Estudios 40

302
Estudios de Filosofía ISSN 0121-3628 Diciembre de 2009 n o 40 Contenido Artículos de investigación Acerca de la primacía del ХΩΡΙΣΤÓΝ en la sustancia aristotélica. El comentario de Alejandro de Afrodisia a Metafísica V, 8, 1017b 23-26. Giampaolo Abbate Alejandro de Afrodisia intérprete del De Anima de Aristóteles Paolo Accattino Alejandro de Afrodisia como intérprete de la noética aristotélica Marcelo D. Boeri El aristotelismo de Alejandro de Afrodisia en la cultura del comentario Barbara Botter Alejandro y Aristóteles en torno a la causalidad motriz del alma Jorge Mittelmann La causa de la acción humana según Alejandro de Afrodisia, Mantissa 23 y De Fato 15 Carlo Natali La recepción de la teoría aristotélica del azar en el De Fato de Alejandro de Afrodisia Alberto Ross Hernández La causalidad del motor inmóvil según Pseudo Alejandro Rita Salis Alejandro de Afrodisia y el problema de la instrumentalidad de la lógica. Notas sobre in A. Pr. 2, 22-33 Ricardo Salles Alma, impulso y movimiento según Alejandro de Afrodisia Alejandro G. Vigo Las Quaestiones III 2 y 3 de Alejandro de Afrodisia y el problema de la alteración sensitiva Marco Zingano Reseñas Parra Paris, Lisímaco. Estética y modernidad. Un estudio sobre la teoría de la belleza de Immanuel Kant. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2007. Carlos Rojas Osorio Franco Restrepo, Vilma Liliana. Orden contrainsurgente y dominación. Bogotá, Instituto Popular de Capacitación y Siglo del Hombre, 2009. Nataly Montoya Restrepo UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

Transcript of Estudios 40

  • Estudios de Filosofa ISSN 0121-3628 Diciembre de 2009 n o 40

    Contenido

    Artculos de investigacin

    Acerca de la primaca del en la sustancia aristotlica. El comentario de Alejandro de Afrodisia a Metafsica V, 8, 1017b 23-26.Giampaolo AbbateAlejandro de Afrodisia intrprete del De Anima de AristtelesPaolo AccattinoAlejandro de Afrodisia como intrprete de la notica aristotlicaMarcelo D. BoeriEl aristotelismo de Alejandro de Afrodisia en la cultura del comentarioBarbara BotterAlejandro y Aristteles en torno a la causalidad motriz del almaJorge MittelmannLa causa de la accin humana segn Alejandro de Afrodisia, Mantissa 23 y De Fato 15Carlo NataliLa recepcin de la teora aristotlica del azar en el De Fato de Alejandro de AfrodisiaAlberto Ross HernndezLa causalidad del motor inmvil segn Pseudo AlejandroRita SalisAlejandro de Afrodisia y el problema de la instrumentalidad de la lgica. Notas sobre in A. Pr. 2, 22-33Ricardo SallesAlma, impulso y movimiento segn Alejandro de AfrodisiaAlejandro G. VigoLas Quaestiones III 2 y 3 de Alejandro de Afrodisia y el problema de la alteracin sensitivaMarco Zingano

    ReseasParra Paris, Lismaco. Esttica y modernidad. Un estudio sobre la teora de la belleza de Immanuel Kant. Bogot, Universidad Nacional de Colombia, 2007. Carlos Rojas OsorioFranco Restrepo, Vilma Liliana. Orden contrainsurgente y dominacin. Bogot, Instituto Popular de Capacitacin y Siglo del Hombre, 2009. Nataly Montoya Restrepo

    UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

  • Estudios de Filosofa ISSN 0121-3628Revista editada por el Instituto de Filosofa de la Universidad de AntioquiaMedelln Colombia

    no 40

    Artculos de investigacin

    Acerca de la primaca del en la sustancia aristotlica. El comentario de Alejandro de Afrodisia a Metafsica V, 8, 1017b 23-26.Giampaolo Abbate..........................................................................................................................29Alejandro de Afrodisia intrprete del De Anima de AristtelesPaolo Accattino...............................................................................................................................53Alejandro de Afrodisia como intrprete de la notica aristotlicaMarcelo D. Boeri............................................................................................................................79El aristotelismo de Alejandro de Afrodisia en la cultura del comentarioBarbara Botter.................................................................................................................................109Alejandro y Aristteles en torno a la causalidad motriz del almaJorge Mittelmann............................................................................................................................135La causa de la accin humana segn Alejandro de Afrodisia, Mantissa 23 y De Fato 15Carlo Natali....................................................................................................................................159La recepcin de la teora aristotlica del azar en el De Fato de Alejandro de AfrodisiaAlberto Ross Hernndez.................................................................................................................183La causalidad del motor inmvil segn Pseudo AlejandroRita Salis.........................................................................................................................................199Alejandro de Afrodisia y el problema de la instrumentalidad de la lgica. Notas sobre in A. Pr. 2, 22-33Ricardo Salles.................................................................................................................................223Alma, impulso y movimiento segn Alejandro de AfrodisiaAlejandro G. Vigo..........................................................................................................................245Las Quaestiones III 2 y 3 de Alejandro de Afrodisia y el problema de la alteracin sensitivaMarco Zingano...............................................................................................................................279

    ReseasParra Paris, Lismaco. Esttica y modernidad. Un estudio sobre la teora de la belleza de

    Immanuel Kant. Bogot, Universidad Nacional de Colombia, 2007. Carlos Rojas OsorioFranco Restrepo, Vilma Liliana. Orden contrainsurgente y dominacin. Bogot, Instituto

    Popular de Capacitacin y Siglo del Hombre, 2009. Nataly Montoya Restrepo

  • Revista Estudios de FilosofaEstudios de Filosofa es el nombre de la revista editada por el Instituto de Filosofa de la Universidad de Antioquia. Es una publicacin semestral de manera ordinaria, sin perjuicio de que, a juicio del Comit Editorial, se realicen publicaciones extraordinarias. Desde su fundacin en 1990 esta Revista se ha concebido como medio especializado para el fomento y la difusin de trabajos de investigacin en todos los campos de la filosofa, tanto de investigadores colombianos como de miembros de la comunidad filosfica internacional. La institucionalidad de Estudios de Filosofa garantiza su orientacin hacia el desarrollo de las investigaciones filosficas en el pas y el fortalecimiento de una cultura de comunicacin, bajo el principio del respeto a la libertad de expresin e investigacin. Se trata de una publicacin dirigida a un pblico de especialistas en Filosofa, pero tambin a todas aquellas personas interesadas en el debate intelectual contemporneo.

    ObjetivosLa Revista Estudios de Filosofa busca servir de instrumento de comunicacin de los resultados parciales o finales de los trabajos, tanto de los investigadores vinculados al Instituto de Filosofa de la Universidad de Antioquia (profesores y egresados), como de investigadores de otras universidades del pas y de la comunidad filosfica internacional. Ser instrumento de divulgacin de estudios de filosofa, tanto sobre problemas concernientes a la historia de la filosofa como a las discusiones contemporneas en torno a problemas relativos a todos los campos de la investigacin filosfica. Fomentar la difusin de los estudios de filosofa en la forma de produccin original, comentarios, rplicas, reseas o traducciones, promoviendo el intercambio de ideas y opiniones, y la discusin entre los autores colaboradores.

    Informacin editorialLos autores interesados en la publicacin de sus trabajos en Estudios de Filosofa pueden consultar la seccin de orientacin a los colaboradores en esta misma revista, visitar la pgina electrnica del Instituto de Filosofa de la Universidad de Antioquia: http://institutodefilosofia.udea.edu.co, o escribir a la direccin electrnica: [email protected]

    Los artculos de esta revista aparecen registrados en los siguientes ndices:ndice Nacional de Publicaciones Cientficas (Colciencias). COLOMBIASciELO. COLOMBIALatindex. Sistema Regional de Informacin en Lnea para Revistas Cientficas de AMRICA LATINA, EL CARIBE, ESPAA Y PORTUGAL. Consejo Superior de Investigaciones Cientficas (CSIC). ESPAAPhilosophers Index. Philosophy Documentation Center. ESTADOS UNIDOSInstitut de lInformation Scientifique et Technique (INIST). FRANCIAK. G. Saur Verlag GmbH. ALEMANIAUlrichs Periodicals Directory. ESTADOS UNIDOSDialnet. ESPAA

    Instituto de Filosofa Universidad de Antioquia ISSN 0121 3628

    Diseo de cubierta: L.C.C. y Carlos A. PrezDiagramacin: Camilo Andrs Morales. Instituto de Filosofa.

    Revista Estudios de Filosofa. Instituto de Filosofa. Universidad de Antioquia. Apartado 1226. Medelln. ColombiaFax: 57 (4) 2195681 Telfono: 57 (4) 2195680http://institutodefilosofia.udea.edu.coDireccin electrnica: [email protected]

  • Estudios de Filosofa ISSN 0121-3628 no 40Fundador: Mg. Jairo Alarcn Arteaga, Instituto de Filosofa, Universidad de AntioquiaDirector: Dr. Francisco Corts Rodas, Instituto de Filosofa, Universidad de AntioquiaEditor: Dr. Jorge Antonio Meja Escobar, Instituto de Filosofa, Universidad de Antioquia

    Comit Editorial: Dr. Javier Domnguez Hernndez, Instituto de Filosofa, Universidad de Antioquia Dra. Luz Gloria Crdenas Meja, Instituto de Filosofa, Universidad de Antioquia

    Dr. Jairo Ivn Escobar Moncada, Instituto de Filosofa, Universidad de Antioquia Dr. Juan Jos Botero Cadavid, Universidad Nacional, Bogot Dr. Franois Gagin, Universidad del Valle, Cali Dr. Juan Guillermo Gmez Garca, Facultad de Comunicaciones, Universidad de Antioquia Dr. Alfonso Correa Motta, Universidad Nacional, Bogot Dra. Maria Isabel Santa Cruz, Universidad de Buenos Aires Dr. Jos Mara Zamora, Universidad Autnoma de Madrid Dr. Enrico Berti, Universidad de Padua Dr. Rainer Forst, Universidad de Frankfurt

    Comit Cientfico:

    Dra. Lucy Carrillo Castillo, Instituto de Filosofa, Universidad de Antioquia

    Dr. Carlos Vsquez Tamayo, Instituto de Filosofa, Universidad de Antioquia Dra (C). Liliana Molina Gonzlez, Instituto de Filosofa, Universidad de Antioquia

    Dr. Gonzalo Serrano Escalln, Universidad Nacional, Bogot Dr. Germn Guerrero Pino, Universidad del Valle, Cali Dr. Sergio Prez Corts, Universidad Autnoma Iztapalapa, Mxico Dr. Francisco Bravo, Universidad Central, Caracas Dr. Heinrich Hni, Universidad de Wuppertal Dr. Pablo de Greiff, International Center of Transitional Justice, New York Dr. Juan Manuel Navarro Cordn, Universidad Complutense, Madrid Dr. Fabio Morales, Universidad Simn Bolvar, Caracas Dr. Miguel Giusti, Pontificia Universidad Catlica del Per, Lima

    Dr. Jos Mara Gonzlez, C.S.I.C., Madrid Dr. Axel Honneth, Universidad de Frankfurt

  • Asistente de direccin:Carmen Elena Muoz Preciado

    Traduccin y revisin de textos en ingls:Nicols Naranjo Boza

    Traduccin y revisin de textos en portugus:Carlos Enrique Restrepo Bermdez

    Revisin de texto en griegoAna Milena Jaramillo G.

