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ΕΙ hombre ideal en la teologia de s. Ireneo La exegesis de Gen. l,26s. (resp. Gen. 2,7) adquirió im portancia excepcional en la teologia de los siglos primeros. Re presentaba la sintesis del intento de Dios sobre el hombre. No es extrano que se hayan multiplicado las monografias sobre la Imagen de Dios entre los Padres \ Hay puntos tratados ad nauseaci· y otros importantes, algo preteridos. Dentro de la teologia de s. Ireneo, a que me limito, quisiera esclarecer lo siguiente : ι cuàl fu'é el modelo a cuya imagen y se mejanza creò Dios al hombre? * * * Tanto en Adv. haereses V, 16,2 corno en Epideixis 22 dis tingue el Santo: el hombre «hecho» a imagen y semejanza de Dios, y el hombre « manifestado » corno tal. Aquél venia desde Adàn; éste, a partir de la encarnación del Verbo. Lo cual parece indicar que entre las finalidades del Verbo en su manifestación al mundo, una fué la de dar a conocer al hombre hecho a imagen y semejanza de Dios; mas aùn, manifestarlo en si mismo « ipse hoc fiens quod erat imago eius » (αυτός τοϋτο γενόμενος όπερ ήν ή είκών αύτοΰ). Hasta entonces nadie entendió el misterio de la imagen y semejanza divinas, inherente al hombre. Empero este Verbo manifestóse visiblemente cuando el Verbo de Dios se hizo hombre, asemejàndose al hombre y haciendo al hombre semejante a si mismo, a fin de que a causa de la semejanza con el Hijo el hombre venga a ser cosa preciosa para el Padre. Pues en 1 Biien conspectus en Th. Camelot, La théologie de l'image de Dieu, RevSc.Ph.Th. 40 (1956) 443-471; R. Franco, Teologia de la Imagen de Dios y teologia de la grada habitual (XVIII Semana Espanda de Teologia, Madrid 1961) 45-68. Véase ultimamente J. Daniélou, Message évangelique et Culture hellénistique, Tournai 1961, p. 355 ss. « Gregorianum » XLIII (1962) - voi. XLIII.

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ΕΙ hombre ideal

en la teologia de s. Ireneo

La exegesis de Gen. l,26s. (resp. Gen. 2,7) adquirió im

portancia excepcional en la teologia de los siglos primeros. Re

presentaba la sintesis del intento de Dios sobre el hombre. No es extrano que se hayan multiplicado las monografias sobre la Imagen de Dios entre los Padres \ Hay puntos tratados ad nauseaci· y otros importantes, algo preteridos.

Dentro de la teologia de s. Ireneo, a que me limito, quisiera esclarecer lo siguiente : ι cuàl fu'é el modelo a cuya imagen y se

mejanza creò Dios al hombre?

* * *

Tanto en Adv. haereses V, 16,2 corno en Epideixis 22 dis

tingue el Santo: el hombre «hecho» a imagen y semejanza de

Dios, y el hombre « manifestado » corno tal. Aquél venia desde Adàn; éste, a partir de la encarnación del Verbo. Lo cual parece

indicar que entre las finalidades del Verbo en su manifestación al mundo, una fué la de dar a conocer al hombre hecho a imagen

y semejanza de Dios; mas aùn, manifestarlo en si mismo « ipse hoc fiens quod erat imago eius » (αυτός τοϋτο γενόμενος όπερ ήν ή είκών αύτοΰ). Hasta entonces nadie entendió el misterio de la

imagen y semejanza divinas, inherente al hombre.

Empero este Verbo manifestóse visiblemente cuando el Verbo de

Dios se hizo hombre, asemejàndose al hombre y haciendo al hombre

semejante a si mismo, a fin de que a causa de la semejanza con el

Hijo el hombre venga a ser cosa preciosa para el Padre. Pues en

1 Biien conspectus en Th. Camelot, La théologie de l'image de Dieu, RevSc.Ph.Th. 40 (1956) 443-471; R. Franco, Teologia de la Imagen de

Dios y teologia de la grada habitual (XVIII Semana Espanda de Teologia, Madrid 1961) 45-68. Véase ultimamente J. Daniélou, Message évangelique et Culture hellénistique, Tournai 1961, p. 355 ss.

« Gregorianum » XLIII (1962) - voi. XLIII.

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45U ANTONIO ORHE, S. I.

los siglos prècedentes deciamos que el hombre habia sido hecho a

imagen de Dios, mas no se manifestaba (έλέγομεν κατ' εΙκόνα Θεοϋ γε

γονέναι τον όίνθρωπον, ούκ έδείκνυτο δέ )2, ya que todavia era

invisible el Verbo a cuya imagen habia sido hecho el hombre. Por

esto perdio fàcilmente la semejanza. Mas cuando el Verbo de Dios

se hizo carne, confirmó una y otra : porque no sólo manifestò la

imagen en (su) verdad, hecho personalmente aquello que era su ima

gen, sino que estableció firmemente la semejanza, coasemejando el

hombre al Padre invisible mediante el Verbo visible3.

Cualquier lector de las Escrituras entendia la noticia de Gen.

1, 26 s., mas no su significado. Nadie comprendió hasta la venida del Logos el misterio del hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios. No teniendo delante el modelo, a cuya imagen fué creado,

tampoco apreció nadie su dignidad. Entre los preceptos de Dios a Noe y sus hijos (Gen. 9, 1 s.)

deciase : « El que derramare la sangre del hombre, a cambio de

ella, sera derramada su sangre» (v. 6). Los LXX agregan : «por que' en imagen de Dios hice al hombre ». Comenta san Ireneo :

E immagine di Dio è il Figlio, secondo l'immagine del quale è stato fatto l'uomo. E perciò egli apparve negli ultimi tempi, per mostrare un'immagine simile a sè stesso4.

El Hijo apareció en los ultimos tiempos para manifestar que la imagen (= Adàn) era semejante a Si. Esto es, para descubrir

personalmente la misteriosa semejanza que escondia el hombre.

i Qué otro puede ser superior y mas excelente que aquel hombre creado segun la semejanza de Dios, sino el Hijo [mismo] de Dios a cuya semejanza fué creado el hombre? Υ por eso, al final, él mismo manifestò la semejanza. [A saber] el Hijo de Dios se hizo hombre, asumiendo en si propio la antigua plasisB.

La ùltima linea apunta un concepto muy repetido en Ireneo. El Hijo de Dios dio a conocer la semejanza divina del hombre,

2 E1 contraste va propiamente entre γεγονέναι y ούκ έδείκνυτο. 3 Adv. haer. V, 16,2. E1 texto griego para las lineas ultimas, en K.

Hollj Fragmente vomicanischer Kirchenschriftsteller aus den Sacra Paral lela: T. U. 20/2, Leipzig 1899, nr. 167.

4 Asi Faldati, cuya versión utilizo para la Epideixis. — Mejor Smith: to show the image like unto Himself. Υ también Froidevaux : afin de mon trer que /'image était semblable à lui-mème. — Epid. 22.

5 Adv. haer. IV, 33,4 : Melior autem eo homine qui secundum simili tudinem Dei factus est et excellentior quisnam sit alius, nisi Filius Dei ad cuius similitudinem factus est homo? Et propter hoc, in fine ipse ostendit similitudinem. Filius Dei factus est homo, antiquam plasmationem in semet ipsum suscipiens.

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 451

recapitulando en si el antiguo plasma, asumiendo el mismo cuerpo hecho en Adàn a imagen y semejanza de Dios.

En el cuerpo del Verbo, no en el alma, se manifestò pues la semejanza divina misteriosamente oculta en el plasma de Adan. La atención del Santo se concentra en torno al cuerpo.

A dare dunque ancora compimento a quest'uomo, assunse il Si

gnore la medesima sua disposizione dell'incarnazione6, chè nacque da una vergine per la volontà e per la sapienza di Dio, per mostrare

anch'egli la somiglianza della sua incarnazione 7 con quella di Adamo, e [perchè] si compisse quello che era stato scritto in principio: l'uomo

ad immagine e somiglianza di Dio8.

A està luz no cabe extrafiar la importancia que Ireneo dio a la plasis del cuerpo humano. En Adan se anunciaba el misterio descubierto en el cuerpo de Cristo, a saber, la medida perfecta, evidente, del hombre hecho a imagen y semejanza.

El plasma υ las manos de Dios

Antes de ahora se ha estudiado la teologia ireneana de làs

manos de Diose, pero sin urgir su dimensión cristológica. A primera vista, las manos de Dios (Logos y Sophia) pa

recen haber intervenido por igual en la formación del mundo y del hombre. Segùn los gnósticos, el Dios Bueno « necesita » in-, termediarios para actuar sobre la materia, lo mismo para darle forma que para dotarla de virtud. Ireneo les sale al paso urgiendo

siempre la misma idea: Dios tiene medios propios, personales, para crear el mundo y en él al hombre. Tales medios son el

Logos y Sophia. Jamàs empero niega el Santo que Dios haya podido utilizar

intermediarios para la creación del mundo. Habla simplemente

del hecho atestiguado por la Escritura.

6 Mejor ti Ρ. Froidevaux : assuma la méme économie de corporéité. 7 Froidevaux : l'identité de sa corporéité. 8 Epid. 32 in fine. — Ci. Adv. haer. Ili, 21,10: Quare igitur non

iterum sumpsit limum Deus, sed ex Maria operatus est plasmationem fieri?

Ut non alia plasmatio fieret neque alia esset plasmatio quae salvaretur, sed

eadem ipsa recapitularetur, servata similitudine. — Para el texto griego véase Teodoreto, Dialog. I et J. L. Schultze 52; y meyor F. Sagnard, en : Sources Chrét. 34, p. 372.

9 Cf. J. Lawson, The Biblical Theology of S. Irenaeus, London 1948,

p. 124ss. ; J. Mambrino, Les deux mains de Dieu dans l'oeuvre de s. Irénée, en: Nv.R.Th. t. 79 (1957) 355-370.

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Insinùa sin embargo un elemento significativo. E1 ùnico punto donde claramente —

y al parecer necesariamente — excluye la

intervención angelica (o de intermediarios) es en la creación del hombre. Mas aùn, dijérase que Ireneo se avendria muy bien a la

posibilidad de que los angeles plasmaran simplemente al hombre. Lo imposible para los angeles està en plasmarle « a imagen y semejanza de Dios » :

Et ipse est qui per semetipsum constituit et elegit et adornavit et continet omnia; in omnibus autem et hunc mundum, qui est secun dum nos. Et nos igitur cum his quae continentur ab eo, facti sumus. Et hic est de quo Scriptura ait :

' Et plasmavit Deus hominem, limum

terrae accipiens, et insufflavit in faciem eius flatum vitae '

(Gen. 2, 7) 10. Non ergo angeli fecerunt nos, neque plasmaverunt nos, neque angeli potuerunt itnaginem facere Dei-, nec alius quis praeter Verbum, nec virtus longe absistens a Patre universorum11.

E1 plasma humano requiere ser modelado por el Logos (resp. y Sophia), no a causa del limo, mas ο menos puro, sino a causa del misterio escondido en su formación « a imagen de Dios ».

La Epìdeixìs denuncia un aspecto complementario. Supone a los angeles, creados por el Verbo, e indica veladamente que bastò

el Verbo imperativo de Dios para darles subsistencia, no obstante la perfección altisima lograda por ellos desde el primer momento. Mientras que para formar al hombre hubo de intervenir Dios con

sus dos manos (Logos y Sophia), disponiendo mimosamente la tierra para recibir su imagen y semejanza :

E sono in questo universo anche gli angeli, ed a tutto questo uni verso ha dato leggi, (stabilendo) che ognuno stia e resti al suo (posto), senza varcare i limiti decretati da Dio, ciascuno compiendo il lavoro assegnatoli. Ma l'uomo, egli l'ha creato con le sue proprie mani, prendendo dalla terra gli elementi più puri e più sottili, e mescolando con misura nella terra la sua potenza. Giacché a quella creatura ha dato le sue [stesse] forme12, affinchè, anche quello che è il suo

aspetto visibile fosse forma di Dio13. Poiché l'uomo creato è stato posto sulla terra come immagine di Dio14.

10 Nótese la escala omnia - mundus - nos. 11 Adv. haer. IV, 20,1. 12 Mejor en singular, corno Smith: for He gave his frame the outline

of His own foriti; Froidevaux : il dessina sur la chair fagonnée sa propre forme.

13 Smith : that the visible appearance too should be godlike — for it was as an image of God that man was fashioned and set on earth; Froi devaux : de favoli que mème ce qui serait visible portai la forme divine, car [c'est] en tant que f'agonné à l'image de Dieu que l'homme fut placé sur la terre.

]4 Epid. 10 in fine y 11 initio.

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La proposición adversativa (« empero al hombre, E1 lo creò con sus propias manos ») perderla vigor si no indicara algo muy singular, frente a las demàs creaturas, aun angélicas.

Muy olvidadizo seria el Santo si dejara caer sin mas la tesis machaconamente repetida (aun en Epici. 5) sobre la intervención inmediata de las dos manos de Dios en el propio universo. No

hay actitud contradictoria. La acción de Logos y Sophia en el

mundo, no obstante excluir la de los àngeles — también ellos

creados —, resulta genèrica. Al paso que en la formación del

hombre, las dos manos de Dios tocan el nervio mismo de la eco

nomia de la Salud, « haciendo al hombre a su imagen y se me janza ».

Ireneo deja entrever mas que dice. A no ser por el destino

sublime del hombre, parece dispuesto a abandonar su plasis a los

àngeles, corno servidores inmediatos del Logos y de Sophia. La

necesidad de imprimir en el barro humano la imagen y seme

janza de Dios — segun los designios de la actual economia —

le obligó a confiar su formación a las manos de Dios. Elementos de tal doctrina aparecen quizàs en las pseudocle

mentinas 15. Teófilo Ant. destaca, mas claro que el propio Ireneo,

el contraste entre la creación del universo « por la palabra » y la

formación del hombre « mediante las manos de Dios »1β. Algo

parecido ocurre con el Alejandrino Clemente17.

Pero s. Ireneo enriquece la tradición subrayando su aspecto

cristológico. Sólo en el hombre dibuja Dios su propia forma. El

15 Homil. ITI, 20,1 cf. 17,1. Véase G. Strecker, Das Judenchristen tum in den Pseudoklementinen, Berlin 1958, ρ. 146 s. ; R. McL. Wilson, The Early Exegesis of Gen. 1,26, en: Studia Patristica 1,420 ss.

16 Ad Autolycum II, 18 (versión de Ruiz Bueno) : « En cuanto a la

creación del hombre, no hay palabra humana que pueda expresar su gran deza, aun siendo tan breve la divina Escriturà en su narración. Porque el

hecho de que diga Dios : 'Hagamos al hombre a imagen y semejanza nues

tra', da a entender la dignidad del hombre. Porque habiendo Dios hecho

el universo por su palabra, todo lo considerò corno cosa accesoria; y sólo

la creación del hombre la tuvo por obra eterna digna de sus manos. Ademàs, se presenta Dios corno si necesitara ayuda al decir :

' Hagamos al hombre

a imagen y semejanza'; pero a nadie dice esa palabra 'hagamos', sino a

su propio Verbo y a su Sabiduria ». — Cf. A. Struker, Die Gottebenbild

lichkeit des Menschen, Miinster i. W. 1913, p. 79. 17 Paedagogus I, 7,1 in fine: «Las demàs cosas hizolas [Dios] cor.

mero mandato (κελεύων μόνον πεποίηκεν) ; mientras al hombre le modeló

con sus propias manos (δι' αύτοϋ έχειρούργησεν) e inspirò en él algo suyo

propio ». — Puede verse A. Mayer, Das Gottesbild im Menschen nach

Clemens von Alexandrien, Romae 1942, p. 22,4. — Para Tertuliano cf.

De resurr. carn. 5,6-7 con el comento de K. Wólel, Das Heilswirken Gottes

durch den Sohn nach Tertullian, Roma 1960, p. 175 s.

