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607 Teología y Vida, 55/3 (2014), 607-629 De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano de las tres naturalezas Mariano Troiano UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO [email protected] Resumen: En el Tratado de los Principios I, 8, 2 Orígenes refuta explíci- tamente la doctrina de la existencia de tres naturalezas (φύσις) humanas que él atribuye a los valentinianos. La doctrina de las diferencias naturales entre los hombres, provenientes de la acción de diversos creadores y deter- minantes de su destino final, es una de las afirmaciones más fuertemente instaladas por los adversarios de los autores gnósticos. Dichas afirmaciones han implicado una de las críticas más recurrentes hacia los textos gnósticos; críticas que incluso perduran entre los estudiosos actuales. Así, el objetivo final de nuestro trabajo es demostrar que la antropología valentiniana de las tres naturalezas no implica una doctrina determinista y estática, sino un sis- tema dinámico, donde el individuo, y no solo la humanidad, se encuentra tensionado entre sus tres naturalezas y donde incluso el elemento espiritual es impelido a buscar la salvación. Palabras clave: Gnosticismo, Demiurgo, Naturaleza humana, Orígenes, Tratado Tripartito,Valentinismo. Abstract: In Origen’s On First Principles I, 8, 2, the Alexandrian explicitly refutes the doctrine of the existence of three human natures (φύσις) which he attributes to the Valentinians. The doctrine of the natural differences between men, due to the action of various creators and decisive on their final destination, is one of the claims most heavily installed by the opponents to the Gnostic authors. Such claims have involved one of the most recurring critics to the Gnostic texts; critics that persist even among modern scholars. Thus, the ultimate goal of our work is to demonstrate that the Valentinian anthropology of three natures does not imply a deterministic and static doctrine, but a dynamic system, where the individual, not only the humanity as category, is stressed between the three natures and where even the spiritual element is urged to seek salvation. Keywords: Gnosticism, Demiurge, Human Nature, Origins, Tripartite Treaty, Valentinianism.

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    De la substancia del diablo.Orgenes y la dinmica del sistema valentiniano de las tres

    naturalezas

    Mariano TroianoUNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO

    [email protected]

    Resumen: En el Tratado de los Principios I, 8, 2 Orgenes refuta explci-tamente la doctrina de la existencia de tres naturalezas () humanas que l atribuye a los valentinianos. La doctrina de las diferencias naturales entre los hombres, provenientes de la accin de diversos creadores y deter-minantes de su destino fi nal, es una de las afi rmaciones ms fuertemente instaladas por los adversarios de los autores gnsticos. Dichas afi rmaciones han implicado una de las crticas ms recurrentes hacia los textos gnsticos; crticas que incluso perduran entre los estudiosos actuales. As, el objetivo fi nal de nuestro trabajo es demostrar que la antropologa valentiniana de las tres naturalezas no implica una doctrina determinista y esttica, sino un sis-tema dinmico, donde el individuo, y no solo la humanidad, se encuentra tensionado entre sus tres naturalezas y donde incluso el elemento espiritual es impelido a buscar la salvacin.

    Palabras clave: Gnosticismo, Demiurgo, Naturaleza humana, Orgenes, Tratado Tripartito,Valentinismo.

    Abstract: In Origens On First Principles I, 8, 2, the Alexandrian explicitly refutes the doctrine of the existence of three human natures () which he attributes to the Valentinians. The doctrine of the natural differences between men, due to the action of various creators and decisive on their fi nal destination, is one of the claims most heavily installed by the opponents to the Gnostic authors. Such claims have involved one of the most recurring critics to the Gnostic texts; critics that persist even among modern scholars. Thus, the ultimate goal of our work is to demonstrate that the Valentinian anthropology of three natures does not imply a deterministic and static doctrine, but a dynamic system, where the individual, not only the humanity as category, is stressed between the three natures and where even the spiritual element is urged to seek salvation.

    Keywords: Gnosticism, Demiurge, Human Nature, Origins, Tripartite Treaty, Valentinianism.

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    INTRODUCCIN

    En el Tratado de los Principios I, 8, 2 Orgenes refuta explcitamente la doctrina de la existencia de tres naturalezas humanas que l atribuye a los autores gnsticos valentinianos. La siguiente cita sintetiza su crtica a tales posturas:

    No hay entonces naturaleza incapaz de recibir el bien o el mal, si no es la de Dios, fuente de todos los bienes, y la de Cristo [] Pero toda otra naturaleza que es santa [] no la posee por naturaleza, sino de manera accidental, ahora bien, aquello que es accidental puede perderse1.

    Confi rma tal afi rmacin lo expuesto en su Comentario sobre el Evan-gelio de Juan donde confronta al valentiniano Heraclen2 quien, nos transmite Orgenes, sostiene que las naturalezas que dividen a los hom-bres (material, psquica y espiritual) son inmutables3.

    De manera tal que la doctrina de las diferencias naturales entre los hombres, provenientes de la accin de diversos creadores y determinan-tes de su destino fi nal, es una de las afi rmaciones ms fuertemente ins-taladas por los adversarios de los autores gnsticos y ha implicado una de las crticas ms recurrentes hacia sus textos. Crticas que incluso per-duran entre los estudiosos actuales, tal como lo expone y refuta Karen L. King4 analizando el ejemplo expuesto por el texto gnstico del Libro

    1 H. CROUZEL - M. SIMONETTI (eds.), ORGENES, Peri Archn I, 8, 3 (SC 252) (Paris 1978) 228-229.

    2 Heraclen, nos informa Clemente de Alejandra, fue uno de los discpulos ms eminentes ( ) de Valentn. CLEMENTE DE ALEJAN-DRA, Stromata IV, 9, 71, 1, ed. A. VAN DEN HOEK- trad. C. MONDSERT (SC 463), Paris, 2001, 172-173. Ver tambin el captulo 1 de la obra de T. J. PETTIPIECE, Heracleon: Fragments of early Valentinian exegesis. Text, translation, and commentary (2002). Theses and Dissertations (Comprehensive). Paper 130. Wilfrid Laurier University, 4-16.

    3 ORGENES, In Jo. XIX, XIV, 90, ed. C. BLANC (SC 290) (Paris 1982) 102-103.4 K. L. KING, What Is Gnosticism? (Cambridge, Mass. London 2003) 202-205 y 330,

    nota 39. La autora centra incluso su anlisis en obras que se ocupan del supuesto determinismo valentiniano y expone los nuevos enfoques aportados a partir del es-tudio profundo de los textos descubiertos en Nag Hammadi. K. L. KING, What Is ... 206-208. Afi rma que los textos de Nag Hammadi no observan al cuerpo y al mundo como malvados per se, pero solo como el campo de batalla donde se libra la lucha entre el bien y el mal. Nor does it regard the body and the world as evil per se, but only as the battleground on which the struggle between good and evil is waged. K. L. KING, What Is ... 200.

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    de Toms: El Salvador ofrece claramente dos opciones e insiste en que la gente haga una eleccin. Uno es salvado no por naturaleza sino por seguir la luz y comprometerse con prcticas ascticas5.

    En este marco, nuestra intencin no es refutar las interpretaciones transmitidas por Orgenes, ms an siendo el Padre de la Iglesia fuente indispensable para abordar el pensamiento de Heraclen, importante discpulo de Valentn y redactor, hacia el tercer cuarto del siglo II, del primer comentario al Evangelio de Juan conocido hasta el momento6. Sin embargo, consideramos al igual que la autora mencionada, que el descubrimiento de los textos de Nag Hammadi permite el acceso a fuen-tes directas que aportan una nueva perspectiva sobre las ideas que los autores gnsticos presentan sobre la composicin del hombre.