    Coordinador de correccin:Camilo Andrs Morales

    Auxiliares de edicin: Andrs David Guzmn, Jorge Mario Lpez

    Diagramacin: Camilo Andrs Morales

    Ttulo: Estudios de FilosofaPeriodicidad: Dos nmeros al ao (febrero y agosto)Nota: a partir del nmero 39 la Revista Estudios de Filosofa tendr una periodicidad semestral (junio-diciembre) Tamao: 16,4 cm X 23,4 cmPrecio ejemplar: $15.000 (pesos colombianos). Suscripcin anual: $27.000. (Sujetos a reajustes)Impresin: Imprenta de la Universidad de Antioquia. Tel. (574) 219 53 30. E-mail: [email protected]: Biblioteca Central. Universidad de Antioquia. Apartado 1226. Medelln. ColombiaDistribucin: Editorial Universidad de AntioquiaTels. 57 (4) 2195010 2195056. Medelln, ColombiaDireccin electrnica: [email protected]

    Correspondencia y suscripciones:Revista Estudios de FilosofaInstituto de Filosofa. Universidad de AntioquiaApartado 1226. Medelln ColombiaFax: 57 (4) 2195681 Telfono: 57 (4) 2195680http://institutodefilosofia.udea.edu.coDireccin electrnica: [email protected]

  • 7Alejandro de Afrodisia como lector de Aristteles1

    Presentacin

    Alejandro de Afrodisia: comentador de Aristteles y filsofo1.

    Alejandro de Afrodisia, el gran comentador de Aristteles y un filsofo por derecho propio, dedic gran parte de su carrera como filsofo y de su esfuerzo personal por conservar el legado de Aristteles y hacer comprensibles y todava razonables los textos aristotlicos en un medio filosfico que deba competir con otras escuelas. Esa tarea la llev a cabo especialmente a travs de sus comentarios al Corpus Aristotelicum, pero tambin a travs de sus obras de filosofa original (como su De anima, el De anima libri mantissa, el De fato y el De mixtione, entre otras)2. Los comentarios alejandrinos a las obras de Aristteles constituyen textos de una excelente calidad filosfica y una herramienta a veces imprescindible para el aristotelista en la tarea, con frecuencia de un detalle y minuciosidad quirrgicos, de aclarar los textos aristotlicos3.

    1 Este ensayo fue redactado como resultado parcial del proyecto 1085103 (Fondecyt, Chile).2 La siguiente es la lista de las obras de Aristteles comentadas por Alejandro: (i) Metaphysica

    (con la excepcin de los libros VI-XIV, atribuidos a Pseudo Alejandro, ahora identificado con Miguel de feso, Cf. R. Salis 2005 y su contribucin a este volumen. Una precisa traduccin italiana completa del comentario de Alejandro y de Pseudo Alejandro a la Metafsica de Aristteles, dotada de una introduccin, notas y texto griego, se encuentra ahora en Movia 2007); (ii) Analytica Priora; (iii) Topica; (iv) De sensu; (v) Meteorologica; (vi) Analytica Posteriora (slo se conservan fragmentos de su comentario). Entre las obras de Alejandro de filosofa original vase De mixtione, De anima, De anima libri mantissa (en algn momento se pens que esta obra no era de Alejandro; en la actualidad hay cierto consenso entre los especialistas para pensar qu s es de l; Cf. Accattino 2005: 9-10; Sharples 2008: 1-4), Quaestiones (se discute sobre la autenticidad de las Quaestiones; algunos, como Bruns 1892: i-xiv y Moraux 1942: 19-24 (Moraux tambin pone en duda la atribucin del De intellectu a Alejandro por razones de orden doctrinal, aunque cree que la ltima parte de ese breve tratado, contenido en De anima libri mantissa, puede atribursele; Cf. su 1942:140-142), piensan que algunas de ellas pueden no pertenecer a Alejandro. Vase, sin embargo, ms recientemente, Fazzo 2008: 195-197, quien incluso cree que la Quaestio II 3 pertenece a una fase probablemente madura de la produccin de Alejandro), y Problemata (a veces citados como Quaestiones Libro IV; Cf. Sharples 1990: 3, n.8). Sobre los comentarios de Alejandro a las obras de Aristteles puede verse con mucho provecho Thillet 2002: LIII-LXII.

    3 Gracias a la intensa actividad desarrollada entre fines del siglo XIX y lo que va del XXI, contamos en la actualidad no slo con excelentes ediciones del texto griego de las obras de Alejandro, sino tambin con importantes traducciones, comentarios a los textos y estudios de detalle. Para la edicin de los textos griegos de Alejandro todava son imprescindibles las ediciones de I. Bruns (1887; 1892), aunque en las ltimas dcadas se han editado versiones revisadas y mejoradas del texto griego, dotadas de traducciones y notas. Todd 1976 edit el texto griego del De mixtione

  • 8Los ensayos que aqu presentamos exploran diversos aspectos de la obra de Alejandro de Afrodisia como intrprete de Aristteles. Un hecho importante, sobre el que debe ponerse cierto nfasis, es que Alejandro como intrprete de las teoras aristotlicas no se limita a una parfrasis, ms o menos precisa, de los textos del Maestro. Aunque Alejandro es habitualmente conocido como el comentador de Aristteles4, sus comentarios a las obras aristotlicas o sus discusiones en el contexto de alguna de sus obras de filosofa original difcilmente hacen un uso servil de los textos aristotlicos. En la mayor parte de los casos sus comentarios, discusiones y argumentos implican un desarrollo que est ms all de la letra del texto aristotlico, lo cual no obsta para que dicho comentario sea, en muchos casos, iluminador del pasaje comentado. En este sentido puede decirse que Alejandro fue

    y lo tradujo al ingls; Dooley (1989) tradujo al ingls el libro I del comentario de Alejandro a la Metafsica, y Dooley-Madigan (1989) los libros II-III. Sharples (1983) y Thillet (2002) editaron el texto griego del De fato y lo tradujeron al ingls y el francs, respectivamente; Accattino (2005) reproduce el texto griego de Bruns (1887) del De anima libri mantissa y lo traduce al italiano; y Sharples (2008) ha producido una edicin renovada del texto griego de ese mismo tratado que ya haba traducido al ingls y anotado en Sharples (2004) y lo ha dotado de un comentario filosfico; Schroeder-Todd tradujeron al ingls el De intellectu; Natali 1996 ofrece una traduccin italiana del De fato provisto de un detallado comentario filosfico; Accattino-Donini (1996) ofrece una muy confiable traduccin italiana del De anima de Alejandro, dotada de una introduccin y un pormenorizado comentario filosfico. Una traduccin italiana del Sobre la providencia de Alejandro, conservado en rabe, se encuentra en Zonta (2008). Recientemente, Zingano (2008) ha publicado una traduccin portuguesa de De anima 73, 14-80, 15, y de un par de pginas del De anima libri mantissa (las traducciones estn precedidas de un detallado y rico estudio). En espaol hay muy pocos estudios, ediciones o traducciones de los textos de Alejandro; Salles-Molina (2009) han producido la primera traduccin espaola del De fato (de prxima aparicin en la Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana de la UNAM, Mxico, con texto griego, notas y ensayos interpretativos). Pueden encontrarse tambin algunas traducciones parciales de algunas pginas del De mixtione y del De fato en Juli-Boeri 1991; en el Apndice 1 de Aristteles, De anima. Traduccin directa del griego, Estudio Preliminar y Notas por Marcelo D. Boeri, Buenos Aires (en prensa), se proporciona una traduccin de Alejandro, De anima 88, 17-92, 11 y De intellectu 106, 18-110, 3. La cantidad de estudios sobre Alejandro es vastsima; entre nosotros Salles (1998) ha discutido el problema del incompatilismo en la teora de la responsabilidad de Alejandro. Vigo 2006: 185-212 ha tratado el problema de la prioridad temporal de la sustancia en Aristteles y Pseudo Alejandro; el lector puede encontrar una orientacin bibliogrfica bastante amplia en las bibliografas citadas en cada uno de los ensayos que componen este volumen.

    4 Vase Simplicio, In Phys. 707, 33; 795, 34-35; 1170, 2; 1170, 13; 1176, 32, y Fazzo, S. La dottrina della provvidenza in Alessandro di Afrodisia, en Fazzo, S. Zonta, M. Alessandro di Afrodisia, La provvidenza. Questioni sulla provvidenza. Testi arabo e greco a fronte, Milano, pp. 8-11, 2008 (1. ed. 1999). Fazzo enfatiza el hecho de que Alejandro es verdaderamente ortodoxo y fiel en todo a Aristteles, a quien reconoce como nica autoridad (Ibd., p. 10), en tanto que los dems comentadores adheran, en la mayor parte de los casos, a otras sectas y escuelas. Entiendo que ste debe ser el sentido en que Fazzo cree que Alejandro es verdaderamente ortodoxo y fiel, ya que su asimilacin del destino a la naturaleza no parece demasiado ortodoxa (Cf. nota siguiente).

  • 9tambin un filsofo constructivo, aun cuando l mismo a veces creyera que no estaba innovando, sino, en el mejor de los casos, aclarando ms el texto del Maestro. En varios casos, sin embargo, en su intento de aclarar el texto aristotlico Alejandro innova; varias de esas innovaciones muchas veces deben leerse con el trasfondo de escuelas rivales (como el estoicismo y el epicureismo) que en ese momento todava estn compitiendo por imponerse o que ya eran parte del paisaje filosfico habitual del mundo griego5. No deja de ser interesante advertir el hecho de que con cierta frecuencia Alejandro utiliza terminologa estoica para interpretar Aristteles y, a la vez, para combatir a los estoicos6. Varios de los aspectos recin sealados pueden advertirse en los ensayos que componen este nmero de Estudios de Filosofa.

    Contenido de los ensayos aqu presentados. Por qu Alejandro de 2. Afrodisia?

    La estructura del volumen que aqu presentamos es bastante simple y, en realidad, no tiene un diseo temtico preestablecido. Los trabajos se concentran mayormente en aspectos psicolgicos, de psicologa moral y de teora de la accin (cf. las contribuciones de Accattino, Boeri, Mittelmann, Natali, Vigo y Zingano), aunque tambin hay otros que se ocupan de problemas ontolgicos y metafsicos (como los artculos de Abbate, Ross Hernndez y Salis) o de aspectos que examinan la actividad de Alejandro como comentador de Aristteles y como filsofo por derecho propio (vase la contribucin de Botter). En lo que sigue ofrezco una breve introduccin a cada ensayo, de modo de enmarcar su tema central en algn inters propiamente aristotlico, as como un muy econmico resumen de la tesis y argumentos presentados por cada autor. Como el lector advertir cuando pase a estudiar cada trabajo, los resmenes no son exhaustivos, sino que solamente recogen algunos de los aspectos que he considerado ms relevantes de cada texto.