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plasma de Adàn esconde el misterio, inaccesible a los propios àn

geles, de la imagen divina. No sólo Adàn, sino sus hijos todos continuan el misterio de la imagen 1S. Marción se escandalizaba

ante la inmediata intervención divina en los fenómenos de la

génesis humana 19. Ireneo en cambio ensena « quoniam... in ven

tre plasmat nos Verbum Dei »20, porque siempre « opera Dei

plasmatio est hominis » (ib. 2). La obra de Dios no es la crea ción del mundo, ni siquiera la de los àngeles, sino la plasis del hombre « a su imagen y semejanza ».

Gen. 1,26 s. (resp. Gen. 2,7) enunciaba el intento de Dios. Pero tal intento se frustrò en parte mediante el pecado de Adàn.

Diriase que Adàn escapó a las manos de Dios. En opinion de Taciano 21 la obra de Dios fracasaria en el primer hombre. S. Ire

neo se revuelve contra él probando a lo largo de un capitalo

(III, 23) 22 que el Senor hubo de salvar « aquel mismo hombre

que habia sido hecho a imagen y semejanza de El, esto es, Adàn, después de cumplido el tiempo de su condenación » 23. Pero todos

los argumentos van a demostrar su Salud en Cristo. Entre el

pecado de Adàn y la Salud en Cristo, el plasma humano ha

escapado temporalmente a las manos de Dios. Ni el Verbo ni

la Sabiduria pueden mantener en él su imagen y semejanza. Sólo

al llegar el Verbo Encarnado recupera Dios el plasma y le res

taura en si mismo :

Non enim effugit aliquando Adam manus Dei, ad quas Pater lo

quens dicit : ' Faciamus hominem ad imaginem et similitudinem no

strani'. Et propter hoc in fine non ex voluntate carnis, neque ex

voluntate viri, sed ex placito Patris manus eius vivum perfecerunt

hominem, uti fiat Adam secundum imaginem et similitudinem Dei24.

Si alguna puntada esconde la primera clàusula del Santo,

va màs bien contra Taciano, no contra Marción25. Adàn y los

18 Los testimonios, en J. Mambrino, art. cit. 363 ss. 19 Los testimonios mas explicitos, en A. Harnack, Marcion (2. ed.) 273*. 20 Adv. haer. V, 15,3 mitio.

Adv. haer. Ili, 23,8; I, 18,1. 22 Cf. F. Bolgiani, La tradizione eresiologica sull'encratismo, en : Atti

della Accademia delle Scienze di Torino, voi. 91 (1956-57) 58 ss. 23 Adv. haer. Ili, 23, 1. 24 Adv. haer. V, 1,3. 25 Como piensa E. Peterson, L'immagine di Dio in s. Ireneo, en : La

Scuola Cattolica 69 (1941) 48, cuando escribe : E' la polemica contro Mar

cione, che ispira la frase, che Adamo non può mai sfuggire dalle mani di

Dio, perchè Marcione aveva sostenuto la tesi, che il Demiurgo del Vecchio Testamento avrebbe creato l'uomo con le sue proprie mani, mentre l'uomo

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suyos fueron llevados en cautiverio. Pero si escapò a las manos

de Dios, no podrà un dia huir de ellas2δ. E1 Logos y Sophia apresaràn nuevamente a la oveja perdida, plasmando en Cristo

al hombre perfecto « uti fiat Adam secundum imaginem et simi litudinem Dei ».

Asi se resuelve una aparente contradicción. De un lado, està

el Verbo continuando en los hijos de Adàn el misterio de la

imagen. De otro, sólo en la plenitud de los tiempos logran las manos divinas hacer en Cristo el hombre perfecto, a imagen y seme

janza de Dios. S. Ireneo no distingue modos. La teofanias no daban la medida de la manifestación del Verbo en carne. Ni la intervención de las manos de Dios a lo largo del A. T. podia evitar la imperfección inherente al plasma del hombre, configu rado en el seno materno. El plasma seguia perdido, a inique las

manos de Dios le aguardasen en los dias ultimos para imprimir en él la imagen y semejanza, que no lograron en Adàn ni en

ninguno de sus hijos. S. Ireneo ha citado alguna vez Le. 1,35 en exegesis a Gen.

l,26s. (resp. Gen. 2,7)27. ι Seria aventurado descubrir en los dos agentes de la encarnación (Spiritus S., Virtus altissimi) de Le. 1,35 las mismas dos manos que empieo Dios en Adàn? Sea ο no legitimo urgir semejante analogia, una cosa parece clara.

Las manos de Dios (Logos y Sophia) son indispensables para plasmar el hombre perfecto. El gran misterio del hombre va esen

cialmente vinculado a su cuerpo. Mas aun, coincide en ultima instancia con el misterio « manifestado » en Cristo2S.

del Nuovo Testamento, che attende — secondo le parole di S. Paolo ■—

per la sua perfezione la tenda dal cielo, non fatta con mani (2 Cor. 5, 1) riceve nello spirito di glorificazione un dono non manufatto. Contro questa teoria insorge S. Ireneo, dicendo : no, Adamo non può mai sfuggire dalle mani di Dio, nè come essere creato, nè come essere salvato. — Quisiera uno hallar comprobantes de tales asertos.

26 Non enim effugit aliquando. — Tornando ' effugit

' en presente, corno

signo de la economia total. 27 Adv. haer. V, 1, 3: Neque intelligere volentes, quoniam Spiritus

Sanctus advenit in Mariam, et Virtus altissimi obumbravit eam: quapropter et quod generatum est, sanctum est, et filius altissimi Dei Patris omnium,

qui operatus est incarnationem eius, et novam ostendit generationem ... Non

contemplantes, quoniam quemadmodum ab initio plasmationis nostrae in Adam

ea quae fuit a Deo adspiratio vitae, unita plasmati, animavit hominem... ; sic in fine Verbum Patris et Spiritus Dei, adunitus antiquae substantiae

plasmationis Adae, viventem et perfectum effecit hominem... Non enim ef

fugit aliquando Adam manus Dei. 28 Adv. haer. V, 14, 1 : Si enim non haberet caro salvari, nequaquam

Verbum Dei caro factum esset. Et si non haberet sanguis iustorum inquiri,

nequaquam sanguinem habuisset Dominus.

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456 ANTONIO ORBE,, S. I.

Adàn fué plasmado con miras al Verbo hecho carne. Nece sitó la acción inmediata de Dios para ser hecho a imagen y semejanza Suya. Los àngeles eran ineptos, corno instrumentos de

tal economia. Si solo el Logos es Imagen de Dios 29, y solo el

Espiriti! Santo (= Sophia) su Semejanza perfecta, se presume el ideal que ambas manos divinas quieren realizar en el gènero humano, esto es, la carne del Verbo hecho hombre. En el cuerpo

del Cristo futuro se cumpliran la Imagen y Semejanza perfectas del Padre.

Cristo ideal del hombre

Conviene retener la insistencia de Ireneo sobre el plasma ο

sobre la plasis. Sus clàusulas se orientan hacia lo mas humilde del hombre. La propia imagen y semejanza afectan al cuerpo sa cado del limo virginal. Erente a la naturaleza perfectisima de los

àngeles, subraya el santo la excepcional dignidad del plasma hu mano. Aquellos no necesitaban el mimo de las manos divinas,

El plasma humano si, porque en él se escondia el misterio de la imagen y semejanza.

Ya se adivina la idea del Santo. La teologia de s. Ireneo

se orienta por entero hacia la deificación del hombre carnai, tan

fuertemente deprimido por la gnosis heterodoxa. El vinculo entre

el plasma luteo y la imagen de Dios, iniciado en Adàn, se con suma sólo en Cristo. El precio del hombre en la estimación del Padre descansa por entero en su semejanza con el Verbo En

ea rnado.

La idea reincide con felicisimas fórmulas en varias obras de Tertuliano. Asoma ya en Adv. Marcionem30, se desarrolla

profusamente en De resurr. carnis31, y torna por ùltimo en Adv.

Praxean 82.

29 Cf. Epid. 22 (supra p. 450). Para mas pormenores, J. Smith, Proof of the Apostolic Preaching, Westminster Maryl. 1952, p. 27, § 33. A ellos convendria afiadir que s. Ireneo es el primero en denunciar, entre los ecle siàsticos, al hombre corno imagen de la Imagen de Dios. i Por influjo directo de Filón? Cf. Quis rerum divin. heres 231 (Cohn-Wendland III, 52,7 ss.).

30 V, 8, 1 : « Igitur si Creatoris est imago [λ\ vir] — ille enim Christus sermonem suum intuens hominem futurum,

' faciamus — inquit — hominem

ad imaginem et similitudinem nostrani' — quomodo possum alterum habere caput, non eum, cuius imago sum? ».

31 Elijo el pasaje mas significativo (De resurr. carn. VI, 3-5): «Quod cumque enim limus exprimebatur, Christus cogitabatur, homo futurus, quod

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S IRENEO 457

Dios miraba a Cristo cuando formaba el limo con sus manos. Mas derechamente, intuia el cuerpo de Cristo. El limo manipulado por Dios revestia en Adàn la imagen de la carne de Jesùs. Las dos manos creadoras estaban personalmente interesadas en aquella

carne primera, porque la una — el Logos — habria de vestir un dia aquello mismo que entonces plasmaba, y la otra — el Es

piritu Santo — lo habria de santificar. Tertuliano orquesta la misma doctrina fundamental de s. Ire

neo. Entre el Verbo y el Espiri tu modelan en Adàn el cuerpo, que un dia han de tornar para si : el Verbo asumiéndolo, y el

Espiritu santificandolo. La Encarnación manifestarà en plenitud la imagen y semejanza divina, iniciadas y preparadas en Adàn.

Imagen pues de la Imagen de Dios (Epid. 22), el limo re vistió en el paraiso la forma del futuro Cristo. San Ireneo man tiene lògicamente su doctrina general sobre la imagen. Toda ima

gen ha de representar un elemento de su misma linea. Lo carnai

y corruptible no puede ser imagen de lo espiritual, que fisica mente se le opone. Ademàs, toda estricta imagen ha de poseer

figura ο circunscripción33. Ambos requisitos se cumplen en el

et limus, et sermo caro, quod et terra tunc. Sic enim praefatio patris ad filium :

' Faciamus hominem ad imaginem et similitudinem nostram Et fecit

hominem deus, id utique quod finxit (cf. Gen. 2,7), ad imaginem dei fecit

illum (Gen. 1,27), scilicet Christi. Et sermo enim deus, ' qui in effigie dei

constitutus non rapinam existimavit panari deo '

(Ρhit. 2,6). Ita limus ille iam tunc imaginem induens Christi futuri in carne, non tantum dei opus erat sed et pignus ». — Cf. Wólfl, op. cit., 179 s.

32 12,3-4 : Cum quibus enim faciebat hominem et quibus faciebat simi

lem, Filio quidem qui erat induturus hominem. Spiritu vero qui erat sancti ficaturus hominem, quasi cum ministris et arbitris ex unitate trinitatis lo

quebatur. Denique sequens scriptura distinguit inter personas : '

[Et fecit] Deus hominem, ad imaginem Dei fecit illum '. Cur non

' suam ', si unus

qui faciebat et non erat ad cuius faciebat? Erat autem ad cuius imaginem fadiebat, ad Filii scilicet, qui homo futurus certior et verior, imaginem suam fecerat dici hominem qui tunc de limo formari habebat, imago veri

et similitudo. — Cf. Wólfl, op. cit., 179 s. 33 Adv. haer. II, 7,6s. : Unde autem et haec illorum imagines, quum

sint illis contraria et in nullo possint eis communicare? Quae enim sunt

contraria, eorum quorum sunt contraria esse quidem possunt exitiosa; ima

gines vero nullo modo; quemadmodum aqua igni et rursus lumen tenebris

et alia tanta nequaquam erunt invicem imagines. Sic nec ea, quae sunt cor

ruptibilia et terrena et composita et praetereuntia, eorum quae secundum

eos sunt spiritalium imagines erunt. Nisi et ipsa composita et in circum

scriptione et in figuratione confiteantur esse, et non iam spiritalia et effusa

et locupletia et incomprehensibilia. Necesse est enim ea in figuratione esse

et circumscriptione, ut sint imagines verae; et absolutum est ea non esse

spiritalia. Si autem illa spiritalia et effusa et incomprehensibilia dicunt, quo modo possunt, quae sunt in figura et in circumscriptione, imagines illorum

esse, qui sunt sine figuratione et incomprehensibiles? Si autem [non] secun

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458 ANTONIO ORliEj S. J.

cuerpo del primer hombre. Lo corruptible y carnai de Adàn es

imagen de lo carnai de Cristo. Su figura y circunscripción repre sentan en los designios divinos la forma (servii) del Verbo. Cier tamente el Hijo es Imagen personal del Dios invisible, pero al asumir la carne, la Imagen del Padre se instalo en la carne para ser en ella ejemplar del hombre : esto es, aquel a quien Dios mi raba en el paraiso para modelar a sus futures hijos de adopción ' en imagen y semejanza

' del Hijo naturai Humanado. Es muy creible que Ireneo haya bebido su inspiración en

Melitón de Sardes34. Los datos mas pertinentes resultan sospe

chosos, ο por lo menos contaminados 35. La misma doctrina apun taba quizàs en Teófilo Antioqueno.

dum figurationem nec secundum formationem, sed secundum numerum et ordinem emissionis imagines ea dicent esse : primo quidem non essent ima gines dicenda haec et similitudines eorum, qui sursum sunt aeonum. Quae enim nec habitum nec figuram illorum habent, quemadmodum imagines sunt

ipsorum? 34 Cf. C. Thomas, Melito von Sardes, Osnabriick 1893, p. 144; A. Stru

ker, Gottebenbildlichkeit dcs Menschen, p. 41. 35 Provienen de Teodoreto (Quaest. XX in Genesin, en : P.G. 80, 113 A

~ P.G. 12,93 AB: cf. Otto, Corpus Apologetarum, voi. IX, 395) quien tras cribe a Origenes. E1 testimonio origeniano diria :

«Y dijo Dios : Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza (Gcn. 1,26). Discutamos primero dónde està Io 'a imagen': en el cuerpo ο en el alma. Y veamos previamente los datos [escriturarios] utilizados

por quienes afirman le primero. A éstos pertenece también Melitón, el cual nos dejó un escrito sobre que Dios es corpòreo (περί τοϋ ένσώματον είναι τόν θεόν ). Pues hallan que [la Escritura] menciona miembros de Dios :

ojos de Dios que miran al mundo, y oidos de El atentos a la sùplica de los justos ... y brazo de Dios y manos y pies y dedos. [Por donde] ensefian sin reparo que tales datos no significan otra cosa sino la forma de Dios. Ademàs — dicen —- i cómo fué visto Dios por Abrahàn y Moisés y los

santos, si no hubiera tenido forma? Y una vez configurado, iqué otra figura pudo tener sino la humana? Y amontonan infinidad de dichos (escriturarios) que mencionan miembros de Dios ».

Origenes envuelve a Melitón con otros, sin creerse obligado a perfiles. Cabe muy bien recelar que haya conocido una exegesis no compartida por el obispo de Sardes : v. gr. la de las pseudoclementinas (cf. Homil. XVII, 7 ss. ; Homil. X, 6,1 - Recogn. V, 13 ; Homil. XI, 4,1 - Recogn. V, 23 : — véase G. Streckek, Judenchristentum, p. 64 s. ; 205 s.), inadmisible cier tamente para s. Ireneo, a pesar de que también él situaba lo

' a imagen

'

en el cuerpo de Adàn. A juzgar por algunos fragmentos de Melitón (cf. XIII y XIV de

Otto, Corpus Apolog. IX, 419) el Logos seria incorpòreo. Eusebio (Hìst. eccl. IV, 26,2) menciona entre las obras de Melitón

una del titulo περί ένσωμάτου Θεοϋ. La expresión theos ensdmatos se aplica al Verbo Encarnado en Hipólito, Contro Noetum 17 (ed. E. Schwartz

17, 13) : « Este (= el Logos) procediendo (del Padre para venir) al mundo se manifestò dios corpòreo (θεός ένσώματος έφανερώθη), procediendo (= na ciendo. προελθών y no παρελθών corno lee Nautin, sin apoyo de mss.) hom bre perfecto». — Razón tuvo Rufino al traducir el titulo de Eusebio por

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 459

Ciertamente la tuvo Tertuliano, por influjo probable del obis

po de Lión; y corno enseguida veremos también Hipólito. La delata mas tarde entre algunos que no nombra, el africano Mario Victorino36 ; y se la apropia brillantemente el insigne Prudencio :

Nimirum meminit scriptor doctissimus ilio

Orbis principio non solum nec sine Christo

Informasse Patrem facturae plasma novellae :

Fecit — ait — condens hominem Deus, et dedit illi

Ora Dei. Quidnam est aliud quam dicere : Solus

Non erat atque Deo deus adsistebat agenti, Cum dominus faceret domini sub imagine plasma? Christus forma Patris, nos Christi forma et imago1; Condimur in faciem Domini bonitate paterna, Venturo in nostram faciem post saecula Christo37.