    En este sentido, nuestro trabajo intentar confrontar las afi rmacio-nes vertidas por Orgenes en su Comentario sobre el Evangelio de Juan, pero principalmente en el Tratado de los Principios, sobre la concepcin gnstica de las diferentes naturalezas humanas, con el anlisis que sobre dicha concepcin se puede realizar gracias a uno de los escritos valen-tinianos ms notables como es el caso del Tratado Tripartito (NH I, 5). Asimismo, no desdearemos los aportes explicativos que sobre este tema expone la lectura de los Extractos de Tedoto.

    5 The Savior offers two clear alternatives and insists that people make a choice. One is saved not by nature but by following the light and engaging in ascetic practices. K. L. KING, What Is ... 196.

    6 T. J. PETTIPIECE, Heracleon ..., 4. De todas maneras, sobre los fragmentos rescatados gracias a Orgenes, el autor nos previene que solo una cita (In Jo. XX, XX, 168) es introducida por las palabras: El dice en sus propios trminos lo cual nos indica que las restantes no son citas textuales. Incluso el editor, Ccile Blanc afi rma: No siempre es fcil de ver dnde termina el texto de Heraclen y donde comienza el comentario de Orgenes (Par ailleurs, il nest pas toujours facile de voir o cesse le texte dHraclon et o commence le commentaire dOrigne). ORGENES, In Jo, ed. C. BLANC (SC 120 bis), Paris (1966) 1996, 16. Ver tambin lo expuesto por Pettipiece sobre el estado fragmentario de la transmisin del comentario de Orgenes mismo en T. J. PETTIPIECE, Heracleon ..., 158-159. Sin embargo, es claro que para Orgenes Heraclen fuerza y mal interpreta intencionalmente los textos sagrados (In Jo. II, XIV, 100-101). Orgenes, por su parte, afi rma la regla de fe: Cristo, hijo de Dios, siendo la verdadera transmisin de sus palabras a travs de los apstoles y conservadas por la Iglesia Peri Archn I, 3 (SC 252), 79. En cuanto a la validez metodolgica de los fragmentos ver ORGENES, Peri Archn, 8-9.

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    El objetivo fi nal de nuestro trabajo, en sintona con lo expuesto por Einar Thomassen en sus notas a la edicin francesa de los textos de Nag Hammadi7, es demostrar que la antropologa valentiniana de las tres naturalezas no implica una doctrina determinista y esttica, sino un sis-tema dinmico, donde el individuo y no solo la humanidad se encuentra tensionado entre sus tres naturalezas y donde incluso el elemento espiri-tual debe buscar la salvacin8.

    A. ORGENES Y LA CONCEPCIN VALENTINIANA DE LAS TRES NATURALEZAS

    Dentro de la antropologa valentiniana contra la cual polemiza Orge-nes, se destacan dos aspectos fundamentales. Por un lado, la divisin radical del gnero humano en individuos compuestos por alguna de las tres naturalezas: materiales o terrestres, psquicos y espirituales. Por otro, el destino fi nal inmutable de cada uno de estos grupos.

    Como hemos expuesto, en el libro del Tratado de los Principios (I, 8, 2), Orgenes asocia la concepcin de las naturalezas espirituales diferen-tes (naturas spiritales diuersas), tanto entre los seres humanos como entre los seres celestiales producto de creadores diferentes, a los pensadores valentinianos9. As para estos existiran los hombres materiales o hlicos excluidos de toda vida espiritual y para los cuales la salvacin no tiene ningn sentido; los psquicos capaces de obtener una salvacin de se-gundo orden; y los espirituales salvados por naturaleza.

    Por su parte, Orgenes acepta la diferencia entre los seres pero la atri-buye no a creaciones dismiles sino a la fi delidad de sus movimientos con respecto a su origen divino10. Este busca refutar dicha interpretacin

    7 E. THOMASSEN - L. PAINCHAUD, Trait Tripartite en EcrGnos (175-176, nota 105) 29-32.

    8 Existen, por supuesto, otras corrientes gnsticas (los llamados textos setianos o la gnosis basilidiana) que presentan diferencias doctrinales con respecto a la con-cepcin valentiniana del hombre. Sin embargo, dado el tiempo destinado a nuestra comunicacin centraremos nuestro anlisis en la ya de por s compleja concepcin valentiniana.

    9 ORGENES, Peri Archn (SC 252), 223. Ver tambin ORIGNES, In Jo. (SC 120 bis), 15.10 ORGENES, Peri Archn I, 8, 2 (SC 252), 225. Orgenes reprocha a los valentinia-

    nos el considerar a Pablo y a Pedro como espirituales siendo que en las escrituras son evidentes sus faltas. La postura del alejandrino argumenta contra los gnsticos quienes indican que tanto Pablo como Pedro estaran habitados por otro ser. OR-GENES, Peri Archn, 225.

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    defendiendo al mismo tiempo la existencia de un creador nico, justo y bueno, y la libertad del hombre, responsable ante Dios de sus actos11.

    En el Comentario sobre el Evangelio de Juan nos informa sobre la inmu-tabilidad de las distintas naturalezas humanas expuestas por Heraclen12. Esta inmutabilidad es debida, en el caso de los materiales, a que compar-ten la naturaleza ms corrompida del demiurgo, la materia. El discpulo de Valentn imputa a los judos que acusan y no aceptan las palabras de Jess (Jn 8, 43-44) el poseer dicha naturaleza. Orgenes nos dice:

    Pero ahora l (i. e. Heraclen) afi rma, es evidente, que ciertos hom-bres son consustanciales ()13 al diablo ([vosotros sois] de la substancia del diablo ( ) siendo, como lo piensan sus discpulos, de una substancia () diferente de aquellos que ellos llaman psquicos o espirituales ( )14.

    Un poco ms adelante Orgenes aclara que los materiales seran para Heraclen hijos por naturaleza ( , ) del Diablo, mientras que los psquicos habran devenido hijos del diablo por adopcin: l dice que es porque ellos han amado los deseos () del diablo y que los llevan a cabo, que estos devienen criaturas del diablo, aunque no lo son por naturaleza ()15.

    Orgenes rechaza tal idea de una generacin diferenciada entre los seres que integran el cosmos y manifi esta que toda creacin proviene de un mismo creador16. As, Dios ha creado en un comienzo todas las almas

    11 ORGENES, In Jo. (SC 120 bis), 26.12 ORGENES, In Jo., XIX, XIV, 90, ed. C. BLANC (SC 290) (Paris 1982) 102-103.13 Sobre la concepcin origeniana de la consubstanciacin ver ORGENES, In Jo. (SC

    290), 233, nota 4.14 ORGENES, In Jo., XX, XX, 168-169 (SC 290), 240-241. En este sentido es interesante

    comparar con lo expuesto en In Jo. XX, XXVIII, 252-253 (SC 290), 280-283. 15 ORGENES, In Jo., XX, XXIV, 213-214 (SC 290), 262-263. Cf. J. D. DUBOIS, La

    Sotriologie valentinienne du Trait Tripartite (NH I, 5), en L. PAINCHAUD - A. PASQUIER (dir.) Les textes de Nag Hammadi et le problme de leur classifi cation, eds. (Qubec-Louvain-Paris, 1995) 226. Es interesante remarcar que Heraclen parece utilizar indistintamente el concepto naturaleza () y consubstancia (). En este sentido Pettipiece afi rma: If, however the pneumatic or spiritual individual () is capable of passing from a state of darkness to a state of light, then the state of earthly person () becomes rather ambiguous in any theory of natures T. J. PETTIPIECE, Heracleon ..., 40.

    16 Dios bueno y Padre benvolo del universo y la potencia bienhechora y demirgi-ca, es decir aquella de hacer el bien, de crear y de proveer. ORGENES, Peri Archn I, 4, 3 (SC 252), 169.

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    similares, igualmente dotadas de libertad y las invita a seguirlo. Pero mientras que unas eligen por decisin propia la imitacin de su creador y progresan; otras caen en la negligencia. Es segn el mrito de cada una que Dios organiza un universo harmnico donde las reparte entre los diferentes seres17.