    En la huella del platonismo Aristteles retoma la tesis de que lo mximamente real es la sustancia (), y sostiene que de los varios significados de sustancia hay fundamentalmente dos: (i) el sustrato (o sujeto) ltimo y (ii) la estructura y la

    5 Para los trasfondos epicreos, estoicos y escpticos con los que Alejandro parece estar lidiando en su tratamiento del problema de la providencia Cf. Fazzo, S. La dottrina della provvidenza in Alessandro di Afrodisia, Op. cit., pp. 31-35.

    6 Cf. Todd, R. B. Alexander of Aphrodisias on Stoic Physics. A Study of the De mixtione with preliminary Essays, text, translation, and commentary by R.B. Todd, Leiden, 1976, p. 27. Como hace notar Todd (Ibd., p. 28), la caracterizacin que Alejandro lleva a cabo en De fato 6 del destino en trminos de naturaleza (entendida como causa productiva) no es ms que una asimilacin amplia de un marco de referencia estoico. Sobre este problema Cf. la contribucin de Ross Hernndez en este volumen.

  • 10

    forma de cada cosa, introduciendo as como requisito bsico de sustancialidad la tesis de que lo que es sustancia es algo determinado y separado. En su contribucin Acerca de la primaca del en la sustancia aristotlica. El comentario de Alejandro de Afrodisia a Metafsica V 8, 1071b23-26 Giampaolo Abbate se propone mostrar que, en relacin con el primer significado de sustancia, Alejandro enfatiza el hecho de que hay una perfecta univocidad entre ser sustancia y ser sustrato. De acuerdo con Abbate, esta univocidad puede verse operada en tres entidades que, en orden creciente, son materia, compuesto y forma. Ser el sustrato ltimo significa no ser predicado de nada, un aspecto que, como muestra Abbate, la forma (que Alejandro llama ) realiza por completo cuando es totalmente inmaterial, en la medida en que no est constituida por referencia de una cosa a otra. En cuanto al segundo significado de sustancia, Abbate argumenta que Alejandro parece individualizar tres acepciones diferentes, segn las cuales la forma se puede llamar : solamente puede ser como una forma natural que es inmanente a los cuerpos; 2) como un simple , esto es, como algo separado, en un sentido pasivo, de la materia a la que est constitutivamente unido. De acuerdo con la ltima acepcin, el de la forma como un motor divino indica una separacin completa: tanto la individualidad de una sustancia primera como la trascendencia en cuanto una forma pura en acto. Abbate concluye con la interesante sugerencia de que Alejandro nos autoriza a pensar que el es el carcter primero, esto es, el carcter que, ms que cualquier otro, acepta la distincin entre aquello que es sustancia y aquello que no lo es, si es cierto que las sustancias ms elevadas, i.e. las inmateriales, se distinguen de las materiales por el hecho de llevar al mximo cumplimiento dicho carcter.

    Aristteles es habitualmente reconocido como el filsofo de la antigedad que produjo una detallada doctrina psicolgica y, al mismo tiempo y bajo su peculiar ptica, sistematiz varias de las teoras psicolgicas que lo precedieron. Su De anima es todava hoy objeto de comentarios y discusiones por parte de prestigiosos aristotelistas y filsofos de la mente contempornea.7 No menos inters despert en las ltimas dcadas el De anima de Alejandro, un texto que no slo interpreta la obra homnima de Aristteles en algunos puntos de detalle,

    7 Cf. Philosophy and our mental life, en H. Putnam, Mind, Language and Reality (Philosophical Papers, volume 2), Cambridge, 1975, 291-303; Sorabji, R. 1979. Body and Soul in Aristotle, en J. Barnes, M. Schofield, R. Sorabji (eds.) Articles on Aristotle (Psychology and Aesthetics) London,1979, 42-64 (1a ed.1974); Nussbaum, M. C., Putnam, H. 1992. Changing Aristotles Mind, en Nussbaum, M.C., Rorty, A.O. (eds.) Essays on Aristotles De Anima, Oxford, 1992, pp. 27-56.

  • 11

    sino que adems discute con otras escuelas rivales (sobre todo con el estoicismo) y procura mostrar la razonabilidad del enfoque aristotlico frente a ellas. En su contribucin a este volumen (Alejandro de Afrodisia intrprete del De anima de Aristteles) Paolo Accattino examina algunas doctrinas psicolgicas de Alejandro, con particular nfasis en su notica; su trabajo se articula en tres partes: la primera ilustra, a travs de ejemplos tratados por el De anima, la concepcin que tena Alejandro de su actividad filosfica. Dado que Aristteles ha transmitido las doctrinas ms verdaderas, cree Alejandro, lo que habra que hacer es simplemente exponerlas de nuevo del modo ms claro y completo, valindose de todo lo que dice Aristteles respecto de las funciones psquicas, incluso en obras diferentes del tratado principal. La segunda parte del ensayo se centra en la seccin inicial (1-26 Bruns) del tratado alejandrino, donde principalmente se prueba que el alma, como cualquier otra forma, es slo la conjuncin de las capacidades del cuerpo, cuya forma es el alma. As, pues, dado que tales capacidades anmicas nunca pueden expresarse independientemente del cuerpo y menos an con la desaparicin del cuerpo , se sigue que, como forma del cuerpo, el alma es completamente mortal. sta constituye una de las tesis por la cual Alejandro lleg a ser famoso, desde la Antigedad tarda hasta el Renacimiento.

    La otra tesis que lo hizo famoso, a saber, la identificacin del intelecto activo con el dios aristotlico de Metafsica Lambda, es tratada por Accattino en la tercera parte de su ensayo. All examina en orden la notica del De intellectu de Alejandro y la seccin dedicada a la notica en su De anima (80, 16-91, 6). En esta parte de su artculo el autor aclara, primero, los trminos usados en la notica alejandrina (intelecto en potencia o intelecto material, intelecto entendido como hbito, intelecto que viene de afuera, el intelecto agente); luego ilustra el modo en que Alejandro da cuenta de la actividad intelectiva del intelecto humano y, finalmente, se concentra en el papel diferente que atribuye al intelecto agente (o el intelecto que viene de afuera, identificado por Alejandro con el intelecto divino) en el De intellectu y en la seccin del De anima, respectivamente, de modo de mostrar que la posicin ms madura de Alejandro es la indicada en el De anima.

    Como sealamos recin, Aristteles elabora el primer tratado sistemtico en el que se investiga qu es el alma o, como dira un filsofo de la mente contemporneo, qu es la mente. El problema es que mente para Aristteles y, en general, para los griegos tiene que ver ms bien con actividades de tipo intelectual; pero es un trmino mucho ms amplio en griego y en el uso tcnico que encontramos en los tratados aristotlicos se refiere a actividades intelectuales como pensar, pero tambin a actividades como desear o sentir en general. En la construccin de su modelo psicolgico Aristteles hace esfuerzos ingentes por alejarse del dualismo

  • 12

    sustancialista de Platn, quien sostena que el alma es una entidad inmaterial que puede existir independientemente (i.e. separadamente) del cuerpo (cf. Fedn 64c-65a). Aristteles, en cambio, sostiene que el alma no puede existir separadamente del cuerpo y, por tanto, enfatiza el hecho de que el alma sin ms no puede ser una sustancia (o una forma) que tenga existencia independientemente del cuerpo (De anima 413a3-5). No obstante eso, Aristteles s parece pensar que, al menos el alma racional, puede existir sin el cuerpo, introduciendo as una dificultad sistemtica importante en su psicologa. En efecto, si se identifica el alma con la forma y el cuerpo con la materia (De anima 412a17-19; 412b6-8; 414a14-19), y si debe haber una cierta relacin de dependencia entre la forma y la materia, no puede haber una forma separada (en el sentido de una separacin real;; De anima 413b15) de su correspondiente materia.

    En su contribucin a este volumen (Alejandro de Afrodisia como intrprete de la notica aristotlica) Marcelo D. Boeri se ocupa de discutir la interpretacin alejandrina de la distincin aristotlica del intelecto en agente y paciente en el debatido pasaje de De anima III 5. Boeri argumenta que, a pesar de la relevancia de la interpretacin alejandrina del intelecto agente aristotlico (que Alejandro identifica con dios), tal interpretacin no puede ser correcta por razones de orden sistemtico que iran en contra de algunas premisas aristotlicas bsicas, tanto ontolgicas en general como de su notica y psicologa en particular. En el desarrollo de su argumento general Boeri destaca la relevancia de algunos argumentos y explicaciones de Ps. Filpono, quien (correctamente a su juicio) se esfuerza por anclar el problema del intelecto del lado psicolgico, lo cual presupone que el intelecto debe tener un soporte corpreo. Una consecuencia de su examen es, segn Boeri, que no slo la interpretacin de Alejandro del intelecto agente no constituye una correcta exgesis de De anima III 5, sino tambin que, al identificar al intelecto agente con el intelecto que viene de afuera, con dios y con la causa primera, Alejandro introduce una importante incoherencia dentro de su propia concepcin psicolgica que, al menos en algn sentido, reconoce la tesis de Aristteles de que los estados anmicos se dan a travs del cuerpo.

    A veces suele pensarse en los comentarios (de Aristteles y de otros filsofos antiguos) como en textos anquilosados, faltos de vida propia, o poco interesantes. Hoy, sin embargo, gracias a la intensa investigacin desarrollada en las ltimas dcadas sobre los comentadores griegos de Aristteles, sabemos que su obra fue importante, no slo para aclarar en muchos casos el texto comentado, sino tambin como obras que exhiben una cierta originalidad y relevancia, aun cuando sean

  • 13

    dependientes del texto comentado.8 En su ensayo El aristotelismo de Alejandro de Afrodisia en la cultura del comentario Barbara Botter se propone indagar la naturaleza y algunas de las dinmicas peculiares de las obras de Alejandro de Afrodisia. Botter argumenta que, como expresin de una cultura nueva, la cultura del comentario, y como epgono del arcasmo y de la cultura de los clsicos del siglo II d.C., las obras de Alejandro de Afrodisia representan una forma de cultura original y diferente respecto de la idea tradicional del desarrollo de las doctrinas de los grandes Maestros del pasado. La prctica de Alejandro apunta a aclarar Aristteles a travs de Aristteles, modelando, en la medida de lo posible, el comentario a los textos originales por medio de un fatigoso trabajo filolgico de confrontacin de cada frase singular con todo el resto del corpus de los tratados y con las principales interpretaciones de los predecesores. Como muestra Botter, Alejandro se mantiene siempre muy fiel a su Maestro, ya sea desde el punto de vista doctrinal o formal: siempre se abstiene de criticarlo y, contrariamente, no pierde la ocasin de poner de manifiesto su amplio conocimiento del corpus aristotlico. Si uno explora detrs de una proposicin de Alejandro, se encuentra, como por el vnculo de una cadena con lo que precede, con una serie imponente de textos aristotlicos que se presuponen. En la coleccin de los escritos de Alejandro aparecen dos tipologas de escritos filosficos: los comentarios y los tratados. En el corpus de los comentarios Alejandro trata de aclarar las posiciones de Aristteles con el objetivo de facilitar la comprensin del texto mismo. El comentario no consiste, por tanto, en una simple repeticin, sino en una investigacin incesante del significado originario del texto detrs de las interpretaciones histricas y de las intromisiones de otros intrpretes. En los tratados el filsofo expone la posicin peripattica sobre las cuestiones filosficas ms importantes de su tiempo, tratando de conciliar la doctrina de Aristteles con algunas exigencias de la poca en que vive.

