellos ocurre147 en
Stromata 1 100 4, donde transcribe en apariencia un pasaje de la Didaché (Did 3,5) diciendo que la
considera parte de la escritura (é graphé).
Οὗτος κλέπτης ὑπὸ τῆς γραφῆς εἴρηται. Φησὶ γοῦν· υἱέ, μὴ γίνου ψεύστης· ὁδηγεῖ γὰρ τὸ ψεῦσμα πρὸς τὴν κλοπήν
Ese tal es calificado de ladrón por la Escritura. Se dice también: Hijo, no seas mentiroso, pues la mentira lleva al robo.148
La única diferencia con la Didaché es que aquí se dice hijo y la Didaché dice Hijo mío. La escritura
que Clemente dice estar citando parece ser la Didaché. Si fuese así, la Didaché sería anterior a él
y, además, el propio Clemente estaría indicando que la consideraba como Escritura, es decir, como
libro bíblico. Eso significaría que en la época y la zona de Clemente de Alejandría la Didaché
gozaba de la consideración de libro inspirado, al modo de los evangelios o las cartas de Pablo. No
es de todos modos un pasaje incontrovertido porque también se ha argüido que Clemente podría
estar citando Jn 10,8. En otro punto de su obra, dice Clemente: Yo te conduzco por la vía de la
salvación. Abandona el camino del error. Sigue entonces, hijo mío, el buen camino que yo te
describiré.149
Lo que parece aludir a la doctrina de los dos caminos. Asimismo, en el himno final del Pedagogo,
Clemente habla del la santa recompensa de la doctrina de la vida.150 Sobre este tema la polémica
es si la cita es de la Didaché y, en caso de que así sea, si la Didaché no está citando un texto más
antiguo. Existe otra cita en Quis diver salvetur? (29,4) donde Clemente habla del vino de David,
expresión usada en la oración eucarística de la Didaché.151 Orígenes, por su parte, también tiene
una cita sobre el vino de David. (Hom in Jud 6 2): antequam verae vitis, quae ascendit de radice
David, sanguine inebriemur.152
La Didaché en la Patrología[editar · editar código]
Nada más publicarse la Didaché, comenzó una investigación que se ha prolongado hasta el
presente, dando lugar a fructíferos estudios sobre el cristianismo primitivo. La consideración de la
Didaché durante el siglo XX ha oscilado como un péndulo entre dos extremos de aceptación,
siendo el polo actual más parecido a la posición adoptada por los eruditos a finales del siglo XIX
que a la que estuvo vigente durante los años 30, antes de la Segunda Guerra Mundial. Las dudas
en torno a la Didaché tardaron treinta años en concretarse y otros treinta en resolverse, y sólo lo
hicieron porque el descubrimiento en 1948 de los Manuscritos del Mar Muerto modificó
radicalmente la percepción que se tenía de la obra. La posición crítica respecto a su autenticidad,
sostenida por Joseph Armitage Robinson y un grupo de eruditos ingleses, fue superada
cuando Jean Paul Audet examinó en profundidad el material acumulado hasta esos momentos,
sentando a grandes rasgos las directrices que sigue la investigación actual. De ser una obra
desahuciada por los críticos, la Didaché ha pasado a convertirse desde entonces en una obra clave
para entender la evolución del cristianismo primitivo.
1884 Adolf von Harnack y las primeras investigaciones[editar · editar código]
Adolf von Harnack
Adolf von Harnack publicó en febrero de 1884 un extenso trabajo153 sobre la Didaché titulado Die
Lehre der zwölf Apostel nebst Untersuchungen zur altesten Gechuchte der Kirchenverfassung und
des Kirchenrechts (Leipzig, Hinrinchs, 1884). Además de ofrecer la primera traducción al alemán
del texto griego de Bryennios, Harnack escribió un extenso prolegómeno donde trató diversos
temas.
1.- La historia de la Didaché en la Iglesia y su transmisión en el manuscrito de
Constantinopla.154 Harnack expuso las conexiones de la obra con los Padres de la Iglesia.
2.- Los títulos, los destinatarios y la finalidad del escrito.155 Una de las cuestiones primeras
y más naturales fue dilucidar por qué la obra había sido transmitida con dos títulos y cuál
de los dos era el auténtico.156 Para Bryennios, el título primitivo de la obra era el largo que,
con el tiempo, generó el título corto por un proceso de contracción coloquial. También
Harnack pensó así.157 La razón aducida fue que el título largo estaba embebido en el
primer párrafo de la obra, formando parte de ella, mientras que el título corto precedía al
texto como una línea independiente que podía haber sido añadida posteriormente con más
facilidad.
3.- Disposición y contenido del escrito.158 Según Harnack, la Didaché contenía claves
esenciales para entender la evolución de la Iglesia desde una estructura apostólica a una
ministerial.159
4.- Las fuentes del escrito.160 Para Harnack, el didaquista había utilizado en la composición
de su escrito el Antiguo Testamento, los Evangelios, la Epístola de Bernabé y el Pastor de
Hermas.161 Bryennios también opinaba que la Didaché dependía de Hermas de Roma pero
otros eruditos como Theodor Zahn y Funk dieron prioridad162 a la Didaché.