Nueva instancia

El modelo a cuya imagen y semejanza creò Dios al hombre

fué segun s. Ireneo el Verbo Encarnado. El problema sin em

bargo està resuelto solo a medias. El Logos por vivir en carne

se vió sometido a las comunes leyes del desarrollo humano. Fué

concebido, nació de Sta. Maria Virgen, fué bautizado, murió, resucitó y subió a los cielos. Se pregunta : i en cuàl de tales fases

sirvió Cristo de modelo al Padre para formar al hombre?

En absoluto caben varias respuestas : 1. — Una primera, muy obvia : no hubo distinción de fases.

Cristo fué ejemplar del hombre, para el Padre, en todas las etapas

de su vida terrena. En tal sentido podria citarse Adv. haer. II,

22, 4 38.

« de deo corpore induto ». No acaba uno de ver cómo pudo Origenes aludir

al mismo tratado bajo la forma « sobre que el Dios (τόν θεόν) es corpò reo », corno si Melitón aludiera al Padre.

En definitiva, no bay razón alguna para créer que Melitón haya llevado

la exegesis de Gen. 1,26 por la via de los antropomorfitas (pseudoclemen

linos). Origenes jamas entendió la posibilidad de aplicar de otra forma lo

'a imagen' al cuerpo (cf. In Rom. 1,19: P.G. 14,871 A; Hom. in Gencs.

1,13 (G.CS. VI, 15,14 sì) : véase H. Crouzel, Théologie de l'Image de Dieu

chez Origene, Paris 1956, p. 153-155 ; 257 ss.). Queda pues amplio margen

a pensar que Melitón descubrió en el plasma de Adàn la imagen del « dios

encarnado ». 56 Cf. Adnr. Ariurn I, 64, 9 ss. i Alude a contemporaneos, ο habla sim

plemente a titulo de erudición? 37 Apntheosis, v. 302-311. 38 « Magister ergo exsistens [Christus], magistri quoque habebat aeta

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460 ANTONIO ORBE, S. I.

Tal respuesta, implicita en casi todos los que han estudiado la imagen de Dios en Ireneo39, descuida un elemento. E1 hombre

fué plasmado ' a imagen y semejanza no corno puro anticipo

del Verbo humanado, sino con impulso hacia él, teniéndole corno meta suprema. En otras palabras, Adàn es un comienzo. En su

imperfección està profetizando lo que con el dinamismo interior del Espiritu ba de realizar. Adàn ha de asemejarse cada vez màs a Cristo. En todas las edades hallarà en El un modelo acabado; pero la meta a que Dios le destina es una sola, asi corno la fase

final del desarrollo mismo interior de Cristo fué uno solo. Dios le destina a cumplir en si de lleno la perfección consumada del Hombre-Dios : en la fase, en que el propio Hijo de Dios logra la suprema teleiosis humana.

2. — Segunda respuesta. El modelo de Dios en la formación del hombre fué el Verbo Humanado, cabeza de la creación, ha

ciendo unidad con sus miembros (los santos) en la consumación final. El Padre miraba a la fase ùltima y definitiva. En esa linea,

muy paulina (cf. Eph. 4, 13), habria de situarse la pàgina final del Adversus haereses *°, y aquella otra en que sintetiza el Santo la teologia de la historia :

tem, non reprobane nec supergrediens hominem, neque solvens legem in se humani generis, sed omnem aetatem sanctificans per Ulani quae ad ipsum erat similitndinem, Omnes enim venit per semetipsiun salvare. Omnes, inquam, qui per eum renascuntur in Deum, infantes et parvulos et pueros et iuvenes et seniores. Ideo per omnem venit aetatem, et infantibus infans factus, sanc tificans infantes; in parvulis parvulus, sanctificans hanc ipsam habentes ae tatem, simul et exemplum illis pietatis effectus et iustitiae et subiectionis ; in iuvenibus iuvenis, exemplum iuvenibus fiens et sanctificans Domino. Sic et senior in senioribus, ut sit perfectus magister in omnibus, non solum secundum expositionem veritatis, sed et secundum aetatem, sanctificans simul et seniores, exemplum ipsis quoque fiens. Deinde et usque ad mortem per venit, ut sit

' primogenitus ex mortuis, ipse primatum tenens in omnibus

'

(Col. 1,18), princeps vitae, prior omnium et praecedens omnes ». — Cf. si lubet Hippol., Refill. X, 33,15-17 (Wendland 291, IP w.).

39 Cf. E. Peterson, L'immagine di Dio, p. 52 : L'uomo è fatto secondo

l'immagine di Dio, perchè è fatto secondo l'immagine che il Verbo divino doveva assumere. Il corpo umano, in quanto è immagine di Dio, è dunque immagine del corpo che il Figlio di Dio doveva assumere nella sua nascita dalla Vergine e dallo Spirito Santo. — Mio el cursivo.

40 V, 36,3 : Etenim unus Filius, qui voluntatem Patris perfecit ; et unum genus humanum, in quo perficiuntur mysteria Dei,

' quem concupiscunt

angeli videre '

(I Petr. 1,12), et non praevalent investigare sapientiam Dei, per quam plasma eius conformatum et concorporatum Filio perficitur: ut

progenies eius, primogenitus Verbum, descendat in facturam, hoc est in

plasma, et capiatur ab eo; et factura iterum capiat Verbum, et ascendat ad eum, supergrediens angelos, et

' fiet secundum imaginem et similitudi nem Dei '.

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EL HOMliRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 461

Per hanc igitur ordinationem et huiusmodi convenientiam et tali

ductu, factus et plasmatus homo secundum imaginem et similitudinem constituitur infecti Dei; Patre quidem bene sentiente et iubente; Filio vero ministrante et formante; Spiritu vero nutriente et au

gente; homine vero paullatim proficiente et perveniente ad perfec

tum, id est, proximum infecto fieri. Perfectus enim est infectus; hic

autem est Deus. Oportuerat autem hominem primo fieri et factum

augeri et auctum corroborar! et corroboratum multiplicari et multi

plicatum convalescere, convalescentem vero glorificari et glorificatum videre suum Dominum41.

Tal solución parece excesìva. E1 hombre cumplirà sin duda su destino en comunión con Cristo, al fin de los tiempos. En tonces llegarà a la unidad de espiritu en carne, termino de la

'semejanza' dinàmica inicial de Gen. l,26s. Pero el Verbo Hu

manado, en su fase escatològica, ; adquìere algo especifico en su

humanidad, por lo que haya de servir al Padre para ejemplar del

cuerpo de Adàn? No se requiere ir hasta alla para ver en Cristo

el modelo del primer hombre. Puede muy bien haberse realizado antes en el Verbo el ideal que sólo al fin se cumplira en los

hombres, sus hermanos.

3. — Tercera respuesta. El ejemplar del hombre, a que Dios miraba, fué la humanidad gloriosa de Jesus. Sólo Cristo redivivo

constituye el hombre perfecto, a cuya imagen y semejanza fué

plasmado el cuerpo de Adàn. A primera vista, bastarla admitir por modelo de Adàn al

Verbo Encarnado, sin màs. La Salud del hombre estriba, segùn Ireneo, en la comunión del hombre con el Verbo42. Siendo el

Logos « Verbo de incorrupción y antidoto de vida » (III, 19, 1), su comunión con la carne seria bastante a colocar su humanidad

en la άφθαρσία definitiva43. Mas una cosa es el titulo a la Salud y otra la Salud misma.

No voy a repetir aqui lo dicho largamente en otra ocasión. El Verbo no comunicò a su humanidad, desde el momento de su

union, aquellas perfecciones a que Dios la ordenaba. La asumió

41 Adv. haer. IV, 38,3. — Para el texto griego, K. Holl, en T.U.

20/2, nr. 156. Véase J. Danif.lou, Message évangélique 369 ss. 42 Adv. haer.\ V, 14,2: Nunc autem quod fuit qui perierat homo hoc

salutare factum est Verbum. Per semetipsum eam quae esset ad eum com munionem et exquisitionem Salutis eius ofificiens.

43 Adv. haer. V, 1,1 : Ad Deum autem rursus imponente hominem per suam incarnationem, et firme et vere in adventu suo donante nobis incorrup telam per communionem quae est ad eum.

44 La unción del Verbo, Roma 1961, p. 502 ss. 508 ss. 528 ss.

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462 ANTONIO OKBE, S. I.

mas no la santificò en el orden naturai humano45. La dignidad

personal no modificò la psicologia ni el desarrollo normal de

Jesus. Por sola comunión con el Verbo, su carne no era natu

ralmente santa en si ni menos instrumento apto para santificar

a otros. El Espiritu Santo comenzó a santificar su carne a raiz

del Bautismo. Ni siquiera con el fenòmeno del Jordan quedó la carne de Jesùs espiritualmente perfecta. Oonvenia que el Espiritu Santo se habituara a la humanidad de Jesus, esto es, que entre el Jordan y la Resurrección de Jesus, fuera asimilando a su pro

pia cualidad —· a la forma Dei — la carne del Salvador; ο vice

versa, que la carne fuera progresivamente perdiendo sus cuali

dades normales — de carne y sangre — hasta solidarizarse por

completo con el Espiritu en la propiedad divina.

Jesus compendiaba en su vida individuai toda la historia de los siglos, con sus varias etapas

— antes de la Ley, durante la

Ley, el reino de la adopción filial, el de la vision paterna —, comenzando por la fase material, siguiendo por la animai, conti nuando por la de adopción segùn la carne46, y terminando con

la fase definitiva y ùltima de vision. Al morir Jesus, todavia su humanidad no habia llegado a la ùltima fase. No era aùn del todo

espiritual e incorruptible con la incorruptela del Padre. Ni poseia la « qualitas spiritus » en su carne, corno instrumento connaturai del Pneuma para santificar a los demàs.

Ni siquiera, estrictamente hablando, bastò la resurrección para

que la humanidad de Cristo adquiriera por entero la cualidad del Espiritu que habia descendido sobre ella en el Jordan. La mera resurrección reunia cuerpo y alma entre si. Fué preciso

que el Padre sellara de modo especial, con el mismo Espiritu, la carne rediviva de Jesùs, consumando con El la humanidad del

Hijo, y haciéndola manantial de Pneuma para la Iglesia. Tampoco bastaba que el alma de Cristo estuviera santificada

por el Espiritu 4r, ο que por parte del alma no hubiera dificultad en servir de instrumento connaturai para deificar otras almas. El Verbo no habia venido a sanctificar mentes, sino hombres. Su misión no era levantar solas almas a la vision del Padre, sino a los hombres, haciendo también su carne apta para la vista de Dios. El destino de Cristo hombre se hallaba imperado por la Salud

45 Recuérdese la fòrmula de Tert. (Adv. Prax. 13,3) : « Filio quidem qui erat induturus hominem, Spiritu vero qui erat sanctificaturus ».

46 Cf. La unción del Verbo, p. 48. 312 ss. 47 Aparte que tal terminologia no va en la linea de s. Ireneo.

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EL H0M1ÌRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGÌA DE S. IRENEO 463

integrai de sus hermanos, ya que una misma Salud afectaba al

alma y a la carne del hombre. En el proceso interno de Jesus hubo pues varias fases dis

tintas : a) la mas imperfecta, hasta el Jordan : en ella, la huma nidad de Cristo no poseia la plenitud del Espiritu Santo, desti nada a infundirse un dia sobre los hombres; b) desde el Jordan hasta la pasión : la carne, depositaria material del Espiritu, iba

disponiéndose a la ' qualitas Spiritus

' ; c) durante la pasión y

muerte : probablemente48 la pasión tuvo virtud singularisima para disponer a las inmediatas el cuerpo de Jesùs para su inminente

y definitiva teleiosis; d) desde la resurrección : cuando el Padre

sellò la carne rediviva con el Espiritu, quitàndole su cualidad animai (= servii) para comunicarle la propiedad del Espiritu — la divinidad. —. Tal es la ùltima y definitiva fase de la hu manidad de Jesus, en la cual pasa a ser «hombre perfecto » por deificación de su carne.

El cuerpo de Jesus, hasta entonces material, animai y corrup tible, revistió la claridad del Espiritu de Dios. Fué asimilado a su « cualidad » divina48 sin abandonar por eso la substancia carnai. En los designios del Padre el hombre perfecto es Cristo redivivo

y el que a su imagen y semejanza viva en carne la vida perfecta del Espiritu, esto es, asimilado en el cuerpo a la incorrupción de Dios.

Saltan a la vista las dos dimensiones cristológica y escato

lògica del plasma asi entendido. La forma externa del hombre

prenuncia, ya desde Gen. l,26s. (resp. Gen. 2,7), la humanidad

de Cristo. Su « semejanza » divina anuncia la « cualidad del Es

piritu » comunicada a la carne de Jesùs glorificado. Imagen y seme

janza, carne y espiritu, haciendo unidad todavia imperfecta en

Adàn, presagian la carne deificada de Jesùs. Cristo, primogènito de los muertos da en la suya la medida

de nuestra carne gloriosa. El se anticipa a lo que sera también

nuestro. Lo que diferencia el cuerpo de Jesùs antes y después

de ser glorificado no es la forma externa (forma servi), sino la cualidad interna (forma Dei). Ambas se unen perdiendo aquélla

48 Faltan textos explicitos, pero el pensamiento del Santo se mueve en

la linea de Hebr. 2, 10 (sobre la personal consumación de Cristo en su hu

manidad, mediante la pasión), que habian de esclarecer mas tarde Rufino,

Expositio Symboli XXVII (ed. M. Simonetti 162,26 ss), Teodoro Mop

suesteno, Homil. Cat. Vili, § 7 (ed. Tonneau 197) y otros. Cf. B. F.

Westcott, The Epistle to the Hebrews, London 1892, p. 65 ss. 49 Sobre la « qualitas Spiritus » véase mas tarde p. 464 ss.

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464 ANTONIO ORBE, S. I.

su cualidad primera, y recibiendo en la substancia material la cua lidad divina, connaturai a la phys'is de Dios. La distinción entre la carne animai y la futura espiritual no afecta a la esencia, que sigue siendo material, sino a la propiedad que primero era tam bién material, y luego de resucitada sera exclusivamente divina

(= espiritual). E1 primogènito de los muertos fué en definitiva el modelo que Dios tuvo presente al formar el hombre « a su

imagen y semejanza ». Lo que en Jesus se cumplió fué ademàs

anticipo de lo que sera el hombre cuando realice en su cuerpo la « semejanza » con Dios : a) manteniendo al exterior la forma

humana, plasmada en el paraiso; y b) absordiéndola a la vida de unidad (de Espiritu) con el Padre.

La carne espiritual de Jesus

Ingenuo seria pensar que s. Ireneo haya desarrollado con

igual copia de textos los puntos bàsicos de su doctrina. Para

esclarecerlos, conviene seguir una via indirecta. Si Cristo anticipa, corno primicias de los muertos, la humanidad ideal, bastarà definir las cualidades distintivas de la carne gloriosa para entender la indole del hombre ideal. El Santo las compendia en una clàusula :

Igitur caro sine spiritu Dei mortua est, non habens vitam, re

gnum Dei possidere non potest, sanguis irrationalis velut aq.ua effusa in terram. Et propter hoc ait (1 Cor. 15,48) : 'qualis terrenus, tales terreni'. Ubi autem spiritus Patris, ibi homo vivens, sanguis ratio nalis ad ultionem a Deo custoditus, caro ab spiritu possessa, oblita

quidem sui, qualitatem autem spiritus assumens, conformis facta Verbo Dei 5(>.