    8 Para calibrar la relevancia que ha tomado el estudio de los comentadores griegos de Aristteles puede verse el ciclpeo proyecto de traduccin al ingls, con introduccin y notas, dirigido por R. Sorabji desde 1987; a la fecha se han publicado ya 70 volmenes (hay al menos otros 30 que aparecern en los prximos aos) con traducciones de pasajes especialmente seleccionado de los comentadores griegos de Aristteles (Alejandro de Afrodisia, Amonio, Aspacio, Dexipo, Filpono, Miguel de feso, Porfirio, Proclo, Simplicio, Siriano, y Temistio; tambin se tradujo el comentario de Boecio a Aristteles, De interpretatione 9). Para una visin de conjunto del proyecto, as como para un panorama bastante detallado sobre la importancia de los comentadores Cf. Sorabji, R. General Introduction, en Wilberg, C. Philoponus, Against Aristotle, on the Eternity of the World, London, 1987. (reproducido en todos los dems volmenes publicados). Ms recientemente, Sorabji ha convertido su proyecto de ms de dos dcadas en un utilsimo libro de fuentes, en tres volmenes, basado en los comentadores griegos (Cf. Sorabji, R. The Philosophy of the Commentators, 200-600 AD. A Sourcebook, Ithaca-New York (3 vols.), 2005.

  • 14

    Uno de los temas ms discutidos en filosofa de la mente contempornea es el del poder causal de la mente;9 se trata de un problema que ya haba ocupado a Aristteles, quien en su De anima establece que el alma es causa y principio del cuerpo viviente (De anima 415b8) y defiende la posibilidad de que el alma, aun siendo un tem inmaterial (o, tal vez mejor, por ser un tem inmaterial), tiene poderes causales sobre el cuerpo. Es relativamente obvio que Aristteles pens que es un hecho que los tems mentales (o, ms precisamente, anmicos) tienen poder causal sobre el cuerpo porque, si no lo tuvieran, nuestra vida prctica no podra explicarse, as como tampoco podran explicarse ciertos movimientos corpreos (como el movimiento de mi brazo para beber el agua frente a m cuando deseo saciar mi sed; sobre la impronta prctica del poder causal del alma cf. De anima III 10). Dentro de su modelo psicolgico Aristteles ofrece razones que son al menos atendibles para mostrar el papel causal de un tem inmaterial (en su opinin) como el alma; puede argumentarse que su teora psicolgica es un intento por distanciarse tanto del materialismo reductivo de Demcirito como del inmaterialismo de Platn, que pretenda que el alma puede seguir existiendo con sus poderes independientemente del cuerpo. Con su tesis de que el alma no es cuerpo pero no se da si no es a travs del cuerpo (De anima 414a19-20) Aristteles parece adoptar un interesante trmino medio entre esas dos posiciones que, en su opinin, son extremas (y reductivas). No obstante, como argumenta Jorge Mittelman en su contribucin Alejandro y

    9 De acuerdo con los supuestos fisicalistas de varias teoras de la mente contemporneas, la eficacia causal de las propiedades mentales es inconsistente con las siguientes afirmaciones: (i) el mundo fsico es causalmente cerrado (i.e. la clausura o cierre causal de lo fsico); (ii) la exclusin causal, (iii) la superveniencia mente-cuerpo y (iv) el dualismo de las propiedades mentales-fsicas. La afirmacin (i) es un supuesto fuerte de cualquier explicacin fisicalista de lo mental y de la causacin: mi creencia de que hay un pastel de manzana delante de m y mi deseo de tomar un trozo de pastel y saciar mi hambre son la causa de que mueva mi brazo para ser capaz de tomar el trozo de pastel (sobre este asunto Cf. las lcidas observaciones de Kim, en: Kim. J. Physicalism, or Something Near Enough, Princeton and Oxford, 2005, pp. 20-22). Cualquier enfoque fisicalista dara cuenta de este evento como un evento fsico, al menos en el sentido de un materialismo no reductivo de que mi creencia y mi deseo, aunque no pueden identificarse sin ms con tems fsicos, no se dan sin tales tems fsicos (como mi cuerpo). Si uno intenta dilucidar la psicologa aristotlica a la luz de algunas discusiones contemporneas, tal vez debera preguntarse hasta qu punto este tipo de objeciones respecto de los poderes causales de lo mental (o de lo anmico en lenguaje aristotlico) afecta los supuestos y los desarrollos tericos de Aristteles. Es probable que nuestro problema (basado casi siempre en los presupuestos fisicalistas) respecto de la distincin mente-cuerpo y de las probables dificultades que involucrara suponer que la mente tiene poderes causales sobre el cuerpo no es el problema de Aristteles. He desarrollado una lnea interpretativa que va en esa direccin en: Boeri, M. D. (Aristteles, De anima 2. 414 a 19-20). A propsito del alcance de las interpretaciones funcionalistas de la psicologa aristotlica y del carcter causal del alma, en Elenchos (Rivista di studi sul pensiero antico), 2009, Fascicolo 1, 53-97.

  • 15

    Aristteles en torno de la causalidad motriz del alma, uno de los desafos ms apremiantes que debe satisfacer una psicologa de inspiracin peripattica es el de conservar la relevancia causal del alma en los tres rdenes del cambio fsico (traslacin, alteracin y crecimiento), sin hacer de ella un motor interno que desplace al organismo por hallarse en continuidad con l. En caso de no sortear con xito este escollo, tal psicologa no podr afirmar que el alma sea un tem inextenso e impasible, sino (a lo sumo) un cuerpo sutil que desplaza a otro ms grosero. En su ensayo Mittelmann propone una lectura conjunta de los tratados de Alejandro y Aristteles acerca del alma, con el fin de presentar la estrategia de Alejandro como un modo exitoso de hacer frente a esa dificultad patente. De acuerdo con la interpretacin de Mittelmann, Alejandro hallara en los estados disposicionales de Aristteles el paradigma apropiado para concebir la eficacia causal de las formas. Aquellos podran oficiar de motores inmviles en la medida en que renen una doble condicin, que ni las formas platnicas ni los cuerpos sutiles pueden satisfacer: por una parte, su carcter incorpreo no los convierte en substancias (separadas); por otra, su carcter inseparable no los convierte en cuerpos que desplacen a otros cuerpos por hallarse en contacto con ellos. De este modo, las aristotlicas reuniran todas las ventajas explicativas de los platnicos y del estoico, evitando a la vez sus respectivos inconvenientes.

    Aproximadamente diez aos despus de la muerte de Aristteles (322 a.C.) llegan a Atenas los fundadores del estoicismo (Zenn de Citio) y del Jardn (Epicuro). Por razones que no siempre son fciles de establecer sus filosofas parten de fundamentos ontolgicos opuestos a los del platonismo y el aristotelismo. De acuerdo con el modelo ontolgico de estoicos y epicreos, lo verdaderamente real no son ya las Formas o los fines (i.e. tems inmateriales), sino los cuerpos, de donde, al menos los estoicos, tambin pretenden haber solucionado la dificultad, presente en el platonismo y al aristotelismo, de cmo es posible que dos entidades de naturaleza diferente (cuerpo y alma) pueden relacionarse causalmente entre s. La respuesta estoica es que tales relaciones pueden establecerse porque el alma, igual que el cuerpo, es de naturaleza corprea. Tanto estoicos como epicreos son las filosofas fisicalistas que, aunque aparecidas hacia fines del s. IV a.C., siguen todava vigentes en poca de Alejandro de Afrodisia (entre fines del siglo II y comienzos del III d.C.); tales filosofas constituyen las escuelas rivales con las que ste mayormente discute.

    Los estoicos antiguos son los primeros filsofos de los que tenemos noticia que hicieron un esfuerzo por mostrar la razonabilidad de la tesis, segn la cual todo sucede por destino. En la medida en que los estoicos sostuvieron que todo estado y acontecimiento son necesitados por una causa antecedente fueron deterministas,

  • 16

    pero, al mismo tiempo, fueron compatibilistas pues creyeron que, aun admitiendo que todo tiene una causa antecedente, puede adscribirse responsabilidad a las acciones humanas.10 Ni la tesis del determinismo ni el compatibilismo estoico fueron admitidos por Alejandro que, fiel a las premisas aristotlicas, prefiere seguir pensando que no slo no es cierto que todo est determinado, sino tambin que si efectivamente existe el destino, los elogios y censura suceden en vano y la deliberacin, como ingrediente fundamental en la explicacin de la accin, carece de sentido. En su contribucin a este volumen (La causa de la accin humana segn Alejandro de Afrodisia, Mantissa 23 y De fato 15) Carlo Natali se ocupa de examinar las bases y detalles del debate de Alejandro con los deterministas, as como sus razones para mostrar el papel decisivo de la deliberacin en la explicacin de la accin. Como muestra Natali, el punto de partida de Alejandro es el clebre captulo 9 del De interpretatione, texto que indica de una manera bastante clara que Aristteles visualiz las consecuencias, en su opinin, absurdas del determinismo. En su discusin Natali examina la influencia de los argumentos de Alejandro en el comentario de Boecio al De interpretatione; un aspecto particularmente destacable del ensayo de Natali es que ste muestra que Alejandro y Aspacio antes de l, aun dando por supuesta la relevancia decisiva de la deliberacin en la explicacin de la accin, modifica en parte la teora aristotlica de la deliberacin, ya que trata de adaptarla a la nueva situacin cultural y al nuevo debate filosfico de su tiempo. Como seala Natali, Alejandro nos presenta una definicin de deliberar que afirma que es admitida por todos ( ; De fato, 178,17) y, por ende, tambin por sus adversarios. Es ciertamente difcil saber con seguridad si los adversarios de Alejandro probablemente, est pensando en los estoicos estaran efectivamente de acuerdo en admitir que su tesis de la capacidad de discriminar la representaciones que tienen los seres humanos puede asimilarse sin ms a la definicin alejandrina de deliberar; en su redefinicin de la deliberacin Alejandro ya no la considera meramente como la facultad racional de distinguir apropiadamente los medios en vista de los fines (como sostiene Aristteles en tica

    10 Una interpretacin reciente del compatibilismo estoico puede encontrarse en Salles, R. The Stoics on Determinism and Compatibilism, Burlington, VT: Ashgate, 2005; para un comentario crtico a este libro me permito enviar a Boeri, M. D. Review of R. Salles, The Stoics on Determinism and Compatibilism, Burlington, VT: Ashgate, 2005, pp. 132, en: Bryn Mawr Classical Review 2007 (documento electrnico: http://bmcr.brynmawr.edu/2007/2007-03-02.html). Para una discusin sobre aspectos de detalle del compatibilismo estoico Cf. Salles, R. Necesidad y lo que depende de nosotros. Sobre la interpretacin de Marcelo Boeri del compatibilismo estoico, en Crtica (Revista Hispanoamericana de Filosofa), vol. 39, N 115, 2007, pp. 83-96; y Boeri, M. D. Necesidad, lo que depende de nosotros y posibilidades alternativas en los estoicos. Rplica a Ricardo Salles, en Crtica (Revista Hispanoamericana de Filosofa), vol. 39, N 115, 2007, pp. 97-111.