5.- El contexto. Tiempo y lugar de la composición.163 Donde Harnack postuló un origen
egipcio164 para el documento.
Harnack incluyó como apéndice dos fragmentos procedentes de un
leccionario de la abadía de Melk (Mellicensis 597) que parecían contener una
traducción latina de la Didaché, en concreto (Did 1,1-3) y (Did 2,2-6). Dichos
fragmentos habían sido publicados siglo y medio antes por Bernardo Petz en
su obra Thesaurus anecdotorum novissimus (1721) y, ahora, Oscar von
Gebhardt los había rescatado del olvido.165 Los fragmentos pertenecían a un
códice de los siglos X u XI, con una traducción latina antigua, quizá del siglo
III.166 Estos fragmentos sugerían cierto uso de la Didaché durante el
medioevo en la Iglesia de Occidente.
En los años siguientes, se dieron a conocer cuatro nuevas versiones en otros
tantos idiomas. En 1888, M. Amelinau publicó un relato de la vida del abad
Schnudi, el fundador del Monasterio Blanco de Atripe.167 168 Incrustado en
dicho relato se encontraba una traducción árabe de (Did 1-4) que, a su vez,
era una traducción del copto.169 En 1900 se produjo uno de los
descubrimientos clave170 que, a la postre, decantarían la balanza en la
disputa que, sobre la Didaché, iba a comenzar pocos años después. Joseph
Schlecht descubrió la abadía de Freising171 (Monacensis 6264)172 una versión
latina de la Didaché que contenía una traducción de la sección de los dos
caminos (Did 1-6). Un año después, el mismo Schlecht publicó un estudio.
Esta versión latina se llamó la Doctrina apostolorum. En 1904, Horner dio a
conocer otra versión bastante libre de la Didaché, incorporada en la
recensión etíope de los Cánones apostólicos. Dicha versión contenía173 los
pasajes (Did 11, 3) a (Did 13,7) y (Did 8,1-2).
Esta multiplicidad de versiones sugería una gran difusión del escrito en la
antigüedad y la Edad Media.174 La existencia de los dos fragmentos latinos
conservados en monasterios medievales era indicio de un cierto uso
catequético o litúrgico de la obra en Occidente. Las versiones árabe y
etiópica implicaban por su parte una expansión de la obra hacia el África y
Arabia. En 1901, después de 18 años de investigación, el veterano erudito
católico F. X. Funk afirmaba:
No hay nadie que niegue que el escrito exhibe la impronta de una suma
antigüedad.175
1912 Joseph Armitage Robinson y las primeras dudas[editar · editar código]
Circuncisión de Jesús niño.
En 1912, Joseph Armitage Robinson publicó el primero de su tres trabajos
sobre la Didaché. En aquel primer artículo, Robinson dejó de lado los
problemas que planteaba la Instrucción de los dos caminos176 y se centró en
la parte de la constitución eclesiástica. Robinson opinaba que el autor de la
Didaché tenía al lado el Nuevo Testamento y que tomó de él aquello que le
pareció bien, disfrazando sin embargo esos préstamos y las condiciones de
su tiempo.177 De esta forma, y en contra de la opinión inicial de Adolf von
Harnack, la Didaché sería una obra fraudulenta que no reflejaría las
condiciones del ministerio cristiano primitivo.178 Según Robinson, el didaquista
pretendía transmitir una imagen ficticia de la formación de las Iglesias
gentiles y por eso utilizó hasta donde pudo unos preceptos que pudieran
justificarse usando los escritos de la era apostólica.179 Pretendía dar una
imagen primitiva con objeto de abogar en la Iglesia de su tiempo por un
retorno a la simplicidad inicial del cristianismo.180Aunque su tesis fue expuesta
con brillante elocuencia, y mucha gente consideró la posibilidad, todo quedó
ahí. Algún profesor contemporáneo comentó que no sabía qué le
impresionaba más, si la ingenuidad del didaquista o la de Robinson al intentar
desenmascararlo.181
En 1920, Armitage Robinson pronunció unas conferencias en la Universidad
de Dublín (Donnellan Lectures), que serían su segundo trabajo.182 En ellas
desarrolló la tesis de que la Epístola de Bernabé era obra de un único
autor,183 por su unidad de estilo y contenido, por el uso dado a otros
documentos como la Epístola a los Efesios. Al ser así, no quedaba más
remedio que concluir que el didaquista había tomado su doctrina de los dos
caminos de esta Epístola de Bernabé y también algún material de Hermas de
Roma. Según Robinson, Hermas dependía de Bernabé y, la Didaché, de
ambos.184 También puso en duda que Clemente de Alejandría citase el
escrito,185 aduciendo que se trataba de un apócrifo.186 En esta ocasión, para
apoyar su tesis sobre la impostura de la Didaché, adujo pruebas187 de que el
material de las dos vías no podía provenir de unas instrucciones morales de
carácter oral o escrito establecidas en la era apostólica sino, a lo sumo, de lo
que apóstoles de esa era podrían haber establecido supuestamente para la
conversión de los gentiles.188 Según esto, no existió nunca una tradición
basada en las dos vías sino que el didaquista se limitó a coger de manera
incongruente189 materiales contenidos en la Epístola de Bernabé. En general,
sus tesis no fueron bien recibidas.