Va discutiendo Ireneo la sentencia invocada a su favor por los gnósticos (1 Cor. 15,50): «La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios » 51.

La carne y sangre solas, sin el Espiritu, no pueden efecti vamente salvarse. Son empero capaces de recibir la cualidad del

50 Adv. haer. V, 9,3. 51 Adv. haer. I, 30,13 (ofitas) : Videntes autem discipuli resurrexisse

eum non eum cognoverunt, sed ne ipsum quidem Iesum, cuius gratia a mortuis resurrexit. Et hunc maximum errorem inter discipulos eius fuisse dicunt (ophitae), quoniam putarent eum in corpore mundiali resurrexisse, ignorantes quoniam

' caro et sanguis regnum Dei non apprehendunt — Para

el texto en Marción, véase Harnack, Marcion 95*.

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 465

Espiritu, y por ende la incorrupcicm. La doctrina es aplicable a

Jesus. Tampoco su carne sin el Espiritu de Dios tiene vida in

corruptible ni puede poseer, aprehender, el reino de Dios. Para elio ha de ser custodiada por el Espiritu del Padre. Donde està el Espiritu, en plenitud de tensión, alli el Hombre viviente, en

plenitud de vida. A la invasión de la carne por el Espiritu siguese el olvido

de si (« oblita quidem sui »). Un olvido definitivo de las vivencias connaturales a la carne52. La muerte misma sera destruida y

desalojada, mediante la posesión del Espiritu, principio de vida

superior53.

En la economia divina entra levantar al hombre a la vida de Dios, comunicando a la substancia infima la cualidad propia del Espiritu. La voluntad de Dios es mas fuerte que la naturaleza de las cosas ", y puede dominarla comunicandole propiedàdes de substancia mas elevada. Entre la naturaleza y su cualidad fisica

primordial — v. gr. entre la carne y su mortalidad — media el

beneplàcito de Dios, superando el vinculo que naturalmente las une. Para explicarlo arranca Ireneo de una analogia paulina.

El acebuche no cambia de substancia porque le hayan injer tado, sino sólo de cualidad, a juzgar por los nuevos frutos. Tam

poco el hombre que recibió mediante la fe el injerto del Espiritu, pierde la substancia de la carne. Muda en cambio su cualidad, y de hombre carnai pasa a serio espiritualBB.

52 Ad ν. haer. V, 36,2: 'Novissima inimica destruetur mors' (i Cor.

15,26). In temporibus enim regni iustus homo super terram exsistens, obli viscetur mori ìam.

63 Adv. haer. V, 9,4: Quid igitur est quod vivit? scilicet Spiritus Dei.

Quae autem sunt quae sunt mortui? scilicet membra hominis, quae et cor

rumpuntur in terra. Haec autem possidentur a Spiritu, translata in regnum caelorum. — Para el texto griego, Holl, en: T.U. 20/2, nr. 162.

51 Adv. haer. Ili, 29,2: Deus enim melior (κρείττων) est quam natura, habens apud semetipsum velie, quoniam bonus; et posse, quoniam potens

est; et perficere, quoniam dives et perfectus est. — Para el texto griego,

Holl, en: T.U. 20/2, nr. 141. 55 Adv. haer. V, 10,2 : Sed quemadmodum oleaster inserta, substantiam

quidem Ugni non amittit, qualitatem autem fructus immutai, et aliud per

cipit vocabulum, iam non oleaster, sed fructifera oliva exsistens edicitur.

Sic et homo per fidem insertus et assumens Spiritimi Dei, substantiam quidem carnis non amittit, qualitatem autem fructus operum immutai, et aliud ac

cipit vocabulum, significans illam quae in melius est transmutationem ; iam

non caro et sanguis, sed homo spiritalis exsistens edicitur. Quemadmodum autem rursus oleaster, si non percipiat insertionem, perseverai inutilis suo

domino per suam silvestrem qualitatem, et quasi infructuosum lignum exci

ditur et in ignem mittitur; sic et homo non assumens per fidem Spiritus

insertionem, perseverai hoc esse quod erat ante: caro et sanguis exsistens,

2 — « Gregorianum » XLIII (1962) - voi. XLIII.

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466 ANTONIO ORBE, S. I.

Dentro de las categorias estoicas, la materia, substrato comun

de todos los seres, requiere la determinación del logos, principio activo, para constituir un ser concreto. Este se compone de ma

teria y cualidad ( ποιότης ). La cualidad que determina al substrato ο materia distingue unos seres de otros. E1 cambio de cualidad no entrana cambio de substancia, sino de manera de ser. Lo que

antes, con determinada cualidad, tenia una manera de ser, en

sobreviniendo otra superior y mas fuerte, pasa a adquirir nueva

forma de ser. No siempre la cualidad superior elimina a la in feriorε6. E1 concepto ireneano de cualidad se inspira en el Pòr tico. Los seres se diferencian por su cualidad ".

La carne constituye el substrato, principio pasivo, del hombre. El alma, su primero y mas inmediato principio activo. Sobrevi niendo el Espiritu, acaba por aduenarse del hombre infundién dole su cualidad propia. Tal habria de ocurrir en los designios de Dios sobre Adàn y sus hijos, arraigando el Espiritu su cua lidad en la carne hasta absorber lo material y corruptible.

Lo que en Adàn no se cumplió, por escapar a las manos de

Dios, cumplióse de lleno en la humanidad de Jesus. Sin abandonar su primera substancia, la carne del Salvador perdio a raiz de la

reeurrección sus naturales propiedades, absorbido por el Espiritu con que le sellò el Padre. La « qualitas Spiritus » suplanta a la del alma, y corno propiedad fisica de la substancia divina eleva

al cuerpo a una manera divina de ser, haciéndole vivir vida de

Dios en substancia carnai. En eso consistirà también la confor

midad nuestra al Verbo, prenunciada en la formación de Adàn :

Glorificabitur autem Deus in suo plasmate, conforme illud et

consequens suo puero [= Filio] adaptans (Adv. haer. V, 6, 1)5S.

En el propio Jesus la conformidad de la carne al Logos tuvo

lugar, cuando el cuerpo revistió la vida connaturai a Dios (= Es

piritu), y consiguientemente también al Logos.

regnum Dei haereditate possidere non potest. Bene igitur apostolus ait ' caro et sanguis regnum Dei possidere non possunt Et

' qui in carne sunt,

Deo piacere non possunt '

(Ram. 8, 8) : non substantiam reiiciens carnis, sed infusionem Spiritus attrahens.

56 Cf. si lubet M. Pohlenz, Die Stoa, 1,65 ss. ; E. Elokduy, Die So

zialphilosophie der Stoa, Leipzig 1936, p. 55 ss. 57 Adv. haer. II, 2,4: Omnibus consonantiam et ordinem suum et ini

tium creationis donans ; spiritalibus quidem spiritalem et invisibilem ; et su

percoelestibus coelestem et angelis angelicam et animalibus animalem et na tantibus aquatilem et terrigenis terrigenam, omnibus aptam qualitatis sub stantiam.

58 Cf. V, 9,3: Conformis facta [caro] Verbo Dei.

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EL "HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGÌA DE S. IRENEO 467

No se comprende que el Verbo haya manifestado en si la

imagen y semejanza de Dios antes de la resurrección. El cuerpo no-glorificado no la manifestaba mas que ningun otro plasma hu

mano, aunque procediera de la Virgen y del Espiritu Santo. Ni

podia manifestarla hasta que la « semejanza divina » trascendiera a él. Lo cual sólo fué posible cuando el Espiritu Santo le comu nicò fisicamente su « igualdad » con Dios 59, aun en carne eo, ha

ciéndole « carnalmente » instrumento del Espiritu y manantial del

mismo para deificar a los demas. Sólo a raiz de la conformidad del cuerpo mortai a la gloria

inmortai fué Cristo el hombre perfecto, en plenitud de vida. Los textos de s. Ireneo no son explicitos. Indirectamente lo suponen.

Aqui convendria citar primeramente Adv. haer., V, 16, 2 61 y los

que indican la « manifestación » visible de la semejanza divina del

hombre, en el Verbo. A los cuales cabe anadir todos aquellos que

en exegesis a 1 Cor. 15,42 ss. declaran en ejercicio la actividad asimilativa del Cristo glorioso sobre nuestra carne62.

59 Para s. Ireneo la semejanza ùltima y perfecta llega a la « igualdad ». Cf. Adv. haer. II, 25,3: [homo] nondum aequalis vel similis factori. Es la idea que mas tarde esclarecerà s. Hilario en lucha con los arrianos, me diante la similitudo — aequalitas : v. gr. De Synodis c. 73 s. (P.L. 10, 528 s. ; cf. De trin. Ili c. 23). Véase P. Galtier, Saint Hilaire de Poitiers, Paris

1960, p. 56 ss. 60 Cf. Gregorio de Elvira, tract. p. 8 (P.L. Suppl. 1,362 in fine):

Postea repetens ait: 'Et fecit Deus hominem ad imaginem Elei'. Non dicit ' ad similitudinem '. Imaginem enim fecerat in animalem Adam de invisibi

litate, de immortalitate animae. Similitudinem autem in Christo reservavit, per quem qui ad imaginem Dei factus fuerat, rursus ad similitudinem re

formaretur in ipso. Sic enim apostolus ait (? Cor. 15,45): ' Primus Adam

in animam viventem, secundus Adam in spiritum vivificantem '. — E1 texto

de Gregorio ilumina el punto de la «semejanza», no el de la imagen. 61 Véase arriba p. 457 s. 62 Cf. Adv. haer. V, 13,3: Et rursus ...ait (Phil. 3, 20s ): 'Nostra

autem conversatio in caelis est. Unde et Salvatorem exspectamus Dominum

Iesum, qui transfiguravit corpus humilitatis nostrae conforme corpori gloriae

suae, ita ut possit secundum operationem virtutis suae '. Quod igitur est

humilitatis corpus, quod transfigurabit Dominus conformatum corpori gloriae suae? Manifestum est quoniam corpus quod est caro, quod et humiliatur

cadens in terram. Transfiguratio autem eius, quoniam quum sit mortalis

et corruptibilis, immortalis fit et incorruptibilis : non secundum propriam

substantiam, sed secundum Domini operationem, qui potest mortali immor

talitatem, et corruptibili circumdare incorruptibilitatem ; Adv. haer. V, 1,3:

sic in fine Verbum Patris et Spiritus Dei, adunitus antiquae substantiae

plasmationis Adae, viventem et perfectum effecit hominem, capientem per

fectum Patrem : ' ut quemadmodum in animali omnes mortui sumus, sic in

spiritali [= redivivo] omnes vivificemur ' ; Epid. 31 : Poiché la morte regna

va sulla carne, era conveniente e giusto che in virtù dell'aver sofferto la

distruzione della carne, egli liberasse l'uomo dalla sua oppressione ... E per

questo assunse il Signor nostro la forma corporea stessa della prima crea

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468 ANTONIO ORBE, S. ί.

La salud e incorruptela por la cual se asemeja el hombre a

Dios requeria el signo de Jonàs, y por ende la resurrección de la carne misma de Jesus por (el Espiritu de) Dios, a raiz de la muerte. Al Verbo, escondido hasta entonces en la forma de siervo,

tal resurrección y Victoria del Espiritu le son pienamente debidas; al mero hombre no.

La economia de Dios sobre la naturaleza humana se funda

en superar lo naturai del hombre, mediante lo naturai del Hijo de Dios ; en aplicarnos la incorrupción fisicamente debida al Ver

bo; la cual, por haber sido ganada en nuestra carne, se nos aplica

gratuitamente a imagen y semejanza del Verbo Encarnado.

La ejemplaridad de Cristo Redivivo exalta lo gratuito de la economia (' a imagen y semejanza de Dios ') inaugurada en Adàn. La semejanza divina comunicada a la carne de Cristo, en nuestro

favor, no se debia a su naturaleza humana, sino a la Victoria que

por su medio reportó el Verbo « naturaliter similis Deo »β3. La

dispensación prenunciada en Adàn se ordena a exaltar el limo al

plano debido a la humanidad del Verbo; actuàndole con arreglo a la incorrupción « manifestada » en el cuerpo glorioso de Jesus. El modelo escogido por el Padre para el hombre es de intento un modelo divino, Dios-Hombre, en quien la carne — sin mu danza substancial —

adopta la cualidad del Espiritu, connaturai

al Logos, conformàndose a Su gloria.

Algunas eesonancias

EN LA TRADICIÓN POSTERIOR

Por muy razonable que parezca la conclusión precedente, que da siempre un escrupulo. ; Sera Ireneo el ùnico que haya exaltado asi el plasma humano, mediante su proyección al cuerpo glorioso de Jesùs?

tura, per entrare in lotta per i padri e vincere per mezzo di Adamo quello che per mezzo di Adamo ci aveva atterrato\Adv. haer. Ili, 20,1: sic et ab initio fuit patiens Deus hominem absorbi a magno ceto, qui fuit auctor praevaricationis, non ut absortus in totum periret, sed praestruens et prae parans adinventionem salutis quae facta est a Verbo per signum Ionae his qui eandem cum Iona de Domino sententiam habuerunt et confessi fuerunt.

03 Adv. haer. III, 20,1 : Ut non glorietur in conspectu Domini omnis caro (1 Cor. 1,29), nec unquam de Deo contrarium sensum accipiat homo, propriam naturaliter arbitrane eam quae circa se esset incorruptelam, et non tenens veritatem inani supercilio iactaretur, quasi naturaliter similis esset Deo... comparans et aequalem se iudicans Deo.

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 469

Es sabido que, segfin Clemente Al., Gai. 1,26 se realiza

cumplidamente tan sólo en Cristo :

Y paréceme que este mismo [Logos] .va modelando (πλάσαι) al hombre, de barro, y le regenera con agua e incrementa con espi ritu y educa con la palabra, enderezàndole con santos preceptos a la adopción y Salud. A fin de que vaya subiendo hasta reformar

(μεταπλάσας) el hombre terreno en uno santo y celeste [y] realice de lleno aquella divina voz :

' Hagamos al hombre a nuestra imagen

y semejanza'. El Cristo fué hecho (= verifico) de lleno esto que habia dicho Dios. Los demàs hombres entiéndese [haber sido hechos]

segun sola imagen 64.

La contraposición entre Cristo y los demàs hombres ( ó δέ

άλλος άνθρωπος ) ratifica una exegesis incidental, algo anterior, del propio Clemente, quien aplica Gen. 1,26 a Jesus65, fiancan dole '

hijo [hecho] a imagen y semejanza del Padre '. De los demàs al Cristo hay la distancia que del plasma u

hombre terreno, al metaplasma u ' hombre santo y celeste '. Falta

en el Alejandrino la alusión a la carne espiritual ο estadio glo rioso de Cristo ; aunque ahi parece apuntar el hombre « celeste »e6.

* * *

Màs claro que el autor del Pedagogo resulta Hipólito. A

juzgar por las variaciones que adoptó màs tarde, y aun dentro

de su obra literaria, hubo un motivo que solicitó particularmente su atención : la humanidad del Senor, concebida a manera de arca

ο de estatua dorada.

No todos los fragmentos, llegados a nosotros, merecen igual confianza67. De ordinario Hipólito concibe el cuerpo del Salvador,

64 Paed. I, 98,2 s. Cf. A. Mayer, Gottesbild, p. 5-7. 65 Paed. I, 97,2 : « De donde resulta claro que nuestro Pedagogo es

uno solo, verdadero, bueno, justo, hijo 'a imagen y semejanza' del Padre, Jesùs, el Verbo de Dios, a quien nos entregó Dios».

66 Cf. ademàs Protrept. 110,1; 121,1. 67 Asi v. gr. el que proviene del tratado sobre « el Senor me pastorea ».

Helo aqui : « El arca hecha de maderas incorruptibles (cf. Exod. 25,10 s.) era el

propio Salvador. Estaba en efecto anunciado por ella el tabernàculo in

corruptible de él ya que no dio podredumbre alguna de pecado... El Sefior era impecable, nacido en cuanto hombre de maderas incorruptibles, esto es, de la Virgen y del Espiritu Santo, recubierto por dentro y por fuera, corno con oro purisimo, con el Logos de Dios » : ed. H. Achelis 146 21 ss. ; ed. P. Nautin (Le Dossier d'Hippolyte et de Méliton, Paris 1953) p. 24 s.