  • 17

    Nicomaquea III, 1112b15-1113a14),11 sino que consiste en la capacidad que el ser humano tiene, a diferencia de los dems animales, de no seguir como ellos las representaciones, sino que posee la razn como juez de las representaciones que lo alcanzan y, gracias a su eleccin, presta asentimiento a ciertas representaciones y se rehsa a prestarlo a otras. Como hace notar Natali, la aparente incorporacin por parte de Alejandro de terminologa y nociones estoicas (como la de asentimiento) es parte de una inteligente estrategia para combatir a los deterministas estoicos en su mismo terreno: lo decisivo es la deliberacin como ingrediente central en la explicacin de la accin, as como el hecho de poder elegir una cosa o algo distinto de ella (De fato 178, 22), si eso parece preferible. Es en la eleccin, cree Alejandro, donde no se trata slo de refutar el asentimiento a una representacin, sino de preferir un bien a otro bien.

    Es justamente clebre la cudruple doctrina aristotlica de la causalidad; pero no menos importante es en su modelo fsico su explicacin del azar y, en general, de la causalidad accidental. Una de las nociones mejor conocidas y ms estudiadas de la filosofa de Aristteles es la de finalidad. En muchos pasajes de sus escritos filosficos se vale de modelos teleolgicos para dar cuenta de diferentes tpicos. Contra sus predecesores materialistas y mecanicistas y siguiendo la enseanza de Platn Aristteles sola argumentar que muchas cosas y acontecimientos pueden ser explicados por referencia a fines. En su opinin, un fin () significa algo bueno, i.e. aquello en vistas de lo cual ( ) las dems cosas son hechas. Aunque el nfasis de Aristteles sobre el fin del cambio como su causa final muestra sus intereses biolgicos, la explicacin teleolgica se aplica tambin a otros campos de investigacin, incluyendo la fsica, la tica y la poltica.12 Con su doctrina de la causa final Aristteles contaba con un instrumento que desempe un papel decisivo en varias reas de su obra y tal vez, de un modo especial, en su filosofa de la naturaleza.

    11 El objeto de deliberacin y el de eleccin es, segn Aristteles, el mismo; ello es as porque lo que uno ha decidido como el resultado de una deliberacin i.e. un clculo racional que examina cmo alcanzar el fin o meta que el agente se propone es el objeto de eleccin que, como se ha dicho, lo es no del fin (que coincide con el deseo bultico: ), sino con lo que conduce al fin (Cf. EN 1113a-5; vase tambin EN 1112b11-12: deliberamos no sobre los fines, sino sobre lo que [conduce] a los fines).

    12 Vase De partibus animalium 639a9, 640a33-b4, 645a23-26,64514-17,654b21-22, 658a8-10,661b22-24, 696b25-32. De incessu animalium 704b12-18; 708a9. Fsica. 193b12-18, 194a32-33, 195a23-25, 198b15-199a5. Poltica 1252a1-5, 1252b1-5, 1252b34-35, 1256b15-22. EE 1218b9-11. NE 1094a18-22, 1096a30-34. Metafsica 982b4ss.; 983a31-32; 1021b23-25. A veces Aristteles habla de existir en vistas de lo mejor o el bien (Cf. De anima 420b19-22, 434b22-29; De generatione animalium 717a15).

  • 18

    La relevancia intrnseca de la explicacin teleolgica ha llevado a algunos estudiosos a creer que la teleologa es una especie de principio universal supremo dentro de la fsica aristotlica.13 En su influyente libro sobre la fsica aristotlica A. Mansion sostuvo que tanto el azar (; en su traduccin la fortune) como la espontaneidad (; en su traduccin hasard) representaban una especie de obstculo a la actividad de la naturaleza, puesto que se supone que la naturaleza y sus movimientos son esencialmente teleolgicos, en tanto que el azar no es teleolgico o al menos se opone a la finalidad de la naturaleza.14 Hay, sin embargo, razones para pensar que el azar y la teleologa no son conceptos opuestos, sino que, por el contrario, se encuentran estrechamente relacionados. Este enfoque est sugerido por ciertas observaciones que hace Aristteles en Fsica II, especialmente en el pasaje en el que el azar es caracterizado con referencia a la nocin de (eleccin o decisin; cf. 197b5-8).

    En su contribucin a este volumen (La recepcin de la teora aristotlica del azar en el De Fato de Alejandro de Afrodisia) Alberto Ross Hernndez se concentra en mostrar la recepcin y transformacin de la teora aristotlica del azar y la causalidad accidental en una de las obras fundamentales del aristotelismo antiguo: el De Fato de Alejandro de Afrodisia. En primer lugar, Ross sugiere la continuidad entre Aristteles y Alejandro en algunos de los planteamientos ms importantes de su propuesta. En particular, destaca la asimilacin alejandrina de la distincin entre especies y modos causales para el estudio de la naturaleza. En segundo lugar, seala algunas de las diferencias ms significativas entre los dos filsofos en el contexto de una discusin ms general acerca de la relacin entre el mundo fsico y las entidades metafsicas. De acuerdo con Ross, Alejandro introdujo algunas nociones a la filosofa aristotlica, tal como destino y providencia, que son completamente ajenas al planteamiento original de Aristteles y se separa de la letra del Maestro en ms de una ocasin, aunque le atribuya su propia doctrina.

    13 Cf. Wieland, W. The problem of Teleology, en Barnes, J. M. Schofield, R. Sorabji (eds.) Articles on Aristotle (1.Science) London, 1975, pp. 142-143.

    14 Segn Mansion, la necesidad y el azar reprsent des formes dopposition la finalit naturelle, que on pourrait rapporter encore la ncessit, prise come leffect d une violence antitlologique y que la concidence, dans ce cas-ci, entre ncessit et hasard, [...] soulve le probleme plus gnral des rapports mutuels de ces deux sortes dobstacles la finalite (Cf. Mansion, A. Introduction la physique aristotlicienne, Louvain (2da. ed.), 1946, pp. 282, 291 y 302 respectivamente). Mansion da por supuesto que el azar (y la necesidad) son causas perturbadoras responsables de ciertas anomalas en la conducta de la naturaleza. Pienso, en cambio, que los procesos de azar son contemplados en el orden de la naturaleza. Por lo general Mansion considera irrelevante la diferencia entre y (n. 5; 292-93), distincin que, en mi opinin, es decisiva.

  • 19

    Por ltimo, Ross procura mostrar que hay una tensin entre la lectura tradicional de Metafsca XII inspirada precisamente en Alejandro y algunas tesis del De Fato. La idea de que el Primer Motor se presenta como algo deseable e inteligible al primer cielo, el cual se mueve de manera circular para imitar la actividad de aquello que se le presenta como deseable y cuya nica actividad es pensarse a s mismo, se inspira, sugiere Ross, precisamente en Alejandro. Sin embargo, el autor del De fato recurre a la teora causal de Aristteles para discutir con un tipo particular de determinismo y para ello identifica la nocin aristotlica de naturaleza con nociones (de ndole estoica) como destino y providencia. Sin embargo, concluye Ross, esta asimilacin se encuentra en tensin con la lectura tradicional de la Fsica y la Metafsica de Aristteles, ya que el dios aristotlico no es providente y la nocin de destino no es relevante en su filosofa.

    Los dos libros finales de la Fsica de Aristteles (y en especial el ltimo libro) han sido a veces considerados como la culminacin de la teora aristotlica de la naturaleza, ya que la discusin parece desplazarse del examen y explicacin de los movimientos o cambios particulares en el mundo y dirigirse hacia la causa ltima de todo movimiento. De acuerdo con una interpretacin ms o menos tradicional, la preocupacin fundamental de Aristteles en Fsica VII-VIII habra sido probar la necesidad de la existencia de un Primer Motor o principio ltimo que se encuentra en el origen del movimiento csmico.15

    El hecho de que en Fsica VII-VIII aparezca de un modo bastante detallado la nocin de Primer Motor y el hecho, tal vez ms importante, de que la versin ms habitualmente conocida del Primer Motor (al menos entre los estudiosos hispanoparlantes) sea la presentada por Aristteles en Metafsica XII justifica detenerse un momento en este asunto. Lo que creo que podra aceptarse sin

    15 Vase, por ejemplo, Verbeke, G. 1969. Largument du livre VII de la Physique. Une impasse philosophique, en I. Dring (ed.) Naturphilosophie bei Aristoteles und Theophrast (Verhandlungen des 4 Symposium Aristotelicum veranstaltet in Gteborg, August 1966), Heidelberg, 1969, p. 252. Solmsen sostiene que el libro VIII presenta la versin aristotlica del primer principio cosmolgico y sugiere que fue compuesto con el fin de reemplazar al libro VII, donde Aristteles hace un primer esfuerzo por encontrar su camino hacia un primer motor (Cf. Solmsen, F. Aristotles System of The Physical World. A Comparison with his Predecessors, New York, 1960, p. 222, n.1). Natali, por su parte, sostiene que Fsica VIII presenta un discurso de contenido teolgico, cuyo objetivo es demostrar la existencia de un motor inmvil (Cf. Natali, C. Cosmo e divinit. La struttura logica della teologia aristotelica, LAquila, 1974, p. 116). Cuando la expresin Primer Motor est con mayscula indica la causa ltima del cambio; ste es un modo de distinguir esa causa ltima del motor prximo o inmediato, que tambin es un primer motor ( ). Una discusin actualizada y renovada del problema del Primer Motor, tanto en la Fsica como en la Metafsica, puede encontrarse ahora en Ross Hernndez, A. Dios, eternidad y movimiento en Aristteles. Pamplona, 2007, caps. 3-4.

  • 20

    demasiadas dificultades es que se trata de dos versiones bastante diferentes del Primer Motor. Con frecuencia (y sobre la base de buenas razones) se suele decir que Metafsica XII es el texto teolgico por antonomasia de Aristteles.16 Si se comparan algunas de las tesis fundamentales expresadas en este tratado con el contenido de otros textos aristotlicos podra conjeturarse no slo que en Metafsica XII se encuentran resumidas algunas doctrinas que haban sido desarrolladas con ms detalle en otros escritos, sino tambin que en el texto de Metafsica se introducen algunas novedades importantes en materia teolgica: la ms importante de ellas es que el Primer Motor es identificado con dios, cosa que nunca se hace en Fsica VIII.17 Veamos sumariamente algunas de esas novedades: en el contexto de la demostracin de la existencia de un Primer Motor inmvil en Metafsica XII 6 Aristteles enfatiza la necesidad de que ese Motor sea acto, esto es, que opere de una manera efectiva. Porque puede existir algo motriz productivo pero que no est en acto; esta observacin es una crtica directa a Platn, quien aunque postulaba Ideas (que eran sustancias eternas y causas motrices), no eran, segn Aristteles, principios activos. El nfasis puesto en Metafsica XII en la tesis de que el Primer Motor sea acto no se encuentra en los pasajes relevantes de Fsica VIII. Y eso, segn creo, tiene una clara explicacin, ya que, como he indicado hace un momento, en ningn momento de Fsica VIII se llama al Primer Motor dios, no se lo caracteriza como una sustancia intelectiva, ni tampoco se dice que mueva como lo deseable y lo inteligible (Metafsica 1072a25) o como lo amado (1072b2-5). En Metafsica XII, entonces, el Primer Motor aparece claramente caracterizado en trminos de causa final (una

    16 Cf. Ross, W. D. Aristotles Metaphysics. A Revised Text with Introduction and Commentary, Oxford (reimpr.), 1981, p. 130-131; Reale, G. Il concetto di filosofia prima e lunit della Metafisica di Aristotele, Milano, 1965, p. 259.