    Sin embargo, si la creacin tiene un origen nico, Orgenes reconoce tres categoras de seres: celestes, terrestres e infernales, para los cuales la bondad no es substancial sino accidental y quienes poseen la libertad de permanecer o alejarse de ese origen divino inicial empujados por los movimientos de su inteligencia y su voluntad18. Tal es la cada, el apar-tarse del estado beatfi co inicial, donde el orden de los seres celestes es el ms prximo al origen y el que instruye sobre el camino de retorno. El gnero humano compone un orden apartado pero no de manera irreme-diable. El ltimo orden lo componen el Diablo y sus secuaces, indignos de la formacin aportada por los seres celestiales; son adversarios de los hombres y buscan alejarlos de las enseanzas salvadoras19.

    En el Comentario, el alejandrino insiste que la substancia que com-pone a los seres celestiales no es diferente de la del hombre ( )20: Como Pablo quien siendo tinieblas, es capaz de devenir luz en el Seor (Ef. 5, 8), as aquel que sea tinieblas en cualquier momento (puede devenir luz) [] es posible entonces que las tinieblas cambien en luz21.

    As es, segn su malicia, que ciertas almas cadas devienen demonacas y otras humanas. El alma, en su preexistencia absolutamente espiritual, estaba unida plenamente a Dios y a su Palabra antes de su descenso22.

    17 Y hace de ellas vasijas de oro, de plata, de madera o de arcilla, unas para un uso honorable, otras para un uso despreciable, utilizando estas diversas vasijas que son las almas o las inteligencias. ORGENES, Peri Archn II, 9, 6, eds. H. CROUZEL y M. SIMONETTI (SC 253), Pars, 1978, 366-367.

    18 ORGENES, Peri Archn I, 6, 2 (SC 252), 19919 ORGENES, Peri Archn I, 6, 3 (SC 252), 201-203.20 ORGENES, In Jo., II, XXIII, 144 (SC 120 bis), 308-309.21 ORGENES, In Jo., II, XX, 134-136 (SC 120 bis), 300-301. En el libro XX, se men-

    cionan las semillas que las almas traen con ellas, sean semillas justas o injustas: Sin embargo, no hemos venido todos al mundo con semillas parecidas e idnticas, pero ninguno ha venido desprovisto de semillas salvadoras y santas []. In Jo XX, V, 38 (SC 290), 174-175.

    22 In Jo XX, XIX, 162.

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    Estas afi rmaciones del Comentario plantean dos puntos fundamentales: primero, las almas comienzan la adquisicin de semillas justas o injustas antes de su encarnacin y es segn su mrito que el Creador les designa su funcin entre la jerarqua de los seres. Tal interpretacin nos conduce a un segundo elemento central en la polmica con los autores valentinia-nos: la polmica sobre la salvacin de las almas.

    Es concluyente para Orgenes, que Dios ha creado a todos los seres racionales con una misma substancia, la substancia razonable23 y son las causas antecedentes (i.e. a la encarnacin) que han destinado unas al honor y otras al deshonor24. Y l afi rma:

    [Contra] aquellos que inventan la doctrina de las naturalezas () [] de una sola pasta provienen los perdidos y los salvados, y que hay un mismo creador () para los perdidos y los salvados, si es bueno aquel que hace no solamente a los espirituales () sino tambin las terrestres () esto se sigue de aquello es posible seguramente que aquel que es ahora una vasija de honor [] sea (si no acta luego de la unin con el cuerpo conforme a su dignidad de vasija de honor) en otro siglo una vasija de deshonor y viceversa25.

    En el pensamiento origeniano toda naturaleza es susceptible de re-cibir tanto el bien como el mal y todo ser, gracias a su libre albedro, adhiere ya sea al bien ya sea al mal (Peri Archn I, 8, 3). Es Dios quien designa el lugar de cada alma segn su progreso. As, la funcin de los seres celestiales les viene segn sus mritos y los demonios, obtienen sus grados en la maldad, segn sus progresos en el crimen. De tal manera

    23 En este sentido el alma es () es decir, principio de la vida racional y principio vital del cuerpo.

    24 ORGENES, Peri Archn III, 1, 22, eds. H. CROUZEL y M. SIMONETTI (SC 268), Pars, 1980, 138-139

    25 ORGENES, Peri Archn III, 1, 23 (SC 268), 142-143. Todas las almas, dice Orge-nes, santas o malvadas, han sido creadas y son de naturaleza incorprea. ORGENES, Peri Archn I, 7, 1 (SC 252), 209. Henri Crouzel y Manlio Simonetti interpretan que para Orgenes si bien toda alma es incorprea en s misma, ella est siempre revestida de un cuerpo, burdo en el caso de los hombres y etreo en el caso de los ngeles, los resucitados y los demonios (Cf. Peri Archn I, pref. 8). ORGENES, Peri Archn (SC 252), nota 4, 105. En esta afi rmacin de un solo creador, Henri Crou-zel y Manlio Simonetti ven una afi rmacin antignstica ya que para los valentinia-nos la esencia espiritual o pneumtica no ha sido creada sino emanada. ORGENES, Peri Archn (SC 252), nota 3, 105.

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    que la ausencia de conversin no proviene de su naturaleza sino princi-palmente de su voluntad que se delecta con el mal26. El gnero humano, por su parte, progresa hasta el orden celeste o se precipita27.

    El concepto del libre albedro ( ) es clave en el sistema salvfi co del alejandrino. Los diferentes grados de naturalezas provienen justamente de la facultad del libre albedro otorgada a los seres raciona-les y su voluntad de progresar hacia la imitacin divina o de caer como consecuencia de su abandono28. De esta libertad de los seres raciona-les, como hemos dicho, se deriva la diversidad del universo29. Orgenes polemiza entonces con aquellos que suprimen [] el libre albedro sosteniendo que hay naturalezas perdidas incapaces de salvacin y otras salvadas que son incapaces de perderse []30.

    En el libro III (1, 3) del Tratado, Orgenes defi ne el libre albedro cen-trando sus argumentos en los seres dotados de razn ()31. La razn, explica el alejandrino: posee en su naturaleza los medios de ver el bien y el mal, que utilizamos para ver el bien y el mal y as elegir el bien o rechazar el mal []32. As, el hombre no se encuentra sometido a impulsos exte-riores sino a una eleccin de la razn para examinar la infl uencia exterior33.

    26 ORGENES, Peri Archn I, 8, 4 (SC 252), 231.27 ORGENES, Peri Archn I, 8, 4 (SC 252), 231-233. As, el universo tiene un origen

    nico pero su diversidad proviene del alejamiento de los seres de la bondad inicial por sus agitaciones y deseos de sus intelectos. ORGENES, Peri Archn II, 1, 1 (SC 252), 236-237.

    28 ORGENES, Peri Archn II, 9, 6 (SC 252), 364-365.29 ORGENES, Peri Archn II 9, 6 (SC 252), 366-367 (Cf. Con la Degradacin de la

    inteligencia del alma en Peri Archn II, 8, 3-4 y 9, 2)30 ORGENES, Peri Archn III, 1, 8 (SC 268), 48-49. Negar el libre albedro, afi rma

    Orgenes, tal cual lo hacen los seguidores de Marcin, Valentn y Baslides para quienes las diferencias existentes en el universo no se condicen con un nico crea-dor sino con diferencias originarias esenciales, es aceptar que todo es regido de antemano por el azar. De aceptar esta solucin no solo el mundo no ha sido hecho por Dios, sino que no est regido por la providencia y por ende no se puede esperar el juicio divino. ORGENES, Peri Archn II, 9, 5 (SC 252), 361-365.