En otros pasajes el revestimiento interno se aplica al Logos, el externo al Espiritu. Aqui uno y otro se refieren al Logos.

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470 ANTONIO ORBE, S. I.

a raiz de su nacimiento virginal, corno el arca del Exod. 25, 10 s. revestida de oro purisimo por dentro y por fuera, a saber, de dentro por el Verbo y de fuera por el Espiritu68.

Dificil sera probar que tal idea haya aparecido por vez pri mera en Hipólito. S. Ireneo alude quizàs a ella en una clàusula incidental anodina "9, donde supone un simbolismo anàlogo ; pero referido no al arca de la alianza sino al arca de Noè. Està re cordaba sin duda al Santo, por su revestimiento interno y externo

(cf. Gen. 6, 14), la formación del cuerpo de Adàn mediante el Verbo y el Espiritu. Semejante aplicación antropològica, confìr mada en otro texto que recuerda asimismo a Hipólito70, no re

queria mucho para proyectarse en Cristo. Y no es extrano que

haya corrido algun tiempo bajo el pabellón de Ireneo una cita

que hoy comunmente se atribuye a Hipólito :

Asi corno el arca [de la alianza] habia sido recubierta por dentro

y por fuera con oro puro, asi también el cuerpo de Cristo era puro y resplandeciente. Estaba adornado por dentro con el Logos y custo diado por fuera con el Espiritu, a fin que se manifestara a partir de ambos lo espléndido de las naturalezas (τό περιφανές των φύσεων) 7Ι.

Prescindiendo de las ultimas palabras, retocadas por Severo

Antioqueno ο sus coetàneos72, el fragmento es aceptable en su

integridad. La idea salta a la vista. El esplendor del arca simbo

liza el resplandor del cuerpo de Cristo; mas particularmente el

68 In Daniel. IV, 24,3: «Dijo Dios a Moisés : Y haràs el arca de maderas incorruptibles, y la doraras con oro puro por dentro y por fuera, y haràs su largura de dos codos y medio ... Lo cual sumado hace la medida de cinco codos y medio. A fin de manifestar los 5.500 afios, al término de los cuales vino el Salvador sacando de la Virgen el arca — el propio cuerpo — al mundo, dorada con oro puro, por dentro con el Verbo y por fuera con el Espiritu Santo. De esa forma se demostró la verdad y fué manifestada la [verdadera] arca».

09 Adv. haer. IV, 36,4: Unum et idem quum semper sit Verbum Dei... temporibus Noè diluvium inducens, uti extingueret pessimum genus eorum, qui tunc erant homines... et ut peccata eorum compesceret, servaret vero arcae typum Adae plasmationem. — La idea parece ser bastante clara. El

Logos salvò el arca de Noè — la cual simbolizaba el plasma de Adàn —, en figura de la salvación del hombre.

70 Adv. haer. V, 12,2: « Af flatus igitur temporalis; Spiritus autem

sempiternus. Et afflatus quidem auctus ad modicum et tempore aliquo manens, deinde abit, sine spiramento relinquens illud in quo fuit ante : Spiritus autem circumdans intus et foris hominem (το δέ <πνεϋμα> περι λαβόν ένδοθεν και Ιξωθεν άνθρωπον), quippe semper perseverane, nunquam relinquens eum ».

71 apud Harvey fr. Vili (voi. 11,479: frg. sir. XXV, voi. 11,454); y sobre todo P. Nautin, Le Dossier... 34ss.

72 Como ha visto muy bien Nautin, op. cit., p. 39.

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 471

de su cuerpo glorioso. En éste se cumple de lleno, ademàs del ornato interior por el Verbo, la custodia (de la corrupción) por el Espiritu que le invade a raiz de su anastasis.

La Escritura no distingue entre el oro interior del arca y el exterior. Hipólito en cambio en su aplicación cristológica hace distinción entre el revestimiento del cuerpo de Jesus por dentro con el Logos y por fuera con el Espiritu. El pensamiento ùltimo

coincide, a mi entender, con uno de Tertuliano que apuntamos

arriba 7S. Ya en la formación de Adàn el Verbo actuaba sobre su

plasma, corno quien lo habria de revestir personalmente (« filio

quidem qui erat induturus hominem ») ; y el Espiritu, corno quien lo habia de santificar (« spiritu vero qui erat sanctificaturus ho

minem»), Uno y otro eran Dios, oro purisimo. Entre el Verbo interno y el Espiritu santificador — recuérdese que pi Espiritu sobrevino de fuera a la humanidad de Jesus, en su bautismo del

Jordan — quedaba el hombre, la carne. Verbo y Espiritu actùan inversamente : aquél, del alma al cuerpo ; éste del cuerpo aj alma.

Con tales prenotandos se entiende muy bien el fragmento que mas hace a nuestro intento :

Dice en efecto (Dan. 3,1) : ' El aito dieciocho, el rey Nabuco

dònosor hizo una estatua de oro, alta sesenta codos, ancha seis.

Y la colocó en la llanura de Deeira, en la región de Babilonia '.

Mediante el [nùmero de] 18 afios imitò a Jesus, el Hijo de Dios, el cual estando en el mundo resucitó de entre los muertos a la propia

imagen [el] hombre (τήν εικόνα την ιδίαν άνΟρωπον έκ νεκρών άνέ

στησεν) y la manifestò a los discipulos pura e incontaminada, corno

si fuera de oro. Los 60 codos de altura imitaban a los 60 patriarcas. Por su medio fué figurado y plasmado en cuanto a la carne el Verbo,

Imagen de Dios, y exaltado sobre todos los patriarcas. Mediante

los 6 codos de ancho [el rey] significò el Hexaemeron, pues el hom

bre, plasmado de barro, fué hecho al sexto dia74.

Importa senalar el paralelo entre el rey que hace una estatua

de oro, y el Hijo de Dios que resucita entre los muertos a la

propia Imagen pura e incontaminada manifestandola a los disci

pulos. La estatua de oro resplandeciente representaba sin duda al

propio Rey, asi corno la humanidad de Jesus al Hijo de Dios.

El Logos, Imagen de Dios, tenia en el hombre plasmado de

barro su propia imagen. Y era este hombre el que venia figurado

y plasmado nuevamente —- al través de los patriarcas — en Jesus,

73 Cf. supra η. 32. 74 In Daniel. II, 27, 5-8 (ed. Bonwetsch 92, 4 ss.).

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472 ANTONIO ORBE, S. I,

Imagen de Dios en cuanto Logos, e imagen de la Imagen de Dios en cuanto hombre.

Hipólito atribuye importancia capital a la resurrección del hombre por el Verbo. Sólo entonces mani festóse en toda su pureza y perfección la '

imagen propia el plasma (hecho a imagen y semejanza). La clàusula, si no està literalmente inspirada en s. Ire neo (V, 16,2)75, muy poco le falta. Lo implicito en Adv. haer. — a saber, la manifestación a raiz de la anastasis de entre los

muertos — se halla explicito en Hipólito. El acento sobre la « manifestación » de la imagen, en contraste con el simple « hecho » de su existencia, es claro en s. Ireneo, y sólo implicito en Hipó lito. El vinculo de la « manifestación » con la anastasis de Cristo entre los muertos, al revés : explicito en Hipólito e implicito en s. Ireneo. El énfasis sobre lo puro e irreprochable de la huma nidad del Verbo, en el Cristo redivivo, demuestra en Hipólito — con ventaja sobre s. Ireneo —

que sólo manifestò el Logos al mundo en su verdadero esplendor al hombre (hecho a imagen

y semejanza de Dios), resucitàndole de entre los muertos. También pues segùn Hipólito el modelo divino al plasmar

al hombre fué Cristo resucitado, su carne pura e irreprochable, imagen vestida de oro, adornada por dentro con el Logos y por fuera con el Espiritu Santo.

* * *

Todavia màs claro resulta Mario Victorino. Habia en su

tiempo, ο eran al menos literariamente conocidos, quienes apli caban el

' a imagen y semejanza

' al plasma del primer hombre.

Màs aùn, en la linea misma de Ireneo y Tertuliano, Dios miraba (' praedivinatione ') a Jesus. Victorino no rechaza sin màs tal

exegesis de Gen. 1, 26 s. La aceptaria con tal de asegurar la divi nidad del Logos aun después de encarnado, y su indole espiritual e incorpòrea. Bastarla, segun él, hacer al hombre, en su carne,

imagen del cuerpo del Verbo; sobre todo, teniendo en cuenta el destino del cuerpo humano. Si éste ha de resucitar un dia y re vestir la incorrupción, hasta hacerse carne espiritual, ninguna di ficultad hay en que el hombre haya sido creado a imagen (y se mejanza) de la carne espiritual del Verbo humanado.

El testimonio del africano merece citarse por entero:

70 Cf. supra ρ. 449 s.

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGÌA DE S. IRENEO 473

Videamus ergo si et iuxta carnem. Quidam et iuxta carnem

dicunt, praedivinatione, quoniam futurum erat ut Iesus indueret car

nem. Ego autem dico : forte, si et in isto quod λόγος et carnis est

λόγος, et deus et incorporalis et super omne corpus dicitur : potentia enim universorum et omnium deus, non frustra, secundum imaginem

corporis. Si enim futurum est nostrum corpus et caro resurgere et

induere incorruptionem et fieri spiritalis caro (cf. 1 Cor. 15,44), sicuti

et salvator noster, iuxta omnia, et fuit et resurrexit et ascendit et

futurum est ut veniat, et si post resurrectionem inmutabimur, acci

pientes spiritale indumentum, nihil impedit ' iuxta imaginem

' carnis

superioris του λόγου hominem factum esse. Ad istud enim testimo

nium dicit propheta dicens (Gen. 1,27) : ' et fecit deus hominem iuxta

imaginem dei'. Si fecit deus secundum imaginem, pater iuxta Filii

imaginem 76.

Queda algo oscura una frasecita. Segun ella el Salvador ha bria poseido siempre la carne espiritual, y no sólo a partir de

su resurrección : « Sicuti et salvator noster iuxta omnia et fuit et resurrexit... » ".

Yo no descubro que Victorino esté solicitado por una espe cial cristologia para atribuir al Salvador, a lo largo de su vida, una carne espiritual. Hay frases que suenan lo contrario78, vin

76 C. Mario Victorino, Adv. Arium I, 64,9 ss. 77 Ρ. Hadot transfiere en la versión la dificultad al inciso iuxta omnia :

«De méme que notre Sauveur fut, à tous égards, cette chair spirituelle,

quand il ressuscita, monta aux cieux... » (5". Chrét. 68, 385). Y cementan do : « le Logos a toujours eu cette chair » (S. Chrét. 69. p. 894). — E1 toujours iria mejor para traducir el et fuit que el iuxta omnia. Victorino escribe « et resurrexit » y no « cum resurrexit ». Admitida la versión de Hadot, no veo manera de justificar semejante comento. Como el aparato de la ed.

Henry es incompleto, ignoro si hay mss. que lean « cum resurrexit », cor tando el nudo gordiano.

7g Cf- Ad Phil. 3,21 (P.L. 8,1226 A) : « Et iste locus tenet de resur rectione mysterium. Etenim quod Christus in carne positus implevit, ut sal varet animas, ut et carni etiam per resurrectionem immortalitas daretur, virtutes suae crucis operatus est. Et haec omnia expectamus, et ipsum Do minimi nostrum Tesum Christum qui, inquit, ilio mysterio quo descendit et crucifixus est et resurrexit, humilitatem nostri corporis vel figurato, aut

magis corpus humilitatis nostrae transfiguravit. Quomodo istud est? Quia

corpus nostrum humile cum resurgit et immutatur, in melius transfiguravit Iesus Christus humilitatem corporis nostri, vel corpus nostrum humile trans

figuravit in magnificum. Dat illi scilicet aetemitatem, faciens ipsi indumen tum caeleste; ut sit, inquit, aequiforme cum corpore gloriae ipsius. Namque Christus spiritus est [« secundum carnem»?], ex quo illi corpus species

[= pulchritudo] et virtus. Ipsa species quae virtus est. Species gloriae corpus est divinae et aeternae ». — Salvo meliori la ùltima clàusula da a entender que « Cristo es espiritu [segun la carne] desde que tuvo por cuerpo

[a raiz de la resurrección] la hermosura y el poder. Una misma es la

hermosura [= species] y el poder [a saber, la carne espiritual, dotada de

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474 ANTONIO ORIIIv

culando la pureza, eternidad y virtud de la carne gloriosa, a la resurrección. La consecuencia seria obvia.

También Vic-torino veria en la carne espiritual de Cristo redi vivo el modelo a cuya imagen y semejanza fué plasmado Adàn.

El ESQUEMA « CARO-SPIRITUS »

Tornemos a s. Ireneo. Tan fina teleologia de la forma humana,

en lo que tiene de mas humilde, explica la importancia que atri

buye siempre Ireneo a la carne; y aun el sdendo que las mas

veces observa en torno al alma. Diriase que los dos tinicos ele

rnentos en juego, a propòsito de Gen. 1, 26 son la carne ο plasma de Adàn y su espiritu divino.

Los gnósticos, contra los cuales habla de ordinario el Santo, condenaban lo material a irremediable corrupción. Explicaban la forma del hombre sensible, mediante una doble proyección : a) pri mera, inmediata, hacia la figura del demiurgo; ο hacia la figura de la « imagen » vista por los arcontes en la creación interior ; b) segunda, hacia la forma arquétipo del Anthropos celeste u Hombre de Luz. De està suerte, llevaban al seno mismo de la

divinidad la forma ejemplar del hombre, declaràndola en el plas

ma, corno una rèplica, esencialmente diversa, de la circunscripción del Dios ignoto en el Logos. El Verbo mismo, en su originai pu reza, era ya Anthropos de Luz, y poseia su forma humana, acce

sible al conocimiento de los elegidos. La carne encubria la forma divina de manera imperfectisima,

Venia a ser la envoltura de la imagen material, reflejo ésta de

otra animai (psiquica-racional), imagen a su vez de otra espiritual femenina, rèplica ésta infrapleromàtica de una forma espiritual angélica, que a la postre participaba en la verdadera y primera Imagen de Dios, que es el Hijo (= Logos).

En rigor, la carne humana interesaba al gnòstico simplemente corno vehiculo transitorio del hombre interior, apta para formarle en este mundo y educarle con el individuo racional, hasta tanto viniera la Iluminación ο resurrección verdadera. A partir de la

la gloria y virtud del Espiritu]. La hermosura es el cuerpo de la gloria divina y eterna ».

Ad Ephes. 2, 16 (P.I.. 8, 1259 BC) : « Ideo enim assumpsit carnem, ut in semetipso vinceret carnem; et sic per carnem carni prodesset, interficiendo corruptionem carnis; et per resurrectionem, assumendo puram atque aeter nam carnem atque omne corpus deitatis ; cum omnia spiritus fiant »...

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 475

Gnosis ni la carne ni el alma pesaban sobre el hombre espiritual. Este habia adquirido la forma externa del vehiculo — corno el

agua adquiere la del vaso —, pero con la liuminación habia lo

grado la perfección para subsistir en si, sin alma ni cuerpo. So bràban ya cuerpo y alma, corno sobra la paja luego de obtenido el grano.

S. Ireneo discurre todo al revés. Lo que importa en la eco nomia de Dios es la salud de la carne, su elevación a la forma de Dios ; y no sólo en Cristo, sino ' a su imagen y semejanza

'

en todos los hombres. La salud misma del alma, y por ende la

comunicación a ella del Espiritu, es una salvación pobre, que dejaria al aire la economia del Verbo humanado. La vida, pasión, muerte y resurrección de Jesus serian excesivas si la carne hu

mana hubiera de caer lejos del àmbito de la divinidad, y sola el alma fuera elevada a la propiedad del Espiritu.

La actual economia tiene su medida unica : la carne espiri tual de Jesus. El Hombre Perfecto, en ia mente de Dios, no es

hoy el Hombre personalmente asumido por el Verbo, sino el Hom bre humanamente, esto es, carnalmente asumido a la gloria del

Verbo. La Salud es la carne deificada, a ej empio de la de Cristo redivivo7β.