    17 Vase, por ejemplo, la primera parte de Metafsica XII (caps. 1-5), que constituye un apretado resumen de la doctrina del cambio tal como es desarrollada in extenso en Fsica I. Otro tanto puede advertirse en Metafsica XII 6-7, donde se dan por supuestas la teora del movimiento, del tiempo, de la prioridad del movimiento de traslacin circular respecto de la traslacin rectilnea, etc., todos temas que se encuentran ampliamente desarrollados en Fsica VII-VIII. Berti, en Berti, E. Aristotele: dalla dialettica alla filosofia prima. Padova, 1977, pp. 425-426, sin embargo, no cree que Metafsica XII presuponga los libros finales de Fsica sino que slo expresa la misma conviccin. Es cierto que, como indica Berti, es igualmente comn a ambos tratados la identificacin entre movimiento eterno y movimiento continuo, esto es, movimiento locativo circular. Eso no explica, no obstante, que en Metafsica XII no se ofrezcan argumentos para demostrar esa afirmacin, cosa que s se hace en los dos libros finales de Fsica Parece posible, entonces, conjeturar que los desarrollos de Fsica VII-VIII se dan por supuestos en Metafsica XII y que, por tanto, resulta innecesario volver sobre ellos. El mismo Berti, con todo, reconoce que Metafsica XII representa un avance respecto de Fsica VIII. Easterling, en: Easterling, H. J. The Unmoved Mover in Early Aristotle, Phronesis, 21, 3, 1976, p. 259, n.11, en cambio, ha argumentado en favor de la anterioridad de Fsica VIII.

  • 21

    interpretacin que, como se ver, es desafiada por R. Salis en su contribucin a este volumen), algo que no ocurre en Fsica VIII, donde Aristteles dice poco o nada respecto de cmo opera este principio. La dificultad que introduce la tesis del Primer Motor Inmvil es que, sin ser una entidad de naturaleza fsica o corprea, es principio y causa ltima de explicacin del movimiento fsico. El problema que no queda resuelto en Fsica VIII encuentra un principio de solucin en Metafsica XII, donde el Primer Motor es causa final y, en consecuencia, puede mover sin ser movido. El movimiento no puede producirse por contacto (entre el Primer Motor y el cielo) porque (i) slo puede haber contacto entre dos entidades corpreas y (ii) porque, si el Primer Motor entrara en contacto con una sustancia material (como el cielo), podra sufrir alguna forma de afeccin y, consecuentemente, implicara potencialidad. La dificultad de la relacin entre el Primer Motor y el cielo (y todo lo que depende del cielo) encuentra un principio de solucin a partir de la tesis de que aqul mueve del mismo modo en que lo hace aquello que es objeto de deseo o de inteleccin: el objeto de deseo mueve sin ser movido, es decir sin entrar en contacto con aquello que mueve.

    Como hace notar Rita Salis en su ensayo (La causalidad del motor inmvil segn Pseudo Alejandro), el problema de la causalidad del motor inmvil de Aristteles, surgido ya a partir de Teofrasto, discpulo directo del Estagirita, constituye an hoy una de las cuestiones mayormente debatidas. La teora dominante entre los comentadores antiguos y desde hace largo tiempo entre los modernos, segn la cual el motor inmvil movera como causa final, ha encontrado ahora una nueva posible interpretacin, sostenida tambin por Salis en su trabajo, en virtud de la cual el primer motor producira el movimiento como causa eficiente. Salis se propone analizar la interpretacin que ha dado de la cuestin uno de los comentadores antiguos de Aristteles, conocido como Pseudo Alejandro. El comentador, antes considerado un neoplatnico, ha sido recientemente identificado con Miguel de feso, literato bizantino que viv entre los s. XI-XII y que formaba parte del crculo filosfico instituido por la princesa Anna Comnena. Como se sabe, de acuerdo con la interpretacin inaugurada por Alejandro de Afrodisia, el cielo se movera con el fin de uniformarse con el primer motor, y se movera con un movimiento circular porque ste constituira el tipo de movimiento que ms se acerca a la inmovilidad absoluta de la causa primera de la que, por ende, sera una imitacin. La explicacin que Pseudo Alejandro da de la cuestin aparece en su comentario al libro XII de la Metafsica de Aristteles, del que l ha resultado ser autor, junto con los comentarios a los libros VI-XIV de la obra aristotlica. Pseudo Alejandro, aun siguiendo la interpretacin tradicional, construye una teora

  • 22

    completamente original. En efecto, si bien el exgeta manifiesta que sigue de cerca el mtodo alejandrino, informando tambin en su comentario pasajes tratados directamente por las obras de Alejandro, respecto del problema de la causalidad del motor inmvil l se aparta de Alejandro e introduce un importante y novedoso elemento. En efecto, segn Pseudo Alejandro, el primer cielo no tendera a imitar el motor inmvil, sino que apuntara a apropiarse o unirse a l. Adems, al admitir la infinitud del primer motor y, consecuentemente, el hecho de que el primer cielo jams podr alcanzarlo, Pseudo Alejandro vuelve a tomar caracteres tpicos del neoplatonismo y del cristianismo.

    Como ya hemos notar arriba a propsito de la presentacin del ensayo de Carlo Natali, los estoicos seguan siendo interlocutores vlidos de Alejandro de Afrodisia todava en el s. III d. C. A veces es difcil apreciar el impacto que tuvo el estoicismo en las escuelas que, como la Academia y el Liceo, todava siguieron activas varios siglos despus de desaparecidos sus fundadores y algunos de sus primeros escolarcas. Los estoicos no slo invierten la ontologa platnico-aristotlica al considerar real solamente a los cuerpos; tambin incursionan en otros terrenos (como la lgica y la epistemologa) que haban sido patrimonio del peripatetismo, por as decir, por varios siglos. Aunque la contribucin de Ricardo Salles (Alejandro de Afrodisia y el problema de la instrumentalidad de la lgica. Notas sobre in A. Pr. 2, 22-33) no est particularmente dedicada a discutir Alejandro de Afrodisia como intrprete de Aristteles, arroja luz sobre un aspecto importante de la interpretacin peripattica de Alejandro en contra de la tesis estoica de que la lgica no es instrumento, sino parte de la filosofa. La discusin de Salles, por tanto, es pertinente pues muestra que Alejandro todava tiene razones para suscribir el enfoque aristotlico de que la lgica es un instrumento del conocimiento filosfico, no parte de l. Salles se centra en estudiar la objecin que Alejandro desarrolla en un importante pasaje de su comentario a los Analytica Priora de Aristteles contra la idea estoica de que la lgica no es instrumento, sino parte de la filosofa: si la lgica fuera parte de la filosofa, como pretenden los estoicos, la filosofa no podra ocupar el lugar ms elevado en la jerarqua del conocimiento; pero esto sera, en cierto modo, paradjico, argumenta Salles, pues todos tanto estoicos como peripatticos consideran, por diversas razones, que la filosofa es, por su objeto, la disciplina ms elevada. La concepcin estoica de la lgica como parte de la filosofa sera, por lo tanto, inconsistente con la concepcin que los propios estoicos defienden sobre la naturaleza de la filosofa. De acuerdo con Salles, sin embargo, esta aguda crtica no es lo suficientemente penetrante para poner de manifiesto una verdadera inconsistencia en el estoicismo. Su principal

  • 23

    debilidad, en su opinin, radica en el hecho de que el razonamiento sobre el cual descansa depende de supuestos aristotlicos que los estoicos rechazan. En concreto, los estoicos se apartan de la tradicin aristotlica cuando sostienen que la lgica es, en algunos casos, usuaria de las dems disciplinas constitutivas de la filosofa, en la misma medida en que stas son usuarias de la lgica, sin que por ello unas estn subordinadas a la otras: en general, el uso de una disciplina por otra no implica necesariamente que est subordinada a ella, como parece pensar Alejandro. Para mostrar que los estoicos efectivamente sostienen esto, Salles se ocupa de discutir con particular detalle su nociones de argumentos concluyentes de forma no-metdica ( ) y de los hiposilogsitos (o subsilogsticos: ), y algunos textos clave sobre la naturaleza de la lgica en el estoicismo.

    Aristteles es probablemente el primer filsofo griego que elabora una refinadsima batera de conceptos y argumentos destinados a explicar el movimiento voluntario y, en el caso de los seres humanos, la accin como una especie de movimiento. Alejandro de Afrodisia interpreta la explicacin aristotlica y para hacerlo introduce una facultad que Aristteles no haba considerado como tal: la facultad impulsiva del alma ( ; Alejandro, De anima 74, 13), que para los animales es principios no slo de su accin, sino tambin de su movimiento locativo (Alejandro, De anima 73, 18-19). En su contribucin Alma, impulso y movimiento segn Alejandro de Afrodisia Alejandro G. Vigo estudia la concepcin del alma elaborada por Alejandro de Afro di sia, con especial atencin a un aspecto especfico que la distingue de la concepcin aris totlica: la introduccin de una facultad o ca pacidad impulsiva. Vigo se detiene, primero, en la reformulacin operada por Alejandro de la tesis aristotlica del alma como forma del cuer po de acuerdo con su peculiar reconstruccin del hile mor fis mo aristotlico. De acuerdo con Vigo, la original interpretacin de Alejandro del modelo hilemrfico aristotlico opera segn un modelo escalonado de composicin hilemrfica. En una segunda parte de su trabajo Vigo se concentra en el tratamiento de la facultad impulsiva introducida por Alejandro, poniendo especial atencin en el rendimiento terico que ste extrae de su nocin de impulso. En este sentido, Vigo subraya dos rditos fundamentales del examen de Alejandro: por una parte, la nocin misma de impulso permite un tra ta miento de la capacidad de producir mo vi mien to vo luntario propia del alma que da cuenta de su carcter unitario, sin poner en ries go, al mismo tiempo, el modelo escalonado de facultades basado en la distincin entre la fun-cin vegetativa, la sensitiva y la racional, tal como ste haba sido elaborado por Arist te les; por otra parte, argumenta Vigo, el tratamiento del de seo en trminos

  • 24

    de impulso permite una ms clara demarcacin del aspecto referido a la estructura intencional-tendencial del deseo y del aspecto referido a su funcin motiva cio nal-causal. En la ltima parte de su contribucin Vigo hace una breve consideracin del modelo reformulado de psicologa de la accin que elabora Alejandro, para dar cuen ta de la secuencia del pro ceso de produccin del movimiento voluntario y la accin. Como correctamente muestra Vigo, lo que hace Alejandro es elaborar un modelo que deja de lado el recurso aristotlico a la estructura del silogismo prctico e incorpora, en cambio, los elementos ms caractersticos de la con cepcin estoica. Vigo concluye argumentando que esta modificacin no implica, sin embargo, el abandono de la tesis bsica de la con cepcin aris to tlica de la motivacin, por oposicin al intelectualismo socrtico, a saber: la tesis de la primaca del deseo, en todas sus posibles formas, como factor que da cuen ta del origen del movimiento voluntario y la accin.