    31 Para el uso del trmino , ver ORGENES, Peri Archn eds. H. CROUZEL y M. SIMONETTI (SC 269), Pars, 1980, nota 12, 19.

    32 ( , ). ORGENES, Peri Archn III, 1, 3 (SC 268), 22-23

    33 ORGENES, Peri Archn III, 1, 5 (SC 268), 33. En el libre albedro reside entonces la posibilidad de vencer las tentaciones: Esta posibilidad que nos es dada de poder

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    En el sistema origeniano la naturaleza divina est exenta de todo cambio y toda degradacin y por ende, estar dotado exclusivamente de una naturaleza divina, como sera el caso de los espirituales dentro de la concepcin gnstica, implicara la incapacidad de pecar por lo cual no hara falta la misericordia de Dios34. En un argumento equivalente, Orgenes incluso mantiene latente la respuesta sobre la posibilidad de la salvacin de los seres infernales35.

    En el libro IV del Tratado encontramos la concepcin de Orgenes sobre el hombre compuesto de un alma, un cuerpo y un espritu de vida36. Para el pensador alejandrino existe una sola alma disputada en-tre la carne y el espritu37. Si hay una sola alma ella es a la vez principio de la vida racional y principio vital del cuerpo. La carne que desea contra el espritu no es otra cosa que el alma atrada por las necesidades corpo-rales de las cuales obtiene un placer malsano.

    As debemos entender la diferencia que Orgenes establece en su ex-gesis de Gnesis 1, 26-27 entre su imagen (cf. Col. 1, 15) reservada en sentido estricto a Cristo, el Logos o incluso la Sabidura, y segn la imagen correspondiente al alma, al hombre interior ( ) y no al cuerpo, ni incluso a un compuesto de alma y cuerpo38. En una lnea fi loniana, Orgenes, pone el acento en el Verbo, imagen invisible del Dios invisible (Peri Archn II, 6, 3 cf. Col. 1, 15) en su generacin eterna, y en su rol de creador y revelador 39. En consecuencia, aquel pri-

    vencer, segn la facultad del libre albedro, o bien la empleamos con diligencia y vencemos o bien con pereza y somos derrotados ORGENES, Peri Archn III, 2, 3 (SC 268), 167.

    34 Ver tambin ORGENES, In Jo XIII, 11, ed. C. BLANC (SC 222), Pars (1975) 2006, 67-74.

    35 ORGENES, Peri Archn I, 6, 3 (SC 252), 203. La salvacin proviene de la instruc-cin de los seres celestes que permiten a cada alma de pasar de un orden al siguiente ya que cada ser, a causa de la facultad del libre arbitrio, es susceptible de progreso o de decadencia, segn sus movimientos y sus propios esfuerzos. Peri Archn I, 6, 3 (SC 252), 205.

    36 ORGENES, Peri Archn III, 4, 1 (SC 268), 201. Ver tambin Peri Archn (SC 269), nota 2, 85.

    37 ORGENES, Peri Archn III, 4, 4-5 (SC 268), 208-215.38 M. BORRET (d.) ORGENES, Contra Celso VI, 63 (SC 147) (Pars, 1969) 334-339.

    Ver tambin C. Celso IV 83, VII, 66 y In Jo. , VI, XLIX, 252.39 M. ALEXANDRE, Le commencement du livre Gense I-V (Pars, 1988) 243.

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    vado del espritu divino se vuelve terrestre (I Cor 15, 47) y es el espritu quien da vida al alma40.

    En el caso de las almas ms degradadas, si bien todas han sido creadas por Dios con la misma substancia, cuando una se somete a las pasiones de la carne ella no percibe lo espiritual y es en este sentido que ella se vuelve carne (Cf. Rom 8, 7)41.

    B. TEXTOS GNSTICOS

    El Tratado Tripartito (NH I, 5)

    Para poder entender la complejidad de la antropogona valentiniana debemos abordar brevemente el relato exegtico de la generacin del hombre.

    De acuerdo con el Tratado Tripartito, texto de ochenta y ocho pginas que data de principios del siglo III, atribuido a un autor cristiano de la escuela de Valentn, el mundo existe en funcin del hombre y gracias a la providencia de Dios, para fomentar el crecimiento espiritual del primero.

    Todo el edifi cio del la creacin () imgenes, representacio-nes e imitaciones ha llegado a la existencia para aquellos que necesi-tan instruccin, enseanza y formacin, para que lo pequeo crezca poco a poco [...] Por esto, en efecto, plasm al hombre ( ) al fi nal, habiendo previamente preparado y con anterio-ridad provisto para l lo que haba creado por su causa42.

    El trmino utilizado para describir la creacin (embellecer, adornar, ordenar) proviene del verbo en el sentido de algo bello

    40 ORGENES, In Jo., XIII, XXIV, 141-142 (SC 222) 106-109.41 ORGENES, Peri Archn III, 4, 5 (SC 268), 215. Descubrimos aqu una posible

    interpretacin de un trmino gnstico. En el texto la Pense Premire la triple forme (NH XIII, 1) aparece el concepto de alma hlica ( [] ), oxmoron que indica la condicin mortal de las almas corrompidas. PrTri 35, 18. P. H. POIRIER, La Pense premire la triple forme (BCNH 32), Qubec-Louv-ain-Paris-Dudley, 2006, 132-133.

    42 TrTrip 104, 18-30. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos I (Madrid, 2000) 193. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 174. Aussi E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 178-179. Sobre el origen estoico de esta idea segn la cual es en funcin del hombre que el mundo existe por la providencia ver E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite, 402, comentario 104, 18-30.

  • 617De la substancia del diablo. Orgenes y la dinmica del sistema valentiniano...

    (attr.) hermoso43, lo cual aproxima, por un lado, la concepcin valen-tiniana del concepto griego de cosmos (cf. LXX Gen. 2, 1), y por otro, muestra claramente la visin positiva que estos autores tienen sobre la creacin. Concepcin compartida tambin por Orgenes quien afi rma que el universo fue creado para y a causa del hombre44.

    En el texto valentiniano, la creacin del hombre se realiza gracias al Logos y por intermedio del demiurgo. Hay una multitud de entidades que participan de ella:

    La Creacin del Hombre ( ) ocurri como la de lo dems: el Logos espiritual lo puso invisiblemente en movimiento, pero lo complet por medio del demiurgo y de sus ngeles servi-dores, al que se han asociado en la plasmacin (), el antes mencionado pensamiento con sus arcontes45.

    El Tratado Tripartito resume las diversas creaciones de las almas de la siguiente manera: el Logos espiritual produce, mediante el demiurgo, el alma del primer hombre, por su parte, el demiurgo y entidades del

    43 W. E. CRUM, A Coptic Dictionary (Oxford, 1962) 315a y 434a; P. CHERIX, Lexique Copte, Copticherix, UniGe (2007) 50a. Planteamos la hiptesis de una relacin semntica establecida por al autor gnstico con el sustantivo que indica aquel que hace algo, que fabrica algo. W. E. CRUM, A Coptic, 315a; P. CHERIX, Lexique, 36b.

    44 ORGENES, Homlies sur la Gense I, 12, d. H. DE LUBAC - trad. L. DOUTRELEAU (SC 7 bis) (Paris, 1976) 54-55. En el Comentario sobre el Evangelio de Juan, Orgenes afi rma la perfeccin original de la creacin y argumenta que la defi ciencia del mun-do material es el resultado del abandono por parte del hombre, de las realidades superiores. La creacin sensible es producto de la cada, ya que el mundo devino material a causa de los hombres que tenan necesidad de vivir en medio de la mate-ria luego de su desobediencia a los mandamientos divinos (ORGENES, In Jo., XIX, XX, 132 (SC 290), 126-127). El universo material es un lugar de afl iccin dnde cae Adn, expulsado del paraso y arrojado en un mundo hundido en la materia. [] []. ORGENES, In Jo., XIX, XXII, 147 (SC 290), 136-137.