En 1922, vieron la luz nuevos fragmentos griegos procedentes de un papiro
de Oxyrrinco, en concreto el nº 1782. Dicho papiro contenía (Did. 1,3-4) y
(Did. 2,7 a 3,2), fragmentos que contienen la sección evangélica de los dos
caminos. La importancia de este papiro es que confirmaba que la sección
evangélica formaba parte de la Didaché pues, hasta su descubrimiento, el
H54 era la única recensión que la contenía y se dudaba de su autenticidad.190
En abril de 1924, G. Horner publicó un nuevo fragmento, esta vez en copto.
El papiro que contenía el texto (P. London Or. 9271) había llegado un año
antes al Museo británico procedente de Egipto, de un lugar cercano
a Oxirrinco. Consistía en una sola hoja de 11,25 pulgadas de ancho por 1 pie
y 5,25 pulgadas de alto. En el anverso, había escritas dos columnas de texto
con 29 y 32 líneas respectivamente y una tercera en el dorso, mucho más
corta, de sólo 18 líneas.191 Estaba escrito con caligrafía uncial
cuadrada192gruesa e irregular, sin unión193 entre las letras en un dialecto
fayúmico, redactado con cierta libertad194 a modo de extracto de la obra. El
fragmento editado empezaba en la sección litúrgica en la bendición final
eucarística (Did 10,3) y acababa en la sección disciplinar (Did 12,2). El texto
copto seguía mayormente el original griego, excepto por una bendición
adicional del crisma (óleo), contenida asimismo en las Constituciones
apostólicas, pero ausente del manuscrito de Jerusalén.195
But concerning the words with the aroma (oinment) give thanks thus as we
say We give thanks to thee, O Father, concerning the aroma (ointment),
this about which thou showedst us throught Jesus thy son.196
La aparición de esta nueva versión añadía una pieza más al puzzle de la
diversidad de recensiones de la obra, que no sería la última. En 1931 se
conoció una versión georgiana de la obra traducida del griego por un obispo
llamado Jeremías de Edesa.197 Quedó preservada en un manuscrito del siglo
XIX cuya traducción fue hecha entre los siglos V al X.198 Es la única versión
completa además de la contenida en el manuscrito de Jerusalén y fue
publicada por G. Peradse en 1931.199
Mientras tanto la investigación tomó otros derroteros. En 1929, Muilenburg,
otro erudito del cristianismo, tomó partido en el asunto defendiendo las
posiciones críticas asumidas por Robinson. Según él, la datación de la
Didaché debía retrasarse al menos un siglo y se debían revisar muchas
páginas de la historia del cristianismo.200 Siguiendo la misma línea Richard
Hugh Connolly publicó en 1932 un artículo sobre el cap 5, el camino de la
muerte de la Didaché.201 Estos autores empezaron a dar forma a una
corriente crítica que defendió la completa falsedad de la obra. Según ellos, la
Didaché era obra de un impostor que la había compuesto a finales del siglo II
o principios del III, con intención de falsear una enseñanza. Dom Connolly
aventuró que la Didaché era obra de un montanista.202 Robinson murió en
1933 mientras preparaba un trabajo conjunto con Connolly.203 Dicho trabajo
fue publicado póstumamente en 1934 en el Journal of Theological Studies,
que el propio Robinson había fundado. En los siguientes años se mantuvo la
discusión pero, para entonces, la Didaché había caído en un completo
descrédito.
1948 Los rollos de Qumrán. Nueva luz[editar · editar código]
Cuevas en Qumrán, a orillas del Mar Muerto.
En 1948 se descubrieron cerca del Mar Muerto unos manuscritos muy
antiguos, preservados en forma de rollos, que pertenecían a la biblioteca
espiritual de una comunidad esenia judía anterior en uno o dos siglos al
cristianismo. Hoy se conocen como los Manuscritos del Mar
Muerto oManuscritos de Qumran. Uno de ellos, catalogado como
1QS,204 resultó contener una recensión de la Instrucción de los dos caminos.
Eso significaba que todas las versiones conocidas hasta entonces no eran
más que la cristianización de una doctrina judía preexistente. A raíz de este
hallazgo, el material reunido hasta entonces necesitó una profunda revisión.