    Hay un acuerdo general entre los intrpretes de Aristteles en pensar que el trmino clave en sus tratados psicolgicos es . Una razn decisiva para pensarlo es que, como queda claro en varios pasajes del De anima y otros tratados psicolgicos, la es lo que desencadena y posibilita facultades cognitivas, estados anmicos e tems intencionales ms complejos, como imaginacin (), pensamiento (), deseo (), placer () y dolor (; cf. especialmente Aristteles, De anima 413b16-24). En la discusin erudita de las ltimas dos dcadas del De anima aristotlico cobr una importancia destacable tratar de dilucidar con precisin qu entenda Aristteles por . En su caracterizacin de la en De anima II 5 Aristteles enfatiza con particular preocupacin que es un cierto tipo de alteracin ( ; 415b24); si la sensacin es un cierto tipo de alteracin, debe ser un cierto tipo de movimiento, es decir, un cierto tipo de estado afectivo que sufre una cosa por accin de otra. Es evidente que aqu est echando mano de una categora fsica para dar cuenta de la sensacin, pero la restriccin cierta o cierto tipo de () en la expresin cierta cierto tipo de alteracin est indicando que la sensacin no puede entenderse como la alteracin fsica estndar, tal como Aristteles la trata en los contextos fsicos ms tcnicos. Pero la pregunta que uno debera hacerse es por qu la sensacin no es alteracin sin ms, sino un cierto tipo de alteracin; que la sensacin no es alteracin sin ms debe significar que no se la puede entender en el sentido habitual en que se entiende la alteracin, tal como se la define en Fsica 226a26-29, es decir, como el proceso fsico consistente en el pasaje de un estado cualitativo a otro, pasaje en el cual se produce la destruccin de un estado cualitativo para dar lugar a la aparicin de otro. Pero eso no es lo que sucede con la sensacin

  • 25

    entendida como un cierto tipo de alteracin;18 la sensacin no es un proceso en el que, como en la alteracin fsica estndar, una cualidad reemplaza otra. Cuando un sentido es cambiado o alterado por el objeto sensible respectivo lo que ocurre es que el sentido se activa o actualiza o, dicho de otro modo, lo que se da no es un cambio (en el sentido de un reemplazo de una cualidad por otra), sino una realizacin o completitud del sentido.

    Como hace notar Marco Zingano en su contribucin a este volumen (Las Quaestiones III 2 y 3 de Alejandro de Afrodisia y el problema de la alteracin sensitiva), como nosotros al interpretar el texto de Aristteles, Alejandro tambin se enfrenta al problema de explicar qu tipo de alteracin es la sensacin. En opinin de Zingano, puede decirse que la interpretacin de Alejandro de la sensacin aristotlica contiene elementos decisivos que lo llevaron a una posicin que, al final de cuentas, lo distancia de la tesis propiamente aristotlica. La tesis de Zingano es que la lectura que Alejandro hace de De anima II 5 de Aristteles contiene un elemento crucial para la adopcin de la tesis, segn la cual el ser afectado tiene poca o ninguna relevancia en la explicacin de la sensacin como facultad discriminadora. Para lograr su objetivo Zingano ofrece una detallada interpretacin de la Quaestio III (2-3) de Alejandro de Afrodisia. La interpretacin de Alejandro, aunque de carcter aristotlico, va ms all del texto e inaugura otro horizonte interpretativo y sistemtico: la sensacin es un llegar a ser a ttulo de perfeccionamiento del hombre, cuya naturaleza consiste precisamente en ser un animal racional. En su discusin de la interpretacin alejandrina Zingano ofrece una lectura de las difciles lneas 417b b5-6 ( ) del De anima de Aristteles que, hasta donde puedo advertir, es completamente novedosa.

    Para concluir, uno siempre podra preguntarse cul puede ser el inters de generar un volumen que contenga un conjunto de estudios sobre un filsofo del siglo III d.C. Pero esa pregunta probablemente est condicionada por una visin decimonnica que, independientemente de que la conozcamos con precisin, parece haberse incorporado a la manera de entender la filosofa griega: los filsofos helensticos y, en general, los filsofos de la antigedad tarda en el mejor de los casos habran asistido a la trastienda del banquete terico del perodo clsico a recoger las migajas sin atreverse a formular nuevas teoras. Hoy sabemos que los comentadores griegos de Aristteles (incluido Alejandro, claro est) no se limitaron

    18 Lo que sin duda es claro es que, al menos uno de los sentidos de alteracin que describe Aristteles Lo que sin duda es claro es que, al menos uno de los sentidos de alteracin que describe Aristteles en Fsica VII, es el mismo que encontramos en De anima 415b234; 416b34-35. En Fsica 244b11-15 se lee: Efectivamente, las sensaciones, en cierto modo, tambin son alteradas, porque la sensacin en acto es un movimiento que se produce a travs del cuerpo cuando el sentido est padeciendo alguna afeccin.

  • 26

    a hacer una mera reproduccin de los textos del Maestro; en ms de un caso es a veces evidente que cuando solamente pretenden hacer eso, introducen una lectura original que no slo revitaliza el texto aristotlico, sino que adems abre nuevas vas de investigacin. Si esto es as, no slo no es cierto que la filosofa griega desaparece sin ms despus de Aristteles (prueba de ello son las nuevas filosofas helensticas basadas en modelos ontolgicos diferentes del platnico-aristotlico pero con un ojo puesto en dicho modelo), sino que tampoco es cierto que los comentadores de Aristteles no tuvieron nada nuevo que decir. Sin duda, debe haber sido muy difcil ser un filsofo original despus de Aristteles; pero incluso los comentadores griegos de Aristteles encontraron una manera de reinterpretar al Maestro que redund en enfoques nuevos y refrescantes del aristotelismo, adems del hecho que siguieron proponiendo argumentos atendibles en la continua disputa que se segua librando entre las diferentes escuelas filosficas. En el caso especfico de Alejandro hay que agregar, como ya observamos, el hecho de que tambin produjo obras de filosofa original que fueran ms all de la cultura del comentario. Pero como ha ocurrido y, probablemente, seguir ocurriendo, tampoco tales obras fueron concebidas sin un trasfondo; el trasfondo obvio del pensamiento alejandrino es, claro est, el aristotlico, pero en el nuevo horizonte inaugurado por el estoicismo y otros movimientos filosficos propios del helenismo.

    Agradecimientos

    En la coordinacin de un volumen colectivo como ste uno siempre incurre en deudas. En primer lugar, querra agradecer de una manera especial a los autores, no slo por confiarme sus contribuciones para dar vida a este conjunto de textos, sino tambin por responder con comprensin y paciencia a mis observaciones a pasajes puntuales de sus artculos y por su apoyo permanente en el lento proceso de produccin del volumen. Tambin deseo expresar mi gratitud al profesor Francisco Corts Rodas por la confianza depositada en m como coordinador de este trabajo; hago extensivo este agradecimiento al Comit Cientfico de Estudios de Filosofa por acoger este proyecto, que comenz a gestarse hace ya ms de dos aos. Debo un agradecimiento especial a Barbara Botter, quien respondi rpida y eficientemente a mis dudas a varios pasajes de los tres ensayos que traduje del italiano al espaol y que se incluyen aqu. Tambin deseo expresar mi gratitud especial a Ivana Costa, antigua alumna ma en la Universidad de Buenos Aires y ahora una colega: en un momento en el que me vi superado por el trabajo de armado de este volumen Ivana tuvo la mejor de las disposiciones y accedi a mi pedido, un poco tardo, de traducir del italiano al espaol dos de los ensayos incluidos en este nmero especial

  • 27

    de Estudios de Filosofa. Le estoy sinceramente agradecido por su generosidad, su profesionalismo y su compromiso con el trabajo; su valiosa ayuda lleg en un momento personal muy difcil en el que me vi superado por las tareas atinentes a ste y otros compromisos, de modo que, al menos en parte, le debo a Ivana la posibilidad de haber podido entregar el trabajo completo casi dentro de los plazos acordados con el profesor Corts. Por ltimo, me complace tambin agradecer de modo especial a Ricardo Salles y Alejandro Vigo, quienes hicieron una cuidadosa lectura crtica de esta presentacin y me hicieron llegar sus sugerencias.

    Marcelo D. BoeriSantiago de Chile, septiembre de 2009

  • Estud.filos ISSN 0121-3628 n40 Diciembre de 2009 Universidad de Antioquia pp. 29-51

    Acerca de la primaca del N en la sustancia aristotlica. El comentario de Alejandro de Afrodisia a

    Metafsica V, 8, 1017b 23-26*

    On the primacy of in the Aristotelian substance. Alexanders commentary on Metaphysics V 8, 1017b 23-26

    Por: Giampaolo AbbateCentro de Filosofa

    Universidade de LisboaLisboa, Portugal

    [email protected] de recepcin: 8 de julio de 2009

    Fecha de aprobacin: 20 de julio de 2009

    Resumen: este artculo discute el comentario de Alejandro a Aristteles, Metafsica V.8 1017b23-26. All Aristteles sostiene que la sustancia se dice de dos maneras: (i) el sustrato ltimo, y (ii) la estructura y la forma ( ) de cada cosa. En cuanto al primer significado, el comentador apropiadamente pone nfasis en el hecho de que hay una perfecta biunivocidad entre ser sustancia y ser sustrato. Esta biunivocidad, sugiere Abbate, puede verse en las tres entidades que, segn el mismo Aristteles, desde la de las Categoras una frmula reescrita por Alejandro como, puede llamarse, en orden creciente, materia, compuesto y forma. De hecho, tales entidades muestran cmo ser el sustrato ltimo significa no ser predicado de nada, un carcter que la forma, que Alejandro denomina , se realiza por completo cuando es absolutamente inmaterial, , en la medida en que no est constituida por referencia de una cosa a otra, menos an cul es su sustrato, esto es, la forma como esencia. En cuanto al segundo significado, el comentador parece individualizar tres acepciones diferentes, segn las cuales la forma puede llamarse : 1) solamente puede ser , tal como una forma natural que es inmanente a los cuerpos, ; 2) como un simple , esto es, separada, en un sentido pasivo, de la materia la que se encuentra constitutivamente vinculada. sta es la razn por la cual no puede subsistir separadamente, si no virtualmente ( ); como una forma eterna de los cuerpos divinos, no subsistente en relacin a cualquier sustrato puesto que no est . De acuerdo con la ltima acepcin, el de la forma como un motor divino indica una separacin completa: tanto la individualidad de una sustancia primera como la trascendencia como una forma pura en acto. Es una sustancia suprasensible, que est separada tanto como el primer motor. Abbate concluye argu-mentando que Alejandro, por ende, nos autoriza a pensar que el es el primer carcter, esto es, el carcter que ms que cualquier otro acepta la distincin entre aquello que es sustancia y todo lo que no es sustancia, si es cierto que las sustancias ms elevadas, las inmateriales, se distinguen de las sustancias materiales en llevar al mximo cumplimiento este carcter.

    Palabras clave: Aristteles; Alejandro; forma, sustratoAbstract: this paper discusses Alexanders commentary on Aristotles Metaphysics V.8 1017b23-26. There Aristotle

    maintains that substance is said in two ways: (i) the ultimate substrate, and (ii) the structure and form ( ) of each thing. Regarding the first meaning, the commentator properly makes

    * Traduccin del italiano (revisado por el autor) por Ivana Costa.