    45 TrTrip 104, 30-105, 3. E. THOMASSEN - L. PAINCHAUD, Trait Tripartite, EcrGnos, 174-175. E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 178-181. El pensa-miento mencionado ms arriba y sus arcontes, se trata del pensamiento presun-tuoso del Logos, del cual l se deshizo (90, 18-19) y los arcontes del orden de la imitacin o la izquierda. Este mismo pensamiento presuntuoso es la disposicin mental que une el orden de los psquicos o la derecha a la materia, y que permite la interaccin de dos rdenes (psquico y material) con el fi n que el mundo sea producido. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 168, nota 98, 27-99, 4 y 174, nota 104, 9-17.

  • 618 Mariano Troiano

    orden de la izquierda tambin producen almas de su propia sustancia. Sin embargo, el texto precisa que: [...] el creador ( i.e. el demiurgo) pens que ella (i. e. el alma del primer hombre) era suya, puesto que desde l viene, igual que sucede con una cnula a travs de la que se sopla46. Sin embargo, la chispa espiritual es siempre una semilla del Logos.

    Una de las interpretaciones extradas por Einar Thomassen de este texto, concierne los tres niveles o tipos del alma humana. Dice el Tratado:

    La sustancia espiritual es un [nombre] ([]) y una sola repre-sentacin ( ) [y su en]fermedad (]) es su con-dicin de [multi]forme. Sin embargo, la constitucin de la sustan-cia de los psquicos es doble, ya que tiene (el) conocimiento de lo Eminente y lo confi esa (), y se inclina al mal tambin a causa de (la) inclinacin del pensamiento.47 Finalmente, la sustancia material, su tendencia es opuesta y multiforme48.

    Thomassen interpreta que el primer hombre consta de dos sustan-cias, ya que no tiene componente psquico independiente (cf. TrTrip 105, 22-32); lo material resultante de la unin de las rdenes psquico y material y el alma espiritual embrionaria aportada por el Logos49. De hecho, el texto afi rma:

    46 TrTrip 105, 32-35. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gns-ticos, 194. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 176. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 182-183. Thomassen afi rma que el Tratado Tripartito establece una revisin de la doctrina valentiniana original segn la cual una semilla espiritual es sembrada por Sofa en el alma del primer hombre producida esta por el demiurgo y no, como lo afi rma el Tratado, que el alma del hombre espiritual es una creacin del Logos. Sin embargo, es nues-tra opinin que en ambos casos el elemento espiritual es siempre una semilla del Logos. La verdadera diferencia se manifi esta por el hecho de que en otros textos como el Libro de los Secretos de Juan el demiurgo consigue robar una partcula de luz perteneciente a Sofa, mientras que aqu el arconte parece no tener ningn contacto, e incluso ningn contacto ningn conocimiento de la existencia, de las realidades superiores.

    47 Pensamiento presuntuoso, pasin del Logos que da origen al mundo sensible.48 TrTrip 106, 6-18. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos,

    194. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, E, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 182-185. Aceptamos las conjeturas propuestas por Thomassen sobre los trminos inciertos. Idem, 406. Voir aussi, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 176.

    49 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 176, nota 106, 23-25.

  • 619De la substancia del diablo. Orgenes y la dinmica del sistema valentiniano...

    El primer hombre es de hecho una modelacin () y plasmacin mixta, y un depsito de los de la izquierda y de los de la derecha, as como de un Logos espiritual, por lo que su propsito se divide () entre cada una de las dos sustancias ( ), de las que deriva su existencia50.

    Thomassen explica la omisin del texto respecto de la sustancia espi-ritual: Las dos sustancias, en realidad, tres sustancias, han sido men-cionadas anteriormente; lo que proviene de lo espiritual, sin embargo, no est probablemente incluido aqu; la nocin de mezcla, se aplica es-pecfi camente a la unin de lo psquico y lo hlico51.

    Por nuestra parte, consideramos que el texto se refi ere bien a la sustan-cia espiritual, ya que la tensin al interior del hombre se produce en un sistema dinmico que comprende las tres sustancias que lo componen: espritu-alma-materia. Explicitaremos a continuacin dicho sistema.

    Nuestra hiptesis es confi rmada por el Tratado Tripartito, ya que la parte espiritual queda sometida y no tiene el sufi ciente poder para resis-tir a las condiciones impuestas por las sustancias psquicas y materiales: La nobleza de la sustancia superior que resida () en el hombre era muy alta; sin embargo, particip en la creacin () sin chocar con ellos52. La sujecin de la parte espiritual es una experien-cia ordenada por la economa salvfi ca. El hombre espiritual se encuen-tra tensionado entre el espritu, el alma y el cuerpo por la economa del Padre, pero al fi nal ser reunido, cuando los miembros del cuerpo de la Iglesia sean restaurados en el Pleroma53.

    50 TrTrip 106, 18-25. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gns-ticos, 194. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 176. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 184-185.

    51 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 407.52 TrTrip 106, 31-35. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gns-

    ticos, 195. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 177 y nota 106, 31-34. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 184-185. Ver el comentario de L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 407, nota 106, 31-35.

    53 TrTrip 106, 31-107, 35 y en un marco ms amplio hasta 123, 24. F. GARCA BA-ZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos 195 y 205. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 192-193. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 222-225. Ver tambin ApocSant 12, 3-4.

  • 620 Mariano Troiano

    Entonces, el Logos modela al hombre a travs del demiurgo, pero se trata de una forma defi ciente () que no se parece ( ) al Logos, ya que es producida en un estado de ignorancia, para que el hombre haga la travesa de los padecimientos sensibles y la bsqueda de realidades superiores. En efecto, el primer hombre recibe el espritu, pero todava tiene que sufrir las enfermedades tradas por las poten-cias psquicas y materiales. Es el estado de la primera forma ( TracTrip 61, 2)54, que todava no ha recibido la gnosis, la formacin en el conocimiento. El hombre es, en este sentido, semejante al demiurgo. E. Thomassen remarca en las lneas siguientes que hacen referencia al aliento de vida ( ), un elemento que viene del en invisible, el alma viviente que da vida a la sustancia que anterior-mente estaba muerta. Es el alma vivifi cante que ser formada en el conocimiento y que permanece oculta en esta existencia, donde prima la ignorancia. Este aliento de vida reinterpreta aquel de Gnesis 2, 7 don-de el demiurgo (=Dios del Antiguo Testamento), cree que fue l quien lo produjo, pero el autor valentiniano revela que es obra del Logos espi-ritual55. Esta alma-espritu, todava en estado seminal56, tiene que sufrir el ataque y asedio de las sustancias psquicas y materiales que tambin conforman el ser humano57.

    E. Thomassen ve en otras fuentes valentinianas la implantacin de una semilla espiritual, sembrada por Sofa y/o el Salvador, sin el conoci-miento del demiurgo y de los ngeles, en el hombre psico-ctnico. Sin embargo, dice el autor:

    La versin del Tratado Tripartito [...] es ms elaborada que aquella que encontramos en los testimonios de los Padres de la Iglesia, y ella adopta una perspectiva diferente al afi rmar que los elementos prove-nientes del Logos se encarnan esencialmente con el objeto de desarro-

    54 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 296-297.55 [...] el alma del primer hombre ( ) provino del Logos

    espiritual ( ), aunque el creador ( ) pensara que era suya, ya que ella sali de l. TrTrip 105, 30-35. L. PAINCHAUD - E. THO-MASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 182-183. Tambin, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 175-176, note 102, 7-11.

    56 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 175-176, note 105, 29-32.

    57 TrTrip 106, 35-107, 1. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 182-183. Tambin, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 176. Ver ORGENES, In Jo., XIII, XX, 120 y XXV, 149 (SC 222), 94-95 y 112-113.