En 1958 Jean Paul Audet publicó un extenso estudio sobre la Didaché que, a
la postre, marcaría la nueva tendencia.205 Según Audet, la Epístola de
Bernabé y la Didaché eran obras independientes que habían tomado el
material de los dos caminos de terceras fuentes judías. La versión latina de
laDoctrina apostolorum dejó de considerarse una traducción latina de la
Didaché para erigirse en recensión independiente. Al desaparecer la
dependencia con la Epístola de Bernabé, se deshizo la jerarquía cronológica
que había relegado la Didaché al siglo III y se abrió el camino para otras
dataciones más tempranas. Audet examinó también la autenticidad de los
títulos. Si hasta entonces se había tomado como bueno el título largo, Audet
puso en duda la autenticidad de ambos. Pero si los dos títulos eran falsos,
también lo era que el didaquista hubiese intentado adscribir su enseñanza a
ninguna autoridad. Según Audet, el título original de la obra era
sencillamente:
Enseñanza de los apóstoles.
Y con ello, sólo se quiso significar que se trataba de una enseñanza dada por
esos maestros, doctores y apóstoles itinerantes mencionados en la obra y
recogidas por el didaquista para uso de la comunidad. Con ese título habría
sido conocida y citada por los Padres de la Iglesia: Las enseñanzas de los
apóstoles. Siglos después, algún copista añadió el numeral:
Enseñanza de los doce apóstoles.
alterando con ello el sentido original de la obra. Más tarde, por un proceso de
amplificación, se construyó el título largo, teniendo en mente el contexto dado
por Mateo 28, 19:
Enseñanza del Señor a las naciones por medio de los doce apóstoles.
En su momento, la obra alterada debió llegar a las manos de León, copista y
pecador, quién lo incorporó al manuscrito de Jerusalén que más tarde, ocho
siglos después, descubriría Bryennios. A la vista de las nuevas pruebas y
teorías, la Didaché se perfilaba como una auténtica regulación comunitaria
del siglo I. Un estudio posterior de Helmut Köstler cuestionó a su vez la
dependencia con el Evangelio de Mateo, explicando las similitudes entre
ambos escritos por el hecho haberse gestado en un mismo ambiente.206 Poco
a poco, quedaron atrás el descrédito y las dudas. Desde entonces, y ante la
posibilidad de que la Didaché sea anterior a muchos libros del Nuevo
Testamento, esta obra ha sido objeto de un vivo interés y de muchos
estudios. Actualmente es considerado el escrito más importante de
los Padres apostólicos y casi el único testigo de una época, la segunda mitad
del siglo I que, por otra parte y en lo que se refiere al cristianismo, sigue
siendo casi una desconocida.
Notas[editar · editar código]
1. Jump up↑ «...Διδαχή...» (Trevijano 2004:7)
2. Jump up↑ «...Didajé...» (Ruiz Bueno 1979:29)
3. Jump up↑ Un ejemplo puede verse en esta publicación.
4. Jump up↑ «...comúnmente llamada...» (Ayán 1992:19)
5. Jump up↑ «...Διδαχή τών δώδεκα ἀποστόλων...» (Quasten 2004:38)
6. Jump up↑ «...Διδαχή τού κυρίου διά τών δώδεκα αποστόλων τοΐς ἔθνεσιν...»
(Quasten 2004:38)
7. Jump up↑ «…first century date…» «…possibly a date earlier than A.D.70…»
(Zucks 2008;118)
8. Jump up↑ «...didaquista...» (Trevijano 2004:7)
9. Jump up↑ El término didaquista fue introducido por Joseph Armitage
Robinson («for brevity's sake») (Robinson 1934:226) para mencionar al
anónimo autor de la Didaché.
10. Jump up↑ «...existían previamente...» (Ayán 2000:17)
11. Jump up↑ «...intense scholarly research...» (Khomych 2007:121); «...interés
y polémica...» (Ayán 1992:19)
12. Jump up↑ «...early Jewish Christian community...» (Draper 2006:177)
13. Jump up↑ «...providing insight into the life...» (Draper 2006:177)
14. Jump up↑ Connolly sugería intereses montanistas por parte del autor.
15. Jump up↑ «...fraudulent and tendencious...» (Draper 2006:178)
16. Jump up↑ «...anterior incluso...» (Ruiz Bueno 1979:29)
17. Jump up↑ (Ayán 1992:42-43)
18. Jump up↑ Brown (p. 179) transcribe las tres versiones griegas.
19. Jump up↑ Fragmentos de ella han sido encontrados en Egipto, Siria, Etiopía
y Asia menor. (Draper 1991:347)
20. Jump up↑ «...ejerció tal influencia...» (Ruiz Bueno 1979:29)
21. Jump up↑ «...rondando el canon...» (Ruiz Bueno 1979:30)
22. Jump up↑ «Se llaman Padres Apostólicos los escritores cristianos del siglo I
o principios del siglo II, cuyas enseñanzas pueden considerarse como eco
bastante directo de la predicación de los Apóstoles...» (Quasten 2004:50) El
término es equívoco porque designa indistintamente a los autores y a sus
obras y, en ocasiones, sólo a las obras pues algunas de ellas, como la
Didaché, son anónimas.