* * * ·

El alma segun Ireneo — con mayor lògica que segun Ori

genes — no tiene en si valor ètico. Es un elemento adiaphort/n, meson, capaz de vicio y de virtud, que ocupa en lo moral el

mismo lugar intermedio que ocupa fisicamente entre la carne y

el espiritu80. Apenas tendria sentido situar en lo racional la ima

79 Adv. haer. III, 10,3 : Qui et Salus et Salvator et Salutare vere et dicitur et est... Est enim Salvator quidem, quoniam Filius et Verbum Dei ; Salutare autem,. quoniam spiritus — spiritus enim, inquit (Thren. 4,20), faciei nostrae Christus Dominus — ; Salus autem, quoniam. caro, Verbum enim caro factum est et habitavit in nobis.

Jesus es Salvador por la persona del Verbo, Hijo de Dios; 'Salutare'

[medicina de salud] por el Espiritu que opera la salvación; Salud, por ser

carne. La humanidad de Jesùs, dotada de Espiritu representa la Salud hu

mana. En ella somos salvos, y nuestra salvación estarà en conformarnos

a ella. 80 Adv. haer. V, 9,1: « Sunt tria, ex quibus... perfectus homo constati

carne, anima et spiritu. Et altero quidem salvante et figurante, qui est Spi ritus. Altero quod unitur et formatur, quod est caro. Id vero quod inter

haec est duo, quod est anima: quae aliquando quidem subsequens Spiritum elevatur ab eo; aliquando autem consentiens carni, decidit in terrenas con

cupiscentias ». — Véase Taciano, Ad graec. 13: cf. Daniélou, Message

évangélique 358 s.

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476 ANTONIO ORBE, S. I.

gen y setnejanza del hombre con Dios. Dios es espiritu, suprarra cional. Lo racional puede ser divino en la medida de su partici pación en el Espiritu, mas no lo es en si. Jamàs se le ocurriria al Santo, corno a Tertuliano81, hacer de la psicologia racional un

punto de enlace entre la actividad interna de Dios y la del hom bre. El hombre se parecerà sin duda a Dios en la libertad82 y en lo racional83 mas no con la semejanza a que se refiere Gen.

1,26. Ireneo rechaza expresamente el camino de la analogia, adop

tado por Tertuliano, para declarar la procesión del Verbo84; y no

porque estime a Dios irracional ni falto de libertad, sino porque lo es en el plano ignoto del Espiritu.

Tampoco imaginó aminorar distancias entre el hombre y Dios, apelando a que el alma racional es participe del Logos. Este ca mino llevaba con facilidad no simplemente a la teoria del alma, imagen del Verbo, sino a la del logos (=alma racional) seme

jante, y aun consusbstancial, al Logos (= Verbo); ο a la del alma racional, consubstancial al Espiritu ο naturaleza divina85. Lo racional no facilita, segun Ireneo, el salto de lo humano a lo

divino; ni menos lo resuelve, por demasiado equivoco. En bajando el Espiritu sobre Jesus — en el Jordan — todo

cambiò para él, lo carnai y lo psiquico. Desde entonces le manejó el Pneuma. En los designios de Dios tan por entero elimina el

Espiritu la vida racional, corno la carnai de Jesus. Si el acebuche ha recibido el in] erto del buen olivo, la cualidad resultante — ma nifiesta en los frutos — sera la del olivo.

Muchos platónicos ensenaban la identidad hombre — alma racional. El cuerpo era ajeno al hombre86. ; Como imaginar que Dios haya impreso su imagen en un elemento extrano al hombre?

81 Adv. Praxean S, 7. 82 Adv. haer. IV, 38,4 : Secundum enim benignitatem suam bene dedit

bonum, et similes sibi suae potestatis homines fecit. 83 Adv. haer. IV, 4,3 : homo vero rationabilis et secundum hoc similis

Deo, liber in arbitrio factus et suae potestatis, ipse sibi caussa est ut ali quando quidem frumentum, aliquando autem palea fiat.

84 Cf. Adv. haer. II, 13,8; 28,2-6. 85 Cf. Tertull., Adv. Prax. 5, 5 : « Idque quo facilius intellegas, ex te

ipso, amo, recognosce ut ex imagine et similitudine Dei, quod habeas et tu in temetipso rationem, qui es animai rationale, a rationali scilicet artifice non tantum factus, sed etiam ex substantia ipsius animatus ». — Para otros lugares, véase J. H. Waszink, Tertulliani De Anima, Amsterdam 1947, p. 10*. E1 africano nunca fué modelo de lògica. Sus variaciones sobre el tema pueden verse en K. Wolfl, Heilswirken 175 ss.

86 Cf. Origenes, De princ. Ili, 4, 1 (Koetschau 264, 4 s.) : « ex nobis, id est, ex animabus corpus materiale vivificatur». — S. Ambrosio heredó la misma doctrina. Sus textos, en W. Seibel, Fleisch und Geist beim heil. Ambrosius, Miinchen 1958, p. 18 ss.

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGÌA DE S. IRENEO 477

Pero s. Ireneo no es platònico, ni gusta siquiera de platoni zar87 Por influjo muy probable de la antropologia biblica8S, el Santo mitiga el dualismo entre el cuerpo y el alma, exaitando los dos puntos extremos que Dios junta en el hombre : lo mas hu

milde de la tierra, y lo mas alto del cielo. En la comunión del barro con el espiritu sintetizó Dios la historia de la Salud, que consiste en deificar la carne extendiendo a todos los hombres la « cualidad del Espiritu » en el Cristo total.

El àngel no tiene historia, ni por él fué hecho el mundo. Sólo el hombre posee verdadera historia, y a causa de él fué creado el universo. Su historia sera el camino ininterrumpido des de la carne animai (= el hombre estricto) hacia la carne espiri tual (=el Hombre Dios). Mas aun, Dios necesita la historia para disponer al hombre a su invasión por el Espiritu : y no por indi

gencia propia, sino por la indole esencialmente imperfecta de la carne 8e.

El relieve, a primera vista desmesurado, que adopta el cuerpo humano frente al alma90, se concilia con el estoicismo medio del Santo®1. Normalmente el alma manda sobre el cuerpo1®2. Mas no

es ella la que salva al cuerpo y le comunica la inmortalidad e

incorrupción. En si no puede evitar la muerte del hombre. A tal fin se requiere un principio mas fuerte, el Espiritu 93, que le exalte al plano de la divinidad.

Al compuesto cuerpo-altna, elemento pasivo y activo, agregó

Dios el elemento especificamente « semejante a El », suplantando la propiedad del alma. Es significativa, aun por lo estoica, la

87 « Corpus enim dicunt esse carcerem [carpocratiani] » : Adv. haer. I, 25, 4. Rechaza el clàsico olvido del alma ,en su incorporación (Adv. haer.

II, 33,1 y 3). El ùnico elemento platonizante, denunciable en su antropo logia, figura en Adv. haer. II, 28,4: «Velocitati enim sensus hominum prop ter spirituale eius non sufficit lingua deservire quippe carnalis exsistens, inde et intus suffugatur verbum nostrum, et profertur non de semel, sicut

conceptus est a sensu; sed per partes, secundum quod lingua subministrare

potuerit ». Igual idea en II, 33,4. 88 El nephes hayyah no distingue el alma del cuerpo. Cf. P. van Im

schoot, Théologie de ίAncien Testament II, Tournai 1956, p. 3 ss. ; F. Asen

sio, In libros histuricos, Romae 1956, p. 53. 89 Cf. J. Daniélou, Message évangélique 369 s. 99 Ibid. 360. 191 Véase supra p. 466. 92 Adv. haer. 11,33, 4: «Non enim est fortius corpus quam anima, quod

quidem ab illa spiratur et vivificatur et aufertur et articulatur, sed anima

possidet et principatur corpori ». — Cf. Aristides, Apolog. I, 2; Hipólito,

Refut. VII, 24,1. 9S Cf. Adv. haer. V, 9,4.

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478 ANTONIO ORBE, S. I.

manera de hablar del Santo sobre el hombre histórico94. Dijérase que el hombre espiritual y perfecto se salva mediante la union del plasma y del espiritu. Sin eliminar el alma, Ireneo indica su función intermedia entre el espiritu y la carne. Aquél no puede unirse directamente al cuerpo; se le une mediante el alma. El tér

mino empleado es de impronta estoica (commixtio : σύγκρασις)95. En la crasis (resp. syncrasis) los componentes mantienen sus cua

lidades especificas, sin confusión, con predomino del mas noble 96. El espiritu se mezcla con el alma, y mediante el alma también con el cuerpo 97.

La crasis explica muy bien que el espiritu comunique fisica mente su cualidad especifica a la carne, sin perder su originaria pureza. El Espiritu de Dios, lejos de contaminarse en contacto con el plasma, le abrillanta y purifica y acaba por dominarle en absoluto. Expresiones corno '

spiritus Patris, spiritus Dei, spiritus hominis, spiritus

' recurren corno equivalentes, dando por sabido su origen celeste. Le importa poco que el alma reciba fisicamente el Espiritu y pase a ser espiritual. Que yo sepa, no recoge el término '

spiritualis anima '. Le interesa destacar, en contraste con los valentinianos, còrno el hombre se hace espiritual por la inva sión del Espiritu que penetra y domina a la carne ; y lejos de

significar una substancia humana simple, distinta del alma y de

la materia, es inconcebible fuera del plasma humano98.

94 Adv. haer. V, 6,1 : Si autem substantiam tollat aliquis carnis, id est, plasmatis, et nude ipsum solum spiritum intelligat, iam non spiritualis homo

est, quod est tale, sed spiritus hominis aut spiritus Dei... Si quis tollat ima

ginem et spernat plasma, iam non hominem intelligere potest sed aut partem aliquam hominis, quemadmodum praediximus, vel aliud aliquid praeter ho minem. Neque enim plasmatio carnis, ipsa secundum se homo perfectus est; sed corpus hominis et pars hominis. Neque enim et anima ipsa secundum se

homo; sed anima hominis et pars hominis. Neque spiritus homo, spiritus enim et non homo vocatur. Commixtio autem et unitio horum omnium, perfectum hominem efficit.

95 No βύγκρισις corno restituye Lietzmann, apud B. Reynders, Lexi

que compare de PAdversus haer. de s. Irènée, I, Louvain 1954, p. 33 [335: 3], Cf. Adv. haer. I, 1,2 syncrasis; Excerpta ex Theodoto 55,3.

96 Cf. H. Dórries, Porphyrios' Symmikta Zetemata, Mtinchen 1959, p. 24 ss. 45 ss. ; E. L. Fortin, Christianismc et Culture philosophique au V siècle, Paris 1959, p. 116 ss.

97 Adv. haer. V, 6,1 : Perfectus autem homo, commixtio et adunitio est animae assumentis Spiritum Patris, et admixta ei carni quae est plasmata secundum imaginem Dei. -— Ibid. : quum autem Spiritus hic commixfus animae unitus plasmati propter effusionem Spiritus, spiritualis et perfectus homo factus est.

98 Adv. haer. V, 6, 1 : « Secundum participationem Spiritus exsistentes

spirituales, sed non secundum defraudationem et interceptionem carnis, et nude hoc ipsum solum [=pneuma]».

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 479

A duras penas se concebiria tal interés en un platònico. Tam bién Origenes luchaba contra los valentinianos ; pero muy ajeno a subrayar la comunidad de la carne fisica en los dos hombres, animai y espiritual, elimina precisamente lo humano del « espiri tual » (ó πνευματικός), descalificando su carne 99.

E1 hombre espiritual de s. Ireneo se inspira en el de s. Pablo, con verdadero énfasis en el plasma. Polemizando contra los gnós

ticos, descuida la psyche, corno si fuera reabsorbida por la carne,

y no contara soteriológicamente.

En rigor el alma no agrega a la carne, por su racionalidad,

la imagen divina. Lo racional es incapaz de representar la natu raleza del Espiritu, y menos su forma. En cambio con su inser ción en la carne, el alma adquiere la forma vinculada al plasma,

y por su medio la imagen del Verbo encarnado. Por eso también

pudo Lazaro ser reconocido del epulón, en el seno de Abrahàn :

porque su alma conservaba la figura del cuerpo donde habia vi vido100. Tampoco agrega el alma al cuerpo, corno por sobreabun

dancia, la semejanza divina. Su misión està mas bien en inter

mediar a favor de él : comunicandole la cualidad del Espiritu,

igual 'que antes le habia comunicado la racionalidad. No creo atrevido asegurar, segun eso, que en la hipótesis de

que Dios no hubiera querido elevar nuestra carne a Su ' incorrup

ción e inmortalidad tampoco habria elevado al alma al orden del

Espiritu. Ο exalta a todo el hombre, ο le deja en su nativa limi

tación, cuerpo y alma, sin destinación superior. El centro de gravedad de la dispensación actual de la Salud

descansa en el hombre, no en el àngel, puesto por Dios para ser

vino del hombre. Dentro mismo del hombre, se apoya en el cuer

po, mas que en el alma. Por ser el plasma quien diferencia « per

»9 Origen., In Ioh. 11,21 (15) (Preuschen 77, 30 ss.) : P.G. 14, 149 Ds.:

« Tampoco echó de ver [Heracleón] — escribe Origenes — lo que ensefia

s. Pablo hablando de los espirituales (cf. 1 Cor. 2, 14 s.]. No dijo [el Apòs

toli que esos espirituales fueran hombres. ' El hombre animai no recibe

[= entiende] las cosas del espiritu de Dios, que para él son necedad. Em

pero et espiritual (6 δέ πνευματικός) todo lo discierne Decimos que no

en vano omitió agregar a 'el espiritual' la palabra 'hombre'. Ya que el

espiritual es algo superior al hombre. El hombre se caracteriza ο por el

alma ο por el cuerpo ο por ambas cosas. Mas no igualmente por el Espiritu

que es mucho mas divino que aquellas. De cuya participación predominante

toma su nombre el espiritual ». i°o Adv. haer. II, 34,1 : « Pienissime autem Dominus docuit... animas ...

characterem corporis, in quo etiam adaptantur, custodire eundem et memi

nisse eas operum, quae egerunt... Et habere hominis figurato, ut etiam

cognoscantur ».

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480 ANTONIO OKUE, S. I.

se » al hombre del àngel, al cuerpo y no al alma afectan asi ·

mismo « per se » la imagen y semejanza de Dios : la imagen, di recta e inmediatamente ; la semejanza, por mediación del alma.

La psyche de Cristo pasa por analoga razón a segundo plano en la cristologia de Ireneo. E1 Verbo no vino a salvar àngeles ni

almas, sino hombres. La nobleza y eficacia de su economia se de muestra de lleno en la Salud de la carne. La asimilación del hombre a Cristo, en lo puramente psiquico, dejaria sin base la

gloria carnai del Salvador; y de rechazo la eficacia de la propia Encarnación.

* * *

En la actual teologia nos avenimos fàcilmente a arrinconar la carne, muy en segundo plano, para la vision de Dios, corno si los ojos del cuerpo fueran incapaces de intuir al Padre. No asi en la teologia del Santo. Si el Espiritu se le comunica totalmente a la carne, también està participarà de la vista connaturai al Uni

genito, igual que en Cristo.

Si està vida temporal, mucho mas débil que aquella vida eterna, es sin embargo tan poderosa que puede vivificar nuestros miembros

mortales, i por qué la vida eterna, mas eficaz que la temporal, no

podra vivificar la carne que ya se ha ejercitado y acostumbrado a

llevar la vida? (V, 3, 3) 101.

La vida eterna es comunión total con Dios : vida y luz y fruición de los bienes inherentes a El. Lo que de Dios revela la creación es capaz de dar vida a todos los vivientes de la tierra. Mucho mas vivificarà la manifestación del Padre, mediante el

Hijo, a los que le vean. Tal vision se ha ido preparando a lo

largo de los siglos. Requiere una pedagogia lenta de la carne, por influjo del Espiritu. A la fase primera — la vision profética, mediante el Espiritu profético —-, e intermedia — la vision adop tiva, mediante el Espiritu de adopción —, seguirà la ùltima y defi

nitiva, la vista del Padre mediante el Espiritu de incorrupción venido de El. El mismo Espiritu del Verbo, que primero es sim

plemente profético, dispone a la carne para que perciba en el NT

101 Adv. haer. V, 27,2 : « Et quicumque erga eum custodiunt dilectionem suam his praestat communionem. Communio autem Dei, vita et lumen et fruitio eorum quae sunt apud eum honorum»; IV, 20,7: «Si enim quae est per conditionem ostensio, vitam praestat omnibus in terra viventibus, multo magis ea quae est per Verbum manifestatio Patris, vitam praestat his qui vident Deum ».