  • Giampaolo Abbate

    30

    emphasizes upon the fact that there is a perfect biunivocity between being substance and being substratum. This biunivocity, Abbate suggests, can be seen in the three entities that, according to Aristotle himself, since the of the Categories, a formula rewritten by Alexander as , can be called, in increasing order, matter, compound, and form. In fact, these entities show how being the ultimate substratum means not to be predicated of anything, a character that form, called by Alexander , is realized completely when it is entirely immaterial, , insofar as it is not constituted by reference of one thing to another, let alone what its substratum is, that is, form as essence. Regarding the second meaning, the commentator seems to individualize three different mean-ings, according to which form can be called : 1) it can be only , as a natural form which is immanent to bodies, ; 2) as a simple , that is, separated, in a passive sense, from matter, to which it is constitutively linked. This is the reason why form cannot subsist separately, if not virtually ( ); as an eternal form of divine bodies, not subsisting in relation to any substratum, since it is not ccording to the last acception, the of form as a divine mover indicates a complete separation: both the individuality of a first substance as the trascendence as a pure form in actuality. It is a supre-sensible substance, which is separated as much as is the first mover. Therefore, Abbate concludes claiming Alexander authorizes us to think that the is the first character, that is, the character which more than any other accepts the distinction between that which is substance, and all that which is not substance, if it is true that the higher substances, the immaterial ones, are distinguished from the material substances in carrying this character to the maximum fulfillment.

    Key words: Aristotle; Alexander; form, substratum

    En el captulo octavo del quinto libro de la Metafsica, dedicado a los diversos significados del trmino , Aristteles escribe, para concluir:

    , , , . (1017b 23-26).

    De este pasaje propongo la siguiente traduccin:

    De aqu se sigue el hecho de que la sustancia se dice en dos sentidos: 1) el sustrato ltimo, que no se dice ulteriormente de otra cosa, y 2) aquello que en la medida en que es algo determinado es tambin separado, pero tal es la estructura y la forma de cada cosa1.

    A esta conclusin, ms bien lacnica, Alejandro de Afrodisia le dedica una enorme atencin en su comentario a la Metafsica:

    - , , ( , . , `

    1 Para sigo la traduccin de Aristotele. Metafisica. Saggio introduttivo, testo greco con traduzione a fronte e commentario a cura di G. Reale, vol. II. Milano, 1993, p. 217. (N. T.: se ha procurado volcar el texto en castellano lo ms aproximadamente posible al original italiano de G. Reale, aqu y en otros casos similares)

  • Acerca de la primaca del ...

    31

    ), , , , , . , ( , , ) , , , . , . . . . , , , , , , ,

    (375, 17 - 376, 13; ed. Hayduck).

    La traduccin que propongo de este pasaje es la siguiente:

    A continuacin de la exposicin de los mltiples significados de sustancia, [Aristteles] afirma que las sustancias tomadas en consideracin se relacionan con dos modos [de ser]: 1) el sustrato ltimo, que no se dice ulteriormente de otra cosa (en efecto, el primer significado de sustancia es lo que no [se dice] de un sustrato. Por tanto, si tal es la sustancia, lo que posee mximamente este carcter debera ser mximamente sustancia. Pero tal es tanto el sustrato ltimo y a este significado de sustancia podra ser referida toda sustancia indivisibilecomo la sustancia [a la cual se refieren] conjuntamente la sustancia entendida como forma primera y la materia, ya que la materia [no se dice] de nada); 2) aquello que en la medida en que es algo determinado es tambin separado. Pero qu debera entenderse con esta expresin se puede comprender por el agregado pero tal es la estructura y la forma de cada cosa, a cuyo significado podra ser remitida, a su vez, tanto la sustancia [que debe entenderse] como alma, en el modo en el que entendamos las formas naturales, como la sustancia [que debe entenderse] en relacin con lo que es intrnseco a los cuerpos y los define, esto es: sus lmites, ya que en relacin con estos ltimos se obtiene la estructura de los cuerpos, tanto aquella en relacin a su forma geomtrica, como aquella que est en relacin con la esencia. Entonces2, si el trmino fuera

    2 Leo el de 375, 29 (in fine), en sentido explicativo y no adversativo.

  • Giampaolo Abbate

    32

    agregado, como una especificacin [de ]3, sera indicativo del hecho de que [la forma] est de por s separada del sustrato en el plano del pensamiento (la forma, de hecho, es diferente y separada de la materia, incluso si no lo es realmente4; lo es al menos en el plano de la nocin), o es separada puesto que no es eterna y, as, una vez que ha sido separada y se corrompe, ni siquiera permanece siempre la misma forma [que era] en el interior de la materia; tal es, de hecho, toda forma inmanente, a la cual se hace alusin [con la exposicin] del segundo significado de sustancia. O la forma es separada por ser por s una cosa totalmente diferente del sustrato, es decir, no depende de su sustancia, ya que de este modo subsiste en relacin con la materia. Teniendo esto en cuenta, se podra indagar sobre las formas internas a los cuerpos divinos; en efecto, estas formas no son ni inmanentes ni corruptibles ni separadas en el plano del pensamiento del cuerpo que funciona como su sustrato. Los motores de estos cuerpos, en efecto, en la primera acepcin de sustancia, podran ser formas, ya que son por s sustancias, como entes indivisibles y ltimos, sin que estn adentro de otra cosa. No parece que en este momento [Aristteles] est enumerando entre los significados de sustancia a las sustancias segundas, de las cuales ha hablado en otros [escritos]. Tambin es posible que la expresin aquello que en la medida en que es algo determinado es tambin separado se diga a propsito de aquellas formas al interior de la sustancia, tratando de decir dentro de lo que es separado. Entre los entes, slo la sustancia es aquello que existe por s y es separado, en la medida en que [Aristteles] afirma que [tal expresin] no concierne a cualquier significado de sustancia, sino [al significado] de la sustancia en sentido propio. Cualquier sustancia que pueda ser incluida entre los primeros dos [tipos de sustancia], de las cuales se habl anteriormente: el sustrato ltimo, esto es, la materia, es la forma al interior de sta. Tal es, en efecto, aquello que en la medida en que es algo determinado es tambin separado, ya que lo que es causa del ser determinado por aquello que es separado es la sustancia entendida como forma.

    El primer significado fundamental de sustancia es el de sustrato ltimo, , aquello de lo cual nada se predica y todo es predicado: todo lo que es sustancia no puede sino ser sustrato, en las diversas acepciones de ste, por lo cual cuanto ms una cosa realiza este significado, tanto ms es sustancia de otra cosa que puede serlo en un grado inferior. Hay una gradacin del ser sustancia que se mide por el hecho de ser sustrato, al punto que, como correctamente subraya Alejandro, , hay una perfecta biunivocidad entre sustancia y sustrato; una caracterizacin de la sustancia que el Estagirita desde el comienzo de su personal elaboracin doctrinal se preocup

    3 Cf. Alexander of Aphrodisias, On Aristotle Metaphysics 5, translated by W.E. Dooley S.J., London 1993, n. 189 p. 147.

    4 Cf. la expresin en Orgenes, Commentarium in Ioannem, Commentaire sur San Jean, Text grec, avant-propos, traduction et notes par C. Blanc [SC = 157], 2 voll., Paris 1970, fr. 95, o en Sexto Emprico, Sexti Empirici Opera, edidit H. Mutschmann, Lipsiae 1912-1914, vol. I, Pyrrhoneion hypotypuseon libros tres continens, editionem stereotypam emendatam curavit, addenda et corrigenda adiecit J. Mau, Lipsiae 1958, 2.94, 176.

  • Acerca de la primaca del ...

    33

    por delinear, como se puede ver en Categoras, 2, 1 a 20 - b 6, donde al hacer una lista de todas las posibles determinaciones que entran en la predicacin, luego de haber mostrado que de las cosas que se dicen ( ) algunas se dicen en unin con otra ( ), otras en desunin ( ), el filsofo afirma que

    De las cosas que son, algunas se dicen de un sustrato ( ), pero no estn en ningn sustrato ( ), por ejemplo hombre se dice de un sustrato, esto es, de un cierto hombre ( ), pero no est en ningn sustrato. Otras cosas estn en un sustrato, pero no se dicen de ningn sustrato digo en un sustrato de aquello que, al no ser inherente a una cosa ( ) como su parte (), no puede subsistir separadamente ( ) de aquello en lo que est; por ejemplo, una cierta gramtica est en un sustrato, en el alma, pero no se dice de ningn sustrato; un cierto blanco est en un sustrato, o sea, en un cuerpo ya que todo color est en un cuerpopero no se dice de ningn sustrato. Asimismo, otras cosas se dicen de un sustrato y estn en un sustrato, por ejemplo la ciencia est en un sustrato, en el alma, y se dice de un sustrato, de la gramtica. En fin, otras cosas ni estn en un sustrato ni se dicen de un sustrato, por ejemplo un cierto hombre o un cierto caballo, en efecto, ninguna de tales cosas est en un sustrato ni se dice de un sustrato (traduccin nuestra).

    En relacin con la constitutiva correspondencia entre el nivel ontolgico y el lingstico de toda la doctrina de las categoras en virtud de la cual la expresin verbal indica la nocin de la cosa, la que vuelve a proponer una caracterstica suya real, esta muy clebre clasificacin de las posibles predicaciones refleja fielmente las diversas determinaciones ontolgicas que corresponden a cada posible ente. Al analizar la realidad de las cosas que son, Aristteles abarca siempre el plano lgico-lingstico, por lo cual las articulaciones y distinciones que se adoptan en el plano de los trminos valen tambin como expresin de otros tantos caracteres de las cosas, y la investigacin sobre stas puede conducirse a partir de la investigacin de aquellos5.

    En efecto, las cosas que se dicen de un sustrato, pero no estn en un sustrato, son las sustancias universales, o sea, los gneros y las especies; las cosas que no se dicen de un sustrato ni estn en un sustrato son las sustancias individuales, en particular los cuerpos; las cosas que estn en un sustrato, pero que no se dicen de un sustrato son las propiedades individuales, es decir los accidentes, como este especfico blanco inherente a un cuerpo dado, o esta especfica doctrina gramatical inherente a una cierta alma; las cosas que estn en un sustrato y se dicen tambin

    5 Este es el criterio sobre la base del cual Aristteles debe haber operado la individualizacin de cada una de las categoras.

  • Giampaolo Abbate

    34

    de un sustrato son las propiedades universales, como la ciencia que el alma posee y que se predica de la gramtica en tanto disciplina cientfica.6

    En las lneas siguientes 6-9, el Estagirita especifica que en sentido absoluto () las cosas indivisibles, es decir, todo lo que es numricamente uno ( ), son las cosas que no se dicen de ningn sustrato, incluso si pueden permanecer tales estando en un sustrato, como esta particular doctrina gramatical diferenciada de cualquier otra doctrina gramatical que, no obstante, no puede sino estar adentro de una cierta alma, no pudiendo subsistir separadamente ( ) de aquello en lo que est como su accidente particular. Por tanto, el solo no ser dicho de un sustrato no equivale al ser sustancia, sino simplemente a la indivisibilidad y unidad numrica, si es cierto que tal caracterstica corresponde plenamente tambin a lo que es accidental.

    Un carcter comn a todo ente sustanci