23. Jump up↑ «...perhaps the earliest text...» (Draper 2006:177)
24. Jump up↑ «In 1875...» (Hitchcock 1884:iii)
25. Jump up↑ «…it was discovered in 1873...» (Schaff 1885:8)
26. Jump up↑ De la traducción inglesa del título griego. (Schaff 1885:4)
27. Jump up↑ «…great delight…» (Schaff 1885:4)
28. Jump up↑ «…Codex Alexandrinus…defective…» (Schaff 1885:3)
29. Jump up↑ «The last six chapters… had never been published before.»
(Hitchcock 1884:iii)
30. Jump up↑ «...a period of surprises…» (Stokes 1891:104)
31. Jump up↑ «…three journeys...» (Schaff 1885:10)
32. Jump up↑ «…the Tischendorf of the Greek Church.» (Schaff 1885:9)
33. Jump up↑ «…1833...» (Schaff 1885:8)
34. Jump up↑ Joachim, que después sería Patriarca de Constantinopla. (Schaff
1885:289)
35. Jump up↑ «…rich and patriotic…» (Schaff 1885:2)
36. Jump up↑ «It belongs to the Patriarch of Jerusalem...» (Schaff 1885:1) «…
perteneciente al patriarcado griego de Jerusalén.» (Ayán 1992:19)
37. Jump up↑ «...type of the Christian orient...» (Schaff 1885:2)
38. Jump up↑ «...detached...» (Schaff 1885:2)
39. Jump up↑ «...stone chamber...» (Schaff 1885:2)
40. Jump up↑ Bethmann en 1845, M. Guigniant en 1856 y H. O. Coxe en 1858
(Schaff 1885:8). Durante el siglo XIX, el interés de las nuevas ciencias por la
literatura antigua motivó batidas por todos los monasterios y bibliotecas,
tanto públicas como privadas.
41. Jump up↑ «...le llamó la atención...» (Ayán 1992:19)
42. Jump up↑ «…June… 11th… day 3 (Tuesday)… 6.564…» (Schaff 1885:7)
43. Jump up↑ 6.564 - 5.508 = 1.056
44. Jump up↑ «…ignorant of its content…» (Schaff 1885:8)
45. Jump up↑ «…según el catálogo…» (Ayán 1998:19)
46. Jump up↑ «...espurio...» (Quasten 2004b:525)
47. Jump up↑ «…closes with the prophet Malachi…» (Schaff 1885:3)
48. Jump up↑ Dicho códice es el más importante de una familia de varios
códices dependientes de un único arquetipo.
49. Jump up↑ «...del siglo III...» (Quasten 2004:99)
50. Jump up↑ «…from about 96 A.D.» (Burke pp. 501)
51. Jump up↑ «La alta estima de que gozaba Clemente…» (Quasten 2004:53)
52. Jump up↑ 57,6- 64,1|«…57,6-64,1…» (Quasten 2004:60)
53. Jump up↑ «…Twelve Pseudo-Ignatian Epistles…» (Schaff 1885:5)
54. Jump up↑ «...Professor Funk...», «...Apostolic Fathers...» (Schaff 1885:5)
55. Jump up↑ «Bryennios seems to have paid no particular atención to the
Didaché.» «Nor could any other scholar infer its importante from the mere
title». (Schaff 1886:9)
56. Jump up↑ «The first American edition...» (Schaff 1885:??)
57. Jump up↑ «It now seems strange to us that the document thus announced
attracted so little attention.» (Hitchcock 1884:iv)
58. Jump up↑ «...Russo-Turkish war…»
59. Jump up↑ «...more carefully…» (Schaff 1885:9)
60. Jump up↑ «...its title, and nothing more,…» (Schaff 1885:9)
61. Jump up↑ «...which had entirely disappeared, with the exceptions of a few
referentes to it among the Greek Fathers.» (Schaff 1885:10)
62. Jump up↑ «...has again surprised…» (Hitchcock 1884:iv)
63. Jump up↑ «...great German scholar…» (Draper 2006:177)
64. Jump up↑ «...advance copy…» (Schaff 1885:10)
65. Jump up↑ (Schaff 1885:10)
66. Jump up↑ Es la traducción que se aporta a una expresión similar en la obra
de Chesterton sobre Tomás de Aquino.