  • 621De la substancia del diablo. Orgenes y la dinmica del sistema valentiniano...

    llarse e instruirse, el autor hace hincapi en el hecho que ellos deben pasar por las mismas enfermedades que aquellas experimentadas por el Logos en tanto que partes integrantes del mundo del demiurgo, y la descendencia del Logos debe pasar a travs de la condicin imperfecta de este mundo para llegar al conocimiento de lo que es superior58.

    Se dijo en los prrafos anteriores que la doctrina dinmica a la cual se refi ere E. Thomassen incluye, en nuestra opinin, las tres sustancias que componen al hombre: espritu-alma-materia y esta afi rmacin de Tho-massen permite aclarar nuestro propsito. El alma espiritual embrio-naria est sometida a los otros dos rdenes (psquico y material) y esta situacin es querida por el Padre para que el hombre haga la experiencia de los sufrimientos que componen el mundo sensible.

    Incluso Orgenes parece reconocer en Heraclen una concepcin si-milar donde los espirituales tambin deben ser salvados. En su refuta-cin al comentario del valentiniano sobre Juan 2, 14, Orgenes afi rma: [] l (i.e. Heraclen) piensa que es para que no se fuera a imagi-nar que solo los llamados, privados del Espritu, reciben la ayuda del Seor59. Esta afi rmacin es confi rmada por la interpretacin, tambin aportada por Orgenes en In Jo XIII, X-XI, XV, XX, XXV, donde Hera-clen expone sobre el dilogo con la Samaritana (Jn 4, 7-25): [] y l piensa que aquel a quien el Salvador llama el marido de la Samaritana, es su pleroma (), de manera que, viniendo con l junto al Salva-dor, ella podr recibir la fuerza, la unin, la intimidad con su pleroma []60. Aqu la Samaritana representa, la semilla espiritual, prisionera del cosmos arcntico, ella debe recibir entonces la gnosis de parte de su marido61, ya que, dice Heraclen, y cito no conoca a su propio marido, en sentido espiritual, sino en sentido ms simple, ella se avergonzaba de confesar que tena un amante y no un marido []62.

    58 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 404.59 ORGENES, In Jo X, XXXIII, 211, ed. C. BLANC (SC 157), Paris, 1970, 510-511, ver

    nota 1.60 ORGENES, In Jo XIII, XI, 67 (SC 222), 66-67. Sobre los diferentes niveles de inter-

    pretacin ver T. J. PETTIPIECE, Heracleon..., 26 y principalmente 86.61 Esta interpretacin, sobre una contradiccin aparente en las afi rmaciones de Her-

    clen donde la samaritana espiritual debe ser salvada ya que ha sido prostituida, es tambin enunciada por Orgenes en ORGENES, In Jo XIII, XI, 73-74 (SC 222), 70-71

    62 ORGENES, In Jo XIII, XI, 69 (SC 222), 66-69. El tema de la necesidad de la salva-cin de la mujer espiritual se contina en In Jo XIII, XV, 92 (SC 222), 78-81. La metfora de la mujer prostituida por sus amantes, recuerda aquella presentada por

  • 622 Mariano Troiano

    Por lo tanto, el demiurgo y las potencias psquicas y materiales cola-boran en la formacin del alma humana, aportando cada una, una parte que se le asemeja63. Como resultado, la creacin del hombre sigue el mismo orden jerrquico que defi ne la fi delidad de las emanaciones y que las sita segn los tres niveles: el orden espiritual, o el de las imgenes (), el orden psquico o el de las representaciones () y el orden material o el de las imitaciones ()64.

    Los dos trminos coptos y reenvan al griego 65 que tiene para los exgetas bblicos un valor ms cercano al modelo. De hecho, para los Padres la similitud es ms cercana a la fi gura del crea-dor, ya que representa a Cristo66. Filn (Opif. 71), tambin cree que la representacin aumenta la fi delidad de la imagen porque la imagen () no es fi el al modelo arquetipo ( ). Es el trmino representacin que especifi ca la precisin relativa al modelo.

    El autor gnstico del Tratado Tripartito propone, para la exgesis de Gnesis 1, 26, una interpretacin que considera la imagen como la ms fi el al modelo. En efecto, el hombre no solo es la causa de la creacin del universo, porque todo fue hecho por l, sino que incluso contiene en s mismo un microcosmos a la imagen del macrocosmos67. Ha sido

    el texto de Nag Hammadi, llamado La Exgesis del Alma NH II, 6. Ver tambin, T. J. PETTIPIECE, Heracleon..., 86 y principalmente 88.

    63 El creador tambin envi hacia abajo almas salidas de su propia sustancia (), puesto que tambin l tiene poder para engendrar, porque es una existencia derivada de la representacin del Padre. Tambin produjeron los de la iz-quierda hombres a la manera propia, puesto que tienen la imitacin () de . TracTri 105, 35-106, 5. F. GARCA BAZN 194. E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 184-185. Aussi, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 177.

    64 Pues la preparacin completa de la disposicin de las imgenes (), repre-sentaciones () e imitaciones () ha llegado a la existencia a causa de los que necesitan instruccin, enseanza y formacin ( ) (i.e. el hombre), para que lo pequeo () crezca poco a poco, TracTri 104, 18-31. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos, 193. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 178-179. Sobre la organizacin del cosmos ver F. GARCA BAZN, Tratado Tripar-tito NHC I 5, Textos Gnsticos, 143.

    65 W. E. CRUM, A Coptic..., 80b y 420 b; P. CHERIX, Lexique..., 11b y 48b.66 IRNO DE LION, Adversus haereses V , 16, 1-2; CLMENT DALEXANDRIE, Stromata II

    , XXII, 131, 5-6; ORIGNE Peri Archn , III, 6, 1.67 Ver F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos, 145.

  • 623De la substancia del diablo. Orgenes y la dinmica del sistema valentiniano...

    compuesto por los tres rdenes que componen el universo (imgenes, representaciones e imitaciones); y que se consideran refl ejos de reali-dades superiores. Cada uno de estos rdenes ha sido producido por el Logos en un momento diferente de su divisin y de su redencin. De la emisin inferior del Logos proviene el orden de la imitacin, las sombras y semejanzas (78, 29-36). Del recuerdo de las realidades superiores, el Logos emiti el orden del recuerdo o las representaciones. Entonces, de la manifestacin del Salvador y de la formacin espiritual del Logos, proviene el orden espiritual, a imagen del pleroma ( ), imgenes de cada uno de los eones ( )68. As, cada orden aporta al hombre su propia sustancia: falsifi cacin material para el orden de la izquierda o imitacio-nes, representacin psquica para el orden de la derecha e imagen espiri-tual de parte de las imgenes de los eones.

    En consecuencia, podemos leer en el texto: La humanidad lleg a ser de tres tipos esenciales ( ), el espiritual (), el psquico () y el material (), reproduciendo el modelo () de la triple disposicin del Logos, por la que, sin embargo, se produjeron los materiales, los psquicos y los espirituales69. El sistema dinmico consiste en la instruccin gnstica para desligar la semilla luminosa de su sometimiento. Dicho sistema, exis-te desde la creacin del hombre, pero es la venida del Salvador quien trae al cosmos el conocimiento de su jerarquizacin: Cada una de las esen-cias de las tres razas () se conoce por su fruto y, sin embargo, no fueron conocidas de entrada, sino solo con la venida del Salvador ( ), que ilumin a los santos y revel que cada uno era70.

    Los Extractos de Tedoto

    Expondremos en este ltimo tramo las precisiones aportadas por un texto perteneciente a otro de los seguidores de Valentn. Los Extractos

    68 TrTrip 94, 10-12 et 34-35. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos, 186. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 154-155. Tambin, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 164.

    69 TrTrip 118, 14-21. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 212-213. Tambin, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 188.

    70 TracTri 118, 21-28. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsti-cos, 202. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 214-215. Tambin, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 188.