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£l hombre ideal εν la teologìa de s. ireneo 481

el Espiritu de adopción, que proviene del Redivivo, y se prepare a recibir en union con la humanidad de Jesus el Espiritu del

Padre, directa e inmediatamente. Las tres fases afectan al hombre entero, y principalmente a

la carne. En el estadio del A.T. — de Espiritu profético — valla la economia « nemo videbit Deum [= Patrem] et vivet » (Exod. 23, 20), porque la carne era aùn incapaz de contener derechamente

el Espiritu venido del Padre. Mucho mas, es claro, en una dis

pensación ajena al Espiritu. Durante el Ν. T. todavia sigue el hom

bre inhàbil para la vista de Dios; pero se habilita mas a ella, mediante la adopción filial, que recibe del Salvador redivivo. El

incremento del Espiritu de filiación alcanzarà el punto culminante en la consumación final con la vista del Padre, principio inme diato de vida divina para el Cristo total : esto es, para Jesus y para todos sus hermanos.

Entonces, lejos de morir con la vision de Dios, viviremos de ella102, con el mismo Espiritu paterno que desciende del Padre

a la humanidad de Jesus, asimilàndola a su Gloria. La carne de los predestinados estarà dentro de la luz y claridad del Padre, en que vive connaturalmente el Unigènito.

Sed secundum magnitudinem quidem eius et mirabilem gloriam 'nemo videbit Deum et vivet' (Exod. 23,20). Incapabilis enim Pater.

Secundum autem dilectionem et humanitatem, et quod omnia possit, etiam hoc concedit iis qui se diligunt, id est videre Deum, quod et

prophetabant prophetae. Quoniam ' quae impossibilia apud homines,

possibilia apud Deum '

(Le. 18,27). Homo etenim a se non videt

Deum. Ille autem volens videtur hominibus, quibus vult et quando vult et quemadmodum vult. Potens est enim in omnibus Deus : visus

quidem tunc per Spiritum prophetiae, visus autem et per Filium

adoptive, videbitur autem et in regno caelorum paternaliter. Spiritu

quidem praeparante hominem in Filio Dei, Filio autem adducente ad

Patrem, Patre autem incorruptelam donante in aeternam vitam, quae

unicuique evenit ex eo quod videat Deum (IV, 20,5).

102 Adv. haer. V, 3,2: « Refutant igitur potentiam Dei et non contem

plantur quod est verbum (2 Cor. 12, 7 ss.), qui infirmitatem intuentur carnis,

virtutem autem eius qui suscitat eam a mortuis, non contemplantur... Inve

nietur autem perceptrix et capax caro virtutis Dei, quae ab initio percepii

artem Dei ». — Para el griego, Holl, T. U. 20/2, nr. 160 que convendria

citar por entero. Afiadir Adv. haer. IV, 20, 7 : « Visibilem rursus hominibus

per multas dispositiones ostendens Deum, ne in totum deficiens a Deo homo,

cessaret esse. Gloria enim Dei, vivens homo. Vita autem hominis, visto Dei » ;

IV, 20, 5 : « percipiunt ergo vitam qui vident Deum ».

3 — « Gregorianum » XLIII (1962) - voi. XLIII.

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482 ANTONIO ORBE, S. I.

Y continua en griego:

Porque asi corno los que mirati la luz estàn dentro de la luz

y participan de su claridad : asi los que miran a Dios estàn dentro

de Dios, participando de su claridad. La claridad empero les vivifica.

Parti'ciparàn pues de la vida los que contemplan a Dios. Y por eso

el impenetrable e incomprensible e invisible se ofreció a si mismo

(visible?) y comprensible y penetrable para los fieles, a fin de vivificar

a quienes le penetran y miran mediante la fe. Porque asi corno su

magnitud es inapeable, asi también es inenarrable su bondad. Me diante la cual contemplado da vida a los que le ven. Pues vivir sin

vida no es posible. Mas la substancia de la vida (ή Sè δπαρξις της ζωης ) proviene de la participación de Dios. Participación empero de Dios es el conocer a Dios y gozar de su benignidad1&3.

Ireneo no tiene por qué explicar el hecho. Lo imposible en tre hombres es posible a Dios. Y su poder absoluto (« potens est enim in omnibus Deus ») se manifestarà en que la carne vivirà de aquello mismo que naturalmente causarla su muerte.

El hombre natural

Dijimos hasta ahora del hombre histórico, hecho a imagen y semejanza de Dios, dentro de una dispensación gratuita. Nada

indicamos sobre el hombre en cuanto tal : sin la positiva ο gra tuita ordenación a la humanidad gloriosa de Jesus.

Muy ignorante habria de ser el Santo para desconocer el con

cepto filosofico del hombre : aquello que constituye su naturaleza.

La doctrina que acabamos de analizar le supone continuamente.

Si el espiritu hiciera parte de la natura humana, en cuanto tal, el hombre seria fisicamente llamado a la semejanza con Dios, y a la incorrupción especifica del espiritu. Lo cual va contra la doc trina explicita de s. Ireneo104.

El hombre posee su naturaleza, eso que le viene ' a semetipso,

a se, naturaliter por exigencias de su ser. En ella no entra lo

que la hace ' perfecto

' ο espiritual, segun s. Pablo. Entra sólo el

103 Adv. haer. IV, 20, 5. — Para el griego véase Holl, T. U. 20/2, nr. 148. 104 Adv. haer. V, 2,3 : « ex illius magnitudine et non ex nostra natura

habemus in aeternum perseverantiam [incorruptelae] »; V, 21,3 « non a se metipso sed donatione Dei accipit incorruptelam » ; IV, 20, S « homo etenim a se non videt Deum»; III, 20, 1 « propriam naturaliter arbitrans [homo] eam, quae circa se esset, incorruptelam, et non tenens veritatem, inani super cilio iactaretur quasi naturaliter similis esset Deo».

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 483

cuerpo y alma unidos, el animai racional105. Tal noción hubo de

llegarle por via de Placito, ο florilegios filosófìcos de fàcil asimi lación. Nunca se creyó por eso obligado a distinguir entre lo na turai y lo positivo (= gratuito) en la dispensación humana. La

verdadera physis, definible corno ' temperatio animae et carnis

entrò por voluntad divina en una economia superior.

Ireneo tendrà buen cuidado de hablar ùnicamente de la Salud ο salvación de la carne, ο a lo mas del alma. La Salud es aquello que agrega Dios positivamente, segun su beneplàcito, a la natura humana. Afecta al cuerpo y al alma unidos; nunca al Espiritu. Espiritu salvado equivaldria a divinidad deificada. Lejos de reque rir la Salud, él es quien salva (« salutare ») al hombre, perfeccio nàndole segun los designios libérrimos de Dios 107.

El hombre espiritual valentiniano entrarla al fin en el Pie

roma, abandonando el cuerpo y el alma108. ; Qué queda del hom

bre — se pregunta el Santo — si eliminamos el cuerpo y el

alma ?109

El concepto paralelo de Ireneo no ofrece difìcultad. El hom bre espiritual es aquel que, ademós de hombre, es espiritu, a sa

ber, divino ; aquel que ademàs de cuerpo y alma, posee : a) el

cuerpo plasmado por manos divinas, con arreglo a la carne futura

de Jesus; y b) el alma semejante a Dios, junto con el cuerpo, mediante la participación en el Espiritu de Dios. El hombre es

piritual, corno el « perfecto hombre» de s. Pablo (cf. 1 Cor. 2,6; 1 Thess. 5, 23)110 adquiere su verdadera y ùnica medida en Cristo redivivom. Ningùn adversario del evolucionismo, aun mitigado,

105 Adv. haer. IV, praef. 4: «Homo est autem temperatio animae el

carnis, qui secundum similitudinem Dei formatus est et per manus eius plas matus est » ; Epid. 2 « e poiché l'uomo è un animale composto d'anima e di corpo»; Adv. haer. V, 1,3 «ab initio plasmationis nostrae in Adam ea

quae fuit a Deo aspiratio vitae, unita plasmati, animavit hominem et animai rationale ostendit » ; II, 13,3 «compositi [homines] natura et ex corpore et anima subsistentes » ; II, 28,4 « [homo] est compositum animai ».

Cf. A. Bénoit, Saint I réne e. Introduction à Pétude de sa théologie, Paris 1960, p. 59, 3 y 65 ss.

107 Adv. haer. V, 20,1 : et eandem salutem totius hominis, id est, ani

mae et corporis sustinentibus — Segun Epid. 41 los apóstoles exhortaban

a los gentiles « a conservar su cuerpo sin màcula en orden a la resurrección,

y su alma al abrigo de la corrupción » Cf. Ibid. 2. 1(>8 Cf. Exc. ex Theod. 64; Adv. haer. I, 7,1. 10® Adv. haer. II, 29, 3 : « corpore autem ipsorum corrupto et anima re

manente in medietate, nihil iam relinquitur ex homine quod intra Pleroma

cedat ». 110 Véase Adv. haer. V, 6,1. 111 Adv. haer.· V, 1,3; IV, 38,1-3: Efàd. 12.

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484 ANTONIO ORBE, S. I.

hubiera podido excogitar doctrina mas radicai. Dios quiso por sus manos plasmar directamente el barro humano, anunciando una

economia superior, mdebida al hombre : la economia de la Encar

nación.

El pecado del àngel

La elevación gratuita del plasma humano, tan humilde en si

y tan sublime en su destino final, movió a envidia al principe de la apostasia.

Ex tunc enim apostata est angelus hic et inimicus, ex quo zelavit

plasma Dei, et inimicum illum Deo tacere aggressus est112.

Ireneo no sefiala el motivo ùltimo de la envidia, corno tam

poco Sap. 2,24 en que sin duda se inspira. Indica sin embargo elementos preciosos. El àngel tuvo envidia del plasma de Dios,

y no por la materia de origen, sino por los muchos dones que

Dios le habia regalado, y concretamente por su vida (' invidens vitae eius ').

Aparte el pecado de envidia, ο mejor, junto con él, ensena uno de rebelión ο apostasia, por el cual mereció el nombre de ' satanàs ' : ι seria el pecado que figura en Is. 14, 13 s. : « Qui dicebas in corde tuo : In caelum conscendam, super astra Dei exaltabo

solium meum ... Ascendam super altitudinem nubiurn, similis ero Altissimo » ?

Tertuliano cita dos veces el texto de Isaias 113, sin descubrir

en él ningun pecado anterior al de envidia. Fiel a la tradición de s. Justino114, relaciona el pecado primero del àngel con el

112 Adv. haer. IV, 40, 3. Cf. V, 12, 6 : « [Verbum] qui et ab initio plas mavi hominem, a malitia inveniens labefactatum suum plasma ormi modo curavit » ; V, 24, 4 : « Sic etiam diabolus, quum sit unus ex angelis his, qui super spiritum aèris praepositi sunt... invidens homini, apostata a divina factus est lege : invidia enim aliena est a Deo. Et quoniam per hominem tra ducta est apostasia eius, et examinatio sententiae eius homo factus est : ad hoc magis magisque semetipsum contrarium constituit homini, invidens vi tae eius, et in sua potestate apostatica volens concludere eum»; Epid. 16: «... l'uomo, sedotto da quell'angelo che, divenuto di lui geloso e invidioso, per i molti doni, che Dio aveva dato all'uomo, precipitò sè stesso in rovina e rese l'uomo peccatore, inducendolo a trasgredire il comandamento di Dio ... e poiché egli [= il diabolo] per istigazione della sua indole si ribellò e si separò da Dio, fu chiamato, secondo l'idioma ebraico, satana, che vale ribelle » ; cf. Adv.haer. V, 21,2; Ili, 23,8.

113 Adv. Marcion-em V, 11,11; V, 17, 8s. 114 Dial. cum Tryph. 124,3 : « Aludiendo... a la calda de uno de los

principes, de aquel que se llama serpiente y dio la gran caida por haber

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGÌA DE S. IRENEO 485

erigano del hombre, por envidia : « Et deliquit ex ilio, ex quo de lictum seminavit » (Adv. Marc. II, 40, 4). Mucho mas explicito que s. Ireneo, el africano indica el pensamiento ùltimo de la tradición. Convendria aqui copiar enteramente el largo capitulo que dedica al tema (Adv. Marc. II, 10). Senalemos lo mas capital.

El pecado que convirtió al àngel en diablo y le derrumbó en el mal, por culpa propia, fué el haber herido al hombre, objeto de elección divina. Dios habia puesto en el plasma humano el sello de su propia semejanza. El àngel se lo envidió, y ya que no

pudo reclamar para si tal semejanza, se la arrebató al hombre

violando el sello impreso por Dios en él :

Et si evolvas Ezechielis prophetiam (28, 12 ss.), facile animad

vertes tam institutione bonum angelum illum, quam sponte corruptum.

In persona enim principis Sor, ad diabolum pronuntiatur : ... Haec

dicit Dominus : Tu es resignaculum similitudinis — qui scilicet inte

gritatem imaginis et similitudinis resignaveris — corona decoris...115

El texto no lo dice expresamente, pero supone que el àngel

violò la integridad de la imagen y semejanza (' signaculum ') de

Dios en el hombre, no en si propio116.

enganado a Eva». — A s. Justino siguió en la misma tradición su discipulo

Taciano (Ad graec. 8). Ambos asimilan una teoria hebrea: cf. W. Staerk, Die

Erlosererwartung in den ostlichen Religionen, Stuttgart 1938, p. 8 y 478. 115 Adv. Marc. II, 10, 2-3. — Resignare (resp. resignaculum) significa

en Tert. lo mismo que violare, sigillum removere. Cf. De virginibus velan

dis 5 'cum virginitatem resignasset ' ; Adv. Marc. IV, 10,3

' resignati ieiu

nii culpam ' ; De paenit. 5, 1

' semel cognitam atque susceptam (paenitentiam)

numquam posthac iteratione delieti resignari oportere'. — Lo mismo en

s. Ambrosio (De fide III, 15,128) : ' Servemus igitur praecepta maiorum,

nec haereditaria signacula ausi rudi temeritate violemus. Librum signatum

illum propheticum non seniores, non potestates, non angeli, non archangeli

aperire ausi sunt : soli Christo explanandi eius praerogativa est servata.

Librum sacerdotalem quis nostrum resignare audeat, signatum a confessori

bus, et multorum iam martyrio consecratum? Quem qui resignare coacti sunt,

postea tamen damnata fraude, signarunt ; qui violare non ausi sunt, con

fessores et martyres exstiterunt ». Véase también Prisciliano, Tract. Ili

(ed. G. Scheps, in: C.S.E.L. 18 [1889] p. 49): ' symbolum enim signatura

rei verae est et designare symbolum est disputare de symbolo malie quam

credere. — E1 simbolo es la signatura de lo verdadero, y preferir andar

en disputas sobre el simbolo a creerlo, es designar el simbolo, esto es

quitarle el valor de signo. Cf. F. Kattenbusch, Das Apostoli'sche Symbol

II, Leipzig 1900, 389. ne Adv. Marc. II, 8,2: «Igitur sicut Deus homini vitae statum induxit,

ita homo sibi mortis statum attraxit: et hoc non per infirmitatem, sicuti

nec per ignorantiam, ne quid auctori imputaretur. Nam etsi angelus qui se

duxit, sed liber et suae potestatis qui seductus est ; sed imago et similitudo

Dei fortior angelo; sed afflatus Dei generosior spiritu materiali quo angeli

constiterunt : ' Qui facit — inquit

— spiritus angelos et apparitores flammam

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486 ANTONIO ORBE, S. I.