67. Jump up↑ «More extensive even... the interest... in the United States.»
(Schaff 1885:12)
68. Jump up↑ «...translated and commented…all denominations and sects…»
(Schaff 1885:12)
69. Jump up↑ «I learn from a friend in Constantinople (Feb 16, 1885)
that: Bryennios is now in Nicomedia and not allowed to come to
Constantinople,...» (Schaff 1885:9)
70. Jump up↑ Ayán 1992:???
71. Jump up↑ «...552 Greek words…» (Zucks 2008:118)
72. Jump up↑ «...exactly one hundred verses.» (Zucks 2008:118)
73. Jump up↑ «….sixteen chapters…» (Zucks 2008:118)
74. Jump up↑ (Trevijano 2004:7)
75. Jump up↑ «….Christian´s hope…» (Schaff 1885:17)
76. Jump up↑ «…there is little agreement on the nature of the community which
produced the Didaché.» (Draper 2000:121)
77. Jump up↑ Jerusalén, por ejemplo, fue destruida por los romanos en el año
70 d.C. después de una rebelión corta, pero sangrienta, en la que los judíos
intentaron recobrar su independencia. Es un hecho bien atestigüado y de
datación segura. Para los judíos supuso el final del reino y su dispersión por
el mundo conocido. Para los cristianos, testigos asimismo de esos hechos,
fue la confirmación de que los judíos habían caído en desgracia por haber
crucificado a Jesús de Nazaret. Diversos pasajes evangélicos aluden a esa
guerra en forma de profecías.
...días vendrán sobre ti (Jerusalén) en que te rodearán de trincheras y te cercarán por todas
partes y no dejarán en ti piedra sobre piedra... (Lc 19,43-44)
Cuando viereis a Jerusalén cercada por los ejércitos, entended que se
aproxima su desolación. (Lc 21,20)
Estos comentarios sirven para establecer un "terminus post quem" para
esos evangelios, es decir, un límite primero y seguro para el tiempo de su
redacción. En el caso de la Didaché, la falta de mención a este hecho
trascendental hace pensar que fue compuesta más bien antes del año 70
d.C.
78. Jump up↑ «...general area of Siria,...» (Draper 2006:178)
79. Jump up↑ «...Jewish Christian community» (Draper 2006:177)
80. Jump up↑ «...to remain faithful...» (Draper 2006:178)
81. Jump up↑ «...widely accepted...» (Draper 2006:178)
82. Jump up↑ «With the exceptions of Harnack, who holds for Egypt, however,
all these writers agree that the place of origin was probably Syria.» (Burke p.
502) (Thomas 1)
83. Jump up↑ Cer capítulo La discusión sobre el autor. (Trevijano 2004:8)
84. Jump up↑ «…evolved literature…» (Draper 1995:90)
85. Jump up↑ (Ruiz Bueno 1979:31).
86. Jump up↑ Ver Ayán 2000:17-18
87. Jump up↑ «…later Christianized by a number of aditions.» (Burke p 502)
88. Jump up↑ «…on the fourth line from the bottom of fol. 76» (Schaff 1885:4)
89. Jump up↑ «…first line of the text itself» (Robinson 1912:340)
90. Jump up↑ «…composed with the last verses of the St. Mathews Gospel»
(Robinson 1934:225)
91. Jump up↑ «...the instructions delivered by the Twelve - that he claimed to
record...» (Robinson 1912:340)
92. Jump up↑ «...no aparecen para nada.» (Ayán 1992:27)
93. Jump up↑ «...sesenta años...» (Ayán 1992:28)
94. Jump up↑ «…perspective of a Jewish Christian community…» (Draper
2000:121)
95. Jump up↑ «…socialization of Gentile converts…» (Draper 2000:121)
96. Jump up↑ «…extensive training…» (Drapper 2006:179)
97. Jump up↑ «…instructors…» (Drapper 2006:179)
98. Jump up↑ En el manual de disciplina de Qunram (1 QS 3,13-4,26), el
Testamento de Asher, Derek Erets (Drapper 2006:179)
99. Jump up↑ Epistola de Bernabé (cap 18-20), Doctrina apostolorum, Epitome,
Vida de Shenudi (Draper 2006:179)
100.Jump up↑ «…from its opening words…» (Robinson 1912:339)
101.Jump up↑ Draper 2006:179
102.Jump up↑ Robinson 1934:226
103.Jump up↑ «…Mateo…Sermón del Monte…» (Ayán 1992:36)
104.Jump up↑ «…from Q material…» (Drapper 2006:179)
105.Jump up↑ Ruiz Bueno 1979:36
106.Jump up↑ «…not oblígated to became perfect Torah observant…» (Drapper
2006:178)
107.Jump up↑ (Draper 2000:122)
108.Jump up↑ De esta forma lo llamaba también el Pseudo Dionisio.