  • 624 Mariano Troiano

    de Tedoto, son escritos de un maestro valentiniano transmitidos por Clemente de Alejandra hacia fi nes del siglo II y principios del siglo III. El Extracto 51 explicita la divisin dinmica valentiniana del hom-bre: Hay, entonces, el hombre en el hombre ( ), el psquico () en el terrestre() (= la carne), no como una parte que se agrega a una parte, pero como un todo unin-dose a un todo. [...] para el alma divina [= psquica] el alma material () era como una carne ()71. El alma psquica est escondida dentro del alma material, que es el cuerpo de la primera. Es de esta alma material de la cual hay que deshacerse. Los tres elementos estn ntimamente relacionados, y en un tercer nivel: Adn posea, plantado en su alma por Sabidura, sin saberlo, la semilla espiritual ( ). Por lo tanto, Sabidura emiti la semilla espiritual que es la mdula de los huesos representados por el alma psquica y el hombre es movido secretamente por ella, como el demiurgo es impulsado en secreto por la Sabidura72.

    Hay, entonces, contina el escrito: tres naturalezas ( ), la irracional (), la razonable () y la justa (), que repre-sentan el hombre terrestre que es a la imagen; el psquico a la seme-janza de Dios y el espiritual que es en s mismo( ). Sobre Adn, adems de estos tres elementos ( ) el hombre es revestido con tnicas de piel73.

    Sin embargo, en los Extractos de Tedoto, el concepto de imagen es el de un producto inferior resultante de la ruptura de la pareja plerom-tica: As, mientras la unidad existe en el Pleroma, cada uno de los eones tiene su propio pleroma, su pareja (); todo lo que viene, de uno solo es imagen ()74. En el Tratado Tripartito el hombre fue plas-mado por el Logos convertido pero todava no redento, y por lo tanto el concepto de imagen presente en los Extractos es tambin aplicable al tratado de Nag Hammadi. As, en la frase siguiente los Extractos vuel-ven sobre el sentido positivo de la imagen: Esta es la razn por la cual Tedoto llama a Cristo, que proviene de la idea () de la Sabidura,

    71 F. SAGNARD (d.) CLMENTE DE ALEJANDRIA, Extr. Teod . 51, 1-2 (SC 23), d. (SC 23) (Pars, 1970) 164-165. Ver tambin ApocrJn NH II , 18, 34.

    72 CLMENTE DE ALEJANDRIA, Extr. Teod . 53, 2-5 (SC 23), 168-169.73 CLMENTE DE ALEJANDRIA, Extr. Teod . 54, 1-55, 1 (SC 23), 170-171.74 CLMENTE DE ALEJANDRIA, Extr. Teod. 32, 1 (SC 23), 128-129.

  • 625De la substancia del diablo. Orgenes y la dinmica del sistema valentiniano...

    una imagen del pleroma ( )75. As, la jerarqua valentiniana del Tratado Tripartito no es modifi cada sino enriquecida por este nuevo texto. Los Extractos conciben en la pareja () un nivel superior, ms perfecto, el producto completo contrario a la ima-gen, que vale solo en relacin con el prototipo de quien ella es como un refl ejo. Es la semilla espiritual despertada de su letargo por la gnosis aportada por su cnyugue.

    Por otra parte y volviendo al Tratado Tripartito, la aceptacin valenti-niana del cuerpo como un elemento material que contribuye tambin a la economa salvadora, se manifi esta a propsito del cuerpo del Salvador. El Salvador se encarn para aquellos a quienes vino a salvar, aquellos que han devenido carne y alma ( ), sujetos a la corrupcin:

    No solo l (i.e. el Salvador) asumi por ellos la muerte de los que pens salvar, sino que tam[bin] su pequeez (), a la que han descendido cuando nacieron en cuerpo y alma ( ), la asu[mi] igualmente para esto, porque permiti ser concebido y engendrado como un infante en cuerpo y alma76.

    Esta idea se refl eja tambin en los Extractos de Tedoto 31 y 31 donde el Salvador y el Pleroma empatizan () con la pasin de Sofa ()77.

    CONCLUSIN

    En la primera parte de nuestro trabajo hemos expuesto la posicin de Orgenes y sus crticas a las ideas valentinianas sobre la concepcin del hombre y su salvacin. Para el alejandrino, Dios busca solamente el bien del hombre, pero el hombre dotado de libre albedro puede reaccionar favorablemente o no a la iniciativa divina, haciendo el bien o el mal. No existe imposicin alguna sobre el destino humano y esta afi rmacin gnstica indigna al Padre de la Iglesia.

    75 Extr. Teod . 32, 2. Extr. Teod., 130-131.76 TrTrip 115, 4-11. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsti-

    cos, 200. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 204-205. Tambin, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 184-185. Sin embargo, el cuerpo que encierra el alma no ser resucitado al fi n de los tiempos. La carne no heredar el reino de Dios nos dice el Evangelio de Felipe (EvFlp. 56, 26-34). Cf. I Co 15, 50.

    77 Ver el artculo de J. D. DUBOIS, La Sotriologie valentinienne du Trait Tripartite (NH I, 5), 221-232.

  • 626 Mariano Troiano

    Nuestro anlisis de los textos valentinianos intenta describir la com-plejidad del sistema que no se resume a una divisin entre tres natura-lezas inmutables predestinadas a la condena o la salvacin. La mezcla y la tensin consecuente, expuestas por E. Thomassen en su afi rma-cin sobre las dos sustancias, se manifi esta claramente en el Tratado Tripartito: los dos rdenes (derecha e izquierda, psquicos y materiales) luchan, pero tambin se unen. Tanto el orden malvado () co-mienza a hacer el mal, imitado por el orden sensato (), tanto este ltimo hace el bien para ser imitado por el primero78. De manera tal que estas dos naturalezas se encuentran ntimamente relacionadas. Dicha relacin, tal cual lo expone el Tratado Tripartito y lo explicitan los Extractos de Tedoto, se reproduce al interior del hombre e implica una cierta infl uencia sobre el elemento espiritual. Sin embargo, y esto es un punto esencial para entender el sistema dinmico valentiniano, la ten-sin que esta triple relacin conlleva es necesaria a la economa salvfi ca establecida por el Padre.

    Por lo tanto, aceptamos la afi rmacin de Francisco Garca Bazn: Hay tres tipos de hombres y el gnstico los comprende a los tres79, pero la ampliamos al preguntarnos si el sistema valentiniano presenta la posibilidad de que la conversin hacia la gnosis sea asequible a todos los hombres segn su compromiso con la revelacin salvfi ca80. O como afi rma Jean-Daniel Dubois: entre los gnsticos valentinianos, el sufri-miento del Salvador sobre la cruz sirve de explicacin del sufrimiento humano en general; y ms precisamente, la pasin del Salvador es una metfora del combate gnstico contra la defi ciencia y las pasiones de la condicin humana81.

    Repensamos entonces la interpretacin de Einar Thomasen quien en su lectura de TraTrip 109, 24-112, 9 afi rma:

    Los griegos y los brbaros son pueblos materiales, cuya ciencia y fi losofa no van ms all de su propia esfera. Los cristianos no valen-tinianos y los judos, progenie del demiurgo, tienen un grado ms

    78 TracTri 108, 23-35. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsti-cos, 196. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 188-191. Tambin, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 179.

    79 F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos, 145.80 Ver F. GARCA BAZN, La Gnosis Eterna I, Madrid-Barcelona, 2003, 13.81 J. D. DUBOIS, Jsus Apocryphe, Paris, 2011, 103. Ver TrTrip 119, 24-27. L. PAIN-

    CHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 189, nota 119, 24-27.

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    elevado de conocimiento religioso, pero este est contaminado por el materialismo griego. [] La tercera clase est formada por todos aquellos que han recibido la semilla espiritual con la cual se identifi -can los valentinianos mismos82.