La expresión de Ecequiel (28, 12) ' resignaculum similitudi

nis '

recuerda a Tertuliano la semejanza de Gen. l,26s.117. E1

àngel envidió al hombre 118 la imagen y semejanza divina que le habia sido concedida. Todo lo demàs se adivina. Satanàs enten dió el destino del hombre, gratuitamente dotado de la forma y semejanza del Cristo futuro119. Apeteció para si lo que Dios otor

gara al hombre, esto es, llegar un dia a la perfecta semejanza de

Dios, mediante el Espiritu que el plasma humano poseia, no obs tante el barro de origen.

Tal pecado de envidia hubo de relacionarse, en un segundo tiempo, con el mencionado por Is. 14, 14 (

' sere semejante al Al

tisimo'). La semejanza divina que descubrió en el hombre, la

quiso también para si. <;Por qué no asemejarse al Altisimo, igual y mas que el cuerpo venido de lodo?

La clàusula de Is. 14, 14 confirmaba la exegesis de Ez. 28, 12

y podia muy justificar las palabras mismas de Gen. 3, 5 (' et eritis sicut dii '). Por envidia a la semejanza divina del hombre, el àngel trató de enganarle, sin salir de la linea de semejanza, persuadién dole el pecado de rebelión.

* * *

Tornemos a s. Ireneo. No ensefia expresamente, corno Ter

tuliano, que el pecado del àngel haya consistido en violar la inte

gridad de la imagen y semejanza divinas del hombre. Pero tal

ignis» (Ps. 193,5: Hebr. 1,7). Quia nec universitatem homini subiecisset infirmo dominandi, et non potiori angelis, quibus nihil tale subiunxit ».

117 Lo mismo ratificali otros textos : Adv. valentinianos 2,4: «In summa, Christum columba demonstrare solita est, serpens vero tentare. Illa et a

primordio divinae pacis praeco ; ille a primordio divinae imaginis praedo » ; De carne Cliristi 17,4: « Sed et hic ratio defendit, quod deus imaginem et similitudinem suam a diabolo captari aemula operatione recuperavit ».

118 De anima 39,1: 'qui in primordio invidit'; A poi. 27,4: 'noster ob divortium aemulus et ob Dei gratiam invidus

' ; De spect. 2,12 :

' Cum ipsum

hominem, opus et imaginem Dei, totius universitatis possessorem, illa vis

interpolatoris et aemulatoris angeli ab initio de integritate deiecerit, uni versam substantiam eius, pariter cum ipso integritati institutam pariter cum

ipso in perversitatem demutavit adversus institutorem, ut quam doluerat homini concessam, non sibi in ea ipsa et hominem reum Deo faceret et suam dominationem collocaret '.

119 De exliori. castitatis 1,3: ' Voluntas Dei est sanctificatio nostra (1

Th.ss. 4,3). Vult enim imaginem suam, nos, etiam similitudinem fieri, ut simus sancti, sicuti ipse sanctus est

' : De ba.pt. 5, 7 :

' ita restituitur homo Deo

ad similitudinem eius, qui retro ad imaginem Dei fuerat — imago in effigie, similitudo in aeternitate censentur — : recipit enim illuni Dei Spiritum quem tunc de adfiatu eius acceperat, sed post amiserat per delictum '.

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 487

idea se halla implicita en clàusulas inequivocas : ' zelavit plasma Dei ' invidens vitae eius '

geloso e invidioso per i molti doni E1 àngel envidió al plasma por la imagen y semejanza divina ini

presas en él. La malicia de su pecado hirió en lo vivo a Dios, corno que tocaba el centro nervioso de la economia de la Salud.

No contento con apetecer para si la semejanza, gratuitamente

otorgada al hombre, quiso el àngel destruir la obra predilecta de la creación, aquella en que habia Dios puesto sus manos (Logos y Sophia). Atentando contra el plasma, atentaba contra el Cristo a

cuya imagen y semejanza habia sido hecho. El Verbo Encarnado

y glorioso, ejemplar y meta suprema del hombre, quedaba injus tificado con la pérdida de Adàn.

Afortunadamente, con su trasgresión, no logró el àngel des

baratar la obra de Dios, aunque la atajara, arrastrando el hombre

hacia su apostasia129 y cautivàndole por algun tiempo. El plasma escapó a las manos de Dios, mas no definitivamente ; y la desobe diencia de Adàn costò a su modelo divino la obediencia hasta la muerte y muerte de Cruz. Desterrado del paraiso, Adàn vió fre nado de continuo el trabajo — ahora dificil — de asemejarse a Dios. Inicióse el régimen de la muerte, que a su vez frenaba mi sericordiosamente la obra del pecado. El Espiritu — semejanza de Dios — perdio el vigor inicial y no pudo mantener en vida, con la eficacia de antes, al hombre compuesto de alma y cuerpo. La

muerte, testimonio del pecado, atestigua asimismo la atonia actual del Espiritu en la vida del hombre caido.

Removiendo un escrùpijlo

Antes de terminar, eliminemos una dificultad que habra aflo rado repetidas veces a la mente del lector. S. Ireneo, veniamos

diciendo, refiere la imagen del plasma humano al Hombre-Dios. El Padre contemplò a Cristo, corno centro de la economia de la

Salud. Mucho antes de que pecara Adàn, anunciàbase un Verbo

humanado, Salvador en el sentido màs sublime del término; no

un Verbo Redentor.

Por otra parte, demostràbamos que el modelo, a cuya imagen

y semejanza era fcrmado Adàn, fué Cristo redivivo, en su carne

120 Adv.haer. Ili, 23,8: « Quemadmodum et serpens nihil proferii dis

suadere homini, nisi illud quod eum transgressorem ostendit, initium et

materiam apostasiae suae habens hominem; Deum autem non vicit».

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488 ANTONIO ORIÌK, S. I.

espiritual y gloriosa. Luego — al parecer — un Cristo que habia de sufrir la pasión y morir, para resucitar luego con carne deifica de entre los muertos : un Cristo ο Verbo Redentor. ; No hay aqui una contradicción ?

La solución es muy sencilla. E1 lector habrà echado de ver el poco relieve que dimos a la muerte de Jesus. Si ella hubiera sido necesaria para que Jesus adquiriese la carne espiritual, la En carnación del Verbo entranaria asimismo la muerte aun en la eco

nomia anterior a la previsión del pecado. Lo cual estaria en abierta

pugna con la idea ireneana, y paulina, de la muerte fisica vincu lada históricamente a la parabasis. La muerte de Jesus vino a remediar el pecado de Adàn. Luego no entraba en la dispensación primera sobre el hombre; corno tampoco entraba en ella la para

basis de Adàn. El protoplasto prefigurata al Verbo humanado, y mas en par

ticular al Cristo glorioso, sellado en su carne por el Espiritu Santo. S. Ireneo ha puesto las premisas para llegar ahi, sin declarar otros pormenores. En la economia del no-pecado, habria Dios man

tenido ciertamente el nacimiento virginal de Jesus121 y su bau

tismo en el Espiritu Santo. A raiz del bautismo, el Espiritu ha bria ido disponiendo la carne de Cristo, sublimandola y espiri tualizàndole cada vez mas 122, hasta comunicarle la propia cualidad

(« qualitas spiritus »), y habilitarla para la vision del Padre. Tal fenòmeno no obedeceria a indignidad moral del plasma humano — tal indignidad no existió históricamente ni podia existir en

Jesùs — sino a la incapacidad fisica de la carne para recibir sin

previa, lenta, disposición la vista de Dios 123.

Aun en la primera dispensación el Salvador habria recibido, mucho después de nacido y aun de bautizado en el Espiritu, el sello ùltimo y definitivo de la semejanza perfecta, pasando a tener carne espiritual con la misma esencial cualidad del Espiritu que históricamente poseyó a raiz de la muerte y resurrección.

Una tal dispensación cristológica iria de acuerdo perfecto con

121 Cf. E piti. 32; Adv. haer. Ili, 21,10. 122 Adv. haer. Ili, 17,1: « Hunc enim [Spiritum] promisit per prophe

tas ' effundere se in novissimis temporibus super... servos et ancillas ut pro

phetent ', unde et in Filium Dei filium hominis factum descendit, cum ipso adsuescens habitare in genere humano et requiescere in hominibus et habi tare in plasmate Dei, voluntatem Patris operans in ipsis et renovans eos a vetustate in novitatem Christi»; cf. Ili, 20,2 in fine.

123 Cf. Adv. haer. IV, 38,1. Véase J Daniélou, Message évangélique 369 s. — Las razones del Santo afectan al plasma humano, dondequiera que esté; y por tanto también al de Jesus.

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EL HOMBRE IDEAL ΕΝ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 489

la antropològica. Adàn habria llegado a espiritualizar el plasma, igual que sus hijos, sin muerte previa; y por tanto sin resurrección final de la carne. Todos los hombres ,a imagen y semejanza del Cristo glorioso — no redivivo, corno primicias de los muertos -—

se conformarian también entonces al Verbo humanado, en cuerpo

y alma. Ignorarian la muerte, pero conocerian igualmente la glo

ria de su carne en la consumación final. Tal doctrina tiene muy poco de hipótesis; sobre todo, habida

cuenta del fundamental optimismo de Ireneo en su idea del pe cado de Adàn. El àngel malo no logró eliminar la primera eco

nomia, en sus lineas generales. Dios no perdio contacio con el

plasma humano, aunque algun tiempo pareciera habérsele ido de las manos. La propia muerte sirve hoy a atajar el pecado. Y por

lo que hace a Jesus, dióle ocasión para triunfar del àngel apòs tata en aquel mismo plasma en que habia violado su imagen y semejanza124.

El Santo no tiene por qué distinguir, determinando lo que en la economia de la resurrección gloriosa de Jesus pertenece a

la redención, y lo que se debe a la Salud. Està en su derecho al colocar la manifestación de la imagen y semejanza, inherentes al hombre, en su carne rediviva. El ejemplar del plasma humano fué Cristo en carne espiritual. Que semejante cualidad haya afec tado a Jesus, a raiz de su muerte y resurrección, no modifica el

pian primero de Dios. Le modificaria si la redención del pecado hubiera hecho imposible la espiritualización de la carne de Cristo, arrastrando consigo la misma imposibilidad para el hombre, en su

estadio final. Le habria también modificado si la incorrupción y gloria carnai de Jesus hubiera venido exclusivamente en premio a su obediencia al Padre hasta la muerte, y muerte de Cruz.

Ireneo no niega este ùltimo titulo. Jesus mereció resucitar glo

rioso, por obediencia al Padre. Pero antes aùn de recibir el man

124 Adv. haer. V, 21, 3 : « Qui autem ante captivus ductus fuerat homo, extractus est a possessorie potestate, secundum misericordiam Dei Patris ; qui miseratus est plasmati suo et dedit salutem ei, per Verbum — id est —

per Christum redintegrans, ut experimento discat homo, quoniam non a

semetipso, sed donatione Dei accipit incorruptelam ». — Y sobre todo III, 23,7 : « Victus autem erat Adam, ablata ab eo omni vita ; et propter hoc vieto rursus inimico recepit vitam Adam.

' Novissima autem inimica eva

cuatur mors '

(1 Cor. 15, 26), quae primum possederai hominem. Quapropter liberato homine,

' fiet quod scriptum est : Absorpta est mors in Victoria. Ubi

est mors Victoria tua? Ubi est mors aculeus tuus?' db. 54ss.). Quod non

poterit iuste dici, si non ille liberatus fuerit, cui primum dominata est mors. Illius enim salus, evacuatio est mortis. Domino igitur vivificante hominem, id est, Adam, evacuata est et mors ».

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490 ANTONIO ORBE, S. I.

dato de Dios, estaba la dispensación primera; y segun ella, corno

simple Ejemplar y meta ideal del hombre creado a imagen y semejanza de Dios, Cristo habria sido glorificado en la tierra. Mas

aun, dentro de la lògica de s. Ireneo, lo habria sido en la edad

madura, luego de haber pasado por todas las edades. E1 Espiritu Santo habria acabado de sublimar su carne, y Dios Padre — el mismo que se lo enviara en el bautismo de Espiritu — habria sellado con El su humanidad, anticipando a vista del mundo al Hombre Ideal.

Conclusión

Terminemos. El hombre ideal en la teologia de s. Ireneo es, en definitiva, el Cristo glorioso, dotado de carne espiritual. En tal estadio le tuvo en cuenta el Padre al plasmar segùn Gen. 1, 26 s.

(resp. Gen. 2,7) al hombre. Con su forma externa, influyó en la figura que el Verbo comunicò al barro. Con su forma interna, divina, se dejó sentir en el pneuma que el Espiritu Santo infun dió en él. Adàn no tuvo desde el principio carne espiritual, sino carne y espiritu, a imagen y semejanza de Jesus: esto es, a fin de conformarse de continuo a El, incrementando el pneuma sin so

lution de continuidad. Cristo redivivo manifestò por vez primera al mundo la ima

gen y semejanza ideal de Dios. En su carne dio la medida de la humana perfección y de la Salud. En cuanto hombre, no sólo per

sonalmente (mediante la union con el Logos) sino aun fisicamente

deificado (mediante la ' cualidad del Espiritu ' comunicada a su

carne), ocupa el centro de toda la economia. La Salud de los hom

bres sera igual a la de Jesus, en unidad de espiritu con El; aun

que tendrà lugar en la consumación final.

Fisicamente inferior al àngel, el hombre le supera en cuanto hecho a imagen y semejanza de Dios. La medida de la elevación del hombre sobre el àngel, la da'asimismo Jesus glorioso, en su humanidad : « caro ab Spirito possessa, oblita quidem sui, quali tatem autem Spiritus assumens, conformis facta Verbo Dei ». Tal alteza se anunciaba desde Gen. l,26s. El àngel no fué creado mediante las dos manos del Padre, con el mimo que el Verbo

puso en su propia imagen, y el Espiritu en la suya ; ni es imagen del Padre, corno tampoco de la Semejanza de Dios. El pecado del

àngel se concibe muy bien por la improporción de la humana

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EL HOMBRE IDEAL ΕΚ LA TEOLOGIA DE S. IRENEO 491

physis — el barro primigenio viviente —· y su destino divino; asi corno se comprende su magnitud y castigo, por herir el punto vital de la economia de la Salud.

La carne del hombre compendia los aspectos mas varios y

hondos de la teologia de s. Ireneo :

a) el trinitario: el Padre ofrece el substrato virginal, la tierra del paraiso; el Logos le modela segun su propia futura for ma en Jesus; y Sophia (= Espiritu Santo) le deifica con el es

piritu, en orden a la plenitud del Cristo glorioso; b) el cristológico : sólo Jesus, en carne espiritual, es el Hom

bre Perfecto, ejemplar y meta de Adàn y de sus hijos ; c) el escatològico : si Adàn prenuncia al Cristo glorioso,

anuncia igualmente la escatologia, cuando todos en cuerpo y alma

sean sublimados a la condición carnai de Cristo, y gocen con El aun carnalmente de la vista de Dios;

d) el aspecto diferencial con el àngel : el àngel no fué plas mado « per manus Dei », ni hecho a imagen y semejanza divinas, ni tuvo por modelo al Hombre-Dios, ni se asociarà un dia a la

gloria misma del Verbo, por comunidad de carne y espiritu con

Jesus; e) el de la dispensación : el hombre compendia en su cuer

po, los dos extremos — carne y espiritu —

que trató de unir

Dios, mediante la economia de la Salud ;

/) el sobrenatural : el plasma humano prenuncia desde Adàn todas las maravillas del orden sobrenatural; explica su gran deza, la magnitud de su destino, y anuncia la historia rectilinea

del mundo. Tan soberbia sintesis teològica se cuartearia si las palabras

de Gen. 1, 26 s. no evocaran a s. Ireneo la figura ideal de Jesu cristo resucìtado. Frente a la actitud despreciativa de la gnosis ante la carne, el Santo adopta exactamente la contraria : la carne

serà un dia deifieada, corno lo fué va en Cristo.

Quorsum igitur limo tanta indulgentia nostro

Contigit, ut Domini manibus tractatus honora

Arte sacer fieret tactu iam nobilis ipso? Decrerat quoniam Christum Deus incorrupto Admiscere solo, sanctis quod fingere vellet

Dignum habuit digitis et carum condere pignus125.

Antonio Orbe, S. I.

125 Prudencio, Apotheosis 1036-1041.

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