109.Jump up↑ «…of the utmost significance…» (Drapper 2006:179)
110.Jump up↑ «…earliest picture…» (Drapper 2006:179)
111.Jump up↑ Ríos, fuentes o la orilla del mar. (Ayán 2000:23)
112.Jump up↑ (Ayán 2000:23)
113.Jump up↑ (Ruiz Bueno 1979:41)
114.Jump up↑ «...repentance and forgiveness... purifying...» (Drapper 2006:179)
115.Jump up↑ (Drapper 2006:179)
116.Jump up↑ (Drapper 2006:179)
117.Jump up↑ «…it was held by Origen…» (Brown p.177)
118.Jump up↑ «...thought the shorter version of Luke is more original than the
longer version in Matthew, the wording of Matthew is more original than the
wording of Luke.» (Neill 1993:3)
119.Jump up↑ La traducción inversa de Mateo sugiere que el original arameo
contendría un título y cinco estrofas de dos versos. (Brown p. 178)
120.Jump up↑ Ruiz Bueno 1979:42
121.Jump up↑ (Drapper 2006:179)
122.Jump up↑ «Christian tradición is bread-cup.» (Draper 2000:148)
123.Jump up↑ «Even more surprising is the eucharisttic liturgy...» (Draper
2006:180)
124.Jump up↑ Drapper 2006:180
125.Jump up↑ Los evangelistas Mateo y Lucas dedican un capítulo de sus
escritos a desgranar la genealogía de Jesús de Nazaret, a quién hacen
descender del Rey David.
126.Jump up↑ Drapper 2006:180
127.Jump up↑ Riggs 1984:91
128.Jump up↑ Se han propuesto hasta seis escenarios distintos para explicar el
sentido de la misma: un ágape o comida de acción de gracias, una
eucaristía, una comida sentida como sacramento por la comunidad, un
ágape seguido de una eucaristía, una eucaristía seguida de un ágape, una
oración para después de la comida practicada por un grupo ascético. (Riggs
1984:86)
129.Jump up↑ «…interés especialísimo…» (Ayán 1992:58)
130.Jump up↑ «...impostores...» (Ayán 1992:60)
131.Jump up↑ (Thomas 2)
132.Jump up↑ No está claro|«Es difícil determinar…» (Ayán 1992:60)
133.Jump up↑ «...conocían perfectamente sus tareas...» (Ayán 1992:60)
134.Jump up↑ «...su tarea principal era el enseñar...» «...hablar en espíritu...»
«...quizá se quiera significar...» (Ayán 1992:60)
135.Jump up↑ Drapper 2006:180
136.Jump up↑ «...little apocalypse...» (Kloppenborg 1979:54)
137.Jump up↑ En ningún momento se le menciona con el término, más paulino o
joánico, de anticristo.
138.Jump up↑ Drapper 2006:181
139.Jump up↑ «...break off suddenly...» (Draper 2006:181)
140.Jump up↑ Ayán 1992:65
141.Jump up↑ (Ruiz Bueno 1979:31)
142.Jump up↑ «...the Didache is a work with a strong Jewish-Christian
influence...», «...Barnabas…is strongly anti-Jewish…» (Draper 1995:90)
143.Jump up↑ Quasten 2004:???
144.Jump up↑ Aparece, por ejemplo, en la versión griega del manuscrito de
Jerusalén y en el papiro 1782 pero no se encuentra en la versión latina ni
tampoco en la Epístola de Bernabé.
145.Jump up↑ «...siríaca...Lagarde...1854...» (Quasten 2004:456)
146.Jump up↑ «...embodied...in the seventh book...» (Connolly 1923:147)
147.Jump up↑ «...Stromata 1 100 4...» (Creed, 373),«...Strom 1, 378...»
(Hitchcock 1923:397)
148.Jump up↑ «...lead to theft...» (Hictchcock 1923:397)
149.Jump up↑ «I lead you by the way of salvation. Abandon the way of error.
Follow then, my child, the good way which I shall describe you.» (Hicthcock
1979:397)
150.Jump up↑ «…the holy rewards of the doctrine of life…» (Hitchcock 1923:379)
151.Jump up↑ «...in the Eucharistic prayer...» (Creed 374)
152.Jump up↑ «…antequam verae vitis, quae ascendit de radice David, sanguine
inebriemur…» (Creed 1938:374)
153.Jump up↑ «...great edition...» (Robinson 1912:339)
154.Jump up↑ Die Geschichte der Didache in der Kirche und ihre Überlieferung
in der constantinopolitanischen Handschrift. (Harnack 1884:289)
155.Jump up↑ Der Title, die Adresse und der Zweck der Schrift. (Harnack
1884:289)
156.Jump up↑ Precedentes de esta cuestión los había ya en otros documentos
como el Evangelio de Marcos.
157.Jump up↑ «Esta misma postura la mantuvo A. von Harnack.» (Ayán
1992:27)
158.Jump up↑ Die Disposition und der Inhalt del Schrift. (Harnack 1884:289)
159.Jump up↑ «...charismatic to an institutonal form...» (???)