    En otras palabras, debemos preguntarnos dnde ubicaran los autores gnsticos valentinianos el llamado de Pablo a la conversin de los genti-les (Hch 16, 32, 17, 22-34 Cf. Gal. 4, 10, 6, 12)83.

    Y en este sentido se plantea la interpretacin del fragmento de Hera-clen presente en In Jo XIII, XXXVIII, 248: l deca (i.e. Heraclen) que la voluntad del Padre es que los hombres conozcan al Padre y sean salvados, lo cual era la obra propia del Salvador, enviado con este obje-tivo a Samaria, es decir al mundo ()84. Planteamos nuevamente la pregunta en palabras de Timothy Pettipiece refi rindose al mismo fragmento del maestro valentiniano:

    Esto parece indicar una posicin teolgica ms inclusiva tomada por Heraclen, ya que l no dice que la voluntad del Padre es que solo los seres humanos pneumticos deben ser salvados, sino que simplemente los seres humanos en general debe ser salvados. Esta es, sin embargo, una citacin aislada; basados en otra evidencia (como el fragmento 46), parece claro que existen al menos algunos individuos a quienes Heraclen considera ms all de la salvacin85.

    82 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN Trait Tripartite, EcrGnos , 114. Cf. lo afi rmado por Heraclen en In Jo XIII, XVI, 95-96 (SC 222), 80-83.

    83 En referencia a los psquicos, entre los cuales Heraclen parece considerar a los ju-dos, leemos una interpretacin del Alejandrino sobre el comentario del valentiniano de Jn 4, 23 referido por Orgenes en In Jo XIII, XIX, 115. l explica que, en sentido espiritual, la salvacin viene de los Judos, porque ellos son considerados como im-genes de aquellos que estn al interior mismo del plroma. Il explique que, au sens spirituel, le salut vient des Juifs, parce quils sont considrs comme des images de ceux qui sont lintrieur mme du plrme. In Jo XIII, XIX, 115 (SC 222) 92-93.

    84 ORGENES, In Jo XIII, XXXVIII, 248 (SC 222), 162-165 y Cf. con nota 5, 163-164. 85 This seems to indicate a more inclusive theological position taken by Heracleon,

    since he does not say that the will of the Father is that only pneumatic human beings should be saved, but simply that human beings in general should be saved. This, however, is only an isolated citation; based on other evidence (such as Frag-ment 46), it seems clear that there are at least some individuals whom Heracleon considers beyond redemption. T. J. PETTIPIECE, Heracleon..., 115. Un poco mas adelante Pettipiece afi rma con respecto al fragmento de In Jo XIII, XLIV, 294: In other words, those that are fi t to be harvested are those individuals who recong-nize their pneumatic nature. Heracleon..., 119. Ver tambin Heracleon..., 124.

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    De esta forma, tal cual sealamos, el elemento material participa tambin de la dinmica de la salvacin, es en este sentido que el cuerpo fsico es la prisin del alma. l implica el ataque de las pasiones y las sensaciones sobre el espritu y el alma, l representa el riesgo de apartarse del objetivo salvador y el olvido de los orgenes86.

    Es as como no hay determinismo en el sistema valentiniano, tal cual lo expone claramente el Tratado Tripartito y cito expresamente el texto: es por el fruto () que se reconoce la esencia de cada una de las tres razas ( )87. El hombre debe aprehender la revelacin aportada por el Salvador para liberarse de las cadenas arcnti-cas, ya que nos es la naturaleza del hombre la que legitima el comporta-miento, sino el comportamiento el que revela la naturaleza (TrTrip 118, 24-119, 21)88.

    86 Afi rmacin paralela a la concepcin plotiniana del cuerpo tal cual es descripta por Pierre Hadot: Plotino no rechaza el cuerpo en s, sino las cosas sensibles que impi-den prestar atencin a la vida espiritual. P. HADOT, Plotin ou la simplicit du regard, Paris, Gallimard, 1997, 37. Es as como el cuerpo representa una imagen ligada a la muerte, la muerte espiritual. Ver tambin lo expuesto por Elaine Pagels en E. PAGELS, The Johannine Gospel in Gnostic (Nashville & New York, 1973) 99-104.

    87 TrTrip 118, 21-23. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsti-cos, 202. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Trait Tripartite (BCNH 19), 212-213. Tambin, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Trait Tripartite, EcrGnos, 188.

    88 Resulta interesante detenerse en los trminos utilizados por Heraclen para defi nir a los hombres que pertenecen al mundo material tal cual han sido recogidos por Pettipiece: At the other end of the spectrum in Heracleons classifi cation of human beings are those who are immersed in the lower regions of the world ( ) (Fragment 11, CJ 10. 48) and who are most strongly associated with its material aspects ( ) (Fragment 11, CJ 10.48). These individuals, whom Heracleon identifi es as the earthly () (Fragment 46, CJ 20. 213), are characterized by qualities such as ignorance () (Fragment 40, CJ 13. 416; 41, CJ 19.89; 47, CJ 20.252), sin () (Fragment 40, CJ 13.416, 420; 41, CJ 19.89), faithlessness () (Fragment 41, CJ 19.89), the fl esh () (Fragment 8, CJ 6.198; 22, CJ 13.117; 24, CJ 13.148; 30, CJ 13.226), and are even condemned as children of the devil ( ) (Fragment 46, CJ 20.213). In an intereseing early use of the term, this class of individuals is described by Heracleon as being co-substantial () with the devil (Fragment 44, CJ 20.170), and is related to him nature (Fragment 46, CJ 20.213). As such, Heracleon is clear that these individuals are of adifferent substance than those who are called psychics or pneumatics (Fragments 44, CJ 20.170). T. J. PETTIPIECE, Heracleon..., 163-164. Remarcamos por nuestra parte como la mayor parte de los trminos usados tienen un carcter tico. En palabras de Michael Williams, If it should be true that some writers and readers of these demiurgical texts did think

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    Los espirituales reconocen al Salvador, aceptan la gnosis y reciben una salvacin completa. Mientras que los materiales son extraos () bajo todo aspecto89, refractarios a la instruccin y recibirn la destruc-cin absoluta. Sin embargo, dichas categoras se manifi estan una vez que la gnosis ha sido revelada y su interiorizacin aceptada o rechazada por los individuos.

    Por su parte, los psquicos dudan en aceptar el conocimiento dado que su constitucin es doble de acuerdo con su disposicin tanto para el bien como para el mal90. Sin embargo, una vez aceptada la gnosis dice el texto: Se salvarn totalmente [a causa] del pensamiento salvfi co ( )91. Ellos manifi estan claramente la dinmica del sistema92, dinmica que implica e incluye al elemento espiritual pero tambin al elemento material.

    of themselves as belonging to a spiritual elite destined for salvation, there still is little evidence that such people as a result tended to consider ethics to be irrelevant. As the study of various predestinarian religious traditions shows, where proper behaviour is understood to be the very sign of membership in the group destined for salvation, such behaviour can be all the more indispensable and therefore and ethical ideal providing an all-consuming motivation; Si es verdad que algunos escritores y lectores de estos textos demirgicos pensaban en s mismos como perteneciendo a una lite espritual destinada a la salvacin, existe todava poca evidencia que como resultado de ellos tales personas tendan a considerar la tica como irrelevante. Como el estudio de varias tradiciones religiosas predestinatarias muestra, el buen comportamiento es entendido como un signo importante de membresa al grupo destinado a la salvacin, tal comportamiento puede ser de lo ms indispensable y por lo tanto un ideal tico proporciona una motivacin esencial. M. Williams, Rethinking Gnosticism., New Jersey, 1996, 193.

    89 TrTrip 119, 10. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos, 202 y nota 87.

    90 TrTrip 119, 22-23. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsti-cos, 202

    91 TrTrip 119, 32. F. GARCA BAZN, Tratado Tripartito NHC I 5, Textos Gnsticos, 202.92 Ver IRNO DE LION, Adversus haereses I, 6, 1.