160.Jump up↑ Die Quellen der Schrift. (Harnack 1884:290)
161.Jump up↑ (Harnack 1884:65)
162.Jump up↑ «Zahn, Funk...give the priority to the Teaching» (Taylor 1890:297)
163.Jump up↑ Die Gemeinzustande. Zeit und Ort der DIDAXH. (Harnack
1884:290)
164.Jump up↑ (Burke pp. 502)
165.Jump up↑ «...Petz...1721...fue identificado por O. Gebhardt» (Ruiz Bueno
1979:33)
166.Jump up↑ «...debió de hacerse en el siglo III.» (Quasten 2004:46)
167.Jump up↑ «…Schnudi…», «…Atripe…» (Ruiz Bueno 1979:33)
168.Jump up↑ Monuments pour servir à l‘histoire del Egypte chrétiene aux IV o V
siécles. Publicado en Mémoires publiées par les membres de la mission
archéologique au Caire 1888. (Ayan 1992:26)
169.Jump up↑ «…Did I-IV…» «…copto…» (Ruiz Bueno 1979:33)
170.Jump up↑ «...key work...» (Draper 1995:89)
171.Jump up↑ «En 1901, Joseph Schlecht descubre en la abadía de Freising...»
(Ayán 2000:57)
172.Jump up↑ «...Monacensis 6264...Frisingensis 64...» (Ruiz Bueno 1979:33)
173.Jump up↑ «...Cánones apostólicos...Horner...1904» Ayán 1992:24
174.Jump up↑ «Prueba de la primitiva aceptación de la Didaché son las varias
versiones...» (Ruiz Bueno 1979:32)
175.Jump up↑ «Scripturam summae antiquitatis speciem prae se ferre hodie
nemo est qui negat.» (Creed 1938:370)
176.Jump up↑ Asumió provisionalmente que se trataba de un documento judío
que había sido cristianizado. «...he accepted the then prevailing view...»
(Creed 1938:370)
177.Jump up↑ «...he has used the writings of St Paul, St Luke, and even St Jhon,
though he has been at great pains to conceal his obligations.» (Robinson
1912:340)
178.Jump up↑ «...he contributes almost nothing... to our knowledge of the early
Christian ministry...» (Creed 1938:371)
179.Jump up↑ «...to present a picture of the way in which the Gentile Church
were ordered...» (Bartlet 1921:239)
180.Jump up↑ «...to recall to the Church of his own day ... to a greater
simplicity...» (Bartlet 1921:239)
181.Jump up↑ «...the ingenuity of the author of the Didache or the ingenuity of
the Dean of Wells in unmasking him.» (Creed 1938:371)
182.Jump up↑ «Barnabas, Hermas and the Didaché» (Bartlet 1921:239)
183.Jump up↑ «...the original creation of one mind...» (Creed 1938:371)
184.Jump up↑ «...dependent upon our Epistle», «...dependent upon both...»
(Creed 1938:371)
185.Jump up↑ «...and quoted it as Scripture...» (Creed 1938:371)
186.Jump up↑ «...a lost apocryphal book...» (Hitchcock 1923:397)
187.Jump up↑ «...adduce proofs...» (Bartlet 1921:239)
188.Jump up↑ «...the Apostles might reasonably be supposed to have sanctioned
for their Gentile converts...» (Bartlet 1921:239)
189.Jump up↑ «...an incongruos medley...» (Bartlet 1921:239)
190.Jump up↑ «...contienen lo que ha dado en llamarse la sección evangélica...»,
«...el hierosolimitanus era la única recensión...» (Ayán 1992:23)
191.Jump up↑ «...British Museum...» «...11,25...»«...8,25...» «...29...32...18...»
(Horner 1924,225)
192.Jump up↑ «...square uncial...» (Horner 1924:225)
193.Jump up↑ «...not joined...» (Horner 1924:225)
194.Jump up↑ «...fayúmico...», «...bastante libre.» (Ayán 1992:24)
195.Jump up↑ «...bendición del crisma...», «...no se encuentra...» (Ruiz Bueno
1979:32)
196.Jump up↑ «But concerning the words with the aroma (oinment) give thanks
thus as we say We give thanks to thee, O Father, concerning the aroma
(ointment), this about which thou showedst us throught Jesus thy son.»
(Horner 1924:231)
197.Jump up↑ «...Jeremías.» (Ruiz Bueno 1979:33); «...Jeremías de Edesa.»
(Ayán 1992:24)
198.Jump up↑ «...nineteenth-century manuscript...», «...from the fifth to the tenth
century...» (Riggs 1984:85)
199.Jump up↑ «...Peradse en 1931.» (Ayán 1992:24)
200.Jump up↑ «...must be shifted, perhaps a century.» (Creed 1938:370)
201.Jump up↑ «The Way of Death» (Creed 1938:372)
202.Jump up↑ «...Montanist provenance.» (Creed 1938:370)
203.Jump up↑ «...jointly by Dom Connolly» (Creed 1938:372)
204.Jump up↑ «1 QS 3,13-4,26.» (Drapper 2006:179)
205.Jump up↑ «...voluminoso...» (Ayán 1992:29); La Didaché, Instructions des
apôtres. París 1958. (Ayán 1992:29)
206.Jump up↑ Esta cuestión sigue abierta de todos modos. «...has still not been
settled...» (Drapper 2006:178)
Bibliografía[editar · editar código